Capítulo 3
Al entrar a la casa, la madre de Seung y su abuela dijeron que les pasaran sus cosas y así ellas iban a dejarlas a la habitación. Ji Yong se sacó su abrigo y quedó solamente en camisa. Comenzaron a caminar ambos por la sala llena de gente. Muchos los saludaban. Seung se los devolvía amablemente, mientras Ji Yong hacía lo mismo, pero algo más arisco. No le gustaba la idea de que hubiera tanta gente en el lugar, tendría que presentarse a todos ellos como el novio de Seung Hyun.
—Seung —le llamó Ji Yong —, ¿por qué no me dijiste que tu padres eran como el príncipe William y Kate Middleton de Jeju?
Seung le miró incrédulo por el ejemplo, pero decidió seguirle el juego.
—¿Y cuándo? Te la pasabas hablando de ti los últimos 3 años.
—Oye, ven acá. —Ji Yong le tomó del chaleco y lo llevó a un lugar donde estuviera algo alejado de los demás. —Ambos se quedaron mirando mientras trataban de parecer que no estuvieran en una discusión. Claramente tenían que aparentar que se decían cosas dulces y amorosas delante de los demás. —¿Sabes qué? Tiempo fuera, ¿sí? Tenemos que terminar con estas indirectas. Todos deben creer que estamos realmente enamorados.
—No hay problema para mí —contestó Seung —, puedo fingir ser el prometido mimado por su lindo novio, eso es fácil.
—Bien.
—Pero para ti no sé qué tan fácil sea dejar de meterte en las pesadillas de los demás con tu actitud tan…
—Ah, sí, muy gracioso —Ji Yong no le dejó terminar —. ¿Cuándo les dirás que estamos comprometidos? —Preguntó poniendo ambas manos en su cintura y elevando su cabeza. Realmente parecía su novio reprochándole aquello.
—Ya encontraré el momento.
—¿Y qué estás esperando?
—¡Hey, Seung!
De repente una señora los interrumpió. Ji Yong rodó los ojos, odiaba que lo molestaran cuando él estaba conversando. Qué gente más maleducada, pensó. ¡A él nadie lo interrumpía cuando hablaba! Seung se dio media vuelta y la miró.
—Señora Lee, ¿cómo está? Qué gusto verlos por acá. —Comentó abrazándola mientras el marido se acercaba. —Señor y señora Lee, él es Ji Yong.
—Hola, un placer conocerlos. —El menor estrechó su mano con el matrimonio.
—¿Sabes, Seung? —Habló la señora Lee, sonriente —Siempre he querido saber qué hace un editor.
Seung le iba a contestar amablemente, pero una voz que sinceramente esperó oír de primeras al bajar del avión llegó en ese momento, interrumpiéndole. Lo conocía a la perfección.
—Buena pregunta, yo igual tengo curiosidad por oír la respuesta. —Ji Yong le miró, era un hombre de edad, pero no anciano. El tono de su voz no le agradó en absoluto; Era frío y sin tacto alguno. El castaño tenía su intuición muy bien desarrollada y por el tono de voz de aquel señor presentía que no era nada amable. —Hola, hijo. —Dijo a Seung Hyun.
—Hola, papá. —Respondió el pelinegro, estrechando su mano con la del otro. Ahí Ji Yong entendió todo.
El hombre miró al menor y sonrió. Pero esa sonrisa no demostraba ni un poco de sincera felicidad, así que Ji Yong sólo hizo una mueca disfrazada de sonrisa hacia él.
—Y él debe ser Yongie.
Ji Yong sonrió forzosamente. Seung veía todo realmente serio e incómodo.
—Eh, soy Ji Yong. Sí.
—Soy el señor Choi, el padre de Seung. Un placer.
—El placer es mío. —Objetó con respeto.
—Ahora, ¿por qué no nos dices exactamente qué hace un editor? Bueno, además de llevar a otros editores a comer y consumir basura.
Seung miró hacia otro lado, después de todo su padre siempre había sido así con él, no le sorprendía su actitud tajante. Sin embargo nunca pensó que le preguntaría eso a Ji Yong. Eso era ir demasiado lejos, considerando la actitud del menor. Este reía. Seung al verlo sabía que solo fingía, no había que ser un genio tampoco para darse cuenta. Además, Ji Yong no disimulaba su molestia ante la frase irónica de su padre. Ji Yong no disimulaba nada con nadie.
—¡Suena divertido! —Comentó inocentemente la señora Lee —Con razón te gusta mucho ser editor, Seung.
—¡Oh, no! —Manifestó el padre. —Seung no es editor, sólo es el asistente. —Ji Yong miraba a Seung de reojo, este se veía decepcionado y cabreado, aun así ahora no le quitaba la vista a su padre. Ji Yong comenzaba a sentirse irritado por la actitud déspota del hombre, estaba luchando contra sus instintos para no decir nada que sonara grosero. —Ji Yongie es el editor.
El nombrado le miró fijo.
—Ji Yong. —Aclaró mirando fijamente al señor Choi y le dedicó una sonrisa fingida, de esas que hacía cuando algo no le agradaba en absoluto.
—Entonces… —Se hizo presente la voz del señor Lee. —Tú eres el jefe de Seung. ¡Qué sorpresa!
Seung y Ji asintieron, completamente incómodos.
—Sí… Yo iré a servirme más ponche. —Avisó el padre de Seung alejándose de ahí.
Ji Yong de verdad pensaba que todo el mundo ahora estaba en su contra, incluso su destino. Por más que pidió no estar en situaciones incómodas, sucedían de igual forma. Suspiró.
—Qué encantador... —Musitó Ji Yong a su ‘’esposo’’, claramente mintiendo. Éste mantuvo el silencio, no se lo pensó demasiado y fue tras su padre para decirle un par de cosas.
—Qué agradable primera impresión, papá.
—¿Qué sucede, Seung? —Cuestionó volteándose hacia su hijo. —Te apareces aquí después de tanto tiempo con este hombre a quien decías odiar, ¿y ahora resulta que es tu novio?
—Papá, apenas llegamos, ¿no pueden pasar dos segundos siquiera en paz?
—Jamás creí que fueras el tipo de hombre que logra subir de puesto de esta forma…
Seung no podía creer que su propio padre le dijera esas cosas. Después de años seguía aumentando su decepción por él. Apretó sus puños con frustración, odiaba ese sentimiento de cólera que iba en aumento la mayoría de las veces que conversaba con él.
—De hecho te diré que él, el hombre que está ahí, es uno de los más respetados editores de la ciudad.
—Él es tu boleto a subir de puesto en el trabajo, y descaradamente lo trajiste a casa a conocer a tu madre.
—No, no, te equivocas. Él no es ningún boleto, no te refieras a él de esa forma. Ji Yong es mi prometido.
Un silencio eterno se quedó plasmado en el padre. El hombre pareció congelado ante lo que oía y entonces ladeó su cabeza mirándole fijamente.
—¿Qué dijiste?
—Lo que oíste. Me voy a casar.
Seung Hyun, ya harto de la situación, se giró e ignoró, siguiendo sin detención a algún lado lejos de él.
Ji Yong decidió no interrumpir la charla y prefirió pasear por la casa para ir conociendo mejor el hogar. Después de todo iba a vivir ahí varios días, tenía que acostumbrarse por el momento. La verdad, había escuchado algo de la conversación que tuvo Seung con su padre, pero no se sentía con el derecho de interrumpirles a pesar de ser el principal tema de conversación. Después de todo eso era algo familiar, no debía involucrarse más de lo acordado.
—Hola. —Le saludó un hombre que sostenía una bandeja llena de bocadillos. Por su vestimenta, obviamente era algún tipo contratado para servir y ofrecer. Era de estatura media, tenía panza, su rostro era redondo y se veía… feliz. —¿Gustas algo de comer?
—Oh no, estoy bien. Gracias.
—Vamos, prueba algo, son tradiciones aquí.
—Lo siento. —Ji miró los alimentos que estaban sobre la bandeja. —Es que es por la textura. N-no como pescado…
—Te aseguro que te gustará. —Insistió.
—Qué atento eres, pero no quiero, muchas gracias.
El hombre ignoró completamente a Ji Yong y le metió uno de los canapés en la boca casi atragantándolo. Ji Yong apenas lo recibió llevó sus manos a sus labios para terminar de meterlo y morderlo.
—Muchísimas gracias —dijo mientras masticaba. Por dentro quería golpear infinitamente al hombre, pero debía comportarse lo mejor posible.
Intentaba tragarse todo el pescado para no ser grosero con el hombre quien se veía muy animado. Ji Yong movió su mano en signo de tirarse aire mientras seguía masticando cuando escuchó la voz de Seung Hyun casi gritando.
—¡Damas y caballeros, les tengo un anuncio importante! ¡Ji Yong y yo nos vamos a casar!
El menor estaba a punto de tragar cuando lo oyó y no pudo evitar escupir encima de la camisa del hombre al frente suyo. ¡Vaya momento más adecuado que eligió para anunciarlo!
—Lo siento. —Se disculpó mientras cubría su boca con sus manos.
—Está bien, se limpia fácilmente —respondió el hombre riendo.
—Sí… —Seung Hyun elevó la voz. —Cariño, ¿dónde estás? —Ji Yong se asomó a la sala con susto y claramente asombrado, no esperaba que lo dijera en aquel momento. Seung Hyun se volteó y le sonrió. —Ahí estás.
El castaño le quedó mirando y Seung Hyun alzó sus cejas transmitiéndole la señal esperada para que Ji Yong comenzara con la actuación y ya terminaran de decir que se casarían de una vez por todas.
—¡Ven aquí, mi amor!
Seung le llamó con sus brazos extendidos. Ji Yong abrió sus labios y elevó sus cejas asintiendo levemente.
—Okay… —susurró mientras caminaba lentamente hasta él. Todos en el lugar le miraban atentos, comentando lo bien parecido que era; lo esbelto y la clase que portaba.
—¡Aquí está! Todos, ¡les presento a Kwon Ji Yong, mi prometido!
Ji Yong sonrió llegando a su lado mirando a los demás.
—¡Felicidades, Seung Hyun! —Dijo una señora.
—¡Gracias!
Ji Yong se paró frente a frente con Seung y abrió mucho sus ojos haciendo gestos. ¡Claramente había elegido el peor momento! Pero intentó disimularlo en una sonrisa y luego ambos se voltearon a la madre y la abuelita, quienes se acercaron entre sonrisas.
Abrieron un champán de los mejores e hicieron un brindis para luego comenzar a comentar el matrimonio que se acercaba. Ji Yong sigilosamente se acercó al mayor y le miró casi regañándole.
—¿Ese era el momento perfecto para decirles? Porque fue brillante. —Reveló en susurros. El mayor rodó los ojos.
—Seung Hyun, hola.
El nombrado dio media vuelta y se sorprendió de quien le saludaba.
—¿Eun Hye? Dios mío, hola. —Seung Hyun saludó mirando a la mujer frente a él. Era de cabello castaño, delgada y con facciones finas. Ella sonreía ansiosa, pues hace muchos años que no la veía. Se abrazaron un par de segundos en forma de saludo y se miraron asombrados por la sorpresa de verse. —¿Cómo estás? No sabía que ibas a venir —le miró, también asombrado.
—Bueno, tu madre me invito y… ¡sorpresa! —Ella sonrió divertida. —Estamos siendo muy groseros… Hola —se giró hasta Ji Yong, saludándole con un apretón de manos y una sonrisa amable en su rostro.
Ji Yong alzó su cejas y fingió una sonrisa lo más natural posible.
—Oh, Ji Yong —Seung Hyun le llamó y miró a Eun Hye —Ella es mi ex…
—Yo soy Yoon Eun Hye —Ji Yong abrió mucho sus ojos y fingió sorpresa. ¿Tan naturalmente le presentaba a su ex? ¡Que idiota era! —Sólo llámame Eun, si te parece.
—Oh… wow, wow —Ji Yong miró a los dos y alzó las cejas con una sonrisa en sus labios.
—Felicidades, muchachos —ella les miró sonriendo, el menor asintió. ¿Por qué sonreía tanto? ¿Era cierto eso de que podían ser amigos luego de terminar una relación?
—Gracias —dijo casi en un susurro.
—¿Me perdí la historia? —Interpeló la castaña de repente.
Ambos la miraron confundidos y preguntaron al mismo tiempo:
—¿Cuál historia?
—¡De la propuesta! —Ella los miró.
—La propuesta de matrimonio dice mucho sobre un hombre —La abuelita de Seung Hyun comentó sentada en el sofá y logró llamar la atención de todo el mundo nuevamente.
Ji Yong se maldijo mentalmente y Seung Hyun a estas alturas ya no sabía qué más inventar. Los demás asintieron al mismo tiempo.
—¡A mí me encantaría oír la historia! ¿Nos la quieren contar? —Eun Hye parecía emocionada, así que tomó asiento en otro sofá, esperando.
La madre de Seung Hyun les sonrió. Realmente, Eun Hye antes de estar de novia con Seung durante algún tiempo, fueron muy buenos amigos de infancia, y esa amistad nunca había desaparecido, es por eso que ninguno de los dos se miraba de alguna otra forma, así que no resultaba incómodo. Era como si hubiera una relación fraternal.
—¿Saben qué? —Seung Hyun miró a todos. —¡A Ji Yong le encanta contar esta historia! Voy a dejar que él la cuente.
Seung Hyun sonrió victorioso y sentó al lado de su madre dejando a Ji Yong de pie frente a todos sin saber qué hacer y con ganas infinitas de matarlo. El castaño mordió su labio inferior y puso ambas manos en su cintura mientras tomaba aire. Juraba que más tarde lo haría pagar por aquello. Ahora todos ponían su atención en él. Tomó aire y sonrió.
—¡Wow! ¿Por dónde comenzar con esta historia? —Miró fijamente a Seung Hyun, luego miró a su alrededor, todo el mundo le miraba atento. Volvió su mirada al mayor y entrecerró los ojos mirándole fijamente. —Bueno, Seung Hyun y yo íbamos a celebrar nuestro primer aniversario. —Dijo con total confianza. El padre de Seung Hyun se hizo presente en la sala para escuchar la historia. —El tema es, que para ese día, Seung me había invitado a pasear por el río Han en la noche. Él estaba muy asustado, nervioso, parecía un pajarito perdido, así que intenté darle más tranquilidad y fui con él hasta donde quería para que no estuviera tan angustiado.
Seung Hyun apretó sus labios. Okay, lo había dejado como un pajarito asustadizo. Genial.
—No fue tan así —Acotó el mayor, interrumpiéndole.
—¿No? —Ji Yong alzó sus cejas.
—No —Seung miró a los demás —. Yo fingía estar nervioso sólo para que él se sintiera entusiasmado. Ya saben cómo funciona, si uno se muestra nervioso el otro piensa que le tienen una sorpresa y como a mi Ji Yong le encantan las sorpresas, quería ponerlo ansioso. Cuando él se pone ansioso me ruega que por favor le dé mucho amor, y eso era justo lo que yo quería.
Todos rieron en el lugar y Ji Yong mordió su labio inferior nuevamente.
—Bueno, lo acompañé al río Han, ¿cierto? —Ji dijo raudo —Y me llevé una gran sorpresa al darme cuenta que llegamos justo a la hora en que el puente Banpo empieza a tirar el agua de colores. Fue precioso, y eso no era todo, no. A mis pies había un camino de corazones, ¡corazones de papel cortados a mano!
Seung Hyun mordió su lengua y asintió lentamente mientras escuchaba algunos suspiros femeninos.
—¡Estuvo un día entero cortando de ellos! Y cuando llego al lugar, ¡había un corazón gigante hecho de pétalos de rosas! También, en medio habían muchas fotos de nosotros dos juntos. Era preciosísimo.
Seung Hyun bajó su rostro. Ahora quedaría como un chico delicado, cursi y romántico… Ji Yong realmente estaba dejándolo en vergüenza.
—Me agaché a mirar las fotos, y en medio de todas ellas, estaba un grandioso, brillante y precioso–
—Nada. —Seung Hyun completó, dejando a Ji Yong con la boca abierta.
—¿Nada? —Su abuelita le miró atenta. —¿No había anillo?
—No, no había anillo —Seung negó con un puchero. Ji le miró amenazante. —Pero había una nota escrita a mano con una dirección en ella, muy al estilo James Bond. Bastante masculino. —Ji Yong rodó los ojos. —Entonces Ji-
—Entonces tomé la nota y me sentí decepcionado —Seung Hyun le miró con sorpresa. —¿Todo aquello para nada? Pero, decepcionado y con todo fui igual. Resulta que la dirección no era lejos, era en el mismo sector, solo justo en medio del puente Banpo. Y entonces, ahí había un candado, con las iniciales de nuestros nombres escritos en él. Yo me agaché y lo miré maravillado, entonces al voltearme estaba Seung Hyun, con las llaves y un ramo de rosas.
—Como un hombre —acotó Seung.
—Y me dijo que era la razón de su vida —Seung Hyun cerró sus ojos y apretó sus labios. Su imagen ya se había ido por el retrete. —Yo recibí las rosas con emoción y entonces él se arrodilló ante mí.
—Con postura elegante —agregó el mayor.
—¡Y estaba reprimiendo lágrimas de alegría mientras me miraba! —Seung Hyun le miró e intentó sonreír, pero ahora le era un poquito más difícil. —Cuando se aguantó las lágrimas y logró respirar, con suavidad me dijo: «Eres lo que más amo en mi vida. Kwon Ji Yong, ¿te quieres casar conmigo?»
—Y él dijo que sí —Seung Hyun cortó el relato —. Fue fantástico. ¿Ahora comemos?
—Qué maravillosa propuesta —la madre de Seung Hyun sonría emocionada.
—¡Qué sensible y cursi eres! —La abuelita acarició la mejilla de su nieto.
Seung se puso de pie y alzó sus hombros, pero entonces uno de los invitados golpeó su copa, haciendo que todos pusieran atención.
—¡Bien, ahora un beso!
Todos asintieron y los miraron atentos. Inmediatamente ambos dejaron de sonreír. Eso no estaba dentro de la actuación.
—¡Dale un beso!
—No, por favor —Seung Hyun sonrió haciéndose el modesto mientras Ji Yong le seguía la corriente.
—¡Sí, vamos! —Todos comenzaron a golpear sus copas y darles ánimos para que lo hicieran.
Ji Yong se maldijo a él y Seung Hyun internamente. Entonces se giró a Seung y este mordió su labio inferior. La cosa tampoco era darle tantas vueltas al asunto, y si la familia era tan insistente, entonces nada sacaban con protestar.
—Bueno, allá vamos, ¿listos? —Seung Hyun tomó la mano de Ji Yong, besó su palma y luego la soltó. Ji Yong sonrió como si hubiera sido el gesto más maravilloso del mundo.
—¿Qué es eso? ¡Bésalo en la boca! ¡En serio! —Todos comenzaron a quejarse y exigir más.
—¡Beso! ¡Beso! ¡Beso!
—¡Está bien!
Seung Hyun rogó internamente por él. Se acercó a Ji Yong lentamente y este susurró un «Okay» con simpleza, dejando su rostro inmóvil. Seung se acercó más aún sin tocarlo y plantó sus labios encima quitándolos casi al instante. Luego ambos se sonrieron.
—¡Seung Hyun, dale un beso de verdad! ¿Acaso no eres hombre? —Su abuelita lo regañó.
—¡Uno de verdad!
Ji Yong apretó sus labios y volvió a girarse al mayor. Le miró y luego susurró bajito:
—Hazlo de una vez, pero rápido.
Seung Hyun asintió y se acercó lentamente rozando sus narices. Ji Yong le miró y luego dejó que posara sus labios sobre los suyos. No se había percatado antes, quizás porque nunca tuvo una oportunidad, ni la había querido, pero su primer pensamiento fue sobre los labios de Ji Yong, eran muy finos y suaves.
Ji Yong abrió sus ojos con impresión y le miró unos segundos, Seung también le miró, pero casi por inercia volvieron a cerrarlos. El menor ladeó un poco su rostro y entonces Seung abrió un poco sus labios y luego los cerró sobre los contarios mientras abrazaba la cintura de Ji Yong. El menor no lo negó, y en su lugar, pasó sus brazos por el cuello de Seung Hyun siguiendo con aquel beso que de un momento a otro se había alargado.
Cuando se dieron cuenta se alejaron abruptamente soltándose a la vez. Todos en la sala aplaudieron, más ellos no le tomaron importancia. Ji Yong le miró de reojo y Seung Hyun quedó con la boca abierta correspondiéndole la mirada. Claramente ambos algo confundidos por aquello.
—¡Qué gusto me da que estén juntos! —La abuelita de Seung Hyun se puso de pie y los abrazó, haciendo que ellos dos también se abrazaran. —¡Soy muy feliz!
Ji Yong asintió sonriendo hasta que se encontró nuevamente con los ojos de Seung Hyun. Ambos evitaron sus miradas a los segundos después mientras rogaban internamente porque ya terminara aquella reunión familiar que los estaba poniendo nerviosos… y demasiado confundidos.