El sonido de sus largos dedos deslizándose ágiles por el teclado de su portátil era lo único en aquella habitación apenas iluminada por la pantalla en medio de la atmósfera de tabaco; estiro su cuerpo por el sofá victima de las horas transcurridas sentado apenas saliendo un par de veces para tomar una cerveza e ir por una nueva cajetilla de cigarrillos.
Faltaban apenas cinco días para que el plazo de entrega de su nueva novela venciera, después tomaría algunas semanas de vacaciones bien merecidas; para su buena suerte laboral, Bad Luck se encontraba en la grabación de su próximo compacto. Una pequeña sonrisa se dibujo en su rostro con el recuerdo de su koi apenas esa mañana, como era costumbre, se le había hecho tarde y cual remolino se había duchado y vestido mientras con una habilidad pulmonar innata repetía las múltiples amenazas recibidas del rubio americano el día anterior. De eso ya hacían varias horas en las que se dedico a escribir tres capítulos; solo debía hacer cuatro más y por fin descansaría de su editora, después de todo, viviendo con aquel huracán rosa era imposible estar “plenamente tranquilo”.
De un momento a otro y de manera casi inconsciente, comenzó a recordar los años vividos en Nueva York al lado de su sensei; la imagen de aquel rostro se negaba a desaparecer de su mente, frías lágrimas emergían de sus ojos dorados bañando su cara mientras un escalofrío le recorría el cuerpo entero.
Acompáñame a estar solo
A purgarme los fantasmas...
El ruido de la puerta le desperto de sus cavilaciones mientras una energica vos lo llamaba.
-YUKI!!!!
-Baka... – murmuro el escritor por lo bajo escuchando como los pasos del cantante se acercaban al estudio
-Yuki, ya llegue
-Ya te escuche baka, yo y medio Japón
-¿Qué haces?
-¿No es obvio?...
-¿Te falta mucho?
-Depende, si te quedas aqui quitandome el tiempo, sí
-Etto... yo... ¿Yuki?...
-¿Qué quieres baka?- su vos se montraba molesta, la interrupsión de Shuichi le había quitado toda la inspiración y, seguramente, ahora le tomaría toda la noche terminar aquel capitulo
-Yo... ¿puedo quedarme aquí contigo?
-...
-¿Yuki?...
-Haz lo que quieras, solo dejame trabajar
A meternos en la cama sin tocarnos
Acompáñame al misterio
De no hacernos compañía...
Pasaron varias horas hasta que Eiri decidio apagar el computador para dirigir una dulce mirada a la figura de su pelirosa dormido desde hacia ya un rato; era increible la paz que irradiaba su rostro, la alegría que podía desbordar y su sinceridad; no temía decir lo que sentía y, mucho menos mostrarlo y dar la vida por aquello que amaba.
A dormir sin pretender que pase nada
Acompáñame a estar solo
Acompáñame al silencio
De charlar sin las palabras...
Lo tomo entre sus brazos para llevarlo a su alcoba, lo deposito suabemente sobre la cama cubriendo con las sabanas la delicada imagen llena de inocensia escuchandole decir su nombre; una inmenza dicha lo recorrio sin que pudiera evitarlo, le hacia feliz saberse dueño absoluto de su koibito, de su cuerpo, su pensamiento, sus sueños e, incluso, de esas tontas canciones que le dedicaba unicamente a él; su corazón y su alma le pertenecían, así como él le pertenecia a Shuichi....
A saber que estás ahí y yo a tu lado
Acompáñame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto
Tú en tu sitio yo en el mío
Como un ángel de la guarda...
Se cambio de ropa y se acosto junto al pequeño esperando unos segundos, instintivamente el otro se acurruco en su pecho.
-Yuki...
Acompáñame a estar solo...
Sus ojos se abrieron lentamente viendo a su compañero placidamente dormido y observandolo, absorto en la perfectión de sus facciones y aquella figura que conocia de memoria.
-Buenos días...- las orbes violetas le miraron para después hacer desaparecer el espacio que los separaba
-Buenos días Yuki
-¿No piensas levantarte?
-¿Por qué?, hoy es domingo y prefiero quedarme así... contigo
Esas palabras fueron suficientes, sabía que amaba a ese niño hiperactivo y escandaloso, lo quería más alla de lo que un ser humano era capaz y, sin embargo, con cada muestra de afecto le hacía amarlo más llegando casi a la muerte.
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad...
Mientras Shuichi se perdía nuevamente en sus sueños, Yuki lo observaba; provaba con sus pupilas cada milimetro de cuerpo exquisito iluminado por los rayos de sol que se colaban entre las cortinas. “Aishiteru...”
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz...
-Yuki, ¿acaso no piensas venir a comer?
-¿Lo qué tú preparaste?... no, cuando desee envenenarme lo hare con algo menos doloroso
-¡¿Cómo puedes decir eso?!
-¿Acaso ya olvidaste lo que me paso la ultima vez que probe uno de tus menjurjes?, ¡No pude levantarme de la cama en dos días!
-Nee... Yuki, tienes que comer algo, no puedes vivir de alcohol y tabaco
-Estoy muy ocupado, comere cuando tenga hambre
El cantante estaba sentado en el sofá, abrazando sus piernas y ocultando la tristeza de sus ojos; hacia mas de una hora desde aquella “conversación” con el rubio y este no daba indicios de querer probar bocado.
-Vistete
-¿Eh?
-Vamos a comer, anda, vistete
-¡Hai!
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar solo...
No estaba seguro como, pero tras volver aquella tarde, Shuichi lo había convencido de no volver al estudio y quedarse a ver televisión con él. El pequeño pasaba cada canal con pereza mediante el comando a distancia mientras Yuki lo abrazaba por la espalda en un gesto cariñoso; aquel calor era reconfortante para ambos, no hacían falta palabras, el silencio por parte de los dos lo decia todo. Su felicidad iba más aya de la pasión constante, era la tranquilidad que se brindaban mutuamente por el simple hecho de estar juntos.
Eiri se sentía completamente dichoso, aquel pequeño conseguia borrar cualquier dolor en su alma, derretía el frío de su corazón y le quitaba una a una sus mascaras con tal naturalidad que era casi imperceptible para el rubio.
Sintio como esos ojos violetas le miraban afectuosos acercando sus rostros para depositas en sus labios un tierno beso.
-Aishiteru Yuki...
Acompáñame a estar solo
Para calibrar mis miedos
Para envenenar de a poco mis recuerdos
Para quererme un poquito
Y así quererte como quiero
Para desintoxicarme del pasado
Acompáñame a estar solo...
Cargo su frágil cuerpo para tenderlo en la cama y ver su perfección y el dulce rubor en sus mejillas terminando por dedicarle una mirada amorosa.
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel solo con esta soledad
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar solo...
Deslizo sus manos experta entre las prendas del menor, agitando la respiración de este tras cada beso y haciendole dar algunos gemidos poco audibles al comenzar a recorrer su cuello con sus labios mordiendo de vez en vez el dulce sabor de esa piel que le pertenecia.
Y si se apagan las luces...
La temperatura de ambos cuerpos subia veloz con el contacto cada vez más profundo; Eiri ya se encontraba jugando con el ombligo del menor, rodeandolo con su lengua y dejando algunos besos para regresar a su pecho y reiniciar la labor dejando algo frustrado al pelirosa.
Y si se enciende el infierno...
Ambos exploraban sus humedas cabidades en aquel beso apasionado mientras su piel mantenia un continuo rose inevitable y exitante. Shuichi lamio y beso suavemente la sensible oreja de Yuki despertando aun más su deseo, las ganas de poseerle como tantas veces y dejarse llevar por el momento; dejando el mundo para después o nunca.
Y si me siento perdido
Se que tú estarás conmigo
Con un beso de rescate...
La noche siguio su curso mientras ellos iban dejandose llevar por el mutuo deseo, por la demostración fisica de su amor; en cada beso las tristezas se iban diluyendo y morian en la brisa de la noche. Con la Luna como unico testigo, continuaron demostrandose su amor desenfrenadamente, olvidando los limites del tiempo y retando a la muerte sintiendose inmunes gracias a aquel sentimiento que los embriagaba.
Acompáñame a estar solo...
Eiri abrazaba al niño que le veia con brillo en sus grandes ojos, tan injenuo y entregado como era le cautivaba y le beso suavemente en un deseo irrefrenable, solo como una pequeña muestra de afecto que le profesaba.
Acompáñame
A decir sin las palabras
Lo bendito que es tenerte y serte infiel por esta vez
Acompáñame
A quererte sin decirlo
A tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz
A pensar en mí para vivir por ti
Acompáñame a estar solo
-Shu-chan...
-Dime Yuki
-Aishiteru- y depositando un ultimo beso en los labios de su persona amada se dejo llevar por un placentero sueño que no era más que el reflejo de su presente, de esos momentos que vivia día a día y que le daban sentido a la vida y valor a las cosas.
“Porque en medio de la penunbra y la soledad, siempre existe una luz; la esperanza de encontrar a esa persona unica que nos cautiva el alma...
una con la cual caminar...”