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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

Siento haber tardado tanto en actualizar 

DISFRUTEN LA LECTURA

Domingo, por fin. Esa mañana no tenía por qué levantarse temprano así que Oliver permaneció entre las sábanas más tiempo, concretamente hasta las once. Escuchó el timbre del apartamento, estaba en pijama pero no le importó, fue a abrir la puerta dejando ver a quien esperaba, su hermana con un par de bolsas en las manos.


—Hola hermanito, ¡estás muy delgado! ¿Has comido bien?


—No seas pesada, Kelly. —ambos pasaron al salón.


—¿Has desayunado?—Oliver negó con la cabeza mientras se dirigía al baño.—Te traje galletas y dulces que ha hecho mamá. ¡Ah! ¡Y también una ensalada de fruta recién hecha!


Oliver entró en el servicio. El timbre volvió a sonar.


—¡Kelly, no abras!—si su hermana era la que estaba en casa, entonces probablemente era Diego. Su hermana no lo obedeció, fue a abrir la puerta. Encontrándose a Luz, la amiga de Oliver.


—¡Luz! ¡Cuánto tiempo!—Oliver suspiro aliviado al escuchar quien era.


—¡Kelly! ¿Qué haces por aquí?


—Vine a ver al desastrado de mi hermano, pero no te quedes ahí, ¡pasa!


Llegaron hasta la cocina.


—¿Quieres quedarte a desayunar?


—Emh, no, no gracias. ¿Dónde está Oliver?—preguntó.


—Bah, en el baño, seguro que está estreñido—el rubio salió finalmente del baño.


—¡Eh!—Oliver se sentó en la barra de la cocina.—¿Luz?


—Claro, ¿a quién esperabas?


—A... a nadie.


—¿Estás seguro?


—S-sí, sólo me sorprendí. Hace mucho que no venías.


—Pues vengo de paso, tengo que irme a la casa de mi madre. Venía para preguntarte si tienes mi libreta azul, ahí tengo los apuntes del nuevo tema.


—Sí, te la estaba guardando—le dio una libreta que estaba sobre la mesa.


—Gracias, me voy ya, me están esperando.—se dirigió a la puerta—¡Nos vemos, Kelly!


—¡Espero verte pronto!


Luz cerró la puerta tras sí. Ambos hermanos desayunaron y más tarde se pusieron a ver la televisión.


—Kelly, ¿cuántas veces he dicho que no me gustan esos programas?—bufaba Oliver al ver a su hermana totalmente enganchada viendo un reality show.


—Cállate, no oigo.


Por suerte, o no tanta para Oliver. Alguien tocó la puerta, el chico rubio se levantó del sofá y fue a abrir. Esta vez si que era Diego.


—¿Qué quieres ahora?


—¡Qué cálida bienvenida, Oli! Oye, noto algo de nerviosismo por tu parte, ¿ocurre algo?


—¿Qué? ¿Nervioso? No, es que...—Diego lo empujó para entrar—mi hermana está aquí.


Habían llegado a la mitad del pasillo de entrada cuando el moreno se paró en seco.


—¿Tu hermana?


—Sí—la voz de Kelly se escuchó en la habitación.


—¿Quién es, hermanito?


Una chica rubia con pelo largo se asomó por el pasillo. Diego dio dos pasos hacia atrás.


—¡Oh! Tú no eres Jack, ni Jorge. Debes ser un nuevo amigo de Oliver ¿no?, soy Kelly, su hermana.—habló muy rápido de manera que a Diego no le dio tiempo a gestionar palabra alguna.


—Diego, encantado.


—Igualmente.—sonrió amablemente—Oliver, me voy ya a casa. Mamá quiere que la lleve al centro comercial—soltó un medio-bufido.


—Vale, hasta el domingo.


—Sí, nos vemos. ¡Un placer conocerte, Diego!—la chica cerró la puerta después de haber salido por esta.


—Tu hermana es muy simpática, más que tú, Oli.—fue a sentarse en el sofá.


—No me llames así y anda ya, es pesada. ¿Qué quieres?


—Venía a preguntarte si tenías sal, es que estoy haciendo algo de comida…


—Pff… ¿y tenías que pedírmela a mí?


—Es que… la señora de al lado me tiene manía.


—La señora Clara es muy simpática, no te entiendo.


—Es homófoba.


Oliver fue a por sal en la cocina y Diego se sentó en el taburete de la barra.


—¿Homo…¿qué?


—Homofoba, que tiene fobia a los homosexuales.


—Oh. Tú lo eres, te tiene fobia de ti.


—Pero piensa que tú también lo eres—el rubio le dio una bolsa con sal de mala gana.


—¿¡Qué qué!? ¡Yo no soy gay!


—¿Estás seguro? No te he visto con novia jamás—dijo con arrogancia.


—He estado con dos chicas antes, idiota.


—''Haber estado'' en la misma habitación que una chica no es que cuenten como novias, Oli—explicó.


—¿Eres idiota o te lo haces? ¡Lárgate ya!


—Vale, vale, nos vemos, Oli—dijo antes de salir y bajar las escaleras de dos en dos.


—Imbécil…


Oliver comenzó a recoger la ropa sucia, ponerla a lavar y demás cosas que hay que hacer para mantener en condiciones una casa. Eran sobre las ocho y se dispuso a darse un baño. Se metió en el baño sin darse cuenta de un pequeño-gran detalle.


Ahora sí que estaba relajado, cerró los ojos concentrándose en el agua que lo rodeaba. Sí estaba tranquilo hasta que escuchó la puerta principal abrirse. —Mierda, ¿tenían que entrar a robar en un momento tan oportuno? Tenía la respiración entrecortada y estaba muy muy nervioso, ¿y si tenían un cuchillo? —Y justo hoy que he dejado la ropa en mi habitación.


Tomó una toalla y se la enrolló alrededor de la cintura. Cogió la el palo de la escoba como arma y abrió la puerta despacio y asomo solo la cabeza. Entonces lo vio, a un chico de su edad aproximadamente, moreno, con el pelo negro, alto. Era Diego. Oliver soltó el palo, pero también toda la ira que pudo.


—¡Diego! ¿¡Quién diablos te crees que eres? ¿eh? ¿¡Crees que puedes entrar a mi casa así como así!?—le gritó—¡Eres un idiota! ¡Maldito acosador! ¿Sabes lo que significa la palabra ‘privacidad’? ¡Imbécil! ¡Te voy a denunciar! ¡Eres un gran, gran pervertido! ¡Y un maldito acosador!


—¿Has terminado de insultarme?—eso fue la gota que colmó el vaso.


—¿¡Quién te crees que eres!? ¡Idiota!


—Oliver, relájate—Diego estaba ruborizado, miró su expresión y entonces se acordó. Miró la toalla alrededor de su cintura que estaba a punto de caérsele y la colocó en su lugar.


—¡Pervertido!—se metió en su habitación para vestirse. Cuando ya tenía los pantalones puestos la puerta de su habitación se abrió.


—¡Joder! ¡Diego! ¿Quieres dejarme en paz un minuto para vestirme?


—No—más directo no pudo ser. Diego se reía a carcajadas cuando se sentó al lado de Oliver.


—¡No te acerques!—le advirtió—Levántate, estás aplastando mi camiseta.


—Toma—le tendió la camiseta y el rubio se la puso.


—¿Qué quieres ahora?


—Vine porque necesito que me ayudes a cocinar...


—¿Y por qué necesitas cocinar ahora?—levantó una ceja.


—Porque... mi padre va a venir a cenar a casa mañana, ¡y no sé que hacer!


—¿Y a mí qué?


—¡Por favor! ¡Haré lo que me pidas!


—Déjame pensar...—miro el techo pensativo—NO.


—¡Oh! ¡Vamos! ¡Por favor!


—¿Qué ganaré a cambio?


—Pues... ¡el placer de mi compañía!—exclamó emocionado.


—No quiero eso.


—Necesito ayuda, por favor....—pidió suplicante.


—Está bien, está bien, ¡pero cállate de una vez!


—¡Gracias, eres el mejor Oli!


—¡Que no me llames Oli!


—Joder, ¡lo siento!—dijo riendo.


—Voy a vestirme, ni se te ocurra espiar—advirtió antes de entrar a su habitación.


Poco más tarde, ambos chicos se pusieron a cocinar en la cocina del rubio. Prepararon una deliciosa cena que seguramente estaría de rechupete. Tardaron unas dos horas en terminar pero cuando los dos la probaron comprobaron que sabía bien y en efecto así era.


—Ahora solo tienes que guardarlo en la nevera y mañana calentarlo cuando vayas a comer—le indicó el rubio tapando la deliciosa lasaña con papel de aluminio.


—¡Vale! ¡Muchas gracias, Oli!


—¿Que parte de que me llames Oliver no entiendes?—gruñó molesto.


—De acuerdo, de acuerdo, Oliver.


—Toma, ya puedes marcharte—dijo entregándole la bandeja con la comida.


—Te pagaré mañana por los ingredientes, gracias, Oli—agradeció plantándole un beso en la mejilla. Poco después salió por la puerta y se dirigió a su apartamento.


 


Al día siguiente la mañana transcurrió normal, más agotadora de lo normal, ya que era lunes. Oliver estaba cansado, pero tenía que ponerse a estudiar sí o sí, así que lo hizo. Se sentó en la mesa del comedor junto a sus útiles de estudio y comenzó a estudiar...


Flash Back


Si te refieres a lo del autobús, no te preocupes, está olvidado. Sólo no lo hagas de nuevo.


¿Y si en la próxima nos besamos de verdad?


Ese era el colmo, ¡idiota! ¡No soy gay ni nada parecido!


No habrá próxima vez y no habrá beso.


Está bien. Hagamos una apuesta, Oli.


No voy a apostar nada y no me llames Oli.


Si estamos en una situación parecida con cualquier persona, tendremos que besarla.


Ni de coña.


Bueno... no será una apuesta, será un trato, ¿de acuerdo?


Fin Flash Back


Agitó su cabeza ante ese recuerdo, no iba a besar a Diego, jamás. Ni aunque le pagaran por ello, no lo haría. Soltó el lápiz sobre la mesa y se levantó de la silla al escuchar su tono de llamada en su móvil.


—¿Diga? ¿Jack?


—Sí, soy yo, Oliver. ¿Estás en tu casa?


—Sí, ¿por qué?


—Tengo que hablar contigo...—notó el suspense de su voz.


—Claro... Eh... ¿es algo grave?


—No, no te preocupes. Estoy abajo, ahora subo. Abréme—colgó la llamada. El rubio frunció el ceño, ¿Jack? ¿quería hablar con él? Era raro...


Se dirigió a la puerta y la abrió, unos segundos después Jack había aparecido en la puerta, entró y la cerró.


—¡Jack! ¿Qué pasa? Me has asustado, tío.


—No tienes que preocuparte por mí, es por ti.


—¿Por mí? ¿Qué he hecho ahora?


—Mejor dicho dónde estás metido ahora...


—En mi casa, ¿dónde si no?—respondió confuso.


—O en la de Diego, ¿no?


—Tú... ¿cómo sabes eso?


—Porque cogí el segundo autobus que sale de la parada de la uni hasta tu casa—hizo una pausa—Oliver... ¿estás... saliendo con Diego?


—¿¡Qué!? ¡Claro que no! ¡Es un imbécil!


—Si lo es... ¿por qué estás todo el tiempo con él? Es decir, he intentado llamarte y no respondes. He de suponer que has estado con él y ya has dejado a tus amigos de lado.


—¿De dónde sacas eso? Si no he respondido es porque mi línea de móvil está mal.


—Esa es una excusa bastante tonta, ¿lo sabías?


—¿Cómo que...?—Jack lo interrumpió.


—Últimamente has estado mucho con él, por eso te lo pregunto. Vais a la uni juntos, os vais juntos, no me coges el teléfono porque estáis juntos... ¿Es que ya no soy tu mejor amigo?


—¡Claro que lo eres, Jack! Si he estado últimamente con Diego es porque...—no sabía qué responder.


—Sabes que Diego es gay, ¿verdad?


—Sí, ya lo sabía... Lo siento, Jack.


—Hazlo—dijo sonriendo—Creo que me voy ya... llevo esperandote bastante tiempo y quiero llegar a casa.


—¿Quieres quedarte?—le ofreció Oliver.


—¿No deberías darme un beso en la mejilla? Con tu nuevo amigo te despides así, ¿no?


—¡No fui yo! ¡Fue él!


—Ya lo sé, ''Oli''—éste le dirigió una mirada asesina, Jack se reía.


—¡¿Tú también?! ¡No me llames así!


—Ah, ¿tu nuevo amigo puede llamarte así y yo no?


—Diego y yo no somos amigos. No somos nada, joder. ¡Pareces celoso!—a Jack le sorprendieron un poco las palabras de su amigo.


—Quizás lo este...—dijo acercandose a él mientras lo abrazaba. Oliver le dio un fuerte empujón apartandolo. En ese momento Jack empezó a reírse a carcajadas—¡Tenías que...!¡Tenías que haber visto tu cara!—este seguía riéndose mientras Oliver le dirigía miradas despectivas—¿Reaccionas así cuando estás con él?


—¿Me has estado espiando?


—No, lo sé porque he estado hablando con la vecina... ¿cómo se llama? ¿Layla?


—Ah, sí.


—Me dijo que ya os habéis besado... ¿es eso cierto?


—¿¡Qué la vieja dijo qué!? ¡Eso es mentira!


—¿Seguro?


—¡Te estoy diciendo que yo no he besado nunca a Diego! ¡Ni lo haré!


—Eso dicen todos—dijo Jack aun riéndose.


—Estas jodiendo bastante, ¿quieres dejar de lado ya a Diego?


—Sí...—dijo observando los apuntes de Oliver sobre la mesa. El rubio asintió—. Has cambiado, Oliver.


—¿Cómo que he cambiado?—dijo sentandose en la mesa junto a Jack.


—No sé, es que... bueno... ¿Te puedo contar un secreto?


—Claro, aun somos amigos.


—Vale... No sé como decírtelo... ¿Te acuerdas cuando teníamos 15? Estabamos en tercero de secundaria...


—Sí que me acuerdo, ¿qué con eso?


—¿Te acuerdas cuando saliste con Helen?


—Sí...


—¿Te acuerdas por qué rompiste con ella?


—Tú me dijiste que la habías visto con otro tipo...


—Bien... que eso... eso era mentira.


—¿Cómo que era mentira?


—Era mentira, Helen no había becho nada...


—Tampoco era que me gustase... Pero... ¿Por qué lo hiciste?


—Yo que sé... En ese momento estuve confundido...—apartó la mirada.


—¿Confundido?


—Antes me gustabas, Oliver.


Lo que se escuchó después de esta confesión fue el silencio. Un gran silencio vacío. A Jack le gustaba Oliver y dijo antes así que...


—Estás hablando en pasado.


—Lo sé. Lo siento si te ha parecido algo chocante—¿algo? era su amigo de la infacia el que le acababa de revelar que le gustaba—pero, tenía que decírtelo. Eres mi amigo y no quiero cagarla ahora... Y es que... ahora no me gustas tú, sino... otra persona.


—¿Por qué no me lo dijiste antes?


—Porque no quería estropearlo todo.


—No puedo decir que a mí me gustases también, te quise y te quiero pero eres mi amigo, como mi hermano y nunca podría verte como nada más que no fuese eso...


—Lo sé, rubiales.


—¿¡Otra vez llamandome así!?—Jack se encogió de hombros.


—Es la costumbre—respondió soltando una risa.


—¿Quieres tomar algo?—preguntó levántandose de la mesa.


—Agua si tienes, por favor.


Oliver se dirigió a la cocina pensando en todo lo que acababa de hablar con su mejor amigo... Porque siempre sería eso, su mejor amigo y nada más.


 

Notas finales:

¡Gracias por leer! Espero que os haya gustado 

¿Review, please?


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