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Unpredictable Love (KaiSoo) por gmel

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Notas del capitulo:

Hola chicas, lamento no poder actualizar muy seguido. El problema es el tiempo, la uni consume gente .0. Sin más, gracias por leer y sus comentarios, me hacen feliz *^*

  -Pero Chanyeol no te quiere a ti-no sabía porque pero verlo indefenso me hacía sentir bien. Sabía que mis palabras lo estaban destrozando, que lo habían herido hasta ver su piel a carne viva. Me sentí mal pero a la vez, me sentía fuerte. Me sentía capaz de dominar a aquel hombre inteligente que les inspiraba respeto a otras personas.

El día en que conocí a Kyungsoo le temí igual que muchas personas. El chico tenía enormes ojos que con sólo verlos te sorprendían pero lo más espeluznante no era su tamaño. Sino que el cómo te miraba. Esos ojos te escrutaban, te analizaban como si tuvieran un láser que lograba desnudarte hasta que le temieras. 

Yo era un chico tímido que recibía burlas de sus compañeros del colegio. Ellos me llamaban nena sólo por dedicarme al baile y no cualquier baile, sino que al Ballet y al Jazz. Al ser bailarín artístico, muchas personas se burlaban de mí diciéndome mariposita y demás. Pero esa mariposita era trainee de la empresa número uno del país.

Había aprendido a guardar rencor y a detestar a todo ser que me viera como poca cosa. Así que al entrar y sentir la mirada fija de esos ojos saltones, casi lo odie.  Al mirarlo, veía a todos aquellos chicos de la escuela. Aquellos que no me permitían entrar al baño de chicos y me obligaban a entrar al de chicas donde ellas me llamaban degenerado o pervertido, aquellos que me golpeaban después de clases y me dificultaban mover el cuerpo, aquellos que deterioraban el cuerpo de un bailarín.

Chanyeol había dicho que el chico necesitaba lentes. Los de contacto eran caros y en clases no podía usar de armazón, así que esa era la razón por la cual veía a todos y todo de esa manera. Él decía que el chico se veía tierno y adorable al hacer esos gestos por no poder ver bien. Chanyeol fue su amigo desde el primer día en el que lo conocío mientras  yo fui un espectador.

El chico temblaba y no sabía si estaba bien hablar con el loco de la gran sonrisa y ojos saltones. Sin embargo, Chanyeol no se dio por vencido y lo invitó a comer con nosotros incluso si yo le había dicho que no quería comer con él.

Kyungsoo resultó ser su nombre. Él era un idiota blandengue. Todo lo hacía sonrojar y de todo se reía con una sonrisa que no siempre le llegaba a los ojos, o sea, una sonrisa falsa. Chanyeol por su parte lo animaba a hablar y le decía que era muy agradable haber conocido a un chico tan inocente como él. Desde ese día, los dos fueron inseparables y yo en medio de los dos idiotas aparentando estar feliz, sólo por Chanyeol.

Pero entonces llegó Baekhyun y tanto como el ciego como yo, fuimos remplazados totalmente. El ciego comenzó a llevarse con quien se dejara y yo con Taemin quien resulto muy buen bailarín. Años después, nuestra relación no mejoró. Él siempre hacía su mejor esfuerzo por mantenerme alejado de él y yo solo lo miraba actuar de una forma perfecta y limpia con todos. Como la vasca de persona que era. Pero hoy al verlo llorar y con la cara desfigurada por el dolor me hizo sentir una mierda con patas.

Sus ojos estaban abiertos como si me presumieran que podían ser aún más grandes que de su tamaño natural. Sus labios carnosos y rosas temblaban y las lágrimas no dejaban de salir.

-Eso es algo que no te incumbe- eso era real. Sin embargo negué con la cabeza, él me hacía sentir (aunque sonara gracioso) salvaje. Todo en él era inocente para los ojos de los demás, pero para mí, era un chico débil al cual quería someter. Aunque se enojara fácilmente y no se molestara en esconder su enojo.

Todos lo querían mucho, apreciaban que nos hiciera de comer incluso si ya no era tan frecuente; que los cuidara cuando estaban enfermos, que procurara sonreír incluso en los momentos difíciles porque su sonrisa en corazón era reconfortante y agradable; que cantara cuando alguien no pudiera dormir porque su voz te erizaba la piel porque estaba inyectada de emociones. En fin, todos creían que Kyungsoo era un ángel, todos menos yo.

A mí nunca me hablaba a menos que fuera totalmente necesario. Le importaba un demonio si estaba triste, enfermo o con dolor de cabeza por verlo brillar como foco con todos. Me esquivaba incluso si las veces que quise entablar una conversación con él, fueron pocas. Cuando teníamos que actuar como si tuviéramos un amor prohibido, él se negaba como si fuera un dolor en los testículos el sólo mirarme. 

Él me odiaba y eso en cierto modo, lastimaba mi ego. Eso me fastidiaba hasta querer de alguna u otra forma llamar su atención. Porque yo no me merecía ser ignorado por alguien tan insignificante como él.

-Te equivocas- dije airoso, él me hacía sentir un gato. Un gato esperando a que el ratón saliera de su casa. Casa hecha por su ¡oh!, grandioso Park Chanyeol. El dueño de su corazón, BAH- Tiene mucho que ver, ya te lo dije ¿no? Tú, eres mío- Oh, sí. Él era mi ratón y yo me lo iba a comer

-¿A qué te refieres?- siseó con los dientes apretados y  explotando de nuevo 

-Tú eres mi juguete Kyungsoo- su mano se alzó de nuevo para golpearme pero la atrapé en el aire- A menos, claro. Que quieras que tu maravilloso príncipe azul Park Chanyeol, sepa que estás- tomé su mano y la acerqué a mi pecho. Para actuar como una damisela apunto de desmayarse- Profundamente enamorado de él- chillé para después resoplar y reír a carcajadas.  Su cuerpo tembló y de nuevo algo me hizo sentir como un idiota malvado pero mi oportunidad había llegado.

Yo podía jugar con Kyungsoo, podía manipularlo para lograr lo que fuera. Como todo un gato, lamí mis labios y sonreí de lado triunfante al escuchar sus últimas palabras antes de salir de su escondite, rindiéndose ante mí.

-¿Y qué quieres que haga?- Sin más me acerqué haciéndolo temblar aún más. Un ratón que no podía escapar, tampoco podía evitar que el gato lo probara. 

Mis labios tocaron los suyos y algo dentro de mí cosquilleó. Sus labios eran gruesos, terriblemente gruesos y suaves. Eran un canto de gloria, un festejo de celebración, una fiesta privada únicamente para mí. Y no pude sobrellevar las ganas de dejarlo mudo mordiendo esa carnosidad y metiendo mi lengua en su boca, probándolo todo y recalcándole que yo era ahora su dueño. 

Porque un ratón sin voz, era un ratón mudo y un ratón mudo, no podía hablar. 

 

Notas finales:

Si llegaron aquí es que leyeron el primer capi narrado desde la perspectiva de Jongin :3. Espero les haya gustado y espero no demorar mucho en actualizar. 


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