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Notas del capitulo:

¡Hola! Bueno hoy he actualizado este fic, dejaré para actualizar Animal en un par de días, espero que les guste este primer capítulo.

 

Taiga Kagami- Actualidad (21 años)

La mañana se hacía presente en Tokyo, habían anunciado fuertes lluvias y las nubes obscuras que amenazaban con formarse confirmaron que el pronóstico había acertado. 
El sonido del despertador resonó por toda la habitación anunciando que la persona que se encontraba en la cama debía despertar. Kagami abrió un ojo con extrema pereza, el ruido parecía taladrarle la cabeza por lo cual con una mano agarró el despertador y lo estrelló contra el piso, provocando que dejara de sonar al instante. Se levantó sin ganas y no terminó de dar un paso cuando sintió un dolor punzante viniendo de su pie, se había olvidado de que por la noche había quebrado otro vaso.

-Maldita sea, terminaré rompiendo todos los jodidos vasos de mi casa. Algún día se las voy a cobrar- Dijo transformando su mueca de dolor en una sonrisa un tanto torcida. Hacía mucho que no esbozaba ni la más mínima sonrisa, pero hoy era el día.

Kagami luego de confesarse a Kuroko se enteró de que alguien le había escuchado expandiendo el rumor de su sexualidad y otras cuantas invenciones más. Pocos días después de la confesión cinco chicos a los cuales le había llegado un rumor de que había forzado a Kuroko lo agarraron y se divirtieron hundiéndole la cabeza en un recipiente lleno de agua. 
Afortunadamente no fue lo suficientemente grave para matarlo, solo tragó agua, pero no era nada por lo cual estaría en riesgo. 
De solo recordar las risas de sus abusadores su pecho se llenaba de una rabia infinita. Golpeó un vaso que había alado de su cama, llenando así el piso de fragmentos de vidrio. No les prestó atención y se levantó para ir al baño.

 

Kagami continuó caminando sin importarle si se seguía clavando más fragmentos de vidrio, el dolor de cabeza era más fuerte que los cortes que hacía al caminar permitiéndose así ignorar las punzadas. Se dirigió al baño y se cepilló los dientes mientras se miraba al espejo. Sus ojos antiguamente de un rojo que parecía envolver con su fuego a los demás ahora eran opacos,sin vida. Su cabello rojizo se encontraba todo despeinado y su bella sonrisa fue reemplazada por una cara llena de odio a si mismo y a los demás. Terminó de cepillarse los dientes, y entró a la ducha. Cuando se sacaba la camiseta pudo observar moretones que tenía por todo el cuerpo.

-Ese maldito si que sabía pelear.- Exclamó mientras se veía rápidamente en el espejo y entrando bajo el agua tibia. La noche anterior Kagami había salido borracho de un bar y se peleó con el primer tipo que se había encontrado. Era una rutina diaria, aunque llegara a su casa todo herido en las peleas podía quitar toda su frustración y dolor. Con extrema paciencia quitó pedazo por pedazo de vidrio de sus pies y luego de enjuagarse la sangre salió del baño.

En el desayuno su celular comenzó a sonar como de costumbre, ya sabía de quien era el número y no estaba dispuesto a volver. 
Hace un mes le habían sancionado ya que se había peleado con un jugador en un partido de torneo que terminaron perdiendo y no podía jugar en el equipo de basketball. Ya había pasado el mes y Kuroko (Quien aún luego de los rumores le seguía hablando) no dejaba de llamarle. Kagami no volvería, el había decidido ponerle fin a su vida de mierda. Nadie iba a llorar por el así que si desaparecía o no a los demás no les iba a importar, es más, le haría un favor al mundo.

Cuando terminó su desayuno dejó el plato sucio en la mesa, junto a los otros, y se dispuso a dar lo que sería una última mirada a su casa. 
Salió rumbo a la ciudad. Fue a su tienda favorita, donde siempre comía hamburguesas con Kuroko, le echó una última mirada donde estudiaba, caminó por la plaza y sus alrededores recordando los momentos vividos. Ya cuando la tarde se hacía presente y las nubes negras decían que se llovería en poco tiempo, fue a la playa. Se quedó ahí sentado por una hora viendo en su mente cuando de pequeño solía jugar aquí con su padre.

"-¡Mamá! ¡Ya déjame! Me da vergüenza salir así.- El pequeño Kagami estaba más blanco que la nieve de tanto protector solar.

-Vamos hijo, tu madre tiene razón. Si no te proteges contra el sol te terminarás quemando y créeme que duele.- Intervenía su padre que estaba sentado a su lado.

-¡Papá, mira, mira!.- Señalaba Kagami al mar donde había una persona haciendo Surf.- Quiero una, papá.

-Mi amor aún eres muy pequeño, aún tienes que crecer más.- Decía su madre con una pequeña sonrisa.

El pequeño Kagami cerraba fuertemente los ojos y saltaba gritando "Quiero crecer, quiero crecer" a lo que sus padres se reían y le despeinaban sus cabellos.

-Mi niño, ya crecerás grande y fuerte. Y serás muy feliz.-Mencionaba su madre"

-¿Feliz? Cuantas mentiras, madre.- Decía Kagami con amargura en su voz y con pequeñas lágrimas que se escapaban por sus ojos, se deslizaban por sus mejillas y terminaban cayendo en su ropa.

Kagami se fue nuevamente a la ciudad tenía que recorrerla caminando para llegar a un río que se encontraba del otro lado. En el camino en uno de los callejones le pareció escuchar gritos, se dirigió hacia ellos para ver si era una pelea, quizás terminaban con el más rápido que tirándose a un río.

-¡Suéltame te he dicho! ¡No quiero, por favor no!.- Se empezaban a escuchar gritos y ruidos de forcejeo.

-¡Alguien que me ayude! Por favor...- Lo último se escucho débil. Se empezaron a oír sollozos y ruido de ropa desgarrándose.

Kagami se acercó más y con sorpresa vio lo que ocurría, se podía ver una cabellera rubia. Forzó un poco más la vista y lo vio claramente al que estaban obligando era a Kise, el chico rubio y alegre miembro de "La Generación Milagrosa" que había enfrentado tiempo atrás y ¿Qué hacía el ahí? No era un lugar como para que una persona como él estuviera aquí. 
Kagami estaba estático mientras veía como el hombre terminaba de desvestir al rubio y con otra mano tocaba el pecho del mismo. Kise aún seguía pidiendo ayuda aunque no tuviera fuerzas para gritar ya que no podía ni hablar por los sollozos y también había perdido las fuerzas por todo el forcejeo.

Kagami reaccionó y vio que Kise se parecía a el cuando le habían ahogado en ese recipiente de agua, no podía dejar al rubio así. Aunque su vida fuera una mierda no iba a dejar de que ese chico tan parecido a el cuando era chico se le borrara la sonrisa. Si Kagami ya no podía sonreír como ese rubio y ya estaba roto, al menos le defendería.
Se abalanzó contra el hombre y le pegó un puñetazo en la cara dejándolo aturdido.

-¡Maldito!.- Exclamaba el hombre en el piso.

Se acercó a Kise, el cual lo miraba con los ojos llorosos y sorprendido.

-Toma, llama a la policía y vete de aquí más que rápido.- Le dio su teléfono y se dispuso a darse vuelta para encargarse del hombre.

-Ven aquí, mocoso de mierda.- El hombre se había puesto de pie y se tiró encima de Kagami para empezar a pegarle.

-¿A quién le dices mocoso? Viejo verde.-Kagami se defendía muy bien ya que era excelente peleando cuerpo a cuerpo, duraron así varios minutos hasta que en un momento de distracción el hombre sacó un arma de su bolsillo y le apuntó a Kagami.

-Veamos si te sigues haciendo el héroe.- Mencionó el hombre mientras ejercía presión con el dedo en el gatillo.

Se escuchó un disparo, un grito y el sonido de los autos policiales acercándose a toda velocidad.

Kagami vio su abdomen y sintió un líquido caliente manchar sus manos. Su visión se nubló y sus piernas se negaron a sostener el peso de su cuerpo desplomándose en el piso.

En toda su vida siempre lo rechazaban y cuando decidía salvar a alguien le disparaban. ¿Raro, no? Bueno, eso era lo que buscaba en un principio. Los sonidos los oía lejanos y ya no veía nada. Una pequeña sonrisa se formó en su rostro antes de cerrar los ojos por completo.

Quizás ya desde un principio estaba destinado a ser infeliz y morir como única opción para escapar de su dolor.

Notas finales:

Me encantaría que me dejaran su opinión sobre el fic ya que yo escribo para ustedes y si no les gusta veo en que puedo mejorar. 

Si tienen ideas, críticas, zapatazos por poner a Kagami triste bienvenidos sean. 

Hasta luego.


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