Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un Dulce Amor Vengativo por Hitomi

[Reviews - 18]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Aclaraciones:

Sobre los personajes: No me pertenecen, son de la autoría de J.K Rowling a quién amo y venero xD gracias por crear una saga que me apasiona tanto.

 

Notas del capitulo:

El último fanfic que escribí fue "Nuestra última canción" y agradezco infinitamente las muestras de afecto y apoyo que recibí a lo largo de ese proyecto que nació de un one shot para luego tomar vida propia y contar toda una historia.

Debo admitir que escribir después de ese fic otra historia resulto muy difícil, las ideas se me iban y creo que tengo por lo menos quince borradores de ideas sueltas, que ciertamente espero poder re ordenar en algo que merezca la pena ser leído.

Y en medio de ese desason creativo nació una idea que espero les guste, con mis queridos personajes de siempre - que lamentablemente no me pertenecen - así que nada más espero que lo disfruten, y al igual que con mis anteriores fic's, intentaré actualizar a diario (exceptuando los fines de semana que ya saben que desaparezco)

CRÓNICA DE UN MATRIMONIO SIN FUTURO

Toda mi vida he sido una persona con baja autoestima, con la mirada siempre clavada en el suelo, las ropas arrugadas, el cabello alborotado y las gafas rotas parchadas con cinta adhesiva… toda mi vida he vivido dependiendo de mi esposo, dando mi vida por él, intentando hacerlo sonreír, creyendo cada una de sus historias, apoyándolo para que sea alguien mejor, viviendo bajo su sombra… no mostrándome en público para no avergonzarlo… toda mi vida… se baso en él… toda mi vida hasta hoy.

Mi nombre es Harry James Potter Evans y tengo veinte cinco años, me case con Tom Riddle hace casi siete años, él realmente me hacía feliz. Me dejaba cuidarlo y acompañarlo, me sentía dichoso de ser su novio y pocos días después su esposo. Yo un ser sin gracia, que toda su vida había vivido escondido de la gente, ocultando su fealdad… yo, finalmente había sido aceptado por un hombre maravilloso como lo era él.

Lo admito, nunca me dio un presente, nunca me llevo a comer fuera, nunca me toco después de nuestra noche de boda, nunca lo acompañe a alguna de las ceremonias que tenía con sus colegas, nunca me acompaño a hacer las compras… pero, pero sé que era por mi apariencia y lo acepte.

Acepte cada situación que se nos presento, acepte que no quiso adoptar un niño porque es un hombre ocupado y formar una familia no era parte de sus planes a corto plazo, acepte que tuviera que hacer largos viajes a Grecia, España y América porque sus negocios lo requerían; acepte que cuando volviera solo recibiera de él un frío: estoy cansado; acepte que no notara la vez que después de ahorrar todo un mes logre comprarme una camisa nueva; acepte que me pidiera que no gaste más de lo debido porque necesitaba ahorrar para comprar nuevas acciones; acepte… y me cansé de aceptar solo por verlo sereno. Él era mi mundo, mi universo, mi vida…

Lo era… hasta hoy.

Hoy fui a su oficina, quise sorprenderlo y llevarle su comida favorita, no soy diestro en la cocina pero el sacrificio de todos estos años cocinándole sus antojos bien me valió para prepararle un almuerzo gourmet… me puse mi mejor ropa, intente lidiar con mi cabello, incluso me atreví a intentar mejorar mis mal parchadas gafas con magia, no quería avergonzarlo y aún cuando no quedaron perfectas, me arriesgue, solo por poder sorprenderlo.

Y el sorprendido fui yo, debí haberlo sospechado cuando me presente en el diario el Profeta esta mañana, cuando me acerqué a recepción y pregunte por el Director General, debí haber siquiera pensado en la posibilidad de que algo no iba bien cuando la recepcionista dudo al escuchar mi respuesta sobre quién lo buscaba – su esposo, aunque preferiría que no se lo diga, quiero sorprenderlo – debí haberme dado cuenta de cómo me miraba la gente cuando me aventure hasta su despacho.

- ¿Tom? – me sorprendió ver que no estaba tu secretaria, pero me alegro el saber que podría realmente darte una sorpresa, entre a tu despacho y todo estaba perfectamente ordenado, como te gusta. No me sentí decepcionado al notar que en tu escritorio no había una foto nuestra, sabía bien mi lugar en el momento que me case contigo. Observe toda la estancia y el lujo estaba muy bien marcado pero tú no estabas.

Vague la mirada por el recinto, y no pude reprimir el deseo de abrazar tu abrigo que se encontraba sobre el perchero… olía a ti, tu aroma de hombre estaba impregnado mezclándose con la fragancia que habitualmente usas. Me deje embriagar por ese aroma, mi cuerpo se encendió, te quería sentir… sabía que eso no ocurriría, por extraño que pareciera y desde que contrajimos nupcias te habías negado a tocarme… siempre con excusas, siempre con evasiones… y yo no lo vi… me cegué de manera tan drástica y hoy por tu causa lloro sangre.

- Tommy… - escuche unos pasos acercándose y dos risas bien marcadas, instintivamente me escondí en el baño de tu oficina, no supe porque pero mi cabeza me indicaba que era lo más lógico que podía hacer – oh Tommy para… - a través de la puerta semi abierta los vi, tú y tu secretaria ¿Pansy Parkinsson se llamaba?, la tomabas por la cintura al tiempo que cerrabas la puerta por dentro – Tom… nos van a ver – su viperina voz se dejaba oír por toda la estancia. La arrojaste contra la pared e inmediatamente tu boca fue a parar a su clavícula, lo siguiente está de más que lo recuerde… pero conforme vi que abrías su blusa y tus manos bajaban a tu bragueta entendí todo en un segundo… no quise ver más, y aún cuando me tape los oídos y mis lagrimas caían pesadamente, no pude evitar escuchar todos esos gemidos…

Cuando acabaron vi con terror como te acercabas al baño, sabía que tras esa escena de infidelidad vendrías directo a "borrar la evidencia", entonces caí en la cuenta que me encontrarías, y sentí temor… nunca me habías levantado la mano en todo este tiempo, pero entendí en ese instante que se suponía que yo no debía saber nada de ello.

No sé si fue fortuna o no, pero al fin esa puta hizo algo útil en el instante exacto en el que ibas a abrir el baño – Tommy, ¿iremos a cenar esta noche? – fue esa simple frase que hizo que frenaras y te giraras para responder, recordé en ese instante que era un mago y saqué mi varita, me apunte a mí mismo y susurre "invisibilia" - ¿A dónde quieres ir? – tu voz sonaba tan cálida que tuve el impulso de golpearte, tú nunca habías sonado tan dulce conmigo.

- Hay un nuevo restaurante "Las Brujas de Botterbuck", está cerca del caldero chorreante, qué dices si vamos – su voz dulzona me provoco arcadas.

- Está bien, le diré a Potter que llegaré tarde – el simple hecho que menciones mi apellido me crispo los sentidos.

- ¿Acaso ahora le das explicaciones? – ese sarcasmo lleno de malicia fue como si me clavaran una aguja en el corazón. Pero no tuve tiempo de asimilarlo, escuchar al instante tu risa exagerada fue lo que me helo la sangre y los sentidos.

- No son explicaciones, solo no quiero tener que llegar y encontrarlo esperándome... a veces creo que es mitad perro… solo sabe esperar a su amo y mover la cola de alegría cuando me ve - ¿perro? No podía entender como podías verme de ese modo tan grotesco.

- Entonces ponle una cadena y mándalo a la perrera… - Pankisson y tú rieron tan jubilosamente que quise asesinarlos ahí mismo – o mejor consíguete de esas correas mágicas que mandan crucios cuando el perro se porta mal "malo potter, malo" – la morena empezó a canturrear.

Las lagrimas que de por si bajaban por mis mejillas empezaron a sentirse más pesadas y enormes… mi alma entera se había quebrado y mi corazón… ¿tenía corazón?


Estoy parado en el "Puente Lacerandum" observando como el río pasa por debajo, a lo lejos veo Hogwarts… mis mejores años los hice ahí, las mejores personas las conocí allí, entre ellas tú… ¿Tom cuando dejaste de amarme? ¿Me amaste? ¿Me deseaste? ¿Porqué te uniste a mi? Dijiste que me querías… recuerdo que eso dijiste en nuestro último año, que no habías sido capaz de decirlo antes… recuerdo que Ron y Hermione no estuvieron muy de acuerdo, después de todo yo apenas te conocía, recuerdo que me dijiste en seguida que nos casemos… nuestra boda fue privada, tú sin padres y yo con la única familia que tenía, Ron y Hermione.

Nuestra boda fue en privado… pero… ¿por qué casarte si no me querías?

Miro con desasosiego el lago… ¿cuántos metros separan este puente del río? ¿Se escucharía una piedra al caer? ¿Se escucharía un cuerpo al chocar en aquellas aguas?... decisiones, decisiones… todas son decisiones.

Nunca he sido valiente, siempre he sentido que tú eras él que me cuidaba… siempre te he servido, aprendí a cocinar para darte tus gustos, aprendí a usar magia doméstica solo para que te sintieras un rey… viví mi vida a través de ti… y ahora que sé que perteneces a otra… ahora que sé que soy solo un perro mal adiestrado para ti… ¿qué sentido tiene la vida?

- ¿Vas a saltar? – me giro de inmediato al notar que alguien más está parado muy cerca de mí. Tiene el cabello casi platinado, rubio, ojos grises e imponentes, su fría mirada me asusta pero también me inquieta – Hola, te pregunte si vas a saltar – no estoy seguro de qué quiere conmigo, por lo que intentando sonar convincente logro formular algo muy parecido a un "no" – no tengo nada en contra de los suicidas, pero te sugiero que si lo vas a hacer lo pienses bien.

- ¿Pensarlo?

- Ya sabes no hay vuelta atrás, y estoy casi seguro que tu familia no estará muy orgullosa ni contenta de tener un miembro menos en la mesa.

- ¿Familia?

- Sí, ya sabes, tus padres y hermanos, si es que tienes – parece tranquilo, realmente no sé si quiere disuadirme de suicidarme o intenta que me apresure - ¿cómo te llamas?

- Harry Potter – respondo mecánicamente

- Bueno Harry Potter, me llamo Draco Malfoy, mi mansión está pasando el puente y la verdad me gustaría evitar que mañana salga este lugar como portada en "El Profeta" porque tú decidiste lanzarte – parece incomodo – así que te agradecería que si lo vas a hacer sea en otro sitio, créeme que ya he pasado por esta situación y sé que es muy incomodo para mi madre tener que responder cosas como que no hemos visto nada o que no hemos oído nada… los aurores no siempre creen nuestras declaraciones y lidiar con su presencia en nuestra casa es realmente molesto – lo ultimo lo dice al tiempo que hace una extraña mueca que bien se podría interpretar como asco – entonces… ¿piensas saltar?

- ¿eh?

- ¿No sabes decir otra cosa que no sean monosílabos?

- Esto… disculpa, no pensaba saltar, solo… estaba admirando el panorama – en seguida recuerdo que tengo los ojos hinchados y las mangas de la camisa totalmente manchadas de la mucosidad de mi nariz, debe estar completamente roja y mi voz… mi voz debe sonar lamentable

- ¿Mal día? – me dice al tiempo que parece examinarme

- Algo… - me encojo de hombros he intento esbozar una sonrisa

- No suelo hacer esto… - parece dudar pero asiente al instante siguiente - ¿quieres venir a mi casa? Es la hora de la cena y hoy mis padres se han ido a una reunión, presumo que llegaran dentro de muchas horas – la invitación me ha tomado por sorpresa y aunque parezca mentira estoy considerando la posibilidad de aceptar, creo que me siento tan vacío que al más leve gesto amable que pueda recibir me inclino a considerarlo sin mayor temor.

- Lo siento, no puedo – debo ser objetivo, él es un extraño, no me conoce y ya me han hecho suficiente daño por hoy – agradezco tu gentil ofrecimiento, pero es mejor que me marche – hago un leve asentimiento de cabeza y me giro dispuesto a desaparecer.

- Espera… - su mano toca mi brazo imposibilitando que me concentre lo suficiente para desaparecer – cuéntame – su mirada preocupada me perturba.

- ¿Qué te cuente?

- Qué te sucede… no me digas que no te sucede nada, lo he visto, aunque no lo hallas notado llevo bastante tiempo parado en el otro lado del puente y te he observado, haz estado llorando amargamente, entonces… ¿qué te sucede?

- ¿Por qué debería contarle a un extraño lo que me pasa?

- No hay ninguna razón válida, pero si vas a ir a suicidarte por lo menos quiero saber tu historia, soy un Slytherin y el dominio de la información es nuestro deseo más oculto

- Así que solo quieres obtener algo de mí para tu beneficio personal…

- Agradece que soy sincero

Y ante esa muestra de egocentrismo puro no puedo evitar reírme de él, sí, es la primera vez que río de este modo creo en los últimos ocho años… - estoy intentando tomar esto del mejor modo Potter pero realmente que se burlen de mí no resulta educado ni agradable – el ceño fruncido que me lanza me causa aún más gracia pero intento disimularlo, después de todo este egocéntrico rubio no merece tal muestra de mala educación.

- Perdona, no me he querido reír de ti… es solo que bueno me parece divertida tu forma tan… quiero decir que tienes una gran autoestima – sonrió intentando relajar la situación.

- Lo que digas Potter – parece que su mal humor no ha disminuido – entonces ¿bienes o no? – admito que hasta hace unos segundos he estado realmente decidido a irme a otro lugar a pensar sobre lo pobre de mi vida. Pero… bueno que caso tiene, al final y aunque no quiera admitirlo había considerado realmente en acabar con mi existencia, sí este es un rubio demente que solo intenta llevarme a su guarida para destriparme nada pierdo… al fin el resultado sería el mismo. Aunque algo me dice que no es un asesino en serie.

- Vale, Sr. Malfoy, aceptaré ir con usted – después de ello solo ha asentido, creo que ese leve gesto con la cabeza fue más para sí mismo que para mí. Pero bueno ha empezado a caminar en dirección al norte y yo me he limitado a seguirle los pasos.

Ahora que lo observo bien, Malfoy tiene un buen porte, ¿dijo que tenía una mansión no? Su familia debe ser adinerada, aunque no logro ver sus manos pues están ocultas bajo esa capa negra, por lo poco que he visto de su rostro, no deben tener ninguna imperfección, a lo mucho debe realizar trabajos de oficina, y eso si es que labora en algo. Su mirada es penetrante, pareciera que lo analizara todo pero a la vez parece gentil, y esos cabellos rubios sí que deslumbran pese a la poca iluminación a estar horas, realmente me doy cuenta que es un joven atractivo. ¿Tendrá esposa? ¿Será feliz? Extraño a Tom… sé que me ha hecho daño, que ha buscado refugio en los brazos de otra, pero mi corazón aún le ama… una lagrima empieza a rodar por mi mejilla… duele – hemos llegado… ¿Qué sucede? – acabo de notar que Malfoy estaba a mi lado, mis pensamientos han vagado tan lejanamente a recordar mi vida de casado que a penas y sé donde estamos.

- Disculpa – intenta borrar sutilmente las lágrimas con mis viejas y sucias mangas – no pasa nada… ¿esta es tu casa? – definir lo que tengo frente a mi es difícil, la mansión Malfoy es como un palacio, que se encuentra a una distancia prudente de la puerta de ingreso, los jardines que deberé cruzar para llegar hasta la puerta principal se ven hermosos a la luz de la luna. Rosas, margaritas, flores de cerezo… y un sinfín de flores que no conozco pero que resplandecen en medio de la noche.

- Bienvenido a mi mansión – Malfoy me mira solemne casi orgulloso, creo que realmente ama este lugar y no puedo pensar en nadie que no ame vivir aquí – pasemos – dicho esto lo sigo tras el sendero al tiempo que mis ojos divisan a cada lado del camino flores multicolores; el espectáculo de olores y colores es impresionante – este es el jardín de mi madre, cada flor es su adoración, y cada una simboliza algo en su vida.

- ¿Cómo un recuerdo? – en nuestra casa nunca hubo flores, Tom siempre alego que las odiaba, que traían gérmenes y enfermedades… ¿alguna vez habrá pensado que para mí no eran horribles? Cuánto he deseado con que me regalen un clavel blanco o un girasol, si los girasoles son tan coloridos.

- Algo así, la verdad que no conozco mucho de sus significados, pues madre es muy reservada con ello, pero te puedo decir que esas rosas rojas de allí fueron plantadas en honor a la primera cita de mis padres, y esos lirios azules que ves a lo lejos fueron por mi nacimiento – he notado que Malfoy parece muy relajado cuando me cuenta cosas como estas, su fría mirada parece volverse más tierna, aunque profunda pero ahí calidez en sus ojos. Envidio lo feliz que se ve en este instante… yo también hubiera querido tener un jardín donde depositar mis recuerdos para que mi futuro hijo o hija se maravillara como él, ¡Tom que estúpido haz sido tirando nuestro amor por la borda! – en fin Potter… sigamos o la madrugada caerá sobre nosotros y la cena se echará a perder – diciendo esto se ha girado y ha seguido su rumbo hacia la mansión, yo aunque no queriendo dejar ese fantástico lugar lleno de recuerdos ajenos, me decido en acompañarle.


- Amo Malfoy, Señor, ¿su amigo también cenará, señor?

- Es correcto Tholav, pero no es mi amigo, solo un conocido – en casa nunca tuvimos un elfo, aunque me hubiera gustado tener uno para que me ayude Tom nunca accedió a mis sugerencias, en ese entonces pensaba que era porque le gustaba viéndome ser hacendoso y cuidando yo solo de él, ahora noto que todo era una completa farsa y que solo quería un empleado y no un marido – entonces Potter, mientras preparan la cena, vamos a la sala y me explicas que te sucede – la verdad aún me debato entre decirle o no, ya bastante he escuchado hoy sobre las burlas hacia mi persona, ¿Por qué dejar que alguien más se ría de mi desgracia? Malfoy no parece mala persona, pero… aún no lo conozco, ¿esto es dable? – sígueme Potter, no te voy a cortar en pedacitos ni a cruciar… al menos no ahora – debe haber notado mi cara de espanto ante su comentario porque ha empezado a reír, supongo o tengo la leve sospecha que esto se debe a mi poca educada manera de actuar hace unos minutos. Asiento y camino nuevamente tras de sí, esto de andar cual si fuera su sombra se está volviendo común entre nosotros.

Lo sigo por un amplio pasillo adornado de cuadros de lo que creo serán sus antepasados; la mayoría tienen la piel tan blanca como la de él, todos con la nariz respingada y alguno que otro me observa con desagrado… tal parece que ni siquiera para los retratos soy alguien digno de observar.

Nos detenemos frente a una habitación sin puerta, alcanzo a ver unos sofás negros; acabo de notar que Draco es más alto que yo… justo igual que Tom, ¿por qué no me lo puedo sacar de la cabeza? – Después de ti – indica Malfoy, al tiempo que se hace a un lado para dejarme pasar, algo temeroso me adentro en esa nueva estancia. Para mi sorpresa resulta bastante acogedora, es grande como cada presumo deben ser cada uno de los cuartos de esta casa, pero la decoración barroca en contraste con los muebles minimalistas dan la sensación de paz y tranquilidad – siéntate donde desees – casi mecánicamente me dejo caer sobre el sofá más cercano; de pronto siento como si todo mi cuerpo me estuviera diciendo que es justo lo que necesitaba, un poco de confort – bueno Potter… entonces, ¿cuál es tu historia? – Malfoy se sienta frente a mí, es sorprendente como hasta para esa simple acción muestra refinamiento y educación, tan elegante y gallardo… nacido en cuna de ricos no cabe duda.

- No hay nada que contar – sé que llegados a este punto y con lo buen anfitrión que ha sido, merecería saber lo que tanto le inquieta, pero en honor a la verdad, no me hace gracia alguna de explicarle la pobre sombra del ser humano que fui.

- Vamos Potter, todos tienen una historia – su sonrisa casi de complicidad me aturde.

- ¿Cuál es la tuya? – no puedo evitar reprimir la pregunta, creo que lo he dicho tan rápido y sin pensar que casi a sonado descortés – lo siento… no he querido ser indiscreto – bajo la mirada totalmente avergonzado.

- Me llamo Draco Lucius Malfoy Black y sí, nací en cuna de oro – su voz suena divertida, y aún cuando sé que no está enojado, no puedo levantar la cabeza, es tan bochornoso haber sido tan imprudente – soy hijo único y de sangre pura; y aunque sé que muchos magos y brujas de ese linaje tienden a ver con cierta inferioridad a los demás, mi familia ha sabido cambiar de parecer con el paso del tiempo y los años, aunque mi padre aún por momentos se resiste a ser totalmente inclusivo… - el silencio que le sigue a esa confesión me hace sentir incómodo por lo que no puedo evitar alzar la mirada para ver que le ha sucedido, pero al instante siguiente me encuentro con unos ojos grises que miran con curiosidad – estudie en Hogwarts y fue Slytherin, bueno toda mi familia lo ha sido, generaciones tras generaciones… - noto su mirada como cambias de gris a un tono más oscuro, ¿tristeza? - mi padre es dueño de muchas empresas y espera que yo asuma la presidencia de las mismas en muy corto tiempo… pero dígamos que yo tengo otros pasatiempos – su mirada se centra en el fuego que hay encendido en la chimenea – y esa es mi historia Potter… ahora podré tener el honor de escuchar la ¿tuya? – esos ojos grises vuelven a clavarse en mí. Me pierdo en ellos y no puedo evitar su mirada, es como si me absorbiera el alma…

- De acuerdo – casi como si hubiera bebido de pronto veritaserum empiezo con mi relato, intento resumir ocho años de relación en algo que no suene tan dramático, pero conforme escucho mi propia voz contando una triste verdad, mis ojos se llenan de lágrimas y casi hipando continuo con mi historia.

Draco no me ha quitado los ojos de encima en ningún momento, aún no logro determinar si la manera en que me mira es con pena, decepción o indignación – y entonces los vi tener sexo a Parkinsson y a mi marido – mis puños se cierran fuertemente sobre mis muslos… me siento tan cansado y roto – después de ello se fueron a cenar y finalmente pude salir – me tiende un pañuelo que saco de un bolsillo en el interior de su capa; lo tomo y noto que mis manos tiemblan, intento limpiarme al tiempo que escucho su parsimoniosa voz.

- Es por eso que pensaste que la mejor salida era el suicidio, ¿verdad? – es cauteloso, sé que no quiere alarmarme con esa palabra, pero llegados a este punto esconder algo estaría de más por lo que asiento levemente mientras me quito las gafas intentando con ello esconder vagamente el rubor en mis mejillas producto de la vergüenza – y porqué irte… quiero decir, él fue quién hizo mal, por lo que sé, tú eres el que se sacrifico todo el tiempo – la verdad no lo había considerado de ese modo, pero no respondo – no sería mejor que le dieras un poco de su propia pócima – por primera vez alzo el rostro y lo miro sin comprender que intenta decirme – Potter, eres un gryffindor y no te ofendas, pero los de tu casa no tienen mucha imaginación – su sonrisa de superioridad me toma desprevenido – véngate Potter, hazle pagar por cada una de sus acciones – el brillo en sus ojos me perturba pero no me asusta – Potter haz que Tom Riddle se arrepienta de todo lo que te hizo, haz que desee que estuvieras de nuevo en su vida.

- Malfoy no te entiendo… como yo podría hacerle eso a mi marido – el miedo me recorre el cuerpo del solo imaginar que yo pudiera lastimar a alguien, ¿acaso Malfoy espera que lo asesine? – yo… yo no podría lastimarlo… yo…

- No seas idiota Potter – se recuesta en el sofá y me observa divertido – véngate pero con inteligencia, haz que viva cada cosa que te hizo, desenmascáralo… por lo que me cuentas él tiene a alguien, haz que se separen, si es dueño del Profeta, desenmascáralo, haz que todo el mundo conozca quien es el verdadero Tom Riddle, y créeme, entonces te sentirás mejor – sonríe con autosuficiencia

- Pero… pero yo – dudo, ahora que lo medito, cada que pienso en esa zorra sobre Tom las ganas de asesinarla me asaltan, quiero destruirla… pero no me atrevo, yo nunca he hecho daño a nadie y…

- Te ayudare - ¿perdón? ¿Qué ha dicho este tipo? – no me mal entiendas ¿de acuerdo? Pero ahora mismo no tengo nada mejor que hacer y en honor a la verdad escuchar lo mal que se ha portado ese marido tuyo solo causa en mi sentimiento muy negativos, y la verdad que desde la escuela no he tenido una distracción de este tipo – se para y se sienta a mi lado – vamos Potter, yo con mi inteligencia y tu… - me mira dudoso, como si intentara encontrar algo en mi – con lo que tienes, podremos desenmascararlo – no estoy seguro a que se refiere con "lo que tengo" – Potter él no te ama, y créeme si te suicidas le importara muy poco, que tal si en vez de darle el gusto de desaparecer, mejor lo enfrentas

- Pero yo… no sabría como

- Para eso me tienes a mí, Potter yo soy un genio, solo déjate guiar y tendremos la victoria asegurada – su rostro se acerca al mío, me mira con intensidad – Potter, en mis manos lograras tenerlo a tus pies – la sonrisa de superioridad y esa mirada logran convencerme.

- Tom pagará por esto – asiento, intentando sonar convincente

- Lo lograremos


Viernes 10 de Mayo del 2015

HARRY POTTER SE SUICIDA EN MEDIO DE LA LOCURA

Esta mañana el Departamento de Cobertura de Accidentes Ocasionales recibió la llamada anónima de un mago que sobrevolada el rio Odyssea, al parecer un hombre no identificado habría saltado del puente al tiempo que gritaba incoherencias. El mago no quiso identificarse alegando que prefería no ser involucrado en las declaraciones.

Algunas brujas que viven cerca al río indicaron que hace unos días vieron pasar a una persona con la descripción del suicida por el pueblo – Era muy extraño, no hablaba y miraba a todos con desconfianza – indica Madame Rowllet, una anciana bruja pobladora del lugar – llevaba una camisa gastada, parecía que hubiera sido gris, aunque no estoy seguro pues tenía manchas de lodo impregnado por todo el cuerpo – señala el menor que identificaremos como S.T.V de quince años que lo vio también merodeando por el lugar.

Al parecer y tras las investigaciones dadas por el Departamento de Cobertura de Accidentes Ocasionales, el suicida estaría identificado como Harry James Potter Evans, quién era el esposo de nuestro actual Director General Tom Riddle, estuvo desaparecido desde hace tres días; su esposo el Sr. Riddle no lo reporto como no habido dado que pensó que se había ido de viaje con sus amigos. Grande fue su sorpresa al recibir esta mañana a dos aurores en su domicilio que le pedían identificara la camisa del suicida ya que por la profundidad del río no pudieron recuperar su cuerpo.

En comunicación vía Red Flu con el Sr. Riddle están fueron sus declaraciones: "Mi esposo no se encontraba bien mentalmente, no era como si estuviera al borde de la locura, pero ocasionalmente perdía el juicio, no lo ingrese a San Mungo pues no quería tenerlo encerrado en una fría habitación; es una pena que justo esta semana que creí que se encontraba mejor haya sucedido esto"

Actualmente el Sr. Riddle se encuentra gestionando todo lo concerniente a su difunto esposo, esta periodista puede dar fe del profundo pesar de nuestro Director General. Nuestro sincero pésame para el Sr. Riddle y que Merlín ampare la joven alma de su fallecido esposo demente.

Informo: Rita Skeeter

 

Notas finales:

¿Les gusto? una escritora se alimenta de sus comentarios, sean buenos o sean malos - siempre con respeto - todo es bienvenido.

"Un Dulce Amor Vengativo" aún tiene muchas cosas que contar y yo espero recibir muchos comentarios de su parte.

Un fuerte abrazo y nos leemos en el sgte. cap


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).