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Kizuna por Uchihauchiha

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Notas del capitulo:

¡CONTINUACIÓN!
Bueno, fue bastante difícil concluir éste capítulo Jaja, pero lo logré.
Espero que les guste.
Disculpen cualquier falta ortográfica.
Disfruten del capítulo número once

Uno, dos, tres golpes en la puerta de aquella habitación fueron los ruidos estruendosos que sacaron abruptamente de los sueños al azabache.

Intentó removerse, pero como ya le había sucedido con anterioridad, tenía a un hiperactivo rubio sobre su pecho, abrazado a su cuerpo, como si su vida dependiera de ello. – ¿Qué demonios…? – Pensó Sasuke, con somnolencia total, a su mente llegaron todas las imágenes de la madrugada.

– ¡NARUTO-KUN! ¡UCHIHA! ¡ES TARDE! ¡BAKAYARO-KONOYARO! – Fueron los gritos de Killer Bee que ésta vez sacaron de los pensamientos a Sasuke, quién parecía tener un aura negra a su alrededor, siempre que lo despertaban, se levantaba de muy mal humor, éste se removió con dificultad, provocando que el rubio se despertara.

– ¿Qué pasa-tteba?... – Cuestionó frotándose un ojo, mientras se sentaba en la cama.

– Maldito pulpo de mierda. – Esputó Sasuke, molesto. Cogió su kimono y abrió la puerta de manera brusca. – ¿Quién demonios te crees para venir y despertarme así? – Habló sin una pizca de amabilidad.

– Já, deberías estar agradecido, por haber venido y pegarles un grito-baby. – Rimó Bee, mirándolo de frente y sin intimidarse.

–… – Sasuke no respondió, sólo activó su Sharingan, naruto observó la escena desde la cama y sabía que nada bueno se aproximaba, así que salió disparado, con la única intención de evitar una desgracia.

–Vi-Viejo Bee, en unos segundos estaremos afuera… – Dijo el rubio, metiéndose en medio de los dos, mostrando sus manos en sinónimo de paz.

– No tengo problema, pero es una pena que andes por ahí mostrando tu entrepierna-¡Bakayaro! – Dijo B, notando que naruto estaba completamente desnudo, frente a él.

– ¡Itae! – Se tapó con sus manos, escondiéndose tras la puerta. – ¡Nos vemos en unos segundos Bee-ttebayo! –Habló naruto, apenado mientras cerraba la puerta.

– Idiota. – Le insultó, dándole la espalda, mientras se metía a la ducha.

– Es tu culpa-ttebayo – Respondió derrotado, el mismo se sentó en el borde de la cama y fue entonces cuando sintió un dolor punzante en su entrada. – ¡Maldito bastardo-dattebayo! – Le gritó al Uchiha, mientras se removía, situación que le hizo recordar absolutamente todo lo que había sucedido en la madrugada, cosa que provocó su regreso a la realidad. – ¡Joder! ¿Qué hora es? – Gritó desesperado, caminando por toda la habitación, buscando un reloj, que finalmente encontró arriba de la puerta. – ¿QUÉ? ¿12:43pm? ¡MALDICIÓN, MALDICIÓN! Shikamaru va a asesinarme, junto a todos los demás. – Decía, mientras caminaba de un lado a otro desesperado. – Aún debo ducharme y Sasuke está dentro y… ¡Una mierda! – Esputó, mientras caminaba y abría la puerta del baño, entrando también.

– ¿Pero qué demonios? ¿Acaso ni siquiera en la maldita ducha puedo tener un poco de privacidad contigo idiota? – Habló, girándose a ver como naruto abría la mampara y entraba también a la ducha.

– Has amanecido de un humor de mil demonios, Sasuke. – Respondió Naruto, mientras observaba una vez más el cuerpo de Sasuke, que le seguía pareciendo la perfección más grande del universo. – ¿Acaso has visto la hora? Es medio día. – Le informó naruto, mientras tomaba el jabón.

– Ya lo sé, llegaremos tarde de igual forma, así que pudiste esperar que saliera de la ducha, por 5 minutos más no se haría más rápido el viaje. – Habló con sorna, mientras lavaba su cabello, inclinando la cabeza hacía atrás.

– Ya lo sé-dattebayo... Pero, cómo sea. Ahorraremos 5 minutos que tal vez sirvan de algo. – Respondió mientras observaba como Sasuke lucía jodidamente perfecto bajo la ducha. El segundo se dio cuenta como naruto ahora lo estaba mirando como si se tratara de lo más entretenido que había visto en su vida.

– ¿Qué crees que ves? – Habló, mientras sentía sus mejillas encenderse, maldiciendo su claro tono de piel que lo dilataba con facilidad cuando algo le avergonzaba.

– ¿Eh? Eh… Pues… Nada-tteba. – Respondió naruto de forma apresurada, enfocando ahora su azulina mirada en el jabón que tenía entre sus manos, era una total tontería que se sintiera así luego de lo que había ocurrido hace apenas unas horas, pero se sentía completamente tímido ahora.

Pronto terminaron la ducha, justo cuando Sasuke fue a cerrar el agua, naruto también, haciendo que sus manos se tocaran. Ambos miraron sus manos y subieron sus ojos, cruzando miradas llenas de total intensidad, quedando embelesados por unos segundos que parecían eternos. Fue el turno del rubio sentir como sus mejillas se arrebolaban sin poder evitarlo, Sasuke afiló mucho más su ojeada, con una expresión completamente neutra, soltó la llave una vez cerrada, manteniéndole la mirada a naruto, quién estaba hipnotizado por los pozos negros del Uchiha, sin pensarlo subió una mano hacía la mejilla de éste, acariciando la suave piel de su rostro, provocando que la expresión neutra de Sasuke se convirtiera en una de sorpresa, Naruto sólo le sonrió y salió de la ducha, siendo seguido por el otro.

Se vistieron en total silencio, Naruto temía a hablar y romper la magia que aún había en esa habitación, cada vez que se miraban y el Uchiha parecía esbozar una tímida y casi invisible sonrisa. Ambos estaban conscientes que se habían entregado a lo que sentían, pero ninguno de los dos se atrevía a decir nada sobre el tema.

El rubio se sentía feliz como jamás lo estuvo, finalmente comprendió que era tener una felicidad plena, entonces comprendió que era lo que le había faltado todos estos años. Estaba sentado a un extremo de la cama poniéndose sus zapatillas ninjas, mientras el Uchiha estaba del otro, guiado por su completa espontaneidad se levantó y se paró frente a Sasuke, provocando que éste le mirara interrogante, aún sentado en la cama.

– Ahora ya sé que era lo que todos estos años me había faltado para ser feliz-tteba. – Expresó naruto, notando como Sasuke se levantaba, poniéndose a su nivel, volviendo su mirada aún más intrigada. – Ahora que te tengo aquí, a mi lado puedo decir que sé que éste es el verdadero sabor de la felicidad y que si tú no estás a mi lado, la felicidad jamás estará completa, Sasuke-ttebayo. – Habló con seguridad, pero con la voz un poco baja, como temiendo que alguien más oyera su confesión. Sasuke alzó sus finas cejas denotando sorpresa, le mantuvo la mirada.

– Usuratonkachi. – Susurró el Uchiha, desviando ahora su oscura mirada, que expresaba felicidad, tan grande como de la que naruto hablaba ahora, girando su rostro hacia un lado, evitando que naruto percibiera el sonrojo que se hacía presente por segunda vez en el día.

– Jé, mírate… Sonrojado y sin saber que decir. – Se burló naruto, estando aún frente a Sasuke.

– ¡Cállate! – Le gritó el Uchiha, de frente, arrugando el entrecejo, molestándose por la burla, quedando a poca distancia del rostro contrario. Naruto, como acto reflejo, dio un paso y en un rápido movimiento le robó un beso a Sasuke, metiendo sus dedos por su liso cabello, haciendo que el Uchiha se callara a la fuerza, suavizando las expresiones de molestia de su rostro, siendo reemplazada por una de sorpresa, arqueando sus cejas, mientras cerraba sus ojos.

El rubio se deleitó una vez más del exquisito sabor de los labios contrarios, tras unos cortos minutos, se separó, respirando el aliento del otro, abrieron los ojos y se encontraron con la cercanía de sus rostros, Naruto sonrió y finalmente separó del Uchiha, quién aún no podía creer que ese rubio revoltoso causara todo eso en él.

Ambos reanudaron sus tareas, recogiendo el equipaje, ya que tenían que viajar otra vez. Salieron del hotel encontrándose con Killer Bee, afuera.

– Se han tardado un mundo, les tengo una información que seguro les interese, naruto-kun. – Habló Bee.

– ¿Nani? – Respondió el rubio, colocando parte del equipaje en el suelo.

– A partir de hoy en la mañana, tenemos transporte aéreo, que garantiza seguridad y rapidez, llegaran mañana en la mañana a konoha ¿No es genial? ¡Bakayaro! – Informó Bee.

– ¡Ya veo! ¡Eso es genial-dattebayo! – Respondió el séptimo hokage, emocionado. El Uchiha sonrió de lado, satisfactoriamente. – Grrrgh… – Un gruñido salió directo del estómago del rubio. – Tengo… Hambre-ttebayo… – Habló con un tono derrotado, poniendo cara como si fuese a desmayarse.

– Podrán comprar comida, ya el transporte está en la cima, espera por ustedes allá arriba-baby. – Respondió el rapero.

– ¡Narutoo! ¡He traído comida para el viaje! – Decía Samui, mientras corría con varias bolsas en sus manos.

– ¡Samui! – Expresó naruto, feliz por lo que traía la chica en sus manos. ¡Comida!

– Tch. – Chasqueó la lengua el azabache, cuando vio la chica acercándose, le molestaba.

– También he traído para ti, Sasuke… – Dijo, coqueta la rubia.

¿Sasuke? ¿Desde cuándo teníamos tanta confianza para que me llamara por mi nombre? – Gracias. – Respondió serio, sin mirarle.

– No le hagas caso al teme, es medio estirado-ttebayo– Le dijo el rubio en voz baja a la chica. – ¡Muchas gracias! – Le agradeció Naruto, amistosamente. La rubia les sonrió a ambos, mientras veían como el transporte aéreo descendía un poco, soltando unas escaleras para que ambos ninjas subieran.

– Gracias por todo viejo Bee, Samui. ¡Matta ne-tteba! Se despidió el rubio. Sasuke sólo levantó la mano y subió por las escaleras. Ambos entraron en el transporte aéreo y finalmente despegó. – Hambre, hambre, hambre-ttebayo. – Decía naruto, mientras abría con torpeza la bolsa sacando la comida de su interior. Sasuke lo miró mal. – ¿Por qué demonios me miras así-tteba? – Expresó naruto, mientras comía. – Deberías comer también, está muy buena. – Sasuke miró hacia otro lado, orgulloso como siempre. – Vamos, teme… Debes comer-ttebayo, tenemos comida hasta mañana, pero sólo ésta.  – Habló el rubio ofreciéndole un Bentō. Sasuke lo miró y dudó unos segundos, pero no tuvo más opción que aceptar, su estómago comenzaba a pedir alimento.

El transporte era una pequeña avioneta, contaba con una mini-habitación, de una cama que se desencajaba, cómoda entre lo que cabía, asientos bastante cómodos, tapizados en cuero, un mini-bar, un pequeño baño, bastante cómodo.

Naruto luego de comer, se levantó e inspeccionó el lugar. – Ne, teme, todo esto es muy lujoso-ttebayo, como el yate. Cada día me gusta más ser hokage-tteba. – Habló orgulloso. Miró que Sasuke estaba más callado que de costumbre, ahora ni siquiera le respondía con gruñidos, eso inquietó a naruto. – Sasuke… – Musitó, acercándose al mismo. – ¿Estás bien? – Preguntó, preocupado sentándose al lado de Sasuke, que se encontraba sentado en uno de los asientos, mirando por la ventana.

–Estoy bien. – Respondió preciso, sin voltear.

– Si no te conociera, lo hubiese creído, pero sé que algo te sucede… Conozco muy bien todos tus silencios-ttebayo. – Respondió como si se tratara del mejor descubrimiento de todos los tiempos.

– Estoy bien, dije. – Habló afilando sus palabras. Naruto se quedó sentado a su lado, callado, intentando descifrar que rayos le sucedía a su amigo, el silencio reinó por un largo rato, sólo se escuchaba el sonido del motor de la avioneta.

Sasuke se encontraba sumido en sus pensamientos, teniendo cierto monólogo interno, le molestaba sentir celos, eso no se lo podía permitir, era ridículo. A parte, pudo pensar en ese momento, que ahora que regresaban a konoha cada uno volvería a su vida, eso era… Devastador. – Supongo que ahora haremos de cuentas que… No tengo por qué estar pensando en esto, hay cosas más importantes en que pensar, como los entrenamientos de Boruto, es estúpido… – Pensaba el Uchiha.

– ¡Sasuke-teme! – Gritó el rubio cansado de estar callado.

– Tch. – Chasqueó la lengua el Uchiha, al segundo de haberse sobresaltado por el grito de naruto, se giró a verle con el entrecejo arrugado. Naruto observó los ojos de su amigo, denotaban clara preocupación.

– Deja de estar tan callado-ttebayo ¿Estás molesto por que Samui nos trajo comida? – Justo en la herida.

– Por supuesto que no, idiota. – En cierta forma el Uchiha no estaba molesto, estaba claro que sentía algo de celos, pero estaba preocupado más que con ira.

– ¿Entonces? – Cuestionó realmente preocupado.

– Sólo… Déjame naruto. – Dijo de manera brusca, esas palabras hirieron al rubio.

– Nada más estaba preocupado Sasuke… Me importas mucho más de lo que crees. Pero si es lo que quieres, no te molestaré… – Habló el rubio, con la voz baja, levantándose.

– No quiero estropear tu vida. – Dijo de golpe el azabache. Naruto se detuvo en seco, volviendo a sentarse. – No quiero dañarte, más de lo que ya lo he hecho… Tienes todo lo que un día quisiste… Y esa es la segunda razón del por qué sigo protegiendo a la aldea de la hoja desde las sombras. Porque sé lo importante que es para ti ese lugar, pero también sé que si estoy muy cerca, tu felicidad se verá opacada con la oscuridad que me rodea. – Continuaba diciendo el azabache, sin apartar la mirada de la ventana. – Eres luz naruto, la única luz que tengo, así sea de lejos, pero que ilumina mi eterna oscuridad. – Expresó Sasuke, dejándose envolver por sus sentimientos más profundos, esos que jamás dejaba salir a flote, naruto le miraba con los ojos vidriosos, las palabras de Sasuke le hicieron un gran nudo en su garganta.

– No hay luz sin oscuridad Sasuke… No me vas a dañar, si estás a mi lado. – Respondió sincero.

– No funciona así, naruto. –

– ¡¿Entonces cómo funciona Sasuke?! ¡Maldición! ¿No te das cuenta que te necesito para existir? – Habló alzando la voz. – Sin ti no soy un ser completo… – Sentenció, bajando el rostro.

– ¿A caso te olvidas de tu “Sakura-chan”? ¿O de la Hyuga? – Respondió, mirando a naruto. – ¿No te das cuenta de lo grave del asunto? – Naruto se calló, Sasuke tenía razón, pero sus sentimientos no podían entender eso, el rubio sólo se levantó y se acomodó en las piernas de Sasuke, quien lo miró interrogante. – ¿Qué crees que haces naruto? ¿A caso no me estás oyendo idiota? – Habló el Uchiha.

–Shhh… No hables más. Sólo… Déjame olvidar lo que resta de viaje la realidad y mi vida fantasiosa en ella, y vivir en éste mundo de fantasías dónde tú eres mi única verdad. – Sentenció Naruto, pues él estaba consciente que las cosas no eran sencillas, pero que estando al lado de Sasuke, todo parecía ser mejor y más fácil. El Uchiha sólo se calló… Y por primera vez le hizo caso a su amigo sin chistar, le dejó acomodarse en su regazo y se quedaron así por varias horas, durmiéndose profundamente, ambos, percibiendo el calor contrario.

.

.

.

10:33pm, el Uchiha abrió los ojos, notando como su cuello le dolía a horrores, haberse dormido sentado y con naruto sobre sus piernas definitivamente fue una mala idea, aún estaba cansado, su cuerpo no había podido descansar en su totalidad, entre tanto jaleo con el viaje de 4 días, la fiesta, los celos, la bebida y para cerrar con broche de oro, hizo el amor con naruto, definitivamente estaba agotado.

Se dirigió a la pequeña habitación, desencajó la cama y arregló todo para volver a dormir, se desvistió, poniéndose cómodo recordó que había dejado a Naruto en aquella incómoda posición, además cayó en cuenta que hoy tal vez sería la última vez que dormirían juntos, así que sin pensarlo más caminó hacia su ubicación, lo tomó en sus brazos (estilo princesa) y lo acostó en la cama, se tomó la molestia de quitarle la chaqueta y zapatillas ninjas, adorando cada parte de su piel bronceada, aflojó un poco la bragueta y vio como naruto se removía, buscando comodidad. El Uchiha sonrió, era tal como un niño, se veía adorable.

Finalmente se acostó a su lado, lo abrazó como si realmente no hubiese un mañana, acurrucándolo en sus brazos y pecho, oyendo como naruto soltaba pequeños suspiros y sonreía entre sueños. –Dobe. – Pensó el Uchiha, mientras se dejaba envolver por la respiración relajada de naruto, durmiéndose también.

 

 

A la mañana siguiente, muy temprano, Naruto despertó primero, observó dónde estaba, mientras su mente caía en cuenta del presente.

Es hoy. – Se dijo, con dolor. Se removió, notando como nuevamente se despertaba abrazado al cuerpo de Sasuke, sólo que esta vez su amigo lo tenía un poco apretado, cuando logró moverse, observó el rostro de Sasuke dormido. – Teme… – Susurró mentalmente, mientras le dio un casto beso, que despertó al Uchiha, observando aquellos ojos azules, que lo miraban con atención, fue el despertar más hermoso que tuvo en toda su vida. –Buenos días. – Dijo naruto, en voz baja y aterciopelada.

– Buenos días. – Respondió Sasuke con la voz un poco ronca, aun estando muy cerca del rostro de naruto, notó que finalmente había llegado el día, un dolor punzante surcó su pecho, supo que hoy todo sería diferente.

Ambos se levantaron, completamente callados, hicieron lo que habitualmente hacían, mientras eran informados que iban a aterrizar. Se sentaron esperando el momento. Los ninjas se miraron, como diciéndose adiós, pero naruto parpadeó varías veces y negó con la cabeza, Sasuke sólo desvió la mirada.

La avioneta había llegado a su destino, estaban en la entrada de konoha, dónde le esperaban Hinata junto a Boruto y Himawari, Sakura junto a Sarada, Shikamaru y todos los demás compañeros de naruto, junto a Kakashi. La puerta de la avioneta se abrió, entonces Boruto y la pequeña Himawari corrieron a encontrar a su padre.

– ¡Oto-chan! ¡Te hemos extrañado-dattebasa! – Expresó el pequeño rubio, abrazando a su padre, junto a su hermanita.

– ¡Bolt, Hima! ¡Qué feliz me hace verlos-dattebayo! – Respondió naruto, agachándose al nivel de los dos.

Sasuke observó la cara de felicidad de los pequeños y notó como Hinata esperaba ansiosa su turno, negó con la cabeza hasta que sintió como alguien se le abalanzó encima.

– ¡Sasuke-kun! ¡Te eché tanto de menos! – Le expresó Sakura, abrazándolo, Sasuke intentó corresponder el abrazo. Sarada esperaba que su mamá le diera espacio para saludar también. Sasuke palmeó la espalda de Sakura y ésta se apartó.

– Papá. – Dijo Sarada. – Que bueno que has regresado. – Expresó, mientras sin acercarse inclinaba la cabeza. Sasuke la miró y sonrió…. Hizo un ademán con su mano, llamadola… Ella se aproximó y entonces el Uchiha le dio un Poke en la frente.

– Te extrañé, Sarada. – Le dijo Sasuke, Sarada sonrió ampliamente.

– También yo papá. – Respondió la pequeña pelinegra. Sakura vio claramente que Sasuke seguía siendo el mismo frío de siempre, suspiró, sin embargo volvió a abrazarle, Sasuke se tambaleó casi perdiendo el equilibrio por la brusquedad de la chica, pero se levantó, intentado apartarla, pero ella parecía estar muy a gusto así.

Mientras, naruto sintió como Hinata le daba un beso en los labios, sintiendo como la realidad le golpeaba, sin notar que Sasuke a pesar de luchar por apartar a Sakura pudo presenciar aquel acto.

– Bienvenido, naruto-kun. – Le dijo Hinata a su esposo.

–  Gracias, Hinata. – Respondió naruto, mientras le acariciaba la cabeza. Ella le sonrió sonrojada, mientras naruto desvió su mirada, viendo como ahora Sasuke correspondía el abrazo de Sakura, entonces sintió como esa sensación de vacío se hacía presente otra vez y un dolor inusual traspasaba su pecho, los celos invadieron su ser. Entonces supo con certeza que definitivamente su vida no sería igual después de aquel viaje.

Saludó a los demás en aquel lugar y todos hablaron mientras caminaban por la aldea, Shikamaru particularmente observaba con cuidado las miradas de naruto y sasuke, dándose por enterado de que algo había sucedido.

La familia de naruto caminaban junto a él, yendo hacía su casa, separándose del grupo, entonces notó como el chakra de Sasuke se alejaba del lugar, notó con claridad que ahora el azabache se dirigía a su casa, pero debía hacer algo antes que nada.

– Ya regreso, niños. – Dijo el rubio, soltando las manos de sus hijos.

– ¿A dónde vas naruto-kun? – Preguntó Hinata.

– Debo… solucionar algo, un asunto pendiente. – Sentenció y salió disparado. Corrió por los tejados, hasta que localizó al Uchiha, que caminaba tranquilo con Sarada y Sakura. Naruto en un rápido movimiento, al estilo de su padre, Minato, robó al Uchiha, sacándolo de ahí y dirigiéndose a las estatuas de los Hokages.

– ¿Pero qué…? ¡¿Qué demonios te sucede idiota?! – Le riñó el Uchiha, descolocado. –  ¿Acaso estas lo- No pudo terminar la frase, cuando sintió como los labios de naruto besaban sin pudor alguno los suyos, mientras era apresado por sus manos que rodeaban ahora su cintura.

– No creas que te olvidaré y actuaré como si nada fuese pasado… No ahora, no después de lo que sucedió… Sólo quería que lo tuvieras claro, Sasuke. – Habló naruto, sobre los labios contrarios que permanecían semiabiertos, mirándolo directo a los ojos. – Nos vemos. – Sentenció el rubio, mientras salía disparado, llegando a su hogar. Mientras Sasuke quedó sorprendido, pero sólo pudo sonreír…

–Dobe. – Pronunció, entre una sonrisa de lado, y a su vez regresaba a su lugar junto a Sarada y Sakura.

– ¿A dónde fuiste? – Cuestionó la de cabellos rosas, mirándolo con sospechas.

– A resolver un asunto que estaba pendiente, vayámonos. – Sentenció el azabache, reanudando su caminata a su hogar. 

Notas finales:

Chicos y chicas, espero que les guste el ritmo en que va.

Siento que el final comienza a acercarse;cc.

¿Quisieran ver algo en especial en el próximo capítulo?


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