Prologo.
Si algo había aprendido Fye en el trascurso de su vida era que él estaba destinado a sufrir y hacer sufrir a los demás, su nacimiento fue el detonante de muchas desgracias que comenzaron arrebatarle las cosas y personas que él amaba… las personas lo sabían tan bien que junto a su hermano, eran llamados los gemelos de la desgracia, pero ¿Quién era el error? ¿El? ¿Su hermano? ¿O ambos?
El destino le arrebato a los que amaba, a su hermano y a la primera persona que fue amable con él y le dedico una sonrisa… ¿Por qué el destino se empeñaba en hacerlo sufrir? ¿Por qué el? No lo sabía, pero estaba seguro de algo, nadie más saldría lastimado a causa de él…nadie más.
El mago entonces tomo una decisión que pensó sería la solución, decidió encerrase en una fortaleza, una fortaleza donde nadie más pudiera entrar, trazo una línea que nadie debía cruzar, pues si se atrevan saldrían lastimados, se alejó de los demás ocultándose tras una sonrisa despreocupada, ocultado el tormento de su corazón.
Pero entonces el mismo mago cometió un error, el mismo cruzo la línea…
Nunca se dio cuenta de que había cruzado aquel limite que el mismo marco, nunca se dio cuenta que poco a poco aquellas personas a las cuales el acompañaba, poco a poco comenzaban a volverse mas y mas importantes para el… Nunca se dio cuenta que uno de ellos trataba atravesar esa fortaleza sin importar que…
Pero ahora era demasiado tarde para darse cuenta de su error…. Demasiado tarde, estaba a punto de perderlo todo… por tercera vez en su vida.
El dolor era insoportable, más que el dolor físico… el dolor del alma era el insoportable, ver como aquel joven muchacho tan dulce y sonriente ahora lo miraba con frialdad y despecho le rompía el corazón. ¿Cómo es que habían llegado a ese punto? ¿Cuándo fue que el destino quiso volver a arrebatarle todo?
Después de que el castaño le propinara una potente patada en el rostro, lo tomo el cuello y se acercó a su rostro mirándolo fijamente…Fye no lo podía creer, en aquellos ojos marrones ya no estaba Shaoran…estaba otra persona….una sin corazon.
“Tu usas magia” Hablo “Shaoran” con un tono indescriptible de voz “y ese ojo es la fuente de tus poderes ¿No es así?” Shaoran toco la mejilla del mago, acercando se a su ojo azul izquierdo “Para reunir las plumas necesito esto también” sentencio el joven castaño, lo próximo que Fye sintió fue dolor…un sentir muy familiar para él.
Todo se volvió oscuro…
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Kurogane bajaba aquellos escalones lo más rápido que podía, no le habían dejado entrar con su katana, por lo que solo llevaba a la princesa en sus brazos…pero justo antes de llegar al final, Sakura desapareció sin razón alguna. Su acompañante le explicó por qué había sucedido eso y siguieron su bajada. Al reunirse con el resto de los habitantes de aquel edificio en Tokyo Mokona grito con lágrimas en los ojos “¡Kurogane! Shaoran y Fye aún no salen del agua”
En ese instante, sin pensarlo dos veces, Kurogane corrió para saltar al lugar donde se encontraban sus compañeros, pero se detuvo justo en el límite….el agua había desaparecido y ahora podía ver que era lo que estaba sucediendo…lo que el japonés vio lo dejo sin palabras.
Shaoran estaba de pie junto a un inconsciente mago, todo alrededor era sangre…y Shaoran masticaba algo. “ ¡su ojo!” se sorprendió Kurogane al ver que el ojo izquierdo del castaño era de color azul…como los de Fye. “Tu…” Kurogane no pudo terminar de decir su frase, pues vio que sin demora, Shaoran comenzó a acercar su mano al ojo derecho del mago “ ¡Detente! “ grito mientras corría lo más rápido que podía hasta que logro tomar el brazo del muchacho.
“¿te has comido su ojo?” preguntó sin quererlo creer, y como respuesta recibió un potente patada en el abdomen, haciendo que el brazo del castaño quedara completamente libre.” Y también tomare el derecho” amenazo, y no en vano. Kurogane intento levantarse pero aquel golpe le había arrebatado el aire, con impotencia observó como el segundo ojo del mago era retirado y como más sangre era derramada, después de eso Shaoran se deshizo del cuerpo del rubio tirándolo a un lado.
“ ¡Fye!” Grito la pequeña Mokona impotente al no poder hacer nada más que observar como el cuerpo del rubio caía hasta el fondo de aquel lugar, reaccionando, Kurogane se lanzó para atraparlo y evitar que se estrellara en el concreto…
“Fye”
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El destino lo había marcado con una maldición, toda su vida había sido un martirio, pero, cuando todo comenzó a mejorar, cuando el joven comenzó a creer que al fin era su turno para ser feliz…vino otra desgracias, una que lo marcaría el resto de sus días, sabía que se lo merecía por haber tomado decisiones tan egoístas…
Era su castigo.
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Oscuridad… la oscuridad era lo único que lo rodeaba en esos momentos y un sentimiento mas…Dolor.
Le dolía todo el cuerpo, podía sentir como su vida se escapaba entre sus dedos como si de agua se tratara. ¿Qué había sucedido? ¿Por qué Shaoran actuó así? ¿Por qué no pudo evitarlo?...muchas preguntas y muy pocas respuestas, de pronto comenzó a escuchar murmullos…al principio débiles, pero cada vez se hacía más fuertes…más claros.
“No hay nada más que hacer”
“¿Qué quieres decir?” Fye comenzó a recuperar la conciencia poco a poco, pero la oscuridad aun permanecía.
“Morirá, es muy difícil que alguien sobreviva con ambos ojos arrebatados de esa forma”
“Así que es por eso…” pensó el rubio mientras trataba de recordar un poco… “Al parecer…al fin ha llegado el fin que eh estado esperando.”
“Yuuko… ¡Yuuko! ¡Por favor, Fye va a morir!” Esa era la pequeña Mokona, desesperada, pidiendo ayuda a su creadora, Fye sonrió y con mucho esfuerzo se negó a que le ayudaran “No…no importa si yo muero…no…no importa más, si yo vivo…Shaoran-kun podrá usar mi magia…será muy peligroso…y”
“¡Cállate!” Kurogane golpeo la pared con fuerza cansado de escuchar aquellas excusas “¿Por qué te resignas tan rápido? ¡¿Por qué eres tan egoísta?! Fye se sorprendió ante las palabras del moreno…y continúo con su débil sonrisa a pesar del dolor que estaba sufriendo.
“Bruja… ¿Hay alguna forma de salvarlo?”
“La hay. Pero el precio sería muy alto” Explico una muy dolida Yuuko, los gritos y las discusiones siguieron…pero Fye no podía escucharlas muy bien, pues perdía y recobraba la conciencia en momentos.
“Que Fye no muera es tu decisión… tu serás el responsable de mantenerlo con vida” Fye no comprendía las palabras de Yuuko ¿de que hablaba? “Tendrás que convertirte en su presa, solo podrá beber tu sangre, así no habrá problema, pero; debes saber que tal vez él se niegue a beberla, así que tendrás que buscar una manera de que lo haga antes de que llegue a su límite”
“E-espera” trato de replicar el rubio, pero Kurogane no lo dejo hablar “si tanto deseas morir seré yo quien te asesine, hasta entonces vive…” Fye sonrió en signo de derrota, resignándose a el deseo del moreno.
Tal pareciera que ese era el final, Fye podía sentir cada parte de su cuerpo retorcerse de forma dolorosa, sus sentidos le mandaban información exagerada, podía escuchar todo, pero sobre todo, comenzaba a olfatear cosas que antes no notaba,…era un olor metálico… un olor extrañamente…agradable y al mismo tiempo nauseabundo, y fue entonces cuando supo que era lo que había pasado, lo habían convertido en un vampiro.
Aquellas criaturas, Fye había escuchado de ellas, ahora tenía otra maldición encima, no solo su tortuosa vida había sido extendida, ahora también dependería de otros para sobrevivir…como un parasito.
En un arranque trato de levantarse, Kurogane lo detuvo y Fye se aferró al moreno clavando sus uñas en el a causa del dolor y entonces… y el dolor se detuvo completamente. Agotado y desorientado Fye comenzó a tocar al moreno con sus manos hasta llegar a su rostro “K-kuro….” Susurro y después se desvaneció completamente.
“No dejare que mueras…No te dejare solo…no dejare que te vuelvan a lastimar así…”
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Kurogane siempre quiso ser fuerte, tenía todo a su alcance para ser alguien importante y de gran poder, pero el destino le dio una vuelta terrible a su vida….le arrebato a los que amaba. Sin embargo, a pesar del dolor, a pesar del sufrimiento, su vida mejoro…
Conoció a quien pensó, sería el amor de su vida, era igual a su madre… la mujer que tanto amaba de niño.
Después de aquella terrible perdida, y esa nueva oportunidad, Juro ante su espada y la tumba de sus padres que no dejaría que volvieran a lastimar a los que amaba.
“Quiero ser más fuerte…para proteger a la persona más importante para mí”
Durante años, su lealtad y amor fue dirigido a la princesa que le abrió las puertas de su palacio, toda su fuerza la gastaba protegiéndola, no le importaba matar si era necesario…pero todo cambian cuando esa misma persona que el tanto quería, lo mandara lejos a cumplir una misión.
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“encuentra el verdadero significado de la fuerza Kurogane”
No lo entendía, él era fuerte, y esa fuerza era para ella ¿No era eso lo correcto? Kurogane pronto supo que no era así…y pronto…ora persona se convirtió en “la más importante” para él.
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“Yuui…”
“Yuui…. ¿Por qué me dejaste?”
Lo siento…
“ ¿Por qué te salvaste tú?”
Lo siento…
“ ¿Por qué? ”
Porque quería vivir…
Quería ser amado…
Fye despertó, pero todo seguía igual de oscuro que antes, sintiéndose completamente perdido, trato de levantarse “No te muevas” escucho la gruesa voz del moreno hablarle. Fye levanto su mano, en señal de que quería alcanzarlo y asegurarse de que estaba ahí a su lado, pero lo único que sintió fue como su cuerpo era cubierto por manta. Bajo la mano entonces y se sentó en aquel lugar donde estaba recostado.
“ ¿Kuro…gane?” No hubo respuesta a su llamado... sin embargo, el moreno seguía cerca de él cuándo escucho su nombre se sorprendió y sintió como algo dentro de él…se quebraba.
“Kurogane”
Fin del prólogo.