En ese momento que su móvil sonó hizo que se detuviera justo en el instante que iba a tirar a unas de las bolas que tenía en la mira y tuvo que sacar el móvil de su bolsillo, haciendo un pequeño gesto de “disculpa” y así ponerse a un lado y ver que era un número desconocido y es que él nunca era de dar su número a cualquiera persona. Se llevó el aparato a uno de sus orejas y aclarar su garganta a la vez.
—Diga— contestó al tercer tono y habló con total naturalidad.
—¿Dónde estás?
—Una pequeña sonrisa se formó entre sus labios al escuchar aquella voz y al parecer supo que en algún momento iba a llamarlo ya que sabía que aquel trabajo iba a ser importante para el alto, aquella sonrisa aún seguía entre sus labios y apoyó su mentón sobre el taco ( instrumento de billar)—Pensé que nunca llamarías. —mencionó en un tono con pura burla y podía sentir que menor se estaba poniendo un tanto frustrado.
—Cambio de planes, a veces las cosas pueden salir mal.
—El Arcade de Bo. No es tu tipo de sitio a la cual suelas frecuentar.
—Entonces hagamos la entrevista por el teléfono, tengo justo una lista de preguntas que hay que…—si algo tenía que hacer para volver a verlo y hacerlo enojar era cortando la llamada, sabía que el pelinegro no iba a rendirse y mucho menos dejar su trabajo completo, el moreno sonrió al ver su móvil y así mismo lo guardo en el bolsillo trasero de sus tejanos. Volvió a acercarse hasta donde se encontraban los demás jugadores y esperar a que llegara su turno.
Varías miradas hacia la escalera fueron lo que llamaron la atención a JongIn y es que no entendía quien dejaría entrar a un mocoso para hacer tal escándalo, sin darle mucha importancia, volvió a agacharse y así fijar su mirada en la próxima bola la cual iba hacerle ganar un poco de dinero y la casa que habían puesto como “premio”. Nuevamente su mirada se dirigió hacia las escaleras, notando esta vez que era el alto, un tanto descolocado, mirando a ambos lados hasta que sus miradas se encontraron, poco a poco fue alzando mientras que SeHun se acercaba a él con ese ceño fruncido y con una hoja en una de sus manos. Una pequeña sonrisa de burla se formó entre sus labios al ver que había ingresado sin pagar y sabía muy bien que el tipo que paraba en la entrada no toleraba aquello.
—Déjalo, viene conmigo — comentó el moreno mientras le hacía un pequeño gesto al menor para que se acercara y le dio un mirada el tipo barbudo, indicándole que todo estaba bien. Fueron pocos segundos hasta que SeHun se pusiera al lado de él, su concentración volvió hacia la mesa y así mismo colocarse en la misma posición en la que estaba desde un inicio. Sentía el nerviosismo del contrario y su mirada perdida entre las personas que los rodeaba. Una vez que le dio al tiro a la bola ocho, miró de reojo al pelinegro-
—Perdona por colgarte— dijo a la vez que se acercaba a SeHun — La señal no es muy buena aquí abajo y es que estamos en el sótano… así que, lo siento.
Esa mirada que SeHun le daba, no era del todo buena y es que sabía que no le estaba creyendo a lo que el decía. Con un gesto indico a los demás que se marcharan. Hubo un silencio incómodo, no para JongIn si no por el menor que comenzaba a mover su pie sobre el suelo. El primero quien se retiró de todos los jugadores le rozó con el hombro al pasar. JongIn seguía parado y apoyado sobre el borde de la mesa, esperando a que los dejara por fin solos. Quizás no era un buen lugar para “conversar” pero notó ciertas miradas frías y serias por parte de los demás, uno de ellos, MyungSoo , él fue quien gruñó al momento de pasar al lado de SeHun, recibiendo por respuesta a un chico que se encogía de hombros.
—Bien, ¿A que vino todo ese pequeño show que hiciste? — preguntó mientras se cruzaba de brazos y miraba al pelinegro con una ceja enarcada. SeHun se acomodó a su lado y captó esa exquisita esencia del perfume que llevaba. Carraspeó un poco y el movimiento del menor que hizo fue, poner un cuaderno debajo de la hoja que tenía en mano.
—No es algo que deba importarte, además ya estoy aquí y terminaremos esto de una vez. — acotó el pelinegro y JongIn asintió de manera leve, mientras observaba la hoja y ladeaba un poco su rostro viendo aquella palabra que sólo hizo que quisiera reírse pero se tuvo que contener.
—¿Gilipollas? — Leyó en voz alta, mientras se acercaba más a él, claramente quería incomodarlo.— ¿Cáncer de pulmón?, ¿Uno?,¿Dos? — no podía creer que el alto hubiera escrito eso en la hoja y lo miró con una ceja enarcada.
El alto se abanicó con la hoja y desvió su mirada a cualquier parte de la habitación menos en él.
—Doy por seguro que contribuyes a este ambiente cargado de humo. ¿Cuántos puros por noche?, ¿Uno?, ¿Dos?
—Yo no fumo — dijo el moreno con convicción, pero claramente sabía que el menor no se lo iba a tragar ese cuento y soltó un largo suspiro.
—Ajá, si estoy aquí es para entrevistarte, además serán una cuantas preguntas y me iré de aquí, ¿vale?, así que coopera, por favor — habló SeHun, apoyando su cuaderno junto contra la mesa, entre las bolas. Tocó la bola amarilla y comenzó a escribir en el tercer reglón: Sí, fuma puros.
—Estás jugando sucio, SeHun —Esta vez habló con una sonrisa entre sus labios y el menor lo miró directamente a los ojos, devolviéndole la sonrisa.
—Esperemos no te favorezca. ¿Tu sueño más anhelado? —Aquella pregunta lo había descolocado por completo, ¿Qué podía responder ante eso?, parpadeo un par de veces y volvió a sonreír, si había algo que soñaba, era besar al chico que tenía delante.
—Besarte.
—No es gracioso, JongIn— el moreno, sonrió satisfecho al escuchar a SeHun tartamudeando un poco y más aquel ceceo que era sumamente adorable en él.
—No, pero hace que te sonrojes.
Esta vez el pelinegro carraspeó y decidió sentarse sobre la mesa , poniendo un pie sobre su rodilla y tener una mejor postura para poder escribir.
—¿Trabajas?
—Recojo mesas en el Borderline. El mejore restaurante Mexicano de la ciudad.
JongIn habló de la manera más tranquila mientras veía a SeHun escribir sus respuestas en la hoja.
—Has dicho unas pocas preguntitas. Ya vas por la cuarto —dijo el moreno con cierto retintín en su voz.
—¿Religión?
—Mh.. soy culto, no tengo ninguna religión.
—¿Perteneces a algún culto? — Al parecer pudo captar que el pelinegro se había asombrado a aquello a pesar de haberlo disimulado.
—Resulta que necesito a un chico sano para un … digamos, sacrificio. Al comienzo había pensado en seducirlo para ganarme su confianza, pero al parecer veo que ya estás listo.
Aquella sonrisa que aún quedaba en los labios de SeHun desapareció por completo.
—No me estás seduciendo.
—Todavía no he comenzado.
SeHun bajó de la mesa y se acercó a él, encarándolo. Le sacaba sólo una cabeza de estatura.
—Baekhyun me dijo que eras un estudiante del último curso. ¿Cuantas veces has repetido la clase de Biología de cuarto? , ¿Una? , ¿Dos veces quizás?
—Tú amigo no es mi portavoz.
— ¿Estás negando los suspensos?
—Estoy diciendo que el año pasado no asistí a la universidad — comentó mientras le observaba esta vez directamente a los ojos, algo que sirvió para fortalecer aquel acercamiento.
—¿Hacías novillos?
JongIn ya estaba cansado de aquella situación y quería divertirse un poco con el pelinegro, por lo cual miró a ambos lados y con su dedo índice le indico que se acercara el alto a él, al parecer SeHun no quería moverse.
—¿Quieres oír un secreto? — habló casi en un susurro, en la cual sólo ellos pudieran escuchar. Algo confidencial—. Nunca he ido a la universidad, ¿Otro secreto? No es tan aburrido como pensaba.
Sonrió de lado y se relamió un poco sus labios para así volver a apoyar su cuerpo contra el borde de la mesa. Quería fastidiarlo un poco y esperaba haberlo conseguido.
—Crees que miento.
—¿Nunca has ido a la universidad? Si eso fuera verdad, y tienes razón, no creo que lo sea, ¿Qué hizo que te disidieras a ir este año?
—Tú — habló en tono firme, era él por el motivo que había ido a la universidad y él sólo sabía el “Porqué” de esa decisión.
—Eso no es cierto.
El moreno volvió a acercarse hasta donde se encontraba SeHun, pero esta vez separándolos unos pocos centímetros. El nerviosismo que el menor sentía, hizo que JongIn sonriera por dentro al haber conseguido aquello y a pesar de querer besarlo en ese momento, trató de descartarlo y mirar hacia sus ojos.
—Tus ojos, SeHun. Esos ojos fríos y marrones son irresistibles — Ladeó un poco su rostro, estudiándolo desde otro ángulo y así mismo bajar nuevamente su mirada hasta sus labios —. Y esos labios rosados, sensuales atraen como un imán. —habló en un susurro y sentía la respiración ajena contra la suya, notando como la lengua del menor se deslizaba de un costado a otro de su labio inferior y movió un poco su cabeza, dando un paso hacia atrás y parpadeando un poco, sus mejillas del pelinegro se habían tornado de un color carmesí y JongIn se cruzó de brazos, sin moverse del lugar que estaba.
—Ya está bien. Me marcho, gracias por las respuestas.
Pero apenas se pudo escuchar la voz del pelinegro, supo que no era verdad lo que decía, sentía ese impulso del alto, sabía que quería decir algo más . JongIn sólo se limitó a quedarse en esa posición, mirándolo y esperando cualquier pregunta o alguna lisura por parte de SeHun.
—Al parecer sabes mucho de mí— habló SeHun, quedándose un poco corto —. Más de lo que deberías. Es como si supieras exactamente lo que debes decir para hacerme sentir incómodo.
—Me lo pones fácil — respondió.
Nuevamente esa sensación de rabia captó el castaño al ver los ojos y el ceño fruncido de SeHun.
—Admite que lo haces a propósito.
—¿Hacer qué’?
—Esto, provocarme.
—Repite, “Provocarme”. Tu boca parece provocativa cuando lo dice, ah. — Esta vez fue JongIn quien se relamió su labio inferior, notando como las manos del alto se empuñaban contra su cuaderno.
—Listo, ya hemos acabado. Sigue con tu partida. — Notó como SeHun tomaba el Taco de billar y se lo extendía con brusquedad, el moreno no pensó cogérselo—. No quiero sentarme a tu lado —añadió el pelinegro—. No me gusta ser tu compañero de pupitre. No me gusta tu sonrisa condescendiente. — pudo notar que le temblaba la barbilla al menor, ¿Acaso estaba mintiendo?, y es que JongIn sabía que era mentira todo aquello—. No me gustas tú — concluyó el chico alto con voz más convincente y empujando el taco contra su pecho.
—Pues yo me alegro de que el entrenador nos haya puesto juntos— Repuso él. Claramente no era ironía en la palabra “Entrenador”, tampoco quería esconder nada. Agarró el taco y se lo colocó al lado suyo.
—Yo me haré cargo de que nos cambien, descuida.
Le pareció divertido, haciendo que esta vez mostrara una sonrisa amplia, mostrando esa sonrisa perfecta. Alargó su mano hacia SeHun y antes de que el menor pudiera alejarse, retiro aquel mechón que cubría un poco sus ojos.
—Así está mucho mejor.
Notó la mirada ajena, ver su mano al momento que lo retiraba y esperaba que no viese esa marca que tenía en su muñeca y esperaba que pensara que sólo era un simple tatuaje.
—Ese no es el mejor sitio para una marca de nacimiento — JongIn enarcó una de sus cejas, haciendo como si no entendiera de lo que estaba hablando. Dejó salir un largo suspiro y en un rápido movimiento se cubrió con la manga de casaca su muñeca.
—¿Preferirías que la llevara en un lugar más íntimo?
—No tengo preferencias al respecto. — La voz del menor había sonado un poco dudoso y añadió algo más—Si no la tuvieras me daría igual. — Y remachó— Tu marca de nacimiento me trae sin cuidado.
—¿Alguna pregunta más?. ¿Algún comentario?
—No.
—Pues entonces nos vemos en la clase de Biología.
SeHun se dio la vuelta y comenzó a caminar hacia las escaleras mientas JongIn le observaba desde el lugar, el pelinegro no iba a escapar de sus manos y mucho menos de sus planes.