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Solo entiendo que te quiero. por TKarin

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Notas del capitulo:

Decidí subir otro capitulo hoy mismo, es que me apasiona tanto esta pareja *-* bueno, que lo disfruten.

Eran las 10:30 de esa mañana del domingo y Murasakibara aun no llegaba, Mitobe había decidido ir a esperarlo a la entrada de la universidad como el día anterior, pero apenas desde la puerta de su casa pudo verlo dar vuelta en la esquina e ir hacia donde estaba.

 

-me quedé dormido-  dijo al llegar, llevaba el cabello atado con una liga y parecía que había corrido hasta allá, Una vez que entraron a la casa fueron directamente a la cocina y allí se encontraban desayunando los hermanos de Mitobe.

 

-llegas tarde-  le dijo emocionado el más pequeño al verlo llegar, tenía comida alrededor de la boca la cual Mitobe se acercó a limpiar con una servilleta.

 

-lo siento-

 

-¿ya desayunaste?-  preguntó la mayor sacando una caja de leche del refrigerador.

 

-aun no, salí directamente hacia acá apenas me levanté-  Mitobe lo llamó ofreciéndole un asiento junto a la mesa.

 

-acompáñanos- siguió después la muchacha  -es domingo así que se nos hizo un poco tarde también, pero de ese modo podemos comer todos juntos-

 

-gracias-  dijo Murasakibara al sentarse en el lugar que le indicaron y de inmediato Mitobe le llevó un plato para que pudiera servirse algo de lo que había en la mesa, esta vez no se sentía tan intimidado al estar en una casa extraña y con otras personas así que se sirvió todo lo que quiso, no tenía que preocuparse de que se terminara porque parecía que en esa casa siempre había un buffet’, los hermanos mayores se sentaron a la mesa casi al final pues eran los que se encargaban de preparar y servirlo todo  -de nuevo todo está delicioso-  le dijo a Mitobe una vez que se sentó a su lado  -¿prepararon esto después de que me fui ayer?-  Mitobe asintió y al mirarlo notó que tenía algo de comida en la mejilla, tomó una servilleta y la acercó a su rostro dispuesto a limpiarlo como lo había hecho antes con su hermano menor pero al caer en cuenta de lo que estaba a punto de hacer frente a todos, se detuvo y alejó su mano rápidamente, aún así su hermana pudo notarlo.

 

-¡Bhahahaha! Rin-nii ¿ibas a hacer lo que creo que ibas a hacer?-  de inmediato todos lo miraron mientras él sacudía las manos negándolo y totalmente sonrojado.

 

-¿qué cosa?- preguntó Murasakibara sin entender realmente de lo que hablaba.

 

-hahahaha perdónalo Atsushi-kun, está tan acostumbrado a actuar así con los niños que ya no se da cuenta-  Murasakibara miró a Mitobe y al ver la servilleta en su mano solo pensó que se la estaba ofreciendo.

 

-está bien, no me molesta-  dijo tomando en pedazo de tela  -que lo haga si quiere-  Mitobe y su hermana se miraron el uno al otro, ella siguió riendo despacio e hizo una mueca de ‘’que tierno’’ mientras Mitobe miraba hacia otro lado aun avergonzado.

 

-¿y qué van a hacer hoy?- preguntó la hermana más joven.

 

-hoy vamos a terminar de cocinar todo lo que dejamos listo ayer, ya no es mucho trabajo, y luego dejarlo en el horno toda la tarde, si es eso ¿verdad?-  respondió Murasakibara y le preguntó a Mitobe, él indicó que si, le agradó ver que puso atención el día anterior.

 

-¿creen que esté listo para la cena?- dijo de nuevo la chica.

 

-según la receta debe hornearse por seis horas, ya casi son las 11 y nos tomará al menos una hora más terminar lo que falta antes de meterlo al horno, más lo que nos lleve decorarlo cuando salga- 

 

-entonces ¿más o menos a las seis? Supongo que está bien, el desayuno se sirvió bastante tarde así que podemos esperar- 

 

-¿y es necesario eso de la decoración?-  preguntó la mayor.

 

-es por la calificación, también nos darán una nota por eso, pero solo es necesaria una fotografía así que no importará si la comemos después-

 

-ya veo, bueno, cuando terminen con el desayuno hay que limpiar para que puedan empezar con lo que les falta-  Mitobe y Murasakibara estuvieron de acuerdo, el platillo de la receta era bastante grande y solo necesitarían una muestra para la clase así que podían comer todo lo que quisieran una vez que estuviera listo.

 

Cuando fue hora de empezar a cocinar ambos estaban entusiasmados, ese día por fin verían cual era el resultado de su esfuerzo, lo que hicieron el día anterior fue repetitivo y cansado pero esta vez prometía ser más interesante.

 

-¡Mitobe!- lo llamó de repente en voz alta el más alto haciendo al otro saltar de la sorpresa  -yo también quiero aprender... enséñame a cocinar como tú-  se acercó a él, parecía decidido, hasta un poco emocionado, Mitobe hizo acto de protegerse detrás de la espátula que sostenía pero después se relajó y con el mismo ánimo que Murasakibara, aceptó.

 

Mitobe tomó su distancia dejando que él se encargara de la mayoría de las preparaciones, observando y de vez en cuando corrigiendo y dando instrucciones a Murasakibara quien se estaba encargando muy bien de cocinar lo que faltaba y preparar el platillo principal para meterlo al horno.

 

-... – negó cuando Murasakibara lo miró mostrándole un frasco de especias  >>esa no es<<  dio a entender con facilidad, Murasakibara seguía la receta pero confiaría más en Mitobe ya que había probado lo bien que se le daba la cocina, y ocasionalmente lo miraba en busca de apoyo.

 

Había tres sartenes a la vez en la estufa pero Murasakibara parecía tenerlo todo bajo control, Mitobe sonrió pensando que podría tener talento para esto.

 

-esto es lo último-  levantó una botella de vino tinto  -¿cómo debo hacerlo? ¿simplemente lo vierto sobre lo demás?-  señaló una sartén en particular, Mitobe movió la cabeza varias veces diciéndole que no y luego movió las manos hacia abajo  -¿qué...? ah! Que baje la intensidad del fuego-  el otro asintió  -muy bien- Murasakibara siguió la instrucción e inmediatamente después vació un poco del vino de la botella sobre la sartén, al mismo tiempo Mitobe se echó hacia atrás y una gran flama salió de la estufa y llenó de humo la cocina. Murasakibara había retrocedido a tiempo y no salió herido pero aún así su rostro y parte de su cabello habían quedado oscurecidos  -t... tenía que esperar ¿verdad?-  Mitobe rió a sus espaldas sin que pudiera escucharlo, había sido un accidente como el que tuvo en clases con la batidora eléctrica.

 

-¡¿qué pasó?!-  llegó la hermana mayor seguida de los demás alertados por el humo. Murasakibara apagó la estufa y abrió la ventana mientras Mitobe les indicaba que no había sido nada  -¿están bien?-  su hermano la tranquilizó  -Rin-nii, tengan más cuidado o van a quemar la casa-

 

-estamos bien-  dijo Murasakibara sacudiéndose el cabello  -pero creo que lo arruiné-  miró la sartén que parecía algo quemada al igual que lo que estaban cocinando en ella. Mitobe mojó una toalla y se la dio a Murasakibara para que se limpiara el rostro  -¿tenemos que hacerlo de nuevo?-  preguntó algo preocupado pero Mitobe lo negó y le mostró el papel de la receta señalando la fotografía donde se veía esa parte del platillo, no parecía diferente a como había quedado aún después de ese incidente  -¿entonces está bien?- dijo feliz mirando el papel, ‘’a la Flambé’’ leyó después en la receta, al parecer eso era exactamente lo que debía pasar, solo que con menor intensidad, pero de cualquier modo lo había hecho bien.

 

-¿terminaron? ¿ya solo hay que hornearlo?- 

 

-así es-  dijo Murasakibara y una vez que se aseguraron que todo estaba en orden fue momento de dejar su platillo en el horno y descansar las horas que iba a tardar en estar listo, ambos suspiraron una vez que terminaron con esa parte  -¿y ahora que?-  Mitobe levantó el hombro  -¿podemos descansar? Esta bien-  Murasakibara realmente no tenía mucho que hacer y tenía la tarde libre, normalmente pasaría el tiempo visitando tiendas y comprando golosinas pero después de las comidas de esta casa, ya no las apetecía demasiado, podía ir a comprar y comerlas solo por gusto o para después pero eso ya lo haría mas tarde, ahora sintió que debía quedarse ahí hasta terminar con ese proyecto  -¿deberíamos empezar a limpiar?-  preguntó al ver que de nuevo había trastes sucios, parecía que lo peor de la cocina iba a ser tener que limpiar después, o tal vez no, si llegaban a trabajar en un buen restaurante supuso que habría personas que se dedicaran especialmente a limpiar, así estaría mejor. No tardaron demasiado esta vez y volvieron a sus lugares en la mesa para descansar. Tomaron las posiciones que tenían la vez anterior descansando la cabeza sobre sus brazos en la mesa, de nuevo se encontraban solos, Murasakibara miró a Mitobe y preguntó  -¿de verdad te gustaría hacer esto todos los días?-  el otro lo miró sin entender exactamente a qué se refería  -hablo de cocinar, si quieres ser chef ¿no te aburrirás haciendo lo mismo día tras día?-  Mitobe desvió la mirada unos segundos y luego levantó los hombros  -sé que no sería exactamente lo mismo todos los días, pero creo que es cansado-  Mitobe levantó una ceja cuestionándolo  -sí, el basketball es más exigente en cuanto a esfuerzo físico pero... al menos para mi funciona para sacar todo lo que me estresa ¿entiendes? Después de jugar me siento muy bien-  si lo entendía, sus ojos parecían brillar al hablar de esa manera sobre el basketball, él sentía lo mismo  -es como si me sintiera renovado aunque mi cuerpo termine exhausto-  Mitobe asintió un par de veces  -no creo poder adaptarme a pasar de eso a estar en una cocina todo el día, así que no entiendo cómo vas a hacerlo tú-  Mitobe dudó un poco y miraba hacia abajo, después adoptó una posición más seria recargando la espalda en la silla y con las manos una sobre la otra en la mesa, lo miró y pareció estar a punto de decirle algo pero en ese momento llegó el hermano más grande de los otros dos.

 

-casi lo olvido, hermano necesito que mamá  firme las tarjetas con mis notas pero como no están ¿crees que puedas hacerlo tú?-  ambos parecieron sorprendidos de verlo llegar sin aviso en medio de su ‘’conversación’’, Mitobe le sonrió a Murasakibara y levantó los hombros a lo que el otro solo asintió, parecían empezar a entenderse o al menos ahora era un poco más sencillo descifrar lo que Mitobe trataba de decir, tal vez solo era cuestión de ponerle atención  -esto también-  el más joven sacaba papel tras papel de su mochila para que su hermano lo firmara, uno de esos cayó al suelo y Mitobe se levantó para tomarlo  -¡espera ese no!-  el menor trató de recuperar el papel pero Mitobe estiró su brazo hacia arriba de modo que no lo alcanzara, eran malas notas que no quería que él viera  -¡devuélvemelo! No es justo hermano, cuando sea más grande este truco ya no te va a funcionar-  saltaba tratando de recuperarlo mientras Mitobe lo leía, a Murasakibara le parecía divertido verlos así, finalmente Mitobe miró a su hermano menor pero no parecía estar enfadado, su expresión era la misma  -lo sé... lo haré mejor la próxima vez, lo prometo-  el mayor le sonrió y acarició su cabello para después firmar el papel y devolvérselo  -gracias hermano- volvió a guardar todo en su mochila y se fue tan rápido como había llegado, Mitobe lo miró y suspiró con una sonrisa; Murasakibara se levantó de su lugar por un papel que se quedó en el suelo.

 

-creo que olvidó esto-  dijo mostrándoselo a Mitobe que se acercó por el, pero antes de que pudiera tomarlo Murasakibara lo levantó fuera de su alcance como él lo había hecho con su hermano menor hace unos momentos  -¿qué pasa?-  Mitobe le dedicó una sonrisa algo extrañada ¿estaba jugando con él? Pensó diferente cuando el más alto comenzó a avanzar hacia él haciéndolo retroceder hasta quedar atrapado contra la mesa  -Tobe-chin, sé que te preocupas por tus hermanos pero también deberías pensar en ti mismo-  Mitobe no podía dejar de verlo a los ojos, movió la boca como tratando de articular una palabra pero sin decir nada realmente  -¿qué sucede? ¿te molesta que te llame así?-  el otro sonrió nervioso y negó con la cabeza  -esta bien, piensa en lo que te dije ¿de acuerdo?-  Mitobe aceptó y Murasakibara por fin le devolvió el pedazo de papel y se alejó lo suficiente para dejarlo pasar, apenas estuvo libre Mitobe salió de la cocina y fue a buscar a su hermano menor, pero no porque fuera urgente devolverte esa tarjeta sino para escaparse de ese momento y el comportamiento tan sorpresivo de Murasakibara, quiso ignorarlo y no pensar que de alguna manera había tratado de intimidarlo para que se uniera al equipo de basketball.

 

>>Tobe-chin<< recordó luego como lo había llamado y la sensación que le provocó lo hizo tropezar en la escalera antes de subir a las habitaciones, era la primera vez que lo llamaba así ¿será que empezaba a agradarle? Sabía que algunas personas agregaban modismos a los nombres de sus amigos pero no creyó que le llegara a simpatizar en serio, y menos tan rápido, después de todo no era de aquellos que podían hacer amigos rápidamente así que le había sorprendido un poco.

 

-¿te encuentras bien?- preguntó Murasakibara desde la puerta de la cocina, lo había escuchado tropezar y se preocupó al verlo aun de rodillas al principio de la escalera.

 

-...¡!- Mitobe agitó las manos frente a él y subió las escaleras a toda prisa.

 

-¡espera!- lo llamó haciéndolo tropezar de nuevo esta vez cuando estaba hasta arriba  -Tobe-chin ¿donde está el baño?- preguntó después, Mitobe miró hacia las habitaciones y luego lo llamó con la mano, Murasakibara subió junto a él, el segundo piso era un pasillo muy amplio, a los lados se encontraban todas las habitaciones y al fondo escaleras hacia el tercer piso, Mitobe lo llevó hasta la última puerta  -¿es aquí? bien-  luego indicó que él iría al siguiente piso a dejar aquella tarjeta  -¿hay más habitaciones arriba? tu casa es muy grande-  después de eso Mitobe siguió su camino por las escaleras de madera dejando a Murasakibara solo.  En realidad no necesitaba usar el baño, solo quería limpiar mejor su rostro y ver el daño que el fuego de antes había causado en su cabello, se quitó la liga que aun llevaba y vio que por suerte no había sido grave  -menos mal-  dijo aliviado alejándose del espejo sobre el lavamanos, se puso de nuevo la liga en el cabello mientras miraba alrededor, el cuarto de baño era amplio y tenía una ducha y un par de plantas debajo de una pequeña ventana cuyas cortinas combinaban con la cortina de la regadera, sin dudas era mejor que los baños y las regaderas de la escuela que tenía que usar cuando estaba en su dormitorio, también entendió mejor que Mitobe quisiera apoyar a sus padres con algo de dinero, una casa tan grande y una familia numerosa debía costar algo más que el esfuerzo; cuando salió Mitobe aún no había regresado, se acercó al principio del pasillo pensando que tal vez ya estaba en la cocina pero no escuchó que hubiera nadie allí así que regresó a las escaleras del otro lado, en su camino miró hacia las habitaciones que se encontraban con las puertas abiertas, había tres de un lado y dos del lado donde se encontraba el baño, todas las habitaciones eran individuales a excepción de la última que tenía una litera y era un poco más amplia que las demás pero todas parecían cómodas, no vio ahí a ninguno de los hermanos de Mitobe pero los escuchó arriba así que supuso que ellos se quedaban allá y esas habitaciones vacías eran las de los hermanos que estaban estudiando en otras ciudades, en ese momento escuchó a Mitobe bajar por las escaleras  -¿Tobe-chin alguien se queda en alguna de estas habitaciones?-  Mitobe se señaló a si mismo y luego a la habitación que estaba al lado al final del pasillo  -¿tú duermes aquí? Hay muchas habitaciones libres ¿no es así?-  el otro asintió  -¿por qué no rentas estas habitaciones mientras están vacías en vez de trabajar tanto?-  de nuevo tomaba a Mitobe por sorpresa quien comenzó a hacer movimientos con las manos como tratando de explicar miles de cosas a la vez, claro que Murasakibara no entendió nada, Mitobe se detuvo y cruzó los brazos mirando hacia el suelo como buscando una forma de explicarse  -está bien, no tienes que explicarme nada, seguro debes tener tus razones, perdona si te molesté con esa pregunta - 

 

Después de eso regresaron a la cocina para verificar la temperatura del horno y revisar por última vez la lista de lo que debían preparar.

 

-... –

 

-¿qué pasa, nos falta algo?-  pudo deducir por la expresión que puso al leer la receta, se acercó a ver el papel y Mitobe le señaló los trozos de piña que iban sobre la carne  -¿es lo que falta? ¿es realmente necesario?-  preguntó algo desanimado.

 

-... –

 

-... es verdad, es lo que más luce de la decoración, habrá que ir a buscarlo- Mitobe buscó su cartera y ambos salieron camino a una tienda  -¿por qué está tan oscuro? ¿ya es tarde?-  se preguntó una vez en la puerta mientras Mitobe había ido a avisar a los demás que saldrían por un momento, la mayor de las hermanas había bajado con él.

 

-no pero parece que el cielo se nubló, no tarden demasiado o podrían quedarse atrapados en la lluvia-

 

-a donde vamos  está solo al final de la calle ¿verdad? No creo que tardemos demasiado-  Ambos chicos salieron de la casa con calma y caminaron por la calle hasta la tienda más cercana.

 

-lo lamento jóvenes pero la piña en conservas se terminó, pero si quieren hay duraznos y cerezas -  le dijo el empleado a Mitobe mientras Murasakibara estaba en otro lado tomando algunas golosinas.

 

-¿y ahora que haremos?-  preguntó Murasakibara una vez que salieron de la tienda, Mitobe había comprado las cerezas que también iban a necesitar y él llevaba una gran bolsa con cosas que había comprado para si mismo  -¿a dónde vas?-  preguntó al ver que avanzaba en otra dirección diferente a la de su casa, Mitobe le mostró la lata de cerezas que había comprado  -¿quieres ir a otra tienda? Está bien-  simplemente lo siguió; caminaron otras 2 calles hasta la siguiente tienda donde por fin consiguieron lo que necesitaban.

 

-gracias por su compra-  dijo el vendedor cuando salieron pero fue opacado por un trueno que anunciaba que la lluvia pronto comenzaría a caer.

 

-deberíamos... – iba a sugerir cuando Mitobe lo tomó del brazo y comenzó a correr  -no avanzaron ni una calle cuando la lluvia comenzó de forma violenta, no pensaron en detenerse y refugiarse en algún lugar, estaban muy cerca de casa y era mejor llegar de una vez, así lo hicieron aunque completamente empapados de pies a cabeza.

 

-¡¿por qué tardaron?!-  los regañó la muchacha mayor aunque más preocupada que enfadada  -no parecía que la tormenta fuera a ser tan fuerte-  miró hacia afuera y la lluvia parecía caer aun con más fuerza  -traeré unas toallas, aunque sería mejor si se cambiaran de ropa... Rin-nii ¿crees tener algo que prestarle a Atsushi?- 

 

-n-no es necesario, mi ropa no está tan mal-

 

-tonterías, si no te cambias podrías resfriarte-  Mitobe lo miró rápidamente de pies a cabeza y después de pensarlo un momento le indicó que lo siguiera.

 

-esta bien-  aceptó Murasakibara y lo siguió escaleras arriba. Mitobe lo llevó hasta su habitación y al entrar él se dirigió hacia el closet para buscar algo de ropa mientras Murasakibara observaba la habitación, no pudo dejar de notar un aparador con varios trofeos y medallas además de algunas fotografías, en la parte más alta, como la corona de aquella colección estaba una fotografía enmarcada de Seirin’ y a su lado los respectivos trofeos que habían ganado cuando estaba en el equipo, Murasakibara sonrió al ver que conservaba y seguía atesorando aquellas cosas y recordó aquellos tiempos, ¿cómo olvidar que fue su equipo el que les arrebató el lugar para competir por la Winter Cup’ de ese año? Había sido un torneo emocionante  -... ah, gracias-  dijo cuando notó que Mitobe le ofrecía algo de ropa.

 

-... -  se expresó de manera extraña mientras le miraba el cuerpo de nuevo, como dudando si le quedaría.

 

-si no me queda puedo andar desnudo-  bromeó sacando a Mitobe de sus pensamientos y provocándole una sonrisa, claro que luego lo negó con las manos  -es una broma-  Mitobe le señaló otra puerta dentro de la habitación, era el baño, al parecer cada habitación tenía el propio,  ahí podría cambiarse. Cerró la puerta y revisó la ropa que le había dado, era una camiseta de algodón color azul y unos shorts blancos, por suerte su ropa interior se había salvado; la ropa le sirvió, aunque la camiseta le quedaba algo ceñida de los hombros y el pecho pero podía moverse bien con ella y los shorts le quedaban a la perfección, además de que ese atuendo no se le veía tan mal, no había tardado en cambiarse de ropa así que salió a la habitación en poco tiempo, abrió la puerta y Mitobe seguía ahí, también había buscado un cambio de ropa y estaba quitándose la camiseta mojada  -lo siento, no sabía que seguías aquí-  se disculpó pero a Mitobe no pareció molestarle, solo sonrió al ver que la ropa si le había quedado, después de todo ambos habían pasado la mitad de sus vidas cambiándose de ropa con otros chicos en los vestidores de los gimnasios, ¿qué más da?  -me queda bien-  le dijo cuando el otro señaló que la camiseta se le veía algo ajustada  -por cierto, mis zapatos y calcetines también se mojaron, te importa si me los quito por un rato?-  Mitobe no tenía problemas con eso, de hecho también se había quitado los zapatos, estaba bien si andaban así por la casa.

 

Mitobe terminó de cambiarse sin problemas frente a Murasakibara, ahora él podía ver por qué su ropa le había quedado, sus cuerpos eran diferentes pero se compensaban en diferentes cosas, como que Mitobe tenía una complexión más fuerte, con los músculos ligeramente más desarrollados que Murasakibara quien aunque era más alto estaba más delgado, así que aunque el otro no fuera tan alto su ropa debía ser grande, aunque siempre habría una diferencia por sus estaturas, pero claro, no es que lo estuviera mirando y juzgando su cuerpo.

 

-...?-  volteó hacia él sintiendo sus miradas.

 

-¿qué pasa?-  volteó hacia otro lado, Mitobe le indicó a seguirlo de nuevo y que llevara su ropa mojada, esta vez fueron escaleras abajo a otra habitación detrás de la sala, era el cuarto de lavado, una habitación pequeña donde apenas cabían la lavadora y secadora además de una mesa y algunos ganchos en la pared cerca de una ventana pequeña, Murasakibara supo que le estaba dando la oportunidad de lavar y secar su ropa que se había arruinado con la lluvia  -¿de verdad? No es necesario, puedo hacerlo en las máquinas de la escuela-  Mitobe negó y extendió la mano esperando que le entregara la ropa  -¿quieres hacerlo tu mismo? Te digo que no hace falta, no quiero causar más problemas-  el otro le mostró su propia ropa mojada, igual había que lavarla así que era mejor si aprovechaba y lo hacían de una vez  -... de acuerdo tu ganas-  le entregó su ropa y se alejó algunos pasos para darle espacio  -no parece que vaya a terminar pronto-  dijo mirando por la ventana, Mitobe hizo lo mismo y asintió al ver que la lluvia continuaba cayendo con la misma intensidad.

 

-Rin-nii, vamos a ver una película, ¿nos acompañan?- llamó la hermana mayor desde el pasillo, Mitobe miró a Murasakibara para ver si él aceptaba.

 

-¿eh?... s-si, claro-  después él salió a la puerta a indicarle a su hermana que irían en un momento  -no es como si pudiera ir a alguna parte con esta tormenta y sin mi ropa-  Mitobe sonrió divertido por el comentario  -ah espera, olvidé algo en la habitación ¿está bien si voy a buscarlo yo mismo?-  no había problema con eso así que subió por la bolsa que había dejado y después regresó abajo encontrando a todos en la sala.

 

-¡Atsushi siéntate con nosotros!-  llamó el hermano más pequeño, las dos chicas se sentaron juntas en un extremo del sofá y se cubrieron con una manta para evitar el frio que la lluvia comenzaba a provocar, Mitobe y Murasakibara tomaron su lugar en el otro extremo, a los dos hermanos mas pequeños parecía no molestarles el clima y se recostaron en la alfombra frente al sofá mirando hacia el televisor, le hablaban con tanta confianza que bien podría decirse que estaba en su propia casa, y solo era el segundo día de estar con ellos pero desde el principio todos fueron amables, especialmente Mitobe a pesar de que él ni siquiera lo había reconocido  -¿qué película es?-  preguntó luego a su hermana mayor.

 

-es la que no terminamos de ver anoche porque ya era muy tarde-  respondió una de las chicas, utilizó el control a distancia para comenzar con la película  -no te preocupes si no la has visto Atsushi, no pasó nada interesante al principio, esta es la parte divertida-

 

-de acuerdo-  no le molestaba ver la película ya empezada, era de los que se aburrían fácil así que tampoco esperaba demasiado, se preguntó que clase de película verían, tal vez alguna caricatura para los más jóvenes pero era obvio que no era eso cuando la primera escena en la pantalla fue de una chica corriendo por un pasillo oscuro de lo que parecía un hospital abandonado  -... -  miró a Mitobe quien solo le devolvió la mirada, sonrió y levantó los hombros, parecía que ese tipo de películas era normal en la casa porque nadie además de él pareció sorprendido.

 

-¿no te asustan las películas de fantasmas oh si?- le preguntó el otro hermano menor.

 

-no, esta bien-  le respondió volviendo la vista a la pantalla donde una figura fantasmal aparecía detrás de otro de los actores y este se asustaba tanto que caía por las escaleras  -...después de conocer por tanto tiempo a Kuroko que algo se me aparezca así ya no me asusta-  dijo despacio de modo que solo Mitobe lo escuchó y este comenzó a reír.

 

-no es gracioso, acaba de romperse el cuello-  le dijo su hermana que estaba sentada al otro lado  -perdiste la apuesta-

 

-¿apuesta?-preguntó Murasakibara.

 

-lo que pasa es que aunque estas películas nos gustan son algo predecibles, casi siempre solo sobrevive uno así que para hacerlo más interesante cada quien apuesta por el que cree que va a llegar hasta el final-

 

-y ese era por el que mi hermano apostó-

 

-perdiste hermano, ahora debes preparar solo postres para el desayuno de mañana-

 

-¿eso fue lo que apostaste? Suena bien-  dijo Murasakibara imaginándose los postres.

 

-fue un acuerdo porque él es el único que sabe cocinar-

 

-oye eso no es justo-  comentó la hermana mayor  -yo también cocino-

 

-bueno, él es el único que lo hace ‘’bien’’-  ella le lanzó una almohada mientras los demás reían.

 

-entiendo- dijo después Murasakibara.

 

-¿quieres apostar por alguien Atsushi?-

 

-mejor no-

 

-vamos solo es un juego, si tu ganas puedes venir a desayunar con nosotros lo que va a preparar mi hermano-  ¿otro buen desayuno, gratis y solo con las cosas que mas le gustaban? No iba a negarse.

 

-¡está bien!-

 

-¡si! ¿qué vas a pagar si pierdes?-

 

-ehhh… les compraré todas las golosinas que quieran-

 

-¡trato!-  menos mal que tenían los mismos intereses, siempre le habían dicho que se comportaba como un niño pequeño cuando de comida se trataba  -¿y por quien apuestas?-

 

-veamos… >>¿quién es el que siempre se salva en estas películas, claro, la chica más amable y dulce<< pensó antes de decidir  -aquella- 

 

-buena suerte, es la misma que yo elegí-  dijo la hermana mas joven levantando la mano para chocar los cinco con Murasakibara, él lo hizo y antes de terminar su celebración la chica de la película estaba muerta en la pantalla  -… oh genial, ahora tengo que limpiar sus habitaciones-

 

-ugh… -  se quejó también el más alto y Mitobe rió a su lado.

 

-una menos y golosinas gratis-

 

-¡genial!-  celebraron los hermanos más jóvenes.

 

-por favor no tomes a mal que celebremos sobre la muerte de esos chicos, para empezar sabemos que no es real-  comentó después el mayor de ellos y luego miró a su hermano mayor buscando su aprobación, Mitobe asintió con la cabeza.

 

-claro eso ya lo sé… y quisiera pagar de una vez-  vació la bolsa que había ido a buscar antes y dejó caer al suelo todas las golosinas que había comprado cuando salieron a la tienda  -¿eso es suficiente?-  todos dejaron de prestar atención a la película por mirar aquella montaña de dulces.

 

-¡claro que si!-  los tres más jóvenes se lanzaron sobre el botín.

 

-tal vez debí preguntar primero-  miró a Mitobe de la misma manera que su hermano menor lo había hecho antes, tal vez era de los sobreprotectores que no dejaba a sus hermanitos comer azúcar antes de la cena.

 

-no no, está bien-  dijo luego la hermana mayor uniéndose a los más pequeños.

 

-¿de verdad está bien?-  insistió a lo que Mitobe levantó las manos frente a su pecho en señal de que para él no había problema  -de acuerdo-  levantó una bolsa de papas fritas.

 

-… - 

 

-¿ahora qué pasa?-  Mitobe lo miraba de forma extraña, señaló las golosinas con un movimiento de la cabeza, mirándolas y luego regresándole la mirada -… ¿qué por qué hice eso?- el otro asintió  -¿qué tiene? No soy tan egoísta-  Mitobe levantó una ceja y tenía una sonrisa incrédula, ya había oído del comportamiento de Murasakibara y no esperaba verlo compartiendo así de fácil  -tal vez lo era pero ya no… puedo comprar más así que no me importa compartir-  dijo ofreciéndole de su bolsa de patatas, Mitobe le sonrió esta vez de forma más sincera y tomó una, sin duda la generación de los milagros’ estaba llena de sorpresas. Al final no hubo un ganador definitivo y todo resultó en un empate triple entre la hermana mayor y los dos más pequeños, solo los demás tuvieron mala suerte.

 

-no fue tan aterradora-  comentó el más pequeño.

 

-es verdad-  la mayor  se levantó del sofá llevándose consigo una manta  -bueno ya deberían empezar con la tarea para mañana-  le dijo después a los demás  -ustedes también-  se refirió luego a su hermano mayor y a Murasakibara  -deberían revisar como va lo que están preparando-  ambos asintieron.

 

-está bien-  después de organizar un poco la sala cada quien fue a ocuparse de sus asuntos, los menores fueron a sus habitaciones y los universitarios regresaron a la cocina.

 

-empieza a oler bien-  dijo Murasakibara desde la puerta, todo parecía en orden así que de nuevo se encontraron sin nada que hacer -... debería revisar mi ropa- Mitobe le dio la razón y ambos regresaron al cuarto de lavado, la ropa estaba lista, de hecho había quedado mejor que cuando Murasakibara la llevaba puesta  -está perfecta-  comentó mientras la olía, Mitobe solo sonrió complacido por haber hecho algo que le gustara  -¿debería cambiarme ya que tengo mi ropa?-  Mitobe levantó los hombros  -y parece que esta tormenta no va a terminar nunca-  por la ventana era claro que la lluvia no iba a detenerse pronto así que por así decirlo, estaban atrapados en la casa, menos mal estaban muy cómodos, pasaron otro rato conversando, bueno, Murasakibara contaba cosas y Mitobe lo escuchaba, estaban en lo más alto de la escalera al segundo piso desde donde se veía toda la sala, la puerta principal y por las ventanas del frente contemplaban la lluvia  -... y por eso entré a esta universidad aunque esté lejos de casa-  terminó su historia casi con un suspiro  -ha sido difícil mantenerme yo solo, ya sabes, lavar la ropa, comprar comida, pero creo que lo he hecho bien estos 2 años... ¿no te estoy aburriendo verdad?-  Mitobe negó mientras lo miraba, había estado escuchando atentamente todo el tiempo, obviamente era de los que preferían escuchar, Murasakibara también sentía curiosidad por él, le hubiera gustado escuchar como había sido la vida de Mitobe hasta el momento en que se encontraron pero era obvio que no lo iba a escuchar, al menos no de él mismo, le parecía algo inquietante que no dijera ni una sola palabra, no lo notó cuando se enfrentaron en la Winter Cup’, cuando uno estaba en Yosen y el otro en Seirin, no interactuaron mucho, ni siquiera en los momentos después de los juegos, pero ahora podía ver que Mitobe era una persona  agradable y un poco misteriosa a la que tal vez hubiera valido la pena conocer antes, y no lo decía solo porque ahora sabía que podía cocinar muy bien.

 

-¡¿hermano puedes venir a ayudarme?!-  escucharon la voz de uno de los mas pequeños que llamaba desde arriba, ambos rieron y Mitobe se levantó para subir, hizo una seña a Murasakibara para que lo siguiera.

 

-¿arriba? Esta bien-  se levantó y dio unos pasos en el pasillo siguiendo al otro pero de repente sintió dolor en su rodilla que lo hizo detenerse, Mitobe lo miró  -no es nada, mi pierna se durmió-  no quería hacer notorio que estaba herido pero al intentar dar otro paso el dolor volvió e hizo sus piernas flaquear y hacerlo caer, Mitobe fue a su lado rápidamente para ayudarlo y tratar de detener su caída pero Murasakibara era mucho más pesado que él así que su acción solo terminó con ambos en el suelo  -l-lo siento ¿te encuentras bien?-  preguntó al darse cuenta que había caído sobre Mitobe y estaba consiente que con su cuerpo podía lastimar a alguien fácilmente, por suerte el pasillo estaba alfombrado así que la caída no había sido muy dura, Mitobe estaba bien pero mas que la caída le preocupó la expresión de Murasakibara, había notado el dolor en su rostro, con cuidado lo ayudó a sentarse en el suelo y luego metió las manos bajo los shorts de Murasakibara para descubrir sus rodillas  -¡espera!...-  de nuevo lo sorprendía haciendo cosas como esa sin avisar, pero lo olvidó al darse cuenta que había notado su lesión, la rodilla que se había lastimado seguía inflamada, no demasiado pero si lo suficiente para que Mitobe se diera cuenta. Murasakibara no pudo descifrar la mirada que el otro le dio, parecía preocupado pero también enfadado como si en su mente le recriminara que no se lo hubiera dicho  -no es nada-  retiró las manos del otro que seguían en sus piernas para volver a cubrirse y tratar de levantarse, Mitobe lo ayudó aunque no quisiera su ayuda  -¿lo ves? Ya está bien-  dio unos pasos sintiéndose un poco mejor  -estuve sentado mucho tiempo y por eso me caí pero estaré bien-  Mitobe cruzó los brazos y negó con la cabeza como si lo regañara  -¿qué? Estoy bien-  el otro le negó de nuevo y luego movió una mano y señaló su rodilla, Murasakibara entendió que le estaba pidiendo una explicación  -... bien-  suspiró molesto  -me lastimé en un juego de práctica, pero como ya te dije estoy bien, no es tan grave y ya me estoy recuperando-  esta vez la mirada de Mitobe era menos seria y ya no intentó decir nada más  -bueno, te están esperando ¿vamos a subir o no?-  caminó rumbo a la escalera pero Mitobe se adelantó y se puso en frente extendiendo los brazos  impidiéndole pasar  -¿ahora qué?... ah, ¿las escaleras? No pasa nada-  el otro no le creía  -de verdad, fui a ver a un médico y me dijo que no es grave, mientras no haga movimientos bruscos, tenga una mala postura o me esfuerce demasiado voy a estar bien-  bajó los brazos de Mitobe con sus manos  -estoy bien, de verdad-  comenzó a subir los escalones realmente sin problemas pero podía sentir como a sus espaldas Mitobe tenía las manos listo para atraparlo si se caía  -¡te digo que estoy bien!-  siguió subiendo  -además si me caigo sería mejor que te apartes en vez de tratar de atraparme, hace un momento ya viste que eso no funciona ¿quieres salir herido tu también?- 

 

-¿todo esta bien?-  preguntó la hermana mayor desde la puerta de su habitación  -los escuché discutir-  ambos negaron.

 

-no es nada-  miró a Mitobe pero él ya no insistió más, le creería. Cuando estuvieron en el tercer piso fueron a la habitación de quien había llamado a Mitobe, era el mismo que le había llevado sus notas, estaba en una mesa junto a la ventana y había libros por todas partes, Mitobe levantó algunos de los que había en el suelo y los llevó a la mesa.

 

-ya sé ya sé, esta desordenado, lo arreglo luego-  dijo el menor y Mitobe se sentó a su lado  -no necesito ayuda con mi tarea, solo quería que me alcanzaras un libro del estante-  señaló un mueble al otro lado de la habitación  -lo siento pero yo no lo alcanzo ni siquiera sobre una silla-  a Murasakibara le hizo gracia  aquel comentario y que llamara a su hermano mayor solo para eso, él nunca había tenido problemas para alcanzar las cosas que se encontraban en lo más alto, incluso se recordó robando galletas de las alacenas cuando era menor.

 

-yo lo haré ¿cuál es?-  él se había quedado junto a la puerta y estaba más cerca así que se ofreció a ir por el libro. 

 

-el de color verde-  respondió el pequeño, Murasakibara lo tomó con toda facilidad y luego caminó hacia ellos, Mitobe se levantó para tomar el libro pero antes de que lo tomara Murasakibara lo levantó fuera de su alcance como lo había hecho antes con las notas de su hermano y como Mitobe lo había hecho primero, el más joven empezó a reír con ganas  -Hahahaha ¡bien hecho! ¿verdad que no es divertido hermano?-

 

-lo es para mi-  dijo Murasakibara mientras Mitobe se sonrojaba algo avergonzado. 

 

-él hace lo mismo conmigo todo el tiempo-  seguía diciendo el hermano pequeño, por fin Murasakibara le entregó el libro a Mitobe que se lo llevó a su hermano en la mesa  -¿es verdad que eres el menor de tus hermanos?-  preguntó el más joven a Murasakibara  -Me lo dijo mi hermana- 

 

-así es- 

 

-¡genial! ¿crees que algún día yo sea más alto que él?-  se refirió a su hermano mayor, Murasakibara miró a Mitobe a punto de reír.

 

-si, puede ser-  Mitobe solo sonrió acariciando con fuerza el cabello de su hermano menor.

 

-¡que bien! no puedo esperar a ser más alto-  a ambos les pareció adorable, los dos fueron altos desde sus primeros años en la escuela y fuera de llamar mucho la atención, nunca tuvieron problemas con eso  -gracias, eso era todo lo que necesitaba-  lo dijo por el libro y por la motivación y luego continuó con su trabajo, los mayores salieron de la habitación y antes de regresar abajo Mitobe llamó la atención de Murasakibara tirando despacio de su camiseta.  

 

-¿qué pasa?-  Mitobe señaló una ventana grande al final del pasillo del lado contrario a las escaleras, parecía que quería mostrarle algo, Murasakibara lo siguió por el pasillo que era igual al del piso de abajo a excepción de aquella ventana al final, Mitobe abrió la ventana y las cortinas descubriendo que en realidad era un balcón, Murasakibara recordó verlo desde afuera de la casa, estaba justo en medio y en lo más alto de la casa, ahora también veía que era bastante espacioso, lo suficiente para que los dos estuvieran ahí al mismo tiempo y un par de plantas a los lados, la vista era increíble desde ahí, podía verse toda la calle, la ciudad y hasta el edificio de la universidad a pocas cuadras de distancia, parecía estar muy cerca desde ahí  -increíble-  comentó acercándose al borde, sujetándose del barandal y mirando a todas partes, arriba había un pequeño tejado cubriendo solo el balcón y las ventanas de las habitaciones a los lados así que no se mojaban a pesar de estar ahí y sentirse afuera en medio de la tormenta  -mi dormitorio no tiene ventanas, solo la ventilación y la puerta da al pasillo-  quiso quedarse ahí un momento y a Mitobe no le importó, a él también le gustaba estar en ese lugar. No dijeron nada en un buen rato, las palabras no hacían falta, la vista daba suficiente en que pensar y pasando así el rato la lluvia poco a poco comenzó a hacerse más débil hasta parar completamente pero con el cielo aun nublado.

 

-...- tocó su hombro para llamar su atención y de nuevo le indicó que lo siguiera.

 

-esta bien- pensó que era hora de regresar abajo pero en vez de eso Mitobe abrió una puerta cerca de la escalera para bajar, esa habitación era más como una bodega muy estrecha y a un costado había otra escalera que llevaba más arriba en la casa, solo había tres pisos así que Murasakibara supuso que esa escalera era para ir a la azotea de la casa aunque no sabía que habría de interesante allí. Ya había dejado de llover así que no había problema si subían; Los ojos de Murasakibara se abrieron ante el esplendor de aquel lugar, era tan amplio como 2 canchas de baloncesto completas y con algunas jardineras repletas de plantas y flores alrededor de manera que no estorbaran y se pudiera caminar por ahí con libertad, la casa era grande pero no se apreciaba tanto desde adentro como podía verse ahora por la amplitud de la azotea, si la vista desde el balcón era buena, lo que se apreciaba desde ahí era aun mejor, podía verse la ciudad completa y en todas las direcciones, estaba rodeada por maya de seguridad de al menos 3 metros de alto y aparte al exterior una segunda valla de metal que parecía muy resistente, mucha seguridad obviamente ya que en la casa había varios niños pequeños  -Tobe-chin esto es increíble-  se acercó al borde sujetándose de la reja que aunque se interponía no dificultaba la vista hacia el exterior, Mitobe sonrió al ver lo fascinado que estaba, pero la vista no era la mejor parte.

 

-... -  hizo un sonido que de inmediato llamó la atención del más alto.

 

-... claro, no podía faltar-  Mitobe estaba botando un balón de basketball en el suelo y con el pulgar señaló la puerta por donde habían entrado, era un pequeño cuarto cerca de la maya de seguridad, no ocupaba más lugar que el de un armario pero en la parte de arriba tenía un aro de baloncesto que Murasakibara no notó cuando subieron  -¿aquí es donde practicas cuando no puedes usar las canchas de la universidad?-  comenzó a caminar hacia él, Mitobe asintió dejando de rebotar el balón  -podríamos jugar alguna vez-  trató de tomar el balón pero Mitobe lo escondió en su espalda y negó moviendo la cabeza  -cierto, cuando me recupere-  esta vez Mitobe sonrió y le dio la pelota, Murasakibara la tomó y lanzó desde donde estaban encestando con facilidad en el aro sobre la puerta, su entrenamiento había funcionado. Caminaron rodeando la azotea mirando alrededor de la casa, se sentía como estar en lo más alto de la ciudad y el viento golpeaba con fuerza, era todo concreto pero las plantas le daban un aspecto más confortable y hogareño; La ciudad se veía enorme, tantos lugares y tanta gente  >>es increíble que nos hayamos encontrado<<  pensó sin dejar de caminar  -Tobe-chin-  llamó despacio aún sin detenerse  -quisiera quedarme aquí más tiempo-  a Mitobe no le pareció un problema, pero después fue obvio que no se refería a quedarse a apreciar la vista, Murasakibara se detuvo y se volvió para mirarlo  -quiero vivir aquí un tiempo, en esta casa...-

Notas finales:

Próximo capitulo para el lunes. Gracias por leer. 


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