—Tengo que decir que...Nunca te vi como el tipo de “hombre de familia”— murmuraba Tony, aceptando el par de pijamas entregadas por Clint.
—Bueno, ese era el punto— le respondió —mientras menos personas sepan de ellos, más seguros están.
—Vivir así debe ser duro —Clint sólo se encogió de hombros.
—Cuando encuentras a alguien a quien amas más que a ti mismo, haces lo que sea para protegerlo, incluso si eso significa protegerle de uno cada cierto tiempo.
—Mmmh— Tony inclinó su cabeza— ¿Cómo manejó la señora Barton todo el asunto del control mental de Loki?
—Mejor de lo que yo lo hice— dijo Clint con sinceridad, ambos cruzaron la habitación para tomar algunas almohadas y mantas extra de un armario. — Hubo un tiempo en el que yo no quería estar cerca de los niños, en caso de que eso todavía estuviera en mi cabeza de algún modo. No fue... No fue un tiempo agradable para mí o para ellos.
—Pero lo estas haciendo mejor ahora.
—Aún no ha desaparecido. El miedo, la culpa, todo sigue allí. Tú sólo…Sólo aprendes a vivir con ello, creo. —Clint suspiró, entregándole más mantas y almohadas. —Por cierto, compartirás cama con el Cap.
—Sabes, conozco un muy buen terapeuta,“no es de SHIELD”, por si quieres...— Tony pausó un momento percatándose de lo que Clint acababa de decir. —Espera, ¿que yo qué?
—Laura lo ordenó—Sonrió tristemente. —No tenemos suficientes habitaciones para todos, o camas para cada uno, así que tendrán que compartir.
—Yo prefiero compartir con Bruce que con...—Tony suspiró rodando los ojos —Pero claro, él está compartiendo la cama con Natasha, ¿no?
—¿Incluso TÚ te diste cuenta?— Se quejó Clint —¿Cómo es que yo no noté el hecho de que ellos se están acostando? Natasha es mi mejor amiga.
—No creo que ellos estén haciendo “eso” aún—Tony se encogió de hombros, en dirección a la puerta.
—Si conozco a Bruce, y lo hago, el pobre estará bloqueándole la vista a su pene con las manos mientras hablamos. — Sosteniendo todas las cosas en señal de agradecimiento, Tony añadió. —Dile a tu esposa, que será su culpa si me encuentran estrangulado hasta la muerte en la mañana.
—Te enterraré al lado de mi vieja vaca favorita.
♥♥♥
—¿Podemos ser maduros acerca de esto?— Fueron las primeras palabras que salieron de la boca de Steve cuando Tony entró a la habitación que compartirían.
—¿Quieres decir que no construiremos un fuerte, ni habrá pelea de almohadas o charlas sobre chicos?—Respondió Tony, dejando su pila de almohadas y mantas sobre la cama. —No soy yo él que está en ropa interior “ajustadita”, Capi.
Eso era cierto. Tony asumió que la ropa de Clint no le quedaba a Steve, entonces éste tuvo que usar solo una camiseta y su ropa interior para dormir. El chico tiene músculos en los músculos, ¿cómo se suponía que los dos durmieran en una cama individual?
—¿Sabes que?—Suspiró Tony, tomando una almohada y tirándola en el piso—Está bien, yo dormiré en el suelo y tú puedes...
—Tony, no— Dijo Steve sacudiendo la cabeza y luego se percató de que respondió muy rápido. Un suave sonrojo adornó sus mejillas mientras miraba al suelo. — Yo...Sólo... Sólo si tú quieres, por supuesto. Esta no es la primera vez que duermo en literas pequeñas con otro hombre después de todo..
Tony reprimió un infantil “ooooohhh”, sin embargo le dio una respetuosa e inquisitiva mirada, no queriendo dañar el amistoso ambiente que parecía haber alrededor. Steve por su parte se encogió de hombros.
—Tuve un amigo antes del hielo. —murmuró Steve. —Solía hacer mucho frio en nuestro apartamento, nosotros sólo podíamos permitirnos una cama. Está bien, lo que trato de decir es que...¿podemos manejarlo, cierto?
—Sí...Claro. —Dijo Tony, arrastrando las palabras mientras ladeaba un poco la o cabeza. Tomó las pijamas que Clint le prestó, se dio vuelta y empezó a desvestirse, sintiéndose extrañamente expuesto como nunca antes lo había hecho, mientras se despojaba de su ropa. Escuchó un ruido y supuso que era Steve recostándose en la cama. Con un tirón final ató el cordón en la parte delantera de los pantalones del pijama y se estiró un poco, probando como se sentía. La camiseta era un poco apretada en el pecho y los pantalones eran un poco largos en las piernas, pero en general no estaba mal.
Se dio vuelta hacia la cama, tratando de no mirar mucho tiempo la manera en que el cabello de Steve resaltaba sobre la almohada como si fuera un niño pequeño, aún en su lugar observándole se movió hacia delante.
Después de un momento de vacilación, tomó la almohada del piso y se deslizó en la cama. Era un poco apretado, después de arrastrarse torpemente, ambos se percataron que la única forma de estar remotamente cómodos sería que Steve se acurrucará contra la espalda de Tony.
—Lo siento— Murmuró Steve contra el cuello de Tony. —Necesito tener mi brazo..
—Hazlo— Respondió, moviendo su brazo para que así Steve pudiera colocar el suyo alrededor de él.—Tranquilo, sólo hazlo...Ya está.
Suspirando casi instantáneamente, se acomodaron uno contra el otro apropiadamente. Steve estaba tenso contra Tony, quien daba palmaditas torpes al brazo alrededor de su pecho para probar que no había ningún problema.
—Relájate, Capi—Murmuró, tratando de sonar amistoso. —¿Cuando fue la última vez que dormiste? Necesitamos estar en nuestra mejores condiciones para mañana y así tratar de resolver este desastre.
—Lo sé—Dijo Steve suspirando nuevamente sobre la nuca de Tony —Yo solo...Demonios, yo...
—¡Lenguaje!—Respondió Tony automáticamente y recibió un pellizco en un lado de su mejilla, luego de sobarse, añadió suavemente —¿Fue por lo que te hizo la chica Maximoff, cierto? Has estado muy callado desde entonces. ¿Qué…Qué te mostró?
Pudo sentir a Steve suspirar contra su cuello y no pudo evitar temblar un poco esta vez. Aparentemente inconsciente de ello, Steve puso sus manos un poco más cerca contra el pecho de Tony, donde el reactor solía estar. No seguro de lo que estaba pasando, pero sin querer moverse y arruinar el momento, Tony permaneció quieto.
—Ella…— Steve dejo escapar otro suspiro tembloroso. —Nada, yo…Nada. Solo algo que dejé atrás, a quién dejé atrás.
Tony por supuesto que había escuchado la trágica historia de amor entre el Capitan América y Peggy Carter. Demonios, la mayoría de lo que sabía provenía de la misma mujer quien se lo había contado mientras él crecía. La tia Peggy había amado a Steve, eso estaba muy claro y Tony apostaba toda su riqueza a que la visión que tuvo Steve había sido de ella.
—Ella solía contarme historias...—Murmuró y sintió a Steve tensarse de nuevo detrás suyo. Incapaz de soportarlo más, Tony se dio vuelta muy suavemente y se recostó del otro lado, centímetros de distancia de la cara de Steve. —Vivió una buena vida.
—Lo sé—Asintió mientras cerraba sus ojos, el dolor se reflejaba en su rostro. —La vi recientemente. Ella...Sí, tuvo una vida plena.
—¿Deseabas haber estado allí con ella? —Pregunto el castaño, la forma en la que el labio inferior de Steve tembló le hizo darse cuenta que él necesitaba saberlo.
—No tuve opción—Su voz se tornó ronca —La mayoría del tiempo estoy bien con eso. Ella fue feliz y yo…Yo soy útil todavía, la visión sólo…
—¿Te confundió?— Sugirió la posible respuesta y con delicadeza acaricio la cara de Steve. — Entiendo como se siente eso.
Steve miro directamente a Tony, pero no pidió que retirara su mano. En todo caso, se apoyó en el contacto, sus ojos muy abiertos, como si él no supiera lo que estaba haciendo. Tony iba a mover su mano, seguro de las señales que recibía, pero antes de que pudiera Steve se alzó y cubrió su mano con la propia, manteniéndola en su mejilla.
—Yo…— Tony tragó pesadamente, sintiendo la boca muy seca de repente. — Dime si estoy entendiendo mal...
Inclinando un poco su cabeza, atrapó los labios de Steve en un suave beso, dolorosamente casto. Steve dejó escapar un pequeño suspiro de sorpresa, pero luego pareció orientarse y lo besó dulcemente. Sonriendo contra sus labios, Tony le dió un ultimo beso y luego retrocedió lo suficiente como para hablar.
—¿Estuvo bien? —Dijo buscando una confirmación, Steve asintió levemente sin poder respirar. — Necesito palabras, Capipaleta.
—Sí, sí, fue bueno... Por favor— Steve asintió de nuevo, inclinándose para otro beso. —Y no me vuelvas a llamar Capipaleta otra vez.
Tony rió contra los labios de Steve a medida que se inclinaba también para besarle una vez más. Ésta vez, Steve estaba participando plenamente, abriendo su boca y añadiendo un poco de lengua para variar con lo que Tony estaba más que feliz. Justo cuando él estaba empezando a involucrarse y dejando su mente adentrarse en lo que podría llevar esto...
—Espera—Murmuró Steve, echando su rostro un poco hacia atrás. Al observarle bien, Tony notó que sus pupilas estaban dilatadas. —Espera, espera...Pepper... ¿Qué hay de Pepper?
Y con sólo esa simple pregunta, el momento se arruinó. Con un débil suspiro, Tony rodó hacía el otro lado de la cama. No podía alejarse demasiado de Steve, porque apenas había espacio como para hacer eso, pero sí tenía espacio suficiente para simplemente tomar un momento para despejar su cabeza.
—Ella…— Dejó salir las palabras con un largo suspiro. —Ella me dejó meses atras.
—Ella...— Steve parecía un poco aturdido y se movió acercándose a él, envolviendo un brazo cautelosamente sobre el pecho de Tony. — ¿Es por eso que no estaba en la fiesta?
—Bueno, actualmente dirige la compañía— Respondió suavemente Tony, encontrando confort en el abrazo cálido de Steve.—Pero lo está haciendo desde Malibú ahora. Después de que descubrió que construí más trajes, que me estaba enloqueciendo otra vez, ella...Bueno no la culpo— Steve suspiró.
—Entonces toda esa charla con Thor, ¿Qué fue eso?
—Todo fue verdad— Dijo Tony encogiéndose de hombros —Peper es increíble, simplemente ya no es mi novia.
—Lo siento— Susurró Steve.
—No es tu culpa.
Estuvieron recostados en silencio por un momento. Steve dándole suaves caricias a través del brazo de Tony con su pulgar, casi inconscientemente. Se veía realmente oscuro afuera incluso más oscuro de lo que se veía en Nueva York. Si Steve no estuviera allí con él, Tony no estaba tan seguro de que no hubiera podido evitar recordar la oscura inmensidad del agujero de gusano.
—¿Sabes? —Murmuró eventualmente Steve, su rostro peligrosamente cerca a la mejilla de Tony. —Pienso que éste momento es el único en el que hemos sido honestos el uno con el otro desde que nos conocimos.
Tony soltó una leve carcajada y luego rodó nuevamente a su lado hasta poder distinguir el azul claro en los ojos de Steve. —¿Se siente raro, no?
—Se siente… bien. —Respondió Steve con honestidad, sus narices se rozaban levemente mientras hablaban. —Se siente como si te conociera mucho mejor ahora.
—La mayoria diría que eso no es algo bueno.
—¿Ser cercano a ti?—Preguntó frunciendo el ceño —Esas personas son idiotas.
El corazón de Tony revoloteó un poco en su pecho. Mierda. ¿Qué estaba haciendo? ¿No había reglas contra la fraternización o algo? No tenían que…
Cuando Steve rompió el pequeño espacio entre ellos y con un nuevo beso. Tony inmediatamente calló contra él y dejo que simplemente pasara. Para un tipo que pasó la mayoría de su
vida en el hielo, era un buen besador, incluso era un rápido aprendiz, ya que Tony se encontraba inclinándose cuánto podía, anhelando más en cuestión de segundos. Se las arregló para
colocar su muslo entre las piernas de Steve, se sentía duro allí, Tony movía suavemente sus caderas contra la entrepierna de Steve para hacerle saber que el sentimiento era mutuo.
Steve se sorprendió, haciendo un sonido de placer y Tony no pudo evitar hacer una mueca divertida en su boca, sintiendo como todo su cuerpo empezaba a cobrar vida.
—Necesito…¿Puedo tocarte?—Gruñó Steve ya sin respiración, mientras Tony capturaba sus labios para seguir besándolo.
—Sería un placer—Respondió, riendo cuando Steve puso los ojos en blanco —¿Qué? Es un clásico.
—Es una broma terrible —Le dijo Steve, mientras pasaba sus manos debajo de la camiseta de Tony, sacándosela un poco aunque no completamente. —Necesitas estar muy callado. Hay
niños en la casa.
—¿Quieres decir, que no se me permite dejarle saber a todos en la casa que estoy manoseándome con el Capitan América? —Tony sonrió, pero dejó escapar un suave jadeo cuando Steve
rozó sus pezones. —Mierda, bien, sigue haciendo eso.
Pero en vez de complacerlo, Steve se alejó lo más que pudo de él. Confuso, Tony se acerco para tratar de tirar de él hacia atrás. En su lugar, Steve lo levantó, Tony tuvo que reprimir un
chillido mientras Steve lo colocaba en el centro de la cama. Luego en un acto de audacia que Tony no esperaba, Steve colocó una pierna a cada lado de los muslos de tony y se inclinó sobre
él volviéndo así a los besos.
—¡Vaya!, ¡Hey! ¿Esto está pasando?— Tony jadeó contra los labios de Steve, retorciéndose cuando éste acariciaba sus pezones otra vez. —¿Eso está pasando, cierto?
—Yo diría que sí —Steve sonrió y luego aún con su ropa puesta rozó su erección contra la entrepierna de Tony, ahogando sus gemidos contra su cuello.
Con el fervor renovado, Tony tiró de la parte inferior de la camiseta de Steve hasta que éste cooperó y levantó sus brazos. Tony sacó por completo la prenda y la tiró en cualquier lado de la oscura habitación, inmediatamente recorrió con sus manos el desnudo y liso pecho de Steve. Se tomó un tiempo para inclinarse y besar el camino hacia abajo de éste y luego hacer su camino de regreso a los labios ajenos, encantado con los pequeños sonidos que Steve estaba haciendo.
Sentándose y colocando su brazo alrededor del cuello de Steve para sostenerse. Tony acarició su cuello, besando y mordiendo su mandíbula, sabiendo que probablemente mañana ya
habrían sanado.
—Tony—Jadeó ténue Steve, empujando con suavidad el regazo de Tony. —¿Qué estamos haciendo…? ¡Vamos!
—No se tú— Tony susurraba contra el odio de Steve, complaciéndose a sí mismo tomando el lóbulo entre los dientes durante unos segundos sólo para sentirlo sacudirse contra él —Pero
creo que los dos, sin duda, estamos llevando demasiada ropa.
—Estoy de acuerdo—Asintió Steve, se tomó un momento para separarse de Tony, lo suficiente para sacarse el resto de su ropa.
Tony se tomó un momento para mirar como Steve luchaba para sacarse su ropa interior, sólo apreciando cuan hermoso era. Él siempre lo pensó, en una manera pasiva, pero ahora
estaba pensando conscientemente acerca de ello, no tuvo duda de que de ahora en adelante no podría volver a tener un pensamiento inocente con Steve en la misma habitación.
—Pantalones fuera, Stark—Gruñó Steve sin siquiera mirarlo. Tony puso los ojos en blanco e hizo lo que le ordenó, tirando de su camiseta y sus pantalones.
—¿Ahora que, jefe?—Murmuró con una sonrisa, gustoso de aceptar a Steve en sus brazos de nuevo cuando éste subió de nuevo a la cama, completamente desnudo. —Mucho mejor.
Steve lo calló con otro beso, acomodándose entre las piernas de Tony, rozando así sus erecciones. Tony gruñó, echando su cabeza hacia atrás en la almohada. Steve mordisqueó
juguetonamente su mandíbula mientras seguía moviendo suavemente sus caderas.
—Joder— Gruñía Tony. Su miembro cosquilleaba con la exquisita presión que Steve estaba aplicando en el. —¡Joooooder!
Steve puso su mano sobre su boca para mantenerlo callado. En todo caso, eso sólo aumento más la excitación de Tony. Escupiendo en su mano, moviendo ahora sus resbaladizos dedos alrededor de sus erecciones. Steve continuó embistiendo el estrecho círculo que el moreno había creado con su mano. Ambos jadeando, Tony ruidosamente debido a su nariz sibilante mientras que Steve cerraba los ojos entregándose al placer.
—No puedo creerlo—Dijo Tony gruñendo. Moviendo sus caderas en conjunto a los empujes de Steve. —Yo todavía no tengo tu polla en mi boca. ¿Tengo que esperar después de esto, o tendré que hacerlo hasta mañana?
Steve dejó escapar un grito ahogado, colocando una mano en su boca justo cuando recordó que no estaban solos en la casa, y se vino gimiendo ahogadamente, en la mano y estómago de
Tony.
Tony miraba, vagamente consciente de como sus testículos se endurecían en anticipación de su propio orgasmo, como Steve cerraba fuertemente sus ojos y sus pestañas revoloteaban,
estremeciéndose a través de sus últimas embestidas.
—Mierda—Susurraba Tony, quedándose sin aliento como si alguien le hubiese dado un puñetazo, corriéndose también en su mano y abdomen.
Continuaron jadeando por un tiempo, dándose pequeñas sonrisas. Los brazos de Steve cedieron un momento, pero se las arregló para caer sobre su costado de la cama al lado de Tony en
vez de sólo caer encima de él.
—A+— Dijo Tony, buscando a tientas las mantas y colocándolas sobre ellos —Definitivamente haremos esto de nuevo.
Steve sonreía contra su mejilla, presionando un beso sorprendentemente casto en la piel sudorosa. Luego, dejando escapar un suave suspiro, satisfecho, se acercó y tiro a Tony hacia él, envolviendo sus brazos alrededor de éste.
—¿Cómo no supuse que serías de esos que abrazan?
—Shhhh... —Murmuró Steve, dejando caer su cabeza en el pecho de Tony. —Duerme ahora, burláte de mi luego.
—Estaremos pegajosos si no nos limpiamos ahora—Tony razonó, pero Steve sólo negó con la cabeza —No podemos hacer ruido, hay niños en la casa.
—Creeme, después de ésta pequeña función, si ellos ya no están despiertos, no lo estarán hasta mañana—Resopló Tony, pero Steve se acurrucó más cerca negándose a dejarlo ir. —Bueno,
quedará en tu consciencia.
Él entendió un poco el porqué Steve no quería moverse. Aparte del repentino golpe de sueño, ellos probablemente no podrían hacer esto en corto plazo. Por la mañana, todo volvería a la
normalidad. Tendrían que volver a sus roles como los líderes del equipo y empezar un plan de ataque contra Ultron. Dios no lo quiera, pero por el momento uno o cualquiera de ellos
podría estar muerto.
—Sólo para que lo sepas—Tony susurró en la oscuridad, sintiendo la necesidad de decirlo, al menos una vez —No importa lo que pase, yo…Yo sólo quería lo mejor. No pensé...
Steve lo interrumpió con un suave beso y Tony sonrió en sus labios.
—Lo sé—Murmuró Steve acomodándose de nuevo sobre el hombro de Tony —Ahora a dormir.
—Sí, jefe—Dijo Tony sonriendo.