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Crónicas de un adolescente enamorado por SeventeenWorld

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Notas del capitulo:

Jueves-ves-ves~

Hoy fue un día agradable para mi, pero como siempre, mis traumas y mensajes los dejo al último.

Espero disfruten el capítulo.

 

—    ¿Qué mierda quieres? 

El castaño que aún sostenía al muñeco en los brazos hizo una mueca con la boca, torciéndola con fastidio y asco. Se aclaró la garganta y con una mano se abanicó el humo de la nariz.

—    No deberías fumar. Al menos no en la escuela. —Hansol soltó una sonrisa con la comisura de su boca ante las palabras del princesa.

—    No deberías meterte en lo que no te importa —respondió, grosero, escupiendo el humo de su cigarrillo en la cara de Boo.

—    Como sea, por mí, muérete —Seungkwan respingó la nariz y alzó el mentón—. Pero… yo… ¡ah! —suspiró frustrado, mientras el aire en su pecho inflado se escapaba lentamente—. De verdad necesito pasar este año, ¿entiendes? Pero estoy atascado contigo.

—    Si tanto te importa cuida tú solo a esa cosa. No me importa no tener calificación, dile a la vieja esa que me repruebe si quiere.

—    ¡Si todo fuera así de fácil te habría abandonado desde el principio! Pero…

—    ¿Qué? —Hansol torció los ojos, harto de que ese sujeto molesto le robara el poco tiempo a solas que tenía en el día—. ¿Quieres que te firme el divorcio? —Se atrevió a bromear a pesar de los ojos furiosos que Seungkwan le clavó.

—    ¿Me dejarías hablar? —Inquirió, verdaderamente molesto—. El viernes pasado fui solo a la primera revisión, y la maestra dijo que me bajaría puntos porque no asististe. Así será por cada revisión donde no estés. ¡Obviamente protesté! Y ella dijo que esto era un “trabajo en equipo”; o pasamos juntos o morimos juntos. ¿Entiendes por qué te… necesito?

Chwe Hansol miró de arriba abajo a su interlocutor; Boo Seungkwan, la diva Boo, o como a él le gustaba llamarlo “el idiota que nunca se calla”. Nunca llamó su atención más que para golpearle la boca y así la cerrara de una vez. Para Hansol, era divertido ver el puchero que su mayor hacía con el muñeco en manos, pero por nada del mundo estaba dispuesto a soportar a esa cosa… y tampoco al muñeco.

—    Supongo que moriremos juntos, entonces —tiró la colilla del cigarrillo al suelo y la remolió con el zapato—. Tira esa cosa, te ves ridículo.

Seungkwan achicó los ojos y frunció los labios, siguiendo en silencio, con la mirada, el trayecto de Hansol hasta el campo de fútbol, murmurando algo ininteligible. El cantante estrujó el muñeco una vez más y se dio media vuelta, con una sonrisa vengativa y maliciosa en la boca.

Hansol volvió a su entrenamiento con una rara sensación de diversión en el pecho. ¡Já! ¿Se lo imaginan? Él, cuidando a un soso muñeco y soportando al sujeto más parlanchín del universo, ¡Já! Que estúpido. Sin embargo, ese idiota le alegró la tarde, incluso anotó un gol por el buen humor que se cargaba. Terminó la práctica y se cambió lo más rápido que pudo para largarse de una vez a su casa, y antes de que a Seungcheol se le ocurriera pegarse a él.

No es como si su casa fuera el mejor lugar del mundo, pero al menos ahí no era molestado por el pesado de su primo, la mayoría de las veces. Atravesaba el campo de fútbol cuando desde las gradas alguien lo llamó.

—    ¡Hansol! —El castaño viró a mirada y se encontró con la faz seria de la única persona que no odiaba tanto de todo el colegio.

—    Wonwoo hyung, ¿qué hay?

—    ¿Recuerdas las letras que me enviaste? —Hansol volteó a todos lados, asustado de que alguien escuchara aquella conversación—. Son realmente buenas.

—    Sí, sí. ¿Cuál es el punto?

—    Ganaste. Trescientos mil wons ya te fueron depositados.

—    Ya, ¿eso es todo? —Wonwoo sabía que aunque su menor actuaba indiferente, por dentro no podía reprimir la felicidad.

—    Sí, eso es todo —el azabache se mordió el interior de la mejilla mientras su vista se perdía en algún punto detrás de Hansol—. Me… me tengo que ir… eh… adiós —se dio media vuelta y prácticamente corrió hacia la salida.

Hansol enarcó una ceja para sí mismo, ¿por qué Wonwoo esperaría por él tanto tiempo para decirle algo que bien podría haberle enviado por mensaje? A veces las personas eran muy extrañas. Sintió un brazo rodearle los hombros desde atrás y juró que si se trataba de su rubio primo, lo golpearía en la cara.

—    Hansol —pero no era Seungcheol. Era Mingyu, lo cual hacía más rara la situación. Hansol se sacudió el agarre del más alto—. ¿Cómo has estado? —Le sonrió.

—    ¿Se te perdió algo? —Si algo había aprendido Chwe por convivir tanto con Cheol, era que esa sonrisa sólo era usada para conseguir algo a base de coqueteos. Pero al parecer Mingyu no había entendido que esas cosas no funcionaban con él—. Tengo prisa.

—    ¿Conoces a Wonwoo? —Hansol alzó el mentón con perspicacia y el mayor lo notó—. ¿Sabes si le gusta alguna chica? —Cuestionó directamente.

—    ¿Por qué diablos habría de saber? Pregúntaselo tú.

Mingyu abrió la boca para protestar pero la cerró al instante, con la expresión de alguien que ha tenido una grandiosa idea o un malvado plan entre manos. Sonrió nuevamente, esta vez sin rastro de coqueto, más bien contento al conseguir lo que quería.

—    Es cierto. Nos vemos después entonces.

—    Como sea.

Hansol caminó hasta el estacionamiento donde su motocicleta se encontraba estacionada. La mejor parte del día era cuando se podía largar de ahí. Colocó su maleta en la parte trasera de su motocicleta y se montó a ella. Su hogar no quedaba demasiado lejos, así que llegó en cuestión de nada. Se bajó del vehículo y colgó la maleta en su espalda.

Al entrar a su enorme casa gritó un vago “ya regresé” más por costumbre que por esperar alguna respuesta; es por esto que le sorprendió escuchar la voz de su madre contestar desde la estancia de la casa. Normalmente, a esa hora, la señora Chwe hacía yoga con su cuñada en un club cercano a la zona residencial.

—    Amor, ven un momento, por favor.

Hansol arrastró los pies hasta la estancia y la maleta con todas sus cosas para fútbol cayó al suelo en cuanto se paró en la entrada. Sentado junto a su madre se encontraba lo que podría clasificar como su pesadilla personal, con el estúpido muñeco en el regazo y un vaso de jugo en una mano. A penas sus miradas chocaron, el intruso le sonrió con malicia y victoria.

—    Seungkwannie vino hace un momento. Me ha contado sobre tu proyecto, no sabía que ibas mal en Sociología, amor. Por suerte estás trabajando con alguien tan responsable y lindo como él —el dulce tono de la mujer rubia cambió drásticamente—: más te vale ayudarlo y aprobar, bebé, o habrá consecuencias. —La sonrisa de la mujer volvió y se giró hasta el cantante—, ¿te quedas a comer, querido?

—    Yo… —El chico dejó su vaso de jugo en la mesita de centro.

—    Mamá, tengo que hablar con la prince… con Boo —Hansol tomó del antebrazo al intruso y lo jaló por toda la sala, importándole poco que su “hijo” se quedase botado en un sillón, lo arrastró hasta llegar a las escaleras.

—    Bien, pero la comida ya casi está. No se esfuercen mucho estudiando.

Seungkwan sacudía su brazo para zafarse de los dedos que lo aprisionaban, pero la fuerza que el otro ejercía era demasiado bruta y tosca, lo estaba dañando realmente. Temió por un segundo que aquel animal realmente lo matara, y ese temor incrementó cuando Hansol lo encerró en un cuarto.

—    ¡Si me haces algo gritaré! —Advirtió.

—    Tú —caminó hasta donde el cantante se encontraba, pero por cada paso que daba, Seungkwan retrocedía dos—, ¡tú! —Kwan se topó con el filo de la cama y cayó de espaldas sobre esta, notó entonces que aquel era el cuarto del brabucón—. Tú, pequeña basura, ¡¿me acusaste con mi madre?!

—    No… no me dejaste otra opción —gritó el más bajo, al sentir el peso de Hansol acorralándolo contra el colchón—. Todo hubiera sido más fácil si hubieras aceptado desde un principio… ¡B-Bájate de encima, bestia!

Fue hasta este último momento que el dueño de la casa notó la situación que en su furia había ignorado. Tenía al cantante prácticamente sometido bajo sí, muriéndose de miedo pero con esa expresión petulante y altanera que parecía nunca perder ni aunque estuviese a punto de morir. Se sonrió.

—    ¿Por qué? ¿No te gusto, Seungkwannie?

Notas finales:

Pues muchísimas gracias a todas, todas, todaaas por sus lindos comentarios, saben que les contesto personalmente, pero nunca me cansaré de darles las gracias por todos lados xDD

1) Hoy fue un buen día, de esos que no he tenido en un largo rato... que justo en este momento se esta arruinando... Oquei, ignoren eso. Mente positiva UuU.

2) Sobre lo de la doble actualización, soy de esas pendejas con mala suerte que les llueve sobre mojado (es karma porque soy una mala persona, lo sé): me enfermé horrible del estómago y estuve tumbada en mi cama sin hacer nada, este capítulo ya lo tenía escrito, que si no, les hubiera quedado mal. Pero el chiste es que conciraré lo de las actualizaciones ya que mis exámenes estan empezando... ah... creo que mi buen día se cae cuando recuerdo todo lo que tengo que hacer. En fin UoUr

3) ¿Qué les parecen los capítulos? ¿Qué teorías tienen sobre cada pareja? ¿Qué pareja les gusta más, fuera de su OTP? ¿Qué personaje les gusta más fuera de su bias? Cuéntenmelo todo OwO

Las quiero, les mando un abrazo y un beso. Bais.

PiaPia


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