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My B por CigaretteSmoke

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Notas del capitulo:

Estaba pensando en eliminar mi fic de Hansol y publicarlo cuando ya esté más avanzado y con algunas modificaciones, ¡prometo mejorar en mi escritura y que el fic sea mejor!

Por esa razón, quise seguir con mis OS primero.

Como siempre, me disculpo por faltas de ortografía y/o errores.

Había caído más bajo de lo que pensó. Dedicó tiempo en cosas innecesarias ante los ojos de los demás, pero que para él en esas circunstancias eran lo más importante. 




¿Qué era? Un completo idiota. 




En la soledad de su departamento y sentado frente al televisor, volvía a repasar por enésima vez lo que había pasado en su vida hasta entonces. ¿La razón? un estúpido enamoramiento. Estúpido lo creía ahora, porque hace un tiempo atrás todavía permanecían aquellas ilusiones, que eran lo único que en su mente pasaba. 




Con ambas manos frotó su rostro y despeinó aún más su cabello ya alborotado. Sintió que ese día llegó al punto de la desesperación y la culpabilidad. Nada de eso debió pasar, ojalá se hubiera mantenido como era desde el principio. 




Logró caer a pesar de que no pensaba hacerlo, ¿o tal vez sí? Cuando se encontraba con otras personas solía decir eso, que no caería, que sólo sería una amistad. Pero en el fondo sabía que en realidad lo quería y deseaba para él. Y es que el chico lo traía loco, ¿qué importaba entonces si a los demás no les agradaba? 




Pero ahora los comentarios y advertencias venían a su mente, veía todo con claridad. 




Ahora que el corazón le dolía. 




Ahora que no había vuelta atrás. 




Aunque cabe la posibilidad que en algún momento los sentimientos fluyeran por ambas partes, siempre lo pensaba. Que gran soñador era. 




Esa era la única ilusión que mantenía intacta, que no desechó con las demás. Y es que las figuras de papel de vivos colores situadas en el mueble frente a él lo llenaban de esperanza. Esas pequeñas figuras que se mantenían intactas como aquella vaga ilusión. Porque sabía perfectamente quién se las regaló, quien era el que semana tras semana aparecía inesperadamente frente a su puerta, con una gran sonrisa que podía alegrar los días de cualquiera y una nueva figura que el mismo había hecho. 




"Buenos días, my B." 




My B, ¿era ese simple apodo una de las razones por lo cual cayó tan bajo? probablemente sí. Hansol solía llamarlo así cuantas veces quería, la mayoría frente a su puerta para despertarlo u otras en la noche para despedirse. Y a pesar de que a Byungjoo jamás le gustó ese apodo completamente, terminó por aceptarlo. 




Después de todo, accedía a cualquier cosa que Hansol le pidiera. 




Pero eso era antes, hace ya muchos días que dejó de repetirse esa situación. Ya no recibía visitas, ya no habían más regalos, ya no tenía a nadie que lo llamara por ese apodo. 




Estaba completamente solo. 




Pero él fue el culpable y en el fondo lo sabía, o quizás nadie lo fue en su totalidad, aunque parezca una contradicción. Tal vez sólo fue algo que inconscientemente hizo, ilusionarse. A pesar de mostrarse normal cuando estaba junto a él, en el fondo se moría por algún día conquistarlo. Quizás esa era una de las razones por lo cual consentía mucho a Hansol, lo quería demasiado. 




Existían muchas cualidades que podría usar si algún día le pidieran describirlo, pero no sólo las relacionadas con su físico. La alegría con la que Kim Hansol trataba a los demás fue lo que siempre llamó su atención, era un chico lleno de vida y a Byungjoo le hacía sentir una calidez en su corazón. Por eso muchas veces le decía que se tranquilizara, que no debía sonreírle a todo el mundo. No quería que tratara a los demás de la misma forma que a él. Pero la actitud dulce de Hansol no cambiaría sólo porque él se lo pidiera. A veces se preguntaba, ¿cómo esa persona podía ser mayor que él, aunque sea por un año? Sinceramente no lo entendía. 




Una de sus victorias más grandes, piensa él, fue conseguir tomar su mano. Aunque la primera vez sólo fueran dos segundos exactamente. Recuerda la expresión de sorpresa que aparecía en los ojos de Hansol, y es que siempre era él quien buscaba a Byungjoo para abrazarlo o cosas así. También recuerda lo único que pudo decir en ese momento: 




"Byungjoo, ¿acaso tienes fiebre o estás ebrio otra vez?" 




Sonrió. 




Y sonrió por primera vez en ese día que en su opinión no iba nada bien. Porque después de eso Hansol jamás volvió a reprocharle por tomar su mano con la excusa de apresurarlo porque "llegarían tarde" ya sea donde fueran. Ahora se daba cuenta de cuánto lo extrañaba. 




Lo que causaba en su pequeño corazón era sin duda algo desconocido para él, y en cierto modo eso lo aterraba. 




Por un momento se dedicó a escuchar su ahora pausada respiración, que era el único sonido presente además del programa del cual no sabía nada. Por fin logró tranquilizarse, se sentía como en los viejos tiempos. 




Si bien Byungjoo era muy tranquilo, demasiado cree él, Hansol logró sacar su otro lado desconocido hasta entonces, con muchas bromas y divertidos momentos que siempre guardará. Aunque ya no lo vea más. 




Habían ciertas cosas que  Kim Byungjoo quiso hacer y nunca se atrevió. 




Un beso, sólo uno era necesario para que el corazón de Byungjoo terminara por explotar y su mente colapsara completamente. Lamentablemente nunca lo consiguió. Cada vez que lo intentaba, Hansol solía reír creyendo que era broma, dejándolo más que avergonzado por la acción. Nunca le pasó eso con otra persona, las conquistas existentes anteriormente -que en realidad son suficientes para contar con los dedos de las manos- habían sido todo un éxito. ¿Por qué Hansol era diferente? Tal vez esa era la razón por la cual le atraía cada vez más y más.  




Él era diferente. 




De un golpe volvió al presente. Estuvo mucho tiempo contemplando el televisor, aunque en realidad sólo estuvo vagando en sus pensamientos. Comenzó a sentir cansancio y aunque el sofá no fuera el lugar más cómodo del mundo, se recostó e inmediatamente cerró sus ojos. 




Si todo siguiera como hace unas semanas atrás, estaría con Hansol viendo alguna película o dejando que él lo mimara como siempre le gustaba, no durmiendo en un incómodo sofá. No arrepintiéndose por decisiones tomadas. 




Tal vez el error lo cometió al hacerle esa estúpida pregunta y que la respuesta de él fuera aún peor. 




"No estoy en condiciones para estúpidos sentimientos, estoy bien así. Tampoco deseo que llegue alguien a decirme que siente algo por mí, ni espero que pase." 




Algo dentro de Byungjoo se rompió en ese momento, acción que nunca esperó ser causada por la misma persona que trajo felicidad a su vida y algo más que una amistad. Lo único que hizo fue permanecer en silencio y ser lo más profesional que pudo, pero llegó un punto exacto en que no lo soportó más y comenzaba a sentirse incómodo ahí. Simplemente se levantó sin decir nada, volviendo a su departamento. 




Desde ese día no vio a Hansol, aunque vivieran en el mismo piso. No salía para evitar encuentros e ignoraba los llamados a su puerta, y sobretodo a su celular. 




Entonces se siente un idiota por ignorar todas esas veces que Hansol trató de hablarle cuando lo esperaba en el pasillo, o aquel día gris en que estaba en la entrada del edificio completamente empapado. La culpabilidad lo había invadido cuando supo que Hansol tuvo un fuerte resfriado a causa de eso. 




Pero no podía evitarlo. Se ilusionó con los "te quiero", con los abrazos, con los regalos y las manos tomadas. Que chico tan patético era. 




Y más patético era estar recostado sin poder dormir a causa de una persona. No, nadie lo rechazó en su cara, nadie lo dejó en vergüenza en algún lugar público. Simplemente creyó que podía conseguir a cierta persona y terminó totalmente herido. 




Abrió los ojos al sentir un golpe en la puerta de su departamento, ¿cuánto tiempo durmió? afuera ya era de noche. Se levantó preguntándose quién molestaría tan tarde. Miró el reloj y éste marcaba las diez de la noche. No esperaba visita y mucho menos en la noche, pero algo llamó su atención. Al fijar la vista en el suelo, divisó un pequeño papel color amarillo que se encontraba por lo visto, doblado en dos partes. 




Totalmente extrañado lo tomó y desdobló leyendo lo que ahí se apreciaba, y tal fue su sorpresa que los latidos del corazón comenzaron a ser más rápido, se odia por sentirse así. 




¿Estaba delirando? Probablemente. 




Dudó por algunos minutos en si girar el pomo o no. Su orgullo era lo suficientemente grande como para contrarrestar su decisión. Tampoco creía que estaba en condiciones físicas de atender a alguien, su piel pálida, cabello alborotado y ropa totalmente descuidada lo hacían dudar. 




Aunque tal vez... 




Desesperado abre la puerta dispuesto a encontrar a alguien ahí, pero no había nada, lo confirmó cuando miró hacia el oscuro y vacío pasillo. Sólo encontró una pequeña mariposa de papel en el suelo, la cual tomó con mucho cuidado y se adentró nuevamente en su departamento cerrando la puerta. Dejó la pequeña figura junto a las otras y se sentó. Ya no podía ser más específico quién era. Jamás esperaría algo así de Jiho o de Hojoon. Comenzó a pensar en lo que diría si en algún futuro próximo decidía salir de ese lugar, inventó toda una historia que perfectamente podía ser usada en un libro de drama exagerado. 




Está cien porciento seguro de que padece un estado de locura, en su opinión. Pero esa locura lleva nombre y apellido lamentablemente. 




No sirvieron de ayuda los días que estuvo encerrado en su departamento, se arrepiente de mandar a la mierda todo lo que lo rodea. 




En esos momentos leyó por segunda vez la nota y pensó que definitivamente no lo olvidaría tan fácil. 




"Buenas noches, my B."


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