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Los Secretos del Mundo por Bellphegor

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Notas del capitulo:

Para comensar: DISCULPENMEEEEEEE. Se que ha pasado casi un mes desde la ultima vez que actualicé, pero mi vida ha cido un caos y no me lo ha permitido, realmente lo lamento. Pero aquí les traigo este capitulo, es un pelín mas largo que los anteriores (dos paginas más en word XP) y la cosa se empiesa a poner interesante, espero seguir disfrutando de su apoyo.

Sin más, los dejo con el capitulo.

Capítulo Cuarto: El mono capuchino y ¿Qué es lo que estoy sintiendo en mi pecho?

 

 

Pasaron un par de semanas desde que Andrew apareció, y desde entonces todo ha ido bien. Claro, Endomaru seguía siendo el mismo, pero por lo menos no era desagradable con sus amigos, porque si había reconocido a Andrew y a Elena -para la sorpresa de su maestro- como amigos-forzados, o así les llamaba él. Solía decir que había sido forzado a ser amigo de ellos dos, pero su comportamiento distaba mucho de esas palabras porque siempre que alguien decía o hacia algo en contra de alguno de ellos dos, al día siguiente la escuela entera se enteraba del suplicio que les hiso pasar el albino.

 

Aunque eso sí, las discusiones entre los dos jóvenes Villdyret eran casi diarias, no eran grandes discusiones, la mayoría eran por nimiedades, pero Elena era siempre que tenía que calmar los humos cuando la discusión empezaban a subir de tono. ¿Cómo sabía cuando las cosas pasaban a más serias? Simple, lo aprendieron a la mala. A la semana  de la aparición del león empezaron una de sus discusiones ya comunes, nadie del salón les prestaba real atención, nadie se fijó en que era la primera discusión en la que Endomaru no estaba con su usual actitud indiferente, se veía molesto, y le respondía enfadado a lo que le decía el pelirrojo. De una momento a otro Endomaru empezó a responderle a grito limpio, empezaron a gritarse el uno al otro diferentes cosas que a nadie le hiso sentido, pero cuando el albino le gritó “estúpido gato casero” y el otro le responde “maldito y rastrero reptil” se atacaron, literalmente. Empezaron a pelear, lanzándose golpes y patadas con toda la intención de causar el mayor daño posible. En la pelea cinco mesas salieron totalmente destrozadas y otras tres salieron volando por la ventana, solo se detuvieron cuando Elena se puso en medio de ambos.

 

Ese día no solo se llevaron una castigo de parte del director, sino que también de sus maestros, que estaban furiosos por la escena que habían montado, y por más que les interrogaran por el porqué de tal riña, ninguno dijo absolutamente nada. Y nadie lo sabia tampoco, toda la clase se dio cuenta cuando las cosas ya se habían salido de control. Elena era la única que vio las señales, no las supo interpretar en ese momento y tampoco sabía de qué discutían dado que estaba al otro lado del salón cuando ocurrió. Pero ya sabía leer las señales y cuando comenzaban ella se colocaba entre ambos para bajar los humos.

 

Finalmente pasaron este par de semanas relativamente calmados y todo perfectamente bien, no volvió a haber ningún choque cataclísmico gracias a Elena y las semanas habían pasado amenas y ya todos incluso se habían olvidado del incidente.

 

Esa tarde ya estaban en la última hora de clases, en la clase de educación cívica y formación integral1. Todo tranquilo, todo normal… hasta que dejaron como deberes el traer para la próxima clase una presentación con interpretación de algo que los marcara, del lugar donde crecieron.

 

Cuando volvían a sus casas tanto Elena como Andrew podían escuchar las maldiciones que  echaba el albino en un tono bajo. Elena se había empezado a ir con ellos cuando descubrió que caminaban en la misma dirección que ella, pero solo por unas pocas cuadras. Durante la semana estuvieron planeando y preparando su presentación.

 

Finalmente llegó el dichoso día -o endemoniado día como había dicho el albino-. Todo listo la profesora hiso pasar uno a uno a los que se presentaban. Cuando le llegó el turno a Andrew este pidió un momento para ir al baño para terminar de prepararse, lo cual le fue concedido. Al volver venía vestido con un traje de torero, que le quedaba muy bien, de color rojo con los encajes en dorado. Colocó una radio en la mesa de la profesora -que habían corrido a un rincón al empezar la clase- y comenzó a presentar con una sonrisa en su rostro.

 

    –Pues queridos compañeros y profesora, hoy les vengo a presentar una de las cosas que más me han marcado, el Flamenco, el, a mi parecer, baile más hermoso que existe en esta bella tierra, que refleja la pasión del sentir y que expresa más que ningún otro– dijo con orgullo –es el baile de mi amada patria España, en donde crecí–

    –¿Y para eso te has disfrazado de bufón? Jajaja– se burlo un de los chicos “un idiota descerebrado, mono tenía que ser” pensaba el albino.

    –¡¡Señor Momoiro, respete a su compañero!!

    –¡¡¡Vuelve a burlarte del uniforme de los valientes toreros y te coloco los huevos de corbata, hijo de puta!!!– le contestó furioso en español, cuando se molestaba mucho solía hablar en su idioma de crianza.

    –…¿Qué dijiste?– preguntó el chico que se burló con una sonrisa socarrona

    –Dijo y lo cito textual: “vuelve a burlarte del uniforme de los valientes toreros y te coloco los huevos de corbata, hijo de puta”– le tradujo el albino de lo más divertido. La profesora lo regaño por decir aquello –¿Qué hice yo? Solo traduje, no soy yo el de las palabras. Además se las merece, insultó y denigró algo que para él es sumamente importante, si yo estuviera en su lugar no sería tan condescendiente, ya lo habría molido a golpes. A ninguno de nosotros nos gustaría que se burlaran de símbolos importantes de nuestro país ¿verdad?– ante tales argumentos, la profesora no dijo más y le indicó a Andrew que prosiguiera

    –Gracias profesora–

 

Empezó a contar un poco que era el flamenco y su historia, habló de las formas del flamenco y demases, se le notaba en el brillo de los ojos cuanto le apasionaba. Para finalizar su presentación prendió el reproductor y empezó a sonar una guitarra, seguida de unas palmas y castañuelas. Al momento empezó con un par de zapateos calmados, y después continuó con más fuerza y pasión. Fue una presentación de flamenco en toda regla, ese chico no era un amateur, seguro llevaba bailando toda su vida esa música.

 

Endomru no le pudo quitar la mirada de encima ni por un segundo. Desde que había entrado con su traje de torero ya se le había quedado viendo sin poder apartar la mirada, y cuando empezó su apasionado baile, se quedó totalmente embobado. No lo comprendía, pero desde que comenzó a bailar lo único de que era consiente era de la música y él, y la música solo como un acompañamiento de él, el resto del mundo dejo de existir, y eso sensación le abrumó ¿Cómo era posible aquello? Pero en esos momentos no era consciente y no le importaba nada más que Andrew y su apasionado baile. Cuando finalizó no pudo contenerse a aplaudirle, para su fortuna toda la clase hiso igual. Pero cuando el pelirrojo le observó y le sonrió sintió un repentino y fuerte golpeteo en su pecho… ¿acaso su corazón había latido con más fuerza al ver que le sonreía? No, eso no podía ser, la sola idea lo perturbaba a más no poder. Andrew volvió a retirarse del salón y al volver ya estaba con el uniforme. Era el turno del albino el cual también se retiró y al volver traía un traje de onmyouji tradicional, dado que de eso se trataba su presentación, los onmyouji. Hablo de estos su tradición y explicó como su tutor ejercía como tal y como lo marcaba a él. Para finalizar su presentación mostró un ritual de purificación y dominación demoniaca.

 

La ultima en presentar fue Elena que vistió y presentó sobre los oráculos griegos, contó de que trataban y de cómo el descender de una familia marcada en el pasado por poseer a los mejores oráculos, la marcó a ella misma. Fue algo que impresionó a todo el salón, sabían que Elena era de ascendencia griega, pero que fuera descendiente de los antiguos oráculos era una sorpresa.

 

    –Eres una chica llena de sorpresas mi querida Elena– le dijo el hiperactivo muchacho una vez se retiró la profesora

    –Concuerdo con el minino, fue algo de veras interesante– dijo con tono indiferente, pero con una muy sutil sonrisa que para cualquiera pasaba desapercibida, menos para esos dos

    –¿A quién llamas minino?– le recriminó, pero no molesto en realidad

    –¿Ves a algún otro?, yo solo veo primates y un gato– se burló

    –¡Bien! Ha sido un agradable día hasta el momento, no lo echemos a perder, iré a devolver la radio, ¿me acompañas Elena?–

    –Claro–

    –Espéranos para que nos vallamos juntos como siempre ¿sí?– solicitó el pelirrojo para que no se fuera sin ellos –volvemos enseguida–

    –Como quieran. Estaré aquí– dijo indiferente

 

Andrew y Elena tomaron la radio y se retiraron. No pasó mucho tiempo para que Endomaru se viera rodeado de sus compañeros, no pintaba nada bien. Andrew y Elena volvían rápidamente, el joven tenía una sensación desagradable, una “mala espina”, una sensación de que algo andaba mal y no sabía por qué creía que el albino estaba involucrado. Se habían tardado no más de cinco minutos y al entrar vieron una escena de lo más desagradable: todos los compañeros y compañeras de la clase hacían un círculo y en el centro estaba el albino, al cual empujaban de un lado al otro mientras cantaban burlescamente.

 

~ Endomaru, akuma

kuroi me, akuma no yōna

akuma pōtaru

kanojo no kami wa kare o hanarete ataemasu

shinda kata ga yoidesu

sono shiawase ~

 

Al escuchar lo que decían Elena se tapó la boca con ambas manos en gesto de espanto ¿Cómo se atrevían y por qué el albino no hacía nada?

 

    –Elena, por favor, dime ¿Qué es lo que están diciendo? Lo dicen tan rápido que no logro entender– preguntó el moreno casi desesperado, mientras repetían el canto una y otra vez, sin parar

    –Dicen:…– le costaba repetirlo, se sentía mal, como si estuviera cantando junto al resto –“Endomaru, endemoniado; ojos morados, endemoniado. El demonio porta, sus cabellos lo delatan. Mejor muerto que contento.” – logró repetir al fin mientras se le escapaban un par de lagrimas

    –¿Co…como?– claramente había escuchado a la perfección, pero no terminaba de creérselo. De un momento a otro vio todo rojo.

 

Mientras, el albino trataba de contener su coraje y su ira, como siempre que comenzaban con esas tonterías los dejaría hacer hasta que se cansaran, no podía atacarles y golpearlos, las reglas de los Villdyret no lo permitían porque podrían delatarse. “Las palabras resbalan, no te afectan, no te afectan” se repetía una y otra vez en su cabeza. Suponía que como Andrew y Elena se habían marchado aprovecharon esa instancia para atacarle como no habían podido hacer hace semanas, desde que el león llegó. No supo cuanto tiempo estuvo en esa situación, incluso habían roto su bolso y desperdigado sus cosas. No le importaba, luego se cobraría su venganza contra esos malditos primates. De pronto escuchó cómo se abría la puerta del salón, rogaba por que no fueran ni un profesor, ni Elena, y menos aún Andrew, no quería que lo vieran en una situación tan denigrante. Y de un momento a otro lo sintió, esa peligrosa presencia, la furia de un depredador. Antes de que pudiera hacer nada, un borrón rojo pasó junto a él, llevándose consigo al chico que me mantenía sujeto en ese momento, que era el que lideraba al grupito ese. Al fijarse, vio como Andrew había estampado a Momoiro en la pared y luego lo arrojaba contra los otros chicos, y les rigió. Yo le miraba sorprendido por su reacción, el shock no me dejaba reaccionar, y entonces empezó a gritarles-rugirles.

 

    –¡¡¡¿COMO SE ATREVEN?!!! ¡¡¡SUCIOS Y ASQUEROSOS PRIMATES!!!– al fin reaccioné a agarrarlo antes de que se lanzara contra ellos –¡¡USTEDES ESTAN POR DEBAJO EN LA ESCALA ALIMENTICIA, NO SE CREAN LA GRAN COSA COMO PARA VENIR A INSULTARLO!! ¡¡MALDITOS MONOS!!– estaba totalmente fuera de sus casillas, no podía medir el alcance que podría significar este arrebato

    –¡¡¡YA CALLATE DE UNA VEZ!!!– le gritó, cuando iba a rugirles de nuevo no tuvo más opción que noquearlo. Se giró a verlos a todos que miraban todo estupefactos, se giró a Elena –llévalo a la enfermería, te prometo que te contestaré a todas tus preguntas–

 

Vio como se lo llevaba, claramente no tenía la más mínima intención de  contarle nada. Ahora que las cosas se calmaban pudo reflexionar sobre lo sucedido, él había reaccionado así por lo que le estaban asiendo, “el… ¿me defendió?...si…me defendió” pensó y una sonrisa adornó su rostro, y ahí estaba de nuevo ese golpeteo en su pecho, esa sensación… solo que mucho más fuerte, tanto que le llegaba a doler un poco ¿Qué significaba aquello? ¡¿Qué era aquello que sentía en su pecho?! De un momento a otro se acordó que antes de pensar en eso tenía que encargarse de sus compañeros, debía aprovechar que estaban aún en estado de shock. El no era tan bueno como su maestro, aun  estaba aprendiendo la maldición de la serpiente, pero en ese estado de shock la gente era más susceptible y para aumentar más sus posibilidades de éxito no intentaría borrar sino modificar, les haría creer que no fue de la manera que fue, sino que una más común, corrió a pegarle un puñetazo y le sacó la madre a insultos hasta que lo tuvo que noquear para calmarlo, esa sería la historia a usar. Por lo que se puso manos a la obra, en poco tiempo estaba todo listo, ya había acabado con todos y se encaminaba a la enfermería.

 

Al entrar a esta vio que Elena estaba distraída, seguramente aún estaba conmocionada por lo sucedido, por lo que aprovechó que no estaba la enfermera y utilizó la maldición de serpiente en ella. Pero antes de que pudiera hacer nada la técnica fue rota, para la sorpresa de Endomaru. En eso la peli-cobriza se da la vuelta para mirarlo, y cual no fue su sorpresa cuando vio que le sonreía con su usual calma y le preguntó con aquel tono maternal que poseía el cómo se encontraba, haciendo alusión al trato recibido por sus compañeros de salón. Ahora el shockeado era el albino, pero lo disimuló a la perfección. Se acercó a la camilla y vio como el león dormía “se ve encantador cuando duerme” pensó y al darse cuenta se reprendió mentalmente.

 

Tomó un vaso de agua y lo dio vuelta sobre la cara del pelirrojo despertándolo en el acto con un sobresalto. Una vez despierto le dijo que lo esperaba en la azotea y se retiró. Andrew se disculpó con Elena y fue tras el albino que, tal como había dicho, lo esperaba en la azotea de la escuela. Se veía molesto, seguramente estaba furioso dado que su rostro expresaba molestia y no había conocido a persona más inexpresiva que Endomaru.

 

    –Ahora, ¿puedes darme una explicación de que sucedió allá abajo?– cuestionó el albino

    –¿Yo soy quien debe dar explicaciones? Más bien esa pregunta es para ti– contestó molesto –¡¿por qué no hacías nada?! ¡Esos no son nada para ti!–

    –¡Exactamente! ¡No son nada! ¡Me Limito a aguantarlos y después vengarme! ¡Recuerda que no podemos exhibirnos de esa forma ante los monos!– le rebatió molesto. Ante lo dicho el león recién cayó en su metida de pata y bajó la mirada avergonzado. El albino lo miró por un momento y suspiró, recuperó su inexpresividad y le dijo –no te preocupes, no le diré a nadie, y agradece que el maestro me empezó a enseñar la maldición de serpiente… he logrado alterar sus recuerdos–

    –Gracias, mi escurridiza serpiente– le dijo con una pequeña, pero igual de encantadora, sonrisa

    –Hum…no hay de que, hiperactivo cachorro de león– le respondió con una leve sonrisa

    –Ahora sí, tienen muchas cosas que explicarme, aunque ya me he figurado una idea pero no termino de creérmelo; por lo que dejaré que ustedes aclaren todo– ambos se paralizaron, esa voz, esa inconfundible y tranquila voz, que normalmente transmitía una sensación de paz y tranquilidad; en estos momentos sonaba como una sentencia mortal. Se giraron al mismo tiempo y ahí la vieron, tan sonriente como siempre, tan tranquila

    –Elena– dijeron los dos al mismo tiempo ¿Cuánto tiempo estuvo ahí? ¿Cuánto había escuchado?

    –Si se lo preguntan, estoy aquí desde el principio, seguí a Andrew cuando salió de la enfermería…a una distancia prudente…jaja estaban tan enfrascados en su discusión que no se dieron cuenta que estaba aquí jajaja– ella estaba de lo más divertida, pero los dos jóvenes habían empalidecido –se que intentaste hacerme algo en la enfermería, Endo-kun, y sé que tiene algo que ver con eso de llamarse el uno al otro serpiente y león o eso de que llamas a todo el mundo monos, como si de verdad creas que lo son… y algo me dice… que no son solo desvaríos de ustedes, ni que es algún tipo de código, ni nada parecido… es lo de lo más literal… como si pudieran ver algo que los otros no podemos– dijo calmadamente. Ambos, por su parte, maldecían su suerte, esta chica era muy perceptiva, seguro sabe fijarse en los detalles.

    –Haaaa…… de acuerdo, te lo has ganado, además te prometí una explicación… te diré toda la verdad– Andrew se giró a ver con espanto a Endomaru que estaba de lo más tranquilo ¿Cómo era posible que estuviera hablando enserio?

    –No lo harás, no lo permitiré, si lo haces te condenarás– le dijo preocupado, el albino lo miró y suspiró. Le colocó la mano en el hombro

    –Lo siento– y tras disculparse ejerció presión en el punto del hombro, y rápidamente hiso lo mismo en varios puntos de presión del cuerpo del pelirrojo, este no tuvo siquiera tiempo de reaccionar y para prevenir también le inyectó un paralizante con la mordedura de serpiente – te lo explicaré todo, pero debes escuchar hasta el final, sin interrumpir– la chica asintió –comencemos con esto: deshazte de todas tus ideas preconcebidas. Todo lo que has aprendido, todo lo que te han enseñado, absolutamente todo, quítalo de tu cabeza, lo que te contaré estremecerá tu mundo entero. La historia, lo que se dice que es la verdad, la versión oficial, todo puede ser manipulado y es así, lo manipulan aquellos que ganan en la historia, todo lo que enseñan, cuentan, transmiten, todo. Nada es verdad. Por esto mismo si te dicen que no puedes volar, te enseñaré a volar; si te dicen que no se puede matar, mata; si dicen que no robes, roba; si dicen que no puedes hacer algo, hazlo. Todo está permitido. Mientras mantengas esas dos frases en tu cabeza se te abrirán las puestas a la verdad, a los secretos que se ocultan en este mundo, por lo que siempre ten presente: Nada es verdad. Todo está permitido. Bien ahora que estas consciente de esto te comenzaré a explicar– Endomaru miraba serio a una impactada Elena. El viento soplaba con fuerza, la suficiente para hacer que el cabello de ambos flotara en el aire.

 

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Se hiso un pesado silencio, Endomaru tenía los ojos cerrados, como si necesitara de un momento para poder continuar, hasta que lo hiso, rompiendo aquel incomodo silencio.

 

<mantener el secreto. Y por último, se tomo una última medida, si los Kor se adueñaron de la luz, los Villdyret se adueñarían de la obscuridad, por lo que se fundó el bajo mundo. La mafia, el mercado negro, el trafico, etc., todo está bajo el dominio de los Villdyret, solo que la realidad no es como la pintan en el mundo de la luz, de los Kor. Hay mucho que no es o que no se sabe. Esa, querida Elena, es la verdad que tanto ansiabas escuchar. >>

 

Finalmente el albino había terminado su relato, y miraba a la chica con seriedad, que lo miraba con el rostro descompuesto. En ese momento el león se levantó, el efecto del anestesiante había pasado. Se acercó a la serpiente y en vez de golpearlo, que era lo que esperaba el albino, lo abrasó. Fue un fuerte abraso que descolocó a Endomaru e hiso que su corazón palpitara con fuerza, mientras que Andrew le recriminaba una y otra vez su estupidez. El albino intentó calmar al pelirrojo diciéndole que no tenía que angustiarse, que él lo había paralizado y no pudo hacer nada, si se llegaba a saber quedaría fuera de culpa. Eso sí hiso que le golpeara en el estomago, le recriminada diciendo que no estaba preocupado por él mismo sino por el albino, si se llegaba a saber, quien sabe que le harían. Esas palabras hicieron que nuevamente su corazón se agitara, no lo entendía ¿Qué le pasaba? Y ¿Qué era ese calor en sus mejillas? ¿Acaso se estaba sonrojando por lo que dijo Andrew?, pero no se sentía enojado, por lo que no podía ser eso… ¿era acaso vergüenza? ¿Sus palabras le habían avergonzado?...pero…era una sensación agradable. Una femenina voz, les hiso voltearse.

 

    –Yo… también… quiero saber… ¿Por qué lo has hecho? ¿Por qué te has puesto en tal riesgo para satisfacer mi egoísta curiosidad?... ¡se supone que me odias, que odias a la gente como yo! ¡tú mismo has dicho que soy un mono, por eso no querías que me acercara a ti desde el primer día en que te conocí!– decía una Elena histérica

    –…Me pregunto por qué… normalmente el estar cerca de monos me desespera, me molesta y me causa repulsión… pero no me pasa contigo… supongo que simplemente quería que supieras más de nosotros, que nos conocieras y pudieras querernos por quienes somos en realidad… no lo sé, es una sensación nueva para mi… o quizás no tan nueva, solo que no la sentía hace mucho tiempo…– los ojos del albino mostraban cierta melancolía y nostalgia

    –¿Qué soy yo?– preguntó tímida pero curiosa

    –Un mono capuchino– le contestó el león –yo soy un león de melena roja, y él es una serpiente albina, somos unos especímenes muy raros los dos kekeke– dijo recuperando su habitual sonrisa

    –Emm… ¿hay alguna forma de arreglar esto? No quiero que se metan en problemas por mi culpa– dijo la chica cabizbaja

    –Hay una forma, pero no me agrada en lo más mínimo–

    –A mí tampoco– apoyó el albino

    –¿Y cuál es ese método? Díganme, debo poder elegir al menos ¿no?– preguntó acusadora

    –En eso estoy de acuerdo– volvió a apoyar el albino –la posibilidad es que, antes que nos descubran, abras los ojos. En otras palabras que te conectes con tu animal interno y la naturaleza; y además tendrías que jurar lealtad a uno de nosotros, ningún primate que sepa la verdad debe quedar sin voto de lealtad, esa es nuestra ley–

    –Bien– respondió de inmediato a lo que los dos la miraron con sorpresa –no tengo problema, además, sé que no me tratarán como a una esclava o sirvienta– dijo con una sonrisa

    –Eres una confianzuda kekeke–

    –¿Por qué estas tan segura de eso? –

    –Porque somos amigos– ante la sinceridad de esas palabras, el albino no pudo hacer más que sonreír– y… ¿Cómo se hace eso de “abrir los ojos”?–

    –Hay dos formas, una más riesgosa que la otra– empezó a explicar Endomaru –una de las vías es a través de meditación y entrenamiento, es el método largo, se demora unos cuantos meses. La otra vía es la de forzar el “despertar”, y es doloroso, lo he visto; una persona que ya posee la capacidad, que ya está “despierta”, debe forzar a la otra persona a “abrir los ojos”, pero no es sencillo, si no se hace bien puede llegar a incluso acabar con la vida del receptor. Si decides jurarme a mi lealtad, entonces ten por seguro que utilizaré el segundo método, puede que me caigas mejor que otros primates, pero sigues siendo un mono ¿comprendes?– ante lo dicho Elena asintió y Andrew lo miró curioso

    –En el caso que decidas por mí, te daré a elegir el método– dijo el pelirrojo sin apartar la vista del albino

    –Pues…los elijo a los dos– ambos chicos la miraron curiosos –les juraré a ambos lealtad, y creo que es mejor el segundo método a pesar de ser más riesgoso sin duda es mejor, no deberíamos arriesgarnos a que alguien nos descubra mientras me entreno ¿no lo creen?–

 

Andrew miraba con curiosidad al albino, es cierto que el forzar el despertar era arriesgado, pero lo hiso ver como si ese fuera la forma más riesgosa, cuando no era así. Aunque sonara ridículo, la forma larga era la más arriesgada, y no por lo que Elena pensaba, sino porque era un hecho que atreves de ese método había más probabilidades de caer en el salvajismo, nadie sabía la razón solo que era más peligroso.

 

Antes de comenzar, Endomaru le explicó a Elena los riesgos de “despertar”, que una vez hecho no había vuelta atrás, que estaría en contacto con su animal interno y que este siempre estaría al asecho esperando devorar su conciencia, que viviría en un limbo entre su  humanidad y su animal. A lo que le chica respondió muy segura que eso era lo que deseaba, deseaba compartir el mundo de ambos y poder comprenderlos. El albino le pidió que les diera la espalda y se quitara la blusa de la escuela. Ella acató, no sin vergüenza, y quedó con el torso desnudo dándoles la espalda. El pelirrojo se había sonrojado y desvió la mirada, el albino continuó como si nada. Colocó su palma derecha entre los omóplatos de la joven y empezó a murmurar unas palabras en alguna lengua perdida. En ese momento el león pudo ver claramente como el cuerpo del albino se difuminaba y aparecía una gigantesca serpiente blanca que envolvía el cuerpo de Elena que se había puesto a sudar a torrentes, la serpiente acercó su rostro a la cara de la chica y siseó sacando la lengua, volví a su posición original y esta vez colocó su cola como si fuera una lanza apuntando al corazón; de un momento a otro le atravesó el pecho con la cola, el grito desgarrador de dolor se pudo escuchar a quilómetros. Pero no solo fue eso, el grito humano se vio mesclado con un aullido de mono; y entonces lo vio, ahora se veía claramente, la chica antes se podía deslumbrar que clase de mono era, pero como no estaba despierta no se podían apreciar detalles, ahora se veía claramente: un hermoso mono capuchino de pelaje liso, sedoso y brillante, más grande que uno común de su especie y sus ojos con un brillo que expresaban una ternura y pureza nunca vista en cualquier primate. Entonces la serpiente se empezó a difuminar y volvió a aparecer el albino. Entonces lo supo de inmediato, sin haber presenciado jamás antes un despertar, lo había conseguido con éxito. La chica cayó de rodillas totalmente extenuada. Endomaru le explicó a Andrew que lo que vio fue una mera ilusión creada por el cantico ocupado y el gran despliegue de su presencia animal, fue como caer en hipnosis.

 

Al recuperarse, Elena se colocó la blusa y se giró a ver a sus amigos, pero al hacerlo dio un brinco de la impresión, podía verlo claramente, podía ver a sus amigos, pero al mismo tiempo, como si de una figura de aura se tratase podía ver sus animales, quedó cautivada con la belleza del animal interno de sus amigos. “Bienvenida a nuestro mundo Elena” fue lo único que dijo el albino. Inmediatamente la joven les hiso a ambos un juramento de lealtad, que impresionó a la serpiente, no tuvo que decirle como era el juramento, lo hiso impecable.

 

Ya era tarde, el sol ya se empezaba a ocultar. Rápidamente volvieron a sus casas, y le recordaron a Elena que no podía decir ni una palabra y que al día siguiente empezarían a entrenarla.

 

El camino a casa fue en un profundo e incomodo silencio, Andrew pensaba en todo lo acontecido ese día y como su estupidez y descuido había puesto en riesgo a Endomaru y destruido la vida de Elena, se estaba atormentando por ello, sobre todo, y no le daba pena admitirlo, por el peliblanco. En cuanto a Endomaru, eso lo tenía sin cuidado, si no sucedía hoy sucedería mañana o algún día, mientras ella se siguiera juntando con ellos, era inevitable; no, él tenía mejores cosas en las que pensar como por ejemplo: ¿Qué demonios era eso que golpeaba en su pecho cuando Andrew hacia algo por él o le dedicaba alguna sonrisa? ¿Por qué cuando el león estaba cerca suyo se sentía tan tranquilo, en paz,… seguro? ¿Que era ese sentimiento?

 

Estuvieron así todo el camino, sin emitir ni el más mínimo sonido o dirigirse la mirada. Pero de un segundo a otro, antes de llegar a la esquina donde siempre se separaban, Andrew sintió en su pecho un intenso dolor junto a una intensa angustia que le hicieron caer de rodillas al piso mientras se sujetaba el pecho y daba un potente alarido de dolor. Ante esto el albino quedó mudo de la impresión, un segundo alarido le hiso reaccionar y se agacho a su lado para revisarlo y ver que le sucedía. El estar trabajando en el hospital le había ayudado a aprender primeros auxilios y como identificar ciertas dolencias, y a saber actuar ante ciertas eventualidades. Pero por más que lo revisó no parecía un ataque, ni ningún otro problema; se estaba desesperando, la sensación de impotencia y angustia por no poder ayudar al pelirrojo lo estaban volviendo loco. Se le ocurrió llamar a Carlos, pero justo cuando sacaba su celular el joven italiano-español dejó de gritar y empezaba a regularizar su respiración de apoco.

 

    –¿Qué demonios fue eso?– preguntó el albino algo alarmado

    –No es nada, no debes de preocuparte– contestó rápidamente

    –¿Ya ha sucedido antes?– la preocupación estaba escrita en el rostro de la serpiente

    –……si…durante el último mes–

    –¡¿Por qué no me habías dicho nada?!– ahora estaba molesto

    –¡Porque no es de tu incumbencia!– le rugió. Ante esto y con la mirada indignada se arremangó la manga izquierda y le mostro la muñequera que le había regalado

    –Se supone que esto es como un acurdo entre ambos, es la representación física de nuestra amistad– el león miró sorprendido a la serpiente, este jamás declaró a viva voz su amistad –y según entiendo el ser amigos es confiar en el otro y apoyarse mutuamente en las buenas y en las malas. ¡Carajo! ¡¿quisieran confiar en mí?!–

    –¿Confiar?– le repitió con mirada molesta y acusadora –¡Me pides que confíe en ti, que te cuente mis cosas, que me habrá contigo, pero sin embargo, tú no haces lo mismo! ¡si quieras que confíen en ti empieza a confiar en los otros! ¿Quién te crees que er…– su oración quedó inconclusa por un puñetazo que recibió de parte del albino

    –¡No te atrevas a juzgarme! ¡no sabes por todo lo que he pasado! Maldición… eres la primera persona en quien he depositado toda mi confianza, ni siquiera a Carlos o a mi maestro les he dado tanto de mí…–finas lagrimas empezaron a caer por su rostro sin que se diera cuenta –pero entiende que no es sencillo, hay muchas cosas que quiero contarte, que sepas… ¡pero no puedo!– una lluvia de imágenes se le vinieron a la mente en ese momento, un fierro metálico con un sello al rojo vivo, una sala de tortura, unos ojos que desprendían locura, una sonrisa desquiciada, una risa maniática… –hay traumas y heridas que el tiempo no sanan y que solo ocultándolas en lo más hondo puedes seguir adelante– se estaba abrasando a sí mismo –¿y tú me pides que así como así llegue y te las cuente por que a ti se te da la maldita gana? ¡No me jodas! Lo has estado haciendo perfectamente hasta ahora, se que buscas que me habrá contigo, y lo haces estupendamente, pero no es sencillo……haa…haaa…haa…… cuando nos conocimos me llamaste mucho la atención, como nadie más, por un momento pensé, por una insinuación de mi maestro, que si acaso me había fijado en ti desde la perspectiva romántica,… pero después de meditarlo bien y tranquilo cuando nos largamos de aquel estadio, me di cuenta que ya había sentida algo parecido, pero fue hace mucho tiempo… era esa sensación que normalmente tienen los niños, que ven a alguien y se dicen “quiero que esa persona sea mi amiga”,… eso era, quería formar lazos de amistad contigo…haaa… yo… te pido que confíes en mi… si es algo que abre viejas heridas o no es algo que quieras compartir en este momento conmigo… dilo así,… no me desprecies o me digas que no me importa o concierne… solo di “ahora no, dame tiempo” y lo entenderé… porque es lo mismo que te pido a ti, que me des tiempo para poder contarte todo–

 

El pelirrojo miraba impresionado al albino que estaba llorando a toda regla, aunque se había dado cuenta de su estado y estaba tratando de limpiarse el rostro. Pero aún temblaba por, seguramente, los recuerdos que le habrían asaltado, lloraba y se abrasaba a sí mismo. Finalmente el oji-ámbar reaccionó y de un movimiento se levantó y abrasó al albino; se disculpó y le solicitó tiempo, que ya se lo contaría. Lo invitó a su casa -luego de que el oji-púrpura le amenazara con asesinarlo si le contaba a alguien sobre su momento de debilidad-, a lo que aceptó gustoso. Continuaron caminando en un semi-abraso -el albino estaba constantemente preocupado de que no hubiera nadie que los viera-, cada uno estaba así por su propia razón: Andrew para darle contención y apoyo al, aún frágil -emocionalmente-, albino; y Endomaru para sostenerlo si le venía otro ataque. En el camino llamó a su maestro para avisarle que llegaría más tarde porque pasaría a la casa del pelirrojo, a lo cual la serpiente mayor no opuso problema alguno.

 

Caminaron otros cinco minutos y finalmente llegaron a… no se le podía llamar casa ¡eso era una maldita mansión! El albino miraba sorprendido al pelirrojo.

 

    –Creí que eras de los que poseen el dinero justo– le dijo mientras le miraba con una ceja alzada, ya había recuperado su usual semblante inexpresivo, lo único que lo delataban eran sus enrojecidos ojos

    –Pueees… nunca preguntaste, por lo que…no le encontré…¿importancia?– dijo cada vez más dubitativo

    –De acuerdo…habla, te doy diez minutos para que me expliques y no saldrás herido–

    –Pues… yo soy un Dilone ¿recuerdas? De Italia ¿no te suena?– preguntó dubitativo

    –Dilone Famiglia– pronunció en italiano –es una de las familias mafiosas más poderosas e influyentes en toda Italia, se dice que la casta principal está asentada en Venecia, pero están por toda Italia…solo en Italia– ese énfasis en las últimas palabras daban claramente a entender: te criaste en España

    –Lo que sucede es que mi familia no quería continuar con esa vida… mi padre no era un Dilone de sangre, era griego, no me acuerdo del apellido, y se enamoró de mi madre que era la segunda hija del cabeza de la familia, demostró su valía y le permitieron casarse con mi madre y adoptó el apellido de la famiglia, abandonando el propio, como una muestra de fidelidad. Pero a mi madre la agobiaba esa vida y como no era la heredera inmediata, sino su hermano mayor, le solicitaron al cappo si podía retirarse del país y vivir tranquilamente. El cappo dio su consentimiento y les ofreció todo o que necesitasen, pero ellos querían empezar de cero. Y así lo hicieron, no vivimos una vida llena de lujos ni nada por el estilo, era una vida humilde, vivíamos casi con lo justo, pero éramos felices, una feliz familia de cuatro– el albino lo miró dudoso

    –¿Cuatro?–

    –Esa, mi amigo, es una historia para otro momento– dijo con la mirada baja, ocultando su mirada con su cabello y su sonrisa parecía amarga. Cuando volvió a levantarla era nuevamente el mismo…o más bien trataba de aparentarlo –todo iba de maravilla…hasta que alguien, seguro enemigo de la familia, dio con nosotros y nos atacó, quemaron nuestra casa en Sevilla y mataron a mi madre… pudimos escapar gracias a mi padre que nos llevó con un amigo suyo para que nos cuidara…era el maestro Alfredo… luego mi padre se fue, estaba gravemente herido, lo más seguro es que haya muerto,,, porque jamás volvió… el maestro contactó con la familia y nos brindó protección y fondos, por lo que me he acostumbrado a vivir en lugares como este pero mi crianza no corresponde a esto kekeke ¿te ha convencido mi historia? ¿me dejarás ir sano y salvo?– le dedicó una sonrisa que hiso que el pecho del albino diera nuevamente ese golpeteo desconcertante.

    –Si– dijo pasando a su lado y dándole un manotazo en la nuca

    –¡¿Y eso por qué?!–

    –Porque me dio la gana–

 

El pelirrojo suspiró resignado y sacó sus llaves para abrir la puerta, pero antes de que lograra colocar la llave en la cerradura, una mucama abrió mirando a ambos les sonrió y les dio el paso, saludó cordialmente al moreno y rápidamente le empezó a hablar en italiano

 

    –Signore, se mi permettete una parola ... (señor si me permite una palabra)– el pelirrojo asintió, mientras el albino miraba un viejo reloj cucú que había en la entrada –quella persona è molto pericoloso, e fammi anniento. Se vi preoccupate per lui, lo farò senza dolore. Ma non è sicuro per voi, che retille…(esa persona es muy peligrosa, permítame y lo aniquilo. Si se preocupa por él, lo haré sin que sienta dolor. Pero no es seguro para usted, ese reptil…)– esto indignó al pelirrojo, pero antes de que dijera nada el albino empezó a hablar, para sorpresa de todos y espanto de la mucama, en un perfecto y fluido Italiano

    –Regola numero uno: assicuratevi se si va a parlare un’altra lingua davanti al vostro obiettivo, questo non parla la stessa lingua (regla numero uno: asegurate si vas a hablar en otro idioma frente a tu objetivo, que este no hable ese mismo idioma).– dijo en tono mordas –Regola numero due: se avete intenzione di uccidere qualcuno, assicuratevi di diventare più forti e hanno più capacità, altrimenti la tua morte sia vana (Regla número dos: si vas a matar a alguien, asegurate de ser más fuerte o tener más abilidad, de lo contrario tu muerte será en vano).– se hiso un pesado silencio –Rettile mi chiamano indietro e giuro che ti ammazzo, tu sai chi sono e so che non esiterò a farlo. Despreocúpate Altrimenti, io non farò nulla per Andrew (Vuelve a llamarme reptil y te juro que te mato, sabes quien soy y sabes que no dudaré en hacerlo. Por lo demás despreocupate, no le haré nada a Andrew).–comcluyó, se le quedó mirando al pelirrojo hasta que este reaccionó y lo llevó hasta su habitacón.

 

Pasaron el resto de la tarde haciendo los deberes y bromeando un poco, o más bien Andrew bromeaba y luego se frustraba cuando el albino se terminaba burlando de él. Hasta que finalmente llegaron al tema de Elena, la serpiente le hiso ver al león que tarde y temprano sucedería y que no se mortificara. Estuvieron planificando el como la entrenarían y como encontrar un maestro mono, también se dieron cuenta de que no tenían más opción que contarle a sus maestros, es mejor que se enteraran por ellos que por terceros. Finalizando todo se quedaron en un cómodo silencio mientras escuchaban música clásica que tenía el pelirrojo en un CD

 

    –¿Podrías contarme sobre ese plural que utilizaste antes allá afuera?– pidió con calma

    –…– solo asintió

    –¿tiene que ver con lo que te sucedó en la calle?– el albino era muy perceptivo y todo apuntaba a que estaba relacionado

    –…– Andrew solo asintió otra vez. Se hiso nuevamente el silencio durante un par de minutos –yo no soy hijo único, Endomaru,... tengo un hermano menor... un hermano gemelo, nací segundos antes que él– el albino lo veía sorprendido. En todo el tiempo que habia estado en la casa habian paseado por todas partes, habia conocido a todo el servicio, habia visto al maestro Alfredo, pero nunca al dichoso gememlo –somos gemelos identicos, siempre nos gustaba hacerle jugarretas a nuestros padres o al maestro, a todos en realidad, aunque a nuestra madre nunca la logramos engañar, nos sabía diferenciar a la perfección... éramos muy unidos– la melancolía y el dolor inundaron su voz y sus ojos

    –¿Éramos? ¿ya no? ¿Qué sucedió?– preguntó preocupado y temiendo lo peór

    –…hace años…dos después del incidente donde perdimos a nuestros padres…nos volvieron a atacar, no pudieron contra nosotros, el maestro y los guardias pudieron hacerlos huir…pero lograron secuestrar a mi hermanito… lo raptaron– dijo con la voz quebrada y comensando a llorar –lo he buscado deseseradamente por años, pero no lo encuentro, de ves en cuando puedo sentir lo que siente gracias a nuestro vinculo de gemelos... pero no logro dar con él...– al ver la desesperación y angustia del pelirrojo, el albino sintió como si su pecho se contrajera dolorosamente y rapidamente abrasó al pelirrojo que le correspondí el abraso y continuó ablando escondiendo el rostro en el hombro ajeno –hace un tiempo atras cuando me decidía a venir o no a buscarte...estaba tras la pista de mi hermano, era la primera en años y no queria perderla, pero también queria encontrarte...y para mi suerte su rastro me trajo hasta Yokohama, por lo que mataba dos pajaros de un tiro, pero tambien comencé a sentir el dolor agonisante de mi hermano, viene de vez en cuando,...está sufriendo !mi hermano sufre y no puedo hacer nada!–

    –Te ayudaré a buscarlo, usaré todos mis contactos e influencias para conseguirlo, te aseguro, que si estan en Japón, lo encontraremos– le dijo aún abrasandolo

    –Gracias–

    –¿Como se llama?–

    –Leonidas–

 

Después de aquello se quedaron así un buen rato hasta que ambos se quedaron dormidos en esa pocición. A las nueve de la noche el maestro Alfredo fue a avisarles la hora y se encontró con aquella escena, solo sonrió y se dijo que los dejaría en paz una media hora más. Dicho y hecho, a las nueve y media los despertó y obligó a Endomaru a comer con ellos, lo convenció cuando le dijo que ya había hablado con su maestro. Fue una amena cena y una vez terminada se retiró. Esa noche ambos jóvenes les contaron a sus maestros lo acontecido ese día y como era de esperarse ambos estaban furiosos y les ordenaron que la llevaran a entrenar a la casa de uno de los dos para correr el menor riesgo posible, además intentarían encontrar un maestro que le enseñara el estilo de combate de los monos. Finalmente ese día había acabado, estuvo muy agitado y por lo tanto estaban agotados. Esa noche ninguno durmió tranquilo, Endomaru soñó con su pasado y Andrew soñaba con su hermano en un lugar extraño lleno de tanques de agua de brillo verdoso y un científico de risa espeluznante.

Notas finales:

1 Así on se llama en rigor el ramno pero decidí pornerlo así, cualquier queja o mejor aún alguna sugerencia para llamar a aquel ramo, bienvenido sea :3
2 Ese es el nombre que escogí para los decendientes de primates, si no les termina de convencer agaanlo saber y en el siguiente cap les daré otras opciones que tengo

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Bueno pueeeess....¿que les pareció?¿les gustó no les gustó? cualquiera que sea su apreciación agradecería un review.

Les tengo que pedir un par de cosas para el siguiente capitulo: ¿Quien quieren que sea mayor Andrew o Endomaru?. Debo tambien solicitar que me digan entre cuatro a siete animales que les gustaria que aparecieran, animales que no irian en la lista son: serpiente, león, mono, y lobo. Esto es para el desarrollo del proximo capitulo y piensenlos como aliados para nuestros protagonistas. Y Tambien la nacionalidad de para cada animal (no es nesesario qe digan "conejo-autralia, loro brasil...." no, más bien es, si dicen cuatro animales, proponer cuatro naconalidades, siete animales - siete nacionalidades.

Tambien me veo en la obligacion a recordar que como esto se contrulle con ustedes, pueden pedirme que suceda tal o cual cosa o que aparescan personajes con cierta personalidad que a ustedes les guste o lo que sea, lo incluiré en la brevedad posible.

 

Un ultimo mensage, como he estado tanto tiempo sin actualizar tengo esta semana publicar almenos dos capitulos, este y otro más, y la proxima semana tambien dos más, por lo que el tiempo que esperaré por reviews será de 48 hrs antes de empezar a escribir el siguiente cap. Esto es como compensación por mi desaparición.

 

Sin más que agregar y esperando hayan disfrutado los saluda atentamente Bellphegor.

PD: dejen riview porfis <3


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