Esa sensación de desolación, de vacío infinito, es cómo mirar hacía un risco, sentarte al filo de una roca y observar como tus pies quedan colgando al abismo, es exactamente la misma sensación que me genera verte llegar, llenándome de una cantidad incalculable de adrenalina, seguido de tu pareja...
Cuánto dolor me genera, no sé si te has puesto a pensar en ello, lo dudo bastante... Tan sólo sé que tengo que simular que nada pasa y seguir con mi farsa, demostrando mi presencia fría e impenetrable, sacando fuerzas de dónde realmente ya no existen para montar nuevamente esa coraza que todos ya conocen bien, guardando muy dentro de mi todos estos sentimientos y emociones que revolotean dentro de mi ser.
¿En qué momento llegué a este punto? No lo sé y sinceramente carece de sentido cuestionarme eso ahora, tus ojos iluminados observan tu alrededor, denotando felicidad, – Al parecer estás mejor de lo que pensé, ella te mira como si de ti dependiera su vida, como si tu fueras su única felicidad, te mira como si fueses la maravilla más grande del mundo – Pensé – Y no la culpo... Después de todo, también yo lo observaría de esa manera si su atención fuese sólo para mí – Me auto contesté viendo ahora como ella te miraba sin apartar su rostro de tu perfil, de pronto volteaste y la miraste – Al parecer tú estás tan feliz cómo ella – Sentenció mi subconsciente, sintiendo como mi corazón se desarmaba fragmento por fragmento.
– No solía pensar esta clase de sandeces, sinceramente, pero, desde el primer momento en que vi tus ojos posarse en los míos, definitivamente mi vida cambió. – Mi mente no paraba de hablar para sí, mientras sólo observaba el panorama a lo lejos, ni siquiera creo que se haya percatado de mi existencia en este instante.
Ojalá y jamás me hubiese fijado en él, claramente sé que sueno como una colegiala con el ego y el corazón herido, pero... Así me siento, no puedo engañarme a mí mismo, la observo caminar a su lado y en automático quiero calcinarla, sintiéndome el ser más repugnante sobre la faz de la tierra, jamás me había tomado la molestia de pensar en asesinar a alguien, mucho menos por celos, esto es estúpido y fuera de lugar.
Por un momento, quisiera poder ocupar su lugar, poder observarte libremente a los ojos, quizá sin decir nada, después de todo, soy terriblemente malo para esto del palabrerío, pero bastará con observarte para que te des por enterado de todo lo que siento.
Los exámenes chuunin habían dado inicio, cuánto griterío había en todos lados, aún me mantenía alejado de allí, luego de que dieron de alta a Naruto, no lo he vuelto a ver, hasta este preciso instante que lo veo entrar para dar la bienvenida a todos los invitados a la actividad, que es obvio quien permanece a su lado...
Hace una semana que no le veía, casi sentía el tiempo eterno, cada día sin su presencia era un día muerto, en mis pensamientos tan sólo estaban sus ojos azules, su rostro, todo en cuanto a él concierne, debo admitir que lo extrañé. Me he vuelto un manojo de sentimientos, desde el primer momento en que supe que era correspondido, en que supe que me amaba tanto como yo a él, pero, que duro es cuando llega el momento de hacer frente a todo.
Alargué intencionalmente los días, temí a su decisión, sinceramente... Sé lo mucho que Naruto ama a konoha y a todo ser vivo que en ella habita, no le culparía jamás por decidir en dejar esta locura, tan sólo quiero que él sea feliz y no me importará sacrificar mi felicidad porque él esté bien.
– ¡Y espero que todos se gradúen de chuunin en esta oportunidad! ¡Buena suerte-dattebayo! – Fue lo último que escuché, justo cuando daba inicio a la primera prueba, – Buena suerte Sarada, Boruto... – Pensé para mis adentros, entonces vi como él se alejaba de allí y se dirigía a otro sitio, Hyuga finalmente se separó de él y se ubicó en las gradas.
Desde aquella rama del árbol dónde aún permanecía montado tenía una visión perfecta hacía dónde se llevaba a cabo aquello. Estaba consciente de que no era el momento ni el lugar para verlo, aunque lo necesitara no iría, así que tan sólo me limité a observar como se llevaba a cabo el examen.
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La tarde pasó, de forma lenta, con la noticia de que el equipo de Sarada pasó el primer round, no esperaba menos de mi hija y de mi alumno, sinceramente. Al llegar el ocaso, bajé del árbol, tenía hambre, me adentré en las calles de Konoha, mientras daba con el paradero de mi hija, a quien buscaba, estaba orgulloso de ella, después de todo es una Uchiha.
– Sarada. – Pronuncié, haciendo que pegara un salto, se encontraba en el Ichiraku Ramen, esperaba no encontrarme con Naruto allí.
– ¡To-chan! – Respondió ella, girándose dónde estaba yo. – ¡Pasamos! Nuestro equipo aprobó el primer round. – Expresó ella muy feliz.
– Felicidades. – Dije, aun sin moverme, con mis brazos debajo de la capa – A ustedes también, Boruto, Mitsuki. – Agregué, viendo como ambos asentían felices.
– Gracias, quédate a cenar con nosotros por favor. – Dijo ella, acercándose a mi, entonces observé como a lo lejos, se acercaban Sakura y Hinata...
– Así que Sakura regresó. – Pensé, por ninguna razón deseaba compartir la cena con ella, no quería arruinar la celebración de Sarada, y sé que Sakura sin dudarlo lo haría. Como respuesta, le indiqué que se acercara más, cuando estuvo a unos pasos de mi, le di un suave poke en la frente – Lo siento Sarada, será la próxima vez... – Sentencié, para esfumarme de allí.
POV Naruto
Felicidad, sentía en este preciso momento, mi hijo había pasado a la siguiente fase de los exámenes, qué orgulloso estaba. El cielo indicaba que la noche acababa de comenzar y aún no tenía intenciones de salir de la oficina, sinceramente.
Tras salir del hospital, esa misma mañana en cuanto desperté, vi que Sasuke ya no estaba, se había ido, no tengo idea a dónde ni por cuanto tiempo, pero, hoy hace una semana exacta que no le veía, ahora, justo cuando terminaba de dar el discurso de bienvenida me dio la sensación de que su chakra estaba cerca, sin embargo, no tuve momento de salir a buscarle, todo esto de la organización de los exámenes me han tenido absorbido...
Sé que él está esperando mi respuesta, dónde se encuentre sé que es así, pues antes de irse me lo hizo saber, de pronto me invade el miedo a que no regrese de nuevo a que suceda lo que sucedió la primera vez que partió de konoha, no podría soportarlo... Sentado frente a mi escritorio, aún lleno de papeles como de costumbre, me giraba suavemente en mi silla, pensando en qué hacer...
– Cómo te extraño Sasuke... – Susurré justo al instante que tocaban la puerta, era tarde para que alguien tocara... – Adelante... – Dije sin mucho interés.
– Creí que estabas con Boruto, celebrando. – Dijo Shikamaru, entrando con una mano dentro de su bolsillo.
– Ah, Shikamaru... Esto... No, tengo... Tengo cosas que resolver... – Dije en mi intento fallido de conseguir una buena justificación del por qué no estaba en casa.
– Sí... y yo no sé todos y cada uno de los movimientos del hokage de konoha. – Dijo cerrando los ojos mientras se encogía de hombros, con exceso de sarcasmo.
– Me rindo... A ti nunca puedo engañarte – Dije, tras soltar un largo suspiro.
– Es Sasuke de nuevo ¿No? – Preguntó metiendo su otra mano en el bolsillo del otro extremo.
– ... Sí – Dije no muy convencido y bastante avergonzado.
Soltó un suspiro cansino – Ese hombre te va a enloquecer naruto, desde que eras muy pequeño siempre ha conseguido robar tu paz, ¿Están juntos? – Preguntó él.
– ... No lo sé-tteba – Respondí con la mirada agachada.
– ¿No lo sabes? Hay que ver... Esto creo que está peor de lo que pensé, qué problemático. – Respondió, rascándose la nuca.
– Hace una semana que no sé de él... – Agregué, sintiendome mucho más triste.
– Pues, ahora estaba muy a gusto, observando los exámenes desde una rama bastante alta, maldita visión de los Uchiha. – Dijo Shikamaru despreocupado y yo me levanté emocionado.
– ¡¿Así que ya regresó?! – Grité.
– Shh... Oye baja la voz. – Dijo, metiéndose un dedo al oído simulando haberse quedado sordo.
– Joder, que lo voy a buscar... Para decirle que... Y... – No sabía muy bien que decía, sólo caminaba de un lado a otro.
– ¡NARUTO! – Me gritó de pronto Shikamaru.
– ¿Qué? No grites-tteba – Dije extrañado.
– Te llamé unas 5 veces antes de gritar, pero al parecer el sordo eres tú. – Debes controlarte, piensa muy bien que le dirás antes de verlo, ésta situación poco a poco se irá rebelando, cada vez hay más personas enteradas y temo que eso afecte tu posición de hokage, por favor, no te vayas a la ligera. – Me aconsejó mi amigo y entonces me senté nuevamente.
– Gracias Shikamaru... – Susurré, él sólo me sonrió, se giró abriendo la puerta y disponiendose a salir
– Ah, tan sólo no olvides que apoyo tu felicidad, aun por encima de tu cargo como hokage, adiós. – Me dijo, despidiéndose y saliendo de mi oficina.
Sólo pude esbozar una sonrisa, sé que más de uno siempre apoyará mi felicidad y mi felicidad tiene nombre: Uchiha Sasuke.
Mañana será otro día, iré a casa a dormir, después de todo quiero ver a bolt...