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Crónicas de un adolescente enamorado por SeventeenWorld

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Notas del capitulo:

Tarde, pero heme aquí.

—    Escúpelo.

Jeonghan miró al menor de todos, Seungkwan, y después al excéntrico chino; ambos expectantes, sentados frente a él; los tres encerrados en su enorme habitación. Era algo parecido a cuando en las series policiacas interrogaban al sospechoso, había un policía bueno y otro malo.

—    Hanie —llama esta vez Junhui, con su linda sonrisa en el rostro—, cuéntanos ya. Llevas quince minutos sin decir nada.

Lo que tenía Junhui de maternal y atractivo, lo compensaba con lo raro y chismoso que era, pensó el de cabellera larga. Sacudió la cabeza. Ese no era momento para pensar en cómo eran sus divas- perdón, amigos.

—    ¿Cómo saben que alguien les gusta? —Preguntó con su voz serena, una de los tantos atributos que le adjudicó el apodo de “Ángel”.

Seungkwan miró a Junhui y viceversa. Aquella reunión se tornaba más y más rara conforme los minutos pasaban. Jun abrió la boca y alzó un dedo, pero en el instante mismo se arrepintió de decir algo. El cantante frunció el ceño y cruzó los brazos:

—    Pues simplemente te gusta y ya.

—    Esa no es una respuesta —reclamó Jun, ganándole las palabras a Jeonghan—. Cuando me gusta alguien, los espíritus me lo dicen.

—    ¡Ay por favor, hyung! No comiences con tus cosas…, otra vez.

—    ¡Es en serio, Kwanie! Por eso no consigues citas —se defiende el chino, cerrando los ojos con burla—, tienes un aura muy negativa.

—    Mira quién habla, el que cambia de chico como de ropa interior.

Jeonghan se perdió cuando esos dos comenzaron a gritarse. Rodó los ojos. ¿En qué momento fue que se le ocurrió pedirle ayuda a ese par? Era cierto que los tres, por razones que él mismo desconoce, habían sido grandes amigos desde hace mucho, incluso antes de que Seungkwan entrase a su mismo instituto; y también es cierto que Boo y Jun lo habían apoyado en momentos difíciles (Algunos), pero en ocasiones era tan difícil hablar en serio con ellos.

—    Besé a alguien. —Soltó la bomba, pero los otros no hicieron más que ignorarle—. ¡Besé a alguien! —Les grita, y en segundos un silencio incómodo llena la habitación.

Parecía que a ambos castaños los ojos se les saldrían de las cuencas en cualquier momento. Aquello era tan, pero tan inesperado que incluso había dejado mudos a las dos personas más parlanchinas del planeta. Y es que, ¿no era Yoon Jeonghan el “novio perfecto”? ¿Cómo podía un tipo así engañar a Seungcheol? No es como si el rubio fuese un santo, pero nadie le sabía más aparte de que coqueteaba con todo lo que se moviera. ¿Quién diría que el infiel en la relación era el Ángel?

—    ¡OMG! —El primero en reaccionar fue Kwan—. ¿Con quién? ¿Por qué?... ¡¿Es el que dices que te gusta?!

—    ¿Te gusta? —Jun secunda la pregunta.

—    ¡No! —Jeonghan alza las manos, negando—. Es decir… no creo. No lo sé.

—    Un “no lo sé” es obviamente un . No me lo creo.

—    ¿Quién es, Hanie? —El chino se mordía ligeramente los labios, emocionado.

—    Se… —el deportista se detiene un momento y sonríe inconscientemente—, se llama Jisoo.

—    ¿Y qué hace ese Jinsoo? ¿Juega fútbol?

—    Jisoo —corrigió—, él… él toca la guitarra.

Junhui chilló de la emoción sin darse cuenta, pero Seungkwan se quedó totalmente callado. Para después palidecer y finalmente descomponer el rostro en una mueca de horror.

—    ¿Hong Jisoo? —Recalcó y Jeonghan asintió un tanto avergonzado—. Ay, no, ¡Ay no!

—    ¿Qué ocurre? —Jun se encontraba desconcertado por la actitud tan rara del cantante.

—    Jisoo hyung pertenece a mi club de canto.

—    ¿En serio? —Los ojos del futbolista brillaron repentinamente.

—    Sigo sin ver el problema.

—    ¡Jisoo hyung no merece que el neandertal de Seungcheol lo mate!

—    No le hará nada, no exageres —tranquiliza el chino, con su tono maternal.

—    ¡¿Exagerar?! Recuerdan aquella fiesta en la que ese muchacho de segundo año coqueteó con Jeonghan hyung, el chico no volvió a la escuela; o la chica que se le declaró, algunos rumoran que quedó calva “misteriosamente”.

El trio quedó en silencio una vez más, una rarísima costumbre de aquel día. Jeonghan frunció el ceño. Era cierto que Seungcheol era bastante… raro; un posesivo sin control, con una sonrisa hipnotizante y de “moral distraída”. El ángel entró en pánico por un segundo, ¿se atrevería su novio a hacer algo en contra de Jisoo?

—    Pero bueno —empieza Junhui—, esto sólo lo sabemos nosotros, ¿no? —Los otros dos asienten—. Y nadie te vio besándolo. No hay razón de que alguien se entere.

Ninguno quedó muy contento con la solución, pero era, a ciencia cierta, lo único que podían hacer por el momento.

—    Y… ¿besa bien? —El chino pregunta con una sonrisa curiosa.

—    ¡Junhui! —El de cabellos largos reclama un tanto sonrojado.

—    ¡Se puso rojo! ¿Tan bien lo hace?

—    No es eso —contesta entre dientes—. Ni siquiera cuenta como un beso. Fue algo… inesperado.

—    ¿Y por qué te gusta? —Junhui acomodó entre sus piernas y sus brazos una de las tantas almohadas esparcidas en el suelo, abrazándola con emoción.

—    Ya les dije que no me gusta. Es que él… es tan lindo; y cuando se sonroja es tan gracioso; también es tierno cómo se disculpa por todo; su sonrisa, es-…

Las palabras de Jeonghan murieron en su boca cuando el ruidoso timbre del teléfono de Seungkwan interrumpió la conversación. Sus mayores le miraron mal, pues era regla de oro que nadie podía interrumpir sus reuniones. El cantante se disculpó mientras tomaba la llamada.

—    Hansol, no es un buen momento… ¿qué?... estoy ocupado. Adiós —colgó, y se encontró con una pregunta implícita en el rostro de los otros dos—. ¿Qué?

—    ¿Quién era?

—    Nadie —su celular sonó una vez más y con el ceño fruncido atendió la llamada—. ¿Qué parte de “estoy ocupado” no entiendes?... ¿Engañándote con-…? ¡Ay, por todos los cielos! Deja de ser tan odioso, idiota… Me importa un pepino tu juego, te toca cuidarlo hoy… No te atrevas a abandonarlo… ¡Hansol! —Boo miró la pantalla de su celular, con un rostro indignado—: ¡Me colgó!

—    Eso no suena a que sea “nadie” —se burla el chino.

—    Ugh. Hyung —se dirigió al mayor de todos—, ¿no tienes un partido hoy?

—    ¿Yo? —Jeonghan parece pensarlo dos veces—. No, hoy juega la mitad del equipo en un partido amistoso, pero no me tocó… ¡Oh! ¡¿No me digas que ese Hansol con el que hablabas es el primo de Cheol?!

—    ¿Es su primo? —Susurra Seungkwan—. Agh, no lo sé. Pero el idiota ese hará que me reprueben. ¿Podríamos ir al juego?

—    Un minuto, ¿de qué me perdí? —Jun cruzó los brazos, mareado por no entender de lo que hablaban.

—    Les explico en el camino, pero vamos ya.

[…]

Wonwoo se arrepentía infinitamente de no haber llevado una sombrilla o una gorra; el sol en las gradas de aquel campo era infernal. Pero no importaba, porque todo parecía un sueño, tanto así que ni las pequeñas gotas de sudor en su frente podían borrar su pequeña sonrisa.

Mingyu había ido por la mañana a su casa a buscarlo, cargando una maleta deportiva en uno de sus hombros y con una sonrisa en el rostro. Wonwoo mentiría si no admitiera que se pasó la noche preguntándose qué debería usar, pero al final sólo se colocó una camiseta negra y unos jeans.

El camino al campo de fútbol —el cual fue a pie— fue acompañado de una plática menos tensa que la del día anterior; el modelo parecía bastante interesado en conocerle, pues preguntó toda clase de gustos, desde el color favorito hasta la película favorita. Los quince minutos que tardaron en llegar parecieron nada.

El azabache se había sentado en las gradas de concreto junto al campo a observar al menor jugar y sonreía un poco más cuando este volteaba cada cierto tiempo y lo miraba con un gesto lindo en los labios. Todo parecía tan irreal.

Sintió como si repentinamente el sol hubiese sido cubierto, y al alzar la vista al cielo, encontró una sombrilla rosa protegiéndolo de los rayos. Siguió el camino hasta encontrar al dueño de la mano que sostenía la sombra, encontrándose con una chica sonriente que mantenía un poco alzado el brazo para cubrir a ambos.

—    El sol dañará tu piel —le dijo, como una respuesta no pedida y amplió un poco más su sonrisa. Wonwoo la recordaba, era la muchacha que se le declaró y que todo resultó un desastre.

—    Déjame sostenerla entonces —contestó, volviendo a su cara serena, inconscientemente. Quitó de la suave mano de la castaña el mango de la sombrilla, provocando un roce accidental, y sostuvo el artefacto, cubriendo a ambos sin esfuerzo—. Mejor.

—    Gracias —la chica se sonrojó un poco, desviando la mirada hacia el campo—. Me llamo Eunbi… supongo que es raro, ¿no? —Hablaba rápido y con cierto nerviosismo—, me he declarado y ni siquiera te he dicho mi nombre.

—    Ah, sobre eso…

—    Por favor, no quiero que tengas una mala imagen de mí —Eunbi volteó rápidamente su mirada, clavando sus redondos ojos en los afilados de Wonwoo.

—    No es así —el azabache le dedicó una ligera sonrisa que coloreó de rojo el rostro de Eunbi. Esa chica era adorable, era como una versión mayor de Yewon—. No tengo una mala imagen tuya, es sólo que saliste corriendo y no me diste tiempo de hablar —la castaña asentía lentamente—. Agradezco tus sentimientos, pero yo…

—    ¡Mingyu!

El grito del entrenador que provino del interior del campo, seguido de las porras del equipo contrario, alertaron al azabache, quien al instante prestó nuevamente atención al juego. El equipo contrario había anotado un gol.

Mingyu clavaba su mirada en la dirección donde él se encontraba sentado junto a Eunbi, pero esta vez no había una sonrisa en su rostro, sino un ceño fruncido y una mueca de enojo.

Notas finales:

¿Qué tal?

Antes que nada, quiero aclarar que tal vez "los planes de Mingyu" no son lo que imaginan. Sólo eso les dig...

Por otro lado, me ha gustado como poco a poco todo se va mezclando, ¿y a ustedes? No sé, se me hace lindo (¿eso cuenta como narcicismo?)

Muchísimas gracias tooooodas por leer y comentar, en serio que no me creo que las lecturas ya sean más de trece mil. Son re lindas. Oh, estaré subiendo esta historia a wattpad, por si les gusta esta plataforma.

También, escribí un verkwan, por si desean leerlo. Mañana lo terminaré, son 6 capítulos cortos hasta ahora, por si les gusta la pareja. También lo subí a wattpad por si lo prefieren.

Muchísimas gracias por llegar hasta aquí. Las hasmo♥

PiaPia


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