Todo había pasado demasiado rápido; su corazón no dejaba de latir de forma veloz. Intentaba estar concentrado conduciendo, lo que menos quería era tener un accidente. Estaba furioso ¿Por qué no lo llamaron antes? Agradecía ante todo a su editora, ella fue la única que supo actuar.
Misaki, Misaki, Misaki…
Estaciono su automóvil sin ver si estaba bien acomodado. El sentimiento de angustia se hacía más rápido. Abrió la puerta del pent-house.
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El de ojos verdes intentaba controlar el temblor constante en sus manos, no escuchaba lo que Aikawa estaba diciendo ni tampoco como otra voz se había unido. ¿Por qué? ¿Acaso se merecía algo como eso? Recordaba perfectamente la sensación de esas manos, el sonido del seguro de la puerta, esa masculina voz fuera de si
Si tan solo no hubiera ido por ese manuscrito; debió de haberle hecho caso a Akihiko y no entrar al apartamento. No pudo reaccionar a su debido tiempo, solo sentía como lo besaban con pasión mientras que lo empujaban a una pared. El ver esos ojos azules y esos labios que amenazaban con volver a besarlo, no podía soportarlo
No supo cómo encontró la fuerza en ese momento para empujar lejos al Mangaka, simplemente recogió su camisa rápidamente y huyo. Recordaba el sentirse perseguido y escuchar una leve voz suplicante; después no pudo salir de ese trance en el que todavía estaba
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Observaba como su pareja miraba a ningún punto en particular, el verlo de esa forma simplemente lo destrozaba. Se dirigió a Aikawa
— ¿Qué fue exactamente lo que paso?
La de ojos azules simplemente se encogió un poco, negando con la cabeza— Misaki-kun regreso a la editorial. Yo simplemente lo vi mal y le pregunte que pasaba; el tartamudeaba y no dejaba de temblar. Pensé que lo mejor sería traerlo aquí…
El de cabellos plateados se quedó callado, intentando esconder lo mejor posible los sentimientos del momento. La editora lo noto
—Sensei, yo…— La pelirroja simplemente bajo la mirada ¿Qué decir en un momento como este? — Me retiro— Susurro recogiendo sus cosas rápidamente, dando un último vistazo al joven de cabellos cafés
El escritor espero hasta que la mujer salió del lugar y se dirigió lentamente hacia el menor. Este no se había movido del lugar y seguía mirando hacia ningún punto en particular; parecía una estatua
—Misaki
Se sentó con lentitud a un lado del joven, esperando alguna reacción de él. Akihiko intento acariciarle la mejilla
— ¡Detente! — Takahashi se quedó mirando atónito el rostro preocupado de su pareja ¿Cómo había llegado a su hogar? Inspecciono mejor y se dio cuenta que estaban sentados en el sillón de la sala
—Misaki, ¿Qué paso?
El otro no contesto y bajo la mirada, ¿Cómo explicarle lo sucedido?
—Misaki, ¿Qué te hizo?
El de ojos verdes se mordió levemente el interior de su mejilla en un intento de retener las lágrimas
—Yo…— Suspiro fuertemente— Solo iba a recoger el manuscrito. El me invito a pasar y yo acepte— la primera lagrima se derramo— Escuche que le pusieron seguro a la puerta…
Akihiko esperaba que no fuera lo que se creía
— ¡Perdóname! — Tartamudeaba un poco— Solo pude empujarlo después de unos segundos
— ¿Te hizo algo? — Recalco sus palabras. Un miedo grande vino en su pecho ante la pequeña afirmativa. Miro hacia su cuello y vio una gran marca— ¿Solo ahí? — Misaki asintió levemente
Se volvió a morder el interior de su mejilla al sentir como besaba levemente su frente. No podía explicar el sentimiento, Ijuuin era la persona que más admiraba, era su ídolo y autor de su manga favorito, ¿Y ahora que era? Se sentía sucio por ser marcado. Sabía que solo había sido en ese lugar, pero no podía dejar de sentirse así
Sintió otro beso en su nariz la cual se encontraba enrojecida, luego su parpado derecho, a lo que cerro levemente los ojos, dejando algunas lágrimas caer. Rompió en un llanto desesperado al sentir los labios de su pareja en su otro parpado
Se aferró al pecho del otro, sintiendo como esos brazos lo envolvían, dándole unas leves caricias en su cabello. Sus fuertes sollozos combinados con suplicas desesperadas en forma de un leve grito eran opacados en el pecho del mayor, el cual hacia lo posible para no derramar lágrimas ante la escena