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MOTHER FATHER por Pickumin

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Notas del capitulo:

He dicho esta semana y lo cumplí. Es sábado por la noche, disfruten.

La fría brisa se sentía de a ratos y los arboles deprendían hojas de a montones. Era pleno otoño. El moreno estaba sentado en una de las bancas más lejanas del parque, observando a los niños jugar hundido en sus pensamientos.

Que el pequeño pelinegro lo citara, le fue extraño pero estaba claro que quería decirle algo sobre todo este tema de SeokJin. No sabía si sería bueno o malo, estaba 50-50 y no es que no esperara algo malo. Pero, el pelinegro lo había visto muy raro en el hospital.

Suspiro pesadamente y volvió a recordar la escena con el de ojos avellana. Le parecía increíble cómo se sentía ese sentimiento de amor y como también se sentía tener el corazón roto. Todo esos sentimientos le dieron una cachetada de a una y eso lo tenía mal.

Había tenido entre sus brazos al chico más lindo, pudo hacerlo sonrojar, reír y disfrutar su compañía, mientras descubrían ese sentimiento tan fuerte. Pero, no contaba con que el pasado de este, les afectara tanto porque si, los dos salieron lastimados.

Sintió un peso más sobre la banca, cuando justo estaba por cerrar los ojos y caer dormido junto a sus pensamientos. Abrió los ojos de sopetón y confirmo la presencia del menor.

-Perdón por tardarme, Jin hyung n…- se detuvo en seco y bajo el rostro. Le causaba tanta rabia y tristeza decírselo.

El rapero paso saliva y se giró para ver al menor. -¿Cómo está?- cuestiono al ver el gesto del menor

Kook lo encaro, sosteniéndole la mirada un rato antes de responderle. –No quería comer- volvió su mirada al frente. –Tuvimos que amenazarlo con que le diríamos a sus padres que tuvo una crisis- resoplo como gesto de frustración.

NamJoon asintió levemente y se sentó derecho e imitando al menor viendo al frente. – Supongo que de eso quieres hablarme- le vio de reojo. Su expresión era tan fría, tenía el ceño fruncido y los ojos perdidos. Nunca había visto esa faceta del niño conejo.

Se quedó un rato en silencio hasta que el pelinegro decidió retomar la plática. –Jin hyung ya sufrió demasiado. Y no estoy exagerando- chaqueo con la lengua y negó levemente con la cabeza. –Le soporto tanto a ese idiota y fue el quien término mal-

El rapero sabía a quién se refería. Todo el tema, era sobre su mala relación con el de ojos avellana, estaba claro. El mismo SeokJin se lo dijo. –Jin me conto algo sobre eso- le dijo bajito.

El menor asintió. Soltó un gran suspiro y retomo su objetivo, de lo que quería contarle al moreno. -Al principio todo estaba bien, nunca vi al hyung tan sonriente. Incluso nosotros nos hicimos cercanos a él y hasta puedo decir que le tomamos cariño- trago saliva e hizo su cabello para atrás, pues el viento lo alborotaba. –La primera que le hizo, fue engañarlo con una mujer. Jin duro días encerrado en su habitación sin comer e ir a la escuela. Le pidió perdón y Jin se dejó envolver por el de nuevo. Después, comenzó a juntarse con buenos para nada que siempre estaba borracho cuando iba a verse con él. Le llego a pegar, no importa cuántas escusas nos diera, era claro que más de una vez le dejo marcas-

NamJoon lo volteo a ver por primera vez, con una expresión de asombro y coraje. No pudo evitarlo, nunca se imaginó que su ex pareja lo haya golpeado. Eso era demasiado.

JungKook le devolvió la mirada sin expresión alguna y continúo.

-El hyung no veía el daño, siempre lo defendía y terminaba haciendo lo que él le dijera. Estaba tan enamorado de ese idiota, que le dejo hacer de él lo que quisiera. Los apodos de cariño que al principio le decía, se volvieron insultos. Le causo inseguridades y comenzó a hacer dietas, ir al gimnasio y dejar de hacernos galletas cuando íbamos a su casa- sonrió con melancolía y bajo la mirada. -Le prohibió vernos cuando él estuviera presente. La primera vez se lo dijo fue frente a nosotros y se encerraron en la habitación de Jin hyung. Él no decía nada, siempre lo justificaba y nos decía que ellos se querían mucho. Éramos más pequeños y no podíamos hacer nada, cuando le conté a mi madre nunca me creyó, y me calmaba según ella diciéndome que eso pasaba en las relaciones. Jin hyung dejo de cuidarnos cuando le hacia el favor a nuestras madres, dejo de salir a jugar con nosotros y después fue a caer por primera vez al hospital por desorden alimenticios. Duro casi un mes internado, mientras sus plaquetas se alineaban y recuperaba peso. Él no fue a visitarlo ni una sola vez, se había ido de viaje. Lo peor fue que cuando salió, Jin hyung lo recibió con los brazos abiertos. Sin reprocharle nada y fingiendo que nada paso-

El teñido de rubio poso su rostro en sus manos posándolas en sus piernas. Estaba tratando de procesar todo lo que le decía el pelinegro. Y es que, no se la creía. Qué clase de persona es capaz de dañar a otra tanto. Sintió su corazón doler. Fue difícil ver derramando lágrimas al de ojos avellana, ¿Cómo fue esa persona capaz de dañarlo de tantas formas sin que el corazón se le arrugara al verlo llorar?

NamJoon comenzaba a sentir odio.

-Nada de su relación cambio, seguía golpeándolo, alejándolo de nosotros y dejo de comer otra vez. Cuando lo encontró siéndole infiel con otra mujer de nuevo, Jin tuvo una crisis nerviosa por primera vez y de ahí, siguieron muchas más, acumulado con su mala alimentación. Ya no pudo mentirles a sus padres, lo internaron de emergencia- se detuvo a tomar un gran respiro. –Paso dos meses en el hospital. Él nunca se apareció. Cuando lo dieron de alta, el muy idiota lo fue a buscar para romper con él y decirle que se iría a vivir a china. Ese día preparamos una cubeta con harina y huevos, que le cayeron en cuanto salió de la casa de Jin hyung. Nos maldijo más de tres veces y se marchó molesto. Nunca nos sentimos tan felices, por fin dejaría al hyung. Pero, después de eso, entro en depresión y vivió en su habitación casi la mitad del año escolar. Lo íbamos a visitar todos los días, tratando que comiera y tan siquiera viera el exterior por su ventana. No nos dimos cuenta cuando ya comenzó a poner de su parte y poco a poco salió de esa depresión. Dijo que ya no soportaba ver a su madre llorar por su estado y que no era justo para nosotros el pagarnos de esa manera. Termino el ciclo en línea, tomo cursos extras y para cuando entro a la universidad, ya era una persona nueva-

Se quedó callado por un momento y puso su mirada en el rapero, quien al no volver a escuchar su voz volvió a su posición y de igual forma le miro.

-Jin hyung dijo que dejaría aquel sentimiento atrás y que se concentraría en sus estudios solamente. Lo había estado cumpliendo, hasta que se cruzaron con un bebé de por medio- NamJoon noto la seriedad y preocupación en sus oscuros ojos. –Si en realidad te interesa Jin hyung, adelante. Demuéstraselo y no dejes que vuelva a caer. Ahora sabes cuánto sufrió-

El rapero suspiro y quito su mirada del otro. –Me dijo que estaba atascado, que no podía seguir y me pidió que no le hablara de amor cuando me confesé-  dijo con el rostro bajo.

-Tiene miedo hyung. Que el pendejo de su ex regresara fue la gota que derramo el vaso. No lo dejes, el siente algo por ti también. Tú lo sabes, iban tan bien…-

NamJoon se despeino con ambas manos frustrado. Tenía razón y no quería ver sufrir al pelinegro, quería protegerlo. –Pero, ¿Qué hago?- le miro desesperado. –Dijo que lo habíamos arruinado todo, lloro tanto por eso-

-Haz lo que sea hyung, pero por favor ayúdanos. No queremos que vuelva a caer en lo mismo- le dijo casi en suplica mientras se ponía de pie.

-Lo haré Kook- le dijo firme y se puso de pie también.

-Gracias hyung- le dijo mientras se acercaba a él para dale un abrazo. NamJoon se sorprendió un poco, no lo esperaba pero no se lo negó. –Sé que a ti también te duele todo esto hyung. Puedes confiar en mi- le dijo en el abrazo. El mayor le susurro un gracias para después dedicarle una pequeña sonrisa cuando se separaron. El pelinegro lo imito y se marchó del parque.

Ahora que sabía la historia de SeokJin y lo atendía rotundamente. Se dedicaría a intentar acercarse a el de nuevo. Quería cuidarlo y protegerlo de todo, quería desaparecer sus inseguridades y hacerle creer en el amor otra vez. Porque no quería volver a ver esos ojos color avellana derramar lágrimas.

 

***

Con el rostro hinchado y unas leves ojeras se dirigía a su aula. La verdad que no pensaba asistir, pero ciertos universitarios llegaron muy temprano por la mañana a su casa, casi tirándolo de la cama y desvistiéndolo para que se duchara. Por más que busco pretextos para que lo dejaran quedarse en su cama, no desistieron hasta que salió de su casa arreglado en camino al instituto.

Había sido el fin de semana más frustrante, cansado y triste que nunca pensó tener. Lo único que quería ahora era pasar el día en su cuarto durmiendo, sin hacer nada. Sabía que eso lo conllevaría más lejos y podría caer en depresión de nuevo, lo sabía. Pero, simplemente no lo podía evitar, de un día para otro se volvió todo negro otra vez. Quien le hizo sufrir demasiado había vuelto, no sabía que intentaría, tenía miedo y se sentía tan débil. Lo hacía sentir más débil que había pintado su raya con NamJoon, que lo había alejado y justo cuando se acostumbraba a envolverse en ese cálido aroma masculino, ya no podía recurrir a ello para sentirse seguro.

Ahora tenía más claro que el amor no era lo suyo. Debió ser fuerte y no volver a envolverse en los brazos de alguien más, se hubiera ahorrado el dolor que sentía ahora.

Mordió levemente su labio inferior con el rostro abajo y cruzo la puerta del salón. Evito a toda costa la mirada del moreno y tan concentrado en eso estaba que se quedó parado en frente del pupitre que solía compartir con su amiga Hana. Su lugar estaba ocupado por el nuevo novio de esta.

-Jin…- le llamo la de cabello sobre los hombros. El pelinegro le miro a los ojos en forma de respuesta. –Tienes que estar con tu pareja, hoy nos entregan los resultados de la actividad del bebé-

El antes mencionado apretó los labios y dirigió su mirada al lugar de su ex esposo. Estaba con los auriculares puestos mientras escribía sobre una libreta. Lo había olvidado por completo, tenía que pasar (por al menos en biología) las clases con el moreno. Era como echarle limón a una herida reciente.

Le respondió con un leve movimiento de cabeza y con pasos lentos, se fue acercando al pupitre que había compartido con el rapero por una semana.

Sin darse cuenta, se plantó frente a este por unos segundos y se sentó rápidamente cuando sintió que los oscuros ojos del teñido de rubio amenazaban con mirarle. Apenas se había posado sobre la silla, y el distintivo aroma ajeno invadió sus fosas nasales. Se sintió triste.

Dejo salir un gran suspiro y trato de no sentirse tenso. Aunque el rapero no le había dirigido la palabra pues parecía concentrado en lo que escribía, sentía cierta incomodidad. Sería un día muy largo.

La señora de medina edad que les impartía clase, había llegado al aula apurada y con un montón de carpetas. NamJoon enredo sus audífonos y los devolvió a su mochila para prestar atención a la clase.

-Buen día jóvenes- saludo dejando sus pertenecías sobre el escritorio. –Es lunes y es hora de entregarles su análisis de la actividad realizada la semana pasada. En la parte superior esta su calificación encerrada con rojo- explicaba mientras organizaba las tantas carpetas.

-Lo hicimos bien- dijo aquella voz ronca proveniente del rapero, lo suficiente para que Jin lo escuchase. Aun sin dirigirle la mirada.

El pelinegro le vio de reojo y asintió con la cabeza.

-Hyuk, por favor ayúdame a entregar las carpetas por favor- hablo de nuevo la profe mientras le daba un bonche de carpetas al pelicastaño con cara de bebé.

El rapero pudo ver al de ojos avellana muy decaído y quiso preguntarle cómo estaba desde que llego, pero su plan era otro. Quería darle su espacio y no bombardearlo con preguntas sobre su estado, o buscar respuestas mostrándole sus sentimientos con palabras. No pensaba dejar de tomarle importancia, porque sabía que ahora más que nunca debía estar con él. Haría lo posible por mejorar su estado de ánimo.

Siguiendo ocupándose en eso, saco su celular mientras entregaban los resultados.

El pelinegro miraba pasivamente como mencionaban a sus compañeros y les entregaban las carpetas. Agradeció que el moreno no tratara de iniciar una conversación relacionado a lo de ayer, su humor no era el mejor y terminaría diciendo cosas hirientes.

Definitivamente no le gustaba ser tan distante con él, pero después de lo que se dijeron, no lo sentía correcto seguir como si nada. Había dejado en claro que no quería algo más y su palabra seguía firme, pero se sentía tan triste por ello.

-Toma Jin- hablo Hyuk mientras le tendía el documento a sus manos. Este parpadeó varias veces y reacciono más tarde. Le dio las gracias y tomo la carpeta.

Sin mucha importancia la abrió cuando el pelicastaño se marchó. Podía sentir la mirada de NamJoon sobre él.

-¿Qué tal nos fue?- se acercó y tomo un lado del folder para ver junto a Jin. –Wow, nunca había sacado un 10 en biología- dijo sorprendido al ver la calificación en rojo sobre el papel.

Para el de ojos avellana no era sorpresa sacar una A en esa materia, a lo cual no le presto mucha atención, si no, al reporte del bebé. Estaba detallado en barras el estado de ánimo del muñeco por toda la semana, entre otros puntos de su comportamiento.

Las barras estaban en un porcentaje bastante bueno y el estado de felicidad en especial, estaba en 100.

-Si analizan su reporte. Se darán cuenta que explica toda la vida del bebé durante la semana. Los porcentajes suben para bueno cuando su bebé fue atendido al momento, sonrió, durmió bien, repitió las veces necesarias y si el tiempo que papá y mamá estuvo con el fue el indicado- explico la mujer frente a grupo.

El pelinegro regreso sus ojos al oficio y volvió a revisar. La barra del tiempo que paso el bebé con él y NamJoon, estaba al tope. El apartado de mamá tenía 100 y el apartado de papá 100 también.

Bufo y sintió su corazón dolido. Era verdad, casi todo el tiempo la pasaron juntos con su hijo. Incluso una noche durmieron juntos con él, con las pulseras realmente cerca.

Reviso la barra de emoticones que expresaban el estado de ánimo del bebé. La que tenía el 100 era la de amor, que era representada por un corazón. Debajo de ello decía, “Hijo realmente amado” siendo el porcentaje más alto.

Sintió un nudo en la garganta y su corazón palpitar muy fuerte. Se quedó mirando a la hoja y quiso estallar en lágrimas, pero no podía, no en ese momento.

El rapero lo noto y quiso saber el porqué, así, tomo la carpeta sin ningún gesto por parte del pelinegro y comenzó a analizar.

-Me gustaría felicitar en especial, a los padres del bebé Suk; quienes obtuvieron los porcentajes más altos. Hicieron un gran trabajo- Hablo de repente la maestra, sorprendiendo al moreno al escuchar el nombre de su hijo. Levanto el rostro de inmediato y el resto del salón los observaba mientras la profe sonreía ampliamente.

NamJoon volteo a ver al de ojos avellana y noto su rostro serio con una leve sonrisa fingida. Este lo imito e hizo reverencias cuando comenzaron a aplaudirles.

Ahora Nam entendió todo. Lo que había subido sus barras era que habían pasado la mayoría del tiempo juntos. Al parecer la maestra ya se había dado cuenta de su tensión, porque su sonrisa pintaba de otra forma más que de felicitarlos por su trabajo. Y el rapero estaba seguro que los había visto besarse afuera del salón cuando el pelinegro se quedó en su casa y despertaron al día siguiente.

Dejo de un lado su teoría sobre la mirada de su profe y se concentró en SeokJin quien tenía el rostro bajo y jugaba con sus manos. El moreno supuso que le dio pena el hecho que todos supieran y les aplaudieran. No le hablaría de ello, no ahora.

***

Cuando la campana sonó, sintió que se despojó de un peso enorme y salió de aula lo más rápido que pudo. Se sentido tan tenso con las malditas tres horas de biología.

No tenía hambre, pero debía comer o intentarlo, su madre se había esforzado en hacerle un buen tupper de almuerzo. No lo desperdiciaría. Así, se dirigió a la cafetería, para comer donde siempre. Posiblemente sus amigos ya estén ahí. Otra razón por la cual comer.

Cuando llego, confirmo la presencia de los menores y se acercó a ellos. Ya estaban comiendo sus respectivos almuerzos y el espacio donde siempre se sentaba el (frente a los tres) estaba libre.

-¿No compraste almuerzo?- cuestiono el más bajo de los tres apenas vio a su hyung sentado.

-Mi madre me hizo un tupper- respondió mientras abría su mochila para sacarlo.

-¿En serio? No nos dimos cuenta cuando te dimos tu mochila esta mañana- comento Tae con un bocado de fideos en la boca.

-Es la señora Kim, no me sorprende- hablo Kook y Jin asintió varias veces dándole la razón.

El pelinegro saco su comida para después buscar su teléfono. Había sentido la vibración de un mensaje en la mañana, pero no había querido verlo. Desbloqueo y pudo darse cuenta que era un número desconocido.

 

“Me doy cuenta que no puedo estar mucho tiempo sin ti. Ya quiero verte”

 

Arrugo el ceño y lo volvió a leer unas cuantas veces más. ¿Sería un número equivocado? Era una opción, pero lo dejo inquietante de cierta manera. Después de analizarlo con más detalle por un cuanto tiempo viendo dicho mensaje, sintió una vibra por todo su cuerpo llena de miedo. Todo apuntaba a quien sabia de quien procedía el texto.

-¿Qué tanto ves hyung?- pregunto Jimin al ver sus ojos plasmados en el aparato.

Le dirigió su mirada fruncida a él y después a los otros dos, así por un par de pestañeos hasta que puso frente a sus narices el teléfono celular. Pronto las miradas serias de los quien veían recién el mensaje, se cruzaron entre sí. Ellos también tenían a quien señalar y era más que seguro que era la misma persona que pensó SeokJin.

-Existe la opción de un número equivocado- dijo el de los fideos picantes.

-Si no hubiera pasado lo que paso el fin de semana, tomaría eso como opción- bloqueo el móvil y lo dejo sobre la mesa. -¿Cómo es que consiguió mi numero?- llevo ambas manos a su frente con la vibración de miedo sobre el aun.

-Las coincidencias pasan hyung. Que va a saber el tu móvil, cambiaste la compañía y todo apenas entraste a la universidad, perdiste contacto con todos las personas que los relacionaban- Declaro el chico conejo.

Sabía que el terror lo abundaba y eso no estaba bien. No podía darle la razón y echarle al poso con el miedo.

-Parece que no saben de lo que es capaz- entre cerro la mirada a sus amigos.

-Calma hyung. Mira, si vuelves a recibir un mensaje cambias de número y ya está. No tenses las cosas- hablo el de mejillas abultadas.

El mayor negó varias veces para si y el silencio abundo entre los universitarios. No podían pedirle paz cuando se trataba de Ryuk, simplemente lo había convertido en su peor pesadilla. Como un niño que teme de los monstros debajo de su cama. Por más que trates de convencerlos, están aferrados a la idea que se los comerán mientras duermen. Así mismo pasaba con Seok Jin.

-Mira hyung. Nosotros ya no somos unos niños tontos e indefensos. Ya se lo demostramos, si vuelve a intentar algo peor… no habrá quien me detenga a darle lo que se merece- hablo Kook. Sus ojos se tornaron más oscuros de lo habitual y mientras hablaba se le marcaba la vena de la yugular.

El de ojos avellana apretó los labios sosteniéndole la mirada. –Si habrá, porque yo no permitiré que te ensucies las manos por mí… otra vez- le dijo con la misma seriedad que el mismo JungKook le había puesto a la situación. -¿Sabes por qué?... porque tú no eres así, ninguno de ustedes es un golpeador mala vida como él. No se convertirán en lo que más odiaron-

-Solo te estamos protegiendo, hyung. Nos somos como el- hablo Taehyung.

-Creo que puedo con esto solo- dijo con la presión y enojo ya muy encima de él. Tomo su móvil y tupper de nuevo y se puso de pie para irse.

-Estas invadido por el miedo. Volviste a una crisis apenas escuchaste su nombre, ¿en serio lo dices?- escupió JungKook buscándole la mirada y poniéndose de pie de igual forma.

SeokJin no dejo pasar por alto sus  palabras y se quedó quieto mientras lo miraba. Tenía razón, era un cobarde inútil, débil ante él. No podía defenderse por el puto miedo que lo cubría de pies a cabeza.

Las personas alrededor comenzaron a poner sus ojos sobre aquel grupito y los susurros se hicieron presentes en toda la cafetería. Jimin tomo del brazo a Kook y le susurro que parar. Este se quedó en su misma posición. El mayor le sostuvo la mirada antes de que se diera la media vuelta y se marchase.

Termino por ir a su aula donde no había nadie. Pico su comida y no probo nada.

Lo último que le faltaba era discutir con sus amigos. Ahora si en realidad se sentía solo. Las cosas no podían ir peor, todo por aquel imbécil. Tal vez era hora de enfrentarlo y desaparecer ese miedo, pero dios, le resultaba tan difícil. No podía.

 

***

La última hora de instituto termino. Había sido un día muy pesado y el pelinegro solo deseaba tumbarse en su cama lo que restaba del día.

Arreglo sus cosas sin ganas y salió del aula para caminar por los pasillos hasta la salida. Era obvio que después de la discusión con sus amigos, no vendrían con el como siempre. Le tocaría irse a casa solo. Por un lado lo agradecía, no tenía ganas de hablar con nadie y mucho menos intentar arreglar las cosas con los menores, al menos no ahora.

El rapero salió seguido que él y se quedó parado en la puerta del aula viendo cómo se alejaba. Por el otro lado yoongi se acercaba. Su salón estaba cerca.

-¿Qué te ha dicho?- pregunto apenas quedo cerca de él.

-Nada en realidad. Nada en todo el día- bufo y agacho el rostro.

El más bajo chasqueo y palmeo su espalda dos veces. –Deberías pensar en otra cosa-

-Ya lo hice y espero que funcione. No me gusta verlo así-

-A mí tampoco me gusta verte deprimido-

El moreno le dirigió la mirada. –Deja de preocuparte por mi o voy a comenzar a decirte lo mucho que te quiero- dijo burlándose de la extraña preocupación de su blanquecino amigo a él. Este le soltó un golpe en el brazo.

-Ese fue mi último intento de ser un buen amigo. Ya no volveré a intentarlo, después no me reclames de los regalos de cumpleaños que te doy- hablo más fuerte y le apunto varias veces. NamJoon se quejaba del dolor entre risas. –Qué hijo de puta eres- termino por reírse también.

-Yoongi… – una vocecita reconocida por ambos se hizo presente. El antes mencionada se dio la vuelta rápidamente encontrándose con su amado novio.

-¿Nos vamos ya?- pregunto el rapero y el pelicastaño le asintió.

El teñido de rubio frunció el ceño y se giró a ver a la dirección donde se había marchado el de ojos avellana. Se suponía que ellos se iban juntos siempre.

-¿No iras con SeokJin?- pregunto buscando ver al más bajo de los tres, pues su amigo lo tapaba haciéndole no sé que cosa en la cara. Tal vez se estaban besando pero el distraído rubio no se percató de ello.

-Dios NamJoon, ¿sigues aquí?- hablo con disgusto Yoongi moviéndose para quedar al lado de su pareja. El moreno le hizo muecas.

-Pues, no creo que quiera vernos- hablo por primera vez el pelicastaño con un gesto de tristeza en su rostro.

-¿Paso algo?- le pregunto su novio buscando ver sus ojos.

Jimin apretó sus labios y miro con la misma expresión a Suga y después a RM.

-Jungkook comenzó una discusión cuando tomábamos el almuerzo y se fue enojado- confeso clavándole la mirada al más alto. –Recibió un mensaje de un número desconocido y sospecha que es de su ex novio-

NamJoon le vio con las cejas arqueadas con algo de sorpresa. Eso no se lo esperaba venir.

-Pudo haber sido cualquiera, Jimin- le dijo Yoongi posando uno de sus brazos sobre su cintura.

-El hyung tiene miedo- hablo sin apartarle la mirada al moreno. Quería que viera su luz verde en el para acercarse a SeokJin.

El rubio recordó todo lo que Kook le había dicho, que le pido ayuda muy desesperado. Los ojos de Jimin le decían lo mismo.

Sin decir nada, le asintió y se alejó de ambos con pasos apresurados. Debía dejarle en claro algo al de ojos avellana.

Comenzó a correr apenas salió del instituto. No podía estar tan lejos, debía encontrarlo. Su corazón no podía estar quiero con ese sentimiento, sumado a lo agitado que se había puesto por ir corriendo como si su vida dependiera de ello.

No sabía con certeza la respuesta del pelinegro, pero no le importaba. Nada más importaba, solo quería dejar a saberle eso.

Cuando pensó quedarse sin aire, recordó su maldita asma y se detuvo en una esquina reposándose en el poste de luz que había. Debía tomar aire si es que no quería que le diera una crisis antes de ver al pelinegro. Se giró recargado sobre el gran poste y dio a la siguiente calle. Respiraba todo lo que podía con los ojos entre cerrados por el cansancio. El poco espacio que sus ojos le dejaron ver, fue suficiente para que volviera a su posición normal y su expresión se tornara fría.

Se quedó observando en su lugar un momento, para confirmar lo que sus ojos veían. Definitivamente ese era SeokJin de espaldas, reconocía su atuendo, su cabellera negra y su mochila. Frente a él, estaba un chico que le sacaba una cabeza. Lo estaba empujando y diciéndole cosas imposibles de entender a su distancia.

Tenía que ser él. Sus pensamientos no le permitían nada más que el ex novio del pelinegro. Si no lo era, entonces iría a prisión por golpear a un extraño en la calle, qué más da.

Se fue acercando con pasos agigantados y con los ojos perdidos en su objetivo. Cerró los puños con fuerza y justo cuando estuvo a escasos metros de ellos, vio aquella escena en cámara lenta. El desconocido para el rubio, estaba jaloneando del brazo a SeokJin y quería obligarlo a pegar sus labios. NamJoon nunca sintió tanta furia en su cuerpo.

Abrió los ojos de más cuando vio tremenda escena y los sollozos de SeokJin terminaron con su cordura. Tomo al tipo del cuello de su camisa y lo tiro al suelo. Lo miro retante desde arriba mientras respiraba con pesadez por el sentimiento de furia.

-¿Qué te crees pedazo de mierda?- hablo Ryuk mientras se ponía de pie.

-Déjalo en paz- le dijo en sus narices.

-No es asunto tuyo… ¿o sí?- se acercó a él tratando de intimidarlo, pero el rapero le sostuvo la mirada y se mantuvo firme. -¿Amiguito tuyo Jin?- miro esta vez al pelinegro quien no le respondió. Estaba lleno de lágrimas y no se movió de su lugar.

-Que lo dejes en paz- hablo con la voz más ronca de lo normal y se acercó más a él.

Ryuk lo fulmino con la mirada por unos segundos. –Nos veremos cuando dejes de tener guardaespaldas a tu cuidado, cariño- le dijo esta vez a Jin y se pasó delante tomando el camino contrario.

El rapero dejo salir un gran suspiro y se dio la vuelta para ver al de ojos avellana. Parecía en shook y sollozaba en silencio mientras abundantes lágrimas caían a sus mejillas. Se fue acercando a él y con lentitud y cuidado lo llevo a su pecho enredándolo en sus brazos.

El pelinegro dejo salir todo y comenzó a llorar más fuerte. Pensaba, es más, estaba seguro que una crisis nerviosa estaba por venir pero NamJoon no lo permitió.

- Todo va a estar bien. No voy a permitir que nada te pase. Voy a protegerte de lo que sea y de quien sea. No volverás a sufrir, SeokJin. -le susurro con la voz ya más calmada y acaricio su nuca suavemente.

Lo había extrañado tanto. Ese aroma, la calidez del rapero y su voz hablándole así. Era lo que necesitaba, lo necesitaba a él. Lo hacía sentir seguro y su crisis solo fue un pensamiento que el moreno borro.

Pasado un rato, las lágrimas del pelinegro se secaron a la par de las caricias en su nuca y los protectores brazos del más alto. Este, se separó un poco y tomo su rostro entre sus manos limpiando con sus pulgares los restos de lágrimas.

-¿Por qué lo haces?- se atrevió a formular esa pregunta teniéndolo frente, con los ojos bien clavados entre sí. -¿Por qué insistes? Soy un idiota cobarde, no deberías- y soltó todo aquel sentimiento de culpa. Su voz se cortaba de nuevo y sus llorosos ojos amenazaban por derramar más lágrimas.

-Te lo he confesado Jin. Te quiero, quiero estar contigo-

-Y-yyo… yo no puedo…no puedo- lloro en cada silencio de sus palabras y en la última agacho el rostro.

-Lo sé todo. Se todo lo que pasaste, puedo entenderte. Pero no me rendiré contigo, no puedo dejarte ir- tomo su rostro de nuevo cuando termino sus palabras.

Y fue entonces fue que SeokJin pudo sentir amor y creyó en NamJoon. Aun así, no le respondió. Porque esa pizca de creer en el amor de nuevo, no le rendía la cuenta de que Ryuk seguía ahí.

Después de eso, el rapero lo acompaño a su casa. Cumplió con lo que tenía que decirle, que lo protegería. Y su plan para borrar todo lo malo que podía tener el de ojos avellana, seguía en pie. ¿Era eso ser romántico?

Con el corazón partido y la bandita que el moreno le había puesto en el, llego a su casa. Con la mente el blanco, estaba entre la espada y la pared. No daba para pensar y se sentía cansado emocionalmente.

Se despojó de sus cosas tirando la mochila al suelo y se recostó en su cama. Mientras divagaba entre los colores de su techo, el sonido de su celular sonó. Entonces volvió al hoyo negro, sabía que era ese número desconocido, y solo por eso se levantó. Estaba decidido a destruir su chip con sus propias manos y tirarlo al inodoro para sentirse en paz y dormir un poco.

Se sentó en el suelo frente a la mochila color azul cielo y saco su celular, dispuesto a ver lo que le había enviado el idiota ese y a despedirse de sus contactos, realmente no le importaba.

Entonces desbloqueo y fue a la notificación.

 

“ Porque no me cuesta nada repetírtelo las veces que sean necesarias.  Voy a protegerte SeokJin, te refugiare en mi las veces que sean. No sabes cuanto te quiero “

 

Justo cuando creyó que estaba demasiado cansado para llorar, lo hizo. Y estaba molesto, porque todo lo que le decía él lo hacía llorar. Pero no de dolor o tristeza. Porque se puede llorar de amor.

 

Notas finales:

Y bueeeennoo, les conte del drama ya saben. Y al final escribí mas de 5,000 palabras. ¿creen que es hora de capitulos finales?...

Gracias por leerme, besos.

(Actualizo en wattpad también.)


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