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¿Cuál era tu nombre? por HyukHaeObsecion

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Notas del fanfic:

Hola! Este es mi primer fanfic yuri, y eso me tiene muy nerviosa. 

La idea me llegó cuando conocí a una hermosa mujer, y no pude evitarlo. Ella es de quién hablaré en el fic. Los demás personajes son completamente originales :)

Espero que les guste y dejen muchos reviews si es que asi es. Gracias por leer.

Notas del capitulo:

Hola! En serio espero que les guste <3

Las luces de colores parpadeando más la música en un volumen súper alto estaban comenzando a hacer que me doliera la cabeza. Sabía que salir con mis amigas no era una buena idea, pero ellas habían insistido tanto que habían terminado convenciéndome. Yo no era como ellas. Tenía ya mucho tiempo conociéndolas, y el cariño que sentía por ellas era mucho, además siempre que estábamos juntas todo era solo reír. Aun así, yo no acostumbrara a salir con ellas cada fin de semana a antros, ligar con algún chico y terminar en la cama. Ese no era mi estilo y aun no estaba tan desesperada.  Apenas pasada una hora ya me estaba arrepintiendo de haber estado quejándome toda la semana de tener meses sin haber hecho nada “interesante”. Me refería, claro, a no  haber salido con ningún chico, y mucho menos haberme acostado con alguien.

-¿En serio no vas a tomar nada?- Me pregunto por milésima vez Tania.

-No- conteste seria. No estaba de ánimos para nada, quería irme ya. Pero ellas parecían tener aún mucha energía. DE las 4 que estábamos ahí, solo Tania y yo no habíamos bailado. No porque no nos hubieran invitado, sino porque a mí no me apetecía bailar y dejarme tocar por cualquier desconocido con aliento alcohólico y pesado comportamiento. Y ella, como buena amiga, había rechazado a todos los que se acercaban solo para no dejarme sola.

-Joder, Marcia, si no querías venir solo hubieras dicho que no. Preferible eso a estar aguantando tu genio.- me soltó antes de sentarse en el sillón con los brazos cruzados. Yo no conteste.

Tania era mi mejor amiga. La había conocido antes que a Jessica y a Emma. 6 años conociéndonos nos había dado la libertad de tratarnos como quisiéramos sin el remordimiento de que fuéramos a alejarnos. Eso ya no pasaría, sería una tontería tirar una amistad de tantos años por la borda solo por una tonta pelea. El silencio entre nosotras opacaba la música electrónica que sonaba en el local, hasta que Emma se acercó. Con la hermosa sonrisa que la caracterizaba y sus ojos un poco más cerrados a causa del alcohol. Detrás de ella venia un chico más alto que ella (como la mayoría de las personas) viéndole el trasero que se lucia en su vestido rojo. Yo lo mire con asco, y aunque él se dio cuenta no dejo de verle el trasero.

-Pero, chicas, ¿Aún no han bailado?- no contestamos –Pero que amargadas- rio a carcajadas sentándose a un lado de mí y el chico a un lado de ella. Y antes de que alguien pudiera decir algo, ellos ya estaban besándose como si nadie estuviera cerca de ellos, como si estuviesen solos. Definitivamente ella ya había encontrado con quien pasar la noche.

-Yo me voy- dijo Tania antes de levantarse y dirigirse a la pista de baile. Me reincorpore en el sillón, poniendo toda mi atención a donde se dirigía. Pero no, no iba a la salida. Tomo la mano de un chico que había rechazado antes y lo dirigió al centro de la pista, casi inmediatamente habían empezado a bailar. Si, se había ido y me había dejado con Emma y ese chico que le estaba metiendo mano bajo el vestido. Dios, estas chicas necesitaban ir a un convento. En la pista, muy cerca de donde se había situado Tania, estaba Jessica. Bailando con un hombre mientras se besaban de una manera demasiado pasional como para ser solo una pesquisa de una noche. Cerca de la pista estaba la barra, la recorrí con la vista. La mesera parecía estar batallando con un hombre que ya estaba pasado de copas. Muchas personas, en su mayoría jóvenes, estaban ahí pidiendo algo para tomar y mejorar el ambiente, otros cuantos estaban solo ahí sentados charlando, y otro chico estaba sentado solo. Viéndome a mí. Cuando cruzamos miradas espere a que la apartara, pero no lo hizo, en lugar de eso me sonrió. Sentí un calor ascender a mis mejillas y por puro instinto agache la cabeza. Conté hasta cinco y volví a levantarla esperando que ya no estuviera viéndome, pero seguía haciéndolo. Tenía el cabello negro y la piel blanca, sus ojos eran un poco rasgados. Llevaba un sweater negro y un pantalón del mismo color. No estaba muy arreglado, pero… ¡Dios! era demasiado guapo, y sonriendo aún más. Mire hacia atrás para cerciorarme de que me veía a mí, detrás no había nada más que una gran pared. Volví la vista hacia la barra, pero ya no estaba. Lo busque con la mirada desesperadamente hasta que…

  -Ah- un sonido me hizo voltear al sillón en el que estaba sentada. El tipo estaba encima de Emma, recostada en el sillón besándole el cuello y su mano se perdía entre las piernas de mi amiga. No estaba lista para eso. No podía y no quería ver a mi amiga siendo toqueteada. Me levante y apenas lo hice choque con algo… o alguien.

-¿Quieres bailar?- una voz no gruesa, pero sí muy atractiva. Espere un momento a quitar el aturdimiento por el golpe.

-…Claro- contesté después de pensarlo un poco. Cualquier cosa antes que escuchar los gemidos y jadeos de Emma justo a mi lado. Además, el chico no era cualquiera, era el que segundos antes estaba sentado en la barra viéndome. La necesidad de coquetearle me sorprendió incluso a mí. Nunca había sido muy buena con eso. Pero quizás no estaría tan mal disfrutar una noche al estilo de mis amigas. Me tomó de la mano con cautela, como todo un caballero y me llevó a la pista. Se paró en un punto y se giró hacia mí, poniendo sus manos en mi cintura después de haber dirigido las mías a su cuello. Yo estaba demasiado nerviosa como para concentrarme en el ritmo de la música.

-¿Cómo te llamas?- me peguntó, quizás quería aligerar el ambiente.

-Marcia- contesté sin verlo a los ojos. El soltó una risilla. -¿Y tú?- le pegunté después de un poco tiempo.

-Puedes llamarme Tae- dijo. Su tono era increíblemente amable, y eso, de alguna u otra forma me hizo sentir un poco más cómoda. Al menos ya no sentía mis rodillas temblar.

-¿Tae?

-Sí, mi nombre es difícil de pronunciar, así que suelen llamarme así.

-¿Cuál es tu nombre?- mi cuerpo comenzó a moverse solo, bailando. Él me sujeto más fuerte.

-TaeGyun- Asentí.

-¿Eres extranjero?- Lo dije en el tono más serio posible, pero a el pareció darle gracia. Dejó los ojos cerrados un momento, como queriendo evitar reírse.

-Sí, soy de Corea del Sur

-Ah- la conversación termino ahí. Pero la confianza entre nosotros aumentaba junto con la música, que cada vez se tornaba un poco más sensual. O quizás solo para mí.

No pude darme cuenta cuando fue que pidió algo para tomar, pero de pronto ya estaba una chica ofreciéndonos dos vasos, seguramente con bebidas alcoholizadas. Yo no era muy dada a beber alcohol, pero esa noche simplemente no pude resistirme. Incliné el vaso para beber. “Y no bebas  nada que  no hayas abierto tu” La voz de mi madre dándome indicaciones para ir de fiesta retumbó en mi cabeza, pero no me importó. La bebida era un poco dulce, pero se podía apreciar fácilmente el sabor a alcohol. Aun así, era deliciosa. Tomé casi todo de un trago, y pude ver como el chico sonreía con un asomo de asombro. Le sonreí y seguí bailando. Me pregunté qué pensaría mi mamá sobre eso. El haber ido a un antro, beber de una bebida destapada, estar bailando con un completo desconocido con quien, claramente, las cosas se tornaban cada vez más calientes. O aún mejor ¿Qué pensaría mama de  lo que estaba dispuesta a hacer esa noche con ese chico? La sola idea elevo mi adrenalina, al saber que estaba haciendo algo común, pero no correcto. ¿Eso era lo que sentían las chicas? Ahora entendía perfectamente por qué lo hacían.

Me pegue más a él mientras bailaba. Rozando mis pechos con su torso. Su sonrisa fue suficiente para saber que le gustaba. Lentamente deslizó sus manos de mi cintura hasta mis caderas, acercándome un poco más a él. Yo sujete con más fuerza su cuello, haciendo que se inclinara hacia mí. Dirigí mi boca a su cuello y atrapé entre mis dedos su cabello. Respiré hondo, inhalando su perfume. No era un perfume muy masculino, tampoco femenino. Pero, ¡Olía realmente bien!

Pensé un momento si debería besar su cuello. No sabía nada de él, ni siquiera podía recordar su nombre. Pero si quería llegar a la cama con él, eso no significaría nada.  Toqué con mis labios su cuello e inmediatamente apretó mis caderas, incluso pude sentir sus uñas  a través de la tela del vestido. Abrí un poco mi boca para sacar la lengua y recorrer un pedazo de su piel con ella. Se estremeció, yo sonreí al darme cuenta de lo que era capaz de provocar. Retiré un poco mi cabeza y le sonreí. Él no sonrió, pero me miró a los ojos de una manera muy intensa. Sentí sus manos bajar un poco más, hasta la vastilla del vestido, la levantó un poco y empezó a acariciarme las piernas. Se sentía muy bien. Sus manos era suaves y sus dedos delgados. Recargué mi cabeza en su hombro. Pude sentir perfectamente cómo empezaba a ponerme húmeda por las leves caricias que estaba recibiendo. Giró su cara hacia la mía y al instante unimos nuestras bocas, no era el beso más tierno. Pero si el más erótico que había tenido en mucho tiempo. Nos acercamos mucho más, no había ni un solo espacio entre nuestros cuerpos. Colocó una de sus piernas entre las mías, y sin dejar de acariciarlas con sus manos, provocó una fricción exquisita en mi entrepierna. Gemí y lo abracé para no caer, estaba mareada por la sensación. El baile ya había quedado muy lejos. Ahora solo estábamos tocándonos en medio de la pista entre mucha gente que estaba tan entretenida en su propia pareja como para darse cuenta de lo que estábamos haciendo. Para cuando pude sentirme un poco más cuerda me sentí extraña ¿Qué rayos estaba haciendo? Me separé de él de golpe. Me miró confundido, quiso acercarse de nuevo a mí, pero yo fui más rápida y me fui. Camine rápido para que no pudiera alcanzarme. Fui a los baños. Para mi suerte estaban vacíos. Abrí el grifo y me lave la cara sin importar que mi –muy leve- maquillaje fuera a arruinarse. Lo que necesitaba era bajar la temperatura de mi cuerpo, y después me iría a casa. ¿Qué estaba pensando al acercarme a alguien que no conocía solo por tener un poco de sexo? No me sentía bien conmigo misma. Pero lo que más me abrumaba era que ni el agua fría golpeando mi cara podía desvanecer mis ideas de regresar y hacerlo frente a todo el mundo. Pensé en irme a casa por mi cuenta, sin esperar a ninguna de mis amigas, y era lo mejor. Quién sabe si ellas fueran a regresar a casa.

Escuché la puerta abrirse, cerré la llave y justo cuando estaba a punto de salir, me di cuenta que quien acababa de entrar era él.

Notas finales:

Les gustó?

Les juro que es yuri xd Como lo dice el resumen.

Espero poder actualizar rapido.

 

Bueno, ojalá puedan dejar RV

Y si les gusta el EunHae pueden pasarse a mis otros fics.

No sean muy duros conmigo ><


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