Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El Fantasma del Castillo Azul por Breniiful

[Reviews - 22]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡hola!

¿Cómo han estado? Bueno, yo estoy matándome en la Universidad… les digo claramente si van a estudiar Ingeniería, no metan 10 materias ;___;

Ayer en mí país fue 15 de Septiembre, se celebra “La independencia(¿)” y no hubo clases, por lo que decidí actualizar :DDD

Leí que hubo un terremoto fuerte en Chile, no sé si haya personas de ese país que me leen, pero de antemano deseo de todo corazón que tod@s se encuentren perfectamente.

Muchas gracias a la siempre cuqui anggie por su comentario, y a la personita anónimo XDDDD

El capítulo es cortito, lo acabo de terminar así que espero no tenga faltas ortografías u incoherencias; __;

—Capítulo Dos—

—Lo siento yo también Ryouta, la decisión ya está tomada y no hay marcha atrás—.

 

Kise se puso rojo del coraje y sin pudor le gritó a su padre: — ¿Por qué a mí sí me obligas a casarme? Por qué yo si tengo que hacerlo con alguien a quien no amo y por qué mis hermanas si tuvieron la oportunidad de escoger—. Le recriminó bastante furioso. —Es porque soy un bastardo y no tengo derecho a elegir a quien amar—.

El rey miró a su hijo con el dolor que reflejaban sus cansados ojos. Era cierto, su único hijo varón no había sido concebido dentro del matrimonio, aunque para él nunca hubo distinciones entre sus hijos, Kise siempre sentía que su padre era más estricto con él que con sus hermanas.

—Ryouta—. Le llamó pacíficamente. —Tú eres aún más especial que tus hermanas—. Kise chasqueó la lengua, se levantó las mangas de su camisa rápidamente. Una profunda luz blanca emanó de las yemas de los dedos níveos del príncipe, esto causó que se agrietara una de las paredes de la oficina de su padre.

— ¿Es por esto? —. Sus ojos se notaban vidriosos, estaba a punto de llorar. —Yo no pedí nacer así padre—.

Él odiaba exponer sus poderes frente a su padre, sin embargo lo hizo y sus esperanzas quedaron en el suelo al ver que el afamado rey no mostraba compasión alguna. Kise sintió como si le martillaran varios clavos en el pecho, se talló los ojos y luego sonrió.

—Tú y tu escolta saldrán dentro de tres días a Seirin. El viaje dura alrededor de cinco días, alista tus maletas y las cosas que vayas a necesitar—. El rey hizo una mueca de indiferencia, aunque en realidad  no le gustaba tratar secamente a su hijo pequeño. —El clima se está tornando frio, Ryouta por favor abrígate bien—.

El príncipe Kise sintió como el cuerpo le abandonaba, al parecer su alma estaba siendo desgarrada y no había manera de que él pudiera hacer algo.

—Lo que usted diga, padre—. La última palabra la pronuncio con desprecio. Desearía en este momento que su madre no lo hubiera abandonado y que lo consolara como cuando era un crio, quería desaparecer del mundo en este instante.

Ryouta salió azotando la puerta, y el rey al verle derramó unas cuantas lágrimas, nunca se había peleado con su hijo a tal grado. Quizá el matrimonio con el príncipe de Seirin no era buena idea después de todo, aunque sinceramente tenía un buen presentimiento, lo supo al ver la cara de soledad de su próximo yerno. Tenía la corazonada de que Kise encontraría la felicidad que tanto buscaba alrededor de ese pequeño joven, sus instintos de padre se lo decían.

.

.

.

.

.

—Kuroko—. Una voz lo llamó haciendo eco en el pasillo. —Hey Kuroko, abre la puerta por favor—.

 

Un pequeño y frágil cuerpo se levantó del confort del edredón de su cama, pareciera que todo el peso del mundo recayera en su espalda. Un profundo dolor le atravesó el pecho impidiéndole respirar por unos instantes, recargó su peso un momento en la puerta de la habitación antes de abrir.

 

— ¿Quién es? —. Preguntó en un susurro, la voz apenas podía salir de la reseca garganta.

 

—Ogiwara Shigehiro, tonto—. Saludó un joven de mediana estatura y alborotados cabellos marrones. —Kuroko, cómo osas no recordar a tu mejor amigo de la infancia y aún, eterno enamorado—.

 

Un leve carmesí apareció en las mejillas de Kuroko y trató de sonreír, el incluso sonreír era doloroso para él. Ogiwara lo atrajo hacía él y se fundieron en un abrazo que duro varios minutos. Al momento de separarse Shigehiro miró a su amigo con tristeza, el joven príncipe se estaba convirtiendo en una flor marchita de hielo blanco. Tenía tiempo de no haberlo visto, pero cada vez pareciera que Kuroko se estaba consumiendo a si mismo más y más.

 

—A que debo tu agradable visita, Ogiwara-kun—. La voz de Kuroko era cálida y dulce, esa era una de las cosas por las que Shigehiro se enamoró de él.

 

—Vengo con el orgullo herido a postrarme ante tus pies mi querido príncipe —. Kuroko se rio bajito, no importaba lo triste que fuera su vida, siempre que Shigehiro venía a verlo una luz entraba a su corazón. —Me he enterado de que contraerás nupcias dentro de poco, quiero saber quién ha ocupado mi lugar en tu corazón, mi bello príncipe—.

 

—Deja de decir cosas que no son Ogiwara-kun—. Kuroko lo golpeó con el pulgar. —Mi padre acaba de morir y su última voluntad fue que yo me desposara con el príncipe de Kaijo. Al parecer mi padre fue muy amigo del rey de esas tierras y esa es una petición a la que lamentablemente no podré negarme—.

 

Ogiwara le acarició la espalda tratando de reconfortarle, aunque la gente decía que no era bueno estar cerca del príncipe del Castillo Azul ya que solo llevaba consigo tristeza y maldiciones, él sabía que no había persona más buena y entregada que Kuroko Tetsuya.

 

— ¿Y no estas ansioso? —. Shigehiro preguntó tratando de que la conversación cambiara de rumbo.

 

— ¿De qué? —. Kuroko entendió la mirada picara de su amigo y supo de su insinuación. —Según lo que he averiguado por Momoi, su nombre es Kise Ryouta y tiene 23 años—.

 

—Wow Kuroko, sí que tuviste suerte, al fin tendrás quien te complazca muy bien en la cama, que mucha falta te hace amigo mío—.

 

Al príncipe se le subieron los colores al rostro, el añoro de ser feliz le inundo la cara, sería hermoso si alguien de verdad pudiera amarle sin ninguna restricción. Suspiró y de pronto la realidad lo golpeó fuertemente en el corazón, lo que deseaba jamás sería posible.

 

—Mi único objetivo es no causarle asco a mi futuro marido—. Kuroko contestó escondiendo sus emociones, con esa máscara había logrado perfeccionar con el tiempo y ayudado con el rechazo de la gente.

 

Ogiwara se quedó sin palabras, él estaba enamorado de Tetsuya desde que eran pequeños, desde esa vez que lo vio llorando en el balcón de su habitación. Lamentablemente para él ese amor era imposible —por las estúpidas clases sociales—, solo le quedaba rogar que su mejor amigo fuese feliz con el desconocido que se aproximaba. El príncipe merecía solo felicidad después de llevar una vida llena de tristeza, ese era su único deseo para él.

.

.

.

.

.

Tres días después, Kise estaba listo para partir a Seirin, pidió que alistaran a Rukuru —su caballo y único regalo de su madre— y que arreglaran debidamente su equipaje.

 

—No irás a despedirte de tu padre—. Preguntó Kasamatsu, un joven de cortos cabellos negros y ojos azulados, quien era el acompañante de Ryouta en todos los viajes.

 

Kise le esquivó la mirada y se dedicó a contemplar el pelaje brillante de Rukuru.

 

—Tan mimado como siempre—. El príncipe apretó los nudillos y le dedicó una mirada de odio a Kasamatsu. —Tu padre te ama y solo quiere lo mejor para ti—.

 

—Claro, este matrimonio repentino comprueba lo mucho que mi padre me ama—. Las lágrimas amenazaban con salir, Ryouta se recriminó, había llorado lo suficiente la pasada noche y ahora no tenía ganas de volverlo a repetir.

 

Kasamatsu lo refugió en un abrazo, Kise era su amigo y lo lastimaba verle así —en realidad, lo amaba en secreto—.

 

—Todo pasa por algo llorón, quizá de verdad encuentres el amor con el príncipe de Seirin—

 

—Lo dudo mucho—.  Kise lo miró con una bella sonrisa. —Hey Yukio, gracias por el abrazo, en verdad me hacía falta uno—.

 

Kasamatsu quiso golpearle, desde cuando el mocoso le llamaba por su nombre, ¿acaso no tenía respeto por sus superiores? Lo que en realidad hizo fue desviar la mirada para ocultar el repentino sonrojo en su rostro. Por nada del mundo el príncipe se enteraría de que en el fondo de su corazón un espacio estaba destinado únicamente para él.

 

—Ve a despedirte de tu padre pequeño malagradecido—. Ordenó firme.

 

Kise al fin accedió, camino por los amplios pasillos del castillo  recordando lo que vivió en su pacifico hogar, golpeteó la puerta algunas veces y esta se abrió inmediatamente mostrando la cara de agonía de su viejo padre. El príncipe sintió una puñalada en su orgullo, él amaba a su progenitor y no podía partir sin antes hacer las pases.

 

—Lo siento Ryouta—.

 

Kise corrió a abrazar a su padre, al término del abrazo ambos se sonrieron y finalmente el rey le dijo: —Espero que este matrimonio sea para bien, hijo—.

 

El príncipe asintió dudoso, sabía que ese compromiso estaba destinado a fracasar, pero quiso darle a su padre el beneficio de la duda.

 

—Cuídese y tome sus medicinas que a veces el chiquillo maleducado parece ser usted—.

 

El rey sonrió y le besó la frente a su hijo deseándole la mejor de las suertes. Él sabía de la maldición del joven príncipe de Seirin y mantenía la fe de que Ryouta le ayudara a romperla, o al menos que disminuyera el dolor con su compañía.

.

.

.

.

.

El viaje duró alrededor de ocho días, Kise estaba fastidiado, todo el camino Kasamatsu se la pasó sermoneándolo sobre cosas de amor y romance. En el fondo él era algo cursi, siempre mantuvo la ilusión de conocer a alguien lindo, enamorarse y después formar una familia juntos. Ahora esos sueños se encontraban truncados, no lo quería admitir, pero cada que Rukuru daba un paso el odio hacia el príncipe de Seirin aumentaba más y más.

 

—Hemos llegado Kise—. Alertó Yukio quien lideraba la cabalgata.

 

Kise arqueó las cejas por la admiración, él nunca había estado en el reino de Seirin y Dios, era completamente subliminal, demasiado precioso para ser real. Se bajó del caballo y caminó hacia el establo.

 

—Señor—. Un joven de traje azul se dirigió a él. —Esperábamos su llegada hace dos días. En un momento le muestran su habitación y le aviso que la cena está aguardando por usted—.

 

—Gracias—. Respondió Kise sin dejar de observar los alrededores. Sintió que algo —o alguien— lo observaba detrás de un blanco caballo, escalofríos recorrieron su espalda, era una sensación muy extraña.

 

—Le avisaré al príncipe Tetsuya de su llegada, seguramente querrá darle la bienvenida—. Kise abrió los ojos sorprendido, él no estaba preparado aún para conocer al dichoso príncipe, no, aún no.

 

—Espera—. Volteó a ver a todas partes pero el chico había desaparecido. La sensación de ser observado volvió e inmediatamente quiso salir corriendo de ahí.

 

—Hey, Ryouta—. Kasamatsu llegó en el momento más adecuado. —Vamos a que te cambies para que vayas a cenar—.

 

—Sí—. Dijo, la sensación de ser observado permaneció hasta que por fin llegó a la entrada del famoso Castillo Azul.

.

.

.

.

.

— ¡Tetsu-kun, Tetsu-kun! —. Una voz femenina gritaba eufóricamente mientras tocaba la puerta.

 

Kuroko maldijo internamente, estaba muy cansado y no tenía intenciones de moverse, sin embargo, reunió todas sus fuerzas y le abrió la puerta a Momoi —una de las pocas personas que no lo trataban como una aberración—.

 

— ¿Qué se te ofrece, Momoi-san? —.

 

Ella lo ignoró y se dedicó a husmear entre sus roperos. Kuroko la miró extrañado, su amiga era rara pero esto iba más allá de eso.

 

— ¡Tetsu-kun! —. Exclamó Momoi con una enorme sonrisa en el rostro. —Lo acabo de ver—

 

¿Acababa de ver? ¿A quién? Kuroko se revolvió el cabello, por qué las mujeres eran tan complicadas.

 

— ¡Momoi-san! —. Kuroko la llamó. —Detente ya por favor, ¿Qué viste que estas así de emocionada? —.

—A tu prometido, Tetsu-kun—.

Kuroko se sobresaltó, su débil corazón empezó a latir desenfrenadamente, ¿por qué comenzaba a sentirse ansioso y expectante?

—No querrás que te vea con esas fachas. Tetsu-kun, él es precioso, siento que es la persona indicada para ti—.

El pálido príncipe sonrió tímidamente, él más que nadie quería creer en eso.

Aquella chica de un peculiar cabello rosa lo ayudó a arreglarse para verse mejor, incluso le colocó un poco de maquillaje para ocultar ese color traslucido de su rostro, quería dar la mejor primera impresión a su desconocido prometido.

.

.

.

.

.

Kise se sorprendió al ver el enorme banquete, ni en su propia casa era tratado así, seguramente el príncipe quería congraciarse con él.

 

La puerta del comedor fue azotada bruscamente, un sirviente entró con lágrimas en los ojos y pálido como la muerte misma.

 

—El fantasma—. Gritó desesperado. —El fantasma ha dejado una nota pegada en el recibidor principal—.

 

El anuncio envolvió a la gente que se encontraba ahí —incluido a él— en un ambiente de incertidumbre, ¿Fantasma? Eso no eran cosas que inventaba la gente para asustar a los niños pequeños cuando hacían travesuras, por qué nombraban ese termino con tanta particularidad.

 

»Joder« Maldijo internamente Kise, a qué clase de mundo extraño lo había arrojado su padre.

 

— ¿Qué dice la nota? —. Preguntó uno de los encargados del Castillo.

 

~Ordeno que su alteza, el príncipe Kise Ryouta

abandone el Castillo en los próximos 15 días.

Si no lo hace, tragedias invadirán todo lugar

que él se atreva a pisar~

 

El fantasma del Castillo Azul.

 

 

— ¿Qué demonios es esto? —. Habló Kasamatsu con el enojo desbordando de sus azules ojos, no llevaban ni unas horas en Seirin y el príncipe Kise ya había sido amenazado por un… ¿fantasma?, que gente tan ridícula.

 

Kuroko entró cuando su sirviente había concluido de leer la corta nota. La mirada de odio de Kise traspaso la carcasa de su corazón, un dolor atravesó su pecho. Momoi se había equivocado, aquel muchacho no estaba destinado a ser suyo, claramente él nunca tendría el derecho de amar a alguien y ser correspondido.

Notas finales:

¿Qué les pareció? Bueno, les quiero aclarar que mi fic es 100% diferente a la novela original, no me gustan mucho las adaptaciones, por lo que está escrito aquí es mío XDDDDDD Yo no sería capaz de escribir algo tan wow como el ‘Fantasma de la Opera” ;___;

El siguiente capítulo Akachin tendrá ya su aparición oficial (¿) XDDD y al principio Kise será muy feo(¿) con Kurokocchi, pero solo al principio XDDDDD

La verdad no sé cuándo volveré a actualizar, quería escribir algo para Hallowen pero no creo que sea posible <||3 Creo que volveré hasta el cumpleaños del emperador X’D

Pero estoy escribiendo un MidoKuro que es un regalito para alguien, el cual lo publicaré por allá de Noviembre(?) XDDD

Espero que les haya gustado el capítulo, nos leemos pronto en otra actu. Cuídense, besos y abrazos para ustedes :*

 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).