En automático habían regresado al departamento de Kagami. Las palabras seguían sonando en sus mentes. No durmieron en el mismo cuarto por temor a caer victimas una vez más de lo que fuera que los impulsó a profanar el templo de la diosa.
63 horas
La cabeza le daba vueltas a Kagami, sabía que no había tomado pero se sentía como si tuviera resaca. Se removió bajo las sabanas negándose a salir, así como se sentía pasaría todo el día metido en la cama. Sin embargo todas las imagines regresaron a su cabeza de golpe, junto con las palabras de la diosa y eso bastó para que se levantara de golpe.
Inmediatamente notó que algo no estaba del todo bien, parpadeó un poco pero seguía sintiéndose raro. Bajo lentamente la mirada mientras unos mechones de cabello se le venían a la cara, tragó en seco cuando vio que había algo de más en su pecho.
-¡t-tengo bubbys! Oh no, oh no, entonces… –temiendo lo peor, jaló el resorte de su pants para comprobar que su amiguito no estaba ahí. Aquello fue suficiente para hacerlo gritar, pero lo que salió de su garganta no fue una voz grave, sino todo lo contrario, fue aguda y completamente femenina.
Salió corriendo hacia el baño y ante lo que tenía enfrente volvió a gritar. Desde el espejo lo miraba una chica de cabellos rojos que le llegaban a los hombros, tenía finas facciones y un busto considerable. Era esbelta y tenia piernas larga, no podía negar que era guapa, pero era él. Kagami Taiga se había convertido en una chica.
Completamente alterado salió hacia la sala, caminaba de un lado al otro sin darse cuenta que alguien lo observaba desde el sillón. En una de sus tantas vueltas captó que había otra chica en su casa. Se paró en seco y comprobó que se trataba de Kuroko, el cual seguía tan inexpresivo como siempre
-¡ahh por favooor! Eres una chica ¡por amor de dios! No te quedes nada mas ahí –mientras lo observaba notó que los cambios en Kuroko no eran tan drásticos, ya de por sí como chico tenia facciones delicadas. Si algo había cambiado era que su cabello le llegaba a la cintura y que tenía bubbys, aunque no eran tan grandes como las de él. No pudo evitar sonrojarse. Kuroko soltó un suspiro
-Kagami-kun ¿qué vamos a hacer? –su voz era un poco más aguda pero dulce
-no lo sé, ¿cómo puedes estar tan tranquilo? ¡somos chicas!
-ya lo noté pero gritar no ayudara en nada. Además no podemos estar perdiendo el tiempo, la diosa dijo que tenemos 72 horas.
-ok, ok, cierto. –Kagami se sentó a su lado en el sillón – bueno ¿que hacemos primero?
-necesitamos ropa
-¿ropa? ¿Qué tiene de malo la que tenemos?
-una: es demasiado grande, segundo: necesitas algo para sostener a esas dos -Kagami frunció el seño e inflo las mejillas, se resistía a la idea de usar ropa de chica, ya de por sí todo eso era difícil –y tercero necesitamos salir para cumplir con lo que la diosa nos pidió
-ok y ¿de dónde pretendes que la saquemos?
-de las únicas chicas que conocemos
Media hora después Momoi y Riko intentaban contener la risa ante la imagen que tenían en frente; eran las versiones femeninas de Kagami y Kuroko en ropa demasiado grande para ellos. Cuando habían recibido el mensaje de Kuroko no lo habían entendido, pero ahora que los tenían enfrente, sentían mucha curiosidad por saber que estaba pasando ahí.
-ni se atrevan a reírse –fue como si les dijeran lo contrario, ambas chicas rompieron en carcajadas
-Bakagami ¿qué hiciste?
-molestamos a una diosa y ahora tenemos que evitar que esto sea permanente –Kuroko hablaba con la misma neutralidad de siempre pero no podía evitar estar sonrojado, por más que quería mantener la calma, el también estaba aterrado.
Después de que se calmaran y que les explicaran lo que estaba pasando, ambas chicas se apiadaron de ellos y les dieron las mudas de ropa. Por suerte Riko y Momoi habían sido prudentes y no les llevaron faldas, ya se imaginaban que algo raro estaba pasando y no querían que sus amigos terminaran enseñando calzones por sentarse mal. Por eso mismo usaban jeans y tenis. A Kagami le dieron una blusa de manga tres cuartos color morado y Kuroko usaba una blusa de tirantes y encima una más chica de mangas, en colores naranja. La ropa les ajustaba diferente y aun cuando se veían bien, para ellos era extraño todo aquello. Jamás se habían puesto a pensar que tan diferente podía ser la ropa de las chicas comparada a la de los chicos, sobre todo por la ropa interior, usar top era todo un desafío.
-¿y bien? ¿Qué van a hacer? Tienen que besar a cinco chicos, aun que claro primero tendrán que convencerlos
-y no ser asesinados si estos tienen novia o novio –recalcó Momoi, ambos guardaron silencio, al parecer ninguno de los afectados había pensado en eso
-¿mínimo tiene idea de aquí besaran? –en el acto ambos se pusieron rojos -¡vamos chicos! no pueden estar perdiendo tiempo. La situación si es critica
-lo sabemos Riko-senpai pero todo esto es muy… raro y complicado
Riko y Momoi guardaron silencio para que pensaran. Quince minutos después Kuroko rompió el silencio
-bueno, la diosa dijo que teníamos que besar a cinco hombres que hubieran impactado en nuestras vidas y creo que ya se quienes
-¿podemos saber? –a Momoi le brillaron los ojos, eso solo significaba que ella tenía ya una lista en su mente y quería saber que tanto se había acercado
-supongo que sí, son: Aomine, Kise, Oikawa, Akashi y Kiyoshi-senpai
-¿Kiyoshi-senpai? –preguntaron las tres al mismo tiempo, al parecer ese nombre no lo esperaban. Kuroko asintió con la cabeza y se encogió de hombros
-la vez que mas perdido me sentía, el apareció en la cancha y de algún modo me ayudo a encontrar la respuesta que me hacía falta
-ya veo, fue cuando estabas distanciado con Kagami y él regresaba ¿cierto?
-exactamente Riko-senpai
-bueno ahora tu Kagami, imagino que ya tiene una idea
-si
-dinos
-de acuerdo, de acuerdo mmmm Himuro… Aomine… Kise… Akashi… y Hiuuga-senpai –cada nombre parecía que le costaba una barbaridad pronunciarlo
-¿QUUE?
-hahaha les dije que se arriesgaban a ser asesinadas por las novias. Pues tenemos a la primera hahaha
-¿Riko-senpai está saliendo con Hiuuga-senpai? –fue el turno de Riko para ponerse toda colorada
-bue-bueno si, algo pero ¿Por qué a él?
-porque siempre esta regañándome y de alguna forma extraña me ha impulsado cuando parecía que ya no podía. Además sabe dar buenos consejos –Riko soltó un suspiró
-supongo que tendremos que empezar en Seirin…