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All you need is love por Kunay_dlz

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Notas del capitulo:

He aquí la continuación... desde el punto de vista de Danny.

 


 


All you need is love


XXI


Hogwarts II


 


 


 


Cómo pasa el tiempo… los cambios vienen y van, situaciones extrañas y locas que siempre aparecen de la ‘nada’. La carrera contra el pasado y los puentes que se forman hacia lo que huyes y desearías nunca volver, pero el puente surge, plagado de baches, sombras y recuerdos sepultados. Pérdidas en cada día, tesoros en pequeños detalles… risas donde menos lo esperas. ¿Quién diría que Tom tuviera sentido del humor?


Vallamos por partes. Digamos que mi hermano, mi padrino y ‘mis tíos’ ya están corriente de mi alter ego: Phantom. Estuve aterrado que no me aceptaran, pero lo hicieron y hasta parecemos más unido puesto que ya no hay secretos… casi. Esa fue una de las mejores cosas que me pudieron pasar, hasta este punto iba bien.


Luego, hablo con mi hermano y ‘mis tíos’ sobre mi opinión personal sobre Tom Riddle y de encuentro que tuve con él. Casi les daba un infarto, con un poco de tiempo… aún lo siguen pensando. A excepción de mi hermano quien me acompañó a la siguiente ‘cita’ que tendría con Tom. Ahí parece que la opinión de Harry también cambió aunque aún le cuesta aceptarlo


Y algo que tomó desprevenido sucedió, volví a encontrarme con Vlad Masters… mi archienemigo. El hombre que fue a la universidad con mis padres, fueron amigos, Vlad odia-ba, Vlad odiaba a papá al grado de planear su muerte más de una ocasión para luego quedarse con mamá. Además, al enterarse que yo también era un híbrido intentaba convencerme que me uniera a él, que fuera su aprendiz o que me convirtiera en su hijo. Me derrotó varias veces, arruiné sus planes cada vez que podía, y… y, no creí volver a verlo otra vez.


Encontrarlo en el mismo parque en que quedé de verme con Tom fue una coincidencia rara y algo que nunca hubiera podido imaginar. No es como si lo odiara como para ignorarlo, después de todo es alguien que estaba ligado a mis padres, a la familia que tuve… no me quedó otra más que reconocerlo. Y cómo me arrepiento, a veces.


Después de una ligera-para-nada-tortura de parte de Severus (mi padrino), Sirius (sobreprotector tío) y Remus (aún bajo ligeros efectos de la luna llena), hablamos un poco. Hablamos mucho. Curiosamente, el miedo que sentía ante la sola idea de estar frente a él luego de la pérdida de mi familia, el temor de repetir lo que en un futuro alterno me convirtió en Dan, no fue tan fuerte como para no hablar con él. Nunca creí que hablar con Vlad fuera así de relajante, un bálsamo para las heridas internas, incluso le hablé de la razón por la que no acudí a él desde la tragedia. Hablé y hablé por horas, quizá lloré por el doloroso recuerdo, quizá me quedé en silencio en más de una ocasión, quizá le advertí que no me creería… pero aun así escuchó. Y me creyó. Todo lo que dije, todo lo que tenía bien guardado, todo ello quedó expuesto ante mi ‘enemigo’. ¿El motivo? Estuve seguro que nunca lo volvería a ver.


Al terminar de contarle todo lo que tenía en algún recóndito lugar de mi mente, le dije que ahora estaba en un mundo en que él no podría acompañarme aunque le propuse mantenerme en contacto con él. Se negó. Dijo que aunque yo lo quisiera, él se quedaría, dijo que yo era lo único que él tenía. Esas palabras… me fueron familiares, era lo mismo que pensé cuando me enteré de la existencia de mi hermano. Antes de insistir en que su presencia no era permitida a donde me dirigiría en un par de días, recordé una breve charla con Tom… dijo que debíamos vernos otra vez, dijo que había algo de lo que me quería hablar y, me pidió que llevar a Vlad conmigo.


El último encuentro con Tom fue algo inolvidable. Insisto, ¿Quién diría que Tom tendría semejante sentido de humor? Primero se aseguró que esta vez Phantom no ‘usara’ algún otro cuerpo o que no fuera Harry quien estuviera presente como la vez anterior, quién sabe. Sonreí al ver su ligera decepción al no ver a mi hermano. Hablamos sobre nuestra ‘alianza’, establecimos el modo en que nos comunicaríamos, y sí, le expliqué que yo era… yo. Le mostré mi forma humana, le hablé de mí y también de Vlad, lo necesario. Tom y Vlad hablaron un poco y para mi sorpresa… se llevaron extrañamente bien. Tan bien que, en un descuido, Vlad ya no estaba en su forma humana… ni en su forma fantasmal… donde antes estaba Vlad Masters, se encontraba un lindo gatito de pelaje blanco y ojos azules.


Miré a Tom, dijo que era un castigo por haber interrumpido nuestra última reunión. No pude evitar pensar que Tom estaba molesto con Vlad por ‘haberle arrebatado’ la oportunidad de hablar con Harry. Entre mis risas, la mirada molesta de Tom y maullidos de indignación, escuché la voz entrecortada de Vlad, al no hacerle caso, se lazó a arañarme. Aun así no cesaron mis risas, decidí no arriesgarme con Tom y abandone la mansión Riddle con una refunfuñante gato blanco en mis brazos.


Ya no tenía que preocuparme por conseguir la ‘mascota’ que Hogwarts solicitaba.


A mi hermano, Sev, Sirius y Remus les dije que mi mascota se llama Dalv, por fortuna no hicieron la conexión entre Dalv y Vlad. Tan solo les dije que Vlad estaba un poco asustado con haberlos conocido y que tal vez lo verían en algunos años. Tras un par de miradas inquisitivas y unos rasguños, las horas pasaron, la noche pasó como una exhalación y de pronto me vi en el tren rojo intenso que lleva a Hogwarts. Fue un viaje relativamente tranquilo, disfruté de la compañía de Harry y de Dalv… hasta que aparecieron los títeres. No les di tiempo de iniciar sus enredaderas, apenas los vi los eché del compartimento y les bloque la puerta.


También conocí a dos amigos de Harry: una chica rubia con gran imaginación y un chico asustadizo. Ambos me cayeron bien, sus singularidades los hacía confiables, sin duda estaban con Harry por verdadera amistad. Intenté entablar charla con ellos, pronto el chico asustadizo dejó de estar tenso y la chica parecía muy entusiasmada. Fue agradable.


De un momento a otro, pese al seguro que la puerta tenía, un chico rubio escoltado por dos brabucones se hizo presente en el compartimento. Miró a Harry, a sus amigos y luego me vio a mí. Sabia de mi existencia, algo en su mirada me dijo que me reconocía, la curiosidad sobre mi persona y el lazo que compartía con Harry estaba camuflada en una mirada de falsa, bueno no tan falsa, pretensión, arrogancia y altivez. Entre sus comentarios mordaces, su afán por demostrar superioridad por un rencor del pasado, no pude evitar sentir simpatía. Intercambiamos cometarios de diversa índole, el sarcasmo era algo en lo que fue un rápido aprendiz, verdades ocultas y susurros a voces… nos conocimos de inmediato.


Extraña manera de iniciar una amistad, extraño comportamiento para alguien como él, quedamos de vernos más tarde, quedamos en hablar más seguido y nos despedimos con una promesa de no olvidar el pacto secreto de cómplices. Escuché a los amigos de Harry soltar el aire que habían retenido, vi la duda en sus moradas y me divertí con lo que mi hermano luchaba por controlar en su rostro. Intenté aligerar el ambiente, contesté algunas de las preguntas de mis acompañantes, me atrevería a decir que su opinión sobre ‘el príncipe de las serpientes’.


Ya en Hogwarts, ‘magnifico’ es como me gustaría describirlo, un imponente castillo sin ese resplandor espectral que los otros castillos que he visto en la Zona Fantasma se caracterizan; el bosque tan denso y con creaturas vivas, igualmente extrañas pero vivas, y sin trampas de cazador; el lago igualmente con el aire de misterio por lo que habrá en sus profundidades pero con su superficie reflejando el cielo y no una infinita nada de color verde; así fue como vislumbré el colegio al que ahora asistiría.


Pese a los fantasmas que flotaban y atravesaban las paredes del antiguo castillo, el ambiente no era frío ni espectral, había magia en el aire, o eso es lo que pensé. Harry me miraba de vez en cuando, como tratando de descubrir lo que pensaba, le dije unas cuantas cosas y la preocupación apareció en su rostro, creo que elegí las palabras equivocadas. Sonreí, mi hermano estaba desarrollando el complejo de hermano mayor, un complejo similar al de la hermana que tuve.


Para resumir lo que sucedió en el banquete de bienvenida diré que, el maldito titiritero dio a conocer mi nombre completo, advertí con mi mirada el inicio de la guerra al manipulativo viejo, quedé seleccionado en la casa de Slytherin, y fui a cenar al lado de mi hermano en la mesa Griffindor. Regresemos un poco. Vallamos a la conversación que tuve con el Sombrero Seleccionador.


--Así que otro Potter… interesante, muy interesante. –escuché en mi mente, pensé que algún fantasma intentaba ‘poseerme’ pero la voz siguió y aclaró mi duda –Tranquilo, tranquilo, no soy ningún fantasma, tan solo debo indagar en tu mente para descubrir la Casa a la que te enviaré.


--¿En necesario que veas mis recuerdos? ¿Puedes indagar en ‘mi mente’ sin tocar mis recuerdos? –pregunté.


--Así que puedes diferenciar entre ‘consciencia’ y ‘recuerdos’ ¿He?... alguien interesante en verdad Mr. Potter ¿O debería decir Mr. Black? Quizá Mr. Fenton. –seguía el Sombrero, intentando encontrar apertura a mis recuerdos.


--No sigas. Dime, ¿A qué Casa pensaste que mi hermano pudo haber ido? –inquirí mientras seguía bloqueándolo.


--¿Mmm? No es algo de lo que debiera hablar, cada mente es un mundo y no puede haber otro igual. –decía el Sombrero con un poco de molestia en su voz.


--Es más que evidente que Griffindor no fue tu primera opción, –ignoré lo que acababa de decirme –¿Qué más da? Evítate un mal rato, no te dejaré ver más allá de lo que ahora tienes a tu alcance y mejor envíame a donde nadie espera que sea enviado. –dije con cansancio, quizá debí decir ‘envíame a la casa que el viejo menos espera’.


--Conque ‘viejo’… tienes convicción, tu mente es ágil y no paras cuando algo te propones, valor y sacrificio, astucia, adaptación, fuerte sentido de la justicia pero hay esa sensación que conoces lo que las sombras ocultas, lo que susurra la noche y que sabes que la inteligencia es más útil que cualquier otra cosa. –de pronto se soltó a decir el sombrero casi sin hacer pausas –‘nada es lo que parece’, esas palabras las tienes bien grabadas en tu mente, esas palabras te han abierto caminos inimaginables, hay poder en ti, estás dispuesto a todo con tal de lograr tu meta. Mente compleja la que posees, Daniel. Te enviaré a…


>>¡Slytherin! –gritó el sombrero.


--¿Porque es lo mejor para mí?  ¿O porque ahí ibas a enviar a Harry? –pregunté con prisa antes de quitarlo de mi cabeza.


--Porque es ‘ahí’ donde menos lo espera ‘el viejo’. –dijo con diversión.


Y valla que tenía razón… el antes bullicioso Salón ahora estaba tan callado que parecía irreal, fue mi padrino quien inició a darme la bienvenida con sus palmas, luego le siguieron más palmas y algunos sonidos más. Le sonreí a mi hermano y luego fui a sentarme con Draco, terminó la Selección de Casas y bueno, como ya dije fui a sentarme con Harry.


Luego del banquete, Harry hizo algo que me sorprendió, me llevó a la cocina y dio instrucciones a Dobby de cómo preparar comida, bebidas y postres para mí. Es decir, nunca dije lo que Harry ya sabía de mí, sí que es observador cuando quiere.


Después de separarnos en nuestros caminos para las Casas correspondientes a cada uno y prometerle que lo iría a visitar en la noche, me indicó el camino hacia los dormitorios de Slytherin no sin antes decirme la contraseña cortesía del mapa del merodeador, así llegué a la sala común de Slytherin.


Al parecer había una comitiva esperándome, si pretendían infundirme miedo o intimidarme… tendrían que esforzarse más.


 


 


>>Continuará...


 

Notas finales:

Gracias por leer.


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