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Crónicas de un adolescente enamorado por SeventeenWorld

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Notas del capitulo:

Siempre actualizo tarde UuUr

—     ¿Pero si tú no estás a mi lado, cómo treparé?

—     En realidad es “caminaré” —el chico de cabellos plateados mordió ligeramente su labio inferior. Soon sonrió—, pero no está nada mal. Eres asombroso.

El menor sonrió, aún un poco apenado y con las mejillas sonrosadas mientras volvía sus ojos al libro en sus manos. Fue en ese momento que Soonyoung supo que valió la pena haberse pasado la noche estudiando “Coreano básico” sólo para enseñarle a Minghao cosas que ni él mismo sabía.

—     Por cierto —el mayor hablaba lento—, sobre el otro día —Minghao le miraba confundido—… en el cine…

—     ¡Ah! —El chino pareció entender y comenzó a reírse por lo bajo—. Está bien tener miedo.

—     No tenía miedo —argumentó, no muy convencido—. Estaba… sorprendido.

—     Está bien estar sorprendido.

Ambos rieron. El día era agradable, por lo que estudiar bajo la fresca sombra de un árbol fue una gran idea. El menor de ambos se mantenía sentado en flor de loto frente a Soonyoung, con un pesado libro de la biblioteca entre las manos y una libreta sobre el césped a su lado.

 Aunque no se entendían del todo —literalmente—, parecían encajar demasiado bien para ser la segunda vez que hablaban; Minghao era tranquilo y sonriente, Soonyoung despistado e inquieto, y aun a pesar de ello era agradable estar junto al otro, cómodo.

Soonyoung miró los cabellos plateados del menor, en esa ocasión llevaba unos mechones azules; sus expresiones, sus facciones y sus modos se describían en una palabra, lindo. Era esa clase de chicos que provocan abrazarles con tanta fuerza como uno tenga. Demasiado inocente. Soonyoung frunció el ceño, Minghao no debería juntarse con gente como…

—     Pero no es eso lo que quiero decir, Minghao—el chino alzó la vista del libro, dando a entender que le prestaba atención—, el otro día en el cine… tú ibas con… ¿conoces a Yao Mingming?

Minghao hizo una mueca de extrañeza, ¿cómo era que Soonyoung conocía Mingming? Tal vez por el equipo de fútbol.

—     Sí —contestó aún confundido—. Va en mi clase y es de mis mejores amigos. ¿Por qué?

—     ¡¿Tu amigo?! —El mayor de los dos casi gruñó.

—     ¿Tiene algo de malo? —El chino torció la boca, no esperaba esa reacción.

—     ¡Tiene todo de malo! Minghao, no te juntes más con él.

El menor rodó los ojos y se levantó del césped, molesto. Se dio media vuelta y caminó de regreso al edificio principal. ¿Y este quién se creía para decirle con quién juntarse? Encima, hablar de tal forma de alguien como Mingming hyung, quien le había ayudado en todo desde el primer día.

—     Oye —Minghao sintió un agarre en su muñeca—, te lo digo por tu bien. Él es…

—     ¿Qué? —Su tono molesto no bastó para que Soonyoung se detuviera.

—     No es buena influencia.

—     ¿Y tú sí? —Soonyoung abrió la boca pero ningún sonido salió de ella. Minghao se zafó del agarre y caminó con grandes pisadas lejos del mayor.

Estaba más que sorprendido. Soonyoung era un chico divertido, amable y guapo —Minghao lo admitía—, pero ese tipo de comentarios desagradables no eran algo a lo que el chino estuviera acostumbrado en una persona que le gustara. No como que Soonyoung le gustara. Tal vez sólo un poco. Pero ese poco se había ido totalmente al retrete cuando habló mal de su amigo.

El rubio maldijo mientras se refregaba el rostro. La había cagado totalmente. ¿Pero qué le iba a decir a Minghao? “Oye, no te juntes con Mingming porque él se acuesta con todo lo que se mueva.”, sí claro, y después hubiera recibido el odio entero del menor… si no es que ya lo odiaba por completo.

La primera vez que Soonyoung conoció a Yao Mingming fue en las batallas de baile. El tipo era bien parecido, bastante atrevido y coqueto… casi como un Seungcheol pero más intenso. Mingming no paraba en el coqueteo e insinuaciones, él llegaba a quinta base en menos de una semana, o eso se rumoraba de él. Mingming fumaba, tenía malas notas, se metía en peleas; un bastardo con cara de ángel.

Minghao no debía juntarse con alguien de ese calibre.

¿Pero cómo advertirle? “Minghao, conozco la mala vida de Mingming porque bailo clandestinamente por las noches en barrios bajos junto con él”, eso no sonaba mucho mejor. Soonyoung se comenzaba a sentir frustrado. Necesitaba pedir el consejo de alguien.

—     ¡Soon! —Escuchó su nombre venir desde el otro lado del corredor. Junhui—. Tengo algo que contarte.

—     Sí, yo también.

[…]

Mingyu sorbió lo que quedaba de su malteada de un solo trago. Llevaban un montón de tiempo ahí sentados conversando y Wonwoo no soltaba la información que necesitaba. De hecho, no era tan molesto hablar con él, ya que tenían bastantes gustos en común y la voz del azabache era agradable. Pero eso no ayudaba.

—      Entonces, hyung, ¿no te gusta nadie? —El mayor enrojeció. Mingyu sonrió, parecía que al fin avanzaba en su plan—, ¿sí?

—     Eh… yo…

Porque sí, Kim Mingyu no olvidaba su plan de venganza contra el que rompió el corazón de su “mejor amiga”. Lamentablemente, este parecía avanzar demasiado lento para su gusto; llevaba una semana saliendo con Wonwoo todos los días después de la escuela, a cafeterías, parques, tiendas, incluso lo invitó a su entrenamiento, pero el azabache siempre evadía la misma pregunta. El plan de Mingyu era sencillo:

Se haría amigo del mayor.

Averiguaría quién era la que le gustaba a Wonwoo y enamoraría a dicha persona.

Convencería al azabache de confesarse, pero como la chica, para ese entonces, ya estaría perdidamente enamorada de Mingyu, le rechazaría y rompería su corazón.

Fácil.

—     ¿Tú…? —Le alentó a continuar.

—     Yo… me tengo que ir. —Wonwoo se levantó tan rápido de su lugar y salió de la cafetería que a Mingyu no le dio tiempo de replicar o detenerle.

El azabache sentía que moriría en ese instante de la vergüenza. ¿Por qué Mingyu actuaba de esta forma tan de repente? Wonwoo podría jurar que… le coqueteaba. ¡Oh por Dios! ¿Sería cierto? ¿Estaría Kim Mingyu sintiéndose atraído hacia él? Era cierto que siempre que salían, el futbolista se ofrecía a pagar todo, y hablaban por horas, incluso por mensajes. Suspiró. Sería casi un sueño que su amor fuera correspondido. No entendía cómo ese chico lograba ponerlo así, pero lo hacía.

Sonrió. Revisó la hora y se dio cuenta que su madre lo mataría por llegar tarde una vez más.

[…]

Decir que estaba furioso era poco, Seungkwan quería ahorcar a Hansol Chwe. Era el segundo viernes de la revisión del proyecto, y para variar, Hansol no se había presentado. La calificación de Seungkwan bajó aún más. Por un momento, creyó que el futbolista cooperaría el día que le amenazó con su madre, pero ya veía que estaba muy equivocado.

Tomó al muñeco y se dirigió a la casa del menor, decidido a usar medidas drásticas si era necesario. El camino en el autobús fue lento gracias a la lluvia que empapó las calles y creó tráfico, toda la semana había diluviado por las tardes, algo raro para la época. Al llegar al gran lugar de la bonita zona, intentó llamar a la puerta, pero se encontró con esta semi abierta y las luces apagadas.

—     ¿Señora Chwe? ¿Idiota? —Llamó hacia el interior, pero no recibió respuesta. Entró lentamente, atento a todo.

En el recibidor estaba hecho un desastre, pedazos de un jarrón se encontraban desperdigados por el suelo, y un vaso de agua volcado sobre una mesita, en el pie de las escaleras, una chaqueta mojada y llena de lodo. Seungkwan tragó grueso, ¿ladrones? Aferró a su hijo contra su pecho y retrocedió en silencio.

Un tonto pensamiento cruzó su mente. ¿Hansol se encontraría a salvo? Se mordió el labio inferior; él no era como Junhui que sabía artes marciales, ¿qué haría si se enconraba a un ladrón? ¡¿Atacarlo con el bebé?!... pero, si Hansol estaba en problemas…

—     Ugh… este idiota…

Respiró hondo y se animó a subir las escaleras, con la mochila en la espalda y el muñeco entre sus brazos. Recordaba a la perfección dónde se encontraba la habitación de Hansol, y entró en pánico cuando manchas de sangre y tierra se extendían hasta ese mismo cuarto.

—     Hansol, si me matan, yo te mataré a ti —se susurró mientras hacía una pequeña rabieta.

Sigilosamente se acercó a la puerta, y al asomarse al interior, encontró el lugar hecho un asco, a oscuras y con sólo una lámpara en el escritorio iluminando todo tenuemente. Soltó el aire que retuvo cuando no encontró a nadie. Caminó hasta la lámpara del escritorio, encontrando sobre este unas cuantas hojas de papel con letras escritas sobre ellas.

“Tienes la pregunta sin decirla.
Lo que quiero.

Pero las palabras vagan sin rumbo,
Cuando intentamos movernos hacia el punto
Se vuelve un poco pesado.

¿Cuántas veces debemos hacernos la misma pregunta?

La respuesta es tan obvia
Olvidas todo cuando me ves,
Hablas de otras cosas, y luces tan avergonzado.

Bueno, lo que sea, no me disgusta,
aunque, déjame saber, no sé por qué me comporto así”

¿Era eso un… poema? Estaba inconcluso, pero era lindo. ¿Sería de Hansol? Nah… ese cavernícola no era esa clase de chico, era demasiado idiota e insensible para escribir. Revisó las demás hojas, dándose cuenta que todas tenían escritas cosas por el estilo. Hubo uno que llamó su atención por completo, pues sólo era una estrofa en medio de la blanca hoja.

“Me encanta tu voz,
Molesta, chillona y dulce.”

Inconscientemente sonrió, pero un escalofrío sepulcral le recorrió la espina dorsal cuando sintió una mano en su hombro. Abrazó el muñeco y se dio media vuelta lentamente.

—     ¿Qué demonios haces?

Era sólo Hansol –gracias al cielo–, pero no se encontraba en las mejores condiciones; el cabello mojado, sudor en su frente, la cara pálida, la ropa sucia y una mancha de sangre sobre su camisa.

—     ¿Qué te pasó, Hansol? —El menor no contestaba, se mantenía de pie clavando su mirada en el castaño—. ¿Hansol?

Los ojos del menor se cerraron conforme se desplomaba en el suelo y su respiración se volvía pesada a medida que temblaba. Seungkwan soltó el muñeco y se arrodilló junto a Hansol, sacudiendo uno de sus hombros para que este reaccionara, mas no había respuesta. El cantante sintió la impotencia llenarle y un nudo en su garganta.

—     ¿Hansol?... Ha-Hansol despierta... ¡Hansol!

Notas finales:

Drama ¡DRAMA!

Ah... regresé de mis vacaciones. Y no sabe lo feliz que me hace ver todos sus comentarios y tantas lecturas. En serio es como que lo más lindo del mundo♥

Espero volver a las actualizaciones semanales, pero todo depende de mis maestros, no me odien, xfa.

¡Cuéntenme! ¿Cómo se la pasaron? ¿Les regalaron algo? También, ¿qué les parece la historia? ¿No se han enredado mucho? xDD

 

Luv u♥


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