—¿Qué es tan divertido de este espantoso mundo humano?
La vida nocturna está fuera de mi alcance, no puedo beber, tarde o temprano un policía o algún profesor te atrapan y te darían un sermón acerca de que te castigan por tu propio bien. Es por esa razón que yo me escabullí y terminé en este embrollo. Mi teléfono no funciona debido a una interferencia así que no puedo comunicarme ni al Cielo ni al Hades. Y para complicar las cosas las puertas han sido cerradas… —
Para el ojo humano, parecía que un niño de primaria se encontraba hablando consigo mismo en la terraza del Edificio Amanecer.
—…y me estoy congelando acá arriba, nada nuevo. —El niño estornudó y frotó su nariz, cruzando sus delgados brazos que salían de las mangas de su camiseta. —Sí, definitivamente debí haber traído a alguien conmigo.
—Oye ¡veo a un niño a las doce en punto! — Una voz exclamó sobre su cabeza. Aunque fue menos exclamación y más un grito de enojo.
Tomado por sorpresa, el niño alzó su cabeza solo para ver dos pares de grandes alas parecidas a las de un murciélago, pegadas a dos cuerpos de seres de dimensiones sobrenaturales. Flotaron sobre él acompañadas de un sonido como de helicóptero.
El niño se le quedó viendo al demonio con el cabello de color de la planta diente de león seco.
—Ese es un color de cabello muy gracioso para ser un demonio. — El niño murmuró entre pequeñas risas.
— ¡Oye niño! ¿Estás perdido? ¿Eres el hijo de la Esposa numero siente del Rey Celestial? —
Jiyong aterrizó en la terraza con un gran sonido de sus grandes alas y le sonrió al niño. El niño levantó la mirada. ¡Santo cielo! Pensó. Una sonrisa así de linda haría que cualquier hombre o mujer voltearan a verlo. El demonio era alto pero había escuchado que en el Hades las chicas venían de todas las formas y tamaños.
El niño sonrió y tomó la manga de la camisa del pelirrojo. Al mismo tiempo Jiyong lo examinó de pies a cabeza. — ¿Qué es esto? ¿Un ángel de cabello negro? —Tomó uno de los mechones del cabello del niño y comenzó a jalarlo con sorpresa en su rostro.
—Ay, ¡eso duele! ¡Déjame ir! — Intervino el niño intentando zafarse.
— ¿Hablas en serio? No dejaré que te vayas, no cuando eres tan raro. ¡Mira Ri! Alguien tiene el cabello aún más raro que el mío.
Seungri lo único que pudo hacer fue abrir la boca ante el comportamiento tan atrevido de Jiyong. Taeyang, quien acababa de llegar, se puso un poco verde y comenzó a sudar frío.
— ¿Ah? ¿Pero qué pasa? El niño está bien, ¿de acuerdo? Lo tengo bajo control. Mañana en la mañana lo llevaré directamente de regreso al Cielo.
—A este paso terminaré siendo degradado a puesto de peaje en Mercurio.
—Lo lamento por ti, Tae. —Seungri dijo, dándole a Taeyang una mirada de compasión.
— ¿Quién será degradado? Encontramos al mocoso y está sano y salvo, ¿no?— Jiyong jaló nuevamente el cabello del niño pero esta vez con fuerza y les mostró una sonrisa heroica.
—Este… ¿Ji? No sé si TE ACUERDES…ese niño… no es el hijo de un don nadie.
—No lo parece. A penas si llega a mi cintura.
— ¿No sabes que él es el heredero al trono, el hijo de la Séptima esposa del Rey Celestial? ¿A caso nadie te dijo acerca de su árbol genealógico? —Luciendo ofendido finalmente Taeyang separó al niño de Jiyong.
—Tienes-que-estar-bromeando
—Los ángeles no mentimos.
—Es cierto, he escuchado a Tae exagerar cosas, pero no es un mentiroso. — Intervino Seungri.
¿A caso Seungri estaba poniéndose del lado de Taeyang?
Jiyong sintió un frío recorrer toda su espalda. Dio un salto y vio duramente al niño.
Componiendo su despeinado cabello con sus manos, el niño fijo una singular mirada a pelirojo y habló en un tono maduro que parecía no corresponder a su edad. —¿Quién es tu superior? Quienquiera que haya asignado a este cabeza hueca a la oficina de Corea me va a escuchar. Ustedes dos caerán a lo grande.
—No…no sabía que eras un ángel importante y todo eso. ¿Pero desde cuando a una persona la degradan solo por un comentario grosero o dos? ¡Oye te estoy hablando!
Pero el coraje de Jiyong no se extendía más allá del tono de su voz. La palabra degradador14; lo asustó hasta lo más profundo de su ser. Agitó sus grandes alas.
—Parece que terminarás casándote conmigo o con Taeyang…— Le susurro Seungri muy cerca al oído.
—Sí, así parece. No querrás caminar ese empedrado camino tu solo. Tendrás que tener mucho más cuidado.
—¡Cállate! ¡Ri! ¡Tae! ¡No me volveré la esposa de nadie! Obtendré este ascenso y tendré una gran reputación como un hombre en el Hades.
El niño escuchó la conversación silenciosamente mientras los tres se gritaban entre sí, luego se sonrió así mismo. —Solo conozco una forma para evitar esta degradación.
Por segunda vez, Jiyong sintió un frío recorrer su cuerpo. Tenía un muy mal presentimiento al respecto.
—Como sea, hace mucho frío aquí. Vamos a tú casa. Hablaremos allá.
El niño señaló al pelirrojo y luego extendió sus majestuosas alas blancas, casi tres veces más grandes que su cuerpo.
—Ji, el mocoso dijo que se llamaba Seung. — Seungri habría comentado tratando de sacar al pelirrojo de sus pensamientos.
Jiyong sabía lo que sucedía en cada una de las dimensiones, sin embargo su conocimiento en política era casi nulo. Por ende, jamás se le ocurrió que el hijo de una séptima esposa pudiera ser heredero de un trono.
—Entonces quieres decirme que la esposa número siete, de las siete que tiene, ¿lo tiene completamente loco? Y que si no nombraba a su hijo el futuro rey ¿le arrancaría la cabeza y lo golpearía con ella hasta que perdiera la conciencia?
—Eh… si, si hablamos de mi madre, podríamos decir que mi mamá tiene bien controlado a mi papá.
Habiendo dicho esto, Seung observó toda la habitación. Parecía encontrar varias costumbres humanas por toda la casa.
—Dígame una cosa, mi señor Seung, todo lo que tenemos aquí es uno de esos jugos que venden en ofertas, ¿Qué le parece?— Taeyang se había adelantado y encontrado una lata de jugo en el refrigerador y la colocó en la mesita del café.
—¡Tae! ¡Vete a casa y bebe tu propio jugo! ¡Mañana tienes que ir a trabajar!
—Tengo un horario flexible, así que no hay problema.
—¿Desde cuándo? Cuando te asignan a la dimensión de los humanos, también tienes un trabajo—. Seung regañó a cada uno de los presentes.
—Algo así—. Seungri sacó un paquete arrugado de cigarrillos del bolsillo trasero de su pantalón, encendió uno e inhaló. —Has escuchado la expresión, ‘Cuando estás en Roma…’, ¿correcto? Ya que lucimos como humanos por fuera, no es correcto para personas de nuestra edad el estar de vagos todo el tiempo ya que la gente no nos tomaría en serio.
—Soy un ejecutivo de una firma bancaria internacional. Seungri maneja una franquicia de calamares fritos en Gwangju. Jiyong es el encargado de este edificio de apartamentos—, explicó Taeyang. —Todos tenemos un trabajo muy atareado.
—¿Subordinados envueltos en actividades aburridas? Esta es la primera vez que escucho algo así.
—Eso es porque eres tan solo un niño. No importa que se trate del Hades o del mundo humano, el sistema tiene reglas que hay que seguir—. Jiyong pasó sus dedos por su cabello y observó fijamente a Seung. —No hay forma en que puedas entender todo lo que sufrimos.
—No sé acerca de la parte de los sufrimientos, pero los humanos sí que son seres interesantes—. Admitió Jiyong.
—Sí, me dicen lo deliciosa que es mi comida y me pagan por el privilegio— Seungri agregó.
Taeyang y Seungri continuaron hablando entre ellos y asintiendo sus cabezas ignorando completamente el comentario de Jiyong.
Prestándoles atención, Seung Hyun tenía un gesto lleno de dudas —¿Son los seres humanos tan interesantes? Me refiero a que ¿viven en lugares como éste?— Encogió los hombros y se dijo a sí mismo —Mi baño es más grande que esto.
— ¿A caso estas comparando mi casa con tu baño?... ¡Suficiente con los comentarios groseros! Pequeño granuja— Jiyong le dio un coscorrón a Seung.
—Pareces no comprender en la posición en la que te encuentras. ¿Tanto quieres ser degradado? ¿Qué te parecería ser trasladado a la oficina de administración del planeta más remoto de todo el universo? — Jiyong tragó saliva.
Definitivamente no quería ser trasladado a algún lugar como ese. Aun soñaba con ascender los escalones corporativos como un verdadero hombre. El ser degradado convertiría sus planes futuros en basura, todo lo que le quedaría sería convertirse en una esposa.
—Tontín, simplemente no sabes cuándo detenerte ¿no? Si continuas hablando de esa forma lo mejor que puedes hacer es quedarte calladito— Por mucho que Seungri simpatizara con las acciones de Jiyong, no podía evitar el burlarse de él.
Taeyang de igual forma le regañó —Si te transfieren tan lejos, no podríamos pasar tantos momentos divertidos juntos; sería una verdadera pena, Ji— Pero su rostro sonriente no combinaba para nada con su tono consolador.
—Si no quieres ser degradado de puesto, lo mejor será que me dejes quedarme en este apartamento del tamaño de un baño por un tiempo. En cuanto termine de disfrutarlo me regresaré al Cielo.
—¡De ninguna manera!— El rostro de Jiyong estaba lleno de furia. —Mientras no me convierta en el mejor hombre de todos los demás hombres, me he comprometido a llevar una vida llena de disciplina, ¡Todo esto es por mi mismo!, en cuanto me contacte con mi jefe ¡Te irás derechito a casa!
Su celular de las dimensiones sobrenaturales se salió de su bolsillo y por la brusquedad del movimiento cayó al suelo de madera, Jiyong lo recogió y presionó el número de su jefe que se encontraba en marcado rápido; el teléfono timbró dos veces.
—Hola, habla Yang Suk.
—¡Soy yo, Jiyong de la oficina de Corea! ¡Tengo al niño extraviado en mi custodia!
—¿Lo tienes? Excelente, excelente. Me contactaré con el Cielo y te veré en unos diez minutos. ¿En dónde te encuentras ahora?
—Estoy en mi apartamento—. Jiyong acababa de soltar un suspiro lleno de alivio, cuando Seung le arrebató el teléfono de su mano. —¡Oye! ¿Qué demonios estás haciendo?
—¿Jiyong?— preguntó Yang Suk —¿Qué sucede ahí? ¿Te encuentras en alguna clase de aprieto…?
—No se preocupe, soy Choi Seung hyun, hijo de la séptima esposa.
—Oh, ¡Es el señor Choi!
—Me he encariñado con este lugar así que me quedaré por un tiempo, dile al Cielo acerca del cambio de planes ¿de acuerdo?
—Lo entiendo— dijo Yang Suk —Le trasladaré su petición al Cielo.
Seung colgó la llamada después de escuchar la respuesta del Gerente Distrital.
—Bueno, será mejor que también llame a el Gerente Distrital del Cielo—. Taeyang sacó su celular, el cual se encontraba guardado en el bolsillo de sus pantalones y marcó el número de su jefe.
—¿Por qué? ¿Po qué las cosas han terminado de esta manera?— Jiyong se tiró y rodó por el suelo con su cabeza entre sus manos.
—Mejor que ser degradado, ¿no? Anímate Jiyong. — Le animó Seungri.
—¡Sabes que odio a los niños!
—Los niños son criaturas que se convierten rápidamente en adultos. ¡No sufras!
—¡Lo estoy sufriendo! — Gritó Jiyong, dándole un puñetazo a la mesita de café.
—¡Cállate!— Taeyang dijo en voz baja, aun en el teléfono.
Ignorando por el momento al enfurecido demonio pelirrojo, Seungri volvió a ver a Seung quien se encontraba bebiendo el jugo tranquilamente. —Seung, eres un chico ¿correcto?
—Por supuesto—, respondió Seung con un gesto ofendido.
—Mira, Jiyong. Seung es un chico. El actuar como un gigoló sería demasiado, pero no habría ningún problema si fueras cenicienta y te casaras con alguien de dinero.
—¡Oye! ¡Detente! Me estoy cansando de que tu y Taeyang traten de convertirme en una mujer cada vez que pueden ¡basta!
—Eso es porque Taeyang y yo te queremos tanto. Si pudieras darle aunque sea un poco de felicidad a una persona importante, nosotros dos nos conformaríamos con ser los padrinos de la boda.
Seungri tenía un gesto muy serio en su rostro. Taeyang terminó su llamada telefónica y asintió en su dirección. —Justo como un ángel, un amor que no pida nada a cambio— dijo casi suspirando.
—¡Odio a los niños! Además me convertiré en un verdadero hombre, no me casaré con uno tampoco, así que dejen de compararme con cenicienta.
—¿Eres una chica? El Hades definitivamente tiene mujeres peligrosas.
Jiyong volvió a golpear fuertemente la cabeza de Seung.
—¡Ay! Definitivamente haré que mi papá te transfiera muy lejos de aquí. A algún lugar a donde ya no puedas golpear a la gente en la cabeza.
—¡No soy una chica!— Jiyong vio enfurecido a Seung, ni un poco intimidado por las amenazas.
—Señor Seung , escuche. Jiyong heredó una gran cantidad de genes de parte de su madre, quien es una súcubos, así que puede ser cualquiera de los dos. En los próximos veinte años se elegirá cual.
Mientras Taeyang hablaba, Seung presionaba sus pequeñas manos en contra del pecho de Jiyong y juntó sus labios —No siento pechos.
—¡Oye! ¡No me toques sin mi autorización! ¡Pequeño pervertido!
—¿Cómo es que puede ser los dos si no tiene pechos?— Los únicos seres andrógenos que Seung había visto (algunas veces se daba entre los ángeles también) estaban bien dotados.
—Este…— Seungri rio perversamente y susurró algo al oído de Seung.
Al mismo tiempo, Jiyong gritó a todo pulmón —¡Por supuesto que no tengo pechos! Podré ser de los dos, pero mi cuerpo es más masculino. ¡Solo tengo una abertura extra!
—Sabes una cosa Jiyong, eres realmente alguien interesante. Tu puedes ser mi Primera Esposa, definitivamente no puedes quejarte.
—¡Claro que me quejo! ¿Por qué rayos querría casarme con una pequeña sabandija como tú? Solo observa cómo me convertiré en un excelente empleado y uno de los mejores hombres de todo el Hades.
A pesar de la furia de Jiyong, sus amigos se estaban divirtiendo a lo grande. —¡Lo lograste Jiyong! ¡Una cenicienta de la vida real! ¡Irás directo a la cima!— Seungri colocó sus brazos alrededor de Seung y lo sostuvo frente a Jiyong, moviéndolo hacia arriba y abajo como si se tratase de un lindo cachorro.
Taeyang juntó sus manos en un aplauso y sonrió. —Y como sus mejores amigos, podremos aprovecharnos de la influencia de Jiyong, ¿correcto? Ir al cielo y obtener trabajos en la administración, sentarnos en bonitos escritorios y ordenar a nuestros subordinados por medio de nuestros celulares y computadoras durante todo el día…
—¡De ninguna manera! No me convertiré en una niñera ni mucho menos en cenicienta, tampoco ¡lo dejaré vivir aquí!
Colgando de los brazos de Seungri, Seung rio a través de su nariz.
—Se están aprovechando de mi— dijo Jiyong mientras mordía su labio inferior.
—¿Qué prefieres? ¿Convertirte en mi Primera Esposa? O ¿Ser degradado de puesto y pasar el resto de tu vida en un lugar lejano sin oportunidad de ascender? Tienes que escoger una de las dos.
Jiyong estaba predispuesto a odiar la opción de convertirse en su esposa, únicamente porque a Seung le parecía tan interesante, pero no estaba muy emocionado por la idea de ser degradado de puesto y esforzarse para no ser ascendido nunca. Si regresará suplicante con sus padres, definitivamente lo obligarían a casarse con el hijo de cualquier aristócrata que se encontrara disponible. Sin embargo, si aceptaba las condiciones de Seung, de igual manera se enfrentaba ante el mismo prospecto desalentador, seguramente el pequeño rufián diría a cada momento.
¡Esperen un minuto! Ciertamente, el niño es tan solo un niño ¿no?.
—De acuerdo— le dijo a Seung con una sonrisa complaciente. —Acepto, seré tu Primera Esposa o lo que sea. Pero no inmediatamente. Este es el trato, esperaremos hasta que seas un adulto.
Basado en la apariencia de Seung, estaba seguro que transcurrirían unos cien años antes de que eso sucediera. Esa era la propuesta más lógica.
Por primera vez tanto Taeyang como Seungri lo felicitaron, sin embargo no lo dijeron en voz alta. Excelente jugada, ¡Jiyong!
En verdad se te prendió el foco esta vez.
Sin embargo…
—¿Qué? Está bien por mí. Ustedes dos son mis testigos, este peligroso hermafrodita llamado Jiyong dijo que se convertiría en mi esposa.
Seung se bajó de los brazos de Seungri y tomó las manos de Jiyong.
—Odio a los niños, no me tomes de las manos—. Dijo Jiyong, quitando su mano y utilizándola para pellizcar la mejilla de Seung.
—Jiyong, ya se está haciendo tarde y no quiero quedarme toda la noche aquí, tengo trabajo que hacer mañana así que si algo sucede no dudes en llamarme.
Taeyang estiró su cuerpo y extendió sus alas.
—Hablando de lo cual, yo también debo retirarme a Osaka. Debo empezar a alistar mi restaurante para mañana. No puedo quedarme lejos de mi territorio por siempre—. Seungri extendió sus negras alas como de murciélago.
—¿Los dos se retiran?
—Yo aun sigo aquí— le recordó Seung —mañana quiero que me lleves a los distritos que sirven para ir de compras de los que tanto he oído hablar.
—Esta es la razón por la que no soporto a los niños. Son bastante curiosos y lo peor es que de cosas que no importan.
—Jiyong es una persona curiosa y creo que si importa.
—¡Pequeño mocoso! ¿Te estás burlando de mí? ¿lo haces?
—Eso no es la clase de curioso a la que me refiero—. Seung se dijo a sí mismo, inhalando profundamente —¿Qué clase de idiota es su Gerente distrital?
Seungri y Taeyang abrieron la ventana y le lanzaron una mirada a Jiyong y Seung quienes se encontraban en su rutina de Abbot y Costello.
—Hasta luego, Ji.
—¡Mantente animado!
Dándole la espalda con sus alas blancas y negras, como si se encontraran abanicándole, un poderoso viento sopló adentro del apartamento mientras ellos despegaban yéndose hacia el oscuro cielo nocturno.
—Se fueron…— Jiyong se levantó y durante un largo tiempo se quedó viendo la ventana.
—Estoy cansado, Ji. Compartamos tu cama—. Seung bostezó y a jaló una de las mangas de la playera de Jiyong.
—¿Dormir juntos? Que intentas decirme, niño.
—Mi nombre es Seung, no es niño. El dormir con su esposo es el deber de toda esposa.
—¿Quién crees que compartirá una cama contigo?
—No olvides lo que dijiste—. Seung cruzó sus brazos frente a su pecho y vio fijamente a Jiyong.
—Prepararé el baño— Jiyong gruñó en voz baja, abrió inmediatamente la puerta de la bañera y encendió el chorro para llenar la tina. —Sudé mucho buscando a ese estúpido niño extraviado y que le pasa con ese ‘No olvides lo que dijiste’, mientras más pronto se le olvide todo esto, mejor. Le daré a la Realeza de todas las molestias una buena lección en el mundo humano y luego lo enviaré empacando de regreso al Cielo. Que molestia son los niños.
Regresó a su habitación frunciendo el seño —Oye, Seung, cierra la ventana. El aire acondicionado está encendido y la electricidad no es gratis.
—¿Electricidad? ¿Qué es eso?— Seung recostó su barbilla entre sus manos y colocó sus codos en la mesita del café. Su cabello se movía hacia delante y hacia atrás por la brisa.
—Es la energía que enciende las luces y hace que las cosas funcionen.
—¿A caso no tienen globos solares en el mundo humano? Que inconveniente.
—Eso es porque los humanos no pueden utilizar la misma clase de poderes que los ángeles y demonios—. Explicó Jiyong. —Ya que vivirás aquí de gratis, tendré el primer turno del baño— dijo mientras se introducía al baño.
Con una expresión bastante madura Seung sonrió y regresó a acomodarse en el suelo.
—Cuando veas mi verdadera forma, Jiyong, te sorprenderás.