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La Propuesta por YinYang

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Notas del capitulo:

Hola a todas/os. ♥

Este capítulo es un 80% nuestro, quienes hayan visto la película se darán cuenta.

¡Esperamos que les guste mucho! 

Capítulo 4

 

 

Luego del incómodo momento que tuvieron, siguieron con la fiesta en paz, o al menos eso creían. Estaban todos muy contentos por su compromiso, la mayoría los felicitaban cada cinco minutos por el repentino anuncio de Seung Hyun. Ji Yong suspiró y caminó audazmente entre las personas hasta la puerta trasera. Necesitaba un respiro, ya no quería inventar más historias sobre cómo se lo propusieron y por qué no tenía en su mano el dichoso anillo. Rodó los ojos y caminó dignamente hasta la puerta, se volteó despacio y miró a todos lados. Al asegurarse que no había nadie cerca que pudiera impedir su plan de salir de la fiesta unos minutos, abrió la puerta rápidamente, pero en su intento de pasar desapercibido, terminó chocando con alguien.

 

—¡Ah! —Casi cae de no ser porque aquella persona le sujetó con fuerza. Ji Yong abrió los ojos y se encontró con unos negros. Miró al chico delante de él, de facciones muy finas y piel muy blanca. El chico lo tenía abrazado de la cintura y para cuando Ji Yong se dio cuenta, se soltó con suma rapidez. —¿Quién eres?

 

—Se dice gracias —respondió el otro chico limpiándose su camisa negra. Ahora que Ji Yong lo observaba, él llevaba unos pantalones negros apretadísimos también —. Sí, la culpa también fue mía, debí pensar que podía caer alguien de la nada.

 

Ji Yong notaba la ironía en su voz. Rodó los ojos.

 

—Vale, gracias. ¿Contento?

 

—De nada. —El chico sonrió y entonces extendió su mano. Ji Yong la examinó unos minutos que parecieron eternos. —No voy a morderte —Dijo ladeando la cabeza. —No a menos que te dejes. —Ji Yong frunció el ceño y miró a todos lados. —Es broma, anda —Insistió. Ji miró su mano y luego de unos segundos la tomó en forma de saludo. —¡Hola!

 

—Hola… —Mustió haciendo una mueca con sus labios.

 

El chico de negro cabello sonrió grandemente y luego soltó su mano. Lo observó varios momentos en que Ji Yong se sintió sumamente incómodo. Ya no quería ver familiares e invitados extraños y venía a toparse con uno justo en la salida trasera de la casa.

 

—¿También eres mesero? —Preguntó curioso.

 

Por su traje negro y la forma familiar en que iba entrando por la puerta trasera, se podía decir que conocía la casa, así que quizás era de los meseros que estaban en la fiesta y él no se había dado cuenta. El chico soltó una risa escandalosa y luego le miró divertido, como queriendo burlarse de su pregunta. Ji Yong se sintió indignado.

 

—¿Yo? ¿Mesero? —Volvió a reírse fuertemente.

 

—¿Qué es tan gracioso? —Ji Yong se cruzó de brazos y levantó su rostro alzando sus cejas. Nadie se reía de él.

 

—Que creas que soy mesero —el chico puso sus manos en sus caderas alzando su rostro también. Ji Yong apretó sus dientes, el muy maldito era parecido a él, eso no le gusta nada —. Soy demasiado genial como para ser un mesero, cariño. Lo siento si te decepcioné.

 

Ji Yong se cruzó de brazos y le miró con las cejas alzadas.

 

—Lo siento, es que parecías uno.

 

—¡Que poca visión tienes! —El chico volvió a reírse escandalosamente. Esta vez Ji Yong comenzaba a sentirse irritado, nunca nadie le había echado la contraria en nada. —Pero bueno, dejemos la ironía, ¿no? —El chico dejó de reírse y esta vez simplemente sonrió. —Soy Lee Seung Hyun —dijo esta vez de forma más tranquila. Hablaba en serio. Ji Yong asintió entonces.

 

—Kwon Ji Yong.

 

—«Kwon Ji Yong» —repitió —He escuchado tu nombre antes… —El chico llevó sus dedos a su barbilla pensando. —¡Ah! Eres el amante de Satanás.

 

Ji Yong le quedó mirando.

 

—¿Disculpa?

 

—Bueno, Seung Hyun dijo que Ji Yong era amante de Satanás. Y tú te llamas así, supongo que eres tú —el chico sonrió —Su odioso jefe.

 

—¿Odioso?

 

—Claro, siempre que hablaba por celular decía lo horrible que eras. —Ji Yong sintió un tic en el ojo. Miró al chico de nuevo e intentó inhalar y exhalar con tranquilidad. Seung Hyun se las pagaría. —Pero no entiendo por qué te dice esas cosas horribles, yo te encuentro muy bien parecido —sonrió —Eres de estatura media, buen cuerpo, facciones finas y por lo que veo, buena clase.

 

Ji Yong sonrió grandemente mientras asentía. Lo miró nuevamente.

 

—¿Cómo decías que te llamabas? —Preguntó, sentía que el chico le podía caer bien.

 

—Seung Hyun, pero me dicen Seungri, así no se confunden entre yo y Seung Hyun hyung.

 

—Ya veo, Seungri —Ji Yong le miró de nuevo. —¿Eres familiar de Seung Hyun?

 

—No, soy su mejor amigo —Dijo sonriendo.

 

—¿Cómo puede un hombre serio y gruñón ser amigo de alguien tan…? —Ji Yong no encontraba la palabra.

 

—¿Divertido y genial? —Seungri elevó las cejas. —Sí, ni yo mismo lo sé. Pero qué le vamos a hacer, todos quieren ser mis amigos.

 

—Ah… bueno… no era exactamente eso…

 

—Vamos Ji Yong, tú también puedes ser mi amigo —Seungri rodeó sus hombros y le abrazó con agilidad. Ji Yong frunció el ceño queriendo soltarse, pero no quería parecer grosero.

 

—Esto… ¿tus manos están limpias? —No quería que su camisa Chanel se ensuciara, además, era blanca.

 

Seungri lo ignoró completamente y comenzó a caminar sin soltarlo rodeando la casa.

 

—¿Cuántos años tienes, Ji Yong?

 

—Veintiocho, cumplidos hace poco.

 

—¡Oh! —Seungri le miró asombrado. —¡Entonces eres mi hyung!

 

—¿Tu hyung? —Ji Yong le miró extrañado.

 

—Tengo veinticinco. Por ende, eres mi hyung —el chico sonrió grandemente.

 

Ji Yong frunció el ceño. Él nunca había tenido amigos cercanos, bueno, nunca tuvo tantos amigos, quizás porque no era muy sociable. El punto es, que nunca tuvo a nadie que le llamara hyung y él nunca llamó a nadie así tampoco. Y ahora le caía del cielo este chico con grandes ojeras a abrazarlo y caminar con él.

 

—Oye… —lo llamó —¿No duermes bien?

 

—¿Lo dices por las ojeras?

 

—Sí.

 

—Pues, es que mi trabajo a veces me lo impide —Ji Yong le miró confundido. —Trabajo en el aeropuerto. A veces tengo turnos nocturnos.

 

—Ah, ya veo —Ji Yong asintió. —Aun así, existen correctores de ojeras, ¿quieres que te preste el mío? Así tu rostro se verá más fino.

 

—Oye, tú sí sabes de esas cosas —Seungri le miró risueño, le soltó y entonces agarró sus mejillas y las apretó, cosa que hizo a Ji Yong fruncir el ceño. —¡Eres más lindo que una chica!

 

—¡Aquí estás!

 

Seungri dejó de apretar sus mejillas cuando sintieron la voz de Seung Hyun. Ji Yong le miró, el mayor frunció el ceño al ver a Seungri y entonces se acercó a ellos.

 

—Hey, pensé que no vendrías.

 

—¿Y perderme la fiesta? —Seungri rodó los ojos. —No vengo por ti, vengo por el alcohol y la comida.

 

—Era de esperarse —Seung Hyun rio y luego le dio un golpe en la cabeza.

 

—¡Deja! —Seungri se soltó. —¡Siempre con golpes! ¿No puedes saludar como la gente? Oh, lo olvidé, tú no tienes modales.

 

Ji Yong no pudo evitar reírse. Seungri cada vez le caía mejor que en un principio.

 

—Por lo que veo, ya se conocieron —Seung Hyun miró a Ji Yong.

 

—Pues sí. Me encontré al amante de Satanás saliendo por la puerta trasera —Seung Hyun miró a Ji Yong y este quiso golpear mentalmente a Seungri. —Me cayó como un ángel del cielo. Literalmente, ¿sabes?

 

—Ah, ¿sí? —Seung Hyun los observó.

 

—Creo que venía con mucha rapidez escapando que vino a caer en mis brazos.

 

—Ya —Ji Yong lo llamó.

 

—Ahá —Seung Hyun asintió, mirándoles.

 

Ji Yong evitaba el contacto visual con Seung Hyun. Luego de aquel beso habían evitado todo tipo de contacto. Pero ahora el mayor le miraba insistentemente y él sólo intentaba no hacerle caso.

 

—No sé por qué dijiste que Ji Yong era el jefe más horrible de la vida, hyung —Seungri movía sus manos escandalosamente al hablar. —¡Si es hermoso! Y encima muy simpático.

 

Seung Hyun no sabía qué le molestaba más, si la repentina cercanía de los dos o las tantas cualidades que Seungri encontraba en Ji Yong. O quizás porque Ji Yong se comportaba simpático con Seungri y con él no.

 

—Gracias por darte cuenta de ello, Seungri —Dijo Ji Yong sonriéndole.

 

—Estás loco —Seung Hyun dijo de repente y le dio un golpe en la cabeza. Seungri le miró con el ceño fruncido y entonces se abrazó al cuello de Ji Yong.

 

—¡Te destierro, Hyung! —Seung Hyun ladeó la cabeza, confundido. —¡Ahora me quedaré con Ji Yong! Él es mi hyung favorito.

 

—¿Sí? —Seung Hyun alzó las cejas. —Pues, lo siento. No puedes quedártelo.

 

—¿Quién lo dice? ¿Tú?

 

—Sí —Seung Hyun asintió y se paró al lado de Ji Yong. —Él es mi prometido.

 

—¿Qué? —Seungri abrió mucho sus ojos.

 

—Ji Yongie es mi prometido, nos vamos a casar.

 

—Ji Yong. —Aclaró este.

 

—¿Estás jodiéndome? —Seungri soltó una risa escandalosa.

 

—Ji Yong, confírmaselo a Seungri.

 

—Bueno… sí, yo tampoco puedo creerlo, pero sí, nos vamos a casar. —Sentenció Ji Yong.

 

—¡Yo sabía que esta fiesta no era simplemente por tu regreso! ¡Volvías con novio y boda incluida! 

 

—¿Quién tiene boda?

 

Los tres se giraron cuando escucharon una voz detrás de ellos. Seung Hyun sonrió con alegría e inmediatamente caminó hasta su primo, abrazándole al llegar. El chico era algo moreno y un poco bajo, tenía una sonrisa encantadora y sus ojos se hacían pequeños cuando lo hacía.

 

—¡Hyung! —Gritó Seungri, siguiendo a su mejor amigo.

 

Ji Yong miraba todo desde la distancia. ¿Otro amigo de Seung? ¿Cuántos más iban a estar en esa fiesta? La abuela había dicho que 60 de los más cercanos, pero hasta ahora parecía que había alrededor de cien.

 

—¿Cómo estás, primo?

 

—Muy bien, algo agotado con el viaje, pero agradezco el haberme escapado del trabajo un rato.

 

Los tres caminaban hacia Ji Yong, quien simplemente los miraba con una sonrisa.

 

—Ji Yong —le llamó su ‘’prometido’’ cuando ya estaba a su lado —, te presento a Young Bae, mi primo. Bae, él es Ji Yong, mi prometido.

 

—Un gusto. —Dijo Ji estirando su mano en modo de saludo, siendo previamente correspondido por Bae.

 

—Ji Yong… ¿Él no es-

 

—Sí —Contestó inmediatamente Seung, interrumpiéndole. No quería que Ji Yong se molestase en esos momentos. Habían pasado varios minutos que no se había palabreado y prefería mantenerlo así.

 

—Amante de Satanás, ¿no? —Preguntó Seungri al moreno. Seung Hyun cerró sus ojos, claro que Seungri no podía quedarse callado.

 

El mayor miró de reojo a Ji, este parecía algo irritado.

 

—¿Y cómo es que ahora son pareja? Por lo que Seung me decía, no se llevaban para nada bien.

 

—Oh… Bueno primito, el amor es así, ya sabes… Del odio al amor hay un solo paso.

 

—Y ustedes dieron un paso gigante al parecer, mira que casarse es una gran responsabilidad. —Comentó Seungri.

 

—Oh, verdad que tú estuviste a punto de casarte… —Reveló Seung Hyun con algo de burla. Young Bae miró al nombrado algo sorprendido.

 

—¿Ibas a casarte?

 

Seungri miró amenazante a Seung Hyun. Ese era un secreto. ¡Qué maldito era! El menor volteó hacia el moreno y sonrió.

 

—Sí… ¡Pero doy gracias a Dios que no lo hice! Esa mujer estaba completamente loca. —De repente hubo un momento de silencio total. Seungri miraba de reojo a Bae, quién miraba a la nada. —Bae hyung, ¿me acompañas por un vaso de Whisky? Seguramente la parejita quiera estar a solas un rato.

 

—Oh… Claro, vamos.

 

Caminaron tan rápido que al futuro matrimonio no le dio tiempo de replicar algo. Ambos se quedaron congelados en sus puestos. Seung Hyun miraba de reojo a Ji Yong, y este le devolvía la mirada de vez en cuando, pues la apartaba hacia el paisaje que le daba el mar.

 

—Es precioso acá… —Comentó Ji Yong. ¿Por qué de repente se sentía tan cohibido?

 

—Sí…

 

—¿Estás aquí desde que tienes memoria?

 

—Sí, mis padres estaban en trámites de comprar el terreno cuando yo estaba en el vientre de mi mamá. Cuando crecí ya tenían todo esto.

 

—Mm… —Ji Yong asintió.

 

No sabía qué le pasaba. Con Seung Hyun nunca había un momento de tensión y ahora estaba pasando. Ellos siempre tenían tema de conversación… Bueno, siempre hablaban de trabajo la verdad, pero aun así, desde el beso actuado que todo se sintió más incómodo de lo normal. Seung tenía unos labios muy suaves, y realmente besaba bien. ¡Ah, ¿qué estaba pensando ahora?! Suspiró. Esperaba que el día terminara pronto. Seguramente el pescado que había comido a la fuerza le estaba haciendo pensar tonterías. Miró hacia la puesta de sol, estaba comenzando ya, y algo de viento helado comenzó a hacerse presente. Quizá si fingía estar cansado podría irse a dormir y evitar a todos, así que se abrazó a sí mismo y comenzó a frotar sus palmas contra sus brazos.

 

—¿Tienes frío? Bueno, la verdad se puso algo fresco. —Comentó Seung.

 

—Sí, estoy algo cansado. Seung, ¿puedo irme a dormir? El viaje y todo el asunto que pasamos me ha agotado.

 

—O-oh, claro. Yo también tengo sueño y algo de frío. Creo que esta fiesta ha sido innecesaria, pero bueno.

 

El pelinegro miró a Ji Yong, el color anaranjado que creaba la puesta de sol pegaba en la mitad de su fino rostro, sus almendrados ojos le miraban de manera fija y sus labios con un leve color rosa se abrían levemente. Seung siempre había pensado que Ji Yong era demasiado lindo para ser un chico, pero nunca lo había encontrado tan precioso. De repente se encontraron a escasos centímetros, sin desviar la mirada el uno del otro.

 

—¡Ahí están!

 

Ambos chicos pegaron un salto y el lazo que habían creado sus miradas se rompió. La abuelita de Seung comenzaba a acercarse a ellos. Ji Yong mordió su labio inferior mientras Seung Hyun suspiraba. Recién tenía frío, ¿cuándo comenzó a hacer tanto calor?, pensó el menor.

 

—¡Vamos, que la fiesta continúa! Seung, ¿viste que llegó Seungri y tu primo Young Bae?

 

—Sí, de hecho ya se los presenté a Ji Yong.

 

—¡Perfecto!

 

La abuelita se puso entre los dos y comenzó a palmearle la espalda a cada uno para que avanzaran.

 

—Em… Abuela, con Ji Yong estamos cansados.

 

—Oh, el viaje les habrá agotado, ¿verdad? Bueno, la habitación está lista desde antes de que llegaran, pueden ir a dormir entonces.

 

—¿Cuál es la mía? —Preguntó Ji Yong.

 

—Somos más viejos, pero no creas que no sabemos que ustedes han dormido ya juntos. —Ji Yong se sonrojó levemente. ¿Eso significaba que…? Oh, no. —Vamos, los llevaré a su habitación. Apenas supimos que nuestro Seungie venía con su prometido les compramos una cama matrimonial. —Comentó felizmente la abuelita.

 

Ji Yong miró con los ojos abiertos a Seung, este también estaba sorprendido, pero nada podían hacer, se supone que ambos debían parecer una pareja comprometida, y el fingir que aún no habían tenido relaciones sexuales iba a ser muy sospechoso.

 

—Ah, genial. Porque nos acurrucamos, ¿verdad, amor?

 

—Sí, claro. Nos encanta hacer eso…

 

Ji Yong apretaba sus puños mientras subían las escaleras. No podía creer que iba a tener que dormir junto a Seung Hyun. En serio toda la situación estaba pasándole la cuenta. Él pensaba tener habitaciones separadas. Además, había traído su pijama de short más corto y una camiseta. Claro, se suponía que iba a tener calefacción de primera en su habitación de hotel. Odiaba dormir tan abrigado incluso en invierno.

 

—Ahh… —Suspiró.

 

—¿Qué te pasa? —Preguntó Seung. De repente la abuela no estaba y se encontraban frente a una puerta de madera. Ji Yong frunció el ceño.

 

—¿Dónde está tu abuela? —Miró por los pasillos.

 

—Fue a buscar la llave de la habitación, ¿no la oíste?

 

Esperaron unos minutos y la abuelita llegó junto a la madre de Seung con las llaves de la habitación.

 

—Me dijeron que querían descansar.

 

—Sí, mamá. Estamos agotados...

 

La madre abrió la puerta y entraron los cuatro.

 

—Bien, aquí es donde dormirán. —Decía sonriente su madre.

 

Ji Yong estudió todo de inmediato. Efectivamente había una cama matrimonial, un ventanal gigante adornaba parte de la pared, dando así una vista maravillosa al mar, y también había un balcón precioso afuera. Tenían baño privado en la habitación y a los pies de la cama había un pequeño sillón que hacía juego con parte de la decoración. Los colores eran un poco apagados para el gusto de Ji Yong, pero por supuesto no diría nada.

 

—Vaya… —Comentó el menor caminando por la habitación. —Esto es… hermoso. Que preciosa vista.

 

—¿Y la cama qué tal? —Preguntó la abuela. Ji miró la cama.

 

—Wow, exquisita cama, exquisita…

 

De repente, un pequeño perro Sharpei entró ladrando a la habitación, fue directamente hacia las piernas de Ji Yong, haciendo que este se sobresaltara.

 

—¡Ay, qué horror! ¡Qué horror! —Se quejaba escondiéndose en la espalda de Seung del pequeño cachorro. —¡¿Qué es eso?! ¡¿Qué es eso?!

 

—Hola tú… —Dijo el mayor tomándolo en sus brazos. —¿De quién es?

 

—De nosotros, cariño. Su nombre es Gaho. —Respondió la madre. —Lo siento, Ji. Es muy juguetón. Tiene dos meses, lo rescatamos de la calle. Pero lo están entrenando, así que aún debe aprender ciertas cosas.

 

—Está bien… —Ji Yong apretaba sus dientes, los animales jamás habían sido mucho de su agrado.

 

—Por favor no lo dejen afuera o las águilas se lo llevarán. —Avisó la abuela.

 

—No, no le hagas caso —Dijo Seung mientras el perrito pasaba su pequeña lengua por sus labios. —Sólo está bromeando, así es la abuela.

 

—Por cierto —habló la madre de Seung —, aquí hay toallas y extra de todo por si lo necesitan. —Abrió un ropero que estaba casi a un lado de la puerta de baño dejando ver las cosas.

 

El perrito aún en los brazos de Seung, trataba de lamer a Ji Yong, pero este se hacía hacia atrás con el ceño fruncido. Realmente le daban escalofríos los animales. Además, encontraba tan anti-higiénico que Seung dejara lamer su boca por esa diminuta bola de pelos llena de gérmenes.

 

—Y si tienen frío por la noche, usen esto. —Sugirió la abuelita extendiendo una manta con diseños tribales y aztecas. —Tiene poderes especiales. —Pasó la manta a Seung, mientras este le pasaba al perrito. Después Seung le pasó la manta a Ji Yong y este la posó por su antebrazo derecho.

 

—¿Cuáles poderes especiales? —Preguntó el menor, curioso.

 

—Es la fábrica de bebés.

 

—Muy bien, sí. Entonces creo que… —Ji Yong miró con recelo la manta. La tomó de nuevo con sus manos y se la devolvió a Seung. —Hay que tener mucho cuidado.

 

Seung asintió, la tomó y la tiró sobre la cama. Ji Yong le gritaba internamente. ¿Cómo se le ocurría ponerlo en la cama? ¡Después los poderes quedarán esparcidos ahí! Y no es que él pudiera quedar embarazado, sino que después podría querer adoptar bebés, y la verdad es que no tenía tiempo para eso.

 

—Ya, los dejaremos descansar. Que duerman bien. —Se despidió la mamá.

 

—Que descanse. —Dijo Ji Yong.

 

—Adiós.

 

La abuelita se detuvo a mitad de camino y los volvió a mirar. Levantaba levemente sus cejas y sonreía con algo de picardía.

 

—Descansen…

 

—Gracias, abuela. Muchas gracias —Repitieron ambos.

 


 

Una vez que estuvieron por fin solos, comenzaron a buscar sus pijamas para poder dormir. Ji Yong se cambió en el baño mientras Seung lo hizo en la habitación. El mayor estiró un par de mantas sobre el suelo para acostarse. Con Ji Yong decidieron que él dormiría en el suelo mientras el menor lo haría en la cama. Aunque fue más decisión de Ji Yong que de él mismo.

 

El mayor se acostó y comenzó a mirar el techo.

 

—Am… Voy a salir. No mires, ¿sí?

 

Seung Hyun rodó los ojos. ¡Ambos eran hombres! ¿De qué se tapaba? No creía que Ji Yong tuviera algo anormal de lo que se debería ocultar… ¿O sí?

 

—No lo haré.

 

—¿Tienes los ojos cerrados?

 

—No veo nada. —Mintió, pues mantenía sus ojos muy abiertos.

 

—¿Seguro?

 

—Sí, muy seguro.

 

Ji Yong salió delicadamente del baño y casi corriendo se fue a la cama. Seung le miró fijamente.

 

—¿Ese es el pijama que escogiste para venir a Jeju? —Tenía un mini short, sus piernas eran extremadamente… ¡No sabía cómo explicarlo! Pero se le veían bien… ¡¿Qué?!

 

—Em… sí. Se suponía que estaría en un hotel solo, ¿recuerdas?

 

—Nunca pensé que ocuparías mini short.

 

—¡Te dije que no miraras!

 

—¿Cómo no cuando te paseas en mini short delante de mí?

 

Ahora se le hacía difícil no pensar en sus piernas. De hecho, apostaba que ni siquiera tenía pelos en ellos. Estaban mucho mejor cuidadas que las de algunas mujeres… ¡¿Por qué todavía pensaba en sus piernas?! ¡Debía dormir! Pero ahora que había visto aquello pensaba que quizás no podría conciliar el sueño.

 

—Sólo… durmamos, ¿okay?

 

—Está bien. —Seung mantuvo sus ojos muy abiertos intentando pensar en otra cosa que no fuera lo que había pasado hoy. Desde su llegada, el beso y ahora las piernas de Ji Yong.

Notas finales:

¡Va con muuuuuuuuuuucho amor para nuestras bonitas que nos leen en el TL, y para nuestro regalón Seungri! ♥ 

 

 


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