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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Holaa! ♥

Iba a subir este capítulo cuando amaneciera pero decidí subirlo ahora porque sí... XD

Lo tenía escrito desde hace días pero no me convecía y he estado editándolo mucho y aun así no me convenció el resultado del todo... 

ADVERTENCIA: 

Como dije en el capítulo anterior, este capítulo está subido de tono, es un LEMON pero más flojito. Ya veréis a que me refiero, leédlo bajo vuestra responsabilidad 7u7

DISFRUTEN DE LA LECTURA ♥

Eran las nueve y Oliver acababa de llegar al apartamento de Diego. Había ido con su hermana a comer y la acompañó a su casa y por eso había tardado tanto. El rubio estaba nervioso no sabía qué era eso que tanto preocupaba a Diego y quería saberlo ya, pero tampoco quería ser tan directo, ya que creía que era un tema que no le concernía tanto. Así que le contó lo de la agencia y que tenía que irse ese fin de semana, él simplemente asentía. Finalmente, decidió preguntárselo directamente

—Diego, ¿qué ibas a decirme esta tarde?

—¡Ah! No te preocupes, mejor lo hablamos mañana—sonrió forzudamente.

No iba a contarle a Oliver lo que había pasado con Andy. Simplemente pensó en ello como algo pasajero, no pensaba que iba a insistir así que no le pareció importante.

—Diego, ¿qué te pasa? ¿Por qué no quieres contármelo?

—Mi padre va a venir—dijo suspirando.

—¿Y qué pasa con eso?

—Que quiere que le presente a mi supuesta novia.

—P-pero… ¿Él aun no sabe que…?—Diego le interrumpió.

—No. Y mi padre no es tan comprensivo como tu madre. Si le digo que estoy saliendo con un chico va a poner el grito en el cielo y ve tu a saber qué me hará para ''que se me quite''—dijo haciendo comillas con los dedos en las últimas palabras.

—¿Y si le dices que no tienes?

—El problema es que me llamó y pensé que solo era para hablar, así que le dije que sí tenía para que me dejara en paz, pero ahora no sé que mosca le picó y quiere conocerla.

Oliver se quedó en silencio. No sabía qué decir en aquella situación. En parte se sentía culpable sin razón.

—No es tu culpa—le dijo como si hubiese leído su mente—. Lo siento, Oli...

—Buscaremos una solución, ¿cuándo viene?

—Este martes.

—Aún tenemos tiempo.

—Sí, pero como no le presente a una chica se va a enfadar y seguramente querrá llevarme a Alemania.

—¿Por qué no le dices a una chica para que finja solo ese día?

—No tengo amigas, conozco a chicas, pero no creo que pueda confiar en ellas para esto. Pensé en Helen, pero no quiero tener problemas con su novio.

—Pues yo no me vestiré de chica así que...—se quedó callado un segundo para luego levantar un dedo de la mano— Mi hermana.

—¿Qué? ¿Vas a pedirle a mi cuñada que finja ser mi novia?

—¿Por qué no? No creo que se niegue a ayudarte, es buena chica.

—¿Pero de verdad crees que va a ayudarme?

—Se lo pediré.

—¿Y ella no tiene novio? Porque tampoco quiero peleas con otro chico y...—Oliver lo interrumpió

—No tiene, que yo sepa. Hablaré con ella durante el viaje, ya sabes.

—¿Te he dicho ya que te quiero muchísimo?

—Sí—rió Oliver mientras Diego se acercaba a él.

—Gracias, Oli—levantó la cara del rubio para luego besarlo en los labios.

Correspondió al beso y colocó sus manos detrás del cuello del moreno. Cada vez que él lo besaba sentía un hormigueo en el estómago y su respiración se volvía entrecortada. No supo cuanto duró, pero cuando quiso darse cuenta, las manos de Diego estaban debajo de su camiseta, acariciando su espalda.

—Diego...—no lo dejó continuar, volvió a besarlo con menos delicadeza que el anterior, subiendo cada vez más la intensidad. Se separaron levemente pero luego comenzó a sentir los labios del chico en su cuello.

—Di-Diego—susurró.

—¿Qué? Solo te estoy besando—dijo contra su piel haciendo que el rubio se estremeciera al sentir su aliento en el cuello.

Lo apartó despacio para luego mirarlo.

—Mañana tenemos clase.

—¿No quieres…?—no terminó la frase, sino que puso cara de cachorro abandonado y miró al rubio intentando convencerlo.

—Sí quiero, pero...—Diego pegó sus labios a los de él, pero no los besó.

—Esta bien, déjame solo tocarte—susurró contra sus labios.

Oliver se estaba desesperando. Quería besarlo de una vez, pero cada vez que lo intentaba, Diego impedía que sus labios acabasen juntos, inclinándose hacia atrás. El rubio frunció el ceño y lo intentó una última vez.

—Dame un jodido beso—exigió contra sus labios y casi en un gruñido. Diego sonrió con picardía.

—Como quieras, pero no me hago responsable de lo que pase después—sonrió con perversión.

Se separó solo unos segundos para quitarse la camiseta. Oliver no pudo aguantarlo más, colocando las manos en la nuca de él lo atrajo aún más y —por fin— sus labios se juntaron en un beso cargado de pasión. Al cabo de un tiempo, mordió el labio inferior de Diego para poder acceder a su boca con completa libertad y eso hizo. Mientras, sentía las manos de el moreno en su espalda y su propia camisa levantada.

Poco después se separaron para tomar aire, oportunidad que aprovechó el moreno para quitarle la prenda que cubría el torso del rubio, quien no se opuso ni soltó ninguna queja.

Esta vez, lo condujo hacia el sofá, haciendo que el rubio quedara encima de él. Se quedaron quietos unos segundos, para luego volver a juntar los labios con los del otro. Este no duró tanto como los anteriores, ya que Diego lo rompió para dirigirse de nuevo al cuello de Oliver.

Empezó a dar besos castos, pero luego comenzó a subir la intensidad de estos mientras él simplemente trataba de retener los suspiros que comenzaban a salir de su boca y el cosquilleo que estaba subiendo por su entrepierna. Diego se separó para contemplar el color de las mejillas de Oliver.

—I-idiota—dijo dificultosamente.

Él rió y esta vez con una sonrisa verdadera. No supo por qué, pero a Oliver le dieron ganas de reír también, le encantaba verlo sonreír de verdad.

—Sabes que si mañana no puedo ir a clase va a ser tu culpa—dijo.

—Irás—dijo mirándolo cuando ya había llegado—Además, no soy tan rudo, ¿no?

Oliver rodó los ojos para luego acercarse nuevamente y acortar la distancia entre sus labios. El beso duró bastante, no querían separarse del otro, pero tuvieron que hacerlo para respirar.

—Te noto subido de ánimo hoy, ¿celebramos algo?—dijo el moreno deslizando las manos hasta el final de la espalda del rubio

—N-No...—dijo avergonzado bajando la cabeza.

Él volvió a sonreír.

—Me gusta—admitió volviendo a acercarse a sus labios mientras se levantaban para dirigirse a la habitación. Llegaron casi a tientas, ya que iban más sumidos en el otro que en el propio camino. Se quedaron de pie frente a la cama y uno en frente del otro. El moreno trató besarlo pero en vez de corresponder al beso, Oliver sonrió y evitó el beso moviendo la cara a un lado para luego hacer que Diego se tumbara por completo en la cama y él se colocara encima de él a horcajadas. El moreno iba a protestar pero no pudo hacerlo ya que el rubio lo calló con un beso.

Cuando se separó se dirigió al cuello del moreno y como venganza por sus marcas, comenzó a repartir besos y mordiscos por toda su piel.

—¿Oli tienes fiebre?—dijo en un susurro.

—Cállate—musitó volviendo a morder la piel de la clavícula del moreno.

Diego no hacía ningún tipo de ''sonidito'' simplemente jadeaba y de vez en cuando susurraba su nombre con una voz mil veces más sexy a que usaba con normalidad. Y eso a Oliver le estaba excitando de una manera increíble. Ahora entendía por qué Diego usaba la misma táctica con él.

Se separó más rojo que un tomate maduro y se sentó en el abdomen del chico sin saber bien qué hacer a continuación y para recuperar el aliento, aunque no sirvió de mucho para lo último. Para su sorpresa, Diego dio un giró de180º y Oliver acabó debajo de él nuevamente.

Volvieron a perderse en un mar de besos en los que en alguno de ellos, sus pantalones se habían ido también.

De pronto, para colmo, el moreno metió la mano dentro de su bóxer para empezar a acariciar su creciente erección.

Oliver ya no controlaba las reacciones de su cuerpo, actuaba su instinto; el mismo que le hacía gemir y susurrar inconscientemente. Quería hacerle lo mismo: que dejase de reírse ante sus reacciones incontroladas y que volviese a jadear su nombre como hacía minutos atrás. Entonces lo hizo.

Llevó sus manos al interior de la ropa interior del chico haciendo que jadeara con tan solo el tacto de tenerlo entre sus manos. Lo peor—o lo mejor—vino cuando comenzó a mover la mano más rápidamente. Él simplemente lo imitó y trataba de retener su voz para que no se oyera tan alto. No tardaron mucho en correrse sobre la mano del otro. Cuando hubieron acabado, Oliver no podía creer lo que acababa de hacer. Volvió a ponerse rojo y trataba de normalizar su respiración.

—Eso ha sido...—el moreno habló—bastante excitante, Oli.

Oliver suspiró y contestó cuando ya hubo recuperado parte de su aliento.

—¡No sé que me ha pasado! Es tu culpa que...—lo interrumpió besándolo como había hecho ya tantas veces y no solo aquella noche.

—Me gustaría que actuases así de vez en cuando…—susurró posando su brazo sobre el abdomen del rubio.

—Ha-ha sido vergonzoso.

—Pero te ha gustado, que es lo que importa, ¿no?—susurró contra sus labios—¿Vamos a la ducha?

—No iré si vuelves a...—Diego lo interrumpió.

—No me excites y no tendré que...—Oliver le puso la mano en la boca.

—Cállate, ¿quieres?

—Jamás—rió.

Notas finales:

Y es todo por hoy :) 

Ya estoy trabajando en el siguiente capítulo así que actualizaré pronto :D

Espero que os haya gustado, nos vemos pronto ♥


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