Sobre el techo del edificio de oficinas Gubernamentales de Corea, se podía escuchar una voz.
— ¿Qué? ¿Por qué tengo que ir a buscar a un niño perdido?— Jiyong gritó en su celular.
—Es parte de tu trabajo. Mira, haz esto y tal vezpodrás dejar de soñar con aquel ascenso, ¿de acuerdo? El niño tiene sangre azul. Es el hijo del Gran Jefe.
— ¿De la realeza? ¿Te refieres al Rey Celestial? ¡Tiene cientos de esposas allá arriba! ¿Exactamente qué tan cerca de la corona está este niño?
—Cielos, cielos, ¿Acaso no sabes que no nos gustan los chismes?. Y viniendo de alguien al que por lo general le importa un comino lo que fuera…si tanta curiosidad te da, te diré que la esposa número siete es su madre.
—Bueno, y qué ¿No tiene un celular interdimensional? ¡Llámalo por teléfono!
—Es probable que si tenga un celular, excepto que hay una clase de interferencia en el lugar. No es que tengamos dudas de quien está interfiriendo con la señal, pero no hemos logrado confirmar la fuente. La dimensión Celestial tiene que lidiar con sus políticas internas.
—Y ya qué este es suproblema, ¿Por qué no lo resuelven ellos?
— ¿Te has olvidado que tan cercanos son el Rey Celestial y el Rey Demonio? Solo ve a buscarlo. Las puertas tanto para el Cielo como para el Hades han sido bloqueadas
por la duración de la búsqueda, así que nadie irá a casa hasta que el niño sea localizado. Cuídalo bien.
—Al parecer no tengo otra opción. De acuerdo, buscaré al niño por ti, como algo extra a mis funciones normales de trabajo.
—Al parecer el mocoso real se perdió en una excursión para observar los rascacielos humanos. Probablemente se perdió en el tejado de alguno de los edificios. Mientras más alto sea el edificio, más cerca estará de las puertas, lo comprendes.
—Recuerda, ¡habrá una recompensa para mí si encuentro a este niño! ¡No lo olvides! —Habiendo dicho lo único que en realidad le interesaba, Jiyong colgó y colocó su teléfono en el bolsillo de sus jeans.
— ¿Llamó esa vieja águila de tu jefe? — Seungri preguntó en el distintivo acento de Gwangju. . — ¿Por qué estaban discutiendo?
—Sí, era ese viejo desemplumado cuervo. Quiere que encuentre a un niño perdido y lo quiere ya.
— ¿Un niño perdido? Bueno, eso es como encontrar una aguja en un pajar. —Seungri acomodó su brillante y dorada melena. Exhaló.
—Sí, es como encontrar una aguja en un pajar, es por esa razón que estoy solicitando tu ayuda, Seungri. —
Mientras el aire movía suavemente el cabello corto cuya coloración se acentuaba a un extraño rojizo, Jiyong realizó su petición tomando un tono demandante. Aun cuando su cuerpo era delgado y su sonrisa tenia la reputación de ser extremadamente adorable que incluso podía llegar a ser un poco encantadora…su vocabulario dejaba mucho que desear.
—Lo siento, pero no tengo muchos fondos, es hora de que me regrese a Gwangju.
—Te lo estoy preguntando como un amigo. ¡Vamos! ¡Dame una mano! Ya te estás quedando en mi casa de en vez de en un hotel. ¡El quedarte unos días más no te matará!
—Lo pensaré si nos damos un pequeño revolcón.
— ¡No soy una chica así que no digas cosas así! —Jiyong le gritó mientras se pegaba a la orilla del techo. —Si no me ayudarás lo haré yo solo.
Con un suave r13;womp extendió sus alas, alas tan luminosas y negras como las de un murciélago, — ¡Iré a encontrar a ese mocoso hijo del Rey Celestial, me haré el jefe de la división Lejana del Este y me conseguiré una hermosa chica de esposa!
— ¡Espera Jiyong! No te enfades, fue culpa mía ¿de acuerdo? Te ayudaré.
Considerando que todo esto había iniciado con una llamada de emergencia proveniente del Buro Administrativo de la Rama de los Demonios de Corea, eso significaba que Taeyang del Buro Administrativo de la Rama Celestial de Corea también había recibido dicha llamada. Seungri no creía que su contraparte angelical estuviera tras un ascenso, pero ¿realmente Jiyong pensaba que si lograba esto obtendría un ascenso? La mayor parte de veces podía ser tan idiota.
Seungri extendió sus alas y siguió al pelirojo en el cielo nocturno.
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Los dos individuos parados sobre la cima del edificio de Oficinas Gubernamentales de Corea estaban entretenidos en lo que parecía ser una rutina de comedia en la que los participantes eran espíritus guardianes o demonios.
En realidad el mundo estaba compuesto por tres dimensiones la Celestial, la Humana y la de los Demonios. De acuerdo a la aplicación de sus poderes respectivos, el Cielo y Hades se repartían el mundo humano de acuerdo a sus varios principados. Exactamente cuándo se había decidido esto, nadie sabía con certeza, pero el Cielo y el Hades hábilmente se habían encargado del mundo humano con sus poderes opuestos.
Hace mucho tiempo los Reyes del Cielo y Hades se habían reunido para charlar…
— ¡Oye, oye, Oscuro!
— ¿Qué sucede Celestial?
—Parece que los humanos se están reproduciendo. ¿Qué te parece si creamos una jurisdicción territorial?
—Mm. Buena idea Celestial.
— ¿Qué te parece si mis ángeles y yo y tus demonios y tú hacemos la supervisión?
—Me parece. El hacer a todos los humanos muy buenos o muy malos hará que estos se inclinen más a un lado, balanceando los incentivos hará que nos aseguremos una enorme prosperidad.
—Mientras más pronto mejor. Hagámoslo de una vez Oscuro.
Por desagradable que esta conversación le hubiera podido parecer a cualquier oyente, por alrededor de dos mil años, los ángeles y sus contrapartes los demonios habían sido enviados a cada nación del planeta. A través del tiempo, las cosas se complicaron más. Áreas administrativas en América
debieron dividirse por estados, en china por provincias y en Corea por prefecturas.
El Cielo y Hades siempre habían sido amigos y nunca dudaban el platicar el uno con el otro a través de la línea telefónica Cielo-Hades.
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— ¡Jiyong! ¡Seungri! ¡Buenas Noches!— El ángel Taeyang del Buro Administrativo Celestial aterrizó al lado de ellos, aleteando sus alas blancas.
—Buenas, Tae ¡Gracias por estar en las horas extras!
—Efectivamente. Mi jefe me despertó para enviarme a esta cacería humana. No podía rehusarme. Casi no pude dormir. Prefiero no desvelarme, me comprendes. No es bueno para mi piel. — Taeyang bostezó y comenzó a peinar su cabellera dorada hacia atrás. —Sin importar cuantas barreras protectoras coloque, la luz siempre las atraviesa. Los humanos con un buen sexto sentido pueden verme. Es tan molesto. Hablando de lo cual, tu cabello es tan rojo Jiyong, un color tan peculiar. Debe ser problemático tenerlo así ya que ¿no?
Taeyang mostró su carismática sonrisa. Tomo una banda elástica que se encontraba alrededor de su muñeca y se la colocó alrededor de su cabellera de tal manera que ni un solo mechón estorbara su vista.
—Entiendo que tus intenciones sean buenas, pero realmente me enfurece cuando lo dices así. — Jiyong tomó uno de los mechones de su cabello (que había sido heredado por su madre) y observó fijamente a Taeyang y a Seungri. — ¡No es como si hubiera podido escoger este color porque me gustaba demasiado o algo así! — Dijo ofuscado.
Debido a que ambos padres de Taeyang eran ángeles, su cabello era dorado y sus alas blancas y por supuesto que por esa razón consideraba al Cielo su hogar. El cabello de Seungri también era dorado, pero en su caso, era porque su padre era un demonio y su madre un ángel, poseía alas de demonio y consideraba al Hades su hogar.
En resumen, se decía que la residencia de la criatura sería determinada por la residencia del padre.
En cuanto a Jiyong, tanto su padre como su madre eran demonios, sin embargo su madre también era una súcubo. Bajo circunstancias normales, debió haber heredado los genes de su padre y haberse convertido en un magnifico demonio. Pero gracias a algún error en el camino, obtuvo una gran cantidad de los genes de su madre.
En consecuencia, el color de su cabello reflejaba las bellas características de un demonio de la lujuria, un color caramelo profundo diseñado para engañar a la mente humana, también descrito como rojizo, beige o arenoso.
Pero eso no era todo.
Como un hombre hubiera heredado el titulo de su padre y propiedades. Pero Jiyong había nacido como un hermafrodita y eso significaba que su hermano menor recibiría todo en su lugar. El sexo de un demonio de la lujuria no era determinado sino hasta trescientos años después de su nacimiento. Jiyong tenía actualmente doscientos ochenta años.
En términos humanos, cualquiera con la edad de doscientos ochenta años sería ya un fantasma, un espectro o (bajo condiciones ideales) una momia. Sin embargo, como el concepto de tiempo era diferente el Cielo y Hades, Jiyong aun era considerado un cachorro.
Al contrario de los humanos que envejecen rápidamente, los seres de las dimensiones sobrenaturales podían escoger una apariencia que ellos consideraban que mejor los representaba y permanecer de esa manera el resto de sus vidas.
—Faltan aun veinte años, pero como mi sucesor ya ha sido decidido será mejor que te vuelvas una mujer. Sí, con tu apariencia
tan linda, sin duda alguna lograrás acelerar el pulso de cualquier pretendiente, ¿no estás de acuerdo?
Con el propósito de prevenir plantar semillas de cualquier disputa por el intestado, en caso de que fueran dos hijos los que fueran a recibir la propiedad y el titulo de una familia ya establecida, los específicos de la herencia eran decididos por el padre.
—¡De ninguna manera! He sido criado como un hombre todo este tiempo. Mi sexo aun no está definido pero ¡definitivamente seré un hombre!
Por este acto de desobediencia, Jiyong fue echado de su casa por la oreja y fue gracias a la influencia de su madre que fue asignado a un Buro Administrativo en la Tierra. El recordar eso trajo una sonrisa a su rostro… que su padre pudiera reconsiderar casarlo con una mujer si lograba tener muy buenos resultados en su trabajo y ascendía dentro de la organización.
En veinte años debería escoger uno de los dos, decisión que tenía mucho que ver con la imagen mental que tuviera de sí mismo. Día y noche Jiyong se decía a sí mismo; ¡Me volveré un hombre! No solo eso, ¡Me convertiré en un esplendido espécimen de un hombre!
Sin importar lo que los demás dijeran para animarlo, terminaba siendo bastante desalentador.
—No sufras Jiyong y no digas esas cosas. Eres bastante hermoso. Mira, después de que encontremos a este niño extraviado, porque no te dejas conquistar por Tae y tienen una excelente vida juntos, en vez de preguntar una y otra vez por un ascenso.
— ¡No me volveré una mujer! — Jiyong alegó, su rostro tornándose rojo. —No pienses que puedes continuar con esto
tan campantemente solo porque tienes cabello dorado. ¡Estúpido!
—Sabes, creo que ser llamado estúpido duele más que ser llamado un idiota. Vamos, tu sabes que es porque los genes de los ángeles son tan fuertes fue la razón por la que mi cabello luce de esta manera aun cuando mi papá es un demonio. Es la única forma que tu cabellera sea de este hermoso color. Oh claro, yo también puedo cogerte si lo deseas…
Tanto Seungri como Taeyang levantaron los hombros y rieron.
—¡Ya! ¡No me tomes por tonto!
—El cielo lo prohíba, ¿qué te parece si mejor nos dividimos para cubrir más terreno, Tae? Todos piensan que el niño estaba volando por los edificios más altos cuando se perdió.
—Mi jefe también pensó que podía estar por las terrazas de los edificios. Volaré por el estetoscopio del norte y buscaré por ahí. ¿Qué hay de ti, Seungri?
—Buscaré por Kasumigaseki.
—Si encuentras algo llámame.
—Copiado.
Taeyang estiró sus alas blancas y en un impulso salió volando por el cielo nocturno.
—Oye ¿Qué te parece si nos vamos ya, Jiyong?
— ¿Quién se quedará con el crédito? —Preguntó Jiyong, mordiendo su labio y bajando su cabeza.
Seungri le dio unas palmaditas gentiles a su hombro. —Tú, gran idiota. Tae y yo no necesitamos ningún crédito.
—Está bien si lo toman... —Jiyong aleteó sus alas varias veces y se elevó en el aire. Las alas que sostenían su cuerpo delgado eran grandes y poderosas además de ser
agraciadas. Era un buen espécimen adulto de la Raza de los Demonios, pero la manera en la que miraba con temor hacia atrás por sobre su hombro lo hacía ver como a un inseguro polluelo que no sabía utilizar sus alas.
En realidad aun era un niño, completamente ingenuo acerca de las propuestas indecorosas que Seungri y Taeyang le hacían. Jiyong estaba tan asustado por la regla de su papá con respecto a no hacer cositas antes del matrimonio que ni siquiera aceptaba la propuesta de un vampiro de una familia de renombre que al parecer le gustaban mucho los vírgenes.
Seungri suspiró y voló para alcanzar al pelirojo.
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Kasumigaseki de noche brillaba como un árbol decorado de navidad.
—No lo veo Ji.
—Sí, si nos referimos a edificios famosos, ¿cuál seguirá? —Jiyong preguntó. Su celular el cual se encontraba en el bolsillo trasero de sus jeans, timbró. — ¿Qué?
—Soy yo, Taeyang.
—¿Qué pasa?
—Aquí la vista de noche si que es bastante romántica. No la había visitado por un buen tiempo. Deberíamos verla juntos algún día Ji…—
Jiyong hizo un gesto. —Deja de decir tanta estupidez y ve al punto. —Gruñó con un tono de voz suave.
—Sí, sí. Nuestro niño extraviado no se encuentra en el estetoscopio del norte. ¿Qué hay acerca de ustedes dos?
—No está aquí tampoco. ¿Qué falta?
Seungri gritó mientras aleteaba — ¡Ciudad Amanecer!
— ¿Escuchaste eso, Tae?
—Así es. Buena idea. Encontrémonos en la cima del edificio Amanecer.
—Lo entiendo.
Jiyong colgó y vio sobre su hombro a Seungri con decepción y sin darse cuenta como esas veces, inflo sus cachetes, un pequeño puchero. Seungri rió. —Pequeño bribón— susurró para si mismo — Está un poco lejos pero es la mejor opción.— Lo animó.