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~ La Herencia ~ por Mirnest2

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Notas del capitulo:

Segundo capítulo, serán, creo que 5 así que estén pendientes de la siguiente actualización que espero sea durante la próxima semana :)

Ah! y gracias por los reviews ^_^

-CAPÍTULO II –

 

Esta había sido la primera vez que invertía dinero en alguien más que no fuera yo mismo, y no se sentía agradable. Para nada agradable. Jonghyun dijo que se debía a que yo era demasiado egoísta, yo me justifiqué diciéndole que mi egoísmo dolía cuando se extendía en seis cuotas precio contado y sin intereses. Menos mal, porque en serio, hasta yo sentía el dolor de mi tarjeta de crédito cuando era deslizada una y otra vez por las bandas magnéticas como si la estuvieran violando; no quería ni pensar en cómo se reduciría mi cuenta bancaria a fines de mes. Auch.

Traté de ocultarme de la mirada de la gente que poco a poco llenaba el centro comercial; era mediodía y sé que no estaba dando la mejor imagen al arrastrar un carro lleno de cosas de bebé con Jonghyun a mi lado de la misma forma pero más entusiasmado. Me pregunto cuántos pensaron que él era el embarazado y yo el orgulloso papá del año.

De hecho, no faltaron comentarios de ‘¿Cuándo recibirán a su bebé?’ ¡¿En serio pensaban que Jonghyun era mi chico y que ambos esperábamos la llegada de nuestro hijo adoptado como si fuera un jodido paquete de encomienda?! En primer lugar, Jonghyun no se acerca ni un poco a mi tipo ideal de hombre y en segundo lugar, yo no pedí un bebé, me lo impusieron. Al igual que las horas comprando pañales, ropa, una cuna, juguetes, biberones y toda esa mierda de cosas que me hicieron sentir más mujer como nunca antes en mi vida.

-          ¿No te sientes… mejor contigo mismo? – oí a mi amigo hablar mientras metíamos todo en el auto – digo, no sé, como que tu lado femenino se equilibra y te hace sentir más hombre…

Esto debía ser una maldita broma.

-          Hacer algo por alguien más es muy altruista de tu parte Minho, los vendedores decían que comprabas lo mejor de lo mejor, estoy seguro que MinGuk tendrá una buena vida a tu lado

 

-          Semanas… - le interrumpí.

 

-          ¿Eh?

 

-          No es una vida Jonghyun, sino un par de semanas; cuando el abogado de Yuri vuelva, él se hará cargo de MinGuk y yo volveré a mi vida como lo fue antes de que toda esta mierda sucediese

 

-          N-no, no entiendo…

 

-          Acepté hacerme cargo de MinGuk porque tengo un maldito sentimiento de culpa por lo que le pasó a Yuri y porque sé lo jodido que es vivir en un hogar gubernamental, pero cuando todo pase, me libraré de toda responsabilidad

 

-          ¿Qué quieres decir con eso?

 

-          Después de estas semanas, no sentiré remordimientos si MinGuk termina en un hogar de niños, ese es su destino y no el mío; si nadie le adopta, bueno, es lo que debía de ser pero no será mi asunto

 

-          P-pero…

 

¿Por qué mierda insistía tanto? Le miré frunciendo el ceño y Jonghyun no dijo nada más. Se metió en el lado del copiloto esperando por mí. Cuando me subí al auto y mientras conduje hasta mi departamento, él no dijo nada, lo que era más extraño aún.

De nuevo esta sensación de que Jonghyun me ocultaba algo se hizo de mí; no quería pensar que era efectivo, mi amigo es muy idiota y no sabía mentir, pero si lo estaba haciendo, tengo la intuición de que alguien le había enseñado a hacerlo porque lo disimulaba muy bien.

Cuando llegamos a casa y por más que quise evitarlo, el Sr. Park estaba ahí y cuando nos vio cargados de cosas para bebé, me miró sorprendido y conteniendo las ganas que tenía por llenarme de preguntas. Menos mal siempre fui un tipo de pocas palabras y simplemente hice como que nada pasaba; como si la caja con un coche fuera una de condones y la de la cuna plegable una de bombones. Con Jonghyun subimos al ascensor hasta mi piso y metimos las cosas dentro.

Un par de horas después, tenía la habitación de huéspedes con la cuna armada, el coche en un rincón, el clóset lleno de ropa más pequeña que mi ropa interior y una cómoda llena de pañales que ¡Mierda, no tenía ni idea de cómo ponerlos! El baño era otro tema: botellitas azules, talco, crema para coceduras y una bañera plástica que no servía ni para meter mis pies. Y la cocina, con tarros de fórmula instantánea, compotas, biberones y chupetes que desplazaron el espacio que tenía dispuesto para mi alcohol.

Era real, pensé cuando estuvo todo listo. Mi departamento de soltero sexual, ahora era la guarida más homosexual en la que puse un pie en mi vida; ya dije que yo soy gay, pero este sitio era el departamento más maricón y mariposón de todo el puto edificio. Y yo ya podía sentir como mi testosterona se disolvía y mi pene se convertía en una vagina.

¡FELICITACIONES MINHO! Bufé pensando en que de aquí a dos semanas más, era muy factible que terminase usando brasier talla XL para mi nuevo busto. ¡JÁ!

-          Bien, ya está todo listo, ahora me tengo que ir

 

-          ¡Espera, ¿A dónde vas?!

 

-          Tenía una reunión que aplacé para ayudarte, ahora tengo… - dudó Jonghyun mirando su rolex – Veinte minutos para volver a la oficina

 

-          ¡No puedes dejarme solo ahora!

 

-          ¿Por qué no?

-          Tengo que ir a buscar al niño, no sé cómo hacer y una mierda, y tú te vas a ir, ¿Qué pasa si se pone a llorar? ¿Cómo sabré si tiene hambre? ¡Y si se caga, ¿Cómo diablos se pone un pañal?!

 

-          Pregúntale a MinAh

 

-          ¿MinAh…?

 

-          La enfermera quien te va a entregar a MinGuk, ella puede hacer una clase express de todo – dijo poniéndose la chaqueta de su traje mientras yo le seguía hasta la puerta.

 

-          ¡Pero ¿y si no puedo?!

 

-          Minho, escucha… - me habló sosteniéndome de los hombros, en esa postura de hermano mayor que pocas veces usaba a pesar de que sí, Jonghyun era mayor que yo – Por algún motivo Yuri te dejó la tuición de su hijo, por alguna razón ella creía que podrías hacerte cargo de él si le pasaba algo hasta que su abogado le encontrase un hogar definitivo. Si ella lo creyó de ese modo, entonces yo también lo creo. Lo harás bien amigo, solo, confía en ese padre interior que mantienes bien oculto ahí… - puntualizó tocándome con su dedo en medio de mi torso – Ya sabes, cuentas conmigo para lo que necesites

 

-          ¿Incluso si el niño llora en la madrugada?

 

-          No exageres – me cortó abriendo la puerta – Llámame cuando estés con MinGuk, quizás podamos, no sé, venir a verlo

 

-          ¿Venir a verlo? Tú y, ¿Quién más? – pregunté cuando se hizo demasiado obvio que Jonghyun no controló el hecho de que dijo más cosas de las que quería decir - ¿Hyung…?

 

-          Uh, no, nadie más

 

-          Eres pésimo mintiendo, ya dime de una vez, ¿Te estás follando a alguien?

 

-          No todos follamos como tú sin involucrar nada más Minho – intervino algo molesto – Algunas personas disfrutamos de tener citas y conocer a las personas antes de llevarlas a la cama

 

-          Estas jodidamente saliendo con alguien, ¿Cierto?

 

¡Oh, Dios, esto es malditamente bueno!

 

-          Y-yo, yo conocí a alguien

 

-          Conociste a alguien – repetí risueño – y, ese alguien, ¿Lo conozco?

-          No, bueno, creo… - dudó bajando la mirada.

 

-          ¿Es alguien del bufete?

 

-          ¡Por supuesto que no! – lo sabía, habíamos instaurado esa norma de que ninguna persona que trabajase en el bufete tenía vagina o un culo para follar. En ese sitio, éramos todos asexuados.

 

-          Tu masajista, ese chico te miraba el pene sin disimular aquella vez que fuimos por tu cumpleaños…

 

-          ¿Leo? ¡Por Dios, no!

 

-          El chico de la cafetería, ¿SooHyun? Él siempre te regala buñuelos, quizás quiere entregarle su ‘otro’ boñuelo amigo…

 

-          No, no es SooHyun y ya deja de retrasarme, tengo una reunión – dijo caminando por el pasillo hacia el ascensor conmigo lanzándole nombre tras nombre.

 

-          ¡Kevin, el de la tienda de conveniencia cerca de tu casa!

 

-          No

 

-          ¡DongHae!

 

-          ¿El de la estación de servicio?

 

-          ¡La otra vez te cobró 10 dólares menos!

 

-          ¡Eso es porque la máquina estaba descompuesta Minho!

 

-          ¡JokWon!

 

-          Come algo y apresúrate en llegar al hospital, debes traer a MinGuk a casa…

 

-          ¡SungJong, el chico de las encomiendas!

 

-          No te retrases – dijo ignorándome desde el interior del ascensor – Adiós Minho

 

-          ¡DIME A QUIÉN TE FOLLAS!

 

Grité golpeando las puertas cuando se cerraron y Jonghyun finalmente se fue. Quién lo creería, mi amigo saliendo con alguien. Divertido por toda la situación, me reí y sentí alegría por él, después de tanto tiempo solo y un pésimo quiebre años atrás, Jonghyun estaba rehaciendo su vida en compañía de otra persona.

Si era algo serio o no, eso iba a juzgarlo después, como amigos tenemos la estricta política que debemos presentar a las personas con quienes tendremos una relación seria solo para ver si están a la altura del otro. Él ya me había presentado a alguien en el pasado, yo a él, a nadie. Después de todo, ¿Cómo iba a presentarle al chico a quien me culeaba una noche si al otro día no lo vería más?

Como sea, estoy ansioso por conocer al chico que capturó a mi sensible amigo.

Entré otra vez al departamento y el golpe de realidad me abofeteó. ¡Maldición! En un par de horas ya no viviría más solo bajo este techo y ni siquiera había tenido tiempo de hacer una orgía de despedida a mi solitaria vida para darle la bienvenida a quien llenaría estos metros cuadrados de llantos, baba y mucha, mucha caca.

En el dormitorio me puse algo más cómodo, tomé mis documentos y salí con rumbo al hospital. Por segunda vez en menos de veinticuatro horas, estaba dirigiéndome al mismo sitio.

Demoré unos cuántos minutos en llegar al lugar, mirando de reojo a la silla de bebé en la parte de atrás y que solo me recordaba lo complicado que sería todo desde hoy en adelante. Aparqué a Aston y suspiré por última vez deslizando las manos por el manubrio, el tablero y asientos de cuero: pensar que pronto estarán llenos de saliva de bebé me causaba escalofríos.

No pensé más y bajé, caminando a la entrada principal. Eran las 13:30 y MinAh (no debo olvidar su nombre) la enfermera, ya debería estar esperando por mí con el niño. Fui directo al piso en donde estaba la guardería, encontrándome a quien menos quería ver en esa hora de la tarde.

 

-          Señor Choi, por poco creí que había desistido de su responsabilidad

 

-          Señor Asistente social, por poco creí que sería más amable por la mañana pero veo me equivoqué

 

-          Lo soy, solo que ya es de tarde y la amabilidad se disipa con el paso del tiempo – respondió Kibum sonriéndome mordazmente - ¿Viene por MinGukie?

 

-          MinGuk – le corregí avanzando por el pasillo – Sí, vine por él, ¿Está listo?

 

-          Sí, todo está en orden, sígame por favor

 

Caminamos hasta la guardería, en donde había más gente de la que vi la pasada noche. Se sentían llantos y risas de niños, todo con más vida y eso me asustó, ¿Sería MinGuk uno de los niños que lloraba? ¿O de los que reía? Comencé a pensar que realmente todo esto era una pésima idea; estar ahí, cuidar a MinGuk por dos semanas.

-          Entre…

Kibum sostuvo la puerta de la habitación en la que conocí a un MinGuk durmiente la noche anterior. Solo que, ahora el niño estaba despierto y sentado por sí mismo pero ayudado por alguien más en la enorme cama mientras jugaba con no sé qué cosas. Un enfermero se volteó cuando nos sintió entrar y cuando le vi, mi vida de casanova y metrosexual, se fue otra vez a la misma mierda.

-          Señor Choi, ¿Qué, qué hace aquí?

 

-          ¿Ta-Taemin?

 

-          ¿Ustedes se conocen? – preguntó Kibum mirando de uno al otro - ¿Taemin?

 

-          El señor Choi es mi vecino, bueno, vivimos en el mismo edificio

 

-          Ah, ya veo, así que le conoces

 

-          Conocerlo, no exactamente, solo hemos hablado un par de veces, ¿Cierto Señor Choi?

 

-          S-sí, uhm, ¿Dónde está la enfermera MinAh?

 

-          Ella fue llamada a una cirugía de emergencia a mediodía, un trasplante de corazón por lo que estará fuera un par de horas más, yo tomé su lugar – dijo el santurrón como si fuera algo de lo más normal; en su lugar debía estar MinAh, no él ¡Joder! – Leí que venían por MinGukie y arreglé sus cosas, cuando leí su nombre en los documentos pensé que sería una coincidencia, pero verle aquí, cambia mucho las cosas…

 

-          ¿Qué quieres decir con eso?

 

-          No pensé que usted tuviese un hijo Señor Choi

 

-          ¡Está bien, muy bien! – intervino Kibum para mi conveniencia y alivio – creo que ya socializamos lo suficiente; ustedes se conocen y eso está muy bien. Ahora, Minho, toma a MinGuk y yo llevaré sus cosas hasta su auto. Taemin, gracias por todo, puedes volver a tu trabajo…

 

Taemin sonrió incómodo y avanzó hasta mí con MinGuk en sus brazos, ofreciéndomelo como si yo tuviese un cartel con la frase ‘Cargador de bebés’ estampado en la frente. Y notó mi nerviosismo porque me guio en aquel primer contacto físico con el niño.

 

-          Eso, así Señor Choi, sosténgalo contra su torso, deje que acomode la cabeza en su brazo. Bien, muy bien, buen trabajo… - dijo felicitándome, mirándome con cara de no sé qué pero se veía, casi orgulloso de mi – Usted se ve muy bien con MinGuk, ambos romperán varios corazones

 

-          Por MinGuk sí, por Minho, lo dudo

 

Le saqué la lengua a Kibum y dejé que Taemin pusiese el bolso en mi hombro, dejándome listo para volver a casa. Caminé hasta la puerta y avanzamos por el pasillo hasta que de pronto, recordé que no sabía lo que debía de hacer de ahora en adelante.

-          ¿Señor Choi, ocurre algo?

Me quedé de pie frente al ascensor, las puertas abiertas y MinGuk mirándome con sus ojos muy abiertos, como si entendiese el miedo que me envolvía.

 

-          ¿Señor Choi? – insistió Taemin, buscando mi mirada - ¿Qué pasa?

 

-          Y-yo, yo no… - titubeé realmente asustado – Yo no sé qué debo hacer ahora

 

Kibum bufó y rodó los ojos, Taemin sonrió como si yo fuera un niño de cinco años, ¿Por qué mierda actuaba así?

 

-          Debes empezar a ser un padre, ya hablamos de eso, no te puedes arrepentir

 

-          ¿Acaso tú tienes mucha experiencia? Dime, ¿Cuántas veces te han llamado para que críes a un niño y sin saber cómo hacerlo? – le desafié, ya me estaba cansando de su actitud de sabelotodo sin siquiera ser capaz de ponerse en mi lugar – Lo supuse… - añadí cuando Kibum no respondió nada – No trates de decirme qué hacer porque se nota que no sabes más de lo que yo sé, así que guárdate tus jodidos comentarios

 

-          Señores, por favor…

 

La voz sutil de Taemin me distrajo pero más lo hizo los quejidos que MinGuk en mis brazos, sus manitos moviéndose y su boca en un puchero que era el anticipo de su primera rabieta conmigo. ¡Dios, ni siquiera llevaba un minuto a solas con él y el niño ya iba a llorar; me odiaba!

-          Señor Choi, si quiere, puedo enseñarle un par de cosas – dijo mi santurrón vecino con sus mejillas coloradas – Soy enfermero en pediatría y bueno, sé cómo lidiar con un bebé, puedo acompañarle y darle algunos consejos para su primera noche con MinGuk

 

-          No puedes salir del trabajo para irte Taemin

 

-          Hoy es mi día libre – le habló a Kibum – Estaba de descanso, MinAh me llamó y vine porque le debía un favor, por eso estoy aquí…

 

-          Viniste en tu día libre, ¿Solo por MinGuk?

 

-          S-sí, yo, yo en verdad amo mucho a los niños…

 

¡Jodida mierda! Si había algo más condenadamente dulce y al mismo tiempo sexy que ver a mi vecino sonrojarse al admitir que había ido al hospital en su día libre solo porque MinAh no podía preparar MinGuk y esperar por mí, entonces no sé qué podría ser pero mi pene saltó del entusiasmo al imaginarme a Taemin en mi departamento mientras mudaba a MinGuk y yo me lo follaba por detrás.

¡Ya Minho, cálmate! Suspiré cerrando los ojos, notando lo incómodo que se sentía mi ropa interior apretando mi ingle. Esta aura de inocencia y servicialidad de Taemin, había causado estragos en mi lado salvaje y no, con un bebé en brazos, no es apropiado dejarlo de lado para darle riendas sueltas a mis necesidades básicas.

 

-          N-no lo sé Taemin, tu trabajo – habló Kibum.

 

-          Vivimos en el mismo edificio, soy la persona más cercana con la que cuenta y que conoce de las necesidad de un bebé, en especial de MinGuk – dijo Taemin – Podré estar en caso de cualquier emergencia y no interferirá con mi trabajo, eso, si es que el Señor Choi lo encuentra apropiado…

 

Tener que verlo no es apropiado. Que me ayude, sí lo es. Que hable de ese modo tan dulce y sexy no es apropiado. Que verle en su traje de enfermero ponga mi pene duro si es apropiado, no he tenido sexo en casi un día y eso es demasiado tiempo. Que sea el tipo que me ayudará si tengo problemas con MinGuk no es apropiado porque hay una cosa formal, un límite y ya puedo ver que Kibum piensa que terminaré follándome al chico.

No. No me lo follaré pero sí, aceptaré su ayuda.

 

-          Solo, dime qué debo hacer cuando llegue a casa y cómo hacerlo – hablé manteniendo la distancia – Eso será suficiente por el momento

 

-          ¿Señor Kim?

 

-          Encuentro que está bien – afirmó el rubio cuando Taemin quiso su opinión – Eres del hospital y conozco tu trabajo, sé que MinGuk estará en buenas manos contigo si ocurre una emergencia, sin ofender – dijo mirándome.

 

-          Bien, ¿Nos vamos?

 

Taemin se disculpó, diciendo que se encontraría con nosotros en el primer piso mientras iba a buscar sus cosas personales. Kibum me acompañó en el camino a los estacionamientos. Puse a MinGuk en su silla y él se encargó de ajustar las correas del bebé, enseñándome cómo hacerlo en el proceso.

 

-          Ten, mi tarjeta, si necesitas algo puedes llamarme ahí – recibí su tarjeta con el número de contacto, mirándole con escepticismo - ¡Oye! Sé que partimos mal pero, tenías razón, no puedo ponerme en tus zapatos, ya con cuidar a MinGukie estas dos semanas dice mucho de ti y, ayudas demasiado en lo que viene por delante

-          ¿Es tu forma de disculparte conmigo por haber sido tan imbécil?

 

-          Si lo quieres ver de ese modo – sonrió coqueto; ¡Oops, polla loca de nuevo atacando! – Gracias por hacer esto Minho

 

-          No lo hago por ti, ni por el bebé – admití – Lamento que Yuri haya muerto y, bueno, ella siempre fue buena persona y amiga conmigo…

 

-          Lo sé, conmigo también

 

-          Estaremos bien y, supongo que nos veremos en dos semanas más

 

-          S-sí – dudó sonriendo algo incómodo – Ahí viene Taemin, trátalo bien por favor y descártalo de tu lista de amantes…

 

-          Lo descarté hace tiempo, no es para nada mi tipo, ¿Olvidaste que vivimos en el mismo edificio? Además habla demasiado, es cansador…

 

-          Solo, sé amable

 

-          Sí mamá – bromeé viendo a Kibum alejarse, pensando en que quizás, si le hubiese conocido en otras circunstancias, tal vez, habríamos sido buenos amigos; quién sabe.

 

Taemin se despidió de Kibum cuando pasó a su lado y se acercó caminando con una flamante sonrisa; ¿Qué mi polla ahora tenía vida propia? Me volteé para ajustármela y le enfrenté de nuevo, se había puesto unos pantalones de jean y una sudadera azul, luciendo sus delgadas piernas y culo respingón.

 

-          Estoy listo – dijo mostrándome la mochila con sus cosas - ¿Nos vamos?

 

-          Vamos

 

Abrí la puerta del copiloto para Taemin y esperé a que se acomodara. Rodeé a Aston y subí en él, notando la sonrisa en mi acompañante. Giré hacia atrás y MinGuk dormía placenteramente en su nueva sillita, acurrucado con una manta que apretaba en sus muñones de bebé. Era, en realidad, muy lindo.

Taemin me sonrió y me hizo una mueca silenciosa y no, no quería despertar al niño. El rugido del motor pasó la prueba y MinGuk no despertó. Conduje en calma de regreso a casa, llamando por teléfono al bufete para gestionar unas improvisadas vacaciones por esas dos semanas. Mis colegas reclamaron y mi asistente se volvió loca porque sabía que los clientes no estarían contentos con la noticia de mi descanso.

Logré aplazar algunos casos, otros en cambio, debería atenderlos al unísono mientras criaba a MinGuk pero, no podía hacer más. Quizás entretenerlo en el día para trabajar en la noche sonaba como el mejor plan por hacer ahora mismo.

A los minutos llegamos al edificio y dejé que Taemin se hiciese cargo de MinGuk que ya había despertado. Yo tomé la bolsa de bebé y caminé tras ellos, ignorando completamente al Sr. Park que se deshacía en preguntar qué mierda era lo que estaba pasando. Esa mañana me vio llegar con cosas para bebé y ahora me ve con el bebé en vivo y en directo, siendo cargado por mi odioso vecino santurrón y yo tras él como si fuera el papá.

Mierda. Sí soy el papá. Gruñí por lo bajo cuando entramos en el ascensor y al cabo de un rato nos bajamos en mi piso, unos cuántos más arriba que el de Taemin.

Abrí la puerta y les hice pasar, oyendo el ‘Wow’ por parte de mi vecino cuando entró en el departamento.

 

-          ¡Vaya, es… sensacional! – exclamó mirando todo a su alrededor – Usted, tiene un departamento muy genial, amplio y moderno

 

-          Gracias, supongo

 

-          El mío solo es la mitad que este pero me sirve – dijo recorriendo la sala, la cocina y el amplio comedor que nunca antes usé – Es muy elegante debe ser, carísimo vivir aquí

 

-          Está bien. Es por aquí…

 

Corté la conversación y le guie por el pasillo hasta la habitación de invitados en donde tenía preparadas las cosas de MinGuk. Ahí fue otro ‘Wow’ que oí por parte de Taemin y más alabanzas por lo que invertí en cosas de primera calidad, según él, yo no tenía ni idea. Que esto era de esta marca y que eran cosas eternas, que la ropa era muy linda y adorable, que la fórmula de bebé era la mejor clínicamente comprobada y bla, bla, bla. En mis adentros suspiré, la parte de ‘Preparar una casa para MinGuk’ había pasado la prueba de un experto y me dejaba tranquilo.

Ahora venía la parte de ‘Qué debo hacer’.

Taemin pareció leer mi pensamiento porque se inclinó en la cuna y dejó ahí a MinGuk, arropándolo con su nueva mantita y poniéndole un chupete en su boca, el cual succionó automáticamente, cerrando lentamente los ojos otra vez. Ambos nos quedamos mirándole hasta que se durmió como si no sospechase que estaba en su nueva y provisoria casa. Si criar al niño iba a ser así, entonces estas dos semanas pasarían más rápido de lo que creí.

 

-          Es mejor que hablemos en la sala – me susurró saliendo primero.

 

En el comedor se sentó, esperando por el té que me había pedido. Dejé la taza frente a él y me acomodé, atento a lo que tenía por decirme, la botella de cerveza dando vueltas entre mis dedos.

 

-          Los bebés de la edad de MinGuk, comen cada 2 o tres horas al día, y el resto del tiempo lo duermen, es muy poco lo que permanecen despiertos; la fórmula es simple por hacer solo tienes que tener un biberón de…

 

Y de ahí en adelante, activé el modo ‘sordera’ automática. Pero es que, toda la información que Taemin decía, con tanta seguridad y certeza, me empezaron a marear y luego estaba yo, sentado frente a él con una hoja que no sé de dónde vino, anotando todo como si fuera un jodido adolescente en la sala de clases.

Anoté horarios, los que según Taemin eran primordiales que le inculcase a MinGuk porque eso lo acostumbraría a comer cuando debía hacerlo y dormir las horas que necesitaba dormir, y los que además me servirían a mí para saber mis tiempos libres mientras el niño dormía. También un instructivo de cómo colocar un pañal, cómo notar cuándo había que cambiarlos, la temperatura del agua y el biberón, el uso de la crema para las coceduras, del talco y que las banditas van hacia adelante y no hacia atrás como la mayoría de los padres primerizos hacen cuando colocan su primer pañal. Anoté también qué cosas debía hacer y cuáles no: agitarlo después de comer, fue un gran no. Ponerle su chupete si lloraba, un gran sí, eso podría calmarlo. Si seguía llorando, hablarle pausadamente. Si eso no funcionaba, colocarlo en el coche, debía evitar tomarlo en brazos porque si dejaba de llorar con eso, era porque me estaba manipulado, ¡Y no Señor, Choi Minho no iba a ser manipulado por un bebé!

Y así un sinfín de cosas más que estaba seguro, seguirían aumentando porque solo era mi primer día con MinGuk y yo debía poner a prueba todo.

 

-          55562894 – dijo Taemin de pronto, atrayéndome a la realidad.

 

-          ¿Qué es eso?

 

-          Mi teléfono móvil – murmuró avergonzado – Si necesita ayuda, solo llámeme, si estoy en casa vendré pero si no, podré guiarle en lo que necesite y luego vendré a asistirle

 

-          Y-yo, no sé

 

-          No lo piense tanto, cuidar niños es parte de mi trabajo y claramente usted no tiene idea de cómo hacerlo. No lo hago por usted, sino por el niño

 

-          ¿Kibum te dijo algo de mí?

Él se rio, incorporándose de la silla, lo que confirmó mi teoría.

 

-          Le oí comentar algo al teléfono cuando pasé por su oficina y me presenté en lugar de MinAh – confesó – No lo conozco lo suficiente pero, si está haciendo esto por MinGuk, significa que el Señor Kim está equivocado

 

-          ¿Qué quieres decir con eso?

 

-          Que usted no es tan mala persona como él cree…

 

Taemin se inclinó y abrió la puerta para irse, dejándome en el umbral viéndolo alejarse hasta el ascensor y con mis ojos siguiendo el vaivén de su hermoso culo: de allá para acá, de aquí para allá. Hermoso. Entré de nuevo, ojeé la hoja con todas sus indicaciones y suspiré, esperando al momento en que tuviese que poner a prueba todo.

Lo que no demoró mucho tiempo, el intercomunicador que estaba en la sala, encendió sus luces cuando oí leves quejidos por parte del que estaba en la habitación de MinGuk. Fui al cuarto y entré en silencio, viéndolo moverse mientras se quejaba para luego suspirar y seguir durmiendo. Ni notó que estaba ahí, ya llevaba más de una hora durmiendo y eso era todo un récord para mí porque era una hora sin tener que tocar su pequeño cuerpo ni nada de eso.

‘Cada rato libre que tenga, aproveche de preparar un biberón y de hacer sus cosas porque cuando MinGuk despierte, lo consumirá hasta que se duerma de nuevo…’ recordé lo que Taemin había mencionado y volví hasta la cocina. Ahí usé su instructivo y preparé cuatro biberones con fórmula para bebés, dejándolos listos para colocar el agua tibia y dárselos si le daba hambre.

Como era de tarde y no había almorzado aún, llamé para pedir una pizza, me tomé dos cervezas y encendí el televisor, olvidando que la última vez que lo había usado, lo había dejado a todo volumen en un canal para adultos porque sí, de vez en cuando me masturbaba viendo una que otra película. Gemidos llenaron la sala y como siempre, el puto control remoto se estaba escondiendo de mí. De inmediato los quejidos de MinGuk se transformaron en un llanto estrepitoso que me puso más nervioso, mientras el tipo se la metía a otro en el televisor y yo buscaba el remoto, evitando mirar la escena que se ponía interesante.

¡¿Dónde mierda está el control?! Grité en mi mente, buscando por todas partes, MinGuk lloraba a lo lejos y ahora el activo se estaba corriendo en la boca del otro que, para mi pesar, se parecía muchísimo a Taemin. ¡Mierda! Me golpeé el pie con la mesa. Olvidé el control y apagué el televisor por un costado, notando que MinGuk no solo lloraba sino que gritaba a todo pulmón, ¿Cómo mierda lo hacía?

Fui a su habitación y estaba rojo por el esfuerzo, movía sus manitos y pies, sus lágrimas mojaban su cara y el chupete estaba al otro extremo de él. Lo tomé y se lo puse, pero él lo rechazó, ¿Qué tenía que hacer ahora? ¡Ah sí! Me incliné en la cuna y lo sostuve en mis brazos y de inmediato se calmó, ¡Ajá, soy un jodido genio! Sonreí y MinGuk me miró, haciendo un puchero de lo más tierno. Tomé de nuevo su chupete y se lo puse, y él lo removió, dándome el tiempo que necesitaba para prepararle un biberón.

El timbre sonó de mi camino a la sala y al atender la puerta, vi al repartidor de pizza. El tipo me vio con cara rara y no le dije nada, le pagué y lo mandé a la mierda después de cerrarle la puerta.

Con lo pequeño que era MinGuk, podía fácilmente tenerlo con un brazo mientras con la mano libre calentaba agua para su leche y entonces, noté que la había cagado por completo. Hice, exactamente lo que no debía hacer; lo tomé en brazos como primera arma de tranquilización y ahora le preparo un biberón ignorando que quizás el niño necesita que cambie su pañal. ¡Maldición!

Fuimos a mi cuarto y le dejé sobre la cama, ¿Se movería si iba al cuarto contiguo y traía las cosas para mudarlo? Lo puse a prueba y corrí a la otra habitación. Cuando volví, MinGuk seguía en el mismo sitio.

-          Bien amiguito, veamos si tienes algo para mí

Le quité la parte inferior de su trajecito, las panties, los soquetes y me encontré con un par de gordas piernecitas y un pañal; el primero que veía puesto en ‘su sitio’. Abrí las pegatinas como Taemin me había enseñado, lo abrí y ¡SANTO DIOS! Vi lo más asqueroso de toda la tierra. Sí, MinGuk necesitaba ser mudado porque la plasta de color café marrón verdoso amarillo que vi, y que manchaba su trasero, sus pequeñas bolitas y penecito, en el puro olor, se clasificaba como cianuro radioactivo. Si es que existía.

Arrugué la nariz por el maldito olor, y el bebé se rio, ¡Se rio!

-          ¿Te causa gracia que tu mierda huela jodidamente como el demonio? – le hablé, haciéndolo reír de nuevo – sí claro, soy yo quien debe limpiar tu culo ahora…

No sé si yo tenía cara de payaso, pero MinGuk volvió a reír, esta vez, mojándome con un chorro parabólico de su orina, que cayó justo en mi polera, cuello y mentón. Y cuando me meó lo suficiente, se puso a llorar de nuevo, ¡Él me meó, debería ser yo quien esté llorando!

Grité quitándome la polera asqueado, secándome como pude mientras el niño lloraba más y más. Con prisa le quité el pañal cagado, el que cayó boca abajo en el edredón blanco de la cama mientras yo iba con MinGuk lo más lejos de mi cuerpo que podía hasta el baño. Ahí abrí la ducha, sintiendo su pipí en la comisura de mi boca. No lo pensé tanto y me metí con él en mis brazos, mojándonos a ambos: yo limpiándome de su pipí y a él de su mierda.

Él seguía llorando, quizás porque el chorro era muy fuerte, así que lo aparté y fui quitándole como pude, la ropa mojada. Después me desnudé y nos limpié a ambos. Ya limpios corté el agua y lo envolví en una toalla, para luego ponerme otra en la cintura.

-          Ya compañero, lo sé, la jodí pero ya tienes el culo limpio, deja de llorar – le hablé pausadamente como Taemin me había dicho que lo hiciera. Lo acuné en mi torso y ahí le sentí suspirar. Había dejado de llorar.

Con mi cuerpo mojado fui a su cuarto, le elegí un pijama ridículo que Jonghyun compró y lo llevé a mi habitación. El edredón cagado voló lejos a un rincón. Deje a MinGuk en la cama, parecía un wantán chino envuelto en su toalla. Lo sequé y puse el pañal con éxito. Sí, con las banditas hacia adelante. Lo vestí y dejé acomodado entre mis almohadas con su chupete mientras iba por ropa para mí. De reojo lo miraba, observándome en silencio desde su sitio, como si supiese qué estaba haciendo o bien, quién era yo.

Ya vestido, me senté en el borde de la cama a su lado, mirándolo desde arriba y en un impulso, lo toqué. No como lo había hecho hasta ese entonces sino, le acaricié. Delineé sus mejillas gorditas y su mentón. Él cerró los ojos, como si le gustase mi gesto y suspiró, mirándome con los ojos más grandes y hermosos de la vida.

Y pensé en Yuri.

-          Yo,  en verdad quise mucho a tu madre… - le hablé sincerándome con él – Ella era una increíble mujer, una gran amiga. Creo, que si yo no fuese gay, me habría casado con ella y, quien sabe, tú ahora hubieras sido mi hijo de verdad y ella, y ella quizás estaría viva…

MinGuk lloriqueó.

-          Lamento que hayas perdido a tu mami amiguito – dije tomándolo en brazos, acunándolo en mi torso, sintiendo lo que él sentiría cuando fuese más grande y supiese la verdad de la muerte de su mamá. Yo sabía cómo era tener la edad suficiente para saber que tus padres te dejaron solo en el mundo y de cierto modo, MinGuk iba a compartir ese dolor conmigo más adelante. Sentí pena por él pero al mismo tiempo, me sentí conforme porque al menos yo estaba aquí con él – Te cuidaré lo mejor que pueda, verás que tendrás una familia y crecerás feliz. Te lo prometo…

Sé que me creyó, porque su incipiente llanto se calmó y permaneció en mis brazos, mirándome atento. Le sonreí y fuimos juntos a la cocina, donde la pizza me esperaba. Le hice un biberón y estando listo, fui a buscar el cochecito. Lo puse ahí y ubiqué a mi lado en la mesa. Él bebió su biberón por sí mismo, algo muy impresionante por cierto considerando lo pequeño que es, y yo comí toda la pizza con otra cerveza más.

Satisfecho eructé y tomé a MinGuk para hacerlo eructar como Taemin había indicado en su papel, ¡Y vaya sí que lo hizo con ganas! Limpios y con nuestros estómagos con alimento como todo hombre merece estarlo, nos acomodamos en la sala a ver la televisión. No, no se asusten, no le puse el canal pornográfico sino que hice un zapping hasta que me detuve en una mierda de canal maternal donde daban datos para el cuidado de los hijos.

Y ¡qué mierda! Todo era de ayuda ahora. Lo comentamos todo, MinGuk reía si algo le gustaba o se quejaba cuando algo no. O al menos, eso quise creer para no darme cuenta que estaba hablándole a un bebé de cuatro meses. En fin, al rato, MinGuk dormía en mi regazo y con el anochecer asomándose, la verdad es que yo también necesitaba dormir.

Tomé al hombrecito que rezongó y caminé con él hasta mi habitación. Tiré el edredón cagado al pasillo y lo recosté en medio de la cama. Me quité la ropa y acomodé a su lado, bajo las sábanas, con su pequeño y cansado cuerpo descansando. Durmiéndose minutos antes de que yo también lo hiciese.

 

Desperté con un llanto estrepitoso retumbando en mis oídos. Abrí los ojos, era aún de noche o madrugada, qué sé yo, solo volteé para ver a MinGuk llorar; sus ojos estaban hinchados, hipaba y estaba corto de respiración. ¡Mierda! No quiero ni pensar cuánto rato lleva de ese modo. Le puse el chupete pero él lo devolvió, lo intenté de nuevo y nuevamente lo rechazó.

Lo tomé en brazos, alzándolo un poco para oler su pañal pero, no había más caca del infierno, parecía limpio.

-          Ya amiguito, tienes hambre, lo sé…

Me respondió con un grito desgarrador y de nuevo el miedo me puso nervioso. Casi tropecé cuando caminé con él hasta la cocina. Esperé impaciente mientras hervía el agua para hacerle el biberón. Lo enfríe, meciendo a MinGuk en mis brazos, hablándole lo más tierno que pude, obviamente fallando en el intento porque eso lo hizo llorar incluso más. Testeé la leche y cuando estaba lista, se la puse en su boca pero, otra vez se puso quisquilloso y volteó la cara.

-          Hey, es leche, ¡Yummy, muy deliciosa! – le dije probando la fórmula y en verdad, ¿Cómo mierda podía tomar esto? ¡Era basura! – sí, sabe como el demonio, no te culpo compañero pero, debes tomarla, aquí, abre tu boca

MinGuk gritó de nuevo, más fuerte y moviendo sus manitos con desenfreno. Dejé el biberón a un lado y le toqué, ¡Maldición! Ardía al tacto y entonces, la posibilidad de que estuviese enfermo cruzó mi cabeza.

Busqué la lista de cosas que Taemin dejó para mí, pero no había ningún instructivo sobre lo que debía hacer si MinGuk se enfermaba. Creo que tengo pésima suerte porque en mi primer día con él, ya había hecho que el niño se enfermase. Ahora entendí que los bebés no solo lloraban cuando tenían hambre, sueño o se cagaban, sino que también lo hacían cuando se sentían mal.

¿Qué debía hacer? No podía llamar a Kibum por más que me hubiese ofrecido su ayuda, tampoco a Jonghyun. La única persona en mi lista era Taemin pero, ¿Cómo iba a llamarlo si me había dejado hace un par de horas? ¡Eso solo comprobaba mi inutilidad y mi orgullo era demasiado grande como para actuar como una damisela!

¡Ya Minho, concéntrate, eres un hombre adulto y MinGuk un bebé, no puede ganarte, no puede! A quién quiero engañar.

Caminé con MinGuk en mis brazos, canté cosas que inventé, le hablé, le susurré, ¡Mierda, ahora era yo quién quería llorar con él! pero era inútil. Le había puesto una toalla de manos mojada en la cabeza pero no servía, él seguía igual de caliente y llorando con más dolor.

Mandé mi orgullo a pasear a Tombuctú y arropé a MinGuk contra mi cuerpo cuando salí del departamento y trataba de acallar su llanto en mi camino al ascensor. Cinco pisos más abajo bajé, sí, MinGuk todavía lloraba y yo solo me hice el sordo hasta que llegué al departamento que sería mi salvación. Toqué el timbre y esperé.

Y esperé, toqué el timbre de nuevo, MinGuk lloraba, toqué el timbre, esperé y ¡Pam! La puerta se abrió pero, esta persona no era a quien estaba buscando.

-          ¿Quién mierda eres?

Miré al tipo, no era el hermano de Taemin, estaba seguro que no lo era porque no se parecían en nada.

-          ¿Quién mierda eres tú?

 

-          Soy JongIn – dijo, acomodándose en la puerta para lucir sus músculos perfectos y una sonrisa satisfecha que estoy seguro, decía post-sexo por todas partes - ¿Y quién mierda es el que llora?

-          Este es MinGuk, tu peor pesadilla – sonreí acercándole al bebé, cosa que le causó repulsión y le hizo retroceder un par de pasos al muy exagerado – Busco a Taemin, es urgente

 

-          Él está durmiendo, mejor vuelve por la mañana

 

-          Dije que es urgente – insistí poniendo un pie adentro cuando quiso cerrarme la puerta – Soy su vecino del piso 17, dile que necesito su ayuda, él sabrá quién soy

 

-          Ya te dije, Taeminie está durmiendo, muy cansado y complacido, no necesita que lo molestes con, esa cosa…

 

-          Esta cosa es un bebé enfermo y Taemin un enfermero, ahora… - añadí entrando al departamento contra su voluntad – despiértalo y dile que venga

 

-          Oye, no me importa que

 

-          ¿Señor Choi?

 

¡Mi salvador! Sonreí cuando oí la voz de Taemin salir por el pasillo, usando un pantalón de pijama y acomodándose la parte superior. Sí, le vi el ombligo y su camino a la ‘felicidad’.

 

-          ¡Taemin! MinGuk está enfermo, despertó llorando y no he podido calmarlo desde entonces

 

-          ¿Ustedes se conocen?

 

-          ¿Qué pasó? – dijo el santurrón olvidando la ropa que usaba para venir hasta nosotros y tomar al bebé, comprobando lo que le decía - ¡Dios, arde en fiebre! ¿Cómo sucedió?

 

Él caminó hasta su cuarto, yo fui detrás mirando su departamento (muy limpio por cierto) con el otro tipo pisándome los talones y preguntando cosas que Taemin no respondió. Entramos en su habitación, la cama estaba desarmada y la ropa tirada en el piso. Sí, este chico había tenido sexo.

Cerró la puerta dejando al otro tipo afuera, acostó a MinGuk en la cama y le quitó su pijama, tocándole el cuerpo, inspeccionándolo mientras le susurraba con la ternura que obviamente yo no tenía, porque el niño apaciguó su llanto y solo se quejaba bajito, como si supiera que con Taemin no debía llorar y conmigo sí, ¡Pf!

-          Eso es bebé, sé que te duele…

 

-          ¿Está bien?

 

-          Tiene un poco inflamado los ganglios, si no lo tratamos esto podría volverse un resfrío pero no creo que sea tan grave, ¿Cómo ocurrió? Cuando dejó el hospital estaba bien

 

-          Y-yo, no lo sé, estaba bien cuando te fuiste

 

-          Dígame todo

 

-          Despertó, le cambié el pañal pero me meó, nos duchamos juntos, lo vestí, le di su biberón y después se durmió hasta ahora que despertó llorando – le conté mirándolo ir a un clóset y sacar un maletín. Tomó un estetoscopio, lo puso en su pechito y luego ubicó un termómetro digital bajo su brazo.

 

-          ¿Le secó el pelo?

 

-          ¿Cómo…?

 

-          Cuando lo vistió, ¿Secó el pelo de MinGuk?

 

Mierda.

 

-          Y-yo, yo, lo olvidé…

 

Taemin sonrió. Era eso, había olvidado secarle el pelito y la humedad causó su malestar ahora. No podía sentirme aliviado, al contrario, por mi culpa MinGuk lloraba y sufría por la fiebre.

-          Oiga Señor Choi… - escuché que me dijo – Esto es más normal de lo que cree. No se sienta culpable, no podía saber que MinGuk se enfermaría

 

-          Es un bebé, debí suponerlo

 

-          Y usted, ¿Cuánta experiencia tiene con bebés?

 

Entendí su punto y le sonreí de regreso, más aliviado.

 

-          ¿Qué pasará ahora?

 

-          Le daré un supositorio y estará mejor. La medicación le hará dormir y con suerte, mañana ya estará mejor. Solo nos quedaría esperar a que no haya formado el virus y es muy probable que no lo haya hecho

 

-          Bien… - suspiré, sintiendo un enorme peso dejarme - ¿Qué es un supositorio?

 

Taemin rio de nuevo, mostrándome una pequeña cápsula ovoide y alargada.

-          Esto – me enseñó.

-          ¿Cómo se supone que MinGuk se tomará eso?

 

-          No lo hará porque se la pondré por el trasero

 

-          ¡¿Qué?!

 

-          Verá Señor Choi, no tengo la facultad de tener medicamentos intravenosos en casa, solo este tipo de cosas que cualquiera puede comprar en una farmacia – habló mientras desvestía aún más al bebé y le liberaba de su pañal, felicitándome por habérselo puesto bien en el proceso – Y esta, es la mejor forma de medicar a Mingukie

 

-          ¡Hey, espera! No le vas a meter eso por el culo

 

-          Créame que seré muy sutil, ni lo sentirá

 

-          Pe-pero, pero es que…

 

-          Es solo una cápsula blanda – insistió colocando a MinGuk boca abajo, quien lloriqueó y luego liberó un llanto cuando el supositorio se perdió entre sus pequeñas nalgas, dándome a pensar que sí, Taemin tenía experiencia metiendo cosas por el culo; ¿Habría aprendido con un consolador? ¿Plugs anales, tal vez?

 

¡Wow, allá va mi pene despertando otra vez en los momentos más inoportunos! Me moví incómodo, vistiendo a MinGuk para tomarlo en brazos. Ya estaba más calmado pero sus ojos brillaban con las lágrimas que había derramado. Trató de tocar sus ojos con sus manitos, tenía sueño, no necesitaba ser experto para saber eso.

-          Escucha Taemin, lamento haberte, interrumpido – me disculpé apuntando a lo que él estaba haciendo minutos antes de que yo llegase – Tu novio no se veía muy contento

 

-          Él, él no… la verdad es que no

 

-          Está bien, no necesitas explicarme nada, gracias por tu ayuda, MinGukie te lo agradece también

 

-          Es un hermoso bebé – dijo acercándose a nosotros, acariciándole con sumo cuidado, tan cerca, que el aroma de su cabello llenó mis fosas nasales – Si necesita algo más, por favor, tan solo venga, estaré aquí para usted

 

‘Estaré aquí para usted’, ¿Qué mierda me pasaba? Quizás mi necesidad básica de aparearme estaba causando estragos porque de nuevo me sentí duro y con unas ganas enormes de empalarme en el culo bonito de mi vecino hasta hacerlo gritar. Y su mirada no ayudaba en nada; ojos marrones, enormes y brillantes, pestañas bailando para mí, su sonrisa abultada, ¡Joder Minho, él está prohibido! Me recordé, tosiendo incómodo y alejándome un par de pasos.

-          Bi-bien, es mejor que nos vayamos

 

-          Si quiere, puedo ir a chequear a MinGuk por la mañana

 

-          Pienso que sería mejor llevarlo a la clínica

 

-          Sí pero, ¿Para qué hacerlo si puedo revisarlo yo? – insistió sonrojándose - Digo, podría evitarle el trámite de tener que salir, además, sacarlo cuando está resfriado, no es la mejor idea

 

-          Sí, supongo tienes razón. Entonces, ¿Te espero a primera hora?

 

-          Llámeme apenas él despierte

 

-          ¿Qué hay de tu trabajo?

 

-          No se preocupe por eso, puedo estar disponible para MinGuk también

 

-          No quiero traerte problemas

 

-          No lo hará, considérelo, una ayuda entre vecinos

Y justo ahora era yo quien necesitaba de la ayuda entre vecinos. Si entienden lo que quiero decir. Jé. Le agradecí a Taemin cuando salimos del cuarto  fuimos hasta la sala donde el tipo JongIn estaba viendo la televisión.

-          ¿Todo bien bebé?

Así que es cierto que es el machote del santurrón. Vi cómo se le acercó, rodeando a Taemin por los hombros y cómo él se incomodaba; mi vecino al parecer era del tipo tímido. Él no dijo nada, solo se dejó estar y me acompañó hasta la puerta.

MinGuk dormía plácidamente en mis brazos y prometía hacerlo por lo menos unas ocho horas más que era lo que duraba el efecto del fármaco. Taemin se nos acercó, acompañándonos hasta el ascensor.

-          MinGuk es un bebé sensacional

 

-          Tú igual – escupí poniéndolo a prueba.

 

-          ¿Pe-perdón…?

 

-          MinGuk es mi bebé y tú, pareces que eres el de alguien más – le dije sin poder evitar sonreír, viéndole fruncir el ceño bastante incómodo – Lo siento, no debí…

 

-          No, no debió

 

-          ¿Cómo dices?

-          Escuche Señor Choi, sé lo que piensa de mí; sé que cree que soy odioso, hablador y un niño mimado – bueno, sí, le había apuntado a la idea general que yo tenía de él – No necesita decir lo contrario

Bueno, ¿qué podía decir?

-          Usted es del tipo de persona que solo vive para sí mismo, todos en el edificio lo saben; es un casanovas, un hombre que mueve un dedo y todos caen a sus pies. Así que, por favor, no piense que yo caeré en su juego…

 

-          ¿A qué te refieres?

 

-          Sé que se ha aguantado por decirme alguna que otra broma o burlarse de mí; ¿la vez que nos conocimos? ¿la noche pasada en el ascensor después de mi fiesta…? Yo soy una persona inteligente, me relaciono diariamente con gente en mi trabajo y sé reconocer cada tipo

 

Wow, esperen, ¿Me estaba dando una lección?

-          Ta-Taemin, yo…

 

-          Si usted pudiese, dejaría a MinGukie por su propia cuenta y no sentiría culpa. Quizás aceptó hacerse cargo de él por la relación que haya tenido con su madre, quién sabe pero, yo sé lo que pasará después…

 

-          ¿Y qué será…?

 

-          Lo abandonará

 

-          N-no, no puedes saberlo

 

-          Lo sé, estoy seguro, después de todo, MinGuk no es el primer bebé que sus padres dejan botado

Me dejó sin palabras. Literalmente. Me quedé de pie en frente a las puertas abiertas del ascensor tan petrificado, que no pude responderle nada ni despedirme cuando él lo hizo. Este Taemin, el que ahora se iba tan altivo, era una persona completamente diferente. Minutos antes había sido tan tierno, servicial e incluso sexy y, ahora, era alguien orgulloso, defensor del universo y sí, seguía siendo malditamente sexy.

Incluso más que antes.

¿A qué venía todo esto? ¿Cuál era la razón de su ataque, mi inofensiva bromita? O sea, ¡Vamos! Debe tener un poco de capacidad para reírse de sí mismo si ya sabe que es un nerd de primera. Bufé, le miré el trasero una última vez y me metí en el ascensor.

MinGuk se removió en mis brazos, quejándose bajito para seguir durmiendo con una de sus manitos empuñada en mi polera. Sonreí y se me olvidó lo demás; verle más aliviado, tranquilo y descansando plácidamente calmó mis nervios, ¿Se imaginan esto terminaba en algo peor? Y ahí, de nuevo pensé en Taemin; en que si no lo tuviese viviendo unos cuántos pisos más abajo que yo, probablemente no hubiese sabido que el pequeñín estaba enfermo porque no le sequé las pelusitas que tiene po cabello.

Me salvó el culo. Nos salvó, no podía negarlo.

Llegamos al departamento y llevé al hombrecito a su pieza, le revisé el pañal (que por suerte estaba limpio), lo acosté en su cuna y lo arropé. Si tenía suerte, mañana amanecería mejor.

 

-          Amiguito, tú y yo, hacemos un buen equipo…

 

Lo miré una última vez dejándole encendida una estúpida lámpara que proyectaba estrellas (compra de Jonghyun) en las paredes y me fui a dormir sintiéndome victorioso por mi primera batalla ganada.

Resfrío de bebé (0) – Papá primerizo (1)

Notas finales:

~Mirnest~


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