Nunca se ha considerado una persona rebelde, mucho menos contraproducente. Más bien… era una persona normal, que acataba las órdenes que le daban sus padres, siempre deseando superar las expectativas de los demás. Si, era una persona con objetivos e intereses. Lo que significaba que tarde o temprano iba a llegar un momento en el que realizaría las cosas que a él le interesaban, que fueran de su gusto y preferencia. Tenía 25 años y era el próximo heredero de las empresas Furihata, no iba a permitirse por un momento más estar bajo la sombra de su padre. Quería independencia de todo ese dinero y poder.
Y lo logro.
“Se que no fue lo correcto escapar de todas mis responsabilidades pero… no podía seguir ahí. Hay cosas que quiero hacer, que quiero experimentar y vivir. Y estar con mis padres no me lo permite” reflexiono, una vez había bajado del taxi que lo llevo desde el aeropuerto de Tokio hasta ese edificio de 5 pisos. No iba a ser sencillo dar explicaciones después del porque el repentino viaje de Osaka a la capital. Bueno… eso después se podía solucionar. Estiro piernas y brazos y después de que el chofer del taxi muy amablemente bajo su equipaje, fue como pago por sus servicios. Vio con asombro el edificio blanco y sus ventanas, parecía un lugar agradable y de arquitectura moderna.
Una nueva aventura y vida se avecinaban con ímpetu.
“Bien… aquí voy. Ay me siento nervioso, es como el primer día en la facultad. Siento que me van a comer” se moría de los nervios por entrar, tenía que hablar con el casero para la entrega de la llave de su departamento y pagar los tres primeros meses de renta “no exageres Furi, no es como si se trataran de asesinos”. Camino con su equipaje hasta donde estaban las puertas del edificio, pudo visualizar una pequeña recepción además de la caja donde estaban todos los fusibles del lugar en la pared trasera, además de una reja que estaba dentro del edificio, quizá para la seguridad del mismo y sus inquilinos.
-Buenos días…- saludo al chico peli negro que estaba en ese momento ahí con una sonrisa sincera, la recepción estaba un poco descuidada pero le parecía agradable y cómoda, además de que habían un par de masetas ahí, era un edificio humilde y bien cuidado. El peli negro que se encontraba le dio una nívea sonrisa, para después inclinar su cabeza en forma de saludo. Eso desconcertó un poco al castaño, pero no era nadie para criticar a los demás.
“¿Será mudo” pensó para sus adentros.
-Mitobe dice “Bienvenido… ¿en qué te puedo ayudar?”- se extrañó más al percatarse de la presencia de un castaño un poco más alto que el con sonrisa felina –no seas tímido, contestaremos lo que quieras saber- agrego, acercándose a Furi.
-Estoy buscando al casero del edificio. Me llamo Furihata Kouki. Hable con él hace unos días- se presentó, haciendo una pequeña reverencia a los otros dos.
-Mucho gusto- saludo el castaño –me llamo Koganei Shinji. Yo soy el casero y al que le deben pasar alguna anomalía o queja de algún vecino. Recuerdo vagamente haber hablado contigo- se presentó, para después sonreírle tenuemente al otro castaño –él es Mitobe Rinnosuke, es mi esposo y el dueño del edificio- presento al peli negro que solo alzo la mano mientras una sonrisa agradable se dibujó en su rostro –no suele hablar mucho, casi nunca en realidad-
-Puedo darme cuenta- contesto viendo a la pareja.
-Vamos Furihata, te mostrare tu departamento- pidió, jalando al castaño del brazo, para después ver al peli negro –después tendremos tiempo de preguntarle porque está aquí, no comas ansias Mitobe- aclaro, guiñándole el ojo a su esposo para después llevarse por el pasillo al desconcertado castaño, ¿Cómo era posible que le entendiera sino había dicho ninguna palabra?
-Nos conocemos desde que somos niños. Era normal que termináramos juntos- agrego Koga, llegando al levador del edificio –te explicare unas cuantas cosas que tienes que saber si deseas vivir aquí, Furi- siguió, oprimiendo el botón 3 del elevador para que las puertas se abrieran y entraran en silencio.
-¿Debo preocuparme por eso?- pregunto Furi.
-En realidad no, son cositas sencillas y fáciles de recordarlas- le despreocupo, esperando a que el elevador empezara a subir –este edificio cuenta con 25 departamentos, cinco en cada piso pero actualmente se encuentran ocupadas 8, contando con el tuyo. Te darás cuenta, a este lugar no llega mucha gente- Furi asintió –Mitobe y yo solo le damos alojamiento a personas que realmente lo necesiten, a parejas desesperadas y personas que necesitan un segundo aire en esta vida- continuo, captando la atención del otro –aquí no tenemos distinciones en cuanto orientaciones sexuales o ideología religiosa, siempre y cuando sean responsables y no molesten a nadie del edificio se les permite la entrada. Consideramos a cada uno de nuestros inquilinos como una familia, les tenemos cierto cariño. Es por eso que no aceptamos a cualquiera- explico, llegando ya al tercer piso donde estaba el departamento del otro castaño.
-¿Por qué me dice eso Koganei-san?-
-Porque con el paso del tiempo conocerás a los demás inquilinos, lo que menos deseamos es tener problemas con ellos y contigo- siguió, caminando por el pasillo de azulejo café y paredes pintadas de color durazno, adornado con una maseta en cada departamento hasta llegar al departamento con el número 16, la luces iluminaban tenuemente el lugar –dado que nos conocemos y cuidamos entre todos, a seis de los ocho departamentos se le conocen por un particular apodo, eso se debe a sus inquilinos. Espero que no te incomode eso-
-No, en realidad no. Me parece interesante- respondió, sonriéndole tenuemente al otro.
-Me alegra oír eso- agrego, buscando la llave del departamento del castaño –el apodo con el que llamamos a esas personas es dado que ellos mismos se los pusieron. Están “Los renegados”, “Los Robín Hood”, “Los suicidas”, “Los paparazzi”, “Los mata sanos” y “Los silenciados”. Como ves, cada pareja es particular e única-
-Son graciosos esos nombres- no pudo evitar reírse un poco –no se preocupe, no causare ningún problema-
-Está bien…- contesto, entregándole la llave de su nuevo departamento a Furi -¿Qué te trae por aquí? ¿Eres el único que vivirá en el departamento?- pregunto, viendo con interés al otro chico, este bajo la mirada viendo las llantitas de su equipaje –oh… lo siento, no quise incomodar.
Kouki negó –no, en realidad estoy aquí porque quería hacer nuevas cosas, conocer otras y vivir sin la presión de mis padres- contesto, tomando su equipaje –en cuanto a lo de vivir solo…- exclamo al aire –hace dos días rompí con mi prometido, así que…-
-Lo siento yo…-
-No está bien, ambos sabíamos que esto no iba a funcionar desde el principio, al menos yo, un matrimonio arreglado es difícil de sobre llevar. Sabía que él no me quería, así que fue lo mejor para ambos. Creo que esa es otra razón más para estar aquí-
Después un silencio incomodo se instaló en entre ambos, hasta que fue Koga el que decidió romperlo –creo que necesitas descansar, te dejare solo si es lo que quieres. Cualquier duda o situación no dudes en llamarnos a Mitobe o a mí-
-Gracias Koganei-san-
-Dime Koga, me haces sentir viejo- ambos se rieron con ese comentario, después el mayor se retiró de ahí rumbo al elevador, dejando a Furi solo.
“Bueno…” pensó, tomando su equipaje y entrando al departamento, cerrando tras de sí la puerta “…estamos tu y yo solos ahora peque, no te preocupes. Cuidare de ti, seré tu madre y padre. Tus abuelitos no saben de tus existencia pero… no es como si yo fuera a decirles algo al respecto” acaricio con melancolía su vientre plano, se había hecho una promesa y por dios que la cumpliría.
Los leves golpecitos de la puerta le interrumpieron. Quizá sea Koga, pensó.
-¿Qué ocurre Ko…?- se quedó en el aire su pregunta, pues al abrir la puerta no encontró a nadie, más que una bolsita de celofán con chocolates dentro y una pequeña nota –Bienvenido al edificio- leyó, un tanto extrañado, no había encontrado a nadie ahí afuera.
-Supongo que eres el nuevo vecino- vio a su izquierda y encontró a un peli negro de ojos azules viéndole entretenido –Shin-chan dijo algo sobre eso, mucho gusto soy Takao Kuzanari, nuestro departamento es el que está a un lado tuyo-
-Mucho gusto, Furihata Kouki- se presentó -¿son tuyos estos chocolates?- el peli negro negó.
-Son de Kuroko y Kagami, como veras, ellos no son muy sociables que digamos pero… son buenos chicos- agregó –es su manera de decir que esperan llevarse bien contigo. Si tienes algún problema con alguien ajeno al edificio, no dudes en pedirles ayuda, serán los primeros en ayudarte- aseguro.
-Gracias… supongo- no muy confiado -¿el departamento de ellos donde es?-
-El piso dos, departamento 12, a ellos normalmente los encuentras en la noche- siguió.
-Kuzanari, creí que Shintaro te dijo que dejaras de molestar a los demás- se escuchó del otro lado del pasillo otra voz, esta vez se trataba de un peli negro de ojos grises, con un pequeño lunar en su ojo izquierdo –hola, con que… eres el nuevo eh, bueno soy Himuro Tatsuya, Atsuhi dijo algo sobre tu llegada- siguió, viendo divertido al castaño –nuestro departamento está en el piso 6, departamento 21-
-Oh vamos Tatsu-chan, iba a ser divertido molestar a Furi-chan- se quejó el de ojos azules –sin Ki-chan, esto es tan aburrido- agrego, arrastrando las ultimas letras de la oración.
-¿Ki-chan?- pregunto extrañado el castaño.
-Kise Ryota, ya lo conocerás a él y a Haizaki a su tiempo- contesto el de ojos grises –su departamento está en el primer piso, departamento 3. Dadas las circunstancias están junto con Mitobe y Koga-san, ellos también están el piso 1 pero en el departamento 2- agrego, restándole importancia al asunto.
-¿Hay alguien que no conozca aun?- pregunto, ya interesado por saber de sus nuevos vecinos, además… esos dos chicos no le parecían tan malos después de todo.
-Haber… déjame recordar…- murmuro, perdiéndose un momento en sus recuerdos –oh si, falta Saku-chan y Aomine, además de Shun-chan- siguió.
-Ryo y Daiki no suelen ser muy amistosos. Te recomiendo que no hagas a enojar a Daiki, ni te metas con Ryo. Es demasiado sobreprotector con él. Su departamento está en el piso 6 departamento 25- explico y recomendó.
-A Aomine no le gusta que hablen de su novio y su bebé- acoto Takao a la información proporcionada por Himuro –Izuki Shun es un chico tranquilo y normalmente esta siempre solito pero, es un buen amigo. Le gusta su privacidad y no habla a no ser que le pidan su opinión. Ten paciencia con ellos, son los más jóvenes del edificio. Su departamento está en el piso 5 departamento 20- explico, viendo con seriedad al castaño.
-Gra-gracias por la información- tartamudeo, un poco avergonzado.
-No hay de que- respondió Tatsuya con una sonrisa –bueno, tengo que irme, Atsuhi regresara y le prometí que le daría un pastel de fresas en cuanto regresara, nos vemos después Furihata, Kuzanari- se despidió, caminando por el pasillo hasta llegar al elevador.
-Yo también tengo que irme, Shin-chan me matara si ve que no he limpiado el departamento. Hablamos después Furi-chan- se despidió el de ojos azules, entrando a su departamento dejando solo al castaño de nuevo.
“Menudos vecinos que nos tocaron cariño” pensó, poniendo sus manos sobre su vientre “pero estoy seguro de que son buenas personas, me muero porque los conozcas” al ver que no había nadie más aparte de el en el pasillo entro, quería comer algo y descansar del largo viaje. Mañana podría desempacar y conocer a sus nuevos vecinos, que… estaba seguro tenían mucho que contar.