—Primera mirada—
El olor del lugar era muy fuerte. Camino entre las personas, la mayoría no tenía expresión y simplemente murmuraban con voz apagada. Miro al de ojos azules, con el traje totalmente desacomodado y grandes ojeras
Estaban reunidos en una casa que desconocía de quien era; el funeral había sido hace unas horas. Cuando se enteró lo primero que hizo fue dirigirse al lugar donde Takahiro le dijo que sería la reunión
¿Qué tenía que decir en estos momentos? ¿Qué no tenía que hacer? ¿Qué podía hacer? Se acercó hasta al joven y lo recibió con un abrazo. Lo que ese chico ocupaba era alguien en que apoyarse, acepto con nervios la muestra de afecto; sabía que simplemente era por la situación, pero eso no significaba que su corazón pudiera dejar de latir de esa forma
Al separarse simplemente lo miro y toco levemente su hombro, como signo de que estaba apoyándolo. El de lentes sonrió levemente y susurro un leve agradecimiento. Se alejó cuando otros familiares empezaron a acercarse a Takahiro, lo menos que quería era verse grosero o algo por el estilo.
Se acercó a una pequeña mesa donde había café
Entonces se dio cuenta de una pequeña presencia a su lado; un pequeño niño se encontraba sentado en una de las sillas cerca de la mesa. El pequeño traje totalmente negro tenía manchas de tierra en las rodillas, señal de que había estado arrodillado. Se dio cuenta que estaba sujetando una pequeña flor en sus manos
El niño se dio cuenta que lo miraban y observo al hombre de cabellos grises. Akihiko sintió como un gran escalofrió lo invadía con esa miraba totalmente vacía. El de cabellos castaños bajo la mirada
Volvió a subirla después de unos minutos, esos ojos verdes estaban llorosos. Usami fue el primero en ver esa pequeña lágrima caer
—Segunda mirada—
El carro del de ojos azules se había descompuesto y el escritor había ofrecido traerlo del trabajo. Después de unos minutos también lo convenció para ayudarlo a traer a su hermanito menor. No era como si quisiera ver la cara de ese mocoso.
Lo único que deseaba era conversar más con el de lentes
Estaciono el deportivo rojo y visualizo a un muchacho de unos catorce años caminando totalmente avergonzado. Tal vez por el hecho de ser recogido en un auto tan lujoso. El de cabellos cafés se subió y saludo a su hermano mayor y después al de cabellos grises
No pasaron más de cinco minutos cuando miro por el espejo retrovisor al menor de los Takahashi. El otro le devolvió la mirada, ¿Dónde había sentido ese escalofrió? Esos ojos verdes estaban tan vacíos que simplemente no podía explicarlo
Reacciono el escuchar el claxon de los autos molestos
—Tercera mirada—
Todo lo que creía saber había cambiado radicalmente. Ni siquiera supo por qué de esa corazonada y esos pensamientos que no podía sacar de su mente. Esta vez también fue el primero en volver a visualizar esas lagrimas caer; esos ojos totalmente vacíos los cuales transmitían angustia
— ¡Tu amabas a mi hermano! ¡No puede ser que hayas dejado de amarlo en tan poco tiempo!
Sentía como si fuera su corazón el que estaba siendo lastimado, el escuchar esa voz totalmente destruida, lo hacían comprender todo lo que había ocasionado
Entonces comprendió todas sus dudas; el porqué de ese beso en medio de la nieve y ese sentimiento que no sabía describir. Las palabras salieron de su boca sin poder controlarlas; explicando todos sus sentimientos a ese joven diez años menor que el
‘’Si, él es el indicado’’
Alguna vez le habían dicho que no existía ese tipo de persona, hasta en algún momento de su vida lo llego a pensar. Todos esos pensamientos e ideas se habían desvanecido al pronunciar esas palabras. Volvió a mirar esos ojos y por primera vez los visualizo de una forma que nunca había visto, ¿Así que el de cabellos castaños sentía lo mismo?
Esos ojos verdes transmitían el amor más sincero que había visto en su vida