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Kizuna por Uchihauchiha

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Notas del capitulo:

Hola mis queridos lectores, pueden conseguirme en wattpad: Uchihauchiha-.

¡Saludos! 

Comencé a recobrar consciencia, había mucho silencio, demasiado para mi gusto... Abrí los ojos con pesadez.

– Oh, hasta que despierta el hokage de konoha. – fue lo primero que escuché. Giré mi rostro y me encontré con la vieja Tsunade y kakashi-sensei.

–Vieja Tsunade... ¿Q-Qué ha pasado? – Cuestioné, me sentía desorientado, entonces a los segundos llegó todo a mi mente, mis desmayos, algo debía estar fallando en mi... Fue cuando noté que Sasuke no estaba en la habitación. 
– ¿dónde está Sasuke?

– Calma Naruto, no debes alterarte, tu estado de salud apenas comienza a estabilizarse, has tenido demasiado estrés, lo que provocó un colapso en tu cuerpo, sabes muy bien que tiendes a hiperventilar cuando el estrés sobrepasa los límites y por si no estabas consiente, eso puede traer serias consecuencias sino tomas cartas en el asunto. – Fue la riña de la vieja, y no me jodas... En buen momento mi cuerpo colapsa.

–Entiendo-tteba... – susurré bajando la mirada. Un silencio abrumador inundó la habitación, pero mi estómago rasgó aquella incómoda atmósfera, gruñendo con fiereza. – Tengo... Hambre... – musité, notando ahora el vacío en mi estómago.

– Normal, llevas dos días durmiendo. – respondió kakashi con tranquilidad.

– ¡¿DOS DÍAS?! MALDICIÓN MORIRÉ SI NO COMO EN ESTE INSTANTE ¡NECESITO COMIDA-DATTEBAYO! – grité desesperado mientras me tomaba el estómago, tuvieron que haberme dado una droga no es posible poder pasar 2 días durmiendo sin comer.

 – No cambiarás jamás ni siquiera porque ya eres un viejo, Naruto. – se burló Tsunade, yo sólo rodé los ojos.

– ¿Como rayos quiere que esté sin tengo 72 malditas horas sin comer-dattebayo? – fue todo lo que pregunté, desesperado. Necesitaba comida.

– Sí sí, ya, en un momento traerán la comida, volveré en un rato para ver como estás. – Respondió la vieja, saliendo de la habitación.

– Necesito... Comer... – susurré dejandome caer en la cama de nuevo.

– ¿Cómo te sientes? – Preguntó kakashi-sensei.

–hambriento-tteba... – alcancé a responder. – ¿Qué ha pasado en estos días mientras dormía?

– Pues... ¿Cómo te lo planteo...? – Medito antes de responderme. – Caótico. – Soltó escuetamente. Abrí los ojos de par en par observando sus ojos, que aunque eran los mismos ojos aburridos de siempre para mi gusto, me llenaba de dudas.

– ¿A qué se refiere? – Pregunté, ya harto de los problemas.

– Los exámenes ya no pueden posponerse más, mientras que tú estás aquí, Shikamaru ya ha organizado todo el protocolo y papeleo, ha sido de gran ayuda Naruto, sólo falta tu firma y permiso para que los habitantes de las naciones hermanas comiencen a trasladarse a konoha. – Expresó y me llené de alegría pues Shikamaru habia hecho un excelente trabajo, pero espera... Esas eran buenas noticias, entonces... ¿Qué era lo caótico?

–¿Y que tiene eso de caótico kakashi-sensei? – Pregunté, envuelto en dudas.

– ¿Eso? Nada, eso está funcionando bien. Lo caótico... Pues, al parecer Hinata cayó en una depresión, estos días que has estado aquí, no ha salido de su habitación, Boruto no está muy feliz, sin embargo, más que rebelde, está preocupado o es lo que le ha transmitido a Sasuke, quien ha hablado con él. – ¿En depresión? Joder... Nada más esto me faltaba. ¿Por qué es tan difícil comprender que no la amo?

–¡Oh vamos! ¿Por qué todo tiene que ser tan complicado? – Pregunté, halando mi cabello.

– Nadie dijo que sería sencillo. Siempre estuviste consiente de todas las consecuencias que acarrearía tus amoríos con Sasuke, sin mencionar que el pueblo de konoha aún no saben lo que está sucediendo internamente Naruto, es una situación delicada... Pero, sinceramente... Quiero que seas feliz, lo mereces. Como hijo de mi maestro, haré todo lo que esté a mi alcance para ayudarte, y sé que tu felicidad es al lado de Sasuke. – Mis ojos se llenaron de lágrimas, en serio, esta situación me ponía susceptible, kakashi-sensei es el mejor.

– Gracias kakashi-sensei... – Alcancé a responder, mientras limpiaba mis lágrimas antes de que se echarán a rodar por mis mejillas.

– Vamos, no seas niña... – Se burló un poco con su voz ligeramente quebrada. Mientras me revolvía el cabello  – recuperate Naruto, konoha necesita un hokage. Dedicate a descansar estos pocos días, pues mientras más pronto estés bien más rápido podremos iniciar los exámenes. Volveré más tarde. – Se despidió, dejándome pensativo y con una sensación de vacío aunque muy cálida, me hacia sentir bien el hecho de que alguien me apoyaba en mi relación con Sasuke.

Busqué un reloj, viendo el de pared que estaba justo al lado de la ventana de la habitación, marcaban las 5pm.

– Definitivamente moriré de hambre. – pensé, justo cuando la puerta se abría y entraba una de las enfermeras del hospital de konoha con una bandeja llena de comida, mis ojos brillaron... Ella entró y luego salió haciendo una reverencia.

Devoré, literalmente todo lo que habia en esa bandeja, satisfaciendo mi hambre que parecía ser eterna.

Me tumbé de nuevo en aquella fría cama, las horas pasaban lento, desde mi cama se dejaba ver como el cielo comenzaba a perder su color, dejando que la belleza efímera del atardecer sucumbiera ante la caída de la noche, cubriendo a lo largo y ancho de el cielo de konoha con un manto lleno de estrellas.

Mis oídos tan sólo escuchaban el "tick-tack" de aquel reloj analógico, mientras que la brisa entraba por la ventana de mi habitación, los árboles se movían cerca de la misma, a pesar de que la noche estaba llena de estrellas, se sentía tenebrosa, tanto que hiela mi mente, una fuerte corriente de aire entró a la habitación.

Cerré los ojos con fuerza, no deseaba levantarme, tan sólo me cubrí hasta el cuello y semisentado, con las rodillas pegadas a mi pecho, me acurruqué.

–Sasuke... – susurré muy callado.

– Prefieres morir de frío antes de levantarte, usuratonkachi. – Me hizo pegar un salto, su voz entró por mis oídos y acarició mi alma, era él...

– Sasuke... – Repetí, maravillado, más que extrañarlo, lo habia necesitado. Mis ojos lo estudiaron, estaba sentado, en la orilla de la ventana, mirándome...

– Mhn... – musitó, entonces se bajó de allí entrando a la habitación y cerrando la ventana. Caminó y se aproximó un poco hacia mi, parandose justo al lado de la cama.

Estaba nervioso, Sasuke siempre solía ponerme así, su rostro serio e imperturbable observaba la habitación, y yo tan sólo observaba las sábanas, con la mirada un poco perdida.

– Me da gusto saber que estas mejor. – Rompió el silencio Sasuke, giré mi rostro observando su perfil, jamás me cansaría de disfrutar de su belleza, inverosímil, simplemente.

– S-Si... Yo... Creo estar bien-tteba – respondí, bajando mi mirada de nuevo. Me sentía abrumado, toda esta situación... Era molesta y... No lo sé, tan sólo quería ser feliz que Sasuke, pero no a cualquier precio.

– Te extrañé. – susurré, aún con la mirada baja.

– He cuidado tu sueño estás noches, susurrabas mi nombre mientras dormías. – respondió él, con los brazos cruzados, mirando hacia el frente. 

– ¿S-Si? Supongo que... Soñaba contigo. Ese día no quería que te fue–

–No tienes que aclarar nada, Naruto. –Me interrumpió, yo abrí mis ojos mucho más, creí que estaba ¿molesto? – Sé lo mucho que te ha afectado está situación. Yo... No espero nada. Sólo, no quiero hacerte más daño. – Habló él, aún con su mirada puesta en la nada.

– Ya estás otra vez con lo mismo Sasuke, ya te dije que–

–Sé muy bien que piensas Naruto. – Volvió a interrumpirme, yo lo observaba atento. – Lo correcto será que busques a Hinata. Sea cual sea tu decisión, yo... – Se calló, soltando un hondo suspiro al aire, como queriendo desahogar eso que lo estaba asfixiando. – Yo... Lo aceptaré – Sentenció él, ahora mirándome a los ojos, esos ojos azabache... Como traspasan mi piel, congelando mis sentidos y encendiendo mi corazón.

– ¡No! Sasuke, yo... –

– No digas nada ahora, Naruto. Entiende que primero está tu bienestar, pues de ti dependen muchas personas. – Expresó él, frío, distante...

–Sasuke... Por favor... Entiende que aunque miles de personas me necesiten a mi, yo tan sólo te necesito a ti... – Susurré, mi corazón se fractura con el hecho de imaginar que no volveré a ver esos ojos negros mirándome sólo a mi, me niego a ello.

–Basta... Debes descansar. – Fue su última frase, mientras se giraba, disponiendose a salir por la ventana otra vez.

–¡Espera! – Dije alzando la voz, haciendo que se detuviera en seco, aún de espaldas a mi – N-No te vayas por favor... – Alcancé a decir, lo necesitaba.

El sólo no dijo nada, se quedó callado, sin girarse, tal parecía como si no respirase. Sólo podía ver su amplia espalda, y su cabello casi camuflado por la oscuridad.

El silencio invadió aquel lugar por unos segundos que parecían eternos.

– ¿No crees que esa cama es un poco pequeña para los dos? – Respondió finalmente.

–¡N-No! Es lo suficiente espaciosa para ambos, y sino sólo me acuesto sobre-tteba – contesté, algo sonrojado. Tan sólo percibí como sus hombros se movieron sutilmente, estaba riendo...

Se giró finalmente, mirándome a los ojos y se acomodó a mi lado, abrió sus brazos y mi felicidad superaba el infinito y lo desconocido de la inmensidad del universo, me moví rápido, hasta acomodarme entre sus brazos. Me removí hasta encontrar comodidad, cuando me quedé tranquilo, un beso en mi cabeza me sorprendió...

– Usuratonkachi... – Musitó, abrazandome mucho más fuerte, mi pecho se llenó de aire y sonreí aún más, abrazandole también, y sin saber cuando exactamente, me entregué a los brazos de morfeo...

 


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