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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Holi! 

¡He vuelto! :D

Tengo una buena noticia :) Esta noche o mañana por la mañana (son las cinco de la tarde) subiré el próximo capítulo que será un ESPECIAL DE NAVIDAD 

Este capítulo es un poco más largo a lo normal 

DISFRUTEN DE LA LECTURA ♥

Oliver debía admitirlo, tampoco había besado a mucha gente, pero Diego era muy diferente, con ningún otro beso de otra persona sentía ni la mitad de lo que sentía con él. Notó un leve mordisco en su labio inferior, se quejó pero luego continuó respondiendo al beso, que se había tornado más apasionado.

 

Se separaron lentamente. Abrieron los ojos y sus miradas se encontraron.

 

—¿Aún sigues teniendo frío?—dijo abrazándolo mientras colaba sus manos por dentro de la camisa del rubio. Él frunció el ceño y trato de detenerlo, pero no lo logró y cuando intentó hablar, la boca de él estaba sobre la suya nuevamente. Cerró los ojos y se dejó llevar, el beso no fue muy largo, solo duró un par de segundos.

 

Oliver no se movió, se quedó quieto a apenas dos centímetros de los labios del otro. Abrió los ojos y evitó la mirada de Diego, avergonzado. Éste simplemente rió y se acomodó bien para dormir. Ese fue el instante en el que Oliver se dio la vuelta, estaba terriblemente nervioso y a pesar del calor en sus mejillas, su cuerpo estaba frío. Maldito invierno.

 

Cerró los ojos para descansar, cuando de pronto sintió el brazo de Diego alrededor de su cintura y luego una manta arroparle y transmitirle calor. Se sentía a gusto, era una sensación realmente agradable, aunque se estremeció cuando notó el aliento del moreno en su nuca y su voz en el oído.

 

—Date la vuelta—susurró.

 

Oliver al principio no se movió, pero luego giró y quedó frente al chico.

 

—Oli… yo… tengo algo que contarte—se notaba el nerviosismo en su voz.

 

—¿Qué?

 

—A mí… me gustabas desde hace mucho tiempo—dijo—.Concretamente desde antes de empezar a salir con Luz.

 

Oliver frunció el ceño.

 

—¿Y por qué saliste con ella?

 

—No lo sé. Un día, ella me dijo que le gustaba y yo no sabía qué hacer, no quería hacerle daño así que le dije que ella a mí también, le seguía la corriente y pasaba tiempo con ella. Realmente, es buena chica, pero nunca me ha atraído. Duramos un mes.

 

—Lo sé, ella me hablaba mucho de ti. Incluso antes de que salieras con ella—Diego sonrió— e-ella me dijo que te vio besando a un chico—el moreno asintió.

 

—Ese era Joe, que antes vivía aquí.

 

Oliver tragó saliva.

 

—¿Por qué...?

 

—Porque no lo soportaba más. Quería estar contigo y no podía. Él es muy atento, me sentía solo, no se me da bien hacer amigos, por eso salí con él. Si te digo la verdad, empecé a sentir algo especial por Joe cuando ya llevábamos dos meses saliendo. Se mudó hace dos meses y como pudiste comprobar no duramos demasiado. Cuando pude acercarme a ti por lo de los deberes, lo hice sin dudarlo.

 

—¿Y como sé si de verdad te gusto cuando has sentido otras cosas con otras personas?

 

—Porque tú eres diferente—contestó sonriendo.

 

—No lo creo—bajando la mirada.

 

—Lo que sentí y siento por Joe es completamente diferente a lo que siento por ti. Lo que sentí por Joe fue más bien amistad. Sí, es cierto que nos besamos, pero solo fueron dos veces en total, cuando nos descubrió Luz y cuando se fue a Inglaterra. No hubo más. Ni siquiera parecíamos pareja, éramos... amigos, él estaba conmigo cuando no podía hablar con nadie más...—susurró.

 

—Pero yo...—Diego lo interrumpió.

 

—Tú eres diferente, a ti te quiero y no como amigo. Ya sabes lo que somos—musitó.

 

Diego lo abrazó. Oliver se sentía algo confuso, sabía que sentía algo por Diego, pero no podía evitar sentirse extraño con todo lo que le había contado. Correspondió al abrazo y cerró los ojos, se sentía a gusto estando así con el chico. Pasaron un par de minutos y finalmente fueron quedándose dormidos.

 

 

 

Debía ser ya de día, eso fue lo que Oliver pensó al despertar. No abrió los ojos y tampoco se movió. Se estaba tan confortable estar así con Diego. De repente recordó algo y se sobresaltó.

 

—Mierda, la uni—musitó.

 

—Tranquilo, es sábado—respondió el moreno sin haberse movido.

 

—¿Sábado?—dijo separándose un poco.

 

—Sí—contestó inmóvil.

 

—Mierda, hoy iba a venir Kelly, tengo que irme—dijo mientras rompía el abrazo.

 

—Quédate un poco más conmigo, Oli—susurró acercándose al rubio y abrazándolo por la cintura nuevamente.

 

—No puedo, yo...—fue interrumpido por el roce de los labios de Diego sobre los suyos, que tan solo duró un par de segundos.

 

—Solo cinco minutos—pidió apoyando su cabeza sobre el pecho del Oliver.

 

—Diego, no tengo tiempo—le dijo intentando apartarse, el moreno, en cambio colocó sus brazos alrededor de él y colocó su cabeza en la curvatura de su cuello—. Déjame ir…

 

—Solo cuatro minutos—susurró, de pronto sintió la boca de Diego en su cuello.

 

—¡Diego!

 

—Sssshh—chistó y esta vez lo mordió traviesamente.

 

—D-Diego...—musitó estremeciéndose y empujándolo un poco, él se aparta.

 

—Está bien, lo siento...—se disculpó avergonzado—. No quería intimidarte…

 

—No es eso, es que tengo prisa—respondió mirándolo. Diego se sentó a su lado.

 

—De acuerdo, entonces nos vemos más tarde—sonrió. Oliver asintió con la cabeza y se levantó de la cama. Fue al baño para vestirse con su ropa, cuando terminó sintió que debía despedirse de su ahora ''novio''.

 

Volvió a la habitación de Diego, lo encontró tumbado, pero al verlo se sentó.

 

—¿Te dejaste algo, Oli?—él no contestó.

 

Mandó todo a tomar viento, se acercó a él y le plantó un corto beso en los labios. Diego se sorprendió, pero luego sonrió abiertamente.

 

—Menos mal que al menos te despides de tu novio—dijo en tono arrogante.

 

—Aún puedo arrepentirme—contestó enseñándole la lengua con furia fingida.

 

—No lo harás.

 

—No me retes—fue lo último que dijo antes de salir de la habitación.

 

Se dirigió a las escaleras y subió los escalones de dos en dos. Llegó a su planta y miró en dirección al amplio pasillo de puertas. Distinguió a alguien al que personalmente no deseaba ver.

 

No dijo nada, simplemente se acercó a su puerta y sacó sus llaves.

 

—Oliver. Lo siento—era Jack.

 

Él no contestó.

 

—Actué impulsivamente, no estaba pensando en lo que hacía y ahora la he jodido y bien—dijo cabizbajo.

 

—Tú lo has dicho, la has jodido—contestó abriendo la puerta.

 

—¿Puedo entrar? Me gustaría hablar contigo—pidió.

 

Oliver bufó.

 

—¿De qué quieres hablar?

 

—Siento haberte dicho todo eso. Me sentí celoso, interrumpimos tu cita con Diego y apuesto lo que quieras a que has pasado la noche en su casa.

 

—¿Tú no dormiste con Joe?—contestó entrando.

 

—No—Oliver le hizo un gesto para que pasara, él lo hizo.

 

—Ahora supongo que me odias—musitó.

 

—Jack, somos amigos desde el instituto, no te odio. Me siento molesto.

 

Jack se sentó en el sofá. Se quedaron en silencio por unos minutos, hasta que finalmente Oliver decidió romperlo.

 

—Mira, Jack. Eres mi mejor amigo y todo eso, pero no me gustas. Hace tiempo que no salgo con nadie, que pasaba días solo y ahora que salgo con Diego es cuando estás celoso. Es algo hipócrita, ¿no crees?

 

—Lo siento. Siento no haberme dado cuenta antes—suspiró—. Pero no quiero perderte.

 

Oliver puso los ojos en blanco.

 

—Ni yo a ti, pero con todos estos rollos me estás hartando. No me gustas y no quiero que vuelvas a besarme—dijo en tono serio.

 

—No volveré a hacerlo. Yo… lo siento mucho—no tenía valor para mirarlo a los ojos.

 

—Ya, ya—respondió—¿Has desayunado?

 

A Jack le alivió que cambiase de tema.

 

—No, pero ya me iba.

 

—No seas estúpido, quédate al menos a desayunar—insistió.

 

—¿Seguro?

 

—Que sí—bufó.

 

En los siguientes minutos no ocurrió gran cosa, es más, no hablaron por al menos más de diez minutos. El silencio se hacía incómodo, pero lo soportaban. Aquella ausencia de sonido fue interrumpida por el chirrido del timbre sonar.

 

Oliver se levantó para abrir, encontrando a su hermana tras la puerta. La saludó como hacía siempre y la invitó a pasar. Ella entró con una sonrisa.

 

—¡Jack! ¡Cuánto tiempo! ¿Cómo estás?—exclamó abrazándolo en forma de saludo.

 

Jack solo fingió una sonrisa. La sonrisa de Kelly se desvaneció y frunció el ceño.

 

—Un momento, ¿quién ha muerto? ¿Por qué estáis tan…?—preguntó confusa.

 

—Nadie, no pasa nada, Kelly—contestó su hermano sirviendo el desayuno—¿Quieres comer?

 

—No, ya he comido, gracias, Oli—dijo sonriendo.

 

—No me llames Oli—gruñó.

 

Jack y Oliver comenzaron a desayunar mientras la chica charlaba de temas no muy importantes. Al terminar recogieron los platos y se sentaron en el sofá para charlar.

 

—¿Dónde pasarás la navidad, Jack?

 

—Voy a ir a la casa de mis padres a cenar—contestó.

 

—Oh, eso es genial. Por cierto, Oliver, le he regalado un viaje a mamá por navidad, ya sabes que ella siempre había querido ir a París.

 

—Yo no tengo decidido que comprarle. ¿Qué tenías en mente?

 

—Ella quiere pasar la navidad allá, ¿te gustaría ir?

 

—Kelly, no trabajo y no tengo tanto dinero.

 

—Lo sé, no quiero dejarte solo, pero tampoco quiero dejarla sola a ella.

 

—Ve con ella. Yo me puedo cuidar solo, haré algo para cenar y leeré algún libro.

 

—Podemos salir por ahí si quieres—ofreció Jack.

 

—No, gracias. Mejor ve con tu familia, te necesitan más que yo—respondió.

 

—¿Estás seguro de eso?

 

—Sí, no me va a pasar nada. Os llamaré y eso, ¿ya tienes los billetes?

 

—No, los buscaré esta tarde, una amiga de la agencia de viajes me los ha podido reservar antes.

 

—Genial—contestó él.

 

Jack se levantó de la silla.

 

—Me tengo que ir ya a casa, nos veremos pronto—se despidió, se acercó a Kelly y le dio dos besos en la mejilla, luego a Oliver y le tendió la mano, este no la tomo, si no que agarró su muñeca y lo abrazó, Jack se sorprendió un poco, pero luego correspondió el abrazo—lo siento—susurró.

 

—Ya vale—dijo en el mismo tono de voz.

 

—Hey, que los secretos en público son de mala educación—se quejó la chica.

 

Ambos se separaron.

 

—No hay ningún secreto—dijo el rubio sonriendo.

 

—Nos vemos—dijo el chico marchándose.

 

—¡Adiós, Jack!—exclamó Kelly, en cuanto escuchó la puerta principal cerrarse, habló—. Cuéntamelo.

 

—¿De qué hablas?

 

—¿Qué pasó contigo y Jack? Estabais muy raros—dijo.

 

—No es nada. Una pelea tonta.

 

—¿Sobre qué?

 

—No quiero hablar sobre eso ahora—refunfuñó haciendo una mueca.

 

—¿Qué te ha pasado en el labio?

 

—¿Qué?

 

—El labio, ¿quién te lo ha mordido?—dijo en tono pícaro.

 

Oliver enrojeció. Mierda, maldito Diego y sus malditos besos.

 

—Ah… yo mismo—dijo nerviosamente.

 

—Ah, ya—asintió—¿Fue ese tal Diego?

 

El rubio tragó saliva.

 

—Te dije que fui yo.

 

—No mientas, te has puesto rojo. ¿Fue él?

 

Ya no valía mentir, su hermana sabía cuando mentía mejor que nadie, por algo eran mellizos, aunque ella fuera la mayor. 

Notas finales:

No sé si lo había mencionado antes, pero sí Oliver y Kelly son mellizos. 

CHAN CHAN CHAN, ¿qué pasará? ¿Se quedará Oli solito por navidad? Muajaja que malvada soy (creo que es bastante obvio lo que pasará)

Ahora las anécdotas/curiosidades: 

1) Esta va de los personajes. Al principio, los protagonistas no se llamaban Oliver y Diego. Si recuerdo bien, eran Alex y James, respectivamente, pero decidí cambiarlos por los que están, me gusta más como suena Oliver y Diego XD No sé, puede que sean manías mías. 

2) Empecé a escribir este fic en febrero de 2015 y seguí escribiéndolo hasta mayo más o menos, no subí ningún capítulo en ese entonces porque no me gustaba la historia. No me gustaba como me había quedado y no quería subirlo. Lo veía como un fic que carecía de trama y pensé que no les iba a gustar. PERO, luego mi mejor amiga me convenció para que lo subiera, ahora estoy editando y reescribiendo los capítulos. 

¡Eso es todo por hoy! ¡Nos vemos pronto! ♥


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