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El virus de la felicidad por PJ Brown

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Notas del fanfic:

Este será un mini FanFic, no pienso alargarlo mucho. Está inspirado en la canción de Asleep.


También publicado en Wattpad.

Notas del capitulo:

Quien guste escuchar la canción, puede hacerlo. Sé que la original es de The Smiths, pero yo me inspiré con el cover de Emily Browning, es cuestión de gustos y queda a su total preferencia.

Sing me to sleep

 

Sing me to sleep

 

I don't want to wake up

 

On my own anymore

 

 

El pequeño Baekhyun estaba cansado otra vez. No entendía por qué, pero cada vez que llegaba a casa se recostaba en su cama y dormía por horas. Quería refugiarse bajo las sábanas, sentirse protegido por su calidez y cerrar sus ojos a todo lo que lo rodeaba.

 

No quería hacer nada, pues todo le parecía agotador y no creía poder soportarlo. Ya era suficiente con la tortura que le daba el instituto al hacer tantos deberes y tener que asistir a clases. Sólo contaba los días para que las vacaciones llegaran.

 

La realidad de las cosas era que no quería seguir siendo la sombra de su salón de clases, ese chico con rostro de marginado al que todos decidieron hacerle bullying desde primer grado. Pero sus padres no lo sabían. Nadie lo sabía. Nadie lo notaba. Todos en su familia se preocupaban por sus propios asuntos y no se percataban de que el pequeño Baekhyun estaba sufriendo.

 

No tenía amigos, sólo música y un diario en el que escribía a alguien imaginario en un intento desesperado de no sentirse tan solo. Sin embargo, al mirarse al espejo veía reflejada su cruda realidad: seguía siendo un chico pálido, delgado y ojeroso; en pocas palabras, un marginado.

 

Por eso no tenía ganas de hacer nada. Por eso prefería quedarse recostado en su cama con las cobijas cubriéndolo hasta la cabeza. Por eso quería dormir y no despertar nunca más.

 

Sabía que estaba haciendo mal, estaba al tanto de que estaba dándose por vencido sin siquiera haber luchado. No obstante, no le quedaban energías para hacerlo. Se hartó y se cansó, no podía más. Quería enterrar la cara en su almohada y olvidarse de todo y de todos. Necesitaba llorar hasta quedarse dormido, le gustaba hacer eso, se había convertido en una costumbre que había terminado por agradarle. Se escuchaba deprimente, pero así era.

 

A estas alturas, la única salida que encontraba era dormir. No había nadie que pudiera ayudarlo ni rescatarlo del abismo en el que se hallaba sumergido. Todo estaba perdido. Lo único que lo reconfortaba era que debía haber otro mundo, un mundo mejor en el que se le diera una oportunidad de vivir por segunda vez.

 

Lo que no sabía, era que Park Chanyeol no estaba dispuesto a rendirse. No aún.

 

Chanyeol había visto con sus propios ojos la manera en que el pequeño Baekhyun había ido deteriorandose poco a poco. El corazón se le oprimía cada vez que lo veía sentado solo en uno de los rincones de la cafetería con una mirada triste que nunca se alejaba de sus orbes. Él quería devolverle el brillo a su mirada.

 

--LOL--

 

El pequeño Baekhyun iba saliendo de los sanitarios, secándose las manos en los jeans. Y al momento de alzar la mirada, se detuvo en seco, temiéndolo absolutamente todo mientras se preparaba mentalmente para la posible golpiza que se avecinaba.

 

El chico que tenía delante le sonrió de oreja a oreja, provocándole escalofríos y obligándolo a retroceder lentamente.

 

—Hola—  lo saludó el desconocido.

 

Al escuchar su voz, el pequeño Baekhyun dio un sobresalto. Estaba demasiado aterrorizado y la voz de aquél era muy grave.

 

No respondió, lo miró con sus ojos suplicantes, teniendo esperanzas de que la tortura terminara pronto, muy a sabiendas de que no podría impedir que saliese ileso.

 

—No, no. No te haré daño.

 

El desconocido habló con suavidad y gentileza, pero el pequeño Baekhyun había aprendido a desconfiar de todos, así que cuando el muchacho frente a él avanzó en su dirección, corrió a esconderse en uno de los cubículos de los baños por miedo a que lo lastimaran. Al menos si se escondía tardarían más en capturarlo.

 

Los pasos no tardaron en hacerse presentes y abrazó sus piernas por instinto; podía ver el calzado del muchacho frente a su puerta.

 

Dejó de respirar y cerró sus ojos con fuerza.

 

—Perdón si te asusté. Soy Park Chanyeol, estoy en tu misma clase.

 

¿Por qué se disculpaba? ¿Por qué estaba siendo amable con él? ¿No iba a forzar la puerta para entrar y obligarlo a meter la cabeza en el retrete como todos lo hacían? Era eso lo que había estado esperando que sucediera.

 

Abrió sus ojos y parpadeó confundido.

 

—¿Baekhyun?

 

¿Cómo sabía su nombre? Nadie sabía su nombre, a nadie le importaba. Ni siquiera tenía amigos, y sus compañeros de clase hacían como si no existiera ¿de dónde había salido ese chico?

 

Tocaron a la puerta.

 

—¿Estás bien?

 

Supuso que no había peligro, pero las ganas de llorar lo vencieron y sólo pudo ponerse de pie luego de estar sentado sobre la tapa del retrete, dirigiéndose a abrir la puerta con lentitud.

 

—No me lastimes—  imploró casi en un murmullo, manteniendo la cabeza gacha.

 

—No. No lo haré—  lo tranquilizó su compañero—.  Por favor no llores.

 

El pequeño Baekhyun limpió sus lágrimas con las mangas de su camiseta y se dirigió a lavarse la cara bajo la atenta mirada del chico alto, que si mal no recordaba se llamaba Chanyeol. El gran Chanyeol.

 

—¿Quieres ir por un helado?—  ofreció el chico sonriendo y cruzándose de brazos.

 

—No. No me gusta el helado.

 

Después de que le habían vaciado un cubo entero de helado encima, perdió todo interés en él. Le daban asco hasta los pasteles en su cumpleaños.

 

—¿Y una pizza? ¿Te gustaría una pizza?

 

El pequeño Baekhyun alzó la vista hacia el gran Chanyeol (internamente le gustaba como sonaba eso en su cabeza, se adecuaba bien a su estatura según su parecer). Estaba confundido, no lograba comprender por qué ese muchacho estaba siendo tan considerado con él ¿le tenía lástima? Eso no le gustaba.

 

—¿Me estás invitando?

 

El gran Chanyeol asintió con la cabeza, sin borrar la sonrisa que llevaba curvada en sus labios desde hacía buen rato.

 

—¿Por qué?

 

—Porque quiero ser tu amigo.

 

Un sabor amargo se instaló en la boca del pequeño Baekhyun, pues la respuesta que había recibido lo hacía continuar pensando que el chico sentía lástima y no quería que nadie sintiera eso por él, aunque ¿a quién quería engañar? Los pocos que no se burlaban de él debían tenerle lástima.

 

—Está bien—  dijo casi en un susurro.

 

Fue entonces que el gran Chanyeol llevó al pequeño Baekhyun a comer una pizza luego de clases. Ambos se sentaron uno frente al otro, el gran Chanyeol no dejaba de sonreír y eso incomodaba un poco al pequeño Baekhyun.

 

—No has comido nada.

 

—No tengo hambre.

 

El pequeño Baekhyun se sintió como un tonto al dar esa respuesta, ya que había accedido a ir hasta allí por una pizza en compañía del gran Chanyeol; se suponía que debía comer, pero últimamente no tenía apetito.

 

—No debería haber venido—  dijo con la cabeza gacha.

 

—No digas eso. Ten, al menos come una rebanada—  dijo el gran Chanyeol poniendo un plato frente a él.

 

Haciendo un esfuerzo enorme, el pequeño Baekhyun se llevó la rebanada de pizza a la boca. No quería comer. Tenía náuseas de absolutamente todo y por eso su madre debía obligarlo a que comiera aunque fuese sólo un poco. Sin embargo, el gran Chanyeol parecía contento de verlo comer y en cierta forma no quería decepcionarlo.

 

Se comió toda una rebanada en lo que le parecieron siglos. Envidiaba al gran Chanyeol por poder comer tan a la ligera como si fuera un experto devorador de pizzas; a la mejor lo era. Jamás creyó que comer una pizza fuera tan... fascinante, o por lo menos el gran Chanyeol lo hacía ver fascinante cada vez que daba un mordisco tras otro y sabía exactamente como tratar con la rebeldía del queso que se desprendía de la pizza con cada rebanada.

 

—¿Quieres otra?—  le preguntó él de pronto, sacándolo abruptamente de su ensimismamiento.

 

El pequeño Baekhyun negó con la cabeza automáticamente, como si estuviese asustado de ingerir algo más en su organismo.

 

—Vamos, come otra. No dejarás que me coma toda esta pizza yo solo ¿o sí?

 

—Está bien—  accedió en voz baja, mientras tomaba un pequeño trozo, arrugando la nariz por el olor que emanaba; le daban ganas de devolver el estómago.

 

Al final, el pequeño Baekhyun logró comer dos rebanadas y sentía que vomitaría en cualquier momento mientras esperaba pacientemente a que el baño se desocupara. El gran Chanyeol esperaba en la mesa en la que habían estado sentados hasta entonces y de vez en cuando le lanzaba discretas miradas al pequeño Baekhyun para asegurarse de que se encontraba en el mismo sitio, pues le preocupaba que pudiera huir de un momento a otro pensando que le haría daño.

 

Afortunadamente, logró inclinarse sobre el retrete justo a tiempo. No dudaba que comer pizza fuera fascinante, pero eso era para expertos devoradores como el gran Chanyeol, no para debiluchos con problemas alimenticios como él.

 

Le habían diagnosticado anemia hace poco y lo único que lo mantenía saludable eran los diferentes licuados con vitaminas que su madre le preparaba en casa y la comida que lo obligaban a ingerir, el alimento que normalmente terminaba girando y girando hasta desaparecer justo delante de sus ojos con el sólo jalar la cadena, como en esos momentos.

 

Se enjuagó la boca y salió al encuentro del chico con la enorme sonrisa, el gran Chanyeol, que se puso de pie en cuanto se acercó a él.

 

—¿Nos vamos?

 

El pequeño Baekhyun se limitó a asentir con la cabeza.

 

El gran Chanyeol no mencionó nada, pero sabía exactamente qué era lo que había sucedido en el interior del baño. No era la primera vez que escuchaba al pequeño Baekhyun devolver el estómago.

 

Notas finales:

Y ese ha sido el primer capítulo, creo que serán cuatro o cinco en total.


Dejen sus reviews para saber sus opiniones ¡Saludos! :D


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