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Birthday por MrVanDeKamp2

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Notas del fanfic:

Dedicado a mi Athair aunque se que odias la pareja, pero sólo son un par de adolescentes.

 

Me divertí un montón hace unos meses escribiendo esto, y me volví a divertir leyéndolo hoy.

 

El fic se sitúa en un AU, donde son chicos de 16 años y la canción de Birthday interpretada por Katy Perry me pareció justo lo que necesitaba para este fic. 

 

La verdad se me da más la comedia que el drama, así que haré cambios en fanfics los próximos días.

 

No se me olvida que tengo fics pendientes de la serie Karaoke Disnte, y estoy trabajando hoy domingo en ellos, así que no desesperen.

 

Muchas gracias por leer.

Aioria era la estrella del equipo de rugby, un gran estudiante, el chico más popular, las chicas lo acosaban incesantemente, era el típico hunk: alto, bronceado, ojos verdes y la amielada melena al viento le terminaba de dar ese aire de guardián de la bahía, tenía todo para ser el adolescente más felíz de la tierra, sin embargo los últimos días no pintaban nada bien para el muchacho.

 

Jueves.

 

-¿Escuchaste Shaka?

-¿Qué cosa Mü?

-Que Milo se va a mudar un año de intercambio, al parecer Camus consiguió una beca en Francia para estudiar el idioma y…

-Espera un momento – interrumpió el rubio a su amigo – Camus es francés ¿no? ¿Para qué necesitaría una beca para ir a estudiar a su país natal?

-No creo que vayan a estudiar… - y soltó una risilla seguida de un sonrojo –

-Buen punto – y rió – No me imagino como pueda tomarlo Aioria – y un sonrojo se hizo presente al momento en que pensó en el león.

Mü notó la reacción de su amigo

-¿Crees que lo sepa?

-No tengo idea – dijo pensativo Shaka.

 

La campana sonó, indicando que la clase de matemáticas seguía y se dirigieron al salón, Shaka se preocupó por su buen amigo Aioria, era bien sabido para él, que ese par era inseparable, aunque desde la llegada de Camus como alumno de intercambio había cuarteado un poco las cosas, sabía también que su hermano mayor, Aioros se la pasaba trabajando incesantemente para darle lo mejor a Aioria, pero ¿Cómo sabía todo esto Shaka? Bueno, un buen vecino siempre se da cuenta de ese tipo de cosas.

 

Entraron a clases y tomaron sus asientos, Aioria al final del salón, junto con su banda de pillos, entre ellos Milo y Aldebarán,  al frente Shaka, Mü y un retrasado Camus que llegaba corriendo.

-Hola muchachos.

-¡Hola! – fue la respuesta de ambos chicos.

-Heey, Camus – le llamaba Mü - ¿Es cierto que tú y Milo viajarán a Francia?

El francés no supo que contestar, solo se quedó estático.

-Pues… si, vamos de intercambio…

-¿Milo se lo ha dicho a Aioria ya? – interrumpió sorpresivamente Shaka.

-Pues… creo que se lo iba a comentar esta tarde…

-¿Tienen alguna cosa que compartir con el resto del grupo señores? – irrumpió el profesor.

-No nada – terminó Camus.

 

Shaka miraba para atrás de vez en cuando, observaba a Aioria muy concentrado en los ejercicios que resolvían y de vez en cuando siendo molestado por el escorpión. Su expresión cambió de sólo pensar en lo devastado que se sentiría el pobre león.

La última clase terminó y salieron del salón. Primero los buenos chicos, el resto del salón y al final Aioria y compañía, se dirigían todos a la salida y en el pasillo Aioria alcanzó al rubio.

-¡Hey Shaka! – lo tomó por el hombro - ¿Quieres que te de un aventón?

-Aioria – el rubio se sonrió – muchas gracias, pero tengo que darle pasantías a los de primero – terminó con un gesto amable.

-Es cierto – dijo sobándose la melena – siempre te veo desde la cancha cuando sales.

-Si – se sonrojó el rubio – lo que pasa es que nunca coincidimos en la salida, además siempre terminas tarde los entrenamientos.

El adolescente se recargó sobre los casilleros – Cierto, es solo que este fin de semana el coach está de viaje.

-¡Eh Aioria! – llegó Milo – vayamos al billar ¿o piensas llegar temprano a casa? ¡Oh! ¿Que hay Shaka?

-Hola Milo.

-Nah, sabes que no hay nadie esperando, bueno Shaka, te veo más tarde – le dio un zape a Milo y salió corriendo de ahí.

-¡Gracias Aioria! – alcanzó a gritar Shaka mientras agitaba su mano y veía como Milo trataba de darle alcance.

 

Ya eran alrededor de las ocho de la noche, en el porche de la casa amarilla marcada con el número 4349 de una mágica calle llamada Wisteria, el rubio terminaba de leer una revista y justo cuando levantó la vista para alcanzar un chocolate, vio que un taxi se estacionaba en el 4352, justo cruzando la calle y un atarantado Aioria bajaba casi cayéndose de no ser por la blanca cerca que rodeaba al jardín.

 

Shaka cruzó la calle apresurado y alcanzó a atrapar a su amigo que se iba de bruces al camino de cemento que conectaba la entrada con la banqueta. Como pudo, lo levantó, y lo llevó directo a la entrada.

-Aioria ¿dónde están las llaves?

-St.. stanen.. mi bols..bolsillo – tras una arcada.

El rubio metió sus manos al bolsillo del otro y saco un juego de dos llaves, abrió la puerta y se dirigió al sofá, depositó a su amigo.

-Mírate nada más, prepararé un poco de café – y puso un cojín en la cabeza de Aioria.

Regresó con el café y vio alarmado que Aioria no estaba donde lo había dejado, pero al escuchar ruidos de arcadas provenientes del baño, supo que sería mejor dejarlo terminar de vomitar. Se sentó y se sirvió una taza de café mientras observaba como Aioria se secaba la boca con un pañuelo tras enjuagarse.

 

-Toma un poco, te hará bien – y le ofreció una taza.

El león tomó asiento a su lado.

-Milo se irá…

-Lo sé… -

-Tú… ¿lo sabías? – lo volteó a ver sin ánimos.

-Mü me había dicho, pero sólo era un chisme y no le di tanta importancia…

-Tienes razón – dejó su taza – no te correspondía decírmelo, y el muy hijo de puta se muda el sábado, qué buen regalo de cumpleaños que tu mejor amigo se vaya a otro país ¿no?

-Aioria lo siento mucho…

-No te preocupes, estoy acostumbrado a estar solo, vivo con mi hermano pero nunca lo veo, y al único imbécil en quien puedo confiar me abandona también – su conversación era pausada, los estragos del alcohol aún no cesaban sus efectos- será mejor que te deje descansar Shaka, te debo una por… por el café – sus ojos se cerraban de sueño.

 

 

Viernes por la mañana…

 

-Buenos días Aioria – llegaba Shaka a la entrada del salón de química - ¿Cómo amaneciste hoy?

-Hola Shaka buen día – lo miró de una forma extraña – nada que un buen entrenamiento no pueda remediar je y ¿tú?

- Bien gracias – se sonrojó de repente – Aioria… ¿No te despedirás de Milo?

-Que haga lo que quiera – en eso fue interrumpido por la campana – entremos antes de que llegue el profesor.

Efectivamente Camus y Milo no habían asistido ese día, Aldebarán había reprobado esa materia y la llevaba en un grado anterior, por lo que el león se sentó solo en la parte trasera. Shaka como siempre lo miraba de reojo ante la preocupación de Mü.

Terminaron las clases y cada uno de los adolescentes se dirigió a sus respectivas actividades extraescolares, excepto nuestro león que no tenía entrenamiento, sin embargo se dirigió al gimnasio de la escuela para hacer algo de ejercicio y en el proceso una turba de porristas locas lo acosaron, como de costumbre.

 

Sábado 16 de agosto…

 

Aioria despertó malhumorado como siempre, había escuchado a su hermano llegar en la madrugada, y también escuchó cuando arrancó su auto temprano en la mañana. Genial, otro día completamente solo. Bajó las escaleras solo utilizando un bóxer, con la melena alborotada y los ojos tallados. El cuerpo del adolescente comenzaba a tomar su forma adulta, en un par de años llegaría a medir 1875 centímetros y tomaría la misma forma atlética que tenía su hermano. Entró a la cocina y vio el desayuno ya preparado y una pequeña nota adhesiva donde se leía:

“Te preparé el desayuno, espero poder llegar temprano a casa. Feliz cumpleaños novato. Aioros”

 

-Al menos no lo olvidó – y se sentó a comer con desánimo su desayuno, sería un día poco productivo, pudo haber ido a entrenar, nadar o asolearse un poco, sin embargo ya tenía el plan: un día completo en bóxers, jugando videojuegos y viendo películas.

 

Shaka había despertado temprano, se arregló con el esmero que suelen hacer los adolescentes populares, su cabello no era tan largo, sino más bien llegaba sólo a los hombros, muy a la Kurt Cobain  y se dirigió a la calle Arden donde vivía Mü.

 

-Buenos días Shaka – le abrió una amable pelirroja de mediana edad.

-Buenos días señora Burke – esbozó una sonrisa mesurada - ¿Mü ya se despertó?

-Si hijo, pasa, está en la cocina preparando el desayuno.

-Muchas gracias señora.

Entraron y se dirigieron a la cocina, donde Mü preparaba tostadas francesas, con su cabello recogido y ataviado con una playera y un flojo pantalón de dormir cuadriculado.

-Hola Shaka ¿Qué haces tan temprano?

-Mü, necesito tu ayuda – tomó asiento en un banco de la barra – necesito un pastel, un enorme y delicioso y ridículamente grande pastel de cumpleaños.

-¿Y para que quieres tú un pastel de cumpleaños? Aún faltan unos días para el tuyo.

-Eso ya lo sé, no es para mí – un violento sonrojo atacó al rubio.

-OMG es para…

-Cállate

-Bien, lo haré solo por ti, desayunemos y luego vamos a la tienda.

-Genial, gracias Mü ¡muchísimas gracias!

 

Se dirigieron al supermercado, tomaron un carrito y se fueron directo hacia la sección de fiestas… Shaka arrasaba con todo lo que se le ponía enfrente: confeti, globos, cilindros de helio, serpentinas, vasos, platos, botanas y demás.

 

-¿Y de qué quieres que sea el pastel?

-No lo sé, de cumpleaños.

-Por eso, pero ¿qué sabor quieres?

-Pues… - de pronto desvió su atención – ¡quiero uno de esos! – y señaló un anuncio de un pastel blanco con el interior de confeti.

-¿No crees que es un poco infantil para Aio…

-No lo digas – interrumpió su pregunta – el pobre ha sufrido bastante en estos últimos dos días que lo vi y no pretendo llevarle una bolsa de papas y una lata de refresco.

Mü se encogió de hombros y se dirigieron a la caja a pagar. Cuando terminaron de subir las cosas al auto de la madre de Mü, Shaka repentinamente no subió.

 

-Termina los preparativos, ah y dile a Aldebarán que si puede sacar de su casa a Aioria toda la tarde, te veo después.

-Pe… pero – Mü se sonrojó - ¿Y cómo pretendes que le diga yo eso a Aldebarán?

-Ya te las arreglarás, después de todo es una buena oportunidad para comenzar a hablarse ¿o piensas que no sé que te gusta? Soy tu mejor amigo Mü, no me puedes ocultar nada.

-Bueno – hizo un falso gesto de indignación y luego una pícara sonrisa invadió su rostro - ¡Eh espera! ¿a dónde vas tú?

-Voy por el mejor regalo que pudiese pedir Aioria, y no es un balón.

 

Era oficial; la operación cumpleaños había comenzado.  Mü con toda la pena del mundo le llamó a Aldebarán para solicitarle el favor, a lo que el taurino adolescente encantado accedió, más encantado por quien le solicitaba el favor que por otra cosa.

-Vamos viejo, vayamos a dar una vuelta por ahí.

-Nah no tengo ganas…

-Es tu maldito cumpleaños, te invito una cerveza.

-¿Acaso escuché dos?

-Una jarra como regalo, ponte decente y en media hora paso por ti.

-¿Decente?

-Son las dos de la tarde y vamos a beber, deja tu fodonguez para cuando no tengas nada que hacer..

-Seguro, acá te espero.

 

Shaka llegó a casa de Mü alrededor de las 6 PM, se dirigieron a la casa del rubio con el pastel y los demás preparativos.

-Bien, ahora vayamos a la casa de Aioria.

-¿Estás loco? ¿cómo pretendes entrar?

-Es la ventaja de que mamá tenga las llaves de todos los vecinos, ahora muévete.

 

Abrieron la casa y comenzaron a poner las cosas sobre la mesa del comedor, el pastel al centro, una ponchera llena y varias botanas.

-Mü, termina de inflar los globos.

-Espera – tomaba el paquete de globos y el pequeño cilindro de helio - ¿a dónde vas tú?

-A llenar la piscina.

-A llenar… ¡¿La piscina?! ¡Oye esto es ilegal!

-Oh vamos es sólo una inofensiva fiesta, te prestaré un bañador.

 

Shaka vió que la piscina había sido limpiada hace unos días y para su fortuna, estaba llena. Era una noche bastante calurosa y seguramente a más de uno se le antojaría nadar.

Comenzaron a llegar todos los invitados, amigos de Aioria, compañeros del equipo, algunas porristas, algunos cuantos más del salón.

Luego llegó la sorpresa para Aioria.

 

-Vámonos ya – decía Aioria sin ánimos mientras bebía su segundo tarro de cerveza.

-¿Qué tienes? Has estado de un genio…

-La verdad no me siento muy bien bro…

-Está bien – suspiró con pesadez el tauro – te llevo a tu casa.

Llegaron en Taxi y al parecer todo estaba en aparente calma en el vecindario.

 -¿Me prestas tu baño? Aldebarán sabía lo que pasaría, así que cuando abrieron la puerta y todos gritaron “¡Sorpresa!” no se sorprendió.

Globos, una lluvia de confeti y Shaka en medio de todos con un obsequio cuidadosamente envuelto, eran aquel escenario en el que Aioria.

 

I heard you're feeling nothing's going right.r32;Why don't you let me stop by?r32;The clock is ticking, running out of time,r32;so we should party, all night!

r32;So cover your eyes, I have a surpriser32;I hope you got a healthy appetite.

-¡Muchas felicidades! – Shaka se arrojó a abrazar al joven león quien sólo pudo comenzar a reír de felicidad.

Correspondió al abrazo del rubio. Sintió su calor, su dulce perfume, la suavidad de su piel, la verdad, era lo que siempre había deseado, pero nunca se había animado a nada más que una plática casual y un nerviosismo muy extraño en una persona tan segura de si misma.

 

If you wanna dance, if you want it all,r32;you know that I'm the boy that you should call

Boy when you're with mer32;I'll give you a taste,r32;make it like your birthday everydayr32;I know you like it sweet, so you can have your cake,r32;give you something good to celebrate

 

-¡Shaka! – se separó un poco para ver a su rubio - ¡todo esto es genial! – y lo abrazó como un niño a su oso de felpa.

-Que bueno que te guste Aioria… - le digo con un feliz sonrojo, antes de ser bajado por el fuerte muchacho – no podía pensar en algo mejor para celebrar tu cumpleaños.

-Y no podía ser mejor – sonrió tímido ¿Qué pasaba con aquel león? ¿Se transformaba en un cachorro? – tomarte tantas molestias y…

-Tranquilo – rió el rubio – vale la pena por ciertas personas – y se sonrojó de nuevo.

Aldebarán comenzó a hacerla de DJ y todos bailaban, a excepción de Shaka y Aioria que seguían en medio de la sala platicando. Todos fueron a felicitar al cumpleañero el cuál no cabía de felicidad, pero solo podía desear una cosa más…

So make a wishr32;I'll make it like your birthday everyday… I'll be your giftr32;give you something good to celebrate

Shaka estaba feliz de ver a Aioria de un mejor humor, ahora su tristeza era reemplazada por sonrisas, bromas de sus amigos, le sirvieron un vaso rojo, platicaba y reía pero siempre con Shaka a un lado.

Pop your Perignonr32;We can get it onr32;So hot and heavyr32;Till dawnr32;I got you spinningr32;Like a disco ballr32;I'll have them playingr32;Your song

En ese momento, Aioros y Milo entraron sin que el león ni el rubio se dieran cuenta y le vaciaron un barril de cerveza. Todos rieron y el león no cabía en su asombro ¿Qué hacía Aioros en un sábado por la noche en casa cuando solía trabajar toda la semana y sólo descansaba los domingos? Y ¿Milo? ¡Se suponía que se habría largado a Francia con Camus!

-¡Feliz cumpleaños novato! – abrazó fuertemente el mayor a su hermano.

-¡¿Creías que me iba a perder la mejor fiesta del año, greñas?! – lo abrazó por el otro lado su inseparable amigo.

-Pero… ustedes… - Aioria seguía muy asombrado, ahora su felicidad estaba completa.

-Relájate novato, eres mi hermano, y yo siempre estaré aquí para ti.

-Además – añadió el escorpión – no podría dejar a mi mejor compinche.

Aioria solo sonrió satisfecho – y todo esto se lo debes a él – Aioros señaló a Shaka con los ojos y este sólo le sonrió en gesto de complicidad.

We're living the lifer32;We're doing it rightr32;You're never gonna be unsatisfied;r32;If you wanna dancer32;If you want it allr32;You know I'm the boy that you should call

-Shaka yo… ¡no encuentro la forma de agradecértelo! – y lo alzó por la cintura haciéndolo dar vueltas en el aire.

-No hay nada que agradecer – le susurró el rubio cuando lo bajó – todo esto te mereces y más.

Se vieron el uno al otro con ojos de amor, ante la comprensiva mirada de Aioros y la feliz de Milo, a quien por cierto sorprendió Camus.

Boy when you're with mer32;I'll give you a taste,r32;Make it like your birthday everyday,r32;I know you like it sweet,r32;So you can have your cake,r32;Give you something good to celebrate.

-¡Todos a la piscina! – gritó Aioros más contento que nunca, todos sabían que el plan era ir a nadar y estaban preparados, todos claro excepto Aioria, a quien Milo y Alde arrojaron con todo y ropa, cayéndose Shaka con él.

Bailaron, rieron, cantaron, luego se llegó el momento del pastel, el cual terminó siendo una guerra de betún y pan.

Cuando se terminaron de ir todos, y medio limpiaron el desorden, Aioria acompañó a Shaka a su casa, mientras que el mayor de los griegos fué a dejar a casa a Milo, Camus, Mü y Alde.

-Gracias por todo… - y se acercó para besar tiernamente al rubio, quien correspondió al dulce beso.

-Aioria yo…

-Shh – se relamió los labios porque quedaba algo de betún – yo también te amo, te he amado siempre.

Se sonrieron tiernamente y volvieron a besarse.

Y efectivamente, de ahí en adelante, los días de ambos fueron días preciosos, nada podía definir felicidad como lo que ellos vivían, no había un amor igual.

Notas finales:

Muchas gracias a todos por leer.

P.


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