[Cena Time]
Faltaban unos pocos minutos para que la cena estuviera lista, saco un cigarro de entre su saco junto al mechero para encenderlo, justo a tiempo ya que sintió como la puerta de su cocina se abría dejando ver al peliverde que últimamente le jodía la existencia, sabía perfectamente que iba a buscar en la cocina por lo que ni se molesto en preguntarle pero si en sacarle en cara y aprovecharía esos momentos para desahogarse de la bronca que le recorría en el cuerpo.
-Oye Marimo-kun, ¿que crees que haces entrando así como así a mi templo? -El nombrado solo lo vio de reojo, dirigiéndose al refrigerador donde esperaba que estén las botellas de Sake, todo iba bien abrió la puerta...
-¿¡Quieres pelea Ero-Cook!?- Dijo frotándose la mano que había recibido una patada por parte del rubio justo cuando estaba por abrir el refrigerador, le miro con el ceño fruncido acercándose al nombrado, ese idiota estaba muy raro esos últimos dos días, siempre le salía con el.
*Si sigues de esa forma te romperé las costillas a patadas*
Eso era algo que por supuesto no le permitiría, porque si en serio intentaba eso, le cortaría ambas piernas. por otra parte, el espadachin no podía estar más que conforme, ese mujeriego estaba de celoso tal y como pensaba, la cuestión era el ¿porqué?, se salvaba que era eso, un Mujeriego, y que a las mujeres no les ponía una mano encima menos a sus nakama, ya que Roronoa era muy posesivo y celoso, se aguantaría por orgulloso y se lo tragaría con cada trago de Sake, pues muy bien se sabía que era suyo, por lo que ni se molestaba.-¿No piensas responderme, eh?
-Marimo...-No, eso era una jugada con desventaja evidente, los ojos llorosos, un sonrojo adornando sus mejillas, un pequeño puchero en los labios, con el cabello sobre su rostro, lo maldecía a sus adentros por jugarle de esa manera, más porque estaba seguro que se reía y sonreía como idiota en sus adentros.- No me quieres...- Una vena se remarcó en la frente del moreno que no podía negarse a ese tono inocente y mucho menos a ese rostro que lo hacía perder, si por que era una de las debilidades de él.
*Estás perdido, Pedazo de musgo*
*Me las pagarás*
Suspiró con molestía, más feliz no podía estar el rubio quien se mantuvo con la mirada baja apropósito, mientras el mayor abría sus brazos para estrujarlos entre ellos, pero algo, un ruido no conveniente tenía que sonar, y arruinar todo el momento que había provocado el rubio quien por poco casi ganaba, o eso creyó el de cabellos cortos, ya que se cruzó de brazos orgulloso por a ver ganado con una amplía sonrisa burlona.- Jaja, será mejor que sirvas la cena, ya tenía hambre. -Con esas palabras iba a segurarse, pues la cara del otro se desfiguró al oír.
*Ya tenía hambre*
Frunció el ceño, y antes que el marimo se alejará, se lanzó encima de él con los brazos abiertos, haciendo que este cayerá de sentón sobre una de las sillas de la cocina, pasó los brazos por el cuello del espadachin, acercándolo para darle un beso que al principio fue apenas un roze, hasta volverse más apasionado y profundo. Cortándolo en el mejor momento, para ir a serguir la comida lo que dejo cabreado al que lo miraba de mala manera desde la silla.- ¡Deja de provocarme! -Gruño molestó, ya que el otro reía y se volteaba a sacarle la lengua, mientras servia en los platos la cena, eso solo significaba que...
Zoro 2 - Sanji 1
*Debo asegurarme que Luffy no trame algo extraño o que...¿¡¡¡¡QUEEEEEEEEE!!!!?*
Los azulados ojos de Sanji casi se salen de sí, cuando vio como el chico en el cual pensaba entró corriendo a la cocina, se abrazó a alga con patas, quien solo se reía ante ese acto, la posición de esos dos era comprometedora y eso hizo que de tanto apretar los dientes cortara la colilla haciendo caer la mitad del tabaco al suelo, Luffy tenía ambas piernas alrededor de la cadera del mayor y la manos agitándolas a todos lados porqué según la linda de Nami, le había comentrado que al día siguiente si todo salía bien llegarían a una isla y podrían comprar más comida y Roronoa lo sostenía con una mano colocada en la espalda del menor, diciéndole que no sea tan pegote y que se sentará a esperar la cena, en otra silla, eso calmaba el coraje que sentía, semejante escena frente a todos le devolvian las ganas de romper todo a patadas. Respiró hondo, comenzando a servir los platos primeramente a las damas, seguido a Chopper, Ussop, y el plato del Vice-Capitán lo tomó alzandolo al aire para de una suave patada entregarselo al mismo de mala gana, y pensó en hacer lo mismo con el Capitán.
-¡Eso es divertido! ¡Pásamelo así, Sanji! ¡A que es divertido, Zoro! A que sí, a que sí. -Decía animado abriendo los brazos de par en par, esperando impaciente a que el plato le llegará de un patadon mientras los que estaban en la mesa menos el espadachin se atajarán, pues un brillo extraño se reflejo en los azulados ojos del cocinero, que le lanzo tan fuerte el plato que parecía quemarse, y el sombrero de paja lo recibía a risas con ambas manos.- ¡Quema, quema! -Se quejó dejando bruscamente el plato en la mesa, frotándose las manos, consiguiendo las risas de todo el barco.
Si se diera punto nuevamente en la cena, se podría decir que Roronoa le ganaba a Kuroashi, de nuevo.
[Última ronda]
El barco se hayaba en completo silencio, o más bien a su alrededor, pues era más que evidente que en el puesto de vigía hubiese silencio, ya todos se habían ido a dormir, dejándole el barco y la seguridad del mismo en sus manos, toda su poca paz conseguida hasta ese instante se esfumó cuando de un saltó el jodido cocinerucho apareció frente suyo, haciéndole sonreír al ver que traía tres botellas de Sake junto a un plato lleno de Onigiri´s especialmente para él, cuando quería podía tener esos detalles que eran exclusivamente para él, lo invitó a sentarse a su lado dando una palmada al suelo, cosa que de un salto obedeció el contrario solo que en su regazo y no en el suelo, pero no le importó.
-Marimo-kun , eres muy malo conmigo, anda quiero amor ~ -Dicho eso, un puchero se hizo presente en sus labios, primero quería un poco de afecto de ese bastardo, como vio que el otro se reía, dejo el puchero de lado para jalarle la mejilla con fuerza dejándosela rojiza.- Me debes explicaciones.
Una mano sujeto la cintura del ojos cielo, mientras la otra se dedicaba a tomar un onigiri para darle una mordida, no lo admitía nunca ni negaría que sus comidas eran deliciosas, y aunque en sus pensamientos le halagará, en público se limitaba a decir.
*No esta nada mal*
las comidas de Sanji eran las mejores que había provado, aún recordaba en el lio que se había metido con ese estúpido pajarraco que quería quitarle la comida que tenía en su mochila, encima de tener poco para su estómago tampoco sabía cuando volvería a ver a Sanji, aunque no hubiese nadie a su alrededor cuando gritó exactamente eso siendo llevado por ese pajaro de mierda, su voz denotaba molestia, no era porque era su comida, era la comida que tanto se dedico a cocinar y acomodar el rubio, para él y no dejaría que un mugroso pajáro la comiera.
Se terminó el onigiri con esfuerzo pues la mejilla le dolía a mares puesto que masticar cuando te estan tirando la misma con muchisima fuerza solo empeoraba la situación.
-¿Explicaciones? ¿De que hablas? -Antes de posar la mano restante en la cintura, le retiró el cigarro de los labios al otro, para depositar un pequeño, corto y suave beso en ellos, en los que al separarse se formo una sonrisa.
-Me esquivaste estos últimos tres días, y estás muy cerca de Luffy, se tienen demasiada confianza a mi parecer, por más que halage a Robin-chwan y Nami-swan, jamás les eh puesto una mano encima.... ¿A que juegas Marimo de mierda?
-¿Celoso, cocinerucho? -Habló con media sonrisa dibujada en su rostro, sintiendo los brazos del nombrado pasarse por su cuello, y una afirmación de su parte, esperando con expectación una respuesta que no sea retorcida de su parte.- Es n...-Fue rápidamente interrumpido por el contrario que le advitió que no digiera eso de que era normal o le tiraría todo el Sake que había en el barco al mar y que solo tomaría cuando llegasen a alguna isla, eso era demasiada crueldad, por lo que asintió de mala gana a eso. Zoro deslizó suavemente una de sus manos deliniando el cuerpo de su rubio hasta tomar su mentón y con el pulgar acariciar su mejilla.- No se por que del ponerte celoso de Luffy, es un crío..-Y nuevamente fue interrumpido.
-Un crío con el que te revolcabas antes de que yo llegase al barco.-La cadera del peliverde fue estrujada hasta sonar por las piernas de Sanji quien estuvo conteniéndose esos cortos días de no matar a nadie.
-S-Solo fue una vez... deja de apretar...-Se removió en su sitio, sintiendo la cadera ser estrangulada por sus piernas, quienes no aflojaron solo dejaron de apretar un poco.- Para que te quede claro, Luffy está enamorado, y los últimos días que pasamos juntos...
-Con que, enamorado, eh...? -Un aura asesina se formó alrededor de su pareja, quien amenazaba en arrojar las tres botellas de Sake al mar.-¿¡Como que pasaron Juntos!?
-¡Espera, no es lo que piensas!, Déjame terminar... Estos últimos días, me pidió consejos de como declararse, le había insistido que yo no era el adecuado para cosas románticas, pero me insistió tanto que tuve que aceptar...ahora entiendes porque andaba ido estos últimos días.
*Flash-Back*
-Si no fuera por ti, estaría muerto...Por eso, estaré a tu lado, también como el mejor espadachin del mundo y tú, Luffy serás el primero en enterarse. -La voz de Zoro sonó suave y orgullosa, quien coloco una mano en el hombro del Chico de sombrero, quien le sonrió con alegría.
-¡Hasta el final! ¡Y tú serás el más cercano, la mano derecha del gran rey de los piratas! ¡Jajaja, ya verás que sí!
-¿Mano derecha? -arqueó una ceja ante ese apodo suyo, pues no entendía exactamente a que se refería.
-Y pues sí, tu fuiste el primer miembro de mi tripulación, mi consejero, mi amigo, y. . . -Comenzó a en numerar las aventuras que habían vivido para demostrarle la confianza que le tenía, por suerte o para Zoro, no había recalcado que Él había sido el primero en tocarle o de seguro sería cocinado a flamas limpias, cortado por el cocinero y quemado por el hermano del Capitán.- ¡Eres mi mano derecha! y ... ¿que era que iba a decirte? hm.. no recuerdo..-Se quitó el sombrero para rascarse la nuca descuidadamente, hasta que saltó de donde estaba sentado con emoción quedando enfrente del espadachin quien solo se limitó a arquear una ceja y decir un *¿Sucede algo?* .- ¡Shishishishi! Zoro, di que me ayudarás, di que sí, di que sí.
-Si te ayudaré pero dime, ¿en qué?
-Quiero decirle algo muuuy importante a Ace cuando lo vea de nuevo, y quiero que sea algo como le dijiste a Sanji, dime que puedo decirle que sea así de guay, di que sí, di que sí, por faaaa!!
-¿¡Queee!? estabas escuchando Luffy!? -Dijo sonrojado de pies a cabeza como también enojado, amenazándolo con una de sus katanas con pequeños golpes en la cabeza del pelinegro con funda, claro está.
-¡Shishishi fue tan guay! -Las pupilas del Capitán fueron reemplazadas por pequeños brillos de emoción al recordar.- ¿Me ayudarás? ¡por fa, por fa, por fa, por fa, por fa, por fa, por faaaa......!
-¡Bien, lo haré! solo no me recuerdes ese momento.
-Oh... pero fue tan mono.
-¡Que te cayes!
-¡JAJAJAJA ZORO ESTA SONROJADO, JAJAJAJAJA!
-¡LUFFY! ¡TE CORTARÉ EN MIL PEDAZOS!
-¡JAJAJAJAJA!
Las carcajadas del chico de goma se oían alrededor de todo el barco, siendo perseguido por un cabreado Zoro que lo amenazaba con la katana, gritándole sin parar realmente estaba avergonzado no solo por recordar, si no porque pudo a ver le escuchado todo el barco.
*Fin Flash-Back*
-¡En serio! fue tan lindo, no iba contigo, fue tan... tan...~ -Corazones rodearon al rubio quien se ruborizo al recordar ese día cuando comenzó a estar junto a la alga gruñona, quien comenzaba a molestarse reprimiendo todo en un suspìró no podía enojarse con él.- Estás perdonado marimo-kun~
-Oi Ero-cook...-Le llamó a la realidad, ya que parecía perdido en su propio universo, volvió a suspirar, antes de inclinarse para besarle el cuello suavemente, recibiendo golpes en la cabeza por eso.- Mañana llegaremos a la isla esa que dijo Luffy... Tengo una propuesta para ti.
-¿uh? Que tipo de propuesta, espadachin de mierda? -La anormal pero sincera sonrisa de Zoro, casi lo hacen desmayarse, ¿cómo podía sonreír de esa forma? agradecía que era como era, extrañamente de alguna forma alejaba a las damas, bien ni el mismisimo rubio se lo creía, porque la navegante y la arqueólogíca, siempre andaban cerca del peliverde, y ¿cómo no? si era tan... tan... atractivo, y ese humor, junto sus mañas lo hacían tan atrayente. Dijimos que casi se desmayaba con su sonrisa, ¿no? bueno entonces se nos muere nuestro bello cocinero ya que no podía creer lo que oyó.- ¿Cómo?
-¿estás sordo?... ¿Quieres tener una cita conmigo, cejas de Sushi?-Répitio molesto y apenado, le había costado tanto proponer aquello y encima era ignorado, teniendo que decirlo de nuevo, solo esperaba que notase que iba en serio y no se burlará.
-¡Si, Quiero! ¡Ay, Marimo me matarás de amor, amor mío! -Exclamó todo sonrojado besuqueando al pobre que estaba entre sus brazos rojo de la pena, que se mantenía los ojos cerrados sintiendo los miles de besos en el rostro, aferrándose a la cintura del cejas rizadas.
-Shh, se enterarán todos...
-¡Que se enteren! ¡Te ves tan tierno sonrojado, Zoro! ¡Dame amor, anda, anda no seas tan malo, cariño!
-Como desees cocinerucho.
No hacía falta decir nada más, de un solo movimiento estampó contra el suelo al rubio, quien reía de forma infantil, seguramente mañana sería un día normal para el restó, hirían juntos de compras al pueblo para las proviciones, luego comerían algo y se dedicarían a pasar un buen resto de noche, eso planeaba el peliverde, ya hacía meses que ambos estaban juntos, y aunque le costase mostrar los sentimientos, se esforzaría en hacerle pasar un buen rato a su amado rubio.
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