Kibum estaba sentado en un taburete, con los pantalones enrollados hasta la rodilla y con pequeñas lágrimas reunidas en las esquinas de sus ojos cuando su novio soplo cuidadosamente el raspón de su rodilla. El moreno se agachó delante de él, con la pierna del menor descansando sobre su muslo, dando suaves besos alrededor de la herida para aliviar el dolor.
"Vamos, te llevaré a casa", dijo Jonghyun en voz baja, mirando al menor que sutilmente parpadeaba para evitar que cayeran las lágrimas.
"... Puedo cargarte si quieres," Sugirió vacilante, con la preocupación escrita en su rostro.
Kibum asintió lentamente, tomando la mano extendida de Jonghyun.
El chico de piel pálida se sentía amado en momentos como éste, y así sonara lo más tonto, no le importaría caer en un alambre de púas de nuevo.
Él haría cualquier cosa para ser tratado por su novio así, él mayor era tan cariñoso cuando al otro le dolía algo o estaba herido. Nunca aparecía este lado de Jonghyun cuando estaba sano.
Kibum había estado cojeando todo el día en la tienda de dulces, soportando el dolor durante varias horas, pero cuando su novio entró para comprar una paleta y llevarlo a casa después, su labio inferior le empezó a temblar casi al instante. Jonghyun lo vio cojeando y cuando le preguntó que pasó, diminutas lágrimas comenzaron a formarse en sus ojos y le dijo cómo había chocado con un alambre de púas en su camino al trabajo. A pesar de que no era una gran herida, al ver a su novio preocupado por él, le hizo anhelar más atención, por lo tanto, exagero un poco.
El mayor cerró la puerta de la tienda de dulces en silencio, agarró suavemente la parte posterior de las rodillas de Kibum y envolvió el otro brazo alrededor de su espalda.
Kibum lanzó sus brazos alrededor de su cuello, acarició su rostro en su cuello y dejó escapar un suspiro.
"Gracias..." Le susurró en voz baja, con una pequeña sonrisa apareciendo en sus labios.
"La gente está viendo..." Oyó a Jonghyun murmurar después de un tiempo, haciéndole levantar la cabeza del hombro fuerte donde estaba tendido.
Pasaron al lado de un par de chicas que estaban riendo y chillando al verlos. "Aigoo ~ tan lindo ~"
Jonghyun sólo les dio una sonrisa incómoda, acelerando el paso cuando se dio cuenta de que más gente miraba.
La gente critica tanto en estos días. No es que estaban avergonzados, pero no se sentía cómodo caminar por la calle, mientras que todo el mundo te miraba hacia abajo como si estuvieras cometiendo un delito. Bueno, no todo el mundo era así. Por supuesto también había personas que no les prestaba atención, o les sonreía (como esas chicas).
Cuando por fin llegaron a su destino, la casa de Kibum, Jonghyun lo dejó deslizar suavemente de sus brazos.
"Adiós," Kibum le dio una linda sonrisa, empujando la llave en la cerradura mientras miraba al otro chico.
"Sí," respondió Jonghyun en voz baja, esperando a que Kibum abriera la puerta.
Cuando el más joven no lo hizo, jonghyun lo miró inquisitivamente, sus ojos se suavizaron cuando su novio tomó la palabra:
"... No hay beso?"
Él moreno rió entre dientes, inclinándose hacia delante y presionando sus labios suavemente contra los de Kibum.
El más joven sonrió dulcemente, con sus rostros cerca y chocando sus narices.
"Adiós", susurró.
"Adiós",
"escríbeme"
"Está bien"
-
< Hola >
<Hey Jjongie >
<Voy a llevarte a cenar mañana >
<Pero tengo clases y tengo que trabajar después >
<Cuando estarás en casa? >
<Alrededor de las 6:00 >
<Entonces te recogeré a las 7? >
Kibum tenía que pensar en eso. Él probablemente iba a estar cansado cuando regresara del trabajo.
<Bueno >
< <3 >
Un simple " <3" de Jonghyun podía hacer que su corazón estallara de felicidad, millones y millones de mariposas revolotearon alrededor de su estómago.
Todo lo que salía de su boca tenía un significado, todas las palabras y elogios eran especiales. Por lo tanto cada vez que su novio le decía algo dulce, su sonrisa en su rostro permanecía todo el día.
-
El camino a la tienda fue sin encuentros desagradables con alambre de púas como el día anterior (Kibum no estaba seguro de si debía estar feliz por eso). El menor tomó lugar rápidamente detrás del mostrador, tratando de no atender a sus clientes con una sonrisa tonta cada vez que su novio le mandaba un mensaje.
< No tengo tiempo para ir a recogerte hoy a la tienda >
A Kibum no le importaba, de todos modos lo llevaría a cenar más tarde.
Se preguntó por qué no podía venir, tenía que hacer reservaciones en algún restaurante caro? Tenía que escoger la ropa que llevaría?
La imagen de un Jonghyun con un esmoquin brilló ante sus ojos y oh dios Kibum tenía que deshacerse rápidamente de ese pensamiento, el maldito se miraba caliente en ellos.
Hablando de ropa, que tenía que usar? No tenía ni idea de si su novio lo llevaría a algún lugar elegante.
¿Y si en verdad era algún restaurante caro y Kibum entraba con un par de pantalones vaqueros rasgados? Él no podía hacer eso, ¿verdad? Decidió preguntarle al mayor, por si acaso.
< ¿Tengo que vestir algo en específico? >
Esperó pacientemente por la respuesta, mirando los tarros llenos de caramelos de colores.
Después de todos estos meses trabajando en una tienda de caramelos, aprendió a no comer tanto dulce.
Su madre incluso le preguntó si esa era la razón por la que estaba tan flaco. El de piel pálida no sabía de qué hablaba la mujer, él no estaba perdiendo peso en absoluto.
Su teléfono vibró, haciéndole saltar por la sorpresa y agarro rápidamente el dispositivo de color rosa.
< Uh, no >
Probablemente no iba a ver a su novio con un esmoquin, después de todo.
-
< Estoy aquí >
Kibum saltó de la cama tan pronto como abrió el mensaje, arrojando su bolsa al hombro.
"Ya salgo!" gritó a quien pudiera oírle. Dejó escapar un suspiro exagerado cuando no consiguió una respuesta.
Abrió la puerta y la cerro con llave, se acercó a la acera donde Jonghyun ya lo estaba esperando en su coche.
Vio que no llevaba un esmoquin y no se dio cuenta del pequeño puchero que creció en sus labios hasta que su novio lo mencionó desde el momento en que entró en el vehículo.
"Que pasa?
"Oh, nada," le sonrió, levantando al instante su estado de ánimo al ver una foto suya acostado en el salpicadero del coche.
Pequeñas cosas como esas hacían que su corazón latiera tan rápido. No tenía ni idea de por qué reaccionaba de esa manera cada vez que se daba cuenta de un signo de afecto de Jonghyun hacia él.
"¿A dónde me llevas?" Kibum le pidió a su novio, alejando su mirada de esa foto especial.
Quiero decir, él ni siquiera estaba sonriendo. Era una foto fuera de su escuela, llevaba un uniforme azul, y no había señales de felicidad en su rostro.
Sin embargo, le hizo muy feliz de que Jonghyun tuviera una foto de él en su coche, y le hizo más feliz aun cuando recordó su foto de bebé en la cartera del chico mayor.
"Ya verás," murmuró Jonghyun, concentrándose en la carretera.
Rápidamente tomó un vistazo a su novio, inspeccionando su ropa.
Jonghyun llevaba una camisa azul, los primeros botones desabrochados, por lo tanto, todo el mundo era capaz de ver un trozo de su pecho tonificado y un par de pantalones blancos ajustados.
Kibum tenía que contenerse de lamer sus labios ante esa deliciosa vista, maldita sea su novio se veía tan sexy.
La mano de Jonghyun aún sostenía la palanca de cambios, por lo que el joven de diecisiete años con cautela la cubrió con la suya, deslizando sus dedos por las del otro.
Por el rabillo del ojo pudo ver una pequeña sonrisa tirando de los labios de su novio. Sintiéndose logrado, apretó la mano de Jonghyun ligeramente antes de soltarla y dejarla descansar en su regazo de nuevo