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Lo nuevo puede se bueno por sazuhuri

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Notas del capitulo:

Hola aún hay alguien que sigue esta historia, bueno espero que sí, debo disculparme por este gran retraso, pero estaba pasando por un momento difícil y estresante y sin mencionar la poca inspiración. Aunque ahora ya tengo nuevas ideas y pretendo terminar cada una de mis historias y retomar otras como “Vida de padres”.

Sin más que decir espero que este capítulo sea de su agrado.

Capítulo 3


 


Comienza el plan


Los días pasaban tranquilos, o almeno eso pensaban ciertos castaños, que a espaldas de sus celosos semes, seguían frecuentándose. Ambos se sentían cómodos en la compañía del otro, hablaban con mucha confianza, era como una brisa refrescante para ambos.


Hiroki estaba sorprendido que Takahashi a pesar de ser un estudiante promedio, era un chico sabio para dar consejos, pero a la vez ingenuo como él solo.


Mientras que el menor algunas veces pensaba que su profesor tenía doble personalidad. Aunque nunca lo dijo en voz alta, a pesar que dentro de la universidad era un “demonio” en toda sus palabras, era un hombre inteligente, compresivo, con dificultad para expresarse libremente, a la hora de hablar de sus sentimientos.


-Vamos Misaki, es una pregunta simple. – Suspiro el mayor por enésima vez, apretando sus dedos en el puente de la nariz.


Eran alrededor de las 8 de la noche, ninguno de los dos presentes tenía ganas de volver a sus respectivas casas, Nowaki últimamente parecía policía privado, hasta el tiempo para ir al baño le tomaba.


Mientras que Misaki se sentía más solo que nunca, Akihiko ni la palabra le dirigía, siempre merodeaba por la casa con un aura un tanto siniestra.


El chico mordía la punta de su lápiz, mientras fruncía el ceño, claro signo de concentración, leyó la pregunta en silencio, tratando de comprender, cerró los ojos tratando de recortador lo que su maestro le había pasado hace poco.


Con una enorme sonrisa comenzó a escribir, Hiroki lo observaba divertido, el chico era como un libro, fácil de leer. – ¡Ahora sí! – el entusiasmo y optimismo del chiquillo, era contagioso y aunque pareciera extraño, Misaki era la segunda persona capaz de cambiar su humor.


-Takahashi. – Comenzó con voz seria al ver la respuesta. – Esta buena, pero no puedes demorar tanto en hacer ejercicios simples, lo regaño con falso enojo.


-Vamos Hiroki-san, no sea amargado. – Dijo tranquilamente, sacando una sonrisa del mayor. – Creo que debo irme, tengo que preparar la cena.


Ambos se fueron junto hasta la estación de metros, su relación como amigos cada vez crecía más, para desgracia de los semes ignorante de la reciente amistad de sus parejas.


…………………………………………………………………………………..


.Cierto peli azul se encontraba dando vueltas por su departamento, hoy llego ante de su turno ya que no era necesario tanto personal, observo la televisión, estaban dando un dorama.


En realidad no estaba prestando mucha atención a lo que pasaba en televisión hasta que escucho cierta palabra “Engaño”, sus azules ojos prestaron atención a lo que sucedía en aquella pantalla.


- Estoy seguro que me engañas? –Gritaba una molesta mujer a un hombre, que al parecer era su marido.


-¡Pero qué cosas dices mujer! – El hombre se veía un poco nervioso.


-Entonces porque llegas siempre tarde?


-¡Ya te dije que hay mucho trabajo!


-¡Mentiroso! –Grito completamente enojada la mujer. - ¡Cuando te llamó siempre está el celular apagado! De seguro estas muy ocupado para contestar. –Termino diciendo mostrando una seña bastante obscena con la mano.


Nowaki dejo de escuchar y corrió hacia el dormitorio en busca de su teléfono celular cual olvido en su bolso, saco el aparato con prisa, decidió marcar directamente el número.


Sintió su corazón oprimirse cuando salió el típico mensaje “los sentimos este usuario se encuentra apagado”


La imaginación del menor era un montón, lo único que su cabeza visualizaba era a su castaño con otro hombre. - ¡No lo permitiré Hiro-san es mío!- el sonido de la puerta al abrirse, lo hizo volver a la realidad.


-¡Estoy en casa! –Anuncio el castaño, estaba cansado enseñarle a Takahashi era más agotador que dar clase, el mocoso se distraía con facilidad.


-¿Dónde estabas? –Hiroki se sobresaltó al escuchar a su pareja tan molesto. Observo al más alto, este estaba frente a él con el entrecejo fruncido, los brazos cruzados y un aura que no prosnoticaba nada bueno.


-Trabajando, –Dijo molesto, dejando su maletín en el closet junto a la puerta.


-¿Entonces porque no contestabas el teléfono?-  El castaño mayor levanto una ceja, su novio siempre fue celoso, pero esta vez estaba actuando diferente.


-Porque estaba enseñando, sabes que no contesto cuando doy clase. – La penetrante mirada de su pareja le causo escalofríos.


-Son las 9 de la noche. –Recalco el menor. – Tú no das clases hasta esta hora. – La poca paciencia de Hiroki estaba terminando de agotarse.


-¿A qué viene tanta pregunta?- Soltó con molestia, la situación lo estaba hartando


-Bueno, solo quería saber porque llegabas tarde. – Dijo de manera tranquila, con lo que no contaba el peli azul. Era que el mayor se acomodara en el sillón y encendiera la televisión.


“volvemos con el dorama INFIELES”             


La cara de Nowaki estaba roja como un tomate, la sonrisa de Hiroki era evidente, el menor había quedado al descubierto y se sentía demasiado avergonzado.


-¡Buenas noches Hiro-san! – El más alto trato de huir pero fue inútil, el castaño fue más rápido y lo agarro de la  muñeca para retenerlo.


-No me digas que al ver esta tontera, te estabas imaginando cosas. – El deje de burla no paso desapercibido por el menor.


-¡No te burles! –Se soltó del agarre, dándole la espalda al castaño.


-Nowaki mírame, - el castaño no obtuvo respuesta. – Debes confiar en mí, jamás te engañaría.


El peli azul no voltio, quería confiar en esas palabras, pero sus celos eran más fuertes, se soltó de su agarre, para luego ir a su habitación, desde hace mucho dormía con Hiroki.


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La soledad fue lo primero que recibió al entrar al departamento, suspiro frustrado, estaba hartándose del comportamiento de su pareja, dejo su bolso sin mucho cuidado en el sillón de la sala para dirigirse a la cocina y preparar algo ligero de cenar.


Lo que el castaño no sabía, era que unos ojos violetas lo miraban desde el barandal del segundo piso, la mirada del escritor era penetrante, como si tratase de descifrar un gran misterio.


-¿Dónde estabas? – La varonil voz de su pareja lo hizo saltar del susto, Misaki levanto la vista para ver al peli gris de pie con una mirada algo siniestra.


-¿Por qué me asustas usagi-san? – Pregunto un poco molesto, tratando de calmarse.


-No cambies el tema Misaki, responde a mi pregunta. – Su tono de voz era bajo, pero amenazante.


-Estaba tomando unas clases extras. – Akihiko frunció el ceño, mientras baja la escalera. Sabía que Misaki no era el estudiante más brillante de su universidad, pero también era consiente que el chico se esforzaba mucho.


-¿Con quién?


-Con un profesor. – Contesto el menor distraído, friendo algunas salchichas.


La mente del mayor comenzó hacer diferente tipo de conclusiones, ahora sus sospechas eran cierta, “Su Misaki”, estaba saliendo con algún profesorsillo de esa universidad. Se acercó a paso firme hasta quedar frente a su pareja.


-quiero saber su nombre. – Demando con un tono más elevado, dejando claro que no quería un “NO” por respuesta.


El pequeño ya estaba perdiendo la poca paciencia que le quedaba, ¿Por qué tenía que aguantar lo berrinche del mayor? , era él quien lo ignoro prácticamente toda la semana y ahora tenía que dar explicaciones.


-¿Sabes? –Comenzó apagando el fuego de la salchicha, sus ojos verdes se clavaron directamente en los violetas de su casero. -  Estoy cansado de que me ignores, de tus berrinches de adolescentes y tus celos sin sentidos.


Ya está, lo había dicho, Akihiko estaba en shock, su Misaki se había revelado, ahora si estaba perdido, de seguro ese hombre le estaba lavando el cerebro, para que lo dejara.


Misaki siempre fue un chico dócil, tranquilo que se esforzaba para no causar molestia. No es como si alguna vez las causaras, pero nunca lo había enfrentado, lo estaba perdiendo debía hablar con Kusama y poner en marcha su plan.


-te vez sexi cuando te enojas. –Susurro con voz grave, sonriendo ante el sonrojo de su amante. – Bueno ya que no me dirás quien es tu profesor lo tendré que averiguar.


-¿De qué hablas? –Era tan inocente.


-No te lo diré. – Sonrió con suficiencia, mientras caminaba hacia las escaleras.


Una vez en su estudio, cerró la puerta y apretó sus puños con fuerza, tomo el celular que descansaba junto a su computadora y marco el número de su cómplice.


El teléfono comenzó a sonar 1 y 2 veces, cuando una voz algo dormida respondió.


-¿Usami-san?


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El molesto sonido de su teléfono fue quien lo despertó de su agrádale sueño, Frunció el ceño, una vez que sus ojos se enfocaron, vio el número de quien llamaba. La pantalla de su teléfono mostraba el nombre de Usami Akihiko.


-¿Usami-san? –pregunto con voz ronca a causa del sueño.


-Si soy yo. – contesto con su habitual arrogancia. – Necesitamos comenzar con el plan. – Esas palabras lo terminaron de despertar.


-estoy de acuerdo, esto está comenzando a salirse de control. – Se quedaron en silencio unos segundos, meditando sus siguientes pasos.


-Bueno que te parece si comenzamos mañana. – Akihiko hablo con falsa alegría.


-OK. ¿Qué tiene en mente? – Pregunto curioso, una parte  de su conciencia le decía que no debería unirse a las locuras del escritor.


-¿Conoces el café que está cerca de la universidad?


-Si


-Te espero a las 8 de la mañana se puntual. – Ante de que pudiera decir algo, el mayor colgó.


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Las calles estaban medianamente vacías, la primavera se hacía notar, con su clima cálido y la brisa fría. El humeante café que sus manos sostenía desprendía olor a vainilla, el olor de canela y dulces de leche era acogedor y le trae algo de nostalgia.


Recordando cuando ayudaba a la señora de la cocina en el orfanato, horneaban galletas, pasteles de chocolates y sus favoritos los dulces de leche, aunque su infancia no fue la mejor, tiene buenos recuerdos.


Cuando el reloj marcaba la  8:01, un hombre de cabello blanco entro al lugar, suporte elegante era de notar a distancia, Nowaki se preguntaba  muchas veces si él era capaz de competir con ese hombre.


-Hola. – saludo el mayor, acomodándose en la silla vacía, frente al pediatra. – Bueno a lo que no convoca, ¿Te molesta si voy a pedir un café? – El oji azul negó, el peli gris asintió agradecido y camino hacia la caja.


Pudo notar como la cajera se sonrosaba y la asistente comenzó a temblar, bueno era de suponer que hombres como Usami causaran tal  impresión. Inmediatamente sacudió su cabeza, como si tratara de alejar esos pensamientos de su mente, él tenía a Hiro-san, así que no tenía nada que temer.


-Siento la demora. – El escritor llego con un vaso de café y un pastel de fresas con crema y dos tenedores.


Comieron un momento en silencio, disfrutando para sorpresa de ambo la compañía de otros. – ¿Entonces que tiene en mente?


-Bueno primero debemos buscar una forma de que acerques a Misaki sin que lo asustes. – Respondió tomando un trago de su café.


-Si eso sería bueno, quizás tengamos algo en común. – Akihiko frunció el ceño, no le gustaba la idea de su pareja tuviera algo en común con Kusama, suspiro derrotado no era el momento de sentir celos.


-A él le gustan los mangas y cocinar, en realidad cocina muy bien. – Susurro, vio como la sonrisa que aparentemente el menor portaba siempre se ensancho.


-A mí me gusta cocinar y preparar nuevos platillos.


-¿Enserio? –Pregunto dudoso. – Pensé que eras pediatra.


-Lo soy, pero de igual manera la cocina es como un hobby. – Akihiko asintió, en cambio él era un completo inútil en los deberes domésticos.


-Bueno Misaki va todos los miércoles a una librería del centro, a comprar el tomo de su manga y algún libro de recetas. – Miro a su acompañante ante de proseguir. – Llega alrededor de las 17:00.


-Yo estaré ahí a esa hora, ¿Ahora que hará usted para hablar con Hiro-san? – Pregunto curioso era consciente de su amistad de infancia, pero Hiroki nunca se destacó por ser un hombre que abriera su corazón o mostrara sus sentimientos.


-Bueno, primero debo conversarlo de ir a beber y asunto arreglado, tú debes saber mejor que nadie que Hiroki  con un poco de alcohol se afloja. – No le agradaba la idea de que emborracharas a Hiro-san, pero era la única forma que el profesor soltara la verdad.


-Bueno entonces suerte para ambos. – Contesto el menor de los semes.


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El miércoles llego soleado, la tarde aún estaba cálida y el viento no era incomodo, las calles estaban congestiona, muchas personas volvían a sus casas o muchos hacían alguna parada en las tiendas para llevar algo para cenar.


Entro a la librería que debía estar Takahashi, había visto al universitario en dos ocasiones, lo que recordaba con claridad eran esos expresivos ojos verdes y su apariencia infantil.


Camino por los estantes aun faltaban 10 minutos para las cinco, vio algunos títulos interesante, al mirar a su izquierda vio una fila de jóvenes esperando por lo que aprecia un manga, luego recordó las palabras del escritor, -Quizás se trata del manga que le gusta al chico, - Se acercó a la fila de jóvenes y se formó, era una buena idea para poder conectar con el oji verde.


Cuando estaba a punto de pedir su manga, lo vio por el ventanal de la librería, no venía solo, estaba con otro muchacho de su edad, frunció el ceño, quizás Usami-san estaba equivocado y el chico salió con algún compañero.


Vio como ambos jóvenes se formaban y esperaban su turno, los observo por un momento y se percató que su trato era simple, eran buenos amigos.


Pidió el manga, el cual por su portaba se trataba de cocina o algo similar a las artes culinarias. Camino a los estantes de libro de cocina y espero hasta que el castaño obtuviera su manga, él chico más alto luego de comprar, se despidió de Takahashi y se marchó apresurado.


Y como Usami-san dijo, el más bajo comenzó a buscar libros de receta, vio cómo se empinada para alcanzar uno que estaba en la estantería más alta, vio su oportunidad y de un rápido movimiento lo tomo.


-Toma. – Dijo lo más amable posible, Misaki lo observo con una sonrisa, el chico era muy adorable.


-Muchas gracias. –la vista de menor se dirigió al maga que estaba bajo su brazo y sus ojos tomaron un brillo especial. -¿Te gusta The Kan? –Pregunto emocionado.


-Sí, soy aficionado a su trabajo.-Contesto lo más natural que pudo, él no solía mentir. Misaki aprecia que explotaría de la emoción.


-¡Yo también! – dijo casi gritando. – Tengo todos sus tomos e incluso viaje para su firma de autógrafo.


-Oh que suerte, yo no pude. – El chico lo miro curioso. – Por trabajo. – Luego de eso asintió con comprensión.


-Veo que también te interesa la cocina. -  Dijo apuntando el libro que sostenía el menor.


-Si, en realidad me gusta probar cosas nuevas. – Contesto con timidez.


-A mí también, - Dijo feliz. – quiero hacer una receta de cerdo relleno con verduras asadas y un postre de leche nevada.


-Que bien, el libro que tiene es muy bueno, tiene recetas increíbles, te recomiendo la tarta de naranja y el guiso de pulpo. – Aconsejo con energía.


-Por cierto, soy Kusama Nowaki. – El mayor hizo una pequeña reverencia.


-¡Oh perdón no me he presentado! – El pequeño se apeno. – Soy Takahashi Misaki. –  hizo una pequeña reverencia imitando al más alto.


-Un gusto Takahashi-kun, ¿Qué edad tienes?


-21 ¿y usted?


-27. – Respondió con una sonrisa, hablar con el castaño era fácil. - ¿Tienes algo que hacer ahora? – El menor negó. – Me aceptarías una taza de café, me gustaría seguir charlando sobre esas recetas.


-¡¿De verdad?! – Pregunto incrédulo, pero feliz. – Me gustaría.


Pagaron sus respectivos libros y caminaron a una cafetería cercana a la florería  en la que ante trabajo, saco su teléfono con cuidado y mando un corto mensaje.


“Fase uno del plan en marcha”


Presiono enviar y siguió caminando con su “nuevo amigo”.


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