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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

He vuelto ^^ 

Muchas gracias a los que siguen leyendo ♥ 

Este capítulo es algo... dramático, me ha gustado mucho el resultado 

DISFRUTEN DE LA LECTURA 

 

Al día siguiente llamaron a Kelly para informarle sobre la cena antes de ir a la universidad. Al llegar a casa, la encontraron esperándolos en el portal del edificio.

—Hola—saludó con una pequeña sonrisa.

—¿Qué tal, Kelly?—le devolvió el saludo Diego.

—Bien—entraron y se dirigieron al apartamento de Oliver.

—¿Ese es Buddy?—preguntó Oliver señalando el transportín.

Ella asintió.

—Kelly, no tienes que hacer esto si no quieres—le dijo el moreno cuando subían en el ascensor.

—Ya os dije que os ayudaría y eso haré. Si solo tengo que fingir irá bien.

—Te deberé una. Gracias, de verdad.

Kelly se encogió de hombros con una sonrisa. Se dirigieron al apartamento de Oliver para almorzar y planear la cena. Diego le dijo que su padre traería la comida, así que era un tema menos por el que preocuparse. La tarde se les hizo corta; cuando quisieron darse cuenta ya eran las ocho de la tarde. Bajaron al piso de Diego para arreglar las últimas cosas antes de la cena. Oliver se fue a las y veinte, si su padre llegaba y lo encontraba allí todo el plan se iría al garete.

Eran las ocho y veintisiete cuando el padre de Diego llamó al timbre. Ambos se miraron nerviosos.

—Es la hora...—abrió la puerta.

Su padre no dijo nada cuando lo vio, simplemente sonrió y le dio dos palmadas en la espalda a Diego.

—Casi un año sin vernos, pareces más maduro—dijo.

—Me alegra verte—contestó.

Diego sabía que su padre no era especialmente cariñoso con él, ni con nadie desde la muerte de su madre.

—Veo que no estás solo—observó refiriéndose a Kelly.

—Ah, sí. Te presento a Kelly, mi no-novia—tragó saliva algo nervioso.

—Es un placer conocerle—sonrió ella tratando de ser lo más natural posible.

El hombre la miró unos segundos sin decir nada.

—El placer es mío—contestó al fin.

—Kelly, como sabrás, él es mi padre, Louis.

Diego quiso abolir esa situación lo más rápido posible.

—No te quedes ahí, entra—dijo.

Se dirigieron a la mesa que estaba preparada con los platos colocados en sus sitios correspondientes. Sirvieron la comida y se sentaron a comer.

—Bueno, ¿desde cuándo estás saliendo con mi hijo, Claudia?

—Es Kelly, señor Kauffman—lo corrigió, dirigió una mirada a Diego—Desde diciembre.

—Oh, vaya. Ya estamos a principios de febrero. ¿Os conocíais de antes?

—Sí, nos conocimos por unos amigos—improvisó el moreno.

—Ah, ya veo...—el hombre se sirvió un poco de vino—¿quieres?

Se dirigía a Kelly.

—No, gracias. No tomo.

Entonces dirigió su mirada a Diego.

—Yo tampoco. Iré a por agua, ¿quieres?—miró a Kelly.

—Sí, por favor—Diego se levanto de la mesa y volvió con dos vasos de agua.

—Hijo, te veo un poco soso con tu novia, antes no eras así.

Diego tragó saliva.

—N-no sé por qué lo dices—miró al plato de comida.

—No lo sé, no he visto que le dieras la mano, ni te acercaras a ella. A esa distancia parecería tu hermana, no tu novia.

Diego sonrió para ocultar su nerviosismo.

—Estamos un poco nerviosos—intervino Kelly tratando de dirigir la conversación hacia otra parte.

—No veo el por qué. ¿Cuantos años tienes, Claudia?

—Es Kelly—repitió—Tengo diecinueve.

—Cumple el doce de noviembre—dijo Diego mirándola.

Sabía esa que cumplía ese día por razones obvias. Oliver cumple el mismo día.

—Vaya, os lleváis casi un año—hizo una pausa—La madre de Diego y yo nos llevábamos casi un año también.

Kelly notó cierta nostalgia en su voz. No entendía porque hablaba de ese modo.

—Diego, no solo te pedí que trajeras a tu novia para conocerla. Tu madre te dejo esto en herencia, para que se lo dieras a la mujer que amas, era de ella.

Diego tragó saliva. Su padre le entregó una caja con un anillo.

—Creo que es el momento adecuado para dártelo.

Kelly desvió su mirada al suelo. Notó a Diego suspirar antes de cogerlo y abrirlo.

—Pa-papá, no puedo aceptarlo.

—¿Qué? ¿Por qué?

Diego negó con la cabeza.

—Diego, ¿qué pasa?

A Kelly se le aceleró el corazón. Miró a Diego.

—Kelly no es mi novia—murmuró.

—¿Qué? ¿Y por qué no me lo dijiste?

Diego la miró. Kelly se dio cuenta de que estaba a punto de llorar.

—Lo siento. Creí que podía pero no puedo hacerle esto a Oliver—le dijo en voz baja.

—Tranquilo—respondió ella.

—Kelly, es mejor que nos dejes solos, por favor—pidió.

Ella asintió y salió del apartamento prácticamente temblando. No por ella, sino por Diego y su hermano.

—Diego, ¿me vas a decir qué diablos está pasando?

Levantó la mirada del suelo y lo miró directamente a los ojos.

—Soy gay.

—¿Qué?—la estupefacción de la cara de Louis era evidente.

—Que estoy saliendo con un chico—dijo sintiéndose cada vez más pequeño.

—Pero, ¿¡eres un desviado!? ¿Cómo te atreves a decir eso? ¿Sabes lo que significa? ¡Solo estás confundido!—exclamó.

—Sé lo que significa y no estoy confundido—respondió atreviéndose a mirarlo a la cara de nuevo.

—¡Ni hablar! Mi hijo no es un desviado. Ese chico te ha comido el cerebro. ¡No, no y no! No eres un desviado.

—No soy un desviado. Simplemente estoy enamorado de una persona y casualmente esa persona es un hombre—explicó.

—¡No sabes de lo que hablas! ¡Eso es innatural! ¿Cómo vas a estar enamorado de un hombre? Eso es estúpido.

—Papá, estoy enamorado de él y nada de lo que me digas va a cambiarlo. Siento no ser el hijo que tu querías, pero me las he tenido que apañar solo desde la muerte de mamá, desde ese entonces es como si perderla a ella hubiera sido perderme a mí también, ¿pero sabes qué? Me da igual. Porque ahora he encontrado a alguien con quien quiero pasar mi vida, independientemente de que sea un hombre.

—No sabes lo que dices—negó él levantándose de la mesa—Tu madre estaría decepcionada tan decepcionada como yo lo estoy ahora.

—No. Ella me apoyaría porque ella siempre apoyaba todo lo que me hiciera feliz.

—¡Cállate! ¡Tú no la conocías! ¡Yo era su esposo!

—¡Y yo su hijo!—alzó la voz por primera vez a su padre.

—¿Cómo te atreves a hablarme así?

—Empezaste tú.

—¡No eres si no un jodido crío que no sabe lo que quiere! ¡Necesitas ayuda, Diego!

Él también se levantó de la mesa.

—No necesito nada. Si no me apoyas en esto, no necesito tu ayuda.

—¿Te estás escuchando? Diego, eres un hombre. Tú función es buscar una esposa y tener hijos. ¿Cómo vas a tener hijos con otro hombre? ¡Es imposible!

—Mi principal función es vivir, que yo sepa. Y puedo vivir de la manera que a mí me de la gana. Si quiero tener hijos puedo adoptar y ya está.

—¿Ah, sí? ¿Y crees que un centro de adopción dejará que una pareja de desviados adopte a un niño inocente? ¡Se volverá un desviado! ¡No quiero ni pensarlo!

—Hablas como si ser gay fuera una enfermedad.

—Y lo es. Necesitas ayuda, Diego.

—No necesito ayuda porque no estoy enfermo y si vas a venir a verme una vez al año solo para soltarme rollos homofóbicos, ya puedes irte.

—¿Me estás echando?

—Sí.

—¿Prefieres a ese chico en lugar de a tu propio padre?

—Al menos ese chico me ha demostrado más amor que tú en toda mi vida. Ya he tenido suficiente por hoy. Si vuelvo a verte, espero que sea para retractarte en todo lo que me has dicho hoy.

Louis no añadió nada más. Tomó su maletín y se fue. Diego no pudo aguantarlo más, empezó a llorar.

 

Dos pisos más arriba, Oliver observaba por la ventana los coches que entraban y salían de los aparcamientos. De pronto vio a un hombre uniformado, con el pelo negro salir del edificio.

—Ese es el padre de Diego—le dijo Kelly.

No hizo falta nada más. Oliver se dirigió al apartamento de Diego y llegó en cuestión de segundos. Kelly lo siguió. Tocó el timbre. Nadie contestó. Volvió a tocar y la puerta se abrió. Diego estaba cabizbajo, con los ojos hinchados y tenía un aspecto horrible.

Oliver no supo qué decir. Era obvio que se lo había tomado mal. No pudo pensar nada más, Diego se lanzó a sus brazos. Correspondió el abrazo y notó que lloraba en su hombro. No sabía que hacer exactamente. Se quedaron así por unos minutos que para ellos, fueron hasta cortos. Después, Oliver se separó de él levemente.

—Quiero estar solo—murmuró el moreno.

Oliver negó con la cabeza.

—No pienso dejarte solo, idiota. 

Notas finales:

¿Quieren lemon en el próximo capítulo? 7u7

Nos leemos pronto ♥

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