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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

LO SIENTOOOO, tardé bastante en actualizar. Pero he estado muy ocupada y no me ha dado tiempo a editar el capítulo, pero ¡al fin! Aquí os lo dejo. 

Difruten de la lectura ♥

Menos mal, era sábado. Diego se sentía muchísimo mejor, no tenía fiebre ni dolor de cabeza, nada, se sentía con fuerzas. Abrió los ojos sorprendiéndose ante la imagen que tenía delante. Oliver había estado durmiendo junto a él aquella noche y ahora permanecía con los ojos cerrados. No podia dejarle que siguiera durmiendo en el suelo así que con las fuerzas que había recuperado lo levantó levemente del suelo y lo llevó a la habitación a rastros. Lo dejó con cuidado de que no se despertara sobre la cama, lo abrigó con una fina manta y salió de la habitación para buscar algo que comer.


Joder, no hay croasanes—refunfuñó molesto el moreno.


Bueno, al menos había leche, pan y algo de embutidos. Preparó un vaso de leche chocolateada para él e hizo otro vaso igual pero lo dejó dentro del microondas. Cogió el pan y comenzó a meter embutido dentro de las dos rodajas de pan. Hizo dos sandwiches de jamón, cogió uno y el otro lo dejó en un plato sobre la encimera. Se sentó a desayunar y poco después una voz se escuchó en la habitación.


—¿Por qué estaba en tu cama?—pregunta el rubio aun medio dormido.


—No podía dejarte dormir en el suelo—respondió dando un bocado a su sandwich. No muy convencido Oliver camina en dirección a la mesa.


—¿Estás mejor?


—Sí, gracias, Oli—contestó con una gran sonrisa—Tu comida está en la cocina.


Oliver también tenía hambre, tanta que comería cualquier cosa. Bueno, tal vez cualquier cosa no. Cogió el sandwich y el vaso de leche para luego sentarse en la mesa frente a Diego.


—Oli—dijo sonriendo, de repente su rostro tomó un gesto serio—¿Recuerdas lo que dije...?—no llegó a terminar la frase


—¿Qué?


—Es que... ¿te acuerdas de lo que te dije de mi novio...?


—Sí.


—Pues... lo hemos dejado. Solo quería decírtelo—dijo concentrando su mirada en el vaso, algo decaído.


—¿Estás mal por eso?


—Sí, algo. De todas formas iba a ocurrir, así que solo me entristece, Joe es un buen chico.


—Ah, ya veo.


—Por cierto... quiero disculparme por lo del otro día...—dijo aun cabizbajo—Lo siento...


Oliver no contestaba simplemente se quedaba callado.


—...¿Me perdonas?—preguntó el moreno. Oliver suspiró.


—De acuerdo—acabó aceptando.


—Gracias...


—No entiendo por qué lo dejaste con tu novio. Pensaba que estábais bien.


—En realidad no, él no merece que este con él.


—¿Por qué?


—Porque... creo que estoy enamorado de otra persona—contestó. Oliver sintió una punzada en el corazón, ¿por qué se sentía así? Joder.


—¿Lo conozco?—Diego mantuvo el silencio unos segundos.


—Sí—respondió finalmente.


—¿Es Luz?


—No, no es ella. Ya te diré quién es más adelante, tengo que decírselo a él primero.


—Ah, claro...


No sabes las ganas que tengo de decírtelo—dijo Diego para sus adentros. Sonrió para ocultarlo.


Cuando ambos terminaron el desayuno colocaron sus platos y vasos en el lavavajillas.


—Tengo que ir a casa, es posible que hoy venga Kelly...—dijo el rubio mientras recogía su maleta.


—¿Kelly?


—Mi hermana. ¿No te acuerdas?—fue hasta la puerta acompañado por Diego.


—¡Ah! ¡Sí!—asintió energéticamente.


—Nos vemos—se giró para poner la mano en el pomo de la puerta.


—Espera, Oli—tiró de su brazo, haciéndole girar sobre sí mismo y le dio un abrazo—Gracias.


Oliver se sonrojó levemente, luego abrió la puerta y salió al pasillo del edificio.


—¡Gracias! Vuelve pronto—Oliver quiso responderle pero le había cerrado la puerta en toda la cara, sentía el ardor de sus mejillas, ¿por qué le pasaba siempre eso? ¿por qué solo con Diego?


Se apresuró subiendo por las escaleras hasta su apartamento. Sacó las llaves y abrió la puerta.


—¿Son estas horas de llegar a casa?—escuchó la voz de su hermana detrás de él. Joder—¿Dónde estabas, Oliver?


Ambos entraron el piso.


—Dormí en casa de un amigo...—dijo avergonzado.


—¿Solo dormiste?—preguntó Kelly burlonamente mientras dejaba una bolsa sobre la encimera.


—¿Qué insinuas?


—Dime, ¿quién es?—Oliver frunció el ceño—¿Una chica?


—¿Qué?—preguntó desconcertado.


—Mira que eres cortito de mente, Oliver—resopló la rubia—Tu novia.


—¿Novia? Te he dicho miles de veces que no tengo—se ruborizó un poco.


—¡AH! Entonces es... ¿tu novio?—preguntó pensativa—.


—¡Yo no soy gay!


—¡Oh! ¡Ya sé! ¡Es el chico del otro día! ¡El alto! ¡El del pelo negro!—exclamó y Oliver se sonrojó pero lo disimuló girándose.


—¿Hablas de Diego? Es solo un amigo—dijo sin mirarla.


—Ah, ya veo...—se quedó callada—Así que hay tema, ¿no?


—N-no sé de que hablas.


—Que si, que si, hay rollito—dijo sirviendo dos porciones de tarta de fresas con nata.


—No inventes y deja de hablar de él—respondió molesto sin aun verla de frente.


—Bueno...—colocó ambos platos en la mesa del comedor—es la famosa tarta de mamá, ¿no quieres?


Oliver se giró para responderle. Sinceramente, acababa de desayunar pero, mierda, esa tarta tenía una pinta deliciosa.


—De acuerdo, solo un poco.


Ambos se sentaron en la mesa para comer su porción tranquilamente.


—¿Entonces hay tema o no?


—Claro que no.


—No me vengas con cuentitos, Oliver—dijo señalándolo con la cucharilla—tienes pinta de idiota enamorado.


—¿Q-qué?—mierda, ¿por qué estoy tartamudeando?—¡N-no!


Joder con el puñetero tartamudeo. ¿Por qué no podía hablar con seguridad?


Joder, imbécil de Diego, sal de mi mente—se dijo internamente el rubio.


—Típica respuesta del idiota enamorado—se rió ella—. Se te da mal mentir, estás como un tomate.


—E-eso es men-tira—y otra vez no podía pronunciar con coherencia.


—Oliver, si alguien está mintiendo aquí eres tú...—ahora notó el tono serio en la voz de su hermana—Te gusta, ¿no?


Silencio. Nunca se había hecho esa pregunta y no sabía que responder. Era cierto que se sentía a gusto con él. No le molestaba tanto como demostraba, pero de ahí a gustarle... Era demasiado confuso.


—Eso significa que sí—afirmó ella.


—Y-yo no... he respondido—dijo mientras luchaba con su yo interno.


—La respuesta es obvia, no quieres hablar sobre él y cuando lo haces te sonrojas. Te acabo de preguntar que si te gusta, si lo tuvieras claro hubieras respondido de imediato pero has dudado y por eso no me respondes.


Su hermana sabía sobre el tema. Oliver quería quitarle la razón, darle argumentos que apoyaran que a él no le gustaba Diego pero, ¿cuáles? Mejor no hablar. Después de unos incómodos segundos, el rubio quiso acabar con aquella tensión, intentó hablar pero no pudo así que se retiró al baño.


Y otra vez se sentía confundido. Es cierto que le gustaba estar con él, aunque a veces mostrara lo contrario, que le ''quería'' aunque lo insultara constantemente y que lo ''odiaba'' por hacerlo sentir así. Vale, también es verdad que aunque no le gustaba que le llamasen Oli y se quejara constantemente de que Diego lo hiciera, en el fondo no le molestaba, no le ofendía que él lo llamase ''Oli'' . Es posible que lo que dijera Kelly fuera cierto...


Espera, ¿¡qué!? ¡NO! ¡Definitivamente no! Diego es idiota y además, ¡dos tíos! ¡Sería rarísimo! Aunque, bueno... eso da igual, ¿no?, ¿sería eso verdad? ¿De verdad lo que sentía por Diego era amor y no amistad?


¿¡En qué estoy pensando!? ¡Joder! ¡Largo de mi cabeza!


—Oliver, ¿estás bien?—escuchó la voz de su hermana desde el otro lado de la puerta. Soltó un suspiro antes de responder.


—S-sí, no te preocupes—contestó antes de empaparse la cara con agua. Después de haberse relajado un poco salió hasta el salón donde estaba su hermana. Se quedó allí parado, quería decir algo pero lo peor era que no sabía el qué. Al verse en esa situación se sentó al lado de Kelly. Pasaron un par de minutos en los que ambos querían hablar pero no sabían qué decir, finalmente la rubia habló.


—No entiendo por qué te avergüenzas...—musitó ella entre dientes.


—¿A qué te refieres?


—A que parece que te avergüenza de que te guste ese chico—Oliver no respondió—. ¿Sabes? El amor es amor y punto. Da igual que seas hombre, mujer, lo que sea, es lo mismo.


El rubio se quedó pensativo.


—He encargado comida en un restaurante chino, voy a ir a recogerla... ¿Quieres que traiga algo más?—la tensión del ambiente bajó considerablemente al cambiar de tema.


—Trae algo de bebida, no queda—respondió encendiendo la televisión.


—Vale—dijo antes de salir por la puerta.

Notas finales:

¿Qué os ha parecido la charla de Oliver con su hermana? ¡A ver si se da cuenta de una vez! XD 

Espero que os haya gustado, ya sabéis, un review siempre se agradece ;D

MUCHAS GRACIAS POR LEER ♥


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