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Solo entiendo que te quiero. por TKarin

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Notas del capitulo:

¡Hola! ok, primero que nada quería decirles que si no respondo a los reviews es porque simplemente no se cómo corresponder apropiadamente a todo lo bonito que dicen xwxUu pero les aseguro que los leo todos y cuando lo hago estoy sonrojandome y bailando de felicidad en la silla(?)... en fin, es hora de otro capítulo y espero que lo disfruten.

La noche estaba resultando ser desesperantemente larga, ambos estaban en su cama mirando hacia el techo y repitiendo en sus mentes lo que había sucedido.

 

-...maldición- se decía a si mismo Murasakibara pero en el fondo le había resultado divertido y aun sentía la emoción de haber podido escuchar más de la voz de Mitobe, sonreía avergonzado pero feliz; mientras tanto en su habitación, Mitobe recordaba que había sido él quien lo besó primero e inconscientemente se cubría la cara con una mano aun sintiéndose apenado por haberlo hecho, había sido demasiado impulsivo, él no era así, aunque ese mismo comportamiento nunca le molestó de Murasakibara, siguió pensando en él y tocó sus labios recordando haberlo besado y como momentos después él lo hiso también, aun podía sentir el calor en todo su cuerpo e hizo a un lado las mantas de la cama para tratar de deshacerse de esa sensación pero tal calor provenía no de las mantas sino de sus pensamientos y su propio cuerpo.

 

Al comenzar a salir el sol ambos estaban listos para salir de la cama, apenas si habían dormido pero por ahora no se sentían cansados, Mitobe se apresuró a levantarse primero como siempre lo hacía para ayudar a preparar el desayuno y salió despacio de su habitación esperando no encontrarse a solas con Murasakibara quien pudo oírlo salir desde su habitación pero tampoco quería verlo todavía así que se quedaría en la cama unos momentos más. Pasó un rato y cada vez se escuchaba que había más actividad en la casa, Murasakibara sintió que era buen momento para salir, apenas abrió la puerta de su habitación y fue recibido por dos de los hermanos de Mitobe y mismos que lo acompañaron hasta el comedor donde el desayuno ya se había servido.

 

-buenos días Atsushi-  saludó la madre de familia al verlo llegar con sus hijos  -siéntate, Rinnosuke te servirá en un momento- el hermano mayor ayudaba a su madre a atender a la familia y en segundos ya tenía un plato servido para Murasakibara y lo llevó hasta su lugar donde lo dejó frente a él sin mirarlo y luego alejarse rápidamente a servir más platos, Murasakibara tampoco pareció prestarle mucha atención pero por dentro se preguntaba si esa actitud de ignorarlo era porque realmente estaba ocupado ayudando a servir el desayuno o se sentía incomodo con él por lo que había pasado esa noche, como sea, no iba a preguntarlo, pero tal vez no era tan grave ya que en poco tiempo Mitobe se sentó a su lado como todas las mañanas una vez que terminaba de atender a sus hermanos.

 

-gracias por servirme- dijo despacio pero asegurándose de que lo escuchara, Mitobe lo miró y asintió con una sonrisa como siempre lo hacía, parecía que podían seguir como si nada o al menos fingir que nada había ocurrido y así lo harían el resto del día.

 

-¿y que planes hay para hoy?-  dijo de repente una de las hermanas llamando la atención de los demás.

 

-no lo sé ¿a dónde les gustaría ir?- preguntó después su padre.

 

-me gustó ir a nadar, podríamos ir de nuevo pero a un lugar más grande y con más juegos-  sugirió la chica.

 

-suena bien, ¿ustedes nos acompañarán esta vez?-  dijo después la madre de Mitobe mirando a los muchachos mayores  -no fueron con nosotros la última vez, ahora si tienen que venir- insistió y provocó que los demás también comenzaran a tratar de convencerlos de ir con ellos.

 

-por favor hermano-

 

-tú también Atsushi, ven con nosotros-

 

-será divertido- Mitobe y Murasakibara se miraron mutuamente como esperando primero la respuesta del otro.

 

 -yo... no se nadar muy bien- respondió Murasakibara algo indeciso.

 

-esta bien, puedes quedarte tomando el sol como Rinnosuke-  se burló el hermano que le seguía en edad a Mitobe  -tal vez tu si puedas convencerlo de subir a uno de los toboganes que tanto lo asustan- Mitobe miró a su hermano y negó con las manos tratando de hacerlo callar.

 

-no lo sé, tampoco me gustan ese tipo de juegos-

 

-entonces puedes acompañarlo para que no se quede solo como siempre, anda ven con nosotros- Murasakibara miró a Mitobe una vez más y este asintió aceptando a acompañarlos y Murasakibara hizo lo mismo.

 

-esta bien, iremos-  todos celebraron, ahora Murasakibara se sentía más confiado de convivir con toda la familia de Mitobe y seguramente se divertiría al salir con ellos como lo hicieron la vez que visitaron el parque y pudieron jugar juntos con sus compañeros de la universidad.

 

-perfecto, iremos más tarde pero será mejor que todos se preparen después del desayuno para no salir con prisas- todos estuvieron de acuerdo y obedecieron las palabras de la mujer.

 

-Tobe-chin... no tengo un traje de baño, olvidé empacar uno porque no creí que fuera necesario-  le dijo a Mitobe cuando subían a sus habitaciones  -¿podrías prestarme uno?-  pudo haber usado eso como excusa para no ir pero esta vez en serio quería acompañarlos así que cuando Mitobe le prestó aquella prenda se apresuró a estar listo, el tiempo pasó rápido y en un par de horas todos salieron rumbo a un parque acuático cerca de la ciudad  -¿iremos en autobús?-  preguntó porque no se imaginaba que todos pudieran ir en un mismo auto, al menos no en uno ordinario.

 

-no hace falta- respondía siempre alguno de los hermanos más jóvenes  -el auto familiar es grande y cabemos todos... de hecho si es casi como un autobús-  y tenia razón, obviamente la familia tuvo que invertir en un vehículo lo suficientemente espacioso para poder llevarlos a todos, era una camioneta tipo Van’ perfecta para ellos e incluso había lugar para llevar a un invitado, no tuvieron problemas por el transporte y muy pronto llegaron a su destino. El lugar era inmenso y con todo tipo de atracciones además de mucha gente por todos lados, si no conocías el lugar sería muy fácil perderse, pero aun así los padres de Mitobe no parecieron preocupados y confiaron en que sus hijos estarían seguros aun si se separaban del grupo.

 

-bien, ya conocen las reglas-  dijo el padre antes de dar permiso a todos para que fueran a donde quisieran  -vayan en grupos, nada de juegos peligrosos, no molesten a otras personas, no coman nada antes de entrar al agua ni cuando ya estén en el agua, mantengan sus teléfonos encendidos, no los pierdan y comuníquense con nosotros cada media hora-  Murasakibara prestaba atención algo sorprendido de escuchar tantas reglas pero estaba consiente de que eran necesarias ya que para los padres era difícil estar atento a cada uno de sus hijos  -yo les llamaré cuando sea hora de irnos y nos reuniremos en este mismo lugar, si se pierden solo sigan los letreros hasta la salida y yo iré por ustedes ¿entendido?-

 

-¡si!- respondieron todos al mismo tiempo y después se dirigieron a los vestidores, en la sección de caballeros Murasakibara se puso el bañador que Mitobe le había prestado y no le quedaba tan mal.

 

-esta bien, solo un poco corto de las piernas-  dijo mientras ambos salían del vestidos, el que Murasakibara usaba era de color negro con detalles de color rojo que combinaban con sus sandalias mientras que Mitobe usaba uno de color verde y una sudadera color gris abierta del frente y sandalias color negro, sonrió al ver que su prenda le quedaba bien a Murasakibara, solo por ese detalle que dejaba ver un poco de más sus piernas  -¿se ve mal?-  preguntó el más alto al ver que el otro se quedaba mirando demasiado tiempo, Mitobe reaccionó mirando de inmediato hacia otro lado y negando con la cabeza  -¿por qué usas eso? tienes frio?-  dijo después refiriéndose a la prenda extra con que el otro se cubría los brazos, Mitobe asintió aun mirando a la distancia y no notó que ahora era Murasakibara quien miraba de más, el pecho de Mitobe era parcialmente visible y solo mirarlo le recordó la noche anterior cuando pudo tocarlo... y había sido placentero, sintió que no era el momento para pensar en esas cosas y desvió la mirada sin saber que Mitobe había pensado lo mismo sobre él al ver su cuerpo de esa manera, tal vez ir a un lugar donde tenían que verse tan descubiertos durante todo el día no había sido tan buena idea después de lo que había sucedido por la noche, pero no lo pensaron antes.

 

-bien, nos vemos en un rato, diviértanse pero tengan cuidado- les dijo por última vez la madre de familia refiriéndose también a Murasakibara.

 

Una vez que los demás salieron de sus respectivos vestidores se separaron en grupos pequeños, no fue una instrucción pero los hermanos mayores ya sabían que al igual que sus padres tenían que supervisar a los más pequeños de vez en cuando pero aun así ocupándose de si mismos y divirtiéndose, Murasakibara siguió a Mitobe quien a su vez fue tras tres de sus hermanos más pequeños a una gran piscina cerca de uno de los toboganes más altos del parque.

 

-¿que ocurre?- preguntó Murasakibara al notar que Mitobe se ponía nervioso de solo mirar hacia aquel lugar  -parece que solo van a nadar cerca de aquí, no te preocupes-  Mitobe asintió y pareció más tranquilo, ambos se quedaron en las sillas de playa que estaban junto a la piscina a descansar pero sin dejar de prestar atención a los más jóvenes. Era un día perfecto para nadar, cielo despejado y algo cálido, aun sin entrar al agua era muy relajante solo recostarse en esas sillas y disfrutar del sol  -¿de verdad no piensas entrar al agua?-  le dijo el más alto sin mirarlo, estaba demasiado cómodo como para moverse  -¿temes arruinar tu cabello?-  bromeó escuchándolo resoplar a modo de risa  -yo tal vez entre mas tarde, ahora solo quiero quedarme así-  Mitobe pensó lo mismo y ambos siguieron descansando aunque la tranquilidad les duró poco tiempo.

 

-¡hermano!-  Mitobe reaccionó de inmediato levantándose de la silla al escuchar la voz de su hermanita  -hermano dile que se comporte, papá dijo que nada de juegos peligrosos-  señaló con la mano una larga fila de personas que esperaban su turno en la alta escalera hacia el tobogán que estaba cerca de la piscina donde ellos estaban y casi en la cima se distinguía la pequeña figura del hermano más pequeño que continuaba subiendo, por supuesto que Mitobe se alarmó al verlo y de inmediato fue tras él, Murasakibara supuso que Mitobe necesitaría ayuda así que también lo siguió.

 

-no te preocupes hermano-  gritó el más pequeño desde arriba al ver a Mitobe y Murasakibara subir tras él pasando por todas las demás personas que esperaban su turno  -no hay limite de edad en este juego-

 

-¡oigan no se adelanten!-

 

-¡esperen su turno!- reclamaban algunas personas a los dos que intentaban alcanzar al pequeño.

 

-...sentado y cruza brazos y piernas-  indicaba de manera casi robótica el encargado de aquella atracción, probablemente cansado de decir lo mismo durante todo el día, el niño pequeño ya estaba el borde del tobogán listo para lanzarse cuando Mitobe y Murasakibara llegaron arriba.

 

-¡detente! vamos a bajar de aquí ¿esta bien?-  dijo Murasakibara con la respiración agitada por haber subido las escaleras tan rápido y sabiendo que tenía que hacer de traductor de Mitobe  -no deberías estar aquí- 

 

-pero él me retó a hacerlo-  dijo el más joven señalando a su otro hermano mayor con quien estaban jugando en la piscina y que iba llegando detrás de sus mayores  -no tengo miedo, puedo hacerlo-

 

-no creí que lo haría en serio-  dijo el otro niño levantando los hombros mientras sus mayores lo miraban molestos.

 

-voy a hacerlo-  dijo el más pequeño sentándose al borde para deslizarse y haciendo a los mayores responder al instante, tratando de detenerlo pero en su apuro por sujetarlo ambos tropezaron el uno con el otro y cayeron dentro del tobogán junto con el menor.

 

-¡crucen piernas y brazos!-  dijo de nuevo el empleado esta vez con más ánimo ya cuando los tres iban descendiendo por el tobogán; hacían demasiado ruido al bajar, gritaban y llamaban la atención de quienes estaban alrededor, especialmente la de cierta pareja que disfrutaba de una bebida cerca de la enorme piscina donde terminaba el recorrido del tobogán, y aunque estaban a buena distancia resultaron empapados al igual que otras personas alrededor de ellos cuando Murasakibara, Mitobe y su hermano menor por fin cayeron al agua al mismo tiempo.

 

-¡si! ¡fue increíble!-  se levantó el menor completamente ileso y emocionado mientras sus mayores se quedaron flotando en el agua por unos segundos, tampoco estaban heridos pero ese viaje desde la cima había sido demasiado para ellos.

 

-¡dios mío! Rinnosuke ¿qué pasó?- preguntó su madre algo preocupada antes de que el otro hermano pequeño también bajara por el tobogán.

 

-hahaha que divertido ¿ves hermano? no es tan aterrador-  le dijo a su mayor que aun flotaba inmovil en la piscina recuperándose de toda esa ‘’emoción’’.

 

-ugh... que paseo-  comentó Murasakibara cuando ambos salían del agua  -¿estas bien?-  Mitobe asintió y los dos buscaron un lugar donde sentarse, con eso habían tenido suficientes emociones por un día y ahora que los menores eran supervisados directamente por sus padres ellos podían estar más tranquilos.

 

-hermano, Atsushi...- se acercaron a ellos los hermanos pequeños que protagonizaron la travesura y detrás de ellos venía el padre de Mitobe que los escoltaba para que se disculparan.

 

-¿y bien?- decía el hombre mayor  -¿qué tienen que decirles por causar problemas hoy?-

 

-perdón- dijeron al mismo tiempo con caritas de cachorrito arrepentido y provocando una sonrisa en sus mayores.

 

-esta bien, pero no vuelvan a asustarnos así- les dijo Murasakibara levantándose para dar suaves palmaditas en su cabello, de verdad empezaba a encariñarse con todos ellos, sentía que también eran sus hermanos pequeños y ya que él era el menor en su familia ese cambio le gustaba.

 

El resto del día fue tranquilo y por suerte para Mitobe, sin más incidentes, sus hermanos se portaron bien hasta la hora de dejar el parque acuático y regresar a casa, para entonces todos estaban exhaustos, nadar podía ser agotador, así que apenas llegaron a su hogar todos fueron directo a sus habitaciones a tomar una ducha y descansar un poco. Ya era algo tarde cuando Murasakibara escuchó a alguien llamar a su puerta y por la voz que escuchó supo que era la madre de Mitobe.

 

-hola Atsushi- lo saludó cuando él abrió la puerta  -todos parecen estar demasiado cansados y no creo que bajen a cenar, nosotros tampoco-  dijo refiriéndose a ella y su esposo  -pero te traje esto en caso de que tuvieras hambre y quisieras comer algo antes de dormir-  le ofreció una taza de chocolate caliente y un muffin que llevaba en las manos y que Murasakibara tomó con cuidado.

 

-muchas gracias... yo pude ir por ellos a la cocina, no debió molestarse- estaba algo apenado por la amabilidad de la mujer.

 

-no te preocupes, no puedo dejar que nuestros invitados pasen hambre, además también le traje algo a Rinnosuke-  Murasakibara salió del marco de la puerta para ver hacia la habitación de al lado desde donde Mitobe los veía también con una taza en la mano  -bien, que descansen-  se despidió de ambos antes de regresar a su habitación.

 

-buenas noches- también se despidió pero no regresó de inmediato a su habitación, se quedó en el marco e la puerta del mismo modo que Mitobe  -tu madre es muy amable-  le dijo aun mirando en dirección por donde ella se había ido y después mirándolo a él  -me agrada tu familia-  Mitobe sonrió al ver lo cómodo que Murasakibara se sentía en su casa, ninguno entró a su habitación, caminaron hasta las escaleras y se sentaron en el último escalón a terminar su cena y ‘’conversar’’ un rato, como siempre Mitobe solo escuchaba lo que el otro tenía que contarle y de vez en cuando respondiendo con algún gesto o movimiento, Murasakibara hablaba despacio para no molestar a los demás que probablemente ya dormían en las habitaciones cercanas, pero aunque cuidaba el volumen de su voz fue el timbre de su teléfono el que rompió la calma de aquel momento  -¡maldición! ¿quien puede ser a esta hora?-  trató de contestar rápidamente para no hacer más ruido  -que extraño, es mi madre... ¿te importa si...?-  señaló su habitación dando a entender que era mejor si se iba y contestaba allá, Mitobe aceptó y lo dejó marcharse, ya ambos habían terminado de comer así que él también regresó a su habitación.

 

--Atsushi, me alegra que aun sigas despierto, tengo algo muy importante que decirte-

 

-¿qué pasa?-

 

--volvieron a llamar de la universidad que quiere reclutarte, me dijeron que intentaron llamar a tu número esta tarde pero no contestaste-  Murasakibara recordó que lo había apagado en su día en el parque acuatico para que no lo molestaran.

 

-lo siento, estaba ocupado ¿qué sucede?-

 

--buenas noticias, parece que vieron algunos de tus juegos anteriores y quieren que participes en un partido de exhibición la semana que viene-

 

-¿que dices? ¿tan pronto?-

 

--si, dicen que según tu desempeño en ese juego podrías pasar a ser parte del equipo, pero para eso quieren que empieces a entrenar con ellos de inmediato así que pensé que puedo ir por ti mañana mismo ¿que te parece?-  hubo silencio por un largo rato, Murasakibara tenía cientos de cosas que pensar y todas se amontonaron en su mente al mismo tiempo al escuchar aquello, estaba pasando demasiado rápido  -¿Atsushi?-

 

-aquí estoy... ¿estas segura de que dijeron eso? parece muy repentino-

 

--es por que eres un jugador estupendo, ¿que te sucede? es una gran oportunidad, prácticamente ya estas en el equipo ¿no es lo que querías?- ella podía notar la preocupación y duda en la voz de su hijo pero no entendía que podría estar deteniéndolo para cumplir el sueño que tuvo durante tanto tiempo  -porque aun quieres jugar basketball ¿verdad?-

 

-...sí, si así es-

 

--¿entonces esta bien si voy por ti mañana mismo? Llegaré temprano y te ayudaré a empacar-

 

-esta bien... te daré la nueva dirección donde estoy ahora-

 

--bien... sé que serás un jugador estrella, estoy muy orgullosa de ti-

 

-gracias mamá...- sabía que aceptar ir a esa universidad era lo mejor para su futuro, tenía que hacerlo, pero el momento en que lo aceptaron no había sido tan feliz como había pensado que sería, él creyó que podría abandonarlo todo y empezar una vida mejor como un jugador profesional, pero hasta entonces no se había dado cuenta que en realidad no tenía nada y por eso pensaba que cambiar de vida no sería tan difícil, pero ahora no estaba seguro de querer dejar este lugar, donde había encontrado su segundo hogar y había hecho buenos amigos, se sentiría solo si tenía que abandonarlos a todos. Una vez que terminó de hablar con su madre permaneció sentado al borde de su cama tratando de organizar sus ideas, era obvio que su carrera era más importante que sus sentimientos, o eso pensó él, no podía arriesgar su futuro, tomó una decisión pero aun así no estuvo tranquilo y buscó consuelo en la única persona que podía ayudarlo en ese momento  -¿Tobe-chin?-  fue hacia la habitación de al lado y llamó a la puerta antes de abrirla y entrar despacio encontrando a Mitobe ya recostado en su cama pero levantándose para verlo  -perdón por entrar así, hay algo que tengo que decirte-  en realidad no quería contárselo por miedo a entristecerlo, solo esperaba que pudiera hacer algo para hacerlo sentir mejor, ya lo había logrado antes  -esa llamada... tengo que irme, mi madre va a venir por mi mañana- 

 

-...?!-

 

-parece que la universidad a la que quería ir quiere reclutarme de inmediato y que empiece a jugar en su equipo-  Murasakibara había bajado la mirada y no pudo ver la reacción de Mitobe ante esa revelación, pensó que se pondría triste pero en vez de eso lo escuchó aplaudir un par de veces y provocar que lo mirara directamente, estaba sonriendo sinceramente aunque la expresión de sus ojos hacia notar que también lamentaba que tuviera que irse  -¿te parece bien?-  Mitobe asintió  -se que es importante y que es lo que tengo que hacer pero... ¿podrías avisar tu al equipo de basketball de esta escuela?-  de nuevo esa sensación de inquietud, Mitobe pudo notarlo, era igual que las otras noches que había estado preocupado, hizo espacio en su cama y estiró la mano hacia él indicándole que se acercara, Murasakibara obedeció de inmediato y caminó hacia la cama recostándose a su lado mientras Mitobe acariciaba su cabello, aquello ya parecía una costumbre entre los dos pero era agradable, Murasakibara cerró los ojos hasta que sintió a Mitobe detener las caricias para pasar ambos brazos al rededor de su cuerpo y abrazarlo fuerte, más fuerte que de costumbre, era obvio que tampoco deseaba que se fuera pero quería que cumpliera sus sueños, Murasakibara le devolvió el abrazo y ambos suspiraron sintiéndose mejor por el simple hecho de estar juntos, los dos pensaron que era mejor aprovecharlo mientras fuera posible, la noticia había sido pesada para ambos pero aun así lograron quedarse dormidos estando de esa manera, definitivamente ahora había una conexión entre ellos que los hacía sentirse bien con el simple hecho de estar cerca el uno del otro, tener que separarse sería difícil.

 

-...Rin-nii ¿estas despierto?-  la mañana siguiente había llegado demasiado rápido y Chigusa había ido a buscar a su hermano, tanto Mitobe como Murasakibara habían dormido de más y no tuvieron tiempo de prepararse para ese día, ya ni siquiera les importó despertar juntos en la misma cama, Murasakibara no había regresado a su habitación y creyó que sería extraño verlo salir del cuarto de Mitobe a esa hora de la mañana, ambos salieron rápidamente de la cama pero no tenían idea de que hacer  -es raro que duermas hasta tarde ¿estas bien?-  ella estaba por abrir la puerta cuando Murasakibara se le adelantó. 

 

-buenos días-  saludó a la chica mientras él abría la puerta.

 

-¿Atsushi?-

 

-yo pensé lo mismo así que vine a verlo, pero no te preocupes, solo se quedó dormido-  pensó rápido en alguna excusa, Mitobe saludó detrás de él.

 

-bien, será mejor que bajen a desayunar antes de que todo se termine-

 

-ahora vamos- la mayor de las hermanas regresó abajo mientras los otros dos se recuperaban de ese despertar tan apresurado  -creo que estábamos muy cansados-  dijo Murasakibara volviendo a cerrar la puerta y frotándose la cara con las manos mientras Mitobe bostezaba  -¡es verdad! mi madre no debe tardar en llegar, lo había olvidado ¿debería empezar a empacar? ¿qué le voy a decir a tus padres?... ¿y tus hermanos?-  se estaba alterando y hablaba rápido hasta que el otro se acercó a él y sujetó su rostro con ambas manos obligándolo a mirarlo  -¿que pasa?-  Mitobe cerró los ojos y respiró profundo esperando que Murasakibara hiciera lo mismo y se relajara, acción que fue mal interpretada porque en vez de eso Murasakibara creyó que le estaba pidiendo otra cosa y se inclinó para darle un beso en los labios, esto tomó por sorpresa a Mitobe quien se apartó de inmediato  -buena idea, creo que me estaba alterando demasiado, ya me siento mejor-  pareció más relajado, al menos Mitobe había cumplido su objetivo de tranquilizarlo un poco  -ya sé, vamos a desayunar y después hablaré con tus padres, espero que mi madre no llegue antes de que pueda avisarles que tengo que irme-  Mitobe asintió levemente aun cubriéndose la boca con la mano y después ambos bajaron al comedor, aun estaban todos ahí pero ya estaban por terminar y en lo que ellos dos desayunaron la mesa se vació casi completamente quedándose solo ellos, la hermana mayor y sus padres, pareció un buen momento para que Murasakibara hablara, primero miró a Mitobe quien asintió sabiendo lo que estaba pensando. 

 

-¿les pasa algo? estuvieron muy tranquilos durante todo el desayuno-  Chigusa había notado ese intercambio de miradas.

 

-de hecho si, tengo algo que decir-

 

-¿hay algún problema?-  dijo después la mujer mayor.

 

-no, bueno... hoy vendrá alguien de mi familia, mi madre, creo que podría llegar pronto-

 

-¿de verdad? nos encantaría conocer a alguien tu familia ¿y va a quedarse?-

 

-no, de hecho...- miró de nuevo a Mitobe quien le sonrió tranquilizándolo  -de hecho viene por mi, tengo que regresar a casa para asistir a otra universidad, me llamó anoche y dice que esperan que empiece de inmediato con las actividades del equipo- 

 

-¿te irás?-  preguntó el padre extrañado por la noticia  -¿hoy mismo?-

 

-así es... tampoco me emociona mucho, me siento muy bien aquí pero es una oportunidad que tengo que aprovechar, será buena para mi-

 

-oh vaya, admito que me siento triste porque tengas que irte-  dijo la mujer tomando la mano de su esposo  -ya sentíamos que eras otro de nuestros hijos-

 

-p-por favor no diga eso-  miró hacia otro lado apenado y conmovido por esas palabras -...gracias, también me sentí parte de la familia-

 

-y lo seguirás siendo, eres bienvenido cuando quieras, no lo olvides-  continuó hablando el padre mientras Chigusa prestaba mas atención a su hermano quien no lo aparentaba pero ella sabía que estaba realmente triste, no hacia mucho que su mejor amigo Koganei se había ido de su vida y pasar de nuevo por algo así debía afectarlo de alguna manera.

 

-pero podrás venir a visitarnos ¿verdad?- tuvo que preguntar la muchacha.

 

-no estoy seguro, dependerá si me aceptan en su equipo de basketball para ser jugador de tiempo completo, pero vendré cuando pueda... lo prometo-

 

-de acuerdo, pero de verdad fue agradable que estuvieras con nosotros todo este tiempo Atsushi... lo siento, no quiero ponerme sentimental- decía la mujer agitando la mano frente a su rostro sintiéndose a punto de llorar.

 

-¡p-por favor no se sienta mal por mi!- Murasakibara no se esperaba esa reacción y no sabía que hacer para tranquilizarla, a los demás les hizo gracia toda aquella escena aunque en el fondo también estaban tristes  -me va a hacer llorar también-  dijo después bajando la voz  -estaré bien y vendré a visitarlos-

 

-mas te vale, no creo que quieras que nosotros vayamos a visitarte a ti y llevemos a toda la tropa- dijo el señor refiriéndose a sus hijos y provocándole una sonrisa a Murasakibara.

 

-de hecho eso no me molestaría... y hablando de ellos ¿creen que van a estar bien? les había prometido jugar basketball mientras estuviera aquí-

 

-es verdad-  dijo el hombre mirando a su esposa y ella miró hacia arriba pensando lo mismo  -algunos son un poco emocionales pero lo superarán-

 

-seguro entenderán que tienes que irte para convertirte en un jugador famoso-  respondió luego la mujer mientras Murasakibara los escuchaba atento y con una sonrisa al sentir todo el apoyo de esa pareja, sin duda Mitobe tenía mucha suerte al tener a esa familia  -nosotros se los diremos, tu no te preocupes más que por prepararte para cuando tengas que irte-

 

-muchas gracias, por todo, será mejor que empiece a empacar todas mis cosas, como dije, mi madre no debe tardar en llegar, dijo que vendría temprano-

 

-¿necesitas ayuda?-  preguntó el padre.

 

-no gracias, su hijo dijo que me ayudaría, los dos podemos encargarnos de eso- dijo refiriéndose a Mitobe.

 

-esta bien, entonces te buscaré algunas cajas vacías por si las necesitas para guardar tus cosas-

 

-eso estaría bien, gracias-  la conversación había resultado mejor de lo esperado, ahora solo faltaba esperar la reacción de los más jóvenes pero por el momento todo el apoyo y las palabras de los padres de Mitobe habían hecho sentir mejor a Murasakibara  -¿tú estarás bien?-  le preguntó después a Mitobe mientras ambos reunían todas sus pertenencias en su habitación  -te quedarás sin compañero para la clase de basketball-  disimuló así la pregunta ‘’¿tú me extrañarás?’’, Mitobe solo sonrió y continuó empacando, Murasakibara no insistió más, sabía que si lo haría pero se encargaría de regresar cada vez que le fuera posible.

 

-¡Atsushi-nii!-  habló el mas pequeño de la familia desde el marco de la puerta y junto al resto de sus hermanos  -¿es verdad que te vas de la casa?-  dijo muy triste antes de que todos, a excepción de los cuatro mayores, corrieran hacia él para abrazarlo.

 

-¡no te vayas!-

 

-¡vamos a extrañarte mucho!-

 

-¡quédate con nosotros!- los llantos y súplicas no se hicieron esperar, era justamente la situación que Murasakibara quería evitar.

 

-Atsushi-nii no nos importa si eres un jugador famoso o no, no te vayas- el más joven era también el más insistente y se abrazaba de su brazo con fuerza, Murasakibara no tenía idea de como tratar con ellos así que por instinto miró a Mitobe para que lo ayudara, a Mitobe le hiso gracia por un momento y luego se acercó para sujetar a su hermano pequeño apartándolo con cuidado de Murasakibara y luego levantarlo en sus brazos.

 

-lo siento mucho, tengo que hacerlo-  Murasakibara trataba de calmar a los demás pero era obvio que no lo estaba haciendo bien y Mitobe buscó más ayuda y miró al resto de sus hermanos que solo se reían desde la puerta, ellos parecían estar bien pero claro que también iban a extrañar a Murasakibara aunque siendo mayores podían manejarlo mejor.

 

-ya basta chicos- como siempre Chigusa era la más atenta y también se acercó a tranquilizar a sus hermanitos  -mamá y papá ya se los dijeron, Atsushi tiene que irse porque hay un lugar a donde siempre ha querido ¿no quieren que esté feliz?-

 

-vamos, dejen de llorar-  habló también el segundo mayor de los hermanos varones  -ustedes siempre hablan de lo que quieren ser cuando sean mayores, bueno esto es lo que Atsushi quiere hacer, además podemos ir a verlo jugar de vez en cuando-  parecía que estaban logrando convencerlos  -no se va para siempre ¿verdad Atsushi?-

 

-claro que no, vendré a visitarlos y jugar con ustedes cada vez que pueda-  puso una rodilla en el suelo para abrazarlos mejor, aun lloraban pero ya no insistían como en un principio.

 

-¿prometes que vendrás a visitarnos?- decía el mas pequeño desde los brazos de su hermano mayor.

 

-lo prometo- repitió lo que le había dicho a los padres y Mitobe bajó a su hermano para que pudiera ir a abrazarlo también.

 

-esta bien, espero que estés feliz allá, se el mejor jugador del mundo ¿si?-

 

-por supuesto que lo seré, y pensaré en ustedes cuando juegue-  por fin ese drama terminó con un abrazo y pronto Murasakibara tenía todas sus pertenencias listas para su viaje.

 

-Atsushi-nii vamos a jugar basketball antes de que te vayas- sugirieron después y nadie se opuso, incluso los hermanos mayores los acompañaron para formar equipos y jugar todos juntos.

 

-oye Atsushi ¿donde vas a vivir cuando vayas a esa escuela?- empezaron a preguntar una vez que tomaron un descanso del juego.

 

-probablemente en los dormitorios de la universidad, no se si pueda quedarme con mi familia... aunque si viajo con el equipo no los vería demasiado, aun no lo sé, primero tienen que aceptarme-

 

-seguro van a aceptarte-

 

-espero que si, después de todo eso es lo que quería-

 

-¿si no estas en tu casa que vas a comer? Mamá siempre dice que debes alimentarte bien para tener fuerzas y ser el mejor-  ahora incluso los mas jóvenes parecían más animados y esperando que Murasakibara triunfara aunque tuviera que irse.

 

-eso no me preocupa, aprendí algunas cosas mientras estuve aquí y en las clases de cocina, creo que ya puedo mantenerme solo y cocinar para mi mismo- dijo pero sin intensiones de renunciar por completo a sus golosinas, eso ni pensarlo.

 

-aunque ya puedas preparar alimentos por ti mismo, cada vez que vengas mi hermano preparará un postre especial para ti ¿verdad hermano?- el mas joven preguntó al mayor de sus hermanos, Mitobe no esperaba que lo incluyeran en la conversación, lo suyo era solo escuchar, pero después de ver que todos, especialmente Murasakibara, esperaban su respuesta casi ilusionados, asintió con la mejor de sus sonrisas, obviamente lo haría, preparar cosas para él era de los pocos detalles que podía dedicarle, para Murasakibara estaba bien, significaba mucho, estaban por regresar al juego cuando el sonido del timbre recorrió la casa y aunque estaban en la azotea pudieron escucharlo tenuemente, de inmediato supieron lo que significaba y aunque ya estaban preparados, en ese momento todos guardaron silencio por un momento.

 

-¡Atsushi! ¿puedes bajar?- llamó luego la madre de Mitobe dando a entender que ya era el momento, habían llegado por él para llevarlo de vuelta a su ciudad.

 

-creo que es la hora, esa debe ser mi madre-  dijo sin emoción y dando vueltas en sus manos el balón con el que jugaban hace unos momentos para luego dejarlo en el suelo y bajar al primer piso junto con los demás. Bajó la escalera hasta la sala donde ya lo esperaban pero le pareció extraño ver a la persona que estaba allí.

 

-¿es ella? parece demasiado joven-  murmuraron a sus espaldas.

 

-no es mi madre-  dijo terminando de bajar las escaleras y haciéndose notar  -es mi hermana... ¿que haces aquí?-

 

-hola, también me da gusto verte-  dijo ella casi con sarcasmo  -y hola a todos-  saludó después a quienes bajaron con él y que devolvieron el saludo tímidamente detrás de Murasakibara  -mamá no pudo venir, a última hora recordó que le asusta volar así que me envió a mi-

 

-pudo habérmelo dicho y habría regresado yo solo-

 

-no, eso sería de mal gusto, no íbamos a dejarte viajar solo y además no me molesta venir... y ¿estas listo?-  Murasakibara miró a los que estaban a su lado y después respondió.

 

-si, espera un momento e iré por mis cosas- estaba por subir de regreso a su habitación cuando la madre de Mitobe lo detuvo.

 

-espera un momento-  le habló a la recién llegada  -¿de verdad tienen que irse de inmediato? ¿no quieres quedarte un rato y tomar un té y descansar de tu viaje?-

 

-muchas gracias... de hecho si, eso me gustaría- los demás parecieron relajarse al  saber que tendrían unos momentos más.

 

-bien, pasa al comedor si quieres- la hermana de Murasakibara siguió a la mujer y pronto todos los demás también las acompañaron a la mesa.

 

-gracias, y también gracias por cuidar de mi hermano estos días... en nombre de nuestra familia me disculpo por todas las molestias que haya causado-  miró a su hermano menor sabiendo que se enfadaría, y tenía razón.

 

-haha descuida-  siguió la madre de Mitobe  -nunca nos causó ninguna molestia, fue agradable tenerlo en casa, de verdad vamos a extrañarlo-

 

-eso es muy tierno, pero me extraña lo cómodo que se ve él estando aquí, no es que este lugar tenga algo de malo pero en casa siempre se queja de que somos demasiadas personas y aquí...- 

 

-¿puedes ser menos impertinente y cuidar lo que dices?- respondió Murasakibara al comentario de su hermana.

 

-¿qué? ¿que dije ahora?-

 

-es porque ellos me respetan y no son unos... insolentes... olvídalo-  el otro solo se frotó la frente con la mano y negó con la cabeza, su hermana le parecía un fastidio algunas veces.

 

-bueno, pues la verdad me alegra que lo pasaras bien y tengas nuevos amigos-  y eso era verdad, aunque era divertido molestarlo también le era agradable ver que su hermano menor estaba feliz; la hora del té terminó casi una media hora después  -... gracias por su amabilidad, pero ya es un poco tarde y creo que deberíamos irnos o perderemos el avión-

 

-¿tan pronto?-  preguntó entristecida la mujer mayor.

 

-si, lo lamento pero tenemos que regresar a casa lo antes posible, Atsushi tiene mucho que hacer allá-  se levantaron de la mesa y algunos de los niños corrieron a abrazar a Murasakibara una vez más antes de que se fuera.

 

-niños ya basta-  dijo la madre de los pequeños  -lo verán de nuevo muy pronto-

 

-¿eso es verdad Atsushi-nii?- preguntaban los más jovenes.

 

-¿Atsushi-nii? que adorable- comentó la hermana del más alto cuando escuchó el nombre que le habían puesto.

 

-claro que si-  respondió Murasakibara ignorando a su hermana  -ya lo había prometido y voy a cumplirlo-  Mitobe los miraba desde el otro lado de la mesa también con ganas de acercarse y darle un último abrazo a su amigo pero no quiso hacerlo sentir peor por tener que irse y tampoco avergonzarlo frente a su hermana mayor  -bien, vamos-  le dijo a la joven cuando estuvo listo para irse.

 

-¿quieren que los lleve al aeropuerto?-  el padre de familia se ofreció a llevarlos en su auto pero Mitobe llamó la atención levantando la mano pidiendo hacerlo el mismo.

 

-¿Tobe-chin sabe conducir?-  preguntó Murasakibara algo incrédulo pero el otro parecía muy seguro y asintió con la cabeza.

 

-esta bien pero ten cuidado-  dijo después su padre dándole las llaves del auto a su hijo mayor. Llevaron las maletas de Murasakibara al auto donde este se despidió de todos una vez más haciendo su mejor esfuerzo para no ponerse sentimental en ese preciso momento y después subió al auto junto con su hermana mayor y Mitobe que ya los esperaba en el asiento del conductor, Murasakibara se sentó del lado del copiloto y la joven prefirió ir en la parte de atrás, de camino al aeropuerto la única que hablaba era la hermana de Atsushi quien hacía comentarios de la ciudad y era ignorada casi por completo por los otros dos que iban inmersos en sus propios pensamientos hasta que llegaron a su destino.

 

-por fin, adoro volar-  dijo la joven mientras los demás bajaban las maletas del auto y luego caminaban hasta la puerta de abordaje, no tuvieron que esperar pues su avión ya estaba por partir  -¿estas listo?-  preguntó después de escuchar el último llamado para su vuelo, Murasakibara y Mitobe se miraron mutuamente, este último sonrió pero Murasakibara bajó la mirada aun sin estar contento por tener que irse.

 

-te llamaré cuando llegue a casa-  le dijo a Mitobe ofreciendo su mano para estrechar la suya a modo de despedida, Mitobe respondió a su gesto de inmediato y continuó sonriendo a pesar de que también estaba triste; el apretón de manos duró más de lo usual, solo un par de segundos pero lo suficiente para que hiciera a Murasakibara levantar la mirada y encontrarse con la de Mitobe  -llamaré todos los días... voy... voy a extrañarte-  soltó la mano de Mitobe y apretó los dientes ya sin poder contener sus sentimientos, pensó que estaba preparado para decir adiós pero ya llegado el momento fue más difícil de lo que esperaba, con las manos secó sus lágrimas antes de que se hicieran más evidentes de lo que ya eran, Mitobe puso su mano en el brazo de Murasakibara y frotó su hombro como una manera de consolarlo  -lo siento... ya tengo que irme-  dijo al ver que las demás personas ya habían abordado y ellos eran de los últimos frente a esa puerta, sonrió lo mejor que pudo y tomó su maleta para ir junto a su hermana que ya lo esperaba.

 

-creo que somos los últimos-  dijo la chica caminando junto a él por el túnel de abordaje antes de subir al avión; Murasakibara recordó de algún modo la despedida de Mitobe y Koganei, parecían estar en la misma situación, fue triste pero ninguno quiso demostrarlo.

 

>>en ese entonces él fingió estar calmado<<  pensó recordando que momentos después ese día Mitobe había llorado por la despedida de su amigo y él lo había confortado con un abrazo  >>tal vez ahora también...<< volvió la mirada y se dio cuenta que estaba en lo correcto, creyendo que ya no lo verían Mitobe secaba su rostro con sus manos, había estado pretendiendo estar bien todo el tiempo igual que como lo hizo con Koganei para tratar de no preocuparlo.

 

-¡¿a dónde vas?!- dijo su hermana que volteó a mirarlo luego de escuchar que dejaba caer su maleta, Murasakibara pasó por la puerta que una sobrecargo estaba a punto de cerrar y regresó hasta donde estaba Mitobe para abrazarlo fuertemente antes de que este siquiera se diera cuenta de que había regresado.

 

-Tobe-chin no llores- dijo con la voz a punto de quebrarse y con lágrimas de nuevo en sus ojos, había sorprendido a Mitobe pero al notar que era él de inmediato le regresó el abrazo también rodeándolo fuerte con sus brazos ante las miradas de todos los que pasaban cerca.

 

-¿Atsushi?- después salió la joven cargando con dificultad ambas maletas y deteniéndose fuera de la puerta observándolos pero sin intensiones de interrumpir.

 

Ninguno deshizo el abrazo en un buen rato, Murasakibara ocultaba su rostro en el hombro de Mitobe quien solo suspiró ante la calidez de estar entre sus brazos una vez más, ambos se sintieron mejor de inmediato pero sabiendo que no podían quedarse así por mucho tiempo.

 

-Tobe-chin, no quiero irme-  por fin habló Murasakibara y Mitobe acarició su cabello despacio como ya se había acostumbrado a hacerlo.

 

-Atsushi, de verdad ya tenemos que irnos- se acercó la hermana del más alto empezando a perder la paciencia  -vamos a perder nuestro... ¡hey! ¡espere! ¿que hace?-  gritó de repente asustándolos y haciendo que se separaran para mirarla, ella estaba discutiendo con la empleada que acababa de cerrar la puerta detrás de ellos.

 

-lo lamento señorita pero el vuelo ya estaba retrasado-

 

-fue solo un momento ¿no puede dejarnos pasar?-  la otra mujer miró hacia afuera por las ventanas señalando que el avión ya había comenzado a moverse y que era demasiado tarde  -perfecto...-  miró a su hermano con molestia pero él solo encogió los hombros y se rió volviendo a abrazar a Mitobe  -¡no es gracioso!... voy a ver si podemos cambiar los boletos, mientras tanto espero que terminen con... lo que sea que hagan-  dejó las maletas en el suelo y se fue dejándolos solos. Mitobe y Murasakibara fueron a donde estaban los asientos para esperar su vuelo y pudieran despedirse mejor.

 

-¿que ocurre?-  preguntó Murasakibara al sentir que Mitobe lo golpeaba despacio dos veces en el hombro, miraba hacia otro lado y parecía preocupado por algo  -no tienes que preocuparte por que perdiéramos nuestro vuelo, no fue tu culpa-  pudo entenderlo, ya no le era tan complicado  -en todo caso eso fue culpa mía-

 

-...¿puedes creerlo? no hay más vuelos hasta mañana-  regresó la hermana de Murasakibara aun más molesta que antes  -ya arreglé el vuelo de mañana pero ahora hay que esperar-

 

-bien... lo lamento-

 

-esta bien-  suspiró tranquilizándose  -pero cambiar los boletos me costó algo de dinero ¿sabes si hay algún hotel cerca de aquí? que sea barato-  Murasakibara miró a Mitobe con una pregunta que ni siquiera tuvo que nombrar, Mitobe lo entendió y aceptó asintiendo una vez con la cabeza.

 

-¿por qué no te quedas en casa con nosotros?-  sugirió Murasakibara.

 

-¿podría? ¿que no la casa ya está muy concurrida?-

 

-te sorprendería lo cómoda que es, además...-  Murasakibara empezó a pensar en todas las cosas que le gustaban de vivir en esa casa  -la compañía es muy agradable-  Mitobe sonrió por esas palabras  -tiene una bonita vista, el vecindario es lindo y siempre hay buena comida tres veces al día todos los días- repitió lo que le dijo a su familia cuando los visitó junto con Mitobe y cómo les había descrito el nuevo lugar donde vivía.

 

-¿realmente te gusta verdad? ya entiendo por que estas tan sentimental por tener que irnos... esta bien vamos- tomaron las maletas listos para regresar  -pero mañana nos vamos a casa-  apuntó a su hermano con el dedo como una amenaza.

 

-claro, mañana sin falta-  el camino de regreso a casa de Mitobe resultó ser muy relajante para ambos chicos, este día había servido al menos para asimilar bien la idea de separarse y liberar la tensión y los sentimientos que estaban guardándose, claro que seguiría siendo triste pero ahora tal vez sería más sencillo.

 

-y bien... ¿qué pasó allá?- preguntó la joven y los otros dos supieron de inmediato a lo que se refería, su momento emotivo había llamado mucho la atención.

 

-no se de que hablas- Murasakibara ya esperaba que ella lo preguntara y trató de eludir la pregunta mientras Mitobe solo disimulaba y mantenía la vista en el camino.

 

-¿de que más? te pusiste igual que cuando tu amigo atractivo regresó a América...-

 

-¿qué sabes tú?- lo había molestado de nuevo  -¡tu ni siquiera estabas ahí!-

 

-me lo dijo mamá-

 

-mentira, ella tampoco estuvo ahí-

 

-pero me dijo que regresaste a casa tan triste y con los ojos...-

 

-¡ya basta!... ¿puedes dejar de hablar por favor?-

 

-si claro...-  ella cedió y Mitobe sonrió sin que Murasakibara lo viera, era divertido ver como otras personas se llevaban con sus hermanos mientras que en casa sus hermanos nunca empezaban peleas... o al menos no con él. Una vez que llegaron los niños que jugaban en la acera parecieron sorprendidos pero felices de verlos a los tres y al entrar a la casa los padres de Mitobe también lo estuvieron.

 

-¿qué sucedió?- preguntó su madre y Mitobe señaló su muñeca como si tuviera un reloj y culpando al tiempo para no tener que dar detalles de como habían perdido el vuelo por estar abrazándose y llorando frente a la puerta de abordaje  -que pena... vaya, este día esta lleno de sorpresas-  dijo la mujer captando la atención de los recién llegados sin saber a qué más se refería.

 

-...¡Hola!-  saludó Koganei bajando las escaleras y él y Mitobe corrieron a encontrarse en medio de la sala y dándose un fuerte abrazo  -Mitobe te extrañé mucho-  Mitobe respondió apretándolo más en sus brazos haciéndole saber que ‘’él también’’  -es bueno verte de nuevo a ti también Murasakibara-  dijo después acercándose a saludar a los dos hermanos, Mitobe miró a su amigo ladeando la cabeza y parpadeando un par de veces  -si, voy a quedarme hasta la tarde de mañana, quiero aprovechar el poco tiempo libre que tenía-  Mitobe estaba feliz de ver a Koganei de nuevo pero tenía sentimientos encontrados porque aun estaba el hecho de tener que despedirse de Murasakibara y a él no sabía cuanto podía pasar hasta volver a verlo

 

-disculpen...-  interrumpió la hermana de Murasakibara  -cambie los boletos para mañana y tenía que buscar un lugar donde pasar la noche-

 

-y yo le dije que podía quedarse aquí hasta entonces- dijo después Murasakibara.

 

-espero que eso no sea una molestia-

 

-claro que puedes quedarte, no se preocupen-  le dijo la madre de Mitobe a los hermanos, para ella era agradable tener visitas en casa  -aunque ahora que estamos todos no se si haya una habitación disponible-

 

-puede quedarse en mi habitación por esta noche y yo dormiré en el sofá-  ofreció Murasakibara.

 

-¿estas seguro? creo que es muy pequeño para ti-  dijo uno de los hermanos menores de Mitobe que escuchaban todo desde la escalera.

 

-puede que tengan razón-  Murasakibara miró mejor el sofá y en definitiva iba a estar incomodo ahí.

 

-tengo una idea-  dijo Koganei   -traje una bolsa de dormir en mi maleta, Atsushi podría usarla y dormir en la alfombra de la habitación de Mitobe y yo dormiré en el sofá-  hubo unos segundos de silencio como si todos pensaran en lo que se había dicho pero al final parecía la mejor opción  -por cierto, ya había llevado mi maleta a tu habitación ¿está bien si se queda ahí?-  a Mitobe le pareció bien.

 

-¿lo ven? ahora no hay problema ¿por qué no le muestran su habitación?-  indicó la mujer mayor y Mitobe, Koganei y Murasakibara y su hermana subieron a las habitaciones.

 

-¿qué tan grande es esta casa?-  preguntó la muchacha ahora percatándose que la casa era más espaciosa de lo que se vea por fuera.

 

-tres pisos-  respondió su hermano que ya había pasado por eso las primeras veces que estuvo ahí  -y tienes que ver la vista desde la azotea, es impresionante-

 

-es verdad-  comentó Koganei que también conocía bien ese lugar.

 

-debe ser costoso mantener una casa como esta ¿no?-  miró ella a Mitobe quien asintió varias veces.

 

-así es, por eso él y sus dos padres trabajan todo el tiempo-  dijo Koganei acostumbrado a responder siempre por Mitobe  -pero todo vale la pena, es un lindo lugar y todos están felices aquí-

 

-ya veo-

 

-y aquí vas a dormir hoy-  Murasakibara le abrió la puerta de su habitación en la que ahora no había más que una cama vacía ya que habían empacado todo para cuando Murasakibara se fuera.

 

-¡tiene su propio baño! me encanta- parecía contenta de no tener que estar en un hotel  -gracias por recibirme esta noche-  Mitobe le sonrió y ella entró a la habitación para ponerse cómoda.

 

-sacaré eso de mi maleta de una vez-  dijo luego Koganei y los tres entraron a la habitación de al lado, mientras Koganei buscaba en su maleta, Mitobe y Murasakibara se sentaron en la cama y aunque ninguno iba a comentarlo ambos estaban pensando en que, de ser necesario, el saco de dormir ni siquiera sería necesario, ellos ya habían compartido la cama en más de una ocasión  -aquí está, espero que te sirva-

 

-gracias-  Murasakibara tomó lo que le ofrecían y después Koganei se arrodilló frente a Mitobe que seguía al borde de la cama y cruzó los brazos apoyándolos sobre las piernas de su amigo para mirarlo hacia arriba con una sonrisa, totalmente despreocupado de actuar tan cariñoso y ser vistos por Murasakibara quien se quedó mirando hacia la puerta y tratando de ignorar la escena que sucedía a su lado ¿hacían eso todo el tiempo cuando estaban juntos? Aun después de que Mitobe le había dicho que él conocía sus sentimientos y lo había rechazado, sin duda su amistad era de otro nivel, Mitobe tampoco pareció extrañado por la actitud de Koganei y puso la mano sobre su cabello castaño.

 

-¿y cómo has estado?-  preguntó mientras Mitobe acariciaba su cabello como respuesta, Murasakibara los observaba disimuladamente y no pudo evitar sentirse celoso, de alguna manera sentía que ese gesto que Mitobe hacía le pertenecía a él y no le agradaba ver que lo hiciera con alguien más que no fuera él o sus hermanos pequeños.

 

-Tobe-chin...-  interrumpió el más alto tratando de terminar con ese momento entre Mitobe y Koganei  -podemos mostrarle a mi hermana la vista desde la azotea?-  se levantó llamándolo con un movimiento de la cabeza indicándole que salieran de la habitación y logrando que Koganei se apartara para dejar que Mitobe se levantara de la cama  -iré por ella-  también intentó no tardar demasiado y apresuró a su hermana a salir de su habitación para subir todos juntos.

 

-... ¡no es cierto!-  fueron las primeras palabras de la joven al llegar a ese lugar  y sorprendida por todo el espacio que tenían  -incluso tienen un aro para jugar basketball aquí arriba, esto debe encantarte ¿verdad?-  miró a su hermano que solo asintió con una sonrisa  -quiero venir esta noche a mirar las estrellas-

 

-como quieras-

 

-pero ahora necesito ir a comprar algunas cosas ¿hay alguna tienda por aquí?-

 

-¿ahora? ¿quieres ir ahora mismo?-

 

-si, para estar lista mañana temprano-  Murasakibara sabía que era tonto preocuparse por dejar a Mitobe solo con Koganei, ya sabía que entre ellos no había nada más que amistad pero aun así los celos por los amigos también eran reales. 

 

-esta bien, hay una muy cerca en esta calle, te acompañaré-  de cualquier modo no podía decir nada, sería ridículo mostrarse celoso, especialmente delante de su hermana y conociendo bien su sentido del humor y su facilidad para molestarlo  -no tardaremos-  dijo dirigiéndose a Mitobe y después acompañó a su hermana escaleras abajo dejando a los dos amigos solos por un momento.

 

-... me alegra que tú y él se hicieron amigos, la verdad estaba preocupado de que te quedaras solo cuando yo me fuera-  Koganei pareció bromear pero era verdad que se preocupó cuando tuvo que dejar a Mitobe, no era un secreto que su silencio podía ser un obstáculo a la hora de interactuar con otras personas y aunque con el tiempo ya había aprendido mejor a hacerse entender por los demás, seguía siendo difícil sin un ‘’traductor’’  -¿de verdad estas bien? ¿como van tus clases? sé que estas de vacaciones pero...-  Mitobe hizo que dejara de hablar dándole un par de suaves palmadas en la cabeza.

 

>>no te preocupes<<

 

-esta bien esta bien, ya se que puedes cuidarte solo, lo que pasa es que de verdad ha sido difícil estar lejos de ti y me preocupé mucho- Mitobe le sonrió con algo de tristeza en sus ojos, él también se preocupaba por Koganei aun sabiendo que con su personalidad agradable y amistosa no le era difícil hacer nuevos amigos a donde quiera que fuera, tal vez su preocupación por el era diferente, no temía que estuviera solo, mas bien lo asustaba la idea de que encontrara un nuevo mejor amigo y se olvidara de él  -¿Mitobe?-  se había perdido en esos pensamientos y el otro lo notó, siempre lo hacía, nunca se le escapaba nada de lo que Mitobe pensaba aunque por ahora el más alto de los dos prefería que no fuera capaz de percibir aquel sentimiento que casi podría interpretarse como celos; negó con la cabeza dejando de lado esos pensamientos, confiaba en Koganei y suponía que no lo reemplazaría aunque tuviera otros amigos así como él siempre le tendría un lugar muy especial en su vida aunque ahora tenia a Murasakibara, no era como si los amigos se olvidaran unos a otros siempre que alguien nuevo llegaba, todos tendrían siempre su lugar, sobre todo cuando compartían una amistad tan especial como ellos  -oye Mitobe, hay algo de lo que quisiera hablarte-  de pronto Koganei pareció más serio  -la verdad esperaba encontrarte a ti solo, hay una razón por la que vine hasta acá-  Mitobe prestó atención al otro cuando escuchó el tono de su voz,  esperaba que no tuviera ningún problema  -puede que tenga muchas menos oportunidades de regresar de las que pensaba, pasará mucho tiempo antes de mi próxima visita y antes de irme quisiera dejar algo bien claro-  a Mitobe no le gustó escuchar esa noticia y puso la mano sobre el hombro de su amigo tratando de consolarlo ya que podía escuchar que él también estaba triste  -estaré bien, por eso no te preocupes... pero durante este corto tiempo que estuve lejos hubo algo en lo que no pude dejar de pensar-  levantó la mirada para verlo directamente a los ojos aun sin cambiar aquella expresión seria y muy extraña de ver en él  -¿recuerdas aquella vez que... que me dijiste lo que sentías por mi?-  Mitobe abrió grandes los ojos y casi sintió pánico, claro que lo recordaba, aquella ocasión había sido un momento en su relación con Koganei que no había resultado como quería y que no esperaba tener que revivir nunca; asintió tímidamente bajando la mirada un poco apenado  -perdona por mencionarlo-  dijo Koganei percibiendo la vergüenza que Mitobe sentía al recordar ese momento  -lo que pasa es que desde hace algunos días he pensado mucho en eso y también en ti-  él también desvió la mirada hacia los edificios a la distancia mientras continuaba hablando  -sé bien lo que dije aquella vez y me alegra que estemos en buenos términos a pesar de todo... pero te he extrañado más de lo que creí que lo haría y sentí una gran urgencia de venir a verte otra vez-  Mitobe lo miró desconcertado aun sin estar seguro de lo que Koganei estaba tratando de decir  -el punto es que quiero saber si lo que siento es solo porque estaba demasiado acostumbrado a estar cerca de ti o... si estoy listo para corresponderte como tu querías-  Koganei estaba inseguro pero decidido a comprobarse a si mismo si sería capaz de ser algo más que el amigo de Mitobe, sabía que pasara lo que pasara siempre podrían volver a como eran antes así que se arriesgaría a ver si las cosas funcionaban a otro nivel  -Mitobe, ¿podrías... yo quiero... quiero que me beses-  Koganei se puso muy cerca frente a Mitobe sujetándolo por la ropa  -en nuestra situación no podemos tener citas porque no hay mucho tiempo para cosas así pero creo que un solo beso será suficiente para saberlo-  Mitobe no podía adivinar lo que Koganei pensaba así como el otro podía hacerlo con él, pero en ese momento podía sentir lo decidido que estaba, y nervioso, pero en eso los dos estaban iguales  -¿y bien?... ¿puedes hacer eso por mi?-  a Mitobe le costaba mantener la mirada fija en los ojos de su amigo, estaba demasiado sorprendido por esa petición, Koganei percibía lo inseguro que el otro estaba al respecto y sabía que él no tomaría la iniciativa así que fue él quien se decidió a hacer el primer movimiento y se inclinó parándose en las puntas de sus pies para poder alcanzar el rostro de Mitobe.

Notas finales:

Perdón por dejarlo así estos últimos capitulos pero es más empocionante ¿o no? 

Mitobe y Murasakibara tienen una noche más antes de separarse, deberian aprovecharla pero ¿que pasará ahora que Koganei regresó?... siguiente capitulo el próximo lunes. 


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