El rebote de la pelota se escuchaba en toda la cancha mientras un grupo de niños jugaban animadamente mientras él solamente observaba sentado en una banca la imagen delante de sus ojos. Los niños estaban siendo instruidos por un joven que les indicaba como debían hacer correctamente ciertos movimientos y sin poder evitarlo embozo una sonrisa de burla. Siempre a esa hora él se encontraba en el mismo asiento y observando a una única persona. Su asiento estaba a la distancia correcta para no llamar la atención y sobre todo poder observar al guapo hombre que tenía en frente. No es que fuera un acosador, simplemente se habia fascinado por el juego del mayor, estaba enamorado de aquel hombre. Suspiro extasiado cuando observo como -la razón por la que se habia vuelto un admirador secreto del hombre de enfrente- dio un magnifico salto y adornados con una bella sonrisa. Él siempre jura que logra ver un par de alas en las espaldas de su deseo hecho hombre.
- ¡Sei-chan!
Aquel grito no solo llamo su atención si no que llamo también a los demás, el apodado “Sei-chan” no era nadie más que el ilustre Akashi Seijūrō que fue catalogado mundialmente como el empresario más exitosos a pesar de ser tan joven. El pelirrojo entrecerró sus ojos dejando ver en sus ojos de color disparejo con un brillo que daba a entender que estaba enojado, su pequeño secreto habia sido descubierto pero, como se trataba de su mejor amigo de la infancia ignoro el claro enojo del menor y se lanzó abrazándolo.
- ¡Sei-chan, Sei-chan!- grito contento mientras besaba la cabeza rojiza del menor, el cual solamente trataba de empujar al pelinegro lejos de él.
- Ya suéltame Reo- ordeno más que enojado, estaba furioso. El mencionado lo soltó con un puchero en su rostro dando a entender que se sentía herido por su actitud fría, después de todo Reo habia sido como su hermano mayor cuando sus padres fallecieron en un accidente de tráfico.- ¿Qué te trae tan alegre, Reo?- pregunto no por curiosidad si no solamente para que su amigo dejara aquel puchero tan infantil. Y sí que funciono, los ojos del mayor se iluminaron.
- Vine a dejar a Tomoyo-chan al cuidado de su tío ¡mañana iremos de viaje la Bahamas mi Tetsuya y yo!- grito extasiado al solo imaginarse todo los momentos románticos que podría legar a hacer. El pelirrojo miro a los alrededores y se quedó intrigado.
- ¿Dónde está Tomoyo?- pregunto al no verla por los alrededores y el azabache cayo de su alucinante imaginación a la realidad ¡habia dejado olvidada a su hija en el momento en que vio a Akashi! El rostro del más alto palideció pero antes que pegara el grito a los cielos la risa del menor se escuchó, suspiro aliviado al ver a su hija con su tío y Akashi observo con curiosidad como la hija de su amigo platicaba con su deseo hecho hombre. Mirada que desgraciadamente no pasó desapercibida por el azabache.
- ¡Ya sé, te presentare a mi cuñado!- dijo Reo y antes que el menor dijera algo le agarró del brazo izquierdo y le obligo a seguirle hasta donde estaba su hija que estaba siendo cargada por un joven alta.
- Hey, Tomoyo me dijo que la dejaste atrás Reo- regaño el mayor mientras la menor abrazaba por el cuello al mayor y le sacaba la legua a su “madre” la cual chillo al ser delatado por su propia sangre.- ¿Quién es tu amigo?- preguntó al observar como Reo lo obligaba a estar ahí, el pobre joven se veía claramente que deseaba estar en cualquier lugar menos ahí.
- ¡Él es mi hermanito Sei-chan!- exclamo Reo y Akashi nunca sintió unas ganas tan grande de apuñalar con unas tijeras a su amigo. Solo lo perdono al ver aquella sonrisa tan encantadora del mayor, solo por eso Reo siguió vivo.
- Mi nombre es Akashi Seijūrō, mucho gusto.- dijo cortésmente el pelirrojo mientras daba una reverencia al de enfrente.- ¿Y usted?- preguntó. En realidad si sabía quién era el mayor pero realmente no podía darse a descubrir y dar sospechas que se habia dado el tiempo para investigar un poco al mayor.
- Mi nombre es Kagami Taiga- dijo el mayor para agarrar con su mano libre la mano del menor y le dio un leve beso.- El gusto es mío.- susurro suavemente que hizo que una corriente eléctrica corriera por toda la espina dorsal del menor. Iba a decir algo pero entonces un grito feliz de un menor hizo que todos observaran hacia la entrada de la cancha de basquetbol.
- ¡Papá!- grito el un niño de unos cinco años de edad corriendo hacia los brazos de su padre y Akashi se mordió el interior de su mejilla al observar hacia donde corría el menor. Taiga bajo a la hija de Reo, la cual frunció el ceño y levantaba sus manos para que volviera ser levantada pero, fue ignorada en el momento en que el pequeño niño corrió a los brazos del mayor.
- Buenas Tardes- saludo un joven peli celeste al momento de llegar hasta donde estaban los demás y el pelirrojo lo recordó… ese joven lo habia visto en la boda de su amigo pero, según sus investigadores Taiga Kagami era un hombre soltero o al menos que ellos…- Taiga- El menor para tratar de besar los labios del mayor pero el pelirrojo solamente volteo el rostro haciendo que los labios del peli-celeste chocaran con su mejilla. El menor frunció el ceño y Akashi sonrió contento, así que era eso, esos dos ya no estaban juntos.
- Les presento a mi hijo Daichi Kagami – dijo alzando al menor mientras Tomoyo trataba de subir hasta donde estaba ahora el pequeño recién llegado, haciendo que Taiga tuviera que poner a cada menor en uno de sus hombros mientras los sostenía- Y él es…
- Kagami Tetsuya, mucho gusto.- saludo el menor con una sonrisa en el rostro.
El agarre de su mano hizo que sus recuerdos se borraran y pronto se vio debajo de un cuerpo. Alzo la mirada y se encontró con aquellos dos rubís observándolo atentamente mientras una sonrisa traviesa se formaba en aquellos carnosos labios. No pudo evitar bajar su vista al pecho de quien estaba encima, se mordió los labios al ver aquel cuerpo endemoniadamente sexy de aquel hombre tan perfecto que toda mujer y doncel desean como pareja.
- ¿Te gusta lo que ves, Seijūrō?- pregunto con voz ronca el mayor y el desvergonzadamente asintió alzando sus manos para tocar los perfectos músculos que tenía enfrente.- Parece que mi león no está satisfecho- bromeo para besar los labios del menor. Akashi se derritió en aquél beso, lo besaba de una forma tan delicada y a la vez jodidamente sexy que a veces lo hacía venirse con solo aquellos besos. Taiga sí que sabía usar su boca.
Y sin poder evitarlo los recuerdos volvieron.
Akashi supo desde el primer día en que conoció a Kuroko Tetsuya que esté no le habia ninguno de los dos se habían logrado simpatizar, a lo mejor era el sexto sentido que le contaba su madre que tenían las mujeres y los donceles o simplemente se habia dado cuenta de la forma en como miraba al pelirrojo. Después supo que su amigo Ryōta, Midorima y Murasakibara conocían al peli-celeste que padecía de poca presencia. Gracias ellos supo que sí, ciertamente Tetsuya era un Kagami o lo seria hasta que firmará el divorció, cosa que era claro que el peli-celeste no quería hacer.
Él y Kagami se habían estado frecuentando tanto que logro ganarse la confianza del mayor. Una noche en la que habia concordado ir a tomar algo en la casa del mayor, fue cuando supo que el peli-celeste habia engañado al pelirrojo con el mejor amigo de esté. Sin duda en ese momento sintió una ira que aumento cuando el mayor comenzó a llorar debido a los efectos del alcohol y del recuerdo doloroso. Akashi desde un principio no iba a intervenir, habia un niño de por medio pero, con eso fue más que suficiente para decidirse que a cualquier cosa conquistaría el corazón roto del tigre. Akashi no era estúpido supo que los demás no veían con buenos ojos al peli-celeste cosa que le facilito las cosas, desgraciadamente si deseaba una relación con Taiga solamente sería posible hasta que el menor dejara libre a su Kagami.
Si Akashi dijera que todo fue fácil sería una gran mentira de su ego porque realmente todo se le habia complicado. Kuroko no era idiota por lo que llegaba a estropearle las cosas, Tetsuya usaba al menor para así poder tratar de arreglar las cosas con el pelirrojo mayor y estuvo a punto de volver a tener en sus brazos al mayor con la excusa de que estaba siendo un mal padre para el menor, que Daichi necesitaba tener a sus dos padres junto o eso fue hasta que… Una noche cuando Taiga y él regresaban de las clases que ahora daban ambos en el parque resulto que encontró al peli-celeste a besos con un joven alto y de piel morena.
- ¡Taiga!-grito Tetsuya cuando logro percatarse de la presencia de su esposo pero, su grito fue en vano el mayor se habia ido corriendo junto aquel que no dejaba de quitarle cada vez más de su lado al mayor.- ¡Suéltame Aomine-kun, debo ir con Taiga!- grito el menor tratando de alejarse del cuerpo del moreno el cual lo apretaba cada vez más a su cuerpo- Suéltame…- murmuro.
- ¡Está bien pero ni creas que te volveré a buscar Tetsu!- grito el de hebras azul rey para soltar al menor que solamente cayo de rodillas- ¡Vete a la mierda Tetsu, solamente hiciste que perdiera a mi mejor amigo y no dejas de hacernos daños a los dos!- grito cabreado Aomine para irse lejos de Tetsuya, ya no quería ser utilizado, él en verdad se habia llegado a enamorar del menor pero como Kise le habia dicho a lo mejor era momento de buscar una relación más sana.
Tetsuya corrió al departamento del mayor pero, al llegar no se encontraba nadie o eso fue hasta que después de quedarse tres horas se vio a Taiga bajando de un carro mientras llevaba cargando a Daichi. Ambos adultos se miraron mientras el menor se abrazaba al cuerpo de quien era su padre.
- Daichi quédate en el carro con Akashi, ahorita viene papá ¿sí?- dijo con cariño el mayor y esté asintió. El infante ya no quería escuchar a sus padres pelear, odiaba eso así que se sentó junto al amigo de su papá y cerró la puerta. Kagami camino hasta donde estaba parado el peli-celeste que se encontraba totalmente empapado por la lluvia, puso la sombrilla para que cubrieran al menor.- Ven, necesitamos hablar.- dijo suavemente mientras dirigía a Tetsuya dentro de su apartamento.
Akashi supo que hablaron por largas horas hasta que Kagami salió con el menor el cual no dejaba de llorar y de decirle cosas que no llego escuchar debido a la distancia y por la lluvia pero, que de seguro eran suplicas de que no lo dejara porque él sabía que a pesar de todos los errores que cometió, Kuroko solo amaba a Kagami. Lástima que después de un juicio Tetsuya se vio obligado a dar el divorció y la patria potestad del menor a Kagami.
A los pocos días fue descubierto el cuerpo de Kuroko en el cuarto, se habia suicidado y Akashi por primera vez compadeció de a alguien. Taiga se deprimió como nunca y Seijūrō poco a poco llego a meterse en el corazón del mayor, haciendo que este dejara su dolor y volviera a sonreírle solamente a él.
- ¡Joder Taiga!- gimió Seijūrō mientras sentía como el mayor le besaba suavemente el área del cuello donde ahora se encontraban las marcas de una mordida.
Resulto Kagami Taiga era todo un leopardo hambriento cuando el menor se volvía tan endemoniadamente dócil.
- Voltéate para mí bebé y alza ese lindo trasero tuyo- gruño el mayor haciendo que el menor se sonrojara ante la orden, se mordió su labio inferior y debió la mirada en forma de rebelión- Ya veo, lastimas que no podrás venir y yo que quería enterrarme completamente dentro de ese culo tuyo- dijo soltando al menor para levantarse de la cama pero unos brazos impidieron que llegara hasta la puerta. El menor habia corrido a abrazar al mayor al ver como intentaba irse y una sonrisa no pudo evitar formarse en el rostro de Kagami.- ¿Qué sucede mi cachorro?- pregunto volteándose para tomar el mentón del menor para alzarlo y besarlo suavemente. Seijūrō Akashi era una persona calmada, con una personalidad un poco peligrosa debido a su ingenio e inteligencia; era todo un hombre astuto que debe ser temido pero, la pareja del pequeño doncel de cabellos rojos tenía un hombre idealizado, su pareja perfecta tenía que ser una persona con carácter, un alfa que le sometiera en vez de cuándo pero que a la vez que fuera amoroso, todo un caballero y Kagami Taiga cumplía eso y mucho más.
- T…Taiga tócame- suplico sonrojado mientras sus ojos de diferente color brillaban por la cara lujuria que sentía en ese momento.- hazme tuyo- gimió excitado y ronroneo cuando el mayor lo estampo –claro, midiendo su fuerza- contra la pared para pegar su cuerpo al suyo.- Taiga- suspiro cuando fue cargado por su hombre para juntar ambos miembros.
- Calma, lo hare de forma calmada, no quiero hacerte daño- arrastro las palabras el mayor mientras acercaba a la entrada del menor –la cual se encontrar humedecida debido a su excitación y por la preparación que le habia hecho el mayor- y suavemente lo fue penetrando hasta quedar completamente entre sus entrañas. Seijūrō gimió alto, hoy se podía dar el lujo de gritar todo lo que quisiera, Daichi se encontraba en la casa –por esa ocasión- del hermano de su amado tigre, porque eso era lo que él pensaba que era Taiga. Un tigre que cautiva a su presa con la finta de ser dócil y en el menor descuido se comía su presa, él era la presa de Taiga, su única pareja y eso le encantaba.- Joder, están deliciosamente apretado- ronroneo con voz ronca el mayor besando el perlado cuello del doncel.- Me encantas- confeso cuando sintió como el pelirrojo menor movía sus caderas tratando de encontrar contacto entre sus pieles, entre ambos cuerpo. Taiga no se dejó esperar y comenzó a moverse sin dejar de repetir “Te amo Seijūrō” al oído del pelirrojo. La habitación se llenó de gemidos, gruñidos, suspiros, jadeos y de los sonidos obscenos de las penetraciones y los besos- Di que eres mío- gruño aumentando las estocadas.
- ¡Soy tuyo Taiga, solo tuyo!- grito el menor completamente sonrojado mientras movía cada vez lo más rápido que podía sus caderas. Y con aquella confesión Taiga toco aquel punto que hacia perder toda razón al doncel- ¡Taiga!- gimió corriéndose entre ambos.
- Seijūrō- gruño dando unas últimas embestidas para llegar al clímax, eyaculando dentro de su amado. Ambos respiraban agitadamente mientras su cuerpo se mantenía unidos como si fuera la última vieran y daban los mejor de sí por el otro. Se entregaban completamente.- Ven, hay que descansar.- murmuro Kagami agitadamente y el menor solo asintió dejándose llevar entre los brazos de su tigre hasta la cama.
Taiga se acostó junto a su amado evitando no quitar la unión que tenía su –ahora flácido- pene de la entrada, era como una extraña costumbre que habia agarrado con el pelirrojo menor… era una clara acción de posesión y es que Seijūrō era solamente suyo.
- ¿Mañana a dónde quieres ir?- pregunto Kagami mientras agarraba la mano izquierda del menor- mi amado esposo- ronroneo besando el dedo anular donde se encontraba un hermoso anillo de oro con piedras incrustadas. Porque Akashi Seijūrō desde que se casaron se volvió un Kagami Seijūrō.- después de todo Tetsuya nos hizo el favor de cuidar a Daichi para celebrar nuestro aniversario.
- A donde quieras Taiga y recuerda enviarle un agradecimiento a Tatsuya y a Reo por ser tan amables- susurro soñoliento, cerró sus ojos dispuestos a dormir.
- Seijūrō- Le llamo el mayor haciendo que perezosamente el mencionado abriera los ojos y susurrara un ligero “¿sí?”- ¿No les hice daño?- pregunto algo temeroso y el menor sonrió enternecido.
- No, Taiga- dijo agarrando la mano grande de su esposo para posarla en su vientre y los ojos de Kagami brillaron al sentir una leve patada cuando poso su mano.- ¿Lo sentiste?, está todo bien.- dijo bostezando suavemente para luego acurrucarse entre el pecho del mayor mientras aún estaban unidos y cayendo en un agradable sueño.
- Gracias por aparecer en mi vida, Seijūrō.- susurro para besar la frente del menor dormir feliz. Por fin encontró lo que siempre deseo, una pareja que lo amara, fuera fiel y que le diera la felicidad de formar una familia. Y es que ambos sin darse cuenta se estuvieron buscando, deseando por el otro que era el complemento para ser felices y después de tanto sufrimiento ambos están juntos.
Porque el amor llega cuando menos te lo esperas y todo se ve envuelto en tinieblas.