Las clases jamás se me habían hecho tan interminables. Desde hace un par de meses los días me parecían insoportables, mi vida se ha convertido en un constante sube y baja, y todo “gracias” al idiota que, en estos momentos, está sentado en el pupitre tras de mí.
-Hey, Sasuke.
Aquí vamos de nuevo, ¿Qué no ve que el profesor está explicando la clase? Todo el maldito día se la pasa siguiéndome, gritándome, tratando de llamar mi atención con bromas estúpidas, molestándome, escondiéndome mis útiles escolares, y ahora distrayéndome de las clases, es un completo estúpido…
-¡Sasuke hazme caso!
¿Estaría mal hacerlo pedazos con una sierra y tirar sus restos en el basurero? Bien, solo debo calmarme, debo ignorarlo, de lo contrario terminare ahorcándolo, dios… ¡Se ha vuelto tan fastidioso!
-¡TEME HAZME CASO!
-¡¿Qué mierda quieres ahora usuratonkachi?!
-¡UZUMAKI, UCHIHA, FUERA DE MI CLASE!
¡Maldición, no de nuevo!
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-Si me hubieras hecho caso ahorita no estaríamos condenados a venir a clases extracurriculares todo el verano Teme. – Naruto trataba de seguirle el paso a Sasuke, pues el mencionado caminaba con suma rapidez.
-Si no me dejas de seguir te volveré a dar una paliza.- El moreno siseo amenazante. Naruto, ya con el ceño fruncido, dio un par de zancadas para apresar la muñeca del Uchiha y detener su paso.
-¡Ya detente! ¿Es que acaso jamás volveremos a ser amigos? ¡Ya perdí la cuenta de cuantas veces me he disculpado por lo de Hinata! –Gritó frustrado.
Oh, ese tema Tabú… Sasuke giro lentamente sobre sus pasos y encaro al idiota que tenía delante de el.
El silencio que se formó se volvió incomodo, y Naruto comenzó a ponerse nervioso, quizá arrepentido de haber soltado aquello tan de repente.
-Me importa una reverenda mierda… -La voz de Sasuke aparentaba apacibilidad, pero se podía notar que cada palabra estaba cargada con el más profundo odio.- Todo lo que tenga que ver contigo, así que tus disculpas y tu amistad te las puedes meter por el culo.
Naruto estaba listo para replicar, pero Sasuke siendo más ágil, se zafo del agarre de su muñeca y de un fuerte empujón mando al suelo al pelirrubio, aprovechando que este caía para salir corriendo.
-¡S-Sasuke, espera! –Naruto estaba listo para correr y alcanzar al Uchiha, no por nada era el jugador estrella del equipo de futbol de la escuela, pero al final se arrepintió, quedándose arrodillado en el asfalto, observando como la espalda de su ex amigo se perdía de su vista.
-Sasuke… No huyas más de mí. –Susurró con cierta tristeza en su voz.
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Sasuke llego a casa azotando la puerta con furia contenida, “¡¿Qué se cree ese imbécil?!” Pensaba mientras subía rápidamente las escaleras, ignorando el saludo de su hermano mayor, y volviendo a azotar la puerta, esta vez de su habitación.
La mochila fue a parar al suelo y al llegar a la cama dejo caer su cuerpo, hundiendo su rostro en la suave almohada. Al poco tiempo sintió como su cabello era delicadamente acariciado, como si de un gato se tratara.
-Itachi, debes tocar la puerta antes de entrar.- Le reprocho.
-¿Otra vez Naruto-kun? –Itachi ignoro el reproche de su hermanito para ir directo al problema.
-Si… -Sasuke sabía que era inútil ocultarle las cosas a Itachi, pues su Aniki era un maestro en leer sus expresiones, sus emociones, y le bastaba que soltara unas tres palabras para comprender toda la situación.- Insiste e insiste en tratarme como antes pero, solo quiero que se aleje.-
-¿Porque simplemente no le dices que todo es un mal entendido? Que la razón por la cual ya no lo quieres ver es porque te…-
-¡Cállate! – Sasuke se levantó con rapidez de su cama y encaro a su hermano. –Ni lo menciones, porque yo ya no siento nada, ¡absolutamente nada! –
Pero Itachi en vez de enojarse por como su hermano le estaba gritando, comenzó a reírse de manera sutil, Sasuke lo miraba furioso, así que lo único que atino a hacer fue a posar sus mano en la cabeza contraria, revolviéndole los cabellos, para después dirigirse a la puerta, pero cuando estaba a unos pasos de salir, giro levemente y poso su penetrante mirada en su pequeño hermano menor.- Si él no te siguiera importando no te alterarías de esa manera. – Concluyó para por fin, retirarse.
¡Como lo detestaba! Porque para su desgracia, sabía que su hermano tenía toda la maldita razón. Paso sus manos por sus cabellos totalmente frustrado.
¿Cómo rayos se había terminado enamorando de Naruto?
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El parque que estaba a la vuelta de mi casa era el lugar donde asistía todos los días, a mis siete años ya no sonreía, ya no me interesaba las personas de mi alrededor, pues solo esperaba, esperaba que mis padres regresaran, mientras conservaba la esperanza de que ellos volvieran para volver a empujar la silla de ese viejo columpio donde siempre me sentaba.
Escuchaba como los mayores se dirigían a mi hermano y le decían palabras que al poco tiempo encontré un significado.
“Lamento mucho lo de tus padres.”
“Es lamentable este accidente, mis condolencias muchacho.”
“Itachi, ¿Ahora que harás? Y con tu hermano encima...”
-Aniki, nuestros padres volverán, ¿Cierto? – Preguntaba Inocente, no pudiendo interpretar como la luz de los ojos de mi hermano poco a poco se apagaban ante el dolor de la perdida que en ese momento no asimilaba.
-Claro que si Ototuo. –Sabía que mentía, pero aun así dejo que sus palabras me arrullaran y me llevaran a crear una falsa esperanza.
Aunque como era de esperarse, ellos jamás regresaron.
No volví a ser un niño, no hablaba, no reía, no jugaba, me alejaba de todos, Itachi no estaba presente, pues trabajaba y estudiaba, nos mudamos de nuestra casa a un departamento, la trabajadora social nos visitaba a diario, Itachi hacia lo que podía para demostrarle que era capaz de mantenerme y salir adelante, muchos me señalaron como el culpable de echarle a perder la vida a mi hermano, me sentí miserable…
Me volví una sombra, con la única capacidad de sacar excelentes notas, y ayudar en todo lo que pudiera a mi hermano.
Pasaron los años, y llego el primer año de preparatoria, ahí fue exactamente donde lo conocí a él.
-¿Sasuke? ¡¡Que nombre tan raro ttebayo hahahaha!!-
Aquella ocasión no pude evitar desearle la muerte y molerlo a golpes, aunque él no se quedó atrás… Ambos peleamos por horas y terminamos con varios moretones y heridas.
Desde la muerte de mis padres me había encargado de mantenerme sumergido en aquel camino lleno de oscuridad y soledad, pero su presencia con el tiempo me fue tan reconfortante, que puedo jurar que él fue como el rayo de luz que le dio sentido a mi vida. El me demostró lo hermoso que era reír, lo hermoso que era hablar por horas, lo hermoso que era pasar toda una tarde jugando como si aún tuviera seis años y terminar en el césped contemplando las estrellas en todo su esplendor. El, él y el… Solo fue capaz de ver a través de mis inexpresivos ojos…
-¡Teme seamos amigos! –
Su amistad hizo que volviera a surgir en mí una sensación de paz.
-¡¿Por qué me pegas?! ¡No es guarro decir que las tetas de Hinata son enormes ttebayo!-
Pegarle me era divertido.
-Sasuke, ¡Qué bonita sonrisa tienes ttebayo! ¡Y yo creí que estabas hecho de piedra! –
La confianza con la que me trataba me hizo darme cuenta que con él podría dejar de ser una sombra y por fin volvería a ser un muchacho normal.
-Teme… Yo también perdí a mis padres. Así que sé muy bien cómo te sientes.-
Sus secretos los guarde en lo más profundo de mi ser, e inexplicablemente desee encerrar su dolor junto con el mío para que juntos pudiéramos salir adelante.
-Sasuke, te quiero.-
Sus palabras rondaron por mi cabeza por días, ¿Cuál era el significado de ese te quiero? No lo sabía, pues el muy dobe salió huyendo tan pronto como pronuncio aquellas palabras…
Me atreví a escuchar la voz de mi corazón a la que por mucho tiempo había ignorado, a lo que me hizo abrir los ojos con cierta sorpresa, “Era obvio…” el realmente era importante para mí, así que con una sonrisa resignada espere al dia siguoente para confesarle todo lo que él me hacía sentir, y cuando por fin lo tuve frente a mi….
-¡Teme, adivina! Le pedí ser mi novia a Hinata, la chica del salón de a lado, ¡Y acepto! ¿No es genial?-
Aquel día simplemente todo se derrumbó.