Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Unpredictable Love (KaiSoo) por gmel

[Reviews - 30]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicas, cómo han estado??? Espero muy bien. Bueno, aquí les dejo una biblia (Jajaja), me refiero a que el capi está MUY largo, pero aún así espero lo disfruten porque esta cargado de muchas emociones. 

Dolía, dolía verlo así pero a la vez enojaba. Enojaba que un idiota como Chanyeol quisiera a una persona que lo lastimaba en vez de a Kyungsoo.

Kyungsoo el que lo amaba. Kyungsoo el que lloraba por él. Kyungsoo el más tierno de todos. Kyungsoo el chico más inseguro y poco estable. Kyungsoo el que daba todo incluso si no le regresaban nada. Kyungsoo el chico más hermoso y brillante que podía existir.

No había chico más dulce e inalcanzable como Do Kyungsoo.

No había chico que me hiciera desearlo con locura. Pero lo más importante era que ahora, yo no quería a Kyungsoo sólo para una noche.

Por él, estaba dispuesto a aprender a coser con tal de verlo entero y sin hoyos. Por él, estaba dispuesto a dar mi cuerpo con tal de que él saliera ileso. Por él, estaba dispuesto a sufrir hasta verlo bien.

Porque no sabía en qué momento pero Kyungsoo ahora era importante para mí. Porque con él, algo dentro de mí vibraba y me hacía débil a sus peticiones.

-Yo, yo lo haría- y cuatro palabras me habían condenado.

Kyungsoo se había mantenido firme a mi lado incluso después de contarle lo patético que era, así que ¿Por qué no hacer lo mismo?  No, no me estaba forzando y tampoco estaba siendo condescendiente sólo porque él sufría. Yo quería verlo estable y quería que el dejara de pensar en estupideces falsas que lo destruían. Ahora entendía porque cada vez estaba más delgado y porque cada vez comía menos.

Kyungsoo con sus perfectos labios que te rogaban mordidas. Hermosos ojos que lo hacían fallar al decir mentiras. Mejillas que cuando pensabas que ya no podían estar más rojas, te demostraban lo contrario. Manos que al rozar tu cuerpo expiraban corrientes eléctricas, a las cuales fácilmente te volvías adicto. Cuerpo curveado que te volvía incapaz de mirar y remirar pensando y deseando que fuera tuyo.

Aquel Kyungsoo no se daba cuenta de su hermosura y se lastimaba a si mismo inconscientemente.

Tenía miedo de que su necesidad por perder peso rozara en un abrir y cerrar de ojos, en algo más fuerte y difícil de resolver. Y por eso había decidido abrirle los ojos. De alguna forma tenía que hacerle ver lo hermoso que ya era y que no necesitaba seguir lastimándose.

Lo tomé con cuidado y lo recosté sobre la cama para después levantarme y encontrar algo útil y que me diera ideas. En su cuarto había un gran closet que al abrirlo sólo vi ropa perfectamente doblada y acomodada. O sea, nada útil. También había un escritorio dónde reposaba una hoja, un lápiz y un folleto. Folleto que al leer el título “Pastillas para bajar de peso” mi cerebro entró en alerta y tomando el lápiz corrí hacia la cama para después montarme sobre él.

-No quiero tu simpatía Jongin. ¿Tú me elegirías? ¿Elegirías a una miseria como yo? ¿Acaso estás loco?-Sí, probablemente estaba loco porque cuando debía ser serio había estado corriendo por todo el cuarto para terminar con un lápiz con punta filosa y una goma medio usada.

¿Qué se supone que haría con un lápiz? ¿Se supone que debía dibujar sobre su cuerpo?  Wow Kim Jongin, tú eras…

… ¡Un genio!

-Desnúdate Kyungsoo-pedí. Dándome cuenta de lo que mis palabras podían significar, demasiado tarde.

-¿Qué?-había sido un susurro pero aun así el pánico se había filtrado de forma clara.

Estúpido, estúpido Kim Jongin

-No, espera. Puedes quedarte con tu bóxer- Oh Diablos, eso no había mejorado nada. Su ceño se frunció y justo cuando iba a protestar lo besé. Si era cierto que mis besos lo atrofiaban de cierta manera, entones los utilizaría porque un Kyungsoo sin temor era necesario en ese momento. Pero aun así, sus manos tocaron mis pecho con ganas de liberarse- Confía en mí- rogué- No te haré daño, lo prometo- sus ojos seguían interrogándome pero ahora veía un posible sí, en su mirada- Confía en mí- lamió sus labios y abrió la boca sin pronunciar palabra alguna. Me miró detenidamente y entonces, asintió.

Mis manos bajaron para colarse entre el resorte alrededor de su cintura y su piel. La tentación era inmensa pero decidí ignorar mi repentina hambre y con sumo cuidado tiré hacia abajo. Su piel blanca con tonalidades rosas se resaltó con el gris de sus bóxers. Tuve que tragar saliva y desviar la mirada o de lo contrario,  lo arruinaría todo. Arrojé el short lejos del colchón y regresé a mi posición anterior. Mis piernas a sus costados y mi trasero casi rosando su estómago. Era tentador, todo era malditamente peligroso pero ese no era mi momento, sino el de Kyungsoo.

Kyungsoo no aceptaría ni creería en halagos. Él no me creería si comenzaba a alabarlo sin sentido, así que debía ser cuidadoso en todo. Mis palabras tendrían que ser claras y personales. En segundos no sólo estaría diciendo el por qué su cuerpo me resultaba perfecto. Sino que también me dejaría expuesto. Esto era peligroso no sólo porque debía resistirme al deseo, sino que estaría abriendo mi corazón. Corazón con cerradura de 100 toneladas, no abierto para cualquiera.

Pero Kyungsoo no era cualquiera y si yo salía herido después de esto, al menos lo habría curado. Y eso era lo más importante.

-Quiero que cierres los ojos- mi voz era seria y le estaba hablando directamente a la cara sin apartar la mirada de aquellos enormes ojos- Quiero que no hables y que no me temas- proseguí- Pero lo más importante Kyungsoo, quiero que creas en todo lo que diré porque estoy a punto de abrirme a ti. Eso significa, no más secretos ni metiras entre nosotros, ¿Me entiendes?-con el  rostro crispado y confundido asintió. Bueno,  eso era más que suficiente- Confía en mí- repetí besando su frente y viendo como sus ojos se cerraban lentamente.

Perfecto, todo estaba listo. Jongin, no lo puedes arruinar.

Giré el lápiz para poder utilizar la goma. No quería perforar la suave y deliciosa piel del hombre debajo de mí. Y con una punta tan filosa, fácilmente podía sacarle uno de aquellos dulces ojos.

Introduje el lápiz entre la cabellera negra y sedosa de Kyungsoo, trazando caricias sin usar mis manos. No quería tocarlo, porque mi piel junto a la suya podía hacer que mis palabras no fueran claras y hacerlas sonar falsas.

-Tu cabello, no sé cómo haces que todos los colores y cortes resalten tu rostro.- comencé un poco inseguro- Quiero decir, cada look te hace ver distinto pero a la vez sigues siendo el mismo. Brillando y brillando como si nunca te cansaras de resultarle atractivo a todos los ojos que te miren- sus mejillas se pintaron de rosa y sus ojos lucharon por no ser abiertos, pero no me detendría. La goma del lápiz trazó su frente y cejas de forma suave y firme- Tu frente, es pequeña y hace que tus facciones sean adorables. Y tus cejas las acentúan. Sinceramente me gustan- opté por delinear sus enormes orbes que incluso cerrados se veían enormes- La primera vez que vi tus ojos me sorprendí, pensé “Vaya son enormes y escalofriantes”-reí por la bajo- Pero después me di cuenta de su especial lindura. Kyungsoo tus ojos son un conducto a tu corazón, no puedes mentir porque tus ojos te delatan. Tienes esta virtud y por eso todos confían rápidamente en ti, simplemente es imposible caer por tan lindos ojos.

Una sonrisa se dibujó en sus labios y las ganas de besarlo me tentaron con fuerza. Pero mi mano se movió rápidamente arrastrando la goma por su nariz

- A esta le tengo que agradecer el increíble trabajo que hacer por mantenerte vivo, muchas gracias- mi meñique se permitió rozarla con dulzura haciendo que Kyungsoo riera alterando mis nervios y que aquella cosa que revoloteaba en mi estómago, lo hiciera con fuerza. Desde hace años la risa de Kyungsoo hacía eso conmigo y aunque antes era una de las razones por la cual casi odiarlo, ahora era una razón para sonreír como tarado- Tus mejillas… En serio Kyungsoo, ¿Qué tan rojas pueden estar? Cuando pienso que explotarán en un instante, me sorprenden con más color y perfectamente unidas a tu rostro. Eso es adorable, sinceramente adorable- Soo me sorprendió sonrojándose hasta las orejas- Vaya, incluso éstas pueden burlarse de mí- dije pasando el lápiz por sus orejas y sintiendo como su cuerpo temblaba peligrosamente bajo el mío.

-Tus labios- lamí los míos por inercia- Son adorables cuando sonríes, graciosos cuando haces pucheros, sinceros cuando ríes, seductores cuando hablas y cuando besas…  Oh Dios te hacen perder el control- Kyungsoo abrió la boca pero la cerró al instante. Sin embargo, entendí el mensaje. Uní mis labios con los suyos en nuestros primer beso casto. Soo aparentemente quería más, pero me aparté antes de que sus labios abrazaran los míos y entonces todo se fuera a la mierda. Lo miré relamerse el labio inferior para después mordérselo con aquellos perfectos y blancos dientes, haciéndolo rebotar cuando dejaron ser apretados.

Soo quería matarme.

Resignado, continué:- Tu cuello- bufé sin resistirme y tuve que cerrar los ojos para tranquilizarme- Cuando cantas no sólo tu voz me hechiza sino que estas despiadadas venas- dije trazando líneas sobre ellas- ¿Tienes idea de lo difícil que es dejar de verlas y no desear besarlas? ¿Acaso sabes lo mucho que me cuesta no querer morderlas? No, seguro no-dije en reproche pasando a sus hombros- Delicados y marcados. Después de besarlos, suaves y deseables sin duda. Tus hombros y brazos son una burla descarada. Tanta blancura me exige hacer marcas y darles color pero luego me doy cuenta de que eso es imposible y me doy de topes en la cabeza- la goma hizo círculos en sus codos pero al no tener nada que decir bajé a sus manos.

-Son suaves y delicadas, cada vez que te aprieto tengo miedo a romperlas pero es imposible no hacerlo. Ahora me controlo pero antes, la sed de marcarte como si fueras mi propiedad era terrible- Kyungsoo sonrió y me mostró su muñeca derecha- ¿Esos son moretones?- él asintió- ¿Yo te los hice?- de nuevo asintió y me sentí un animal. Medían más que el grosor de mi pulgar y aún estaban morados, la posibilidad de que al inicio hayan sido negros era casi segura- Lo siento- dije acercándolos para besarlos con delicadeza, después tomé sus dos manos y las besé por todas partes. Sus dedos, sus uñas, sus nudillos, sus palmas, sus muñecas, todo.

- Tu pecho- reí un poco antes de descaradamente decir lo que pensaba- Quiero volverlo rojo con mordidas y chupetones- lo miré y esperé a que el color viajara hasta sus orejas de nuevo- Lo siento Kyungsoo, ante mis ojos todo es deseable- esperé y vi como su mano cubrió su boca para que un pequeño grito no saliera. Aquello era encantador.

Juguetonamente moví el lápiz sobre sus pezones haciéndolos endurecer. Espere y aunque Kyungsoo quiso callarlo al morderse los labios, logré arrancar un gemido de sus labios y garganta.

-Sí, todo es deseable- mordió con aun más fuerza y podía jurar que él no sabía que eso lo hacía lucir aún más apetitoso. Sí, Kyungsoo se volaba la barda de la inocencia- Tu estómago, ¿grasa? Oh por favor, ¿En dónde ves eso?- sus dedos picaron por todas partes en forma de respuesta- Entonces, entendiendo que un cuerpo esquelético y soso es hermoso para ti pero yo te digo, ¿Entonces qué se supone que muerda? Quiero piel, no huesos. Quiero jugar, disfrutar, excitarme, no preocuparme de que el pobre cuerpo escuálido y sin chiste se rompa. Además, estás son costillas- dije trazando líneas en aquellos huesos perfectamente visibles- Estos son visibles de forma clara cuando las personas son delgadas. Eso quiere decir que en todo caso, debes comer, no dejar de hacerlo- abrió los ojos y lo miré detenidamente. Eran una mezcla entre tristeza y a la vez agradecimiento, él comprendía porque hacía eso y según lo parecía, estaba totalmente agradecido conmigo. Lo miré y al ver que sus ojos se volvían acuosos me acerqué para besar su frente- ¿Entendido?

Su mano derecha acaricio mi mejilla cuando una lágrima se escurrió por aquellos enormes y honestos ojos y después, asintió. Kyungsoo comenzaba a darse cuenta de las cosas y eso me daba fuerzas a seguir. Incluso si ahora debía repasar la parte más peligrosa de su cuerpo. Lo haría feliz de que mi terapia estilo Jongin, estaba dando resultados

-Lo digo en serio Kyungsoo, no más dietas innecesarias. Y tampoco quiero descubrir que compras pastillas- su quijada calló al aire al darse cuenta de que lo había descubierto- No te lastimes- apretó los labios y atrapé otra lágrima que amenazaba con recorrer todo su rostro- Tengo miedo Kyungsoo… miedo a que te lastimes al punto de que no haya nada que pueda hacer para salvarte. Si eso pasara, yo... yo no sé- Kyungsoo se levantó un poco para callarme con sus labios. En ese beso me pedía perdón y proclamó una promesa. Una clara promesa declarando que ya no seguiría lastimándose.

Pero yo no sólo lo hacía para que dejara de lastimarse.

Mis demonios internos eran las burlas. El de Kyungsoo era su autoestima.

Pues Kyungsoo no se quería y a pesar de ser hermoso, no se sentía así. Me separé y besé su frente, al comprender se recostó de nuevo y esperó a que el lápiz bajara lentamente chocando con los deliciosos huesos de su cadera y rebotando hasta rozar aún más lento y tortuosamente sobre sus piernas

-Creo que ya sabes que tu cadera es mi talón de Aquiles. Puedes torturarme y hacer que haga lo que quieras si dices que me dejaras morderla- el asintió y tragó con fuerza tanto las lágrimas que ya no cayeron como saliva. Reí cantarinamente, saber que yo lo ponía así de nervioso era… emocionante- tus piernas, ¿Cómo es que en algo tan pequeño quepa tanta tentación? No es justo Kyungsoo, están trabajadas, incluso tus pantorrillas tienen forma de manera natural. ¿Acaso fuiste diseñado para hacerme perder el control? Eso no es justo, simplemente no lo es, no lo es- la goma trazó una línea hasta el fin de su pie- Tus pies, incluso tienes lindos pies

Y entonces sólo faltaba una zona. Zona previamente ignorada a propósito- Trasero grande- dije sonriendo y torciendo mi brazo ante la tentación- Y no me refiero a gordo o feo. No, si no al grande con voluptuosidad como sinónimo. Imposible de no ver y no querer probar. Cierto que no lo mueves muy bien pero con gusto y casi obligándote me propongo para enseñarte cómo moverlo.

Aterricé la goma en el resorte de su bóxer, justo al centro. Y entonces lo vi. Kyungsoo abrió en demasía sus orbes y aunque primero pensé que era por miedo, me sorprendió lo que vi. Tal parecía que él había esperado ese momento y sus ojos estaban a la expectativa. Tal vez él estaba esperando a que tomara la decisión, preguntándose si lo haría o no.

Y yo lo haría.

La goma bailó de lado a lado una… dos… tres veces sobre el resorte para después bajar peligrosamente a su miembro. Recorrió su extensión de arriba a abajo lenta, muy lentamente. Una… dos… tres veces y el bulto estaba cada vez más grande. Mordí mis labios y no retiré los ojos

-Quiero- susurré y ya que me encontraba mordiendo mis labios mi voz sonó profunda haciendo que su miembro creciera con mayor velocidad- Yo… quiero hacerlo

-Entonces hazlo- Listo, mi cerebro se había desplomado. Miré a Kyungsoo incrédulo, pensando que estaba tan necesitado de recorrer y abrazar con mi mano su miembro que me había imaginado aquello pero su mirada decidida me golpeó directamente a la cara- Si lo quieres, entonces hazlo-su voz era un susurro apenas audible pero lo había escuchado.

La bandera verde sondeando y las puertas abiertas por el propio dueño. Eran reales. Podía levantarme y bailar como hiena en celo en ese momento pero Kyungsoo no se merecía eso. Si él me había dejado, debía hacerlo cuidadosamente y mi prioridad no era mi propia satisfacción, sino la suya.

Mordiéndome los labios con fuerza y gruñendo como fiera. Pellizqué suavemente la piel de su cadera y entonces mis dedos se entrelazaron con el resorte de aquel lindo bóxer gris que ahora sería retirado. Sonreí al darme cuenta de que mis bóxers también eran grises y probablemente Kyungsoo ya se había dado cuenta. Después de todo un sorpresivo chico entrando a tu cuarto casi desnudo y usando un diminuto bóxer gris mientras exigía sus diez minutos, no eran fácil de olvidar, ¿verdad?

Sonreí y en vez de sólo retirarlos. Decidí jugar un poco. Estiré el resorte volviéndolo duro y lo arrastré lentamente sobre la deseada piel que poco a poco se mostraba cada vez más. Escuché un gemido suave y entonces en mi cabeza sonaban aplausos. Perfecto Jongin, simplemente perfecto. Al llegar a la punta ya no había porque demorarse, así que me deshice de la tela rápidamente y entonces mis ojos devoraron esa carnosa extensión de piel.

Oh Dios, era rosado y totalmente comestible.

Perfecto, pues yo moría de hambre.

Empecé dando pequeños pellizcos sin olvidarme de sus testículos y Kyungsoo me felicitó con un grito de excitación. Poco a poco más dedos se agregaron a la fiesta de roces y las caricias cada vez eran más duras y rápidas.

-¿Jong-Jongin?- lo miré pensando que me detendría- Bésame. Jongin bésame- demandó con voz apenas audible y rostro completamente rojizo y Oh Dios, me encantaba este nuevo Kyungsoo mandón. Sin hacerlo esperar estrellé mis dientes sobre los suyos y mis labios pelearon por terreno. Pero Kyungsoo fue el que pidió meter su lengua dentro de mí y entonces mis nervios hicieron estragos conmigo. Mi mano se movía rápidamente en su miembro pero él dominaba mis labios. Por primera vez, yo estaba siendo besado con hambre, por él.

Su lengua recorrió mi paladar, mis mejillas, mis dientes y mi lengua. Sus labios succionaban con fuerza los míos y sus dientes masticaban con sutileza pero con la suficiente fuerza como para hacerme rugir. Sus brazos bailaban por mi espalda, la arañaban y marcaban con las únicas uñas que me volvían loco. Sus brazos hacían presión sobre mis hombros para que me uniera aún más a él. Decidí tocarlo también y mientras una mano lo tocaba por primera vez donde estaba seguro que ni él se había tocado. La otra subió y comenzó a pellizcar y hacer tortuosos círculos sobre su pezón. Kyungsoo gemía pero nuestros labios no dejaban que los sonidos fueran claros ni fuertes.

Y de repente sucedió. Sus manos tomaron mi bóxer y lo sacaron tan rápido que cuando pude pensar en lo que había pasado una de sus manos comenzaba a dar toques con sus uñas. Tuve que separarme para tirar la cabeza hacía atrás y gemir con fuerza. Eso había sido sorpresivo, por lo cual fue aún más sexy y difícil de soportar. Kyungsoo estaba dándome atenciones, estaba dándome permiso para tocarlo, demandaba mi atención por todo su cuerpo y ahora sorpresivamente me tocaba donde pensé nunca llegar a ser tocado por él. Y aunque él estuviera copiando mis acciones posiblemente sin saber qué hacer, no importaba. Nada importaba porque era él, él me estaba llevando al cielo. De la mejor forma que existía.

-Yo…- su voz fue cortada por un suspiro y entonces sentí el líquido pre-seminal mojar mi mano. Pude ver en su rostro un “Lo siento” pero yo me sentía libre y sin más, subí mi mano y removiéndome un poco para que viera mi acto. Mostré mi lengua desbordando sensualidad y comencé a relamer lentamente mi mano, como si fuera la mejor paleta que había probado y de hecho, lo era. Mientras lo hacía, mi mano que había estado torturando su pezón, descendió a su pene y comenzó a bombearlo aún más fuerte. Kyungsoo detuvo su mano y me apretó con fuerza. Rugí, rugí tan fuerte que tal vez la unión de todo hizo que Kyungsoo gimiera. Pero no fue un gemido reprimido. No, este estaba bañado de necesidad de caricias y amor. Kyungsoo probablemente se había lastimado la garganta pero para mí fue la acción más deliciosa.

-¿Te gusta lo que hago?-pregunté juguetón metiéndome dos dedos en la boca y al sacarlos produje un “POP” con fuerza- Dime Kyungsoo, ¿Te gusta cómo te toco? ¿Te sientes tan excitado como yo?

-Yo… yo también quiero hacerlo- dijo dándole un repaso a mi pene y viéndolo con deseo. Haciendo que mi amigo se levantara altanero y presumido porque Kyungsoo quería darle la atención que deseaba- Pero no sé cómo, Jongin yo no sé…

-Hazme lo que quieras, siéntete libre de experimentar conmigo- utilicé dos de mis dedos para darle un pequeño golpe en su miembro y él saltó suspirando. Sí, el Kyungsoo inocente se había dormido un rato- No copies lo que yo hago, solamente déjate llevar. Soy todo tuyo, Kyungsoo-y sin más su mano tomó mi miembro y aunque empezó un poco flojo no tardó en descubrir que me gustaban las caricias fuertes. Lo apretaba con sus uñas y lo estrujaba entre sus manos. Lo soltaba haciéndome sentir frío para después volver a tocarme rápidamente recibiendo calor.

Sí, Kyungsoo aprendía sumamente rápido.

Bajé y lo que antes hacía mi mano, ahora lo hacían mis labios. Mordí uno de su pezones y Kyungsoo subió sus piernas a mí haciendo que nuestros miembros se saludaran y todo se apresuró. Mientras que yo lo volvía loco al marcar su pecho, él marcaba mi espalda, toqueteaba sin pena mi trasero y sorpresivamente se meneaba para que nuestros miembros se rozaran con fuerza.

Me encantaba el Kyungsoo mandón pero el Kyungsoo pervertido y amante de las experimentaciones era simplemente placentero.

-Ya… ya no puedo-asentí y moví mi mano a mi pene, queriendo llegar con él- ¡NO!- gritó con recelo y golpeó mi mano para sustituirla con la suya. Los dos nos bombeábamos tan rápido que en segundos. Llegamos al éxtasis, Kyungsoo gritó con fuerza y yo bufé en su oído haciéndolo sonrojarse hasta las orejas.

-Para ser tu primera vez, duras mucho-dije dejándome caer sobre él y sintiendo como sus brazos y piernas me abrazaban con fuerza. El rio haciendo que su risa me rodeara y acurrucara.

-Debemos cambiar las sábanas-dijo soltando el agarre de sus piernas pero con las manos, las regresé a su lugar

-Deberíamos bañarnos-dije ya que eso sonaba más lógico- Pero no quiero- inesperadamente asintió. El súper higiénico Do Kyungsoo no se bañaría, ni cambiaría las mantas cuando todo estaba manchado por nuestro semen. Vaya, el hombre estaba lleno de sorpresas.- Entonces durmamos

Rodé para acostarme a su lado y sin tener que pedirlo, el giró. Su rostro aterrizó en mi pecho y sus brazos me rodearon. Su respiración era lenta y sus ojos estaban cerrados pero la punta de su nariz trazaba tortuosas líneas en mi pecho y sus labios tronaban al rozarse con mi piel. Aquellas tentadoras caricias hicieron que mi miembro volviera a levantarse lentamente.

-Kyungsoo, a menos que quieras una segunda ronda, deja de hacer eso- dije entre suspiros.

-Quiero esa segunda ronda- mis ojos se abrieron como platos y mis labios se vieron presos en los suyos. Me sentí seducido y eso aunque extraño, hacía que mi corazón extrañamente saltara- Pero tengo sueño- dijo alejándose de mí- Quiero… pero estoy tan, tan cansado- ronroneo y a pesar de mi advertencia, su nariz siguió trazando mi piel- ¿Jongin?- apoyó su mentón en mi pecho y me miró con unos dulces ojos medio cerrados- ¿Cuándo perdiste tu virginidad?- sonreí al ver sus mejillas tornarse rosas.

-Do Kyungsoo, ¿Estás celoso?- sorpresivamente asintió y sonrió ampliamente. Bajé a sus labios y rocé mi nariz con la suya- Soy virgen- sus ojos se abrieron como platos haciéndome reír- Pero hay grandes diferencias entre un virgen experimentado y un virgen sin experiencia. Y yo estoy experimentado- el asintió y abrazándome más fuerte besó mis labios.

-No sé cómo decirlo pero… de alguna forma estoy feliz- su frente se apoyó en mi pecho- Porque no soy el único que perderá su virginidad.

Abrí la boca pero sus suaves ronquidos me dejaron mudo. “No soy el único que perderá su virginidad”, ¿Y qué significaba eso? Me quedé estático y luché contra el sueño. ¿Kyungsoo me daría su virginidad? Aquel día en el que casi se la rebato y cuando le dije aquellas palabras, todo había sido mentira. Estaba enojado. Se había burlado de mí, él me había tratado como un niño y pensaba que era yo era un idiota. Por eso había dicho eso, yo lo quería lastimar y por eso había mentido de esa manera.

Pero tal parecía que para Kyungsoo no era falso. Tal vez él sabía que el idiota de Chanyeol siempre estaría tras Baekhyun. Tal vez por eso no le decía lo que sentía ¿Y entonces yo en qué lugar quedaba? ¿Se había resignado y ahora daba por sentado que cuando llegáramos a una hora, lo tomaría como mío? Y ¿Por qué si lo deseaba, no me sentía bien con aquello?

Kyungsoo era un hombre dulce e inocente y yo lo estaba manchando. Yo era como un cocodrilo, asechando una presa listo para alimentarse sin importar lo que aquella persona era o valía. Kyungsoo no se merecía terminar mordisqueado por mis dientes, ni rasgado por mis garras. Lo apreté a mi cuerpo y besé su frente. Yo no podía cambiar mi forma de ser, pero podía tratar de salvarlo. Yo quería sanarlo y entonces, cuando estuviera sanado yo lo alejaría de mí. Porque no quería ser yo quien lo lastimara otra vez. Kyungsoo merecía ser amado y yo…

____________________

Carraspeé la garganta  pero la sensación de resequedad no cesó. También intenté levantarme pero los brazos y piernas sobre mí me lo impidieron. Abrí los ojos y al encontrarme con un Kyungsoo plenamente dormido sobre mí, sonreí al instante. Él se veía desarregladamente sexy y a la vez totalmente tierno

Su brazo derecho recorría mi torso y sus dedos se aferraban a mi espalda. Su piel totalmente expuesta brillaba en tonos pálidos, al estar sobre mi broceada piel. Su pie izquierdo rozaba el mío y su pierna derecha estaba completamente arriba sobre mí. Su flequillo lo tapaba hasta la nariz y sus labios chocaban suavemente contra mi pecho. Su boca estaba lo suficiente abierta como para dejar que fría saliva saliera hasta mojar mi piel. Apreté los labios intentando no reír y así no despertarlo.

De la nada, la voz de Kyungsoo cantando Scream sonó desde el celular del verdadero Kyungsoo quien aún estaba dormido. Y como si fuera cuestión de vida o muerte, salió disparado hacia el aparato. Su cuerpo barrió el mío alterando mis nervios. Volteé para ver sus lindas nalgas moverse y abrirse cuando él se agachó para tomar su celular. Oh Dios, su entrada estaba justo en frente de mí, gritando ser conquistada.

De repente se volteó rascándose los ojos, dejándome ver de nuevo su cuerpo desnudo.

Sí, ese miembro era perfecto.

-Aún tengo sueño-su voz era rasposa y sexy. Me vi obligado a tapar mi erección con las mantas, no quería que Kyungsoo pensara que en cualquier momento me lanzaría a su cuerpo exigiendo entrar en él- Oh, te babeé- dijo retirando la baba que estaba sobre su mejilla, sonriendo aún perezoso- Jongin, ve a tu cuarto- y entonces me sentí en la mierda total, ¿me estaba corriendo?- Por ropa- suspiré tranquilizándome. Que hablara tan lento era peligroso- Te espero en el baño- dijo volteándose para abrir su armario y comenzar a sacar ropa y toallas.

Me levanté de golpe y corrí a él. Lo rodeé con mis brazos por detrás y besé rápidamente su cuello haciéndolo sonreír. Salí corriendo rápidamente hacia mi cuarto importándome muy poco si estaba desnudo y manchado de nuestras sustancias mezcladas y ahora duras. Nada importó porque Kyungsoo me había invitado a bañarme con él y eso era perfecto.

Llegué al baño y toqué hasta que Kyungsoo abrió la puerta. Me tomó de la mano y me llevó hasta la regadera previamente abierta. Palmeo mi cabello poniéndose de puntitas, hasta que estuvo empapado. Tomó la botella de shampoo y después de tomar una porción, lo vació sobre mi cabello y comenzó a lavar mi cabello. Tomé su cintura y lo acerqué a mí para que no fuera a caerse. Después tomó la esponja y el jabón y comenzó a lavar mi cuerpo. Sus caricias eran dulces y sin perversión alguna. Simplemente era Kyungsoo lavando mi cuerpo con suma atención y dedicación. A veces rosaba sus labios sobre los míos y sonreía tiernamente.

Yo hice lo mismo. Todo el tiempo me concentré en demostrarle respeto y cariño a su cuerpo tal como él lo había hecho. Y aunque no hubieron caricias necesitadas, ni besos feroces. Se sintió como si los dos hubiéramos llegado a un punto más elevado de la intimidad. No sólo era deseo, había algo más fuerte. Pero no sabía el qué.

Entre besos castos y repetitivos nos fuimos a su cuarto para vestirnos. Ayudé a Soo a colocar sábanas limpias y prometí lavar las manchadas. Nos sentamos en la cama y entrelazamos dedos mientras él me dejaba recargar mi cabeza en sus piernas.

-¿Te arrepientes?- pregunté sin dudar y de la misma manera, él negó y besó mis labios. Eso era agradable. Poder besarlo varias veces me hacía sentir seguro de que si le pidiera uno, él me contestaría acercándose a mí. Ya no me ignoraría más.

Pero todo se fue a la mierda cuando tocaron la puerta con urgencia. Kyungsoo apretó el ceño y fue a abrir, dejándome en la cama sintiendo que algo malo estaba por ocurrir.

-¡Pororo!- gritó aquella insoportable voz. Chanyeol era un buen amigo y de hecho me caía bien, pero recientemente quería una sola cosa de él: que desapareciera de la vida de Kyungsoo. Tal vez pedía mucho, pero mi corazón envidioso lo anhelaba- Dime que lo que dice Baekhyun no es ver…

Entró dando fuertes zancadas y al verme tirado en la cama, su quijada advirtió con desprenderse de su rostro. Tras él estaba Kyungsoo sin entender nada y Baekhyun mirando la escena con burla. En ese momento lo odié, no sabía que estaba pasando pero todo parecía ser su culpa.

-¿Lo ves, Chanyeol? Kyungsoo y Jongin duermen juntos, te lo dije- su voz era venenosa como él pero lo que me dolió fue ver la cara de Kyungsoo bañarse con terror. Sus ojos miraban a Chanyeol, quien lo devoraba con sus orbes. Me levanté de golpe comprendiendo lo que tenía que hacer.

-Cierto, dormimos juntos- Baekhyun rio y Chanyeol me miró como si le hubiera golpeado en la cara- DORMIMOS, ¿Qué tiene de malo?-mentí y algo dentro de mí comenzó a romperse. Era como cuando querías tapar el sol con un dedo y después comenzabas a darte cuenta de que aquello era imposible. No sabía porque, pero mentir para que Soo siguiera amando a Chanyeol en silencio, dolía. Dolía mucho.

Chanyeol quien siempre comprendía de forma lenta tardó antes de asentir y lanzarse sobre Kyungsoo, abrazándolo tan fuerte que sus lindos pies dejaron de pisar el peso. Chanyeol rio y Kyungsoo no dejaba de mirarlo. Sí, así eran las cosas. Yo no era nadie al lado de Chanyeol. Yo podía ser tratado de forma especial pero cuando él se presentaba, con aquellas enormes sonrisas, sus ojos brillantes y su carismática risa. Yo me veía olvidado, perdido y lanzado lejos. Pues eso es lo que yo era. A comparación de él, yo era nada. Kyungsoo se iba, tan, tan lejos de mí que me costaría volver a ver una de sus sonrisas de cerca.

-¿Lo ves Baek?, ellos sólo tuvieron una pijamada- bajó a kyungsoo y besó su pequeña frente- Pororo insensible, ¿Por qué no me invitaron? Jongin no es tan gracioso como yo- dijo inflando el pecho. Genial, hasta él sabía que era superior a mí. Baekhyun resopló con fuerza porque probablemente tampoco le gustaba ver aquella escena.

-Chanyeol, regresemos A NUESTRA habitación-siseó por lo bajo, tal parecía que Baekhyun disfrutaba con recalcarle a kyungsoo que él no era suyo. Maldita diva. El otro tarado asintió y se fueron. Genial, me ponían de mal humor, nos restregaban nuestras crueles realidades y después se iban como pareja recién casada.

-Vayamos a desayunar-soltó Kyungsoo. Yo miraba el suelo, no quería ver su rostro. Probablemente estaba sonrojado hasta las orejas, porque lo que a mí me costaba lograr, seguro Chanyeol con un simple beso en la frente lo lograba. Estúpido gigante- ¿Me escuchaste?- Kyungsoo caminó a mí y antes que su mano rosara mi mejilla me retiré y caminé hacia la puerta

-Quiero pollo- dije tratando de ocultar mi malhumor. Kyungsoo me siguió por detrás y antes de entrar a la cocina, tomó mi mano y entrelazó nuestros dedos. No me atreví a mirarlo, no podía

-Muy bien, pollo será- al llegar, me soltó para sacar unas pechugas de pollo, vegetales y otras cosas. Me ofrecí a cortar los vegetales y aunque asintió, la mayoría lo hizo él- Hagamos esto, tú me enseñas a bailar y yo te enseño a cocinar- tomó mi mejilla y la besó cálidamente.

Asentí atontado y el ambiente mejoró un poco. Los repentinos besos de Kyungsoo hicieron que mi malhumor desapareciera pero la sensación de que algo no iba bien, siguió latiendo.

-Lo siento- dije y el me miró confundido- Vi tu cara, no querías que Chanyeol supiera de nosotros, tus ojos fueron muy claros por eso…

-Te equivocas- su voz era firme y mi cuerpo tembló. Escucharlo hablar así, me recordaba al antiguo Kyungsoo. Él que no quería saber nada de mí, aquel que me hablaba sin sentimiento alguno en su voz- Jongin- dijo moviendo mi brazo para llamar mi atención- No hicimos nada malo y te lo dije hace rato, no me arrepiento de nada. Lo que hicimos pasó porque los dos queríamos, no me forzaste a nada. Y cuando vuelva a pasar, será porque yo también lo quiera. No me importa si los demás lo descubren o incluso si Chanyeol lo hace. ¿Yo te pedí que mintieras? No, no lo hice y de cierta forma me molestó que lo hicieras pero ahora que sé que lo hiciste por mí… gracias- tomó mi rostro y me regaló una brillante sonrisa- si vuelve a pasar algo así, déjame ser el que hable.

Sin resistirme, lo besé. El beso fue fuerte y aunque fue necesitado, no era el deseo el que me impulsaba. Era algo más fuerte, mucho más fuerte. Quería que él se diera cuenta de mí, pero no quería dominarlo.

Yo quería…

Que él me amara.

Y entonces hui. Salí corriendo de la cocina y al no encontrar otro cuarto cerca, me encerré en el baño. Me dejé caer en el frio piso y aunque mi cuerpo dolió, no me importó. Atraje mis piernas a mi pecho y las abracé con fuerza. Me sentía paralizado, ¿Desde cuándo yo quería eso? ¿Desde cuándo yo lo amaba? Los gritos  y suplicas de Kyungsoo no tardaron en llegar e ignorándolo, me arrastré lejos de la puerta.

Con ese beso me había dado cuenta de mi grave error. Yo amaba a Do Kyungsoo. Me había equivocado al pensar que la noche anterior había abierto mi corazón. No. El maldito se había abierto desde hace tiempo y yo no me había dado cuenta.

Al principio era gracioso jugar con el dolor de Kyungsoo pero ahora yo quería borrarlo. Al principio eran ganas de llamar la atención de alguien que me evitaba pero ahora me la daba sin pedírselo. Al principio confundí el odio con deseo pero ahora me daba cuenta de que ni siquiera era eso, porque yo… yo amaba a Kyungsoo.

Mi cuerpo tembló y sollocé. Sollocé y grité tan fuerte, nunca me había permitido romperme pero ahora no podía evitarlo. La barrera enorme que había creado entre el amor y mi corazón se había desplomado de forma silenciosa. Y el amor se burlaba en mi cara, Do Kyungsoo era un imposible. Jamás podría derrocar a Chanyeol y mucho menos estar con él. No quería estar con él, porque yo le haría daño.

Maldita fuera la primera vez que mis ojos lo devoraron. La primera vez que aquella sensación de revoloteo dentro de mí sonó con fuerza y yo me cegué pensando que eran nauseas. Maldito el día en el que me di cuenta de que Kyungsoo quería a Chanyeol. Malditas fueran las ganas de querer marcarlo como mío. Maldito fuera mi ego que me había impedido actuar con inteligencia. Malditas fueran las ganas de acercarme más a alguien que no se merecía a un ser tan pobre como yo.

Porque Kyungsoo era un chico noble, con un cálido corazón dispuesto a ayudar a todos. Kyungsoo no tenía la culpa de nada, sólo yo era el culpable de haberme enamorado de él y darme cuenta tarde.

-¡Jongin!-gritó terriblemente preocupado. La puerta se estrelló contra el azulejo y sus rodillas llegaron al suelo rápidamente. ¿Cómo había entrado? Abracé aún más mis piernas y sollocé con más fuerza. Dolía, dolía que él estuviera abrazándome con ímpetu haciendo que mi corazón latiera fuerte. Él quería sanar un corazón que ni siquiera tenía forma- ¿Qué sucede?- intentó alzar mi cara pero no quería que me viera. Él probablemente sentiría pena por mí y entonces se acercaría a mí tratando de arreglar todo, sin darse cuenta de que yo le hacía mal.

-Vete- mi voz fue apenas audible pero él me escuchó e ignorándome, sus brazos me apretaron con más fuerza. Kyungsoo no entendía que si se quedaba conmigo, saldría herido- ¡Vete!- grité fuerte tomando sus brazos y obligándolo a separarse de mí- ¡Vete ahora!, ¡Vete!

-¡¿Por qué?!- gritó con la voz rota y comenzando a hipar. Voces comenzaron a escucharse en el pasillo y pude ver que Suho se paralizaba al verme tirado en el baño. Kyungsoo se levantó para tomar el picaporte- No me voy- sentenció y cerró la puerta, encerrándonos dentro del baño- Nunca lloras de esa forma, ¿Por qué no me dices que pasa?-estiró las manos y aunque intenté alejarlo, él era fuerte. Tomó mis manos y las alejó de un golpe para poder llevar las suyas a mi rostro. Acarició mis mejillas y alejó mi cabello de mi cara- Yo estoy aquí para escucharte, ¿recuerdas cuando lo dijiste? Porque ahora quiero ser yo el que escuche. Siempre me ayudas y me haces sentir como si fuera la persona más hermosa del mundo pero ¿Y qué sucede contigo? ¿Por qué exiges entrar a mi vida pero tú no me dejas entrar a la tuya?-mordí mis labios- Déjame ayudarte, por favor-suplicó con ternura

-Kyungsoo vete- espeté y él me fulminó con la mirada. Besó con fuerza mi frente declarando que no se iría hasta que le dijera lo que estaba pasando por mi mente. Miré el suelo resignado- Yo te hago daño. Tienes razón, estoy entrando a la fuerza en tu vida pero también la destruyo. Te ayudo con unas cosas y te destruyo en otras.

-¿Cómo puedes decir eso? Estás equivocado.

-¡NO! Kyungsoo tú eres inocente y aunque digas que lo querías, yo sé que ayer te orillé a que lo hicieras y no puedo con eso-No podía lastimar a alguien que amaba pero tampoco podía amarlo- Destruyo tu pureza, conmigo sólo aprenderás cosas malas porque no tengo nada bueno que regalarte. Soy alguien que aparte de su madre, hermana y perros no se permite amar a nadie. Porque sabe que les hará daño, Taemin ya pasó por eso, yo no quiero que tú…

-¡Te equivocas!-gritó en mi cara, como si quisiera que razonara- Tú no me lastimas, no hay forma de que lo hagas. ¿Por qué no ves lo bien que me haces? Ayer me sentí hermoso Jongin, por primera vez en mi vida no tuve pena de mostrarme como soy porque me sentí atractivo, deseado y querido-lo miré pero aquella típica reacción de sonrojarse no se hizo presente. ¿Acaso me estaba mintiendo?- Verte así de preocupado por mí, te delata Jongin. Yo te quiero y eres importante para mí, sólo dime si yo también lo soy para ti- sollocé con fuerza y retiré sus manos de mi rostro. No. Yo no lo quería, yo lo amaba. No era un simple, “eres importante porque te quiero” era un “Te necesito con fuerza, porque me haces sentir vivo y humano”

-Te haré daño Kyungsoo. Tan sólo olvida lo que haya pasado, ¿ok? ¿Querías ser libre, cierto? Perfecto, se cance…-sus labios se presionaron sobre mí. El beso fue salado porque los dos llorábamos pero dolía porque a pesar de que yo me desvivía por sus labios, sabía que él no sentía lo mismo. Porque él no me amaba, sólo me quería como amigo.

-Jongin, por favor no te alejes de mí-pidió tomando mis manos y llorando con fuerza. Yo quería verlo feliz pero lo único que lograba era hacerlo llorar- Tú me haces bien, tú me curas. Por favor no me dejes ahora que has comenzado a curarme. Contigo no sólo me siento bien por un rato-no dijo su nombre, pero sentí que se refería a Chanyeol- Estoy aprendiendo a quererme, tú me ayudas a hacerlo. Jongin te necesito, no me dejes-yo le haría daño pero esas palabras me hicieron pensar. Kyungsoo no sentía lo mismo pero él me necesitaba para terminar de curarse. Yo quería verlo feliz, entonces ¿Debía quedarme, cierto? Aunque me doliera, ¿Debía ayudarlo a mejorar, cierto? Lo lastimaría pero si callaba mis sentimientos, ¿Todo iría bien por un rato, cierto? ¿Todavía podía disfrutar de Kyungsoo, cierto?- Dime que te quedas conmigo Jongin-imploró

Estaba asegurándome dolor al final del viaje. Yo saldría mal de esto. Tal vez era el Karma quien se vengaba de mí por haber lastimado a Taemin hace unos años.  Tal vez era Dios castigándome por haber pecado de la peor forma posible. Tal vez era cupido quien quería que escarmentara por haberme burlado tantas veces del amor, sintiéndome una raza superior que no amaba ni sufriría por el amor. Vaya que era un tonto. Ahí estaba yo, en el suelo. Preparado para tirarme de un barranco si es que eso lo quería Kyungsoo. Porque aunque sonara ridículo y lejos de la realidad, yo haría todo por él. Pero por el momento, solo le entregaría mi corazón para que lo pisoteara y rompiera tanto como lo quisiera.

-Me quedo contigo Kyungsoo

 

Notas finales:

bueno espero les haya gustado el capi, nos vemos mis niñas :3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).