Hoy en la tarde por fin se irían de la casa de Takahiro. Suspiro mientras que desayunaban. No era como si odiara estar ahí, simplemente extrañaba estar en su apartamento ¿A quien quería engañar? Extrañaba las muestras de afecto. Se sentía en el peor de los castigos ¡No podía tocar a su Misaki! Cinco días habían pasado desde la última vez que tuvieron sexo ¡Estaba muriendo!
— ¿Qué opinas Usagi? — La voz de su amigo lo saco de sus pensamientos ¿De qué estaban hablando? Se quedo callado mientras que veía a Misaki, dándole una indirecta de que no había escuchado
El de ojos verdes comprendió— Bueno hermano no sé si sea posible quedarnos más tiempo. Usagi-san tiene un manuscrito pendiente y yo tengo que arreglar las cosas de la universidad. Ya sabes; los horarios y esas cosas
Akihiko recibió toda la información y exclamo— Misaki tiene razón, mi fecha límite se acerca y es mucho trabajo ¿Tal vez para otra ocasión? — Rezaba internamente para que Takahiro no insistiera más en el tema ¡¿Quedarse más tiempo?! ¡¿Acaso lo creían masoquista?!
—Oh bueno, es una pena — Comento con un poco de desanimo— Pero bueno, recuerden que siempre son bienvenidos— Eso era de las pocas cosas que le daba miedo de su antiguo amor; este parecía cambiar de humor en segundos, simplemente algo perturbador a su parecer
Akihiko asintió y siguió comiendo. Observo el salero y se dio cuenta que estaba muy lejos de su alcance, pero del de Misaki no.
Se le quedo viendo intentándole hacerle entender el mensaje; eso era una de las cosas que más amaba de su relación, parecía que a veces se comunicaban por la mente. Bueno, a veces.
Los casados observaron a sus huéspedes sin saber qué pasaba. El de cabellos castaños miro con confusión a su pareja ¿Qué era lo que trataba de decirle? Frunció ligeramente sus cejas, dando entender que no comprendía lo que quería decir. El escritor suspiro
—Te decía mi amor ¿Me puedes pasar la…— Se quedo callado al darse cuenta de cómo le había dicho al universitario ¡Se había olvidado que Takahiro estaba ahí! — Eh…
Sintió sus orejas un poco calientes ¡Demonios! Intento esconder lo mejor que pudo su vergüenza y exclamo— Misaki, te decía si me podías pasar la sal. Me he equivocado, lo siento— El joven le paso el salero con manos temblorosas por el nerviosismo ¡Iba a matar a ese idiota!
— ¡Oh no te preocupes Usagi, esas cosas pasan! — Comento Takahiro mientras que soltaba una pequeña risa. El de ojos violetas se quedo callado, en verdad el de lentes no sabía nada de la situación— Me pregunto ¿En quién andabas pensando? — Dijo bromeando el mayor de los Takahashi, haciendo que Manami riera levemente por la situación
—Simplemente se me escapo inconscientemente— Le lanzo una mirada a su pareja. Este se sonrojo con tan solo imaginarse lo que pensaba ese pervertido ¡En verdad ese idiota estaba muerto!
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— ¿Lo hiciste apropósito? — Pregunto el menor, se habían ido de casa de su hermano y ahora se encontraban en carretera para llegar a Tokio
— ¿De que hablas? — Sonrió. Sería divertido molestarlo un poco en ese viaje
— ¡Tu sabes de lo que hablo, estúpido Usagi! — Su enojo bajo al sentir como tomaban su mano y la apretaban con cariño. Misaki se sonrojo y simplemente se puso a mirar el paisaje
—Por cierto, no fue a propósito, simplemente estaba pensando demasiado en ti— Comento
Takahashi miro a su pareja y sonrió con vergüenza, noto algo sospechoso. Esperen ¿Por qué Akihiko se desviaba del camino? Si seguía así llegarían a un pequeño pueblo— ¿A dónde vamos? — Se asusto al ver una sonrisa perversa del escritor
— ¿Crees que soportare cuatro horas más de viaje sin estar contigo? Yo creo que deberíamos buscar un lugar por aquí
En verdad ¡Iba a matar a ese estúpido pervertido!