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Siete días de un soleado Junio (CHANSOO) por KyuGamer13

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Notas del fanfic:

Bueno, acá una traducción más del autor Kyleworthington;el título en inglés es "seven days in sunny june (long enough to bloom)

 


Este es un pequeño regalo de parte de Ale(@SJKyuWonLee) y mío, dónde Ale se encargó de la traducción y yo de fungir como beta. 

 

No olviden leer las notas finales, ahí les explicaré más.

Notas del capitulo:

A leer.

SIETE DÍAS DE UN SOLEADO JUNIO

 

 

 

 

 

DÍA UNO

 

El tren silba sobre los rieles, ChanYeol puede sentir el suelo temblar bajo sus pies, el sonido zumba en sus venas, la brisa le acaricia la piel. A tres metros delante de él lo ve, esperando el mismo tren, con impaciencia y altas expectativas. Rodeado de sus amigos, como si fuera el centro de todo lo que se mueve a su alrededor. De la ajetreada tarde de viernes en que todos solo desean llegar a casa después de una larga semana de trabajo, del olor al “takoyaki auténtico” de la esquina, del llanto del pequeño niño en un cochecito estacionado justo al lado de la patética cantidad de equipaje de ChanYeol.

 

ChanYeol sabe su nombre. ChanYeol lo ve todo el tiempo, a veces tan lejos como el largo de su brazo y a veces menos.

 

Pero eso es todo. Ni más, ni menos.

 

 

 

--

 

 

 

KyungSoo, por accidente, lo atrapa mirándole cuando pasa al lado del alto chico en el tren en su camino hacia el baño; el asiento a su lado está vacío. Allí está él, melancólico, intimidante y misterioso como siempre, auriculares en sus orejas mientras sus dedos se deslizan casualmente sobre una edición de American Psycho, demasiado inmerso, de hecho, como para no notar la presencia de KyungSoo en el tren. A KyungSoo le habría encantado decir un pequeño “hola” si el otro chico le hubiese sostenido la mirada un rato más, pero no lo hizo.

 

Le hubiera gustado decirle solo un pequeño ¿“hola”? pero para empezar, KyungSoo ni siquiera sabe su nombre. Todos le han estado llamando con un muy poco creativo “Slenderman Skaterboy”, porque eso es lo que es, un skater delgado con rodillas huesudas a pesar del hecho de que nadie nunca ha hablado directamente con él.

 

Un año entero de asistir a las mismas clases juntos y nadie ha hablado con él. Ni siquiera las personas más amistosas, como KyungSoo, porque, en primer lugar, no parece como si tuvieran algo en común para charlar.  Él siempre está allí, siempre escuchando, siempre observando, pero nunca cambia. Desde la forma en que se viste (caquis flojos hasta la rodilla y camisetas negras) el lugar en donde se sienta durante las clases (tercera fila desde atrás, primer asiento de la izquierda), hasta la cadena que cuelga de sus pantalones y las siempre presentes uñas pintadas de negro.

 

Siempre en el borde, siempre a los lados.

 

KyungSoo pasa de nuevo frente a él de vuelta a su asiento. Una agradable señora mayor ocupa ahora el asiento a su lado, y por primera vez KyungSoo escucha su voz cuando habla.

 

Alegría.

 

Risas.

 

KyungSoo no tiene idea sobre el tema de su conversación, pero al escuchar las palabras “gato” y “tejido” y “punto de cruz” viniendo de su boca, la curiosidad de KyungSoo crece aún más.

 

Tal vez eso de que “nunca cambia” no son las palabas correctas para describirle.

 

 

 

--

 

 

 

El viaje toma un poco más de media hora. Cuando finalmente llegan a su destino, cada uno toma su camino.

 

 

 

 

 

DÍA DOS

 

ChanYeol se pregunta por qué ahora continua viéndolo fuera de clase. Porque, una vez más, su mirada divaga por los alrededores de la pequeña, desierta estación y él está allí.

 

Solo esta vez.

 

ChanYeol se pregunta en dónde están sus amigos.

 

Oh.

 

Allí están, vienen detrás de él. Obviamente no son los compañeros de clase de ChanYeol o este los habría reconocido. Le agradece a dios por ello.

 

El tren de vuelta a la ciudad está media hora retrasado, por lo menos eso es lo que indica el monitor. El suspira antes de frotarse los cansinos ojos con las palmas de sus manos, cansado de la soledad de la estación que ahora está manchada de un defecto extraño, las familiares risitas y las profundas carcajadas de un grupo de hombres jóvenes que no deberían estar allí.

 

De todas formas, ¿qué están haciendo en la ciudad natal de ChanYeol en un fin de semana? No hay mucho que pueda emocionarles excepto por algunas costas, colinas, dos faros, una enorme roca en el medio de los mares tormentosos y el hedor a pescado. Él nunca le admitirá a su madre pero es una de las razones por las que se fue de casa, no podía soportar el hedor a pescado, lo que al final lo llevo a convertirse en vegetariano.

 

Esta vez ChanYeol lleva una estropeada copia de Animal Farm que pertenece a su hermana, porque ya ha terminado American Psycho en el tren y Fight Club durante el fin de semana y necesita algo menos “macabro” para leer.

 

 

 

--

 

 

 

El separador de libros cae al piso del tren.

 

Un tejido de punto de cruz  con la figura del infame Gato del teclado, lo que automáticamente dibuja una sonrisa en el rostro de KyungSoo. ChanYeol ignora el hecho de que el separador de libros se le ha caído al suelo.

 

KyungSoo corre hasta ChanYeol.

 

— ¡Hey!

 

No le escucha.

 

— ¡Slenderman!

 

Toma precisamente un segundo para que ChanYeol se detenga sobre sus pasos y otro para que voltee violentamente. Los colores se le van de la cara cuando mira que KyungSoo sostiene en su mano el separador de libros. Para ser honestos, no se trata en si del separador. Se trata más bien del ambiente que se siente como  la más-bizarra-primera vez cuando finalmente están cara a cara, hablando.

 

— Um, —dice KyungSoo después de colocar el separador de nuevo dentro del libro, listo para darse la vuelta y pretender que no ocurrió nada. — ¿Estamos en la misma clase, cierto?

 

— ¿En serio? No me había dado cuenta— responde ChanYeol.

 

KyungSoo cree que lo dice en serio, hasta que se da cuenta del sarcasmo.

 

—Gracias, por cierto, —dice. —Te veo mañana en clase —Y con eso, ChanYeol se aleja de KyungSoo, cargando un libro pero dejando su equipaje al bajarse del tren detenido.

 

— ¡Hey tú! —KyungSoo llama a ChanYeol de nuevo porque el tren podría moverse en cualquier minuto. En teoría, ChanYeol podría perder el tren mientras que su equipaje y su preciado skateboard irían de vuelta a la ciudad. — ¿A dónde vas?

 

Los amigos de KyungSoo le llaman y le dicen que ignore al chico raro, pero este apenas les mira y se encoge de hombros. Se para sobre la puerta abierta del tren mientras ChanYeol le espera en la plataforma, mirándose los sucios zapatos.

 

—El tren no va a moverse por al menos en otros quince minutos—le dice a KyungSoo serenamente.

 

— ¿Y cómo sabes eso, exactamente?

 

—Esta es la última parada. Los trenes siempre esperan aquí quince minutos después de llegar antes de volver a la ciudad— responde señalando el monitor en la plataforma.

 

KyungSoo calla.

 

ChanYeol le sonríe.

 

“Me sonrío” piensa KyungSoo, antes de que ChanYeol se ponga sus audífonos y se aleje de nuevo. Lejos del tren, lejos de la plataforma, lejos de la estación.

 

KyungSoo lo sigue.

 

 

 

--

 

 

 

Caminan juntos hasta el muelle en donde todos los botes pesqueros llegan. Desde la distancia pueden ver las olas rompiendo en la arena, mientras el sol se pone.

 

En la distancia, el parpadeante faro parece una luciérnaga solitaria.

 

— ¿Qué te trae hasta aquí? —ChanYeol le pregunta.

 

— Algo así como un escape de fin de semana. Quería ver el mar con algunos viejos amigos de la escuela —confiesa. ChanYeol bufa. — ¿Qué hay de ti? ¿Qué estás haciendo aquí?

 

—Vivo aquí. Es mi ciudad natal.

 

La respiración de KyungSoo se detiene en cuanto todo cae en su lugar, con el equipaje y el que ChanYeol haya dicho tan confiado la información sobre los quince minutos que tardara el tren en partir. Deja salir un apenas audible “Oh,” pero ChanYeol lo escucha y casi sonríe de nuevo.

 

Casi.

 

—Así que, ¿cuál es tu nombre? — le pregunta KyungSoo, no solo por curiosidad sino porque el silencio es demasiado incomodo como para no romperlo. Sin embargo, intenta ser suave al respecto.

 

ChanYeol posa sus codos sobre la barandilla bajo las luces del embarcadero antes de murmurar un “Slenderman Skaterboy,” lo que causa que KyungSoo le mire sarcásticamente.

 

— ¿No es así como todos me dicen en la universidad? —responde ChanYeol; su expresión tensamente triste y casi molesta.

 

Casi.

 

—Si…bien, no, —comienza; sin afectarse. —Me refería a tu nombre real. Así que empecemos de nuevo —ofrece su mano a ChanYeol. —Mi nombre es…—

 

—Do KyungSoo—le interrumpe ChanYeol. —Lo sé, ¿Quién no podría saberlo?—Mira la mano de ChanYeol y toma el apretón de manos con las puntas de los dedos. —Volvamos a la estación o llegaremos tarde—dice al soltar la mano de KyungSoo.

 

KyungSoo asiente.

 

 

 

--

 

 

 

Cuando llegan a la ciudad, KyungSoo baja del tren con sus amigos, pasando frente al puesto de takoyaki antes de escuchar a alguien llamarlo por su nombre. La voz distante y profunda que una vez fue extraña para él es ahora vívidamente familiar.

 

— ¡Hey, KyungSoo!

 

Voltea y mira a ChanYeol con su equipaje en una mano y su skateboard en la otra.

 

—Es ChanYeol.

 

— ¿Disculpa? —KyungSoo frunce el entrecejo mientras sus amigos les miran con interés.

 

—Mi nombre, —suspira nerviosamente, jugueteando con los bordes de su skateboard. —Es ChanYeol, Park ChanYeol. Pensé que querrías saberlo.

 

Ahora es el turno de KyungSoo de sonreír. —Es un bonito nombre. Te queda, de hecho. Nunca lo habría adivinado.

 

—Gracias—ChanYeol parpadea sorprendido.

 

—Te veo mañana, ChanYeol—la sonrisa de KyungSoo se alarga.

 

—Nos vemos, KyungSoo.

 

 

 

--

 

 

 

DÍA TRES

 

ChanYeol mira a KyungSoo mientras entra al salón de clases y toma su asiento dos filas frente a él; se da cuenta que KyungSoo se ha cortado el cabello y este lo hace ver más infantil de lo que ya parece. También nota una nueva camisa de vestir de color celeste claro,  que jamás le había visto a KyungSoo; la que complementa su tez clara y su cabello oscuro.  Es también la misma camisa que ChanYeol había visto en un maniquí en la tienda de ropa vintage de su abuela en su ciudad natal.

 

Trata de aguantar una sonrisa, muerde su labio inferior y pretender leer sus notas; sus pies descansan sobre su skateboard, que mueve hacia adelante y hacia atrás sobre el piso. Escucha la voz de KyungSoo, como terciopelo. ChanYeol observa sus movimientos, gentiles, puros y calmados. Desde la forma en que pone su lapicero tras de su oreja, hasta la forma en que saca sus gafas de su estuche y se las coloca sobre el puente de la nariz.

 

A ChanYeol nunca se le ha dado por prestar demasiada atención a una persona, y en realidad, no hay razón para que empiece ahora. Por eso trata de convencerse a sí mismo de no hacerlo, pero falla completamente.

 

 

 

--

 

 

 

KyungSoo es menor que ChanYeol por un año, pero ya es un estudiante de posgrado quien ahora está estudiando su segundo título con todos estos jóvenes y frescos, no graduados. Si nadie lo pregunta nadie lo podría saber, y ya que solo unos cuantos han preguntado, solo unas cuantas personas saben su edad real. KyungSoo toma como un cumplido el hecho de que todos los estudiantes de su clase le tomen como otro del grupo, dado su físico juvenil, pero con un cierto nivel alto de madurez.

 

Así que cuando ChanYeol se para detrás de KyungSoo en la línea para comprar café, sorprendiéndolo.

 

—Entonces, ¿realmente eres un chico genio? —le pregunta sin ningún “hola” para empezar, KyungSoo casi salta del susto.

 

—Lo siento—se disculpa ChanYeol avergonzado. Decide que ya ha tomado suficiente cafeína por un día y deja la fila. Cuando KyungSoo llega al mostrador para ordenar su café, busca disimuladamente a ChanYeol mientras espera por su latte chai.

 

ChanYeol se ha ido del café.

 

No debería sentirse decepcionado, pero de alguna forma KyungSoo siente un pequeño y extraño sentimiento, como si ChanYeol hubiese contraatacado cualquier tipo de compostura que KyungSoo hubiese sido capaz de mantener todo este tiempo. Así que cuando KyungSoo encuentra a ChanYeol esperando fuera del café, sosteniendo su skateboard y con su bolso colgándole sobre el hombro, KyungSoo piensa que éste va a ser un hermoso desastre.

 

— ¿Me estas acosando? —pregunta KyungSoo.

 

—No —responde ChanYeol automáticamente, para después de encogerse de hombros. —No sé—dice antes de recoger sus cosas apropiadamente y pasarle a lado de KyungSoo.

 

KyungSoo le sigue.

 

— ¿Me estás acosando? —pregunta con ironía, sin ni siquiera voltearse a encarar a KyungSoo. ChanYeol sabe que KyungSoo va detrás de él, solo por el sonido de los pasos de KyungSoo sobre las piedras de la acera.

 

—No, voy a la librería.

 

—La librería esta por allá— ChanYeol señala a su derecha.

 

El sonido de los pasos de KyungSoo se detiene, ninguno de los dos se mueve; se quedan así hasta que KyungSoo responde. —No la librería de la universidad. Voy a la librería nacional. Tengo que regresar estos.

 

En ese punto ChanYeol voltea y mira a KyungSoo sosteniendo una novela de Khaled Hosseini en una mano y una novela de Park Yura en la otra.

 

—Lo siento— dice ChanYeol por segunda vez en el día. —Mi error— niega con la cabeza ligeramente y patea una piedrecita en el camino.

 

—No te preocupes— KyungSoo le asegura, para después de caminar al lado de ChanYeol. —Por cierto, ¿por qué me llamaste chico genio?

 

—Er…— comienza ChanYeol con nerviosismo, jugueteando con la correa de su bolso, — ¿Por qué ya tienes un posgrado a pesar de ser más joven que yo?

 

— ¿Cómo te enteraste de que ya tengo un posgrado? En serio, realmente eres un acosador, ¿no es así? —Dice KyungSoo, abriendo más sus ojos pero  sin parecer molesto. Sin embargo, parece asombrado.

 

—Nadie me lo dijo—ChanYeol se encoge de hombros presuntuoso. —Lo adivine. Es la forma en que te mueves, la forma en que haces preguntas durante las lecturas, suenas como mi hermana mayor.

 

— ¿Tienes una hermana?

 

ChanYeol mira a KyungSoo y este se da cuenta de que a pesar de que parece infantil, ChanYeol es alto.

 

E intimidante.

 

ChanYeol asiente expectante. — ¿Es tan difícil de creer que tengo una hermana?

 

—Es solo que tienes el estilo de un hijo único, ¿sabes? — dice alegremente KyungSoo. — ¿Y dónde está ella ahora?

 

—Vive en América. Es una…um, escritora— dice ChanYeol, carraspeando nerviosamente.

 

KyungSoo sonríe. — ¿Qué escribe?

 

—Cosas—responde ChanYeol brevemente. No tenía la intención de decirlo tan amargamente agudo, pero así se da. KyungSoo levanta las cejas y repite la palabra.

 

—Cosas—lo contempla pero decide no indagar más en el tema.

 

— ¿Son buenos? —ChanYeol señala las novelas que KyungSoo está sosteniendo.

 

—Me gustan. Son buenas. No como los de Breat Easton Ellis o los tipos de libros Orwellianos que has estado leyendo, los cuales también son buenos— agrega KyungSoo, —pero también me gustan estos.

 

—Ese es el tipo de cosas que mi hermana escribe—dice ChanYeol.

 

— ¿Cosas Orwellianas?

 

Niega con la cabeza. —Murakami, Khaled Hosseini, cosas de tipo ficción-best sellers.

 

KyungSoo sostiene la novela “And the Mountains Echoed” de Khaled Hosseini y le lanza una mirada confusa a ChanYeol. ChanYeol asiente esta vez, antes de decirle a KyungSoo que lea la biografia del autor y la sección de reconocimientos en la novela de Park Yura.

 

KyungSoo se queda sin aliento cuando descubre lo que ChanYeol intenta que encuentre.

 

— ¿Park Yura es tu hermana?

 

ChanYeol sonríe.

 

 

 

--

 

 

 

DÍA CUATRO

 

ChanYeol entra al salón de clases solo para encontrar a KyungSoo sentado en su lugar usual, leyendo otro libro de Park Yura. No hay nadie más en el salón, y se pregunta si KyungSoo realmente viene tan temprano solo para fastidiarle.

 

—Hola, KyungSoo— saluda ChanYeol al más joven morosamente. —Buenos días.

 

—Buenos días ChanYeol—KyungSoo le regresa el saludo con su burbujeante alegría.

 

—Estas sentado en mi lugar—le señala ChanYeol. KyungSoo aparta la vista de la página que está leyendo para mirar a ChanYeol, antes de moverse al asiento de al lado sin decir una palabra. ChanYeol parpadea, sin reconocer la extrañeza de esta mañana, —Estas sentado al lado de mi asiento— dice, entonces.

 

—Entonces puedes sentarte en tu lugar usual—KyungSoo levanta una ceja y ladea su cabeza hacia el asiento designado de ChanYeol.

 

—Nadie se ha sentado nunca al lado de mi asiento.

 

KyungSoo meramente pestañea mirando a ChanYeol con una expresión en blanco.

 

—Hasta ahora— dice, antes de sonreír abiertamente.

 

ChanYeol se rasca la parte de atrás de la cabeza con sus descascaradas uñas pintadas de negro antes de sentarse en el asiento que se le ofrece, claramente incomodo con el nuevo giro que han dado las cosas. No lo dice en voz alta, pero esta endemoniadamente seguro de que la palabra ¿¿¿POR QUÉ??? , Con todo y los signos de interrogación,  está escrita por sobre todo su rostro.

 

KyungSoo observa todos sus movimientos, así que ChanYeol le mira.

 

—Porque ya era hora—dice KyungSoo con un tono bajo que envía escalofríos a la columna de ChanYeol a sabiendas de lo que el otro estaba preguntándose.

 

—Los demás van a empezar a hablar—ChanYeol murmura a pesar de que no es necesario.

 

—Déjalos que hablen—le sonríe KyungSoo, antes de volver a retomar su lectura. ChanYeol toma una aguda inhalación antes de sacar nerviosamente su libro de su mochila.

 

KyungSoo ríe en voz alta cuando se da cuenta de ChanYeol intenta leer “El diario de Bridget Jones”.

 

—Necesito leer algo menos macabro que American Psycho—explica.

 

 

 

--

 

 

 

KyungSoo sabe que se ven disparejos. Hay una ráfaga de murmuros a su alrededor, sin mencionar el aparente shock en los rostros de las personas que entran al salón. Sabe que las personas con las que se sienta usualmente esperan que cambie de asiento a la hora en que la clase comience, pero KyungSoo no lo hace.

 

En su lugar, se queda con ChanYeol.

 

Y aprende mucho sobre él, sobre sus inseguridades, sobre sus miedos, sobre sus deseos. KyungSoo aprende que ChanYeol solía ser ligeramente gordito en primaria, que tuvo una fase adolescente extraña, con granos y unas decisiones de moda cuestionables. Cortes hípster y tintes, pantalones feos y camisetas sin mangas. Tratando de ser genial, con lentes de sol pintados de naranja, antes de optar por un estilo melancólico y misterioso, con camisetas negras y cortes emo y delineador.

 

A mitad de la clase siente el skateboard bajo los pies de ChanYeol moviéndose hacia delante y hacia atrás, así que KyungSoo le mira. El mayor escribe una nota y se la pasa a KyungSoo para que lea: “Para mantenerme despierto.”

 

Cinco segundos después KyungSoo se le une. De hecho, es bastante divertido.

 

 

 

--

 

 

 

DÍA CINCO

 

El miércoles es día libre. No hay clases.

 

Las demás personas preferirían dormir, pero ChanYeol en lugar de eso se ofrece como voluntario para trabajar en una tienda de libros bajo su apartamento. Es un día con pocos clientes, así que ChanYeol decide leer un poco entre sus notas y “the horse whisperer”.

 

Pasan cinco horas y Yixing quien supuestamente iba a reemplazarle después del almuerzo, no ha llegado aún. ChanYeol maldice silenciosamente porque tiene hambre y su estómago está haciendo sonidos y la música de Frank Sinatra que sale por el estéreo no está ayudando mucho. Cuando Yixing aparece finalmente ya han pasado veinte minutos de las dos de la tarde, y el chico se disculpa por llegar tarde porque la llanta de su bicicleta exploto en el camino hacia allí. ChanYeol le dice que está bien y que ira a la parte de atrás a recoger su chaqueta y su mochila, dejando a Yixing tomar su lugar tras la caja registradora.

 

Cuando regresa del cuarto de atrás, la primera persona a la que ve no, es a Yixing. En cambio, se encuentra con la mirada de KyungSoo, quien está en el mostrador pagando por un libro.

 

— ¿ChanYeol? —le reconoce.

 

Yixing se voltea para mirar a ChanYeol. — ¿Conoces a este chico?

 

—Es mi compañero en la universidad— responde ChanYeol rápidamente antes de que Yixing se forme cualquier idea irrazonable, mientras intenta ver el libro que KyungSoo escogió.

 

—Trabajos Completos de George Orwell, Genial— comenta ChanYeol traviesamente.

 

KyungSoo toma el libro de Yixing y le responde a ChanYeol, entrecerrando los ojos, —Gracias.

 

Mientras ambos dejan la tienda, KyungSoo le pregunta a ChanYeol si hace de voluntario a menudo en la tienda.

 

—Si tengo tiempo libre y los exámenes no se asoman por la vuelta de la esquina, vengo y me ofrezco como voluntario, pero a todo esto ¿A dónde vas?

 

—A casa, — responde KyungSoo. — ¿Tú?

 

—A casa— le responde ChanYeol mientras asiente y señala hacia arriba, KyungSoo no entiende. —Mi casa está en el piso de arriba —le dice justo al frente de la puerta principal de su piso, al lado de la tienda de caridad. KyungSoo explota en carcajadas antes de que ChanYeol le haga un gesto de ¿Entonces, quieres pasar? como señal. —Si no has almorzado yo estaba a punto de preparar algo—le ofrece.

 

Lo primero que KyungSoo quiere decir es un “si” pero su cerebro traiciona a su corazón, así en su lugar dice —Solo te conozco por apenas una semana — lo que causa que los ojos de ChanYeol se abran más en sorpresa.

 

— ¿Me veo como un criminal?

 

KyungSoo no responde, en vez de eso, estudia a ChanYeol. Al ver los ojos de KyungSoo recorrer todo su cuerpo, ChanYeol mira su reflejo a través del panel de vidrio de la farmacia del frente y suspira.

 

—Sí, sé a qué te refieres. Si luzco como un criminal. Uno joven.

 

—Juro que no es por la forma en que te vistes, ChanYeol.

 

—Pero no me conoces bien, solo han pasado cuatro días desde la primera vez que hablamos y ni siquiera somos amigos aun— ChanYeol termina la oración por KyungSoo. —Entiendo lo que quieres decir—asegura con solemnidad.

 

KyungSoo frunce los labios y mira a ChanYeol con preocupación. — ¿Tal vez en otra ocasión?

 

ChanYeol busca sus llaves en su bolsillo mientras le dice adiós. —Sí, te veo mañana en clases, KyungSoo.

 

—Nos vemos— responde KyungSoo

 

Mientras se aleja, KyungSoo batalla con la urgencia de voltearse y ver a ChanYeol entrar a su piso. Entonces, se da cuenta de que ChanYeol ha estado contando los días.

 

KyungSoo cierra los ojos antes de dejar salir un profundo suspiro; tratando de no arrepentirse de su decisión de rechazar la oferta de ChanYeol mientras sigue caminando.

 

Si no somos amigos, piensa KyungSoo, ¿por qué me estoy sintiendo de esta forma?

 

--

 

 

 

DÍA SEIS

 

KyungSoo espera. ChanYeol nunca aparece.

 

KyungSoo se preocupa.

 

 

 

--

 

 

 

KyungSoo sabe dónde vive ChanYeol. Considerando la ironía de la situación presente, de ser el acosador en lugar del acosado, KyungSoo juega con sus pulgares mientras se para fuera del piso de ChanYeol. Mira los botones del intercomunicador, sin saber cuál presionar.

 

KyungSoo decide preguntarle a alguien en la tienda de caridad de al lado.

 

Yixing.

 

Él le dice a KyungSoo que presione el número dos.

 

Así que KyungSoo regresa y presiona el botón número dos. Y espera.

 

— ¿Hola? —viene como un masculleo la casi metálica voz a través del oxidado intercomunicador.

 

—Um, —empieza. — ¿ChanYeol? Soy KyungSoo.

 

Silencio.

 

—Pasa—ordena la voz después de que muchos segundos han pasado, mientras  le apresura a pasar al interior del edificio. Cuando KyungSoo sube la escalera en espiral, puede escuchar el débil sonido de una puerta siendo abierta en el primer piso. Cuando alcanza el piso número dos, ChanYeol ya le está esperando en la puerta.

 

Lleva un cabestrillo en el brazo y un yeso mariposa en la frente, sin mencionar los moretones en las rodillas y cortes menores en las mejillas.

 

— ¿Cómo sabes a que piso llamar? —son sus primeras palabras mientras KyungSoo se aproxima.

 

—Yixing—le dice KyungSoo, sus ojos aún muy abiertos por el shock. ChanYeol entrecierra los ojos.

 

—Los accidentes pasan al patinar, KyungSoo. No te veas tan preocupado— le aplaca.

 

— ¿Cómo podría no verme preocupado cuando estoy preocupado?

 

ChanYeol no responde a las preocupaciones de KyungSoo directamente.

 

—Entra—dice en su lugar, dejándole entrar a su apartamento. — ¿Almuerzo? — le ofrece de nuevo.

 

—No, lo siento, acabo de almorzar. Solo vine a darte esto—KyungSoo sostiene algunas páginas de papel; notas de las clases de la mañana.

 

—Gracias—dice ChanYeol, pero no toma las páginas.

 

—Y esto— le ofrece a ChanYeol una bolsa negra de plástico junto con las notas cuando se da cuenta de que ChanYeol no va a moverse primero.

 

ChanYeol mira dentro de la bolsa y frunce el ceño.

 

Takoyaki.

 

—Gracias, KyungSoo. No tenías que hacerlo.

 

—De nada—responde. —Pero quería. Darte…, —agrega incomodo—algo.

 

ChanYeol inhala profundamente, antes de colocar la bolsa de plástico y las notas sobre el mostrador de la cocina. Está a punto de pedirle  a KyungSoo que se vaya, antes de que KyungSoo le haga una pregunta que no estaba esperando para nada.

 

— ¿Entonces, somos amigos ahora?

 

Su voz es suave; tentativa. Insegura.

 

ChanYeol traga saliva, y asiente nerviosamente. No mira a KyungSoo, en vez de eso, baja la mirada al piso; sus brazos a los lados de su cuerpo, sus dedos moviéndose, tocando los lados de sus muslos. Cuando se decide a levantar la cabeza, KyungSoo ya está acercándosele, con confianza, pasos ligeros, lo que causa que ChanYeol retroceda hasta que su espalda choca contra el refrigerador.

 

KyungSoo le acorrala mientras que el alto baja la cabeza, la coronilla de la cabeza de ChanYeol se posa contra la frente de KyungSoo.

 

Solo está el sonido de su respirar, inhalar, exhalar; el olor a antiséptico y al shampoo de ChanYeol llenando los pulmones de KyungSoo.

 

— ¿Qué estás haciendo de mí? ¿Qué estás haciendo…conmigo? —murmura al cabello de ChanYeol, mientras descansa sus manos sobre los hombros del mismo.

 

—Estoy con un amigo— dice ChanYeol con determinación aunque aún sostiene su mirada hacia el piso, no levantando la cabeza.

 

— ¿Te sientes solo, ChanYeol?

 

ChanYeol se encoge de hombros antes de inhalar ligeramente. —Siempre he sido feliz estando solo; siendo un solitario, disfruto tener tiempo para mí mismo, no tener que socializar. Pero creo es divertido socializar.

 

— ¿Qué?

 

—Pensé que odiaba socializar. Hablar con las personas. Pensé que era un miserable misántropo que odiaba las multitudes. Un introvertido.

 

—Aun eres un introvertido. Y lo digo en un buen sentido. Has abierto mis pensamientos acerca de los introvertidos. Y sigues siendo mi favorito.

 

—Ha-ha— ChanYeol bufa cínicamente, y KyungSoo solo exhala.

 

—Pero…— ChanYeol agrega, sin concluir.

 

— ¿Pero? —KyungSoo levanta una ceja.

 

—Pero.

 

— ¿Pero?

 

ChanYeol se frota la frente y cierra los ojos fuertemente; incapaz de contener un inevitable arranque.

 

—No puedo evitar pensar que soy el peor amigo que alguien podría tener. No soy bueno manteniendo relaciones con las personas. Incluso tengo problemas manteniendo amistades con personas que ya conozco, —suspira. —Y luego te conocí, y no sé qué paso pero sé que quiero formar una amistad contigo. Yo…Yo lo siento, KyungSoo.

 

Otras personas habrían mirado hacia otro lado incomodos y se hubieran marchado, con un familiar silencio tenso quedándose tras de ellos. Pero KyungSoo sigue mirando a ChanYeol. Esperando que siga hablando. Pero incluso si ChanYeol quisiera seguir, no podría. Porque no está preparado para seguir explicando, y no sabe cómo hacerlo. Al final, ese tipo de conversaciones siempre terminan dañándole y no dejan nada, excepto tiempo lleno y palabras que no llenan.

 

Cuando al fin encuentra el coraje para levantar la cabeza, ChanYeol encuentra los penetrantes ojos cafés de KyungSoo mirándole a su vez.

 

—te disculpes—KyungSoo le dice. Es menor que ChanYeol, pero no puede ignorar el tono autoritario en la voz de KyungSoo.

 

Lagrimas empiezan a formarse en sus ojos. —Maldición. No me mires así para que luego llores—dice KyungSoo, cerrando el espacio entre ambos y acogiendo la cabeza de ChanYeol gentilmente en su pecho. No puede evitarlo. ChanYeol solloza un poco cuando KyungSoo coloca su barbilla sobre la cabeza de ChanYeol, mientras él se agarra de las mangas de la sudadera de KyungSoo.

 

—Juro que usualmente no soy así—dice ChanYeol mientras respira profundamente de nuevo, trata de recomponerse y limpia las lágrimas de su rostro. Intenta sonreír.

 

KyungSoo le sonríe a su vez.

 

ChanYeol rompe en risas.

 

KyungSoo desliza una mano hasta la nuca de ChanYeol, su pulgar acaricia la oreja de ChanYeol. ChanYeol devuelve el gesto con su mano libre, antes de que sus dedos se deslicen hasta la barbilla de KyungSoo, su garganta,  mirando con fascinación mientras la manzana de Adán de KyungSoo se mueve hacia arriba y hacia abajo cuando traga.

 

El suave subir y bajar de su pecho al respirar.

 

KyungSoo se pone de puntillas para sostenerse contra el cuerpo de ChanYeol, enredando sus dedos en el cabello de ChanYeol. ChanYeol se inclina justo cuando KyungSoo levanta su cabeza hacia arriba, sus narices se rozan una contra la otra, y ChanYeol puede sentir la respiración de KyungSoo contra su piel; sus labios.

 

Cuando sus labios finalmente se juntan, ChanYeol no está seguro de quien tiene que moverse primero. Lo que sí sabe, sin embargo, es el hecho de que los labios de KyungSoo son tan suaves como se ven, estando así suspira y KyungSoo tome esa oportunidad para separar los labios de ChanYeol, su lengua trazando los bordes de sus dientes.

 

KyungSoo jamás había besado a alguien más alto que el  o mejor aún, a un hombre y a decir verdad, ChanYeol tampoco. Pero lo que sea que esté pasando en ese momento no se siente como algo malo en absoluto.

 

Un beso antes de que cambien de Angulo, lo que lleva a un segundo, y luego a un tercero.

 

—Esto no es exactamente lo que tenía en mente— KyungSoo empieza a hablar sin aliento, cuando ChanYeol se separa, —Cuando vine aquí, ChanYeol.

 

—Tampoco esperaba esto, KyungSoo. No… te esperaba—le responde ChanYeol y deja a KyungSoo separarse de su abrazo, lentamente.

 

—Eres hermoso, ChanYeol— le dice KyungSoo sin vergüenza alguna.

 

—Tú eres hermoso—ChanYeol niega el aclamo de KyungSoo. Obstinado. —Y más importante, eres sabio, y listo, e inteligente — no como yo.

 

KyungSoo sonríe con adoración, antes de negar con la cabeza. —Puede que parezcas un desastre, y dios me ayude, sé que esto suena exageradamente cliché, pero eres más inteligente y sabio de lo que pareces. Incluso cuando estas destruido y golpeado. Y eso está bien, porque aun eres hermoso, aquí— KyungSoo apunta al corazón de ChanYeol. —No me preguntes que significa— inhala, antes de dejar salir una avergonzada risita, —porque no lo sé.

 

ChanYeol mira a KyungSoo a través de sus pestañas, encontrando su equilibrio mientras se apoya contra la pared.

 

—Regresare en el tren a casa mañana. ¿Quieres venir conmigo? — le pregunta a KyungSoo, completamente fuera de tema y completamente sin aliento.

 

—Tendré que pensarlo—le responde KyungSoo, a pesar de que sus ojos le dicen a ChanYeol que es un “si” más que seguro.

 

ChanYeol asiente, sonriendo, comprendiendo.

 

 

 

--

 

 

 

Día siete

 

KyungSoo accede.

 

Y luego conoce a Yura.

 

 

 

--

 

 

 

DÍA MIL CIENTO DOS

 

El atrapa, accidentalmente, la mirada de KyungSoo mientras se sube al tren, un hombre cambiado entre las animadas multitudes. Allí esta ChanYeol, luciendo melancólico, intimidante y misterioso, todo al mismo tiempo, parándose sobre la plataforma, ni siquiera reconoce la presencia de KyungSoo en el tren. Le habría gustado decir un pequeño “adiós” si ChanYeol le hubiera mirado un poco más, pero no lo hace.

 

Solo un pequeño “adiós” es lo que le queda a ChanYeol para dar… ahora, mientras KyungSoo les dice adiós a la multitud; ahora.

 

“Nunca cambia” es una forma completamente incorrecta de describir a ChanYeol.

 

ChanYeol ya no es un patinador delgado; las uñas negras se han ido, los días de caquis holgados y camisetas negras también. Es un hombre diferente ahora, pero…

 

Pero.

 

Está de nuevo en donde empezó.

 

 

 

--

 

 

 

El tren silba sobre los rieles, siente el suelo temblar bajo sus pies, el sonido resuena en sus venas, la brisa le acaricia la piel. Moviéndose lejos de él puede ver a la novia y al novio saludando a la multitud desde el tren, todo ansiedad y expectativas altas. Rodeado del cortejo de la novia, como si fuera el centro de todo lo que se mueve a su alrededor. No hay olor a “takoyaki auténtico” a la vuelta de la esquina, no hay llanto de niños en cochecitos, ni cantidades patéticas de equipaje. Solo algunas costas, colinas, dos faros, una gran roca en el medio de los mares tormentosos y el hedor a pescado.

 

ChanYeol sabe su nombre. ChanYeol lo ve todo el tiempo, a veces al alcance de su brazo y a veces a menor distancia.

 

Hubo un tiempo cuando eso era todo lo que había. Nada más, nada menos.

 

Hubo un tiempo en que había algo más, pero…

 

Pero.

 

Ha vuelto a donde comenzó.

 

 

 

--

 

 

 

Todos los invitados a la boda han dejado la estación, excepto el. Suspira antes de frotarse los cansinos ojos con las palmas de sus manos, cansado de la soledad de la estación que ahora está manchado con un defecto anómalo,  el mismo.

 

ChanYeol se aleja de la estación y tira el libro de su hermana al mar, porque no quiere recordar que KyungSoo se ha casado con Yura hoy.

 

Necesita desesperadamente algo menos sentimental para leer.

 

Algo más macabro.

 

 

 

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El viaje toma un poco más que casi siempre. Cuando finalmente alcanzan la última parada, ambos toman caminos diferentes.

 

Esto no es exactamente lo que tenía en mente, piensa ChanYeol. No es como esperaba que esto terminara cuando conoció a KyungSoo.

 

Cuando le sostuvo, cuando lo beso por primera vez.

 

Pero ahora, ChanYeol está de nuevo en donde empezó.

 

 

 

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Fin.

 

 

Notas finales:

:D No ... nos maten.

Cuando lo leímos nos partió el corazón. 

En fin, no olviden dejarle amor a Kyle en su cuenta. (Link

 

Y pues solo para informarles que entre los días Viernes, Sábado o Domingo subiré el primer capítulo de and time yet for a hundred indecisions; que es la segunda parte de where souls brimful of love abide and meet. 


Muchas Gracias por tomarse el tiempo a leer. Nuevamente les recordamos que empezamos a traducir todos estos maravillosos fanfics por el hecho de que queremos que todas aquellas chansoo shippers ansiosas de leer historias sobre ellos, lo hagan. ¿Y qué mejor que sean buenas historias? 

 

Gracias ultraenormes a quienes dejan un comentario. Porque aunque sea corto, largo, mediano, leo todos y es muy grato saber que hay alguien detrás de una pantalla, leyéndo esto. 

 

:D ¡Nos leemos pronto!

 

*Perdonen los errores ortográficos que lleguen a encontrar, son escurridizos. (Prometo mejorar en ello)

 


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