Capitulo 1:
Instintos
Huesos...
Sus huesos crujían con cada paso que daba de regreso a casa esperando que esta estuviera vacía hasta que obscureciera, no estaba de humor para soportar un regaño más de sus padres por pelear de nuevo en el colegio, JongDae lo hacía sin querer, su instinto le dictaba imponerse ante aquellos que querían someterlo al menos hasta que alguien lo obligara a mostrar sumisión al volverse una bestia mitológica por error por andar solo y de noche cuando no debía...
¿Y cómo sabía tanto? Porque él no era tonto, investigo a fondo sobre el tema de lo que le estaba pasando después de que un perrote del tamaño de un auto se le fuera encima esa noche de luna azul alcanzándole un costado que apenas estaba cicatrizando, de vez en cuando sangraba aunque desde el día anterior que se llenó de pelo, esta dejo de volverse visible asustándolo por completo…
Lo aborrecía porque le asustaba pero quejarse sería estúpido
¿Cómo cambiar algo que no tenía solución?
Solo le quedaba contenerse y evitar que su ahora feroz lobo asesinara a alguien al no poder controlarlo.
El lobezno había cambiado la noche anterior por primera vez haciéndolo sentir adolorido de cada articulación, creándole una actitud mordaz contra todos los que lo rodeaban, básicamente cada hueso se había roto al reacomodarse en otro sitio para volverlo un lobo negro gigante, ni él supo cómo fue que consiguió pararse de la cama con semejante agonía encima esa mañana. No pudo evitar gruñir al llegar a su casa y cerrar la puerta quedándose solo, necesitaba calma para poder pensar con claridad sobre cómo enfrentar su problema, tenía miedo de dañar a su hermana o a su propia madre cosa que lo ponía mal pero ¿A quién acudir?
Estaba solo…
Demasiado…
No había nadie confiable a quien confiarle su problema, sentía miedo de que lo encerraran en un laboratorio o lo llenaran de agujas. Arrastrándose consiguió llegar a su alcoba tumbándose bocabajo sin quitarse la mochila, el cansancio lo estaba matando y sin proponérselo cayó profundamente dormido...
…
-JongDae… - dijo Angie en un susurro apenas audible, el mencionado por reflejo le tomo la muñeca con un gruñido en el fondo de su garganta tan pronto la delicada mano de su hermana le toco el hombro, la mencionada solo atino a sobresaltarse por la fuerza que ponía ¿Cuándo se había vuelto tan fuerte? Casi no lo reconoció lo cual empezó a preocuparle porque últimamente estaba muy raro, podría ser a causa de drogas aunque también podría equivocarse – suéltame si no quieres que te deje la cara morada….
-Yo… Perdón… ¿Qué quieres?- espeto saliendo del trance retrocediendo hasta que su espalda toco la pared asustado, podía olfatear su miedo pero no entendía porque no se lo decía o al menos se alejaba, ni él solito se soportaba en esos momentos así que suspiro derrotando mirando el techo, amaba demasiado a su hermana menor por 2 años como para echarle en cara sus males- No me siento muy bien ciertamente
- Se te ve ¿Qué te sucede? No puedo ayudarte si no me lo dices ¿No confías en mí?-
-No es eso es solo que… - “Solo que me lleno de pelo y gruño cuando alguien me grita o me dice que debería hacerle caso” pensó con amargura enojándose consigo mismo, era tan frustrante no poder contárselo a su confidente de toda la vida que se doblego un poco ante la mirada baja que le dedicaba, odiaba hacerla sentir como una basura pero era inevitable. Quería mantenerla a salvo - … No me eh estado sintiendo yo ultimamente… Cuando sea propicio te lo diré
-¿Seguro?- pregunto esperanzada mientras el otro se le acerca con esa mueca típica en él rodeándole el cuello con uno de sus brazos
-Te lo prometo- reafirmo mientras empezaban a caminar hacia la planta baja con mucha calma platicando de cosas triviales soltando algunas risas, su día se alegraba un poco cuando ella aparecía porque aunque no lo creyera, era la única en su vida que lo hacía sentir que servía para algo mas que causar daño
Desde esa fatídica noche, había sentido como si la normalidad lo hubiera pateado lejos de ella, se sentía como una pieza errónea dentro de un rompecabezas pues todos en la escuela empezaron a evitarlo como si intuyeran que algo peligroso se ocultaba en su interior, poco a poco dejaron de hablarle hasta llegar a un punto que empezó a andar completamente solo cuando levanto al profesor de matemáticas sobre su cabeza y lo dejo caer sobre el escritorio solo porque lo habia regañado al no querer trabajar en equipo, lo mando al hospital durante meses y si no lo habían demandado fue porque su papa pago los daños y su buen promedio lo salvo de la expulsión, odiaba sentirse diferente…
Tenía mucho miedo…
-JongDae- ambos chicos se detuvieron a cm de la puerta ante el tono autoritario de su padre que los observaba desde la sala para nada contento, el lobezno cerro los ojos con irritacion sabiendo que algo malo estaba por suceder recordando el incidente de aquella tarde, de forma inmediata Angie se separó indicándole con una sonrisa que estaría bien sola saliendo de la casa, lamentablemente él no podría acompañarla a su destino por el regaño que le esperaba, con cautela empezó a caminar hasta situarse en el centro de la hermosa sala de sillones negros hechos de piel y miles de cuadros alrededor que habían comprado en sus viajes, que, parecia observaban la escena con deleite, aquel sito era muy acogedor pero igual no dejaba de sentirse dentro de una jaula
Necesitaba salir de ella antes de que fuera demasado tarde
-Ya se lo que me vas a decir, deberías soltarlo de una vez para no perder el tiempo- exclamo haciendo que el mayor se cruzara de brazos frunciendo el ceño, lamentablemente tenía problemas grandes en los cuales centrarse antes que sus padres o la forma en la que se dirigia a ellos en ese momento
-¿Qué lo suelte? Hijo… No puedo con los gastos de esta casa si mandas al hospital a todos tus maestros, ¿Cómo fue que conseguiste someter a tu profesor de educación física rompiéndole un brazo? ¿Qué te sucede? ¿Por qué no solo hablamos y encontramos una solución como siempre?- dijo en tono conciliador enloqueciendolo, si sus problemas fueran normales claro que lo haría pero no, para su mala suerte necesitaría algo más que solo una charla amistosa para arreglar ese embrollo
Cerro con fuerza los puños a sus costados sintiendo como su ira crecía de forma desbordante contaminando su sistema, debía respirar, la alarma dentro de su cabezo sonó haciéndole sentir que su lobo estaba a flor de piel, su pecho se hincho de sobremanera y no podía creer que por un minuto contemplo la idea de rajarle la garganta a su padre, se le estaba llendo de las manos de nuevo y eso lo asustaba
-Cariño...- la melodiosa voz de su madre apareció ante las lagrimas del chico cuyo cuerpo empezaba a temblar como si tuviera frio, por intuición sabia que pensaba que su problema se relacionaba con las drogas porque vamos, nadie cree en leyendas como los hombres lobo o los vampiros porque nunca se comprobo que e verdad existieran. Pero a él le estaba pasando por desgracia
Ssolo necesitaba estar solo un minuto para recuperar el aliento
Casi ni sintió cuando la esbelta mujer le rodeo el cuerpo con cuidado atrayéndolo hacia ella bajando sus defensas, el calor de su progenitora lo calmo de sus calambres un momento pero no fue suficiente para dejar de pensar en cosas espansosas, solo atino a acurrucarse en su regazo sintiéndose un bebe destrozado que nunca volveria a ser lo que era, tal parecía que su situación empeoraba con cada segundo que pasaba – Somos tus padres y te querremos hasta el fin de nuestros días, si tienes problemas debes decirnos… Te ayudaremos aunque no nos guste corazón…Eres mi hijo
-Si tan solo… Fuera así de sencillo- balbuceo olfateando su aroma para grabarlo a fuego en su subconciente, entrecerrando los ojos con la mejilla apoyada en su hombro, necesitaba un descanso de todo eso…
Debía irse aunque le costara trabajo
-Buscaremos un sitio, algo… No, todo está perdido- JongDae despertó del trance de forma violenta alejándose de forma brusca ¿Buscar un sitio? Sería lo peor que pudieran hacer pues descubrirían su secreto si le hacian algun estudio que requiriera con pruebas de sangre, paranoico retrocedió negando frenéticamente aún más nervioso
-No lo entienden… Esto, no tiene solución… Solo empeorara, No me meto nada pero… Pero…- su cuerpo empezó a temblar violentamente sintiendo el crujir de los huesos recordandole el sonido de las hojas secas secas en otoño, un ligero gemido salió de sus labios mientras contemplaba sus opciones, no podía cambiar allí porque el espacio lo haria enfurecer aun mas, con fuerza estrecho su brazo contra el pecho sintiendo nauseas…
Debía…
Debía…
Su mente pensaba con rapidez en miles de cosas, cosas que jamás había pensado que podrían pasar por su cabeza poniendole la piel de gallina
Los lobos eran sádicos
¿Cómo podría controlar su sed de sangre?
-Soy un monstruo...- dijo en voz baja levantando la cabeza hacia el techo incorporándose con lentitud mientras su madre daba un paso hacia adelante tambien temblando, típico…Le temían, le temían porque era un depredador y nadie lo querría cerca, nadie lo aceptaría jamas – Eso me pasa…
-Claro que no- Intervino su padre atreviéndose a acercársele un paso. Su instinto le dicto atacar pero en cambio solo retrocedió para no hacerlo
-No lo entienden… Aun no…-
-Cariño- su madre ignoro su advertencia acercandosele pero ante su ineptitud para controlarse, la lanzo a un costado de la habitacion observando en camara lenta cómo se estrellaba con fuerza contra un sofá tirándolo al otro lado, aterrizando finalmente sobre una mesa de madera pegada a la pared, por inercia su padre corrió a auxiliarla y él se quedó helado
Lo había hecho…
La había lastimado y su grito de dolor diciendo que su brazo estaba roto aumento ese frenesí aumentando sus ganas de largarse, ambos padres intentaron olvidar el percance en vano entendiendo que ni él se lo esperaba, ¿Qué le sucedía a su querido hijo? No lo sabían pero no querían que se fuera o de lo contrario podrian perderlo para siempre
-¡¡JongDae!!- grito su madre a pesar del dolor demasiado tarde, el chico ya había escapado internándose en la noche obscura alejándose sin un rumbo fijo ¿Adónde iría? ¿Con quién? ¿Qué haría? ¿Moriría? ¿Para qué? ¿De qué viviría? Miles de preguntas bombardeaban su cabeza mientras miles de sonidos de bocinas, gritos y charlas inundaban sus sentidos mareándolo ¿Qué estaba sucediendo? ¿Dónde estaba? no lo sabía pero en su carrera casi lo atropellaba un automóvil, tantos estímulos lo hacían enloquecer ¿Cómo podría vivir con eso?
Las lágrimas inundaban sus ojos mientras seguía corriendo, los edificios grises se alzaban sobre su cabeza pero él no reconocía, no sabía si por el shock o porque nunca tránsito por allí
Solo se dejó llevar hasta llegar al bar donde su hermana había ido a festejar el cumpleaños de una de sus mejores amigas, no creía poder estar en público con los ojos hinchados de esa forma, sin embargo ignoro su malestar consiguiendo colarse al interior del inmueble usando el miedo que provocaba con solo una mirada de furia para persuadir al cadenero, que bajo habia caido pero bueno
El sonido de los altavocez le destrozaba los tímpanos pero no le importo solo quería despedirse de su hermana antes de que se enterara por otras personas de lo que había hecho, el olfato le dolía a horrores así que para no llamar más la atención se puso la gorra de la sudadera sin pensar en alguna cosa coherente o en el calor asfixiante que lo ponia aun de peor humor
Podria jurar que la cabeza estaba a punto de explotarle por el estrés que estaba sufriendo, a simple vista su hermana se divertía bailando con sus amigas, por un minuto sintió una culpa espantosa por arruinárselo con su asquerosa presencia, no podía odiarse aún más como ya lo hacía en ese instante.
Notando la pesada mirada de su hermano a la distancia, la muchacha levanto la mirada dejando de sonreír al verlo tan demacrado argumentando que la mala iluminacion lo hacian verlo de esa forma, se disculpó con sus amigos rapidamente que sabían de la situación gracias a su último ataque
Incomodos asintieron esperando que no se quedara respirando con tranquilidad tan pronto ambos hermanos salieron a la calle a conversar aprovechando que estaba vacia a esas horas. La luna llena alumbraba aún más que las farolas en la acera mientras el lobo recargaba con cansancio un hombro con cada articulación palpitandole bajo la piel buscando las palabras adecuadas para decirle lo que habia ocurrido...
Angie En ese momento no lograba ver la cara de su hermano pero su silencio no auguraba nada bueno, quiso abrazarlo pero el otro estiro una mano deteniéndola en seco terminando de afirmar sus sospechas, algo malo había sucedido en esa platica y lla estaba que se noria por saberlo para intentar lidiar mo intermediaria sile hera posible
-Lastime a mama… -
-¿Qué? ¿Cómo?-
-Fue sin querer, le dije que no se acercara pero no obedeció y yo, yo no quería matarla entonces la aleje y use mucha fuerza, le rompí el brazo… - el tono de culpabilidad, se juntaba con la desesperación explotando en ademanes violentos mientras se desplazaba de un lado a otro, Angie sintió tanta pena por su hermano que no supo que hacer para mejorar su ánimo, lamentablemente ella se sentía igual de frustrada al no poder hacer nada
Simplemente el mayor no se dejaba ayudar
-Relájate…-
-No puedo, te quiero mucho…- Sonrió a pesar de las lágrimas que recorrían su cara dándole un mal presentimiento a la otra, en serio estaba tan molesta con su hermano que quería abofetearlo por cargar sus penas solo, era obvio que las penas eran mejor si se compartían
¿Por qué?
Quizás ese el problema
Ni JongDae sabía cómo responderle
-No hagas estupideces, piensa con la cabeza…-
-De acuerdo pero alguien te llama allá tras- la otra se giró un momento quedándose atónita pues en cuestión de segundos, su hermano desapareció de su vista, por más que lo busco no lo encontró solo atino a correr al hospital para ver si él estaba allí, solo deseaba que estuviera bien y hubiese decidido ir a ese sitio
..
Ahora entendía el término;
"...Manada y/o pareja para poder actuar de forma normal"
La verdad es que solo corrió chillando de dolor internándose en el bosque acallando su violenta conciencia sin darse cuenta de que lo seguían de cerca. Rodo por pendientes y salto sobre troncos caídos cayendo contra el suelo de forma estruendosa para seguir corriendo, era un peligro para todos...
JongDae no quería ser un asesino...
No volvería nunca y menos en ese estado, era tan difícil controlarse que en su mente no dejaba de pensar en soluciones extremistas para mantenerlos a todos a salvo, corrió hasta llegar al corazón del bosque donde su pierna cedió de forma violenta amenazando con entrar en fase...
Y como dolía...
Escucho que una rama se rompía saliendo de su shock gruñendo poniéndose en 4 puntos ¿Lo habían seguido? ¿Desde dónde? ¿Porque?
-Shhh... tranquilo, quiero ayudarte- dijo un chico de cabello negro extendiendo las manos al frente hablándole con calma, la verdad es que Tao lo había estado observando en silencio desde que lo vio por primera vez hablar con esa chica días antes en el bar de uno de sus amigos.
Lo habia sentido en el fondo del pecho, aquella atracción que su manada le había enseñado a distinguir antes de que se extinguiese por completo, no sabía si esa mujer era su novia pero la quería lejos de su pareja aunque fuera difícil, se preocupó cuando ya no acudio siendo que alguien lo había mordido a drede justo cuando la luna azul se alzo en el cielo, ningún lobo se paraba por el pueblo si no fuera para causar caos, alguien le había echado el ojo antes que él y eso lo ponía de malas
-Yo no... Te necesito- gimió el chico tumbándose sobre la hojarasca buscando consuelo en la tierra humeda, el pelinegro suspiro con inquietud sabiendo que su conjetura había sido correcta, estaba fuera de sus cabales, al menos asi podría concentrarse en cansarlo pues no razonaria sus ataques
Se mordio el labio inferior con fuerza sabiendo que las palabras eran inútiles en esos casos así que no tenia de otra más que desnudarse para estar listo cuando el otro se le fuera encima pero no de la forma que el queria, tendría que someterlo a la fuerza tal y como había visto a su padre hacer con los rebeldes antes de su muerte
¿Y que era un rebelde? Aquellos lobos que eran transformados de golpe, siendo más agresivos que el resto
Cuando un lobezno crecía, tenía a alguien a su lado que lo entrenaba de la misma forma que lo harían con un cachorro, no podían compararlos con niños normales porque eran más brutales que eso.
Lamentablemente ellos tenían un destino más doloroso y brutal que ellos que terminaba con la muerte
-Déjalo salir… Igual te obligare a obedecerme- incito el otro a que lo agrediera gruñéndole entrando en fase, si no podía contra JongDae tendría que hacerlo a la antigua, en su forma de lobo gruño ladrándole lo mas alto que podia, el otro no pudo más y también lo siguió desgarrando sus vestiduras con un aullido espantoso en la garganta, con dificultad se puso de pie y sin pensárselo embistió a tao con las fauces abiertas tumbándolo sobre el lomo para intentar sujetarle la garganta, ambos lobos rodaron por el suelo con sus fuertes mandíbulas cerrándose sobre su pelaje dejando rasgos escaletas por todo el suelo, no se podía distinguir donde iniciaba uno y donde terminaba el otro pues ambos pelajes eran negros como la noche de no ser porque sus zarpas brillaban contra los rayos lunares
Tao sabia a la perfección que su rival era fuerte aunque no pensaba con claridad, no quería lastimarlo por lo que mejor se centró en cansarlo lo suficiente para poder someterlo como lo hacían los animales en la vida real, poco a poco el lugar se llenó de una sinfonía de gruñidos impresionantes que podrían escucharse a kilómetros de distancia, ambos se interceptaban el aire para caer al suelo aun enzarzados entre si soltándose dentelladas una tras otra
Rodaron. Se golpearon. Se separaron y volviendo a juntarse como si fueran imanes
La fuerza del lobezno iba menguando para suerte del alfa
En uno de esos saltos, cayeron a tierra revolviéndose por su lado para empezar a caminar en círculo, estaban buscando un punto vulnerable aunque fuera difícil de deducir en ese momento, lo único que el lobo adulto tenía claro era que se le tiraría al cuello al ver la oportunidad de hacerlo, el dolor de su costado le impedía interceptar con rapidez al contrario preguntándose cómo demonios le hacía para soportar las heridas que le había hecho en las patas, se estaba sobres forzando pero no se detenía
¿Qué había hecho antes de venir? ¿A qué se debía tanta ira?
De nuevo siguieron luchando. Derribándose el uno al otro
Hasta que las patas le fallaron al más joven terminando bajo el dominio del otro que no tuvo de otra más que quedarse quieto jadeando, tal parecía que su lobo sabía que había sido vencido volviendo a su forma humana sintiéndose como un enorme moretón molestandose ante la molesta sensacion de que el aire le faltaba. Unos minutos atrás, de a ver sabido que lo único que necesitaría para poder controlar su impulso asesino era una buena arrastrada, la hubiera pedido tranquilamente, no pudo evitar mirar otra vez a su agresor mientras le sujetaba la garganta cortándole la respiración aun con ganas de seguir peleando aunque su cuerpo se daba por vencido ¿porque le sucedía aquello? El mismo empezaba a asustarse sde si mismo
Lo ignoro, mejor se centró en ese hombre, se veía tan letal que algo interiormente se removió haciéndolo sentirse atraído, era un impulso estúpido porque no lo conocía, yen su vida lo había visto
-Te gane... Ahora te voy a soltar y te toca decidir...- Tao sabía que si este se negaba tendría que matarlo por ser un peligro para su especie aunque también le dolería cumplir con su deber, intuía que la razón era porque aquel lobezno desobediente era su pareja , sinceramente él ya se había tardado en ponerle su límite porque nunca consiguió su dirección para observarlo con calma antes de hablarle, con lentitud retiro la mano del cuello del lobo que tardo un par de minutos en reaccionar ladeando la cabeza a un costado exponiendo su delgado cuello escuchando como tosía tomando bocanadas de aire, eso fue suficiente para el alfa que expulso con lentitud el aire que había estado conteniendo dentro de los pulmones bastante aliviado, JongDae podría jurar que se sentía más tranquilo y menos estresado con respecto a unas horas antes, trago saliva sintiendo su labio roto sangrante palpitar tratando de calmar su ritmo cardíaco antes de que le diera un paro respiratorio, tao volvió al inclinarse al frente respirándole en la cara examinando cada rastro de su cara comprobando que la euforia desapareciera de su sistema
Por otro lado, JongDae solo podía sentir una mezcla de euforia combinada con admiración respecto al tipo que tenía encima, era como si lo conociera desde siempre ya que no le incomodaba que lo examinara de esa forma tan efusiva preguntándose si estaba enloqueciendo, no tenía fuerzas ni para quejarse del dolor de sus heridas en todo el cuerpo, al menos podría caminar para buscar donde refugiarse….
Fue entonces que algo capto su atención en el rostro ajeno que lo lleno de confusión, su ahora alfa estaba aún más cerca de su cara toqueteando la herida de su labio cosa que le hizo hacer una mueca de dolor
-Lo siento, creo que te lastime de más…- Se disculpó entrecerrando los ojos buscando una excusa para mantener el contacto o al menos así lo interpreto el lobezno, con cuidado se incorporó asintiendo sin sentir las palabras que querían salir de su garganta, solo quería llorar y llorar y llorar por una larga temporada…
Fue entonces que sucedió, cada pensamiento racional de su cabeza termino de desaparecer al sentir que unos cálidos labios chocaban contra los suyos acortando la distancia que los separaba en un beso profundo pero no uno tranquilo como normalmente pasaba, este era más bien uno necesitado, demandante y a la vez cálido que no pudo evitar regresar poniéndose nervioso…
¿Porque estaba besando al extraño que lo apaleo? Posiblemente la pelea le había causado un daño irreparable porque no quería que el contacto acabara
Tao fue el primero que decidió separarse sin quitársele de encima para imponer sus reglas de conducta ahora que seguía medio consiente, sería una ardua tarea el reprimirse de ahora en adelante
-A partir de este momento eres mío hasta el tuétano de los huesos ¿De acuerdo? Vendrás conmigo y no quiero que gruñas, cambies o ataques si no me veras enojado, prefiero que canalices tus fuerzas conmigo que con un humano además de que si lo vuelves a hacer tendré que matarte...- dijo recorriéndole el contorno de la mandíbula con el dedo índice con cuidado, Chen asintió aun fuera de sí con los ojos entrecerrados, estaba más allá que acá y tao sabía que caería dormido en cualquier momento-Ahora vamos, salgamos de aquí antes de que nos vean