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Alguien para amar por Kirinatha Kou

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Notas del capitulo:

 

Espero no haber demorado tanto, actualmente no tengo internet y me toca rebuscarme. También, gracias por sus comentarios, me alegra que les este gustando *-*

Todos los personajes pertencen a Oda-sama n_n)

Perdonen cualquier falla ortográfica y ¡que lo disfruten! X)

 

CAPÍTULO TERCERO: Entre infortunios y oportunidades

 

Una pequeña gota de sangre resbalo desde su pulgar, de nuevo una rosa le había herido con sus espinas. Guardó la tenaza en su bolsillo y cogió las flores que había cortado. Una vez dentro de casa las coloco en el florero del comedor.

Era una rutina que le tomaba demasiado tiempo, especialmente por que las muletas siempre le estorbaban. Agradecía al cielo y a todos los ángeles que habitan ahí que Law estuviera en el mercado comprando sino, le estaría recriminando que no saliera a SU propio patio sin supervisión ¿Qué creía? No era un pobre inválido. Solo cuando tu condición cambia puedes entender cómo se sienten las personas al ser tratadas como inútiles. Y vale, una pequeña herida no era nada solo tenía que buscar una bandita y todo bien…

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Apenas iban dos semanas y ya comenzaba a desesperarse ¿Cómo iba a soportar otros cinco meses y tres semanas más? No salía mucho de casa para mantener vigilado al chico rubio. Y el problema no era que no pudiera hacer las cosas, el problema era que siempre estaba queriendo hacerlas por sí mismo sin absolutamente nada de ayuda.

“Le escondí las muletas porque siempre quiere utilizarlas y le astillan las manos” al parecer para el peliverde las manos del otro eran demasiado importantes. No se iba a arriesgar a dejar que algo le sucediera fundamentalmente si estaba a su cargo, nunca hacia las cosas a medias y por eso era especialmente cauteloso.

Compró un poco de pescado, algunas especias y unas legumbres. En realidad, no había estado cocinando él solo compraba lo que la lista que Sanji le daba decía. Tenía terminantemente prohibido tocar la estufa. La relación enfermero-enfermo no era tan amena que se diga.

El mercado no estaba demasiado lejos y algo de caminata le ayudaba para botar el estrés que acumulaba solo estando en un mismo lugar. El barrio donde vivían los Roronoa era un sitio acomodado pero no sabía con exactitud nada de sus vidas, evitaba tratar de entablar conversación con el ojiazul pues este insistía en verle como un enemigo.

Al volver a casa había algo demasiado inusual, faltaban rosas y tenía el extraño presentimiento de que las encontraría en aquel sitio.

-Ya estoy de vuelta- hecho un vistazo a su alrededor y ¡Bingo! Las rosas viejas y marchitas del comedor habían sido sustituidas por unas nuevas. Se preguntó cómo había conseguido salir si con la silla de ruedas no hubiera podido bajar del pórtico de la casa y mucho menos volver a entrar. Un sonido seco provino de las escaleras, un paso pesado y un golpe, paso, golpe, paso, golpe…

-Oh ya viniste ¿trajiste todo lo de la lista?- Law frunció el ceño al ver a Sanji bajando las escaleras con las muletas ¿Cómo las había encontrado? Ni él mismo sabía donde las había escondido Zoro.

-Roronoa-ya creí que ya habíamos hablado sobre esto…- coloco las compras sobre la mesa y se aproximo hasta él -¿Cómo las encontró?- un momento ¿Y la silla?

-Por favor ¿Acaso no es obvio? El marimo es muy predecible- dijo tratándole de restar importancia al asunto.

-¿Por qué salió por las rosas? Si las necesitaba solo tenía que esperar a que yo…- un golpe en la barandilla le hizo callar

-¿¡Quieres dejar de tratarme como un maldito inútil!? Puedo hacer las cosas por mi mismo ¡Así que deja de estar encima de mi todo el tiempo!- una sensación de vacío se instalo en su pecho. Odiaba que le vieran como a un debilucho. Seguía siendo el mismo Sanji de siempre ¿Por qué ese sujeto le descontrolaba tanto?

-…- enserio que era más obstinado que una mula. –Solo intente calmarse…- Law sabía que eso solo iba a cabrear mas al rubio pero le preocupaba verle a mitad de las escalera especialmente porque el suelo era de madera pulida y no tenían los bordes enlijados.

-¡No me pidas que me calme joder…!- y justo lo que el médico predijo sucedió, cuando quiso avanzar un paso la poca practica con las muletas le hizo resbalar y hubiese sido un seguro golpe en la quijada de no ser por que quien sabe como Law saltó desde el primer escalón y logro sostenerlo. Las manos  de Sanji temblaban y su pulso estaba descontrolado, se apoyó en los hombros del otro y mantuvo su cara escondida en su pecho por unos instantes hasta que el pelinegro habló

-Imagine esto ¿Con que cara le diría a su novio que te sucedió algo?- sintió una leve presión extra en sus hombros. Sabía que estaba asustado y era una reacción normal. Cuando pierdes una parte de tu cuerpo te da temor saber que aun existe la posibilidad de perder más.

-…Solo llévame abajo…- le respondió en un hilo de voz. Detestaba verse tan débil ante los demás, quería demostrar que era perfectamente capaz y había terminado pareciendo aun mas imbécil que al principio. Law se lo acomodo entre sus brazos y lo alzo, para su sorpresa Sanji pasó su brazo por encima de su hombro.

-¿Dónde dejó la silla?-

-Tutéame ¿Quieres? Me haces sentir como un anciano- evitaba verle a los ojos. Era demasiado extraño estar en los brazos de alguien que no fuera Zoro, él siempre solía cargarlo como damisela aunque no quisiera, justo como lo hacía Law en ese momento.

- Como quieras ¿Dónde está la silla?- repitió. Sanji levanto una mano y apuntó en dirección a la cocina. Comenzó a avanzar despacio, no quería otro percance.

“Que extraño, su cuerpo es más delgado y liviano de lo que parece…”

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Era el plato de salmón ahumado mas delicioso que había probado y mira que había comido todo tipo de pescado de todas las maneras posibles. Incluso crudo…

-¿te gusta?- aun estaba un poco incomodo por lo recién acontecido y ese silencio en la mesa no estaba ayudando mucho.

-Está muy bueno- Sanji sonrió satisfecho. Siempre le hacía feliz que su comida causara una sonrisa en el rostro de quien la probaba, aunque Law no sonreía bueno, al menos no con su boca –Después revisaremos debidamente tu dedo- se sorprendió al escuchar aquello, pensaba que el moreno no lo había notado.

-Oye, sé que soy un idiota, que me he comportado como un idiota estas últimas dos semanas…- la peor parte de equivocarse era tener que disculparse. No podía ni hacerlo como era debido con Zoro no se diga tener que hacerlo con el tatuado.

-Definitivamente- mientras él se llevaba otro trozo de salmón a la boca, Sanji echaba humo por las orejas, literalmente claro. Vaya pretencioso había resultado ser.

-Lo que quiero decir es que, está claro que no te caigo bien…-

-Eso es correcto- le interrumpió. Al fin Sanji decía algo en lo que los dos concordaban.

- ¡Si tan solo cerraras tu maldita boca y me dejaras terminar!- suspiro con frustración y se regalo unos segundos para relajarse ¿Por qué era tan difícil disculparse? Ah sí, era Law. Un presumido de mierda - Lo siento…- soltó al fin.

-¿Te disculpas por desobedecer todo el tiempo o por insultarme cada cinco segundos?- esa ceja alzada y esa expresión endemoniadamente cínica…

-¡Retiro mi disculpa!- quitó el freno de la silla y se dirigió a la cocina, un segundo más ahí y terminaría por arrojar algo contra la cara de ese desgraciado.

Su disculpa parecía sincera y con eso le bastaba, solo que era inevitable atosigarle un poco, hasta era entretenido. Escucho el sonido del grifo y recogió los platos de la mesa. La casa tenía un lavaplatos automático pero el cocinero insistía en lavar los trastos a mano y eso que le costaba alcanzar la llave.

-Terminaras rompiendo la vajilla- colocó los platos en el lavadero y antes que Sanji le reclamara empezó a baldearlos- Te ayudare a fregarlos. Puedes secarlos- usualmente Law no era tan amable pero le agradaba tener compañía así que no le preguntó el porqué de su accionar, aunque se le hacía extraño estar así con el moreno.

FLASH BACK

-¿Sabes porque me gusta fregar los platos?-le preguntó Zoro mientras no apartaba la mirada de su quehacer. Sanji sostenía una toalla blanca y secaba cuidadosamente una taza.

-¿Por qué es lo único que sabes hacer bien?- y ahí estaba la actitud toca cojones de su “amadísima” pareja.

-¡N-No! Deja de decir idioteces, yo sé hacer muchas cosas bien- el rubio soltó una carcajada y él solo atinó a sonrojarse -¿Vas a escuchar lo que voy a decir o no?-

-Okay, Okay…te dejo hablar- le respondió mientras se secaba una fingida lagrima burlona.

-Por que es una de las pocas cosas que podemos hacer juntos, sin discutir. Solo disfrutando de la compañía mutua- la mirada del peliverde se perdía en su quehacer. Le amaba demasiado y no sabía de que manera expresarlo, las palabras siempre fueron sus enemigas.

Algo dentro de Sanji se removió. Lo entendía perfectamente y nunca llego a pensar que Zoro declarara algo tan importante en una faena tan insignificante.

-Te amo ¿lo sabías, cabeza de cactus?- respondió “dulcemente” el rubio.

-Lo sé, cejillas, lo sé- y no necesitaba responder con un “yo también” porque le amaba más de lo que cualquier “te amo” pudiera expresar.

END FLASH BACK

Después de recordar aquel momento, definitivamente era extraño fregar los platos con alguien que no era Zoro…

 

 

Notas finales:

¡Muchas gracias por leer! El fic esta, prácticamente, terminado. Hare un esfuerzo por actualizarlo mas pronto ‘3’)

 Saludos a Susu :v

K. Kou


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