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Solo entiendo que te quiero. por TKarin

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El día siguiente la familia entera salió temprano a una caminata por el parque de la ciudad y esta vez Murasakibara los acompañó.

 

-nos veremos aquí en una hora, no se alejen demasiado-  indicó la madre de Mitobe y todos se separaron en pequeños grupos, la pareja mayor se sentó en una banca a la sombra de uno de los muchos árboles del parque y desde donde podían observar a sus hijos, Mitobe y Murasakibara caminaban juntos simplemente disfrutando del paseo, era bueno estar al aire libre de vez en cuando.

 

-Tobe-chin, hay una maquina de caramelos por allá ¿podemos ir?-  no había problema en alejarse un poco de los demás y ambos fueron en aquella dirección, Murasakibara compró un par de paletas congeladas y ofreció una a Mitobe, se quedaron en ese lugar un momento, era un día soleado con muy pocas nubes en el cielo y el viento fresco era agradable y soplaba con fuerza revolviendo en el aire la cabellera de Murasakibara, Mitobe lo miraba sin que él se diera cuenta, tenía un color muy bonito que era imposible de ignorar y se apreciaba mejor al tener el cabello tan largo como él, Mitobe nunca se destacaba demasiado entre las multitudes, ni siquiera por ser alto e imaginaba como sería tener el cabello de un color tan llamativo, seguramente alguien así nunca pasa desapercibido, por un momento sintió deseos de tocar su cabello de nuevo como lo había hecho la noche anterior al darle las buenas noches  -¿pasa algo?-  ya había notado que lo miraba  -¿deberíamos regresar con ellos?-  fue lo que Murasakibara creyó que trataba de decirle pero Mitobe negó apartando la vista rápidamente  -esta bien... este lugar me gusta, hace mucho que no venía, casi nunca salía del campus-  comenzaban de nuevo con esas ‘’conversaciones’’ en las que solo Murasakibara hablaba pero eso no le molestaba, le gustaba que lo escucharan y para Mitobe también estaba bien, así era con Koganei cada que estaban juntos  -tienen canchas de basketball, deberíamos venir a practicar algunas veces... cuando pueda jugar bien por supuesto, quiero aplastar a algunos de esos sujetos-  bromeo señalando a los chicos que estaban practicando en ese momento y provocando una sonrisa a su compañero  -¿quieres ir a mirar?-  parecía una buena idea, caminaron por el césped hasta llegar a la zona deportiva y donde había varias personas jugando.

 

-¡hey Atsushi!-  lo saludaron cuando se acercó lo suficiente, eran dos de sus compañeros del equipo de basketball, el capitán y el que le había robado el almuerzo que era quien lo llamó  -¿qué haces aquí? ¿ya puedes jugar?-

 

-aún no, solo vinimos a observar- 

 

-¿eh? ¿y quién es él?-  miró después a Mitobe.

 

-un amigo mío, va a estar con nosotros en el equipo cuando terminen las vacaciones-

 

-ah es verdad, el entrenador me dijo que debía inscribir a alguien en los últimos días de clases-  comentó el capitán acercándose a los dos y extendiendo su mano para saludar al que sería su nuevo compañero de equipo  -¿cuál es tu nombre?-  Mitobe estrechó su mano nervioso pero sin responder a su pregunta.

 

-Rinnosuke Mitobe-  dijo Murasakibara sabiendo que debía ayudarlo con las preguntas.

 

-ya veo, pues prácticamente ya eres del equipo, bienvenido... ¿en qué posición acostumbras jugar?-  preguntó de nuevo y Mitobe miró a Murasakibara esperando que lo ayudara de nuevo pero él tampoco estaba seguro del rol que Mitobe tenía en la cancha  -¿y bien?-

 

-él... creo que puede jugar bien en cualquier lugar de la cancha, pero es mejor en la defensa... ¿verdad?-  respondió de nuevo esperando no haber dicho nada incorrecto y esperando la aprobación de Mitobe.

 

-espera un momento-  dijo el otro chico  -Rinnosuke Mitobe, posición defensiva ¿no estabas en Seirin’ cuando derrotaron al equipo de Murasakibara hace unos años en la Winter Cup’?-  Mitobe asintió sorprendido de que alguien lo reconociera  -¡wow! ¡ustedes fueron campeones! ¿tienes más trofeos como ese?-  Mitobe negó sonriendo algo apenado por toda la emoción que el otro demostraba.

 

-¿eso es cierto? ¿estabas en Seirin cuando fueron campeones?-

 

-espera a que los demás del equipo escuchen esto, vas a ser muy popular... ¡tienes que jugar con nosotros! ¡vamos!-  le pasó un balón de basketball invitándolo a jugar con quienes estaban en la cancha  -solo una demostración-  Mitobe negó agitando las manos frente a él, muy nervioso de entrar a jugar con esas personas que acababa de conocer.

 

-tranquilo, son solo aficionados comparados con ustedes-  dijo el capitán regresando a la cancha.

 

-esta bien Tobe-chin-  Murasakibara puso una mano en su hombro tratando de calmarlo  -solo juega como lo hiciste conmigo ayer-  Mitobe lo miró bajando las cejas sin estar muy convencido de eso  -ya sé que perdiste pero aun así jugaste muy bien, no tengas miedo-  sonrió dándole ánimos y aunque Mitobe seguía sin estar muy seguro caminó hacia la cancha con los demás.

 

Los equipos eran de cuatro contra cuatro, Mitobe estaría jugando con los compañeros de Murasakibara y otro chico de los que eran regulares en el parque junto a un grupo de otra escuela, un partido amistoso solo por diversión pero aún así podía llegar a ser intimidante especialmente para alguien como Mitobe que ya estaba sudando aunque el juego ni siquiera había comenzado.

 

-jugaremos a tres de cinco... ¡ahora!-  gritaron dando inicio al juego, Mitobe mantuvo su posición defendiendo el aro del ataque del equipo rival que desde el principio fueron con todo contra ellos, parecían decididos pero no pudieron pasarlo, fue capaz  de quitarles la pelota fácilmente y avanzó a la zona de sus rivales que trataron de detenerlo, pasó el balón al capitán de su nuevo equipo y este también superó a los otros llegando hasta el aro y anotando el primer punto.

 

-¡bien!-

 

-¡vamos!-  animaban todos los que miraban excepto Murasakibara que se limitaba a observar a Mitobe y la forma en que jugaba, una vez comenzado el partido pareció perder todo el miedo que tenía.

 

Comenzó un nuevo ataque, esta vez el otro equipo tenía el balón aunque no pudieron mantenerlo mucho tiempo, fue un robo casi tan rápido como el que Mitobe había hecho al principio pero por parte del otro compañero de Murasakibara, corrió para anotar de nuevo pero fue bloqueado por tres integrantes del equipo contrario.

 

-¡Mitobe!-  llamó lanzándole el balón y él lo recibió fácilmente, otro del equipo contrario fue hacia él pero antes de que llegara Mitobe creyó que estaba en una buena posición para tratar de anotar desde ahí y lanzó la pelota hacia el aro. Murasakibara notó algo en la forma de lanzar de Mitobe que no le gustó y le recordó que en su juego en la azotea había hecho lo mismo y de la misma manera, por lo que predijo lo que pasaría.

 

-¡rebote!- había fallado pero el chico que le había hecho un pase había sido rápido ya estaba debajo del aro esperando otra oportunidad para anotar y lo logró.

 

-¡sí!- 

 

Tenían la ventaja, Mitobe no estaba seguro si era porque en verdad estaba por encima del promedio o porque hacía un tiempo que no jugaba con un equipo y ahora que lo tenía ya se sentía más cómodo, pero comenzaba a jugar con más ánimos, incluso le pareció que sus rivales eran algo lentos en sus movimientos, sonrió al momento que iniciaban de nuevo; una vez más el balón era suyo y pasó a sus rivales con gran agilidad lo que les agradó a sus compañeros de equipo y a Murasakibara que sonreía al verlo avanzar hacia la canasta, saltó para anotar y alguien lo bloqueó pero con los mismos movimientos veloces se cambió el balón de mano e hizo un tiro de gancho que entró perfectamente y haciéndolos ganar el juego.

 

-¡bien hecho!-  victorearon los demás y se acercaron a felicitarlo por esa jugada, después se enteró que había sido sencillo porque la escuela contra la que jugaron no tenía equipo de basketball y esos chicos solo jugaban por diversión pero aún así había sido interesante.

 

-¡buen trabajo hermano!-  cuando regresó al lado de Murasakibara notó que sus hermanos se habían acercado para ver el partido y lo habían visto hacer la jugada ganadora, también sus padres lo veían desde más lejos pero le aplaudían.

 

-juegas bien, no pudo esperar a verte en las prácticas-  se acercaron los compañeros de Murasakibara  -podemos ponernos de acuerdo y venir a practicar en las tardes-  Mitobe asintió emocionado con la idea, estar en el club de basketball de nuevo iba a ser muy divertido.

 

-yo solo podré mirar-  dijo Murasakibara algo desanimado.

 

-no te preocupes, cuando estés mejor te haré entrenar muy duro para que recuperes el tiempo perdido-  bromeó su capitán.

 

-no hace falta, estoy bien solo mirando-  Murasakibara les explicó que no estaban allí solos así que se despidieron y regresaron con la familia de Mitobe para continuar con su día en el parque.

 

-hace mucho que no te veía jugar-  comentó su madre  -y tú Atsushi ¿cuándo podrás jugar otra vez?-

 

-en una o dos semanas más, pero si no me esfuerzo demasiado si puedo jugar, ayer jugamos un rato en la azotea-  señaló  a Mitobe y él asintió alegremente.

 

-¿de verdad? que bien, pero tengan cuidado al bajar las escaleras-  dijo en tono de broma por el incidente que tuvieron el día anterior y por el que no los pudieron acompañar a la piscina.

 

-tendremos cuidado- 

 

-¿van a jugar hoy también?-  preguntó una de las hermanas.

 

-tal vez sí, no me gustó quedarme solo observando-  miró a Mitobe que seguía sonriendo después de aquel juego, sin duda lo había disfrutado. Mas tarde de regreso en casa, Murasakibara pidió subir a la azotea y Mitobe lo siguió pensando que solo querría practicar un poco.

 

-tus tiros a distancia son terribles- le dijo una vez arriba y buscó la pelota para lanzársela  -inténtalo de nuevo y te aseguro que fallarás-   Mitobe se sintió algo ofendido por ese comentario, no era algo en lo que se fijara demasiado, era normal perder uno que otro tiro ¿o no?, tomó una posición adecuada para lanzar el balón y Murasakibara lo observaba hacer lo mismo que en las otras ocasiones y al igual que en entonces, fallar, el balón ni siquiera había llegado al aro.

 

-...!- 

 

-te lo dije-  sabía un poco sobre eso ya que él también había estado practicando sus tiros antes de lesionarse, fue a levantar el balón y después de regreso hacia él  -te vi anotar un tiro de gancho, lo haces muy bien, pero creo que estas tan acostumbrado a anotar de esa manera que inconscientemente mueves los hombros de la misma manera cuando haces otro tipo de tiros-  Mitobe escuchó lo que decía pero pestañeó un par de veces sin entenderlo muy bien  -pues... es como... tendrías que lanzar así, pero tu lo haces de este modo-  trató de demostrarle a lo que se refería haciendo los mismos movimientos con su cuerpo pero era obvio que seguía sin estar claro, Mitobe solo lo miraba desde su lugar y negó con la cabeza  -ehh... ya sé-  le devolvió la pelota  -tira de nuevo-  Mitobe obedeció preparándose para lanzar  -¡detente!-  le dijo a mitad del movimiento y Mitobe se quedó quieto de inmediato y quedándose en la posición de lanzamiento, Murasakibara se acercó colocándose detrás de él  -¿puedes sentir como tus hombros están tensos?-  pasó las manos por sus hombros y debajo de sus brazos.

 

-...!!- ¡claro que estaba tenso! comenzó a tocarlo sin advertirle primero que lo haría.

 

-siempre recuerda que debes lanzar más alto de lo que crees que es necesario... ¿por que no relajas los hombros?-  comenzó a masajearlo con los dedos mientras Mitobe seguía sin moverse y más tenso que nunca  -también debes cuidar la posición de las piernas... estas como si fueras a empezar a correr-  bajó la mano por su pierna y fue hasta entonces que Mitobe bajó los brazos y se giró un poco para mirarlo, Murasakibara reaccionó al ver que comenzaba a sonrojarse pues lo estaba incomodando tanto como cuando le había mordido el cuello  -¡lo siento!-  se alejó de inmediato levantando las manos frente a su pecho  -p-pero recuerda lo que te dije... tus hombros, debes relajarte más-  miraba hacia otro lado y no se dio cuenta cuando Mitobe recuperó la compostura y hacía un lanzamiento como él se lo había dicho aunque si alcanzó a ver que el balón entraba en el aro mucho mejor que las otras veces.

 

-...!-  Mitobe lo miró sonriendo feliz por ese lanzamiento, Murasakibara le devolvió la sonrisa y asintió complacido al ver que sus consejos habían funcionado.

 

-aprendí un poco de eso porque tampoco podía lanzar muy bien a distancia-  decía mientras Mitobe seguía practicando, aun fallaba en ocasiones pero ahora el balón no se alejaba demasiado del aro  -me confiaba en que podía anotar fácilmente si estaba lo suficientemente cerca, ni siquiera tenía que saltar, solo estirar mi brazo- Mitobe hizo tres anotaciones seguidas, sin duda había mejorado, e iba a lanzar de nuevo hasta que de repente Murasakibara le quitó el balón y se puso frente a él retándolo a que tratara de hacer lo mismo  -veamos como lo haces cuando juegas contra alguien más-  sonrió desafiante y Mitobe estuvo de acuerdo en seguir con el juego  -...que sean tres de cinco-  aceptó cuando llevaban jugando un rato y de nuevo Mitobe perdía a dos de tres puntos aunque esta vez había logrado anotar uno a su favor  -¿te diviertes? Ya ni inquiera te preocupas por mi rodilla-  Mitobe lo había olvidado y fue hasta escucharlo de él mismo que recordó que no debía hacer que se esforzara demasiado y dejó caer el balón sin querer seguir jugando  -¡espera! no lo decía por eso, no tenemos que dejar de jugar-  el otro negó y dio un golpecito con el pie al balón para que rodara lejos  -esta bien pero no hemos terminado, jugaremos otra vez mañana-  en eso si estuvieron de acuerdo y dejaron de lado su juego para seguir solamente admirando la vista desde ahí  -Tobe-chin ¿aún eres amigo de los demás de Seirin’?-  Mitobe no entendió por qué preguntaba por ellos ahora pero asintió respondiendo que si  -pero ninguno está aquí en la ciudad ¿verdad?- 

 

-...-  negó y después ladeó levemente la cabeza sin dejar de mirarlo.

 

-¿que por qué lo pregunto? Solo curiosidad, por lo que dijeron tus padres acerca de que no habías invitado a nadie más-  Mitobe se ruborizó al recordar las bromas que sus padres hicieron en ese momento  -... ¿entonces es verdad?... lo de tú y Koganei-  preguntó refiriéndose a que él había sido su único invitado en mucho tiempo.

 

-...!!-  creyó que seguía refiriéndose a su relación ‘’sospechosa’’ con Koganei y dio un pequeño salto de la sorpresa pues no se esperaba una pregunta como esa, de nuevo lo hacía sonrojarse y movió los brazos en el aire frenéticamente tratando de explicar tantas cosas a la vez.

 

-¿eh?-  de repente se calmó y bajó la mirada dejando de mover los brazos.

 

-...-  asintió muy levemente aun sin mirarlo.

 

-¿de verdad? vaya, me siento afortunado-  Mitobe lo miró extrañado por ese comentario y Murasakibara lo notó  -¿que ocurre?... me refiero a ser de los pocos que invitas regularmente a tu casa ¿tú qué creías?- lo vio volver a ruborizarse de nuevo esta vez con una expresión de vergüenza  -...oh-  Mitobe volteó hacia otro lado y se cubría el rostro con ambas manos, había confundido la pregunta y le había confesado algo personal  -e-está bien, no pasa nada, no es como si fuera algo malo ¿verdad?-  trató de tranquilizarlo al ver lo avergonzado que estaba  -supongo que es normal interesarse por un amigo al menos una vez, especialmente si es muy cercano, una vez Muro-chin y yo...-  se congeló a la mitad de la oración al darse cuenta de que estaba a punto de hacer lo mismo que él, al menos había conseguido que lo mirara de nuevo aunque esta vez fue el quien desvió la vista hacia otro lado comenzando a sonrojarse  -a... a lo que me refiero es que no tienes nada de que avergonzarte-  se pasó la mano por detrás de la cabeza y Mitobe asintió aun mirando hacia abajo  -...¿por eso fue tan triste cuando él se fue verdad?-  Mitobe asintió nuevamente  -entiendo, tener que separarse después de  estar juntos tanto tiempo, es difícil… ¿hace cuando tiempo que salían?-  por fin sus miradas se encontraron de nuevo pero Murasakibara recibía una negativa a esa pregunta  -¿no? Pero tu dijiste…-  eso era correcto  -pero él no…-  correcto de nuevo  -Tobe-chin ¿él te rechazó?-  el otro asintió solo una vez y volvió a apartar la mirada caminando hacia la reja y sujetándola con una mano  -entiendo… lo lamento, no debí seguir preguntando-  Mitobe lo miró y negó con la mano mientras le sonreía.

 

>>no te preocupes<<  ahora estaba más claro, a Mitobe si le gustaba Koganei y en algún momento le había confesado sus sentimientos pero fue rechazado, aún así pudieron seguir con su amistad y esta fue tan fuerte como siempre, habían terminado bien a pesar de todo 

 

-...entonces...-  miraba hacia otro lado y se rascaba la mejilla  -¿no te gustan las mujeres?-  Mitobe se sonrió en vez de sentirse incomodado por la pregunta, de hecho le hizo gracia que él tuviera curiosidad, asintió un par de veces  -¿eh? ¿pero no dijiste que... entonces también te...?-  volvió a asentir y después levantó los hombros   -entiendo...-  supuso que estaba bien, al menos él no tenía problemas con eso.

 

-…?- 

 

-¿qué pasa?-  notó que lo miraba mientras recargaba la espalda en la malla y cruzaba los brazos.

 

-…??-  inclinó la cabeza hacia un lado y Murasakibara levantó una ceja con una expresión de descontento cuando entendió lo que le preguntaba.

 

-nunca pasó nada entre Muro-chin y yo, lo dije porque él y yo estuvimos… fuimos amigos mucho tiempo, sé lo que se siente querer a alguien… y que luego se vayan y te quedes solo, a eso me refería-  pareció entristecer al recordarlo  -además siempre tenía novias diferentes… el muy infeliz-  ambos suspiraron al mismo tiempo y sonrieron mirando en direcciones diferentes, se sentía bien platicar con alguien y dejar ir todos esos sentimientos reprimidos, después se miraron y volvieron a sonreír, desde ese momento tuvieron más confianza el uno con el otro y su amistad siguió creciendo al igual que la de Murasakibara con el resto de la familia de Mitobe, casi era como un hermano más y él también comenzaba a sentirse así;  -Tobe-chin ¿quieres ir a cenar a mi casa?-  le dijo unos días después mientras preparaban juntos la cena como llevaban haciéndolo desde hacia un tiempo -va a ser cumpleaños de mi madre y mis hermanos van a ir, yo también quisiera estar ahí ¿quieres acompañarme?-  Mitobe aceptó de inmediato lo que alegró a Murasakibara.

 

-…-

 

-no, no hay problema si llevo un invitado-  también había empezado a entenderlo mejor, en ese momento ni siquiera necesitó mirarlo directamente para saber lo que pensaba  -la llamaré antes de dormir para avisarle… pero mi casa queda un poco lejos ¿esta bien si nos quedamos allá una noche?-  para Mitobe no había problema, le emocionaba conocer a la familia de Murasakibara.

 

Cuando llegó el día de la visita, Mitobe preparó una maleta con ropa y todo lo necesario para quedarse una o dos noches mientras que Murasakibara pidió prestada una maleta y la llevaría vacía para luego traer cosas de su casa, había dejado mucho antes de ir a la universidad porque decía que en el dormitorio no tenía espacio suficiente, también había sido él quien se ofreció a pagar por los dos boletos de avión. Fue hasta que ya estaban en el aire que Murasakibara se enteraba que esa era la primera vez que Mitobe viajaba en avión, aunque hubiera podido notarlo simplemente porque no dejaba de temblar y evitaba mirar por la ventana, además de que sintió nauseas en dos ocasiones, Murasakibara pensó que Mitobe tuvo que ser muy valiente para aceptar acompañarlo aun sabiendo que debían viajar en avión, pero por suerte el viaje no fue demasiado largo y después del drama por el aterrizaje por el que también se había asustado un poco, finalmente llegaron a la casa donde Murasakibara había pasado su infancia. Estaba en un vecindario parecido al de donde vivían ahora pero con la calle más amplia y aunque las casas no eran tan altas seguían siendo bastante grandes.  La residencia a la que entraron tenía un jardín bastante grande al frente y con flores de colores alrededor del camino hacia la entrada, Murasakibara tocó el timbre cuando ambos estuvieron frente a la puerta.

 

-¡bienvenidos!-  saludó emocionada la mujer que abrió la puerta  -Atsushi, me da gusto verte y conocer a tu... amigo-  era una mujer de estatura un poco más alta que el promedio y con cabellera larga y rubia, Mitobe supuso que entonces Murasakibara había heredado el color de cabello de su padre.

 

-hola mamá-  la abrazó y ella besó su mejilla  -feliz cumpleaños-

 

-gracias cielo... y hola-  se dirigió después a Mitobe  -Atsushi dijo que traería a alguien pero nunca nos dijo quién era ¿cuál es tu nombre?-

 

-Mitobe, Rinnosuke Mitobe- respondió Murasakibara.

 

-pues mucho gusto, por favor pasen-  entraron a la casa y Mitobe pudo ver por qué Murasakibara la pasaba tan mal en los dormitorios de la universidad, eran una pocilga comparados con la casa tan magnifica y elegante en la que había pasado casi toda su vida.  Entraron a la sala donde estaban otras cuatro personas, tres chicos y una joven que los estaban esperando, eran los hermanos mayores de Murasakibara, los cuatro tenían el cabello color violeta aunque de tonos más claros y oscuros.

 

-¿ya están aquí? ¡¿cómo es ella?!-  dijo uno de los chicos al ver entrar a su madre y después a Murasakibara y Mitobe.

 

-...es un chico-

 

-ya me lo esperaba-  comentaron entre si los otros dos al ver a su hermano y a su invitado.

 

-¿de qué están hablando?-  le preguntó Murasakibara a su madre pero ella solo sonrió e  ignoró la pregunta.

 

-bienvenido, me da mucho gusto verte-  se acercó la joven pero pasó de lado de su hermano sin prestarle atención y fue directamente a saludar a Mitobe.

 

-chicos él es Mitobe-  lo presentó después la madre de Murasakibara  -el amigo de Atsushi... no sean descorteses, compórtense-  dijo despacio al final aunque con un tono de amenaza.

 

-... ¿ya está la comida?-  preguntó Murasakibara tratando de terminar con la molestia de las presentaciones.

 

-espera un poco ¿por que no mientras van a dejar sus maletas en su habitación?- sugirió la mujer.

 

-esta bien ¿mi habitación es la misma verdad?-

 

-lo siento cielo pero creí que estaría mejor si usaban la alcoba principal, la mía, tiene una cama más grande-

 

-¿por qué?-  sus hermanos rieron un poco.

 

-por favor Atsushi, esta bien-  le dijo su hermano mayor  -no nos hacemos ilusiones de que no duerman juntos-

 

-...¿de que rayos estas hablando?-  Murasakibara comenzaba a molestarse por el tono en que le hablaban.

 

-pues...-  señaló a Mitobe con una mano  -mamá ya nos había dicho que ibas a traer a tu novia- hubo un silencio y Murasakibara y Mitobe se miraron mutuamente antes de entender por fin lo que todos los demás estaban pensando de ellos.

 

-¡¿que?! ¡eso no... ¡yo nunca...-  ambos se sonrojaron intensamente y Murasakibara le gritaba a su hermano mientras Mitobe negaba con ambas manos  -¡yo dije que iba a traer a un invitado, nunca dije que era una nov... cita!-

 

-debiste ser más especifico-  le dijo su madre tratando de no hacer notar cuanta gracia le hacía aquella escena.

 

-¡no! ¡ustedes dejen de pensar todo eso de mi!... y no quiero otra habitación, quiero ‘’mi’’ habitación-

 

-no hay otra habitación por el momento, lo siento pero tendrás que compartirla por esta vez- 

 

-la cama es más grande, de que te quejas-  se burló de nuevo uno de sus hermanos.

 

-no lo puedo creer-  dijo molesto Murasakibara y comenzó a caminar a la habitación que le habían preparado, Mitobe lo siguió no sin antes hacer una pequeña reverencia para despedirse de los demás antes de ir tras él con su maleta en mano.

 

La habitación principal era enorme, incluso más grande que la sala de la casa de Mitobe, tal como lo habían dicho, la cama era un gran colchón matrimonial con espacio suficiente para que dos personas durmieran con toda comodidad. Murasakibara había cerrado la puerta para que los demás no los molestaran, seguía enfadado por aquel incidente, Mitobe dejó su maleta en el suelo y caminó por la habitación apreciando todos los detalles que tenía, ahora estaba más claro que la familia de Murasakibara podía darse muchos lujos.

 

-...mamá dice que cuando termines tus rabietas pueden venir a comer-  dijeron desde el otro lado de la puerta, Murasakibara volvió a molestarse y solo movía la cabeza tratando de recordar por qué quiso volver a esa casa, su familia no tenía malas intenciones y él lo sabía pero podían llegar a ser bastante pesados, especialmente sus hermanos mayores.

 

-lamento todo eso-  le dijo después a Mitobe  -no fue la mejor forma de conocer a mi familia-  el otro negó moviendo la cabeza mientras le sonreía  -pero descuida, no estamos peleando, les gusta fastidiarme y nunca se cansan de hacerlo-  se sentó en la cama un momento  -¿tú nunca fuiste así con tus hermanos menores verdad?-  Mitobe volvió a negar marcando aún más su sonrisa  -lo sabía, los envidio... pero mis hermanos me envidian a mi por ser más alto que ellos aun siendo el de menor edad-  bromeó recuperando la tranquilidad y levantándose de la cama  -vamos a comer, y no te preocupes, los aplastaré si siguen molestando-  salieron de la habitación y Mitobe siguió a Murasakibara hasta el comedor donde los demás ya estaban en sus asientos.

 

-hola otra vez-  saludó su madre ya que el ambiente estaba tranquilo otra vez  -siéntense y ya pueden servirse-

 

-¿no quieres que te cantemos feliz cumpleaños?- dijo a su madre la única hermana.

 

-creo que todos somos ya muy mayores para eso  ¿o alguien más quiere cantar?-  preguntó la madre de familia sin obtener respuesta de nadie  -lo imaginé, así esta mejor-

 

-¿entonces tampoco habrá pastel de cumpleaños?-  comentó uno de los hermanos varones.

 

-eso si, pero será el postre, ahora coman-  igual que en casa de Mitobe la mesa estaba repleta de diferentes platillos que se veían muy apetitosos, aunque todos se servían con cuidado y en silencio a diferencia de los hermanos Mitobe que hablaban alto y parecían pequeñas pirañas que no dejaban nada en cuestión de minutos   -y cuéntanos Mitobe ¿cómo es que tú y Atsushi se conocieron- 

 

-nos enfrentamos una vez en la preparatoria pero desde entonces nunca nos encontramos de nuevo hasta hace poco en la universidad-  de nuevo Murasakibara lo ayudaba con las preguntas y daba detalles de más tratando de desviar la atención de él, ya sabía que no era bueno con las conversaciones  -nos encontramos en la clase de… historia-  no quiso tener que explicar lo de la clase de cocina, seguramente sus hermanos se burlarían de él también por eso y para dar una explicación tendría que contarles sobre su lesión y tampoco quería hacer eso.

 

-¿de verdad? que coincidencia-   comentó la mujer. Mitobe miró a Murasakibara y adivinó el motivo por el que había mentido así que le siguió el juego  -oye lamento el malentendido de hace un momento-  siguió hablándole a Mitobe  -pero cuando Atsushi dijo por teléfono que iba a invitar a alguien todos nos hicimos ilusiones y nos emocionamos porque ¿sabes? Él nunca ha tenido una novia-

 

-¡mamá!-  golpeó los cubiertos contra la mesa mientras sus hermanos comenzaban a reír  -eso no es cierto-

 

-y creímos que por fin había llegado el día, así que, tu entiendes-  guiñó mirando a su hijo que parecía muy molesto y totalmente avergonzado, Mitobe no pudo evitar reírse un poco pero no tanto por ese comentario sino porque esta mujer le recordaba a su propia madre y las bromas que hacía, aunque al menos ella hacía el intento de disimular y esta soltaba todo sin ninguna delicadeza.

 

-solo para aclarar ¿no están saliendo ni nada verdad?-  preguntó a ambos la hermana de Murasakibara y él solo la miró fastidiado sabiendo que solo trataba de provocarlo  -¿qué? Eso no tendría nada de malo-

 

-ni sería inesperado-  comentó su hermano siguiendo con la broma.

 

-¿lo ves? por eso ya no los visito-  Murasakibara se dirigió a su madre.

 

-ya tranquilo, es una broma-  dijo de nuevo su hermana.

 

-pero ya en serio ¿no te aburres de estar tu solo?-  sus hermanos mayores no podían dejarlo en paz  -¿qué haces cuando tienes ganas de…?-  Murasakibara lo hizo callar amenazando con lanzarle un trozo de pan.

 

-¿qué hay de ti Mitobe? ¿tienes novia?-  él negó con la cabeza respondiéndole a la joven que le había hecho la pregunta  -¿de verdad? no te creo, eres muy lindo como para ser soltero-  Mitobe sonrió apenado e inclinó la cabeza hacia abajo como una reverencia de agradecimiento.

 

-déjalo en paz-  le reclamó a ella Murasakibara.

 

-no estoy haciendo nada, tranquilo, no tienes que ponerte celoso, yo ‘’si’’ tengo novio-  guiñó hacia Mitobe.

 

-Tobe-chin come rápido para poder salir de aquí- 

 

-¿ansioso por ir a la habitación?-

 

-¡bueno ya basta! ¡mamá diles algo!-

 

-chicos ya basta, y tú no los escuches Atsushi, además como ya dijeron, no habría ningún problema si salieras con un chico-

 

-¡ma…-

 

-al menos a mi no me importaría, creo que sería adorable-  Murasakibara hacía señas moviendo las manos de la misma manera que Mitobe lo hacía, intentando detenerla  -como ese otro amigo tuyo ¿cómo se llamaba?-

 

-Himuro-  respondió uno de los hermanos.

 

-si él, era encantador ¿de verdad no te gustaba ni un poquito?-  Murasakibara dejó de intentar detenerlos y se cubrió el rostro con ambas manos apoyando los codos en la mesa  -si encuentras el amor y te hace feliz ¿a quién le importa quien sea…-

 

-¡ya entendí! gracias mamá-  se descubrió el rostro y miró a Mitobe que también parecía algo incomodo y cruzaba los brazos mientras se recargaba en el respaldo de su silla aunque siempre con una sonrisa tratando de no ser descortés.

 

-genial, ya tienen sus bendiciones-  de nuevo uno de sus hermanos.

 

-¿por qué todos insisten con eso? ¿solo porque no tengo novia? si todos los solteros somos gay entonces ¿por qué molestarse en buscar novia si también ella también tendría que serlo?-

 

-cielo no te enfades-  decía su madre.

 

-está bien, lo siento-  se disculpó la joven y después también sus otros hermanos.

 

-solo estamos jugando, relájate-  por fin pareció que todo se calmaba aunque Murasakibara seguía con un ligero rubor en el rostro.

 

-Mitobe, no has dicho nada desde que llegaste ¿te pasa algo?-

 

-mamá…-  Murasakibara le negó con la cabeza para que no insistiera y ella le hizo caso por esta vez.

 

-de acuerdo… y creo que ya es hora del postre- 

 

-déjame ayudarte- se ofreció uno de los chicos y entra ambos trajeron platos y el postre que todos estaban esperando.

 

-aquí tienen-  la mujer repartió unas rebanadas y volvió a sentarse con ellos  -debo decir que me da mucho gusto que todos pudieran venir-  miró a su hijo menor  -aun sabiendo las consecuencias-  él le respondió con una media sonrisa y después comenzó a comer aunque hizo una mueca al apenas probarlo.

 

-mamá esto esta terrible ¿lo compraste?-

 

-si, pero a mi no me parece tan mal-

 

-déjame preparar uno para esta noche y verás que queda mucho mejor-

 

-¿tú? ¿desde cuando sabes hornear?-

 

-he estado aprendiendo a cocinar-  puso su mano sobre el hombro de Mitobe  -él me ha ayudado, es quien cocina casi a diario para su familia y lo hace muy bien, déjanos prepararlo y ese será tu regalo de cumpleaños-

 

-me parece una maravillosa idea, si aprendes a cocinar desde ahora serás mi hijo favorito-  bromeó a propósito por sus otros hijos.  Después de todo la comida había terminado bien, Mitobe y Murasakibara regresaron a la habitación para terminar de acomodar sus cosas para su estancia esos días.

 

-voy a tomar una ducha-  dijo Murasakibara buscando algo de ropa y entrando al cuarto de baño, Mitobe fue hacia la cama y se recostó un momento solo para descansar pero terminó quedándose dormido a los pocos minutos, cuando Murasakibara salió del baño lo encontró dormido de costado justo en el centro de la cama  >>seguramente se agotó por el estrés del viaje<<  fue lo que creyó y pensándolo mejor él también se sentía algo cansado, la cama era grande y supuso que no habría problema si se acostaba a su lado, después de todo había espacio suficiente, subió a la cama despacio tratando de no mover demasiado a Mitobe y despertarlo, se acomodó boca arriba del lado a donde Mitobe miraba, cerró los ojos mientras daba un suspiro y tampoco tardó demasiado en caer dormido, a pesar de tener que soportar a sus hermanos había algo en estar de regreso en su casa que lo hacía sentir completamente en paz y seguro, aunque no fuera su habitación.

 

Murasakibara fue el primero en despertar apenas veinte minutos después, abrió los ojos despacio y se encontró muy cerca y de frente a Mitobe que seguía durmiendo, no reaccionó de ninguna manera, para entonces ya estaba más que acostumbrado a su compañía y cercanía, volvió a mirar hacia arriba aunque un sonido fuera de la cama lo hizo levantar la cabeza y vio a su hermana mayor que los observaba desde la puerta mientras comía de una bolsa de patatas fritas.

 

-¿no que no estaban juntos?- 

 

-¡no lo estamos!-  se levantó de inmediato despertando a Mitobe por su movimiento  -¿qué quieres?- 

 

-solo vine a avisarte que mamá y yo vamos a salir por un momento, quiere comprarse un nuevo vestido como su propio regalo de cumpleaños-

 

-esta bien-  ella se quedó en la puerta tomando otra patata de la bolsa  -¡adiós!-  hizo un movimiento con la mano indicándole que se fuera de una vez y ella por fin se alejó. Mitobe se frotó los ojos terminando de despertarse bien y sentándose al borde de la cama  -perdona por despertarte-  a Mitobe no le importó, tampoco quería dormir todo el día  -deberíamos empezar a preparar el pastel de cumpleaños-  Mitobe aceptó y ambos salieron de la habitación, Murasakibara lo guió hasta la cocina que era igual de espaciosa y elegante que el resto de la casa  -… no sé donde están los ingredientes, o los tazones, hace mucho que no estoy aquí-  revisaba los cajones y alacenas buscando lo que creyó que necesitarían, después de cocinar varias veces con Mitobe ya sabía lo que debía buscar.

 

Cuando por fin tuvieron todo lo necesario se dividieron las tareas de la preparación, se habían convertido en un buen equipo y no les tomó mucho tiempo terminar aquel regalo para la madre de Murasakibara.

 

-eso se ve muy bien-  entró el mayor de los hermanos de Murasakibara mientras él terminaba con la decoración  -me sorprende que puedas controlarte estando frente a algo dulce y no comértelo en dos segundos-

 

-¿qué quieres?-  le apartó la mano de un golpe cuando se acercó y estuvo a punto de estropear la decoración con sus dedos.

 

-solo quería ver si era verdad que podías cocinar, parece que si-

 

-por supuesto que si, pero nadie lo va a tocar hasta que llegue mamá, es para ella-

 

-esta bien esta bien...-  dijo justo antes de tomar un poco de crema de la cubierta y alejarse antes de que Murasakibara lo golpeara de nuevo.

 

-¡¿qué acabo de decirte?! ¡fuera de aquí!-  le lanzó un guante de cocina mientras se iba.

 

-esta delicioso, buen trabajo-  dijo ya que estaba fuera de la cocina-  Mitobe se rió sin que Murasakibara lo viera pues estaba ocupado arreglando la parte del pastel que su hermano había estropeado.

 

-que fastidio, será mejor que lo esconda-

 

-¡ya estamos en casa!-  anunció en ese mismo momento su madre que iba entrando a la casa y caminó frente a la cocina  -no lo puedo creer ¡de verdad lo hiciste!-  dejó en el suelo las bolsas de compras que llevaba y se acercó a probar el postre de la misma manera que su hijo mayor lo había hecho hace unos instantes y provocando que Murasakibara hiciera una mueca molestándose de nuevo.

 

-¿por qué todos hacen eso? mejor corta un pedazo-  le ofreció un plato y un cuchillo para que se sirviera de manera adecuada, en su familia, y aunque fuera difícil de creer, Murasakibara era el que tenía mejores modales a la hora de comer.

 

-yo también quiero un poco-  dijo después su hermana y ambas se sirvieron una porción enorme  -¡vaya! No bromeabas, este es mucho mejor que el que compramos-

 

-está perfecto, muchas gracias cielo, y a ti también Mitobe, es el mejor pastel de cumpleaños que he tenido-

 

-exageras mamá-  le dijo Murasakibara dándose la vuelta para poner algunas cosas en el lavaplatos y ocultar que sonreía feliz de que a su madre le gustara lo que le había preparado.

 

-vamos, ustedes también coman un poco-  la joven se había acercado a Mitobe y sostenía una cuchara frente a su boca tratando de alimentarlo.

 

-¡no hagas eso, aléjate de él!-  fue Murasakibara a ‘’salvar’’ a Mitobe de su hermana mayor; pronto el resto de sus hermanos estuvieron ahí también y su pequeño regalo no duró mucho sobre la mesa pero todos estuvieron satisfechos con su porción.

 

-¿por qué no cocinan ustedes mañana?-    sugirió luego la mujer a su hijo e invitado  -apuesto que pueden hacer muchas otras cosas deliciosas-

 

-claro, porque lo que todos quieren hacer en sus vacaciones es estar metidos en la cocina todo el día-  Murasakibara no estaba muy de acuerdo con esa idea pero Mitobe tocó su hombro y lo miró con una sonrisa tratando de convencerlo.

 

-eso es lo que yo hago todos los días y no tengo vacaciones- le dijo su madre.

 

 -está bien… pero más les vale no estar viniendo a molestarnos-  los demás aceptaron pero él sabía que eso no iba a ser posible, pero estaba bien, sería solo un día más con su familia. Llegó la hora de ir a dormir y ambos estaban sentados a cada lado de la cama mirando en direcciones contrarias, ya habían dormido juntos hace poco pero seguía sintiéndose extraño  -lamento que no tengamos una habitación extra-  dijo mientras se cambiaban de ropa para dormir, Murasakibara normalmente dormía solo con su camiseta y ropa interior pero esta vez haría una excepción y se pondría unos pantalones pijama; Mitobe hizo lo mismo y después de que Murasakibara apagara la lámpara que seguía encendida de su lado, los dos subieron a la cama y se cubrieron con las mantas aun mirando en direcciones opuestas y cada uno lo más cerca del borde de la cama que les fuera posible  -¿deberíamos levantarnos temprano para hacer el desayuno?-  preguntó sin esperar realmente una respuesta, solo quería decir algo para cortar la incomodidad del momento, en cambio Mitobe se dio la vuelta para verlo aunque estuviera de espaldas, sus miradas siempre eran intensas, especialmente cuando trataba de decir algo y Murasakibara pudo sentirlo así que también se giró en la cama  -...¿mi padre?-  fue lo que entendió que preguntaba al mirarlo directamente  -él y mi madre se divorciaron hace varios años, ya no vive aquí-  Mitobe cerró los ojos avergonzado por haber hecho una pregunta tan insensible  -descuida, está bien, no me molesta que preguntaras eso, aun hablamos con él y todos nos llevamos bien, por suerte-  ambos miraron al techo  -no lo extraño, todos nos queremos pero nunca hemos sido tan unidos como en tu casa ¿sabes a que me refiero?-  preguntó y Mitobe negó levemente sin entender muy bien como sería eso, él nunca se imaginó como sería separarse de alguno de sus padres  -si, supongo que es difícil de entender-  durmieron poco después de esa conversación y ambos pasaron una buena noche, todo fue tranquilo hasta la mañana siguiente cuando Mitobe despertó primero y se encontró frente a frente a Murasakibara que durante la noche se había recorrido hasta su lado de la cama, Mitobe trató de alejarse un poco pero sintió que ya estaba al borde de la cama a punto de caerse, pensó que sería mejor levantarse de una vez y no molestarlo pero Murasakibara pasó su mano encima de él y lo hizo acercarse más para abrazarlo, pasando también su brazo libre debajo de su cabeza y después seguir roncando tranquilamente, Mitobe tendría que molestarlo después de todo y despertarlo si quería que lo soltara, tenía ambas manos entre el pecho de ambos y contra el de Murasakibara donde podía sentir mejor su respiración tranquila, estaba durmiendo tan bien que se sintió mal de tener que despertarlo, por la poca luz en la habitación supo que aún era bastante temprano y no habría nadie más despierto a esa hora, en realidad no había razón para levantarse todavía, solo era costumbre suya, suspiró resignándose y cerró los ojos recargando el peso de su cabeza sobre el brazo de Murasakibara y volviendo a descansar, esperaría que él despertara y lo soltara primero, pero eso no pasó y él también volvió a dormirse sin problema.

Notas finales:

Me encanta escribir estos momentos... cual es la palabra? sugestivos, provocativos, sexys(??) hasta tiernos, no sé, pero son de mis favoritos y habrá más de ellos hasta el final de la historia así que espero que también los esten disfrutando y les gustara este capitulo, el proximo saldrá el jueves, gracias por leer. 


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