Me encontraba en una habitación vacía, completamente blanca, miraba hacia todas direcciones, buscaba alguna salida una señal, algo que me sirviera de referencia, pero no podía ver nada, la desesperación comenzó a apoderarse de mí, me sentía sólo y desprotegido, como si de la nada el mundo me hubiera dado la espalda. Comencé a correr sin rumbo fijo, pero no importaba cuando avanzara, nada cambiaba como si la habitación fuera infinita, las lágrimas empezaron a acumularse en mis ojos, quería que alguien estuviera conmigo, que alguien cualquier persona me ayudara, que me dijera que todo iba a estar bien, no pude más, mis piernas infantiles me fallaron e inevitablemente caí al suelo. Me sentía demasiado débil como para hacer un esfuerzo por pararme, de repente comencé a escuchar risas que sonaban distantes, junte las pocas fuerzas que tenía y me reincorpore hasta quedar nuevamente de pie. Levante la mirada y pude ver como delante de mí a una distancia prudente se encontraba una multitud de personas, de repente la gente comenzó a rodearme y las risas pararon, se sentía inseguro, no conocía a nadie de los que estaban ahí. Me quede quieto esperando a que alguien se acercara y me explicara que estaba pasando, pero no pasó nada, de un momento a otro la multitud comenzó a cuchichear, no podía escuchar nada de lo que decían, pero estaba consciente de que no era nada bueno por las miradas que me mandaban. Todos me observaban fijamente, eran unos ojos fríos, vacíos llenos de desprecio, las voces comenzaron a subir de tono y es cuando escuche las cosas que decían, que era un monstruo, que todos estarían mejor sin mí, que me largara de una buena vez. Lleve una de mis pequeñas manitas a la altura del corazón y sujete con fuerza mi playera, sin poderme contener más las lágrimas que había estado reteniendo comenzaron a descender mojando mis mejillas. Dolía, dolía demasiado, ¿Qué había hecho para que lo trataran así?, solo era un niño, porque tenían que tratarme de esta manera tan cruel, yo no había hecho nada para merecerme esto, no soporte más escuchar sus insultos y salí corriendo, no me importaba a donde me dirigiera, solo quería alejarme, sólo quería dejar de sentir este dolor. Trataba de limpiar mis lágrimas con mi brazo, pero inmediatamente nuevas lágrimas surgían. De repente todo volvió a quedar en silencio, una oscuridad comenzó a invadir el lugar, hasta que llego donde yo estaba y fue cuando…
- Ahhh… - desperté de repente con la respiración agitada y sudor en mi frente
- Naru – escuche como me hablaba Sasuke, inmediatamente lo abrace con todas mis fuerzas tenía miedo a soltarlo y que me dejara solo – tranquilo ya paso – me dijo con una voz calmada mientras me correspondía el abrazo y con delicadeza acariciaba mi espalda.
- No me dejes – le dije de repente, pude ver como se sorprendía ante mis palabras – promete que no me dejaras – volví a pedirle mientras me aferraba más a él.
- Te lo prometo – me susurro en el oído – te amo demasiado como para dejarte.
- Gracias, gracias por amarme – le dije más calmado
- No tienes que agradecerme – se separó un poco de mi para vernos a los ojos – soy yo quien tiene que darte las gracias – me dedico una sincera sonrisas, de esas que solo yo puedo ver - ¿qué paso? – me pregunto más serio
- Tuve una pesadilla, pero olvídalo no es nada importante, será mejor que volvamos a dormir.
- ¿Estás seguro? – pregunto no muy convencido
- Si – no quería agobiarlo más, no tenía sentido, aunque pude ver en sus ojos que no estaba completamente de acuerdo
- Ok – suspiro - sabes que puedes decirme cualquier cosa que te moleste – termino por rendirse, sabía que yo podía ser un necio y que por más que lo intentara no encontraría la forma de sacarme la información.
- Lo sé – nos volvimos a acomodar, él me abrazo de la cintura apegando lo más posible nuestros cuerpos. Inmediatamente él se quedó dormido, no lo culpo había tenido un día muy pesado, por eso decidí no seguir hablando del tema. Hice el esfuerzo por volver a dormir, pero no podía, en mi mente se repetían una y otra vez las escenas de ese sueño tan raro que tuve, parecía tan real y no podía dejar de sentir esa opresión en mi pecho, como si aquello ya hubiese pasado, pero eso era ridículo, aunque la sensación fue un tanto similar a lo ocurrido en el hospital, estuve mucho tiempo dándole vueltas hasta que ya no pude más, no sé en qué momento me quede dormido.
Sasuke acababa de ingresar al hospital Sharingan, para empezar con su turno, siempre que hacia aparición escuchaba varios suspiros y los mismos comentarios por parte de mujeres y donceles que no habían entendido todavía que él estaba en una relación estable, pero ese día no pasó nada de eso, además podía ver como varios de los empleados comentaban algo con cara de preocupación. Eso hice que se preocupase, lo más seguro es que algo muy grave hubiera pasado.
- Ino – llamo a una de las enfermeras, ella al principio también era parte de sus acosadoras, pero después de un tiempo comprendió que el Uchiha era feliz junto a Naruto y decidió darse por vencida, incluso llego a hacerse buena amiga del rubio.
- Hola Sasuke-kun
- ¿Paso algo? Veo que todos están muy preocupados.
- ¿No te has enterado? – como respuesta Sasuke solo negó con la cabeza – parece ser que anoche violaron la seguridad del hospital
- ¿Quién? – eso sí que lo desconcertó, el hospital contaba con uno de los mejores sistema de seguridad debido al tipo de clientes que atendían, que era gente muy poderosa e influyente, eso sin duda debió ser el trabajo de alguien realmente hábil y que lo planeo con mucha cautela.
- No se sabe, están investigando pero no han encontrado nada que indique el paradero del culpable.
- ¿saben lo que buscaba?
- No, no saben nada, o por lo menos no nos dicen nada, es por eso que todo el mundo está muy preocupado.
- Uchiha-san – escucho como era llamado – Sarutobi-sama quiere hablar con usted en su despacho.
- entiendo, ahorita mismo voy – con esto el hombre se retiró con una reverencia – lo siento Ino
- No te preocupes, trabajo es trabajo, aunque ahora que lo pienso últimamente te ha llamado mucho el doctor Sarutobi ¿puedo saber el motivo?
- Lo siento, pero es algo privado- comento ligeramente molesto, puede que ya no le molestara la chica, pero eso no quitaba que le era un fastidio cuando trataba de inmiscuirse donde no debía.
- que mal – hablo con fingida tristeza - ya que – levanto los hombros resignada, nos vemos luego Sasuke-kun
- Adiós- así cada uno se fue, Ino para seguir con su trabajo y Sasuke hacia el despacho del director del hospital.
Itachi llegaba a su oficina con una pequeña sonrisa que dejo sorprendido a todo aquel que lo viera y que causo algunos suspiros ya que era poco común que el moreno irradiara un aura de tanta felicidad y no porque el moreno fuera un amargado o algo por el estilo, sino que simplemente era alguien muy serio a la hora de trabajar, pero a él no le molestaba las miradas curiosas, solo lo dejaba pasar sin prestar verdadera atención. Llego hasta su oficina que se encontraba en el último piso donde lo esperaba una hermosa mujer de cabello corto lacio de color azul y ojos ámbar
- Itachi hola - hablo muy animada la mujer para depositar un pequeño beso en la mejilla derecha del moreno.
- Hola Konan - contesto él para hacer el mismo gesto con la chica, si puede que ella fuese su compañera de trabajo, pero la relación entre ellos era tan estrecha que ya nadie se sorprendía de verlos tratarse de esa manera tan afectuosa - dime para que soy bueno.
- Creo que para muchas cosas – bromeo con el mayor, para inmediatamente ponerse seria – pero justo ahorita quería checar unos detalles de los últimos contratos - la mujer comenzó a señalarle algunas partes de los contratos ya que ella era la encargada de la parte legal de la empresa, todo esto sin perder de vista ese exceso de felicidad del moreno - ¿porque últimamente estas tan feliz?- pregunto sin poder contenerse más la curiosidad
- ¿eh?- pregunto confundido ante la repentina pregunta - ¿de qué hablas?
- No te hagas el que no sabe - hablo mientras tomaba asiento frente al moreno - últimamente andas sonriendo más que de costumbres
- por supuesto que no - contesto a la defensiva - además no veo que tenga esto que ver con el trabajo
- no trates de cambiar el tema que sabes que no funciona conmigo, te conozco demasiado bien para saber que algo te está pasando - lo miraba fijamente tratando de leer sus expresiones - y algo muy bueno debe de ser
- está bien - suspiro para rendirse - no te puedo engañar, yo... conocí a alguien- contesto desviando la mirada por lo que no pudo ver el gesto que puso la mujer
- ¿Enserio? ¿Quien? - pregunto un tanto preocupada
- un doncel, se llama Deidara Seiryuu*
- ¿lo conozco?
- no, él no es de aquí, lo conocí de casualidad hace unos días
- ya veo – estaba muy pensativa, su sexto sentido le decía que tenía que tener cuidado, salió de sus pensamientos cuando su teléfono sonó indicando que había recibido un mensaje - debo irme, después me cuentas más sobre él de acuerdo - le dijo al azabache haciéndole entender que no era un favor sino una orden
- si no me dejas de otra - se levantó para acompañarla a la puerta
- nos vemos, cuídate - le dio un abrazo
- tú igual, te veo después – una vez que estuvo solo Itachi camino hasta quedar en frente del gran ventanal que tenía en su oficina y le daba una hermosa vista de la ciudad, miro al cielo que en esos momentos estaba completamente despejado y sonrió al recordar los ojos azules de cierto rubio, tenía que reconocer que era cierto que últimamente tenía un mejor humor y todo gracias a ese doncel.
Flashback
Se dirigía al mismo restaurante, tenía la pequeña esperanza de poder encontrarlo en aquel lugar, entro y recorrió con la mirada el lugar, se decepciono a no verlo, decidió tomar asiento para esperar un rato. Ya había pasado más de dos horas cuando se dio por vencido, se levantó de su silla y se retiró. Apenas había dado unos pasos fuera del establecimiento cuando escucho una voz conocida detrás de él.
- ¿Me buscabas? – inmediatamente volteo y se encontró con el rubio que ocupaba sus pensamientos quien le dedicaba una gran sonrisa.
- Ya quisieras rubio – fingió desinterés aunque en verdad estuviera emocionado de verlo – ni que fueras tan especial
- ¡¿Quién te crees?! – grito haciéndose el ofendido – sabes no se ni para que vine a buscarte – se cruzó de brazos y le dio la espalda – mejor me marcho, seguro encontrare a alguien más interesante que tú. Hizo gesto de irse cuando fue sujetado de un brazo.
- Tranquilo rubio
- Deidara – le interrumpió al mayor – mi nombre es Deidara Seiryuu, no rubio
- Ok, vaya que carácter tienes – comento divertido, sin duda que tenía un carácter explosivo, ese doncel - Bueno, ya que nos estamos presentando mi nombre es…
- Itachi Uchiha, ya me lo habías dicho
- Así que te acuerdas, no te culpo soy alguien difícil de olvidar – con una sonrisa de medio lado características de su familia
- Ja, no te creas tanto Uchiha o me largo y te dejo solo como la última vez
- está bien, relájate, solo quería jugar un poco contigo, hay un bar aquí cerca que te parece si vamos
- De acuerdo, pero tú pagas
- Trato – así ambos comenzaron a caminar rumbo al bar. Al llegar vieron que no había mucha gente, lo más probable es que se debiera a la hora que era y que era entre semana. Tomaron asiento en la barra, inmediatamente el bar tender los atendió. Comenzaron una plática muy amena donde, él le conto al blondo que era el vicepresidente de Uchiha Corp y el rubio le dijo que trabajaba como escultor, aunque no tenía necesidad de trabajar ya que contaba con recursos suficientes que había heredado de sus padres.
- porque huiste la otra vez – pregunto de repente el moreno y observo como el ojiazul se tensaba por un momento, pero inmediatamente recuperaba su actitud calmada.
- fácil, estábamos cerca del hotel y corríamos el riesgo de que mi hermano mayor nos viera, él es demasiado sobreprotector conmigo
- ya veo y no te preocupa que nos pueda descubrir aquí
- no, el ya regreso a casa, yo me quedare a vivir aquí una temporada, ya sabes quiero cambiar aires
- eso me alegra, así me será más fácil conquistarte
- pues te deseo suerte, no soy nada fácil
- me gustan los retos – respondió divertido
Después de eso estuvieron un rato en el bar hablando de trivialidades, cuando ya empezaba a hacerse más tarde Itachi lo acompaño hasta su nuevo departamento.
- Así que es aquí donde vivirás
- Si – contesto mientras buscaba las llaves
- Es un buen lugar- y en verdad lo era, el departamento se encontraba en una de las zonas más caras de la ciudad - ¿no me invitas a pasar?
- No
- ¿por qué?
- Solo no se me da la gana así que ya te puedes marchar
- Bien, pero primero quiero algo – sin darle tiempo de pensar al rubio, le robo un pequeño beso, para después salir corriendo con una sonrisa digan de un niño que acaba de cometer una travesura.
- ¡Mendigo Itachi! Donde vuelvas a hacer eso te castro – le grito al moreno que acababa de tomar el elevador
Fin Flashback
Estaba convencido ese doncel era especial y se encargaría de conquistarlo sin importar lo difícil que fuera, él era un Uchiha y cuando un Uchiha quiere algo lo conseguía.
Naruto acababa de llegar a su departamento, esa noche estaría solo ya que Sasuke debía de quedarse a hacer guardia en el hospital y no llegaría hasta la madrugada. Se encontraba cansado, lo único que quería era una rica cena, un baño caliente e irse directo a la cama.
Termino de cenar y estaba dispuesto a tomar su baño cuando el timbre sonó, fue a abrir y vaya sorpresa que se llevó al ver que se trataba del mismo pelirrojo que había visto hace poco en el parque.
- Buenas noches, yo… oye tú eres el rubio del otro día
- Si soy yo, buenas noches, que sorpresa verte aquí
- Lo mismo digo, no cabe duda que el mundo es pequeño, justo me acabo de mudar unos pisos más abajo
- ¿enserio? En ese caso seremos vecinos
- vaya, en ese caso ahora estoy más convencido de que hice una buena elección al mudarme aquí – le dedico una pequeña sonrisa.
- Naruto cálmate – se decía a sí mismo en su mente ya que no pude evitar sonrojarse ligeramente ante el comentario del otro – jaja que cosas dices, por cierto me llamo Naruto Uzumaki – extendiéndole la mano
- Es un gusto Naruto – tomando la mano para depositar un pequeño beso en ella – me llamo Sabaku No Gaara, lamento si te moleste sólo quería conocer a mis vecinos.
- No te preocupes no es ninguna molestia, pero es una lástima que ahorita Sasuke no se encuentre, pero tenía que trabajar en el hospital, es que él es médico.
- Ya veo – hablo con el ceño ligeramente fruncido – será para la próxima, bueno ya es tarde, será mejor que te deje.
- Claro, ya nos veremos después.
- Por supuesto, nos vemos – entro al elevador – por cierto, te ves mejor cuando sonríes – seguido a eso el elevador cerro sus puertas.
Con esto dejo al rubio que tardo unos segundos en reaccionar e ingresar a su departamento. Una vez que cerró la puerta no pudo evitar pensar en esa sensación que tuvo cuando vio esos ojos aguamarina, sacudió su cabeza para dejar esas locas ideas, lo más seguro es que el cansancio le estaba afectando, lo mejor era apresurarse para poder ir a dormir y estar fresco al día siguiente, ya que Sasuke quería ir con su familia para decirles lo del compromiso.
Orochimaru se encontraba en su oficina revisando unos papeles cuando escucho como tocaban a su puerta.
- Adelante – dio el permiso
- Orochimaru-sama – hizo una pequeña reverencia
- Ah, Kabuto – hablo con interés dejando a un lado los documentos que estaba viendo – ¿ya tenemos alguna información de parte de alguno de mis protegido? – pregunto con gran interés
- sí, aquí esta – le entrega un sobre con varios papeles
- ¿qué es? – pregunta mientras empieza a abrir el sobre
- es un expediente clínico – ante esto el otro levanto una ceja indicándole que explicara más – al parecer hace dos años y medio Naruto-kun llego de urgencias al hospital Sharingan donde fue atendido por traumatismo cráneo encefálico* moderado ocasionado al ser atropellado, estuvo inconsciente por tres días, según el expediente médico esto le provoco amnesia retrógrada, es decir, no recuerda nada de lo ocurrido previo al accidente.
- Ya veo, así que ese es el motivo por el que no habíamos sabido nada de él hasta ahora – se dijo más para sí mismo mientras leía detenidamente cada hoja del expediente.
- Así es, además ahí dice que fue identificado con el apellido Uzumaki.
- Ya veo, esto es interesante – menciono con una retorcida sonrisa que confundió a Kabuto
- ¿Qué ordena que se haga señor?
- por el momento nada, deja que ellos sigan como hasta ahorita, cuando llegue el momento apropiado actuaremos.
- Como ordene señor- hace una reverencia y se retira de la oficina.