La vida continuaba melancólica pero como solían decir “La distancia es la mejor medicina”
Lu Han trabajaba a diario ayudando en la pensión, eso le ayudaba a distraerse, era mejor que quedarse descansando en el cuarto alquilado de la señora Choi y solo pensar y recordar cosas dolorosas, la Sra. Choi se había dado cuenta del estado de Lu Han gracias a los constantes vómitos y mareos, ella quien por cierto era un pan celestial, demasiado buena y cariñosa había aceptado con normalidad cuando Lu Han le contó que no era estudiante y que estaba embarazado, y desde entonces siempre le llevaba bocadillos a alegando que en el embarazo eso de los antojos era súper importante, porque el bebé podría salir malhumorado, o con algún tipo de malformación al igual que su hijo MinHo , eso obviamente lo había dicho de broma, haciendo sonreír al ahora peli castaño..
“No seré malhumorado”
Las náuseas, mareos y dolores de cabeza, simplemente eran demasiado difíciles de aguantar, pero la personita que los causaba era suficiente para soportarlo.
“Lo siento, simplemente no pude tolerar esos fideos con kimchi, lo siento mamá”
La mayoría de veces antes de dormir Lu Han siempre charlaba largo y tendido con su pequeño hijito, haciendo planes a futuro, o simplemente cantándole alguna canción.
“Estoy seguro que eres tan hermoso como tu voz”
Charlaba con Tao por teléfono, mediante mensajes, sobre su día a día, y siempre trataba de omitir mencionar si quiera al desgraciado de Oh.
Estar lejos de Corea simplemente era como dar un respiro profundo, podía permitirse pensar y meditar todo, acerca de absolutamente todo.
Conforme pasaban los días, la ansiedad iba desapareciendo de a pocos, y al encontrar nuevos amigos tan buenos y amables como lo eran Choi MinHo y su mamá, Lu Han no podía evitar sentirse encariñado por ambos, eran tan amables que siempre se preocupaban por él, sobre todo MinHo quien pareció algo distante cuando se enteró del embarazo del castaño, y por lo cual decidió preguntarle sobre el padre, eso congeló y desconcertó tanto a Lu Han que sintió como un baldazo de agua helada, sintió como si el hablar de eso sería reabrir un libro viejo de malas experiencias, pero sabía que tenía que contarle a él, a alguien que había hecho mucho por él, a un verdadero amigo que siempre parecía preocupado por él, que le ayudaba a cargar cosas pesadas, que hacía todo para que el nunca este triste y que a veces se hacia el torpe para hacerlo sonreír, que le decía palabras de aliento cuando lo necesitaba, que le traía pastel todas las tardes de su trabajo, pero sobre todo de aquel que le ayudaba moralmente diciéndole lo valioso que él era, que su bebé sería afortunado por tenerlo como padre, y así lo hizo, le contó todo y en ese preciso instante MinHo pareció tan molesto y enojado que se dedicó a abrazarlo, calmarlo, hacerle compañía hasta que Lu Han quedó dormido, luego de eso no volvieron a tocar el tema, no lo valía, Dijo MinHo.
“Después de todo no lo volverás a ver”
“No lo volverás a ver ni en retrato, ni su sombra, nada”
“Juro que el pagará todo lo que te hizo”- Esas fueron las palabras de Choi cuando Lu Han contó el relato.
Conforme pasaba el tiempo Lu Han se iba dando cuenta de que era mejor estar así, ya casi no se atormentaba con Se Hun, ni su recuerdo, trataba de estar tranquilo, así que tal vez podría establecerse en China, allí criaría a su hijo.
Trataba de pensar solo en cosas buenas, estar siempre de buena gana y sonreír.
La daga estaba aún recién sacada de la herida de su corazón, pero tendría que pasar un muy largo tiempo para tratar cicatrizar, la herida estaba fresca, pero Lu Han trataba de no pensar en ello, no le hacía bien al bebé.
La mayoría de veces trataba de imaginar que nombre le pondría a su bebé, en imaginar cómo sería sus ojitos, de qué color serían, cuando nazca, su rostro, su naricita, su boquita, cabello ¿Sería como el suyo?, esperaba que sí, aunque de todos modos iba a amarlo con la vida, Lu Han imaginaba del como sus pequeñas manitos sostendrían su dedo, y como sonreiría cuando le haría caritas.
Era una ilusión tan preciosa.
Se maldijo a si mismo por haber pensado en abortarlo por un maldito pendejo que no vale nada.
Tal vez si lo hubiera perdido, ¿Ahora estaría con Se Hun? Lo más seguro era que sí, pero su vida hubiera sido tan patética y miserable, recibiendo ni siquiera migajas, siendo despreciado, tratado como el plato de segunda mesa, como el otro, como el amante, como el que se come las sobras de los demás.
Sintió asco de sí mismo por pensar si quiera en eso, ahora tenía su tesoro y adoración creciendo en el vientre, además ahora no se sentía tan solo, su rayito de luz estaba creciendo sano, y si bien era cierto , cuando Lu Han fue al checarse del proceso de su embarazo, lo lastimó mucho el ver a todas esas personas con sus parejas tomadas de la mano esperando su turno de revisión, algunos papás frotaban el vientre de sus parejas y parecían preocupados, algunas mujeres orgullosas de su embarazo, como diciendo “El papá de mi bebé SI está preocupado por su hijo y SI lo ama”
Eso lastimaba tanto, que Lu Han solo pensaba que tal vez el destino hubiera sido distinto si Se Hun si lo hubiera amado de verdad, y sería diferente, una buena persona, amable, que si hubiera aceptado a su hijo ¿Estaría también como una de esas mujeres orgullosas? ¿Se Hun acariciaría su vientre de ese modo tan cariñoso y con ese hermoso brillo en los ojos? ¿Qué lo mire con amor? ¿Qué le agradezca el haberle dado un bebé? ¿Qué le diga que lo ama y que es la bendición más hermosa?
Lu Han se maldijo de nuevo por ser jodidamente iluso y soñar con una tontería así.
-¡Basta! Deja de ser estúpido, el solo actuaría así con ella, con Irene, porque van a casarse y porque ambos se merecen, porque ella le va a dar hijos ante todo el mundo, porque él siempre la prefirió a ella, porque él solo quería hijos con ella, porque lo odias y porque arruinó tu vida y quiso matar a su propio hijo, te violó hasta el cansancio y nunca te valoró, ni un te quiero te dijo, jamás Lu Han, sí que no vuelvas a pensar tonterías- Se dijo internamente a sí mismo.
Cuando se dio cuenta, unas lágrimas salían de sus bonitos ojos marrones.
Se sintió tan mal, parecía que todas esas mujeres alardeaban de sus esposos, hijos, dinero, familias, y él era el único padre/madre soltero, así que al sentirse como mierda, solo optó por tratar de salir de allí.